Propiedades del macizo rocoso

Propiedades del Macizo Rocoso

Introducción
Se requieren estimaciones confiables de las características de resistencia y deformación
del macizo rocoso para casi cualquier tipo de análisis utilizado para el diseño de taludes,
cimientos y excavaciones subterráneas. Hoek y Brown (1980a, 1980b) propusieron un
método para obtener estimaciones de la fuerza de los macizos rocosos articulados, basado
en una evaluación del entrelazamiento de los bloques de roca y el estado de las superficies
entre estos bloques. Este método fue modificado a lo largo de los años para satisfacer las
necesidades de los usuarios que lo aplicaban a problemas que no se consideraban cuando
se desarrolló el criterio original (Hoek 1983, Hoek y Brown 1988). La aplicación del
método a macizos rocosos de muy baja calidad requirió cambios adicionales (Hoek,
Wood y Shah 1992) y, eventualmente, el desarrollo de una nueva clasificación llamada
Índice de Fuerza Geológica (Hoek, Kaiser y Bawden 1995, Hoek 1994, Hoek y Brown
1997, Hoek, Marinos y Benissi, 1998, Marinos y Hoek, 2001). En 2002 se llevó a cabo
una importante revisión para suavizar las curvas, necesarias para la aplicación del criterio
en modelos numéricos, y para actualizar los métodos de estimación de los parámetros de
Mohr Coulomb (Hoek, Carranza-Torres y Corkum, 2002). Una modificación relacionada
para estimar el módulo de deformación de los macizos rocosos fue realizada por Hoek y
Diederichs (2006).
Este capítulo presenta la versión más reciente del criterio Hoek Brown en una forma que
se ha considerado práctica en el campo y que parece proporcionar el conjunto de
resultados más fiable para su uso como insumo para los métodos de análisis que se utilizan
actualmente en la ingeniería de rocas.
Criterio generalizado Hoek-Brown
El criterio de fallo generalizado Hoek-Brown para macizos rocosos articulados se define
por:

Donde  '1 y  '3 son las tensiones principales máximas y mínimas efectivas en el
momento de la falla, mb es el valor de la constante Hoek-Brown “m” para el macizo
rocoso, “s” y “a” son constantes que dependen de las características del macizo rocoso, y
 ' ci es la resistencia uniaxial a la compresión de las piezas rocosas intactas.
Las tensiones normales y de cizallamiento están relacionadas con las tensiones
principales por las ecuaciones publicadas por Balmer [1] (1952).

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Dónde

Para utilizar el criterio Hoek-Brown para estimar la resistencia y deformación de los

macizos rocosos articulados, hay que estimar tres "propiedades" del macizo rocoso.
Estos son:

- Resistencia a la compresión uniaxial  ' ci de las piezas de roca intactas.

- Valor de la constante Hoek-Brown “mi” para estas piezas de roca intactas, y
- Valor del Índice de Fuerza Geológica GSI para el macizo rocoso.
Propiedades de la roca intacta
Para las piezas de roca intactas que componen el macizo rocoso, la ecuación (1)
simplifica a:

La relación entre las tensiones principales en el momento de la falla de una roca dada se
define por dos constantes, la resistencia a la compresión uniaxial  ' ci y una constante
“mi”. Siempre que sea posible, los valores de estas constantes se determinarán mediante
el análisis estadístico de los resultados de una serie de pruebas triaxiales en muestras de
testigos cuidadosamente preparadas.

Nótese que el rango de valores de tensiones principales menores ( '3) sobre los cuales
se llevan a cabo estas pruebas es crítico para determinar valores confiables para las dos
constantes. Al derivar los valores originales de  ' ci y “mi”, Hoek y Brown (1980a)
usaron un rango de 0 < '3< 0.5  ' ci y, para ser consistentes, es esencial que el mismo
rango sea usado en cualquier prueba triaxial de laboratorio en especímenes de roca
intactos. En el análisis deben incluirse al menos cinco puntos de datos bien espaciados.
[1] Las ecuaciones originales derivadas por Balmer contenían errores que han sido corregidos en las ecuaciones 2 y 3.

En la figura 1 se ilustra un tipo de célula triaxial que puede utilizarse para estos ensayos.
Esta celda, descrita por Franklin y Hoek (1970), no requiere drenaje entre pruebas y es
conveniente para las pruebas rápidas en un gran número de muestras. Se dispone de
celdas más sofisticadas para fines de investigación, pero los resultados obtenidos de la

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celda ilustrada en la Figura 1 son adecuados para las estimaciones de la resistencia de la

roca necesarias para estimar  ' ci y “mi”.
Esta celda tiene la ventaja adicional de que se puede utilizar en el campo cuando se
prueban materiales como carbones o lodos que son extremadamente difíciles de
conservar durante el transporte y la preparación normal de las muestras para las pruebas
de laboratorio.

Figura 1: Vista de corte de una celda triaxial para el ensayo de muestras rocosas.

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Las pruebas de laboratorio deberán realizarse con un contenido de humedad lo más

cercano posible al que se da en el campo. Muchas rocas muestran una disminución
significativa de la resistencia al aumentar el contenido de humedad y las pruebas en las
muestras, que se han dejado secar en un cobertizo de machos durante varios meses,
pueden dar una impresión engañosa de la resistencia intacta de la roca.
Una vez que se han obtenido los cinco o más resultados de la prueba triaxial, se pueden
analizar para determinar la resistencia a la compresión uniaxial  ' ci y la constante
Hoek-Brown “mi” como se describe en Hoek y Brown (1980a). En este análisis, la
ecuación (5) es reescrita en la forma:

Dónde X=  '3 y Y= ( '1 -  '3 )^2

Para “n” probetas se calcula la resistencia a la compresión uniaxial  ' ci, la constante
“mi” y el coeficiente de determinación “r^2” se calculan a partir de:

En el Cuadro 1 se presenta una hoja de cálculo para el análisis de los datos de las
pruebas triaxiales. Obsérvese que los datos de las pruebas triaxiales de alta calidad
suelen dar un coeficiente de determinación “r^2” superior a 0,9. Estos cálculos, junto
con muchos más relacionados con el criterio Hoek Brown, también pueden ser
realizados por el programa RocLab que puede ser descargado (gratis) desde
www.rocscience.com.
Cuando no sea posible realizar pruebas de laboratorio, se pueden utilizar las tablas 2 y 3
para obtener estimaciones de  ' ci y “mi”.

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Tabla 1: Planilla para el cálculo de  ' ci y “mi” a partir de los datos de las pruebas
triaxiales.
Datos del Ensayo triaxial.

Formula celular

Nota: Estos cálculos, junto con muchos otros cálculos relacionados con el criterio Hoek-
Brown, también se pueden llevar a cabo utilizando el programa RocLab que se puede
descargar (gratis) desde www.rocscience.com.

Tabla 2: Estimaciones de campo de la resistencia a la compresión uniaxial.

Uniaxial Punto
Grados* Condición Comp. Carga Estimación de campo Ejemplos
Fuerza Índices de poderío
(MPa) (MPa)
Basalto
R6 Extremadamente > 250 >10 La muestra sólo se natural,
Fuerte puede agrietado con diabasa, gneis,
un martillo geológico. granito,
cuarcita.
La muestra necesita Anfibolita,
R5 Muy Fuerte 100 - 250 4 - 10 muchos golpes de un arenisca,
martillo geológico basalto, gabro,
para fracturarlo. gneis,
granodiorita,
caliza,
mármol,
riolita, toba

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La muestra necesita Caliza,

R4 Fuerte 50 - 100 2-4 más de un golpe de mármol, filita,
martillo geológico arenisca,
para fracturarlo. esquisto,
pizarra.
No se puede rayar ni Piedra
R3 Medio fuerte 25 - 50 1-2 descortezar con una arcillosa,
navaja, la muestra se carbón,
puede fracturar con hormigón,
un solo golpe de un esquisto,
martillo geológico. pizarra,
limolita
Se puede descortezar
R2 Débil 5 - 25 ** con una navaja de
bolsillo con dificultad, Tiza, halita,
la hendidura poco potasa
profunda se hace por
un golpe fuerte con la
punta de un martillo
geológico.
Se quiebra bajo golpes
R1 Muy débil 1-5 ** firmes con la punta de Roca muy
un martillo geológico, erosionada o
puede ser alterada
descortezado con un
cuchillo de bolsillo.

R0 Extremadamente 0.25 - 1 ** Marcado en miniatura Rotura de

débil
falla rígida

* Grado según Brown (1981).

** Las pruebas de carga puntual en rocas con una resistencia a la compresión uniaxial
inferior a 25 MPa pueden dar resultados muy ambiguos.

Tabla 3: Valores de la constante “mi” para la roca intacta, por un grupo de rocas.

Tenga en cuenta que los valores entre paréntesis son estimados.

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* Los conglomerados y brechas pueden presentar un amplio rango de valores de "mi"

dependiendo de la naturaleza del material de cementación y del grado de cementación,
por lo que pueden variar desde valores similares a los de la arenisca hasta valores
utilizados para sedimentos de grano fino.

* Estos valores son para especímenes de roca intacta probados hasta el lecho habitual o
la foliación. El valor de "mi" será significativamente diferente si la falla ocurre a lo
largo de un plano de debilidad.

Las rocas anisotrópicas y foliadas como pizarras, esquistos y filitas, cuyo

comportamiento está dominado por planos de fragilidad, clivaje o esquistosidad muy
próximos entre sí, presentan dificultades particulares en la determinación de las
resistencias a la compresión uniaxiales.

Salcedo (1983) ha publicado los resultados de una serie de pruebas de compresión

uniaxial direccional sobre una filita grafítica de Venezuela. Estos resultados se resumen
en la figura 2. Se observará que la resistencia a la compresión uniaxial de este material
varía en un factor de aproximadamente 5, dependiendo de la dirección de la carga.

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Figura 2: Influencia de la dirección de la carga en la resistencia de la filita grafítica

probada por Salcedo (1983).

Al decidir sobre el valor de  ' ci para las rocas foliadas, se debe tomar la decisión de
utilizar la resistencia a la compresión uniaxial más alta o más baja obtenida a partir de
resultados como los que se muestran en la Figura 2. La composición mineral, el tamaño
de grano, el grado de metamorfismo y la historia tectónica juegan un papel importante
en la determinación de las características del macizo rocoso. El autor no puede ofrecer
ninguna orientación precisa sobre la elección de la  ' ci, pero se puede obtener alguna
información sobre el papel de la esquistosidad del macizo rocoso considerando el caso
del túnel Yacambú-Quibor en Venezuela.

Este túnel ha sido excavado en filita grafítica, similar al probado por Salcedo, a
profundidades de hasta 1200 m a través de la cordillera de los Andes.

La aparición del macizo rocoso en la cara del túnel se muestra en la figura 3 y un

análisis posterior del comportamiento de este material sugiere que un valor apropiado
para  ' ci es de aproximadamente 50 MPa. En otras palabras, en la escala del túnel de
5,5 m de diámetro, las propiedades del macizo rocoso se "promedian" y no hay signos
de comportamiento anisotrópico en las deformaciones medidas en el túnel.

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Figura 3: Filita grafítica tectónicamente deformada y cizallada en el frente del túnel

Yacambú-Quibor a una profundidad de 1200 m bajo la superficie.

Influencia del tamaño de la muestra

La influencia del tamaño de la muestra sobre la resistencia de la roca ha sido

ampliamente discutida en la investigación geotécnica y generalmente se asume que hay
una reducción significativa de la resistencia con el aumento del volumen de la muestra.
Basándose en un análisis de datos publicados, Hoek y Brown (1980a) han sugerido que
la resistencia a la compresión uniaxial  ' ci de un fragmento de roca con un diámetro de
“d” mm se relaciona con la resistencia a la compresión uniaxial  ' ci de una muestra de
50 mm de diámetro mediante la siguiente relación:

Esta relación, junto con los datos en los que se basó, se muestra en la Figura 4.

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Figura 4: Influencia del tamaño de la muestra en la fuerza de la roca intacta. Después de

Hoek y Brown (1980a).

Se sugiere que la reducción de la resistencia se debe a la mayor oportunidad de fracaso a

través y alrededor de los granos, los "bloques de construcción" de la roca intacta, ya que
cada vez más de estos granos se incluyen en la muestra de ensayo. Eventualmente,
cuando se incluye un número suficientemente grande de granos en la muestra, la
resistencia alcanza un valor constante.

El criterio de falla Hoek-Brown, que supone un comportamiento isotrópico de la roca y

del macizo rocoso, sólo debe aplicarse a aquellos macizos rocosos en los que exista un
número suficiente de discontinuidades estrechamente espaciadas, con características
superficiales similares, de modo que pueda suponerse un comportamiento isotrópico
que implique un fallo en las discontinuidades. Cuando la estructura que se está
analizando es grande y el tamaño del bloque pequeño en comparación, el macizo rocoso
puede ser tratado como un material Hoek-Brown.

Cuando el tamaño del bloque sea del mismo orden que el de la estructura analizada o
cuando uno de los conjuntos de discontinuidad sea significativamente más débil que los
otros, no debe utilizarse el criterio Hoek-Brown. En estos casos, la estabilidad de la
estructura debe analizarse teniendo en cuenta los mecanismos de fallo que implican el
deslizamiento o la rotación de bloques y cuñas definidos por las características
estructurales que se intersectan.

Es razonable extender este argumento más allá y sugerir que, cuando se trata de macizos
rocosos a gran escala, la fuerza alcanzará un valor constante cuando el tamaño de las
piezas de roca individuales sea suficientemente pequeño en relación con el tamaño
global de la estructura considerada.

Esta sugerencia está plasmada en la Figura 5, que muestra la transición de un isótropo

de roca intacta, a través de un macizo rocoso altamente anisotrópico en el que la falla es

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controlada por una o dos discontinuidades, a un macizo rocoso isotrópico fuertemente

articulado.

Figura 5: Diagrama idealizado que muestra la transición de un macizo rocoso intacto a

un macizo rocoso muy articulado con un tamaño de muestra cada vez mayor.

Indicador de resistencia geológica

La fuerza de un macizo rocoso articulado depende de las propiedades de las rocas

intactas y también de la libertad de estas rocas para deslizarse y girar bajo diferentes
condiciones de tensión. Esta libertad está controlada por la forma geométrica de las
rocas intactas, así como por el estado de las superficies que las separan. Las rocas
angulares con superficies de discontinuidad rugosa y clara producirán un macizo rocoso
mucho más fuerte que el que contiene partículas circulares rodeadas de material
erosionado y alterado.

El Indicador de Fuerza Geológica (GSI), introducido por Hoek (1994) y Hoek, Kaiser y
Bawden (1995) proporciona un número que, cuando se combina con las propiedades de
la roca intacta, puede ser usado para estimar la reducción de la fuerza del macizo rocoso
para diferentes condiciones geológicas. Este sistema se presenta en la Tabla 5, para
macizos rocosos en bloque, y en la Tabla 6 para macizos rocosos heterogéneos como el
flysch. El Cuadro 6 también se ha ampliado para incluir las rocas molásicas (Hoek et al
2006) y los opiolitos (Marinos et al, 2005).

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Antes de la introducción del sistema GSI en 1994, la aplicación del criterio Hoek-
Brown en el campo se basaba en una correlación con la versión de 1976 del Rock Mass
Rating de Bieniawski, con la clasificación de las aguas subterráneas establecida en 10
(seco) y el ajuste para la orientación conjunta establecido en 0 (muy favorable)
(Bieniawski, 1976). Si se utiliza la versión de 1989 de la clasificación RMR de
Bieniawski (Bieniawski, 1989), entonces la clasificación de las aguas subterráneas se
fija en 15 y el ajuste para la orientación conjunta en cero.

Durante los primeros años de aplicación del sistema GSI, el valor de la GSI se calculó
directamente a partir de la RMR. Sin embargo, esta correlación ha demostrado ser poco
fiable, particularmente para macizos rocosos de baja calidad y para rocas con
peculiaridades litológicas que no se pueden contemplar en la clasificación RMR. Por
consiguiente, se recomienda que la GSI se estime directamente por medio de los
gráficos presentados en los Cuadros 5 y 6 y no a partir de la clasificación RMR.

La experiencia demuestra que la mayoría de los geólogos e ingenieros geólogos se

sienten cómodos con la naturaleza descriptiva y en gran medida cualitativa de las tablas
de la GSI y, por lo general, tienen pocas dificultades para llegar a un valor estimado.
Por otro lado, muchos ingenieros sienten la necesidad de un sistema más cuantitativo en
el que puedan "medir" alguna dimensión física. Por el contrario, estos ingenieros tienen
poca dificultad para comprender la importancia de la fuerza intacta de la roca  ' ci y su
incorporación en la evaluación de las propiedades del macizo rocoso. Muchos geólogos
tienden a confundir la fuerza intacta y la del macizo rocoso y constantemente
subestiman la fuerza intacta.

Una pregunta práctica adicional es si los núcleos de sondeo pueden usarse para estimar
el valor GSI detrás de las superficies visibles. Los núcleos de sondeo son la mejor
fuente de datos en profundidad, pero hay que reconocer que es necesario extrapolar la
información unidimensional proporcionada por el núcleo al macizo rocoso
tridimensional. Sin embargo, este es un problema común en la investigación de
perforaciones y la mayoría de los ingenieros geólogos experimentados se sienten
cómodos con este proceso de extrapolación. Múltiples perforaciones y perforaciones
inclinadas son de gran ayuda la interpretación de las características del macizo rocoso
en profundidad.

La decisión más importante que se debe tomar al usar el sistema GSI es si se debe usar
o no. Si el interpolado de discontinuidad es grande en comparación con las dimensiones
del túnel o talud considerado, entonces, como se muestra en la Figura 5, no deben
utilizarse las tablas GSI y el criterio Hoek-Brown y las discontinuidades deben tratarse
individualmente. Cuando el margen de discontinuidad es pequeño en comparación con
el tamaño de la estructura (Figura 5), se pueden utilizar las tablas GSI con confianza.

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Tabla 5: Caracterización de macizos rocosos en bloque en base a las condiciones de

interbloqueo y empalme.

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Tabla 6: Estimación del Índice de Fuerza Geológica GSI para macizos rocosos
heterogéneos como flysch. (Después de Marinos y Hoek, 2001)

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Uno de los problemas prácticos que surgen al evaluar el valor de la GSI en el campo
está relacionado con los daños causados por las explosiones. Como se ilustra en la
Figura 6, hay una diferencia considerable en la apariencia de una superficie de roca que
ha sido perforada por voladuras controladas y una superficie que ha sido dañada por
voladuras a cielo abierto. Siempre que sea posible, la cara no dañada debe utilizarse
para estimar el valor de la GSI, ya que el objetivo general es determinar las propiedades
del macizo rocoso no alterado.

Figura 6: Comparación entre los resultados obtenidos con la voladura controlada (a la

izquierda) y la voladura a cielo abierto normal para una perforación de superficie en
gneis.

La influencia del daño por voladura en las propiedades del macizo rocoso cercano a la
superficie se ha tenido en cuenta en la versión de 2002 del criterio Hoek-Brown (Hoek,
Carranza-Torres y Corkum, 2002) de la siguiente manera: Comparación entre los
resultados obtenidos con voladuras controladas (a la izquierda) y voladuras a cielo
abierto normales para la excavación de una superficie en un yacimiento con gneis.

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