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Abstract: In this work we gather some aspects of the life of Calderón like
the evidence of his purity of blood (lineage), the concession of the habit of
Santiago, the chaplaincy in the New Kings (Cathedral of Toledo), the Virgin
of Copacabana and the mention of Saint Augustine in his will. All this will help
us to explain the writer's relationship with the Augustinians and El Escorial. We
will also study more aspects related to Father Baltasar Salas and his manuscript
on the History of the Virgin of Copacabana.
Sumario:
V. Conclusión.
El dramaturgo madrileño conocía a San Agustín muy bien lo que significa que
fue lectura frecuente porque le atraía su doctrina filosófica y teológica, y teniendo
en cuenta la forma de incluir el pensamiento del Doctor de la Iglesia en el cuerpo
de sus obras dramáticas -mucho más cuando pone los textos en su propia boca-,
hace pensar que tuvo que tener fichero o apuntes de aquellas ideas más importantes,
con referencia explícita de la cita, además de una antología concreta de textos.
TASCÓN, A., Testamentos de 43 personajes del Madrid de los Austrias. Selección y transcripción.
Madrid 1983, pp. 255-264; VALDÉS POZUECO, Mª C., “Las últimas voluntades de Calderón de la
Barca: un modelo de testamento en la Edad Moderna”, en Anuario Jurídico y Económico
Escurialense (San Lorenzo del Escorial), XLIII (2010) 457-482, IDEM, “El testamento de
Calderón, una confirmación de su pensamiento, y los codicilos”, en El mundo jurídico de
Calderón y su sentido de la justicia humana. Tesis Doctoral inédita, UNED, Madrid 2015,
pp. 105-211.
“Item es mi voluntad que los libros que hay en dos estantes [¿sólo tenía
ese espacio con libros], los que tocan a la Monarquía Eclesiástica2 y la
Historia Pontifical3 se den y entreguen al señor D. Carlos del Castillo, con
una escribanía de carey y marfil que está en el cuarto del oratorio (…)
Item es mi voluntad que los ocho libros del Teatrum vite humanae4 se den
y entreguen al padre Fray Alonso de Cañizares, religioso de nuestro
Padre San Francisco, predicador de su Majestad.
Item es mi voluntad que los libros del Padre Diana5 se den y entreguen
a Jerónimo de Pañarroja. Y los demás de diferentes facultades, así de lo
moral y buenas letras, se den y entreguen a dicho D. Antonio de Padilla,
mi sobrino”6.
En éste último párrafo podrían entrar Obras de San Agustín -si las tenía-, lo
que es verosímil por estar bastante vinculado con el pensamiento agustiniano.
universal del mundo: diuididos en cinco tomos... / compuestos por….., Salamanca 1588;
Barcelona 1594, 1606, 1609, etc.
3 ILLESCAS, G. de, Historia pontifical y catolica, en la qual se contienen las vidas y
hechos notables de todos los Sumos Pontifices Romanos...: con mas vna breue recapitulacion
de las cosas de España, y la decendencia de los Reyes della ... compuesta y ordenada por ...,
Madrid 1613. La obra, iniciada por Gonzalo de Illescas, fue continuada por Luis de Bavia,
Marcos de Guadalajara y Juan Baños de Velasco.
4 ZWINGER BAS, T., Theatrum humanae vitae, Nouem voluminibus locupletatum,
interpolatum, renouatum Iacobi Zvingeri Fil... Basileae 1565, 1571, 1586, 1596…, 5 vols. En
ediciones de S. XVII también colaboró Laurentio Beyerlinck, Colonia 1631, 7 vols; Lyon
1665-1666, 8 vols…
5 Por la forma reducida de citarlo se debe tratar del conocido clérigo regular (teatino) y
¿Por qué no las cita? Si las tenía, ¿entraron en el lote de libros que en el
testamento dejó a su sobrino y acabamos de mencionar? A continuación vamos
a enumerar un amplio elenco de ediciones de Obras Completas de San Agustín
comprendidas desde comienzos del siglo XVI hasta 1652 que Calderón pudo
consultar en Bibliotecas madrileñas, palaciegas o conventuales, y otros lugares
próximos la Corte, sin olvidar que tomos sueltos de esas y otras ediciones
hubo en bastantes librerías particulares, incluso se conservan actualmente en
los fondos de las bibliotecas citadas7:
Prima, Parisiis 1849, t. XLVII, cols. 69-108; Parisiis 1877, Ibid. Aunque superada la vida de
Calderón incluimos aquí la ed. de los Monjes Maurinos por la importancia que tuvo: 1689-1700:
Parisiis, apud Franciscum Muguet, 11 vols.
8 En los ejemplares manejados se repite lo mismo en las ediciones de 1541, 1543 y 1555.
En una carta le decía J. L. Vives a Erasmo: “Me alegro de que se edite por separado el de la
Ciudad de Dios” de Agustín, y doy muchas gracias por haberte preocupado de ello; pero quisiera
que también se editara con las demás obras suyas, para que no faltase ese miembro al cuerpo
de la edición. Creo que Froben lo hará, de suerte que imprima unos ejemplares aparte y otros
juntos”, Brujas, 1 de abril de 1522. Y poco después le comentaba a Cranevelt: “La razón por la cual
no te he escrito con más frecuencia, mi querido Cranevelt, es la misma que me impide de momento
conversar contigo más holgadamente, a saber, dar remate al De la Ciudad de Dios, pues estoy
de tal forma engolfado en este trabajo día y noche, que temo, ¡pobre de mí! llegar a destruir mi
cuerpo, mientras construyo la Ciudad”, Lovaina, 8 de julio de 1522, VIVES, J.L., Epistolario,
Madrid 1978, ed. de J. Jiménez Delgado, pp. 234 y 250, respect. Y tal aprecio tuvo fray Alonso de
Veracruz de la obra de Vives en la Universidad de Nueva España, que el P. Juan de Grijalva
recuerda que decía: “Para saber historias y antigüedades que hacen a la facultad lean a mi Padre S.
Agustín de Civitate Dei, con el comento de Luis Vives”, Historia de la Orden de N.P.S. Agustín en
las Provincias de la Nueva España, México 1624, p. 157, col. izq.: ‘De los consejos que el P. M.
Veracruz daba a los estudiantes de Teología’. Agradezco al especialista veracruzano P. Prometeo
Cerezo que me puso en la pista de este elogio.
9
“Ex manuscriptis codicibus multo labore emendata et ab innumeris erroribus vindicata”.
10
“Opera emendata studio monachorum ordinis S.-Benedicti...”, BRUNET, J.-Ch., Manuel du
Libraite et de l’amateur de livres, París 1860, t. I, col. 557. Los dos primeros ts. de esta edición fueron
impresos en 1679 aunque en muchas bibliografías se indica Parisiis, F. Muguet, 1689-1700.
11 Index Auctorum, quorum scripta servantur in hac Bibliotheca D. Philippi Regalis Matritensis
Ordinis Eremitarum S.P.N. Augustini, Matriti, apud Joachin Ibarra, 1758, pp. 30-32. Esta edición
no se recoge en la Patrología de Migne antes citada, GONZÁLEZ VELASCO, M., “La biblioteca de
San Felipe el Real, de Madrid”, en Analecta Augustiniana (Roma), 69 (2006) 63-78, esp. p. 73.
12 Sin embargo, el tomo segundo corresponde a la impresión de 1679; signatura actual,
49-III-1-8.
2398; 2) 1689-1700, Parisiis, Franciscus Muguet, 10 ts. en 14 vols. Signatura actual: 14/1079
a 1092.
18 Sig. actual: BCT, 49-28 a 49-36. Index librorum Bibliothecae Sanctae Ecclesiae
Toletanae, 1591: “IX. Divi Augustini opera, nouem voluminibus impressa Basileae, Anno
1506, mediana forma, 41-22”, BN, ms. 13.830, f. 18r (moderna).
19 Sig. actual: BCT: 53-1 a 53-7. Según el mismo inventario: “VII. Divi Augustini Opera
septem voluminibus, Venetiis, Anno 1550, parva forma, 41-15”, Ibid. En el vol. BCT, 53-
1(1), Index, hay esta nota: “Expurgado conforme al expurgatorio del año 1640 en Toledo...
Don Antonio Calderón. Corregido por comission del santo officio conforme al catálogo
nueuo. En Toledo a seys de junio de 1585 años. El doctor Calderón”. Secundus tomus BCT,
53-2(1): “Operum diui aurelii Augustini episcopi hipponensis: complectens illius epístolas
(...) cura emendatus per Des. Erasmum Roterodamum postumo accuratiori quam autea
diligentia excusus (...) Expurgado conforme al expurgatorio de 1640 Don Antonio Calderon
(…) Corregido por comission del Santo Offº conforme al catalogo nuevo en Toledo a seys de
junio de 1585 años. El doctor Calderón (…) Expurgose en Toledo en II febª... 1613 Dn Luis
de ... [Tena]”.
Todos esos estudios han hecho posible llegar a conocer que en muchos
casos “se ve con mucha claridad que todas estas ideas [agustinianas] le eran
muy familiares al autor de la pieza dramática [La Vida es Sueño]”23. Y si esto es
así en una obra, no solo lo es puntualmente; lo es en su formación, bagaje
cultural y sintonía intelectual.
Tempus fugit sería lo primero que podríamos decir al releer el método que
sugiere H. Flasche al investigador calderoniano para rastrear y comparar textos
del dramaturgo relacionados con los originales de San Agustín y con los
seudoagustinianos, y ambos con la Biblia, en sus versiones ‘Vulgata Clementina’
y ‘Nova Vulgata’. Y ¿por qué recurrir a Virgilio -Geórgicas, III, 284- para este
asunto? Porque en el espacio de 33 años desde la publicación de su artículo,
los métodos de investigación y herramientas de trabajo han cambiado tanto y
tan profundamente que invalidan la propuesta que hacía en 1985 y su
dificultad, porque ahora, con un buen equipo informático, se tiene acceso a
obras manuscritas y buenas ediciones digitalizadas de las obras de Calderón,
de San Agustín y de la Biblia, pudiendo hacer ese trabajo de localizar y
comparar textos en tiempo no muy amplio24.
20
The allegorical drama of Calderón, An introduction to the Study of the Autos Sacramentales,
Oxford-London 1943; versión castellana, Los autos sacramentales de Calderón de la Barca,
Barcelona 1983, pp. 185-220.
21 “Calderón y la música teatral”, en Bulletin Hispanique (Université M. de Montaigne,
Este preámbulo nos sirve para iniciar nuestro camino que va en paralelo
de alguna manera con el hasta aquí enunciado.
Madrid, Boix editor, 1840, p. (4); PICATOSTE y RODRÍGUEZ, F., “Biografía de Don Pedro
Calderón de la Barca”, o.c., p. 33; Instrucción de Terceros, Madrid 1772, capítulo V: De los
hábitos y profesiones, pp. 113-136. “En la citada Orden Tercera no fue sujeto útil,
defraudando las esperanzas de los cofrades, que aspiraban a que Calderón la ilustrase con sus
escritos históricos”, COTARELO Y MORI, E., Ensayo sobre la vida y obras de D. Pedro
Calderón de la Barca, ed. facsímil de I. Arellano y J.M. Escudero, Madrid 2001, pp. 285-287;
texto citado, p. 286.
29 “Los que traen el cordón del señor san Francisco, correa de santo Domingo o de san
Agustín, y escapulario del Carmen, y la Trinidad, san Pedro Mártir, de la Merced, ntra. Sra. de
los Remedios, ganan muchos perdones y en el artículo de la muerte, indulgencia plenaria”,
PÉREZ CARRILLO, F., Vía Sacra, y exercicios espirituales, y arte de bien morir, Çaragoça
1619, f. 247; MOREL d’ARLEUX, A., “Los tratados de preparación a la muerte: aproximación
metodológica”, en GARCÍA MARTÍN, M. (Ed.), Estado actual de los estudios sobre el Siglo
de Oro. Actas del II Congreso Internacional de Hispanistas del Siglo de Oro, Salamanca 1993, vol.
II, pp. 719-734; MARTÍNEZ GIL, F., Muerte y sociedad en la España de los Austrias, Madrid
1993. Desde el punto de vista regional y provincial existen muchos y muy buenos trabajos, la
mayoría fruto de tesis doctorales, que nos dan una visión muy completa y pormenorizada del
tema de la muerte en España desde el punto de vista religioso, cultual, sociológico, mental,
funerario, artístico; CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F.J. (coord.), El mundo de los
difuntos: culto, cofradías y tradiciones, San Lorenzo del Escorial 2014, 2 vols.
30 El pecado entraña dos aspectos: la culpa con la cual Dios es ofendido, y la pena que se
debe por la culpa. El Purgatorio era una situación -lugar y estado- en el que tras la muerte se
limpia el alma de aquellas culpas perdonadas en el sacramento de la penitencia al que se
accede por el arrepentimiento personal del penitente pero queda la pena temporal correspondiente a
esos pecados perdonados., Decreto sobre el Purgatorio, Concilio de Trento, Sesión XXV (3/4-XII-
1563); Catecismo del Concilio de Trento, II Parte, Cap. V. Así explica la doctrina un moralista
del Renacimiento (+ Toledo, 1562): “Sabido es que las ánimas del purgatorio, por ser nuestros
prójimos en la caridad, con que comunican con los que viven en caridad en la vía [vida],
pueden ser socorridas por los sufragios que los vivientes hicieren por ellas (…) Dícese que
esta obra ha de ser hecha de uno o de muchos, porque para ser sufragio no basta que sea
pensada, si no fuese determinada en la voluntad. Dícese en caridad, porque la caridad es la
forma de las virtudes sin la cual ninguna obra es meritoria de gloria”, VENEGAS, A., Agonía
del Tránsito de la muerte: suivi de breve declaración de las sentencias y vocablos obscuros que en
el libro de la muerte se hallan, París 2001, p. 386; sobre los testamentos, mandas pías, albaceas, pp.
102-128. Editión crítique avec introduction et notes par Marc Zuili. Primera edición, Toledo,
Juan de Ayala, 1537; antes de Trento tuvo seis ediciones y otras tantas después del concilio
hasta el siglo XVII.
su mujer; Pintores: Juan Carreño de Miranda, Sebastián Herrera Barnuevo, Juan Pantoja de la
Cruz, Eugenio Cajés y Juan Vicente Moreli; Escultor: Juan Bautista Moreli; Dramaturgos:
Pedro Calderón de la Barca y Lope de Vega; Escritor: Luis Vélez de Guevara.
33 Acumular indulgencias por abundancia de sufragios y duplicidad de mortajas fue
bastantes habitual -no es el momento de hacer mención del número de miles de misas encargas en
los testamentos a los albaceas por reyes, nobles, artistas, escritores, etc.-, ya que “estas garantías
aumentan y se refuerzan si el envoltorio final, el vestido para el último viaje, es doble, práctica más
rural que urbana y constatada también en otros lugares”, GÓMEZ NAVARRO, S., Una
elaboración cultural de la experiencia del morir. Córdoba y su provincia en el Antiguo Régimen,
Córdoba 1998, p. 92; otros ejemplos de enterrarse con varios hábitos y símbolos de Órdenes
religiosas, MARTÍNEZ GIL, F., Muerte y sociedad en la España…, o.c., p. 563.
34 “El caso extremo en sentido de prepararse para figurar como protagonista de una
representación teatral no en vida, sino después de muerto, lo ofrece a nuestro juicio Calderón
de la Barca. El poeta que concibió siempre el teatro como un gran sermón representado para
seducir, conmover y convencer a los espectadores, con las verdades eternas a través de las
vías de los sentidos -sobre todo la vista-, cuando se aproximó la hora de su muerte dispuso
varias cláusulas en su testamento, que son la manifestación de quien, en el momento en que
va a morar, piensa en ser visto como personaje que representa la lección del desengaño en el
teatro del mundo”, OROZCO DÍAZ, E., El Teatro y la teatralidad del Barroco, Barcelona
1969, p. 113.
35 Reafirmaciones concretas de estos aspectos, en GONZÁLEZ LOPO, D., “La actitud
ante la muerte en la Galicia occidental de los siglos XVII y XVIII”, en EIRAS ROEL, A,
(coord.), La documentación notarial y la Historia. Actas del II Coloquio de Metodología
Histórica Aplicada, Santiago de Compostela 1984, p. 134; LÓPEZ LÓPEZ, R.J., Comportamientos
religiosos en Asturias durante el Antiguo Régimen, Gijón 1989, p. 69; HERNÁNDEZ, M., La
muerte en Canarias en el siglo XVIII (Un estudio de historia de las mentalidades), Santa Cruz
de Tenerife 1990, p. 148; LORENZO PINAR, F.J., Muerte y ritual en la Edad Moderna. El caso
de Zamora (1500-1800), Salamanca 1991, esp. pp. 71-219; GARCÍA FERNÁNDEZ, M., Los
castellanos y la muerte. Religiosidad y comportamientos colectivos en el Antiguo Régimen,
Valladolid 1996; LARA RÓDENAS, M.J.de, La muerte barroca. Ceremonia y sociabilidad
funeral en Huelva durante el siglo XVIII, Huelva 1999, p. 71; ARIÈS, P., Historia de la
muerte en Occidente, Barcelona 2000, p. 32; REDER GADOW, M., “La escritura testamentaria
como fuente de información multidisciplinar”, en CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F.J.
(coord.), El mundo de los difuntos…, o.c., vol. II, pp. 925-939; VIZUETE MENDOZA, C.,
“Morir en comunidad. Usos. Costumbres y rituales en torno a la muerte en monasterios
femeninos hispánicos”, en Ibid, o.c., vol. II, pp. 643-658; CAMPOS y FERNÁNDEZ DE
SEVILLA, F.J., “Religiosidad popular en las Reglas y Constituciones de Cofradías de Ánimas
del Mundo Hispánico”, en Ibid, vol. II, pp. 1089-1132.
36 VARELA, J., La muerte del Rey. El ceremonial funerario de la monarquía española
(1500-1885), Madrid 1990; SÁNCHEZ, G., “Música y liturgia en el ceremonial funerario del
Real del monasterio del Escorial”, en CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F.J. (coord.), El
mundo de los difuntos…, o.c., vol. I, pp. 3299-414; “SOTO CABA, V., “La configuración de un
modelo. Los catafalcos madrileños durante el reinado de Felipe V”, en Espacio, Tiempo y Forma
UNED), Serie VII, Hª del Arte, t. 2 (1989) 169-195: “unas máquinas con características bien
precisas, diseñadas en la mayoría de los casos por don Teodoro Ardemans, maestro mayor de
Palacio y del Ayuntamiento”, p. 169; IDEM, “Sobre los cortejos en los funerales reales del
Barroco. Notas en torno a su origen y configuración”, en Boletín de Arte (Universidad de Málaga),
Santíssima…, Madrid 1727, pp. 1-23; texto citado, p. 8; ed. de F. de Avilés. También hace un
recorrido histórico Fr. Juan Fajardo en el “Dictamen” previo a la obra del P. Manuel
Quevedo. COLINAS, G., Compendio de las Bulas, concedidas a la Orden de N.P.S. Agustín,
Burgos, s.a., ¿1757? [tomado de las licencias y aprobaciones], núms. 384, 388, 394, 420 y
586-589. ANÓNIMO, Compendio sucinto de los milagros de la Sagrada Correa y breve
sumario de las grandes Indulgencias y gracias que los Sumos Pontífices han concedido a la
Archi-Cofradía de la Correa de N.G.P. y Doctor de la Iglesia S. Agustin, con el glorioso
título de Nuestra Señora de la Consolación... Reimpreso por el P. Francisco de Paula Castillo
en el pueblo de Sampaloc [hoy uno de los dieciséis distritos de la ciudad de Manila, Filipinas], Año
de 1797, lo relacionado con la muerte y las indulgencias, pp. 256-259.
38 LAZCANO, R., Generales de la Orden de San Agustín. Biografías-Documentos-Retratos,
Frente a la alta estima y devoción que tenía Calderón por la correa de San
Agustín dista mucho de la que muestra por la Copacabana de plata puesto
que figura en unas relaciones de objetos de ‘plata labrada’ y ‘pinturas y imágenes
de bulto’ que estaban destinados a ejecutar su última voluntad: “Y para cumplir
y pagar este mi testamento dejo por bienes míos los siguientes”43, fue rematado
en 74 rs. de plata44.
39
Testamento, e.c., p. 262.
40En nuestro trabajo del año pasado recogíamos un elenco de este tipo de piezas
conservados en España; CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F.J., “La escenografía de
la Aurora en Copacabana de Calderón de la Barca y la historiografía agustiniana”, en
Anuario Jurídico y Económico Escurialense (San Lorenzo del Escorial), LI (2018) 526-527.
De ese mismo formato se han presentado dos piezas en “Plata de los Andes”, exposición
celebrada en el Museo de Arte de Lima (MALI), primavera-verano de 2018-2019: 1) Retablo
de la Virgen de Copacabana (c. 1650 a 1700); plata y pasta. Colección A. Andrade (Lima); 2)
Retablo de la Virgen de Copacabana (c. 1650 a 1700); plata y pasta. Antigua colección J.
Álvarez, obra hoy en dicho Museo. Es importante destacar que ambas piezas coinciden
cronológicamente con el auge en España de la devoción a la Virgen, la llegada a Madrid de la
reina Dª Mariana de Austria (1649), la publicación de las obras de los PP. Andrés de San
Nicolás, Gabriel de León (1663) y la composición de La Aurora en Copacabana, de
Calderón, década de 1660 (¿1662-1663?).
41 Historia del Célebre Santuario de Nuestra Señora de Copacabana, y sus Milagros, e
Invención de la Cruz de Carabuco, Lima 1621. Ed. de I. Prado, Lima 1988; nueva edición de
H. van den Berg y A. Eichmann, Bolivia 2015; Santuario de N. Señora de Copacabana en el
Perú. Poema Sacro, Lima 1641; CALANCHA, A. de la, Crónicas Agustinianas del Perú,
Madrid 1972, t. I, pp. 107-665, ed. de M. Merino.
42 LEÓN, G. de, Compendio del origen de la esclarecida y milagrosa imagen de Nuestra
Señora de Copacabana, Madrid 1663; SAN NICOLÁS, A. de, Imagen de Nuestra Señora de
Copacabana, portento del Nuevo Mundo ya conocido en Europa, Madrid 1663.
43 Testamento, e.c., p. 261; KING, W.F., “Inventario, tasación y almoneda de los bienes
de Don Pedro calderón de la Barca”, en Nueva Revista de Filología Hispánica (El Colegio de
México), XXXVI / 2 (1988) 1079-1082.
44 Pesaba “1 marco, 1 onza y una ochava”, PÉREZ PASTOR, C., “Inventario, tasación y
almoneda de los bienes que quedaron por muerte de D. Pedro Calderón de la Barca”, en
Documentos para la biografía…, o.c., t. I, doc. 194, p. 424.
Americana de la orden de San Agustín, Madrid 1917, vol. III, pp. 37-47; LAZCANO, R.,
“Gándara y Ulloa, Felipe”, en Diccionario Biográfico Español, Madrid, t. XXI, pp. 328-329.
48 Descripción, origen, y descendencia de la mvy noble, y antigva Casa de Calderón de la
Barca, continvadas svs svcessiones hasta Don Fernando Calderón de la Barca, Cauallero del
Abito de Santiago, a qvien las dedica sv avtor, El Padre Maestro Fray Felipe de la Gándara,
Religioso de la Orden de San Agustín, y Coronista General del Reyno de Galicia. Año
[escudo de armas] 1661. Impresso en Madrid. Por loseph Fernandez de Bvendía. Escudo de
armas: “Las primitivas del apellido son: De plata, con cinco calderos de sable puestos en
sotuer, y bordadura de gules, con ocho sotures de oro (…) también traen los Calderón estas
otras armas: Escudo partido 1º, de oro, con los cinco calderos de sable puestos en sotuer, con
las banderas de gules, y 2º, de azur, con un castillo de plata, de cuya torre del homenaje sale
un brazo, con armadura del mismo metal, empuñando una espada desnuda, también de plata.
En el jefe, este lema en letras de sable: Por la fe moriré”; es el de la portada y todavía el linaje
tiene otro tercer escudo, GARCÍA CARRAFFA, A. y A., Enciclopedia Heráldica y Genealógica
Hispano Americana, Madrid, t. XXI, pp. 110-111, y lám. 5 (nº 209).
49 Manifiesta gran amistad con el dedicatario, desde que llegó a la Corte y le ha visitado
Calderón de la Barca y sus sucessiones continuadas, que escrivió El Rmo. P. M. Fr. Phelipe
de la Candara, de la Orden de San Agustín, y Chronista General del Reyno de Galicia. Que
añadió, enmendó y continuó hasta el actual Posseedor de la Casa Don Francisco Xavier
Calderón de la Barca, El Rmo. P. M. Fr. Joseph Río Maestro General de la Religión de S.
Benito, y Abad que fue del Real Monasterio de San Martin de Madrid. Obra póstuma que saca
a luz Juan de Zúñiga. Con licencia. En Madrid, Año de 1753. Al ser obra póstuma el prólogo
es un texto del editor donde explica que el padre benedictino la preparó tratando de completar
y enmendar los errores del P. de la Gándara y por afecto a la familia porque su origen estaba
en la misma tierra y cercanía de la Casa de los Calderón.
52 GÁNDARA, F. de la, Descripción, origen, y descendencia…, o.c., p. 29; RÍO, J., Descripción,
de las pruebas para la concesión del Hábito de Caballero de la Orden de Santiago de Pedro
Calderón de la Barca y González de Henao; se incluye la genealogía y una copia de la partida
MORI, E., Ensayo sobre la vida y obras de D. Pedro Calderón, e.c., pp. 31-34; el historiador
literario español estudia la ascendencia y familia en un documentado en las pp. 15-50.
Reduciéndose solo a los ascendientes del dramaturgo, “Casa de Sotillo, lugar de Sotillo, de la
jurisdicción de Reinosa. Allí radicó otra Casa de Calderón, dimanada de la Casa de la Barca”,
VILAR Y PASCUAL, L., Historia, Genealógica, Heráldica y Biográfica del Gran Calderón de la
Barca, Madrid 1881, pp. 28-39; GARCÍA CARRAFFA, A. y A., Enciclopedia Heráldica…, o.c.,
t. XXI, pp. 86-87; MOGROBEJO, E., I. y G. de, Diccionario Hispanoamericano de Heráldica…,
o.c., vol. XXXI (XVI), pp. 162-163.
55 CALDERÓN DE LA BARCA, P., Las Órdenes Militares: http://www.cervantesvirtual.com/
obra-visor/las-ordenes-militares--0/html/fef2ca74-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html#I_0_ Edición
digital a partir de la de Pedro Pando y Mier, Autos Sacramentales, alegóricos y historiales...,
Madrid, Manuel Ruiz de Murga, 1717 y cotejada con la edición de Nicolás González Ruiz, Piezas
maestras del teatro teológico español, 4ª ed., Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1997, t. I, pp.
479-516; Las Órdenes Militares. Texto crítico preparado por J. M. Ruano de la Haza procedente de la
edición Calderón de la Barca, Pedro, Las órdenes militares, ed. J. M. Ruano de la Haza, Pamplona-
Kassel, Universidad de Navarra–Reichenberger, 2005. Serie de Autos sacramentales completos de
Calderón, nº 44; REAL CONSEJO DE LAS ÓRDENES MILITARES, Lux Hispaniarum. Estudio
sobre las Órdenes Militares, Madrid 1999, coord. Fr. J. Campos.
56 BN, texto digital: http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000012705&page=1.
57 ROS, C., La Inmaculada y Sevilla, Sevilla 1994; ARANDA DONCEL, J., “Córdoba y
“Señor: Los rreynos que estan juntos en las Cortes que al presente se
celebran tienen acordado de hazer seruicio a la birgen madre de Dios,
en botar juntos su ynmaculada y limpia Concepcion y tener en sí que
fue concebida sin mancha de pecado original, haciendo este boto segun y
como le hizo el Rey nuestro Señor, padre de V.M. que santa gloria
haya, al tiempo de su tránsito, y como le han hecho en particular muchas
de las ciudades y vnibersidades de estos rreynos. Suplican a V.M.
humildemente les haga fauor y merced en concederles la licencia que
an menester para semejante acto, que demas del eruicio que se hara a
la Virgen madre de Dios, confian que por su yntercesion alcançar los
buenos sucesos que desean en los negocios que tratan del rremedio
vnibersal de estos rreynos.
Visto el dicho memorial, se aprouo por el rreyno y acordó que los
dichos caualleros comissarios lo den a S.M.”58
Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes (Córdoba), LXXXIV / 149 (2005) 117-
142; NÚÑEZ BELTRÁN, M.A., La oratoria sagrada de la época del Barroco. Doctrina,
cultura y actitud antes la vida desde los sermones sevillanos del siglo XVII, Sevilla 2000, esp.
197-236 (el tema mariano); CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F.J., La Inmaculada
Concepción en España: Religiosidad, historia y arte. Actas del Simposium. San Lorenzo del
Escorial 2005, 2 vols.; MONCUNILL BERNET, R., “La devoción mariana de Calderón en
sus autos sacramentales, en Scripta de María (Santuario de Torreciudad), 9 (2012) 313-338,
esp. 328-334: Inmaculada Concepción.
58 Actas de las Cortes de Castilla, Madrid 1913, t. XXXVI, p. 212. El 8-XI-1621 “acordo
el Reino de conformidad se de por aprouado el memorial que se a de dar a S.M. cerca de que
se mande señalar por dia el de nuestra Señora de la Concepcion, que es a ocho de Diciembre,
para jurar el Reuno la limpia y pura Concepcion de Nuestra Señora”, Ibid, t. XXXVII, p. 277.
Las Cortes se celebraron del 19 de junio al 19 de noviembre.
59 Celebrando la publicación de la Constitución en Valencia se organizaron una solemnísimas
fiestas en 1662 poco tiempo después de llegar a la ciudad la noticia y una copia del texto,
PEDRAZA, P., Barroco efímero en Valencia, Valencia 1982, pp. 49-161; CAMPOS y
FERNÁNDEZ DE SEVILLA, J., “La Inmaculada Concepción, devoción y fiestas”, en Fiestas
Barrocas en el Mundo Hispánico: Toledo y Lima, San Lorenzo del Escorial 2012, pp. 78-89;
se trata de una bibliografía histórica del siglo XVII centrada principalmente en las fiestas
generales organizadas con motivo de la publicación del Decreto del Santo Oficio Sanctissimus
Dominus noster, (12-IX-1617), la Bula citada de Alejandro VII (1661), y del juramento
inmaculista que incorporaron importantes instituciones a sus respectivos Estatutos y
Constituciones. La relación se presenta de forma cronológica porque el calendario ayuda a
comprender el fenómeno festivo, sus relaciones e influencias.
60 Texto de la Constitución:
http://www.mercaba.org/MAGISTERIO/sollicitudo_omnium_ecclesiarum.htm
61 JIMÉNEZ MORENO, A., Nobleza, guerra y servicio a la Corona: los Caballeros de
la Literatura Española, Madrid 21970, t. II, p. 729; ROZAS, J.M., “La teatralidad de los
dramas alegóricos de Calderón”, en Anuario de Estudios Filológicos (Universidad de
Extremadura), XXX (2007) 321.
63 Para A. Parker, este auto es un ejemplo de Calderón para explicar de una segunda forma
mente por los sentidos66, y se pueden reforzar en ambos con colores y símbolos
aceptados culturalmente67. En la escena del auto de la Órdenes Militares que
hablamos, previamente el Lucero es quien anuncia la venida del segundo
Adán en un interesante diálogo68.
96; CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F.J., “La fiesta barroca, fiesta de los sentidos”,
en La Fiesta del Corpus Christi, Cuenca 2002, pp. 91-122. Publicado sin notas, pero con unos
cuadros, en Corpus Christi: El Pan del cielo en el Cusco. La Eucaristía en el arte. III Simposium
de Fe y Cultura, Arzobispado del Cusco 2015, pp. 35-55 y 57-59. Ed. a cargo de M. Bravo Béjar,
CM.
66 “ANGELIO [que es el demonio]: Y te llevaré a que mores / en ciudad extraordinaria. /
Pintarla quiero: el pincel / es mi lengua, mis palabras / serán las varias colores, / y tus orejas la
tabla”, MIRA DE AMESCUA, A., El esclavo del demonio, Acto III. Y así plasma la
vivacidad de los textos calderonianos el trinitario fray Manuel Guerra y Ribera en la
“Aprobación” de la edición impresa: “Las comedias que ahora se escriben se reducen a tres
clases: de santos, de historia y de amor, que llama el vulgo de capa y espada. Todas son tan
ceñidas a las leyes de la modestia que no son peligro sino doctrina. Si son de santos, el
ejemplo mueve, los milagros se imprimen, la devoción se extiende. ¿Cuántos me afirman que
lloran más que en el más ardiente sermón? No hay que admirar, que los genios no se dan a la
mayor razón y las mociones más consisten, en mi juicio, en la simpatía que en la eficacia. Si
son historiales, los avisos doctrinan, los sucesos escarmientan, los desengaños atemorizan. Si
son de pasos amatorios (que son las menos morales), están tratados con tal honestidad que ni
se permite indecencia ligera en los afectos, ni voz menos pura que no saliese castigada a
silbos”. Texto, en Verdadera Quinta Parte de Comedias de Don Pedro Calderón de la Barca,
Madrid 1682, ed. de D. Juan de Vera Tassis y Villarroel, s.p., dentro del párrafo o signo
tipográfico calderón ¶¶¶4; HERZIG, C., “Fray Manuel de Guerra y Ribera, Aprobación a la
Verdadera Quinta Parte de Comedias de don Pedro Calderón (1682).Estudio, edición y
notas”, en CRITICÓN (Université de Toulouse II-Le Mirail), 93 (2005) pp. 95-154, texto
citado, p. 133, párrafo 90.
67 “La identidad de los personajes es revelada, naturalmente, por el diálogo; pero con
objeto de que no se les confunda durante el desarrollo de la acción [Calderón] los viste
invariablemente de una manera especial (el color de los vestidos es a veces importante) (52),
o les hace llevar un distintivos. La Vista llevará un espejo; el Oído, un instrumento musical; el
Olfato, una bandeja de flores; el Gusto, una de frutas; el Tacto, un vellón (El Jardín de
Falerina)”, PARKER, A., “Los dramas alegóricos de Calderón”, en Escorial, o.c., p. 211.
68 Vv. 1113-1130. COTARELO Y MORI, E., Ensayo sobre la vida y obras de D. Pedro
Calderón, e.c., pp. 302-303 y Vv. 362/408, respect.; PARKER. A. A., Los autos
sacramentales de Calderón, o.c., p. 91; SAGE, J., “Calderón y la música teatral”, a.c., p. 292;
MARTÍNEZ BLASCO, A., “La Inquisición vista por Calderón en los autos sacramentales”,
en REICHENBERGER, K. & T. (ed.), Calderón. Protagonista eminente del barroco europeo,
Kassel 2000, vol. I, p. 31.
69 Uniendo la idea de sermón y fiesta barroca, Calderón lo expresa así: “Pastor: … mas
decidme, aquellas torres / o triunfales carros que / el aire ocupan disformes / ¿para qué fin
aquí están? Labradora: A fin de hacer las mejores / fiestas que pudo la idea / inventar. Pastor:
¿Qué son? Labradora: Sermones / puestos en verso, en idea / representable cuestiones / de la
Sacra Teología, / que no alcanzan mis razones / a explicar ni comprender / y el regocijo
dispone / en aplauso de este día”, “Loa para el Auto intitulado la Segunda Esposa…”, en
del Santo Oficio releían cuidadosamente los textos y las acotaciones porque
podían escaparse o introducirse alguna expresión peligrosa o contraria que
indujese al oyente a caer en una desviación de la sana doctrina70. Y esto está
unido estrechamente a la oratoria sagrada de la época donde el predicador es
un actor; el sermón es una pieza dramática; el templo es un escenario, y el
púlpito es una parte de la tramoya para la representación71. Y de tanto
aparato, tanta cita culta, tanta elocuencia y gestualidad, tanta modulación de
voz, tantos elementos visuales y recursos escenográficos… ¿con qué se queda el
público salvo la experiencia personal que le ha hecho vibrar un rato? La
inmensa mayoría sale de la iglesia con el resumen -fundamental por otra
parte-, que la Labradora le ofrece al Pastor en la mencionada Loa: “Y así, en
misterios tan raros, / difíciles de entender, / conténtese con saber / la inteligencia
atrevida, / que morir para dar vida, / solo Dios lo pudo hacer”72. ¿Qué más
tenía que saber y supo el cristiano español del Seiscientos para vivir con
sinceridad y muchas limitaciones su fe?
Autos Sacramentales Alegóricos, y Historiales…, Madrid 1717, Parte Sexta, p. 291, ed. de P.
de Pando y Mier; tradicionalmente estos versos se han considerado la definición de Auto de
mano del propio Calderón. El Profesor J.L. Alborg explica esta idea de A. Parker en Historia
de la Literatura, o.c., t. II, pp. 716-717, y poco antes afirma que “lo peculiar de Calderón
consistió en crear, para sus obras sacramentales, una estrecha conexión teológica entre la
fiesta y la obra representada, haciendo del tema eucarístico base esencial de ésta”, p. 714.
70 EIMERIC, N., y PEÑA, F., El manual de los inquisidores, Barcelona 1983, pp. 59-61;
templos y retablos barrocos], no nos extrañará que la oratoria sagrada acuda para reforzar su
poder conmovedor y convincente a recursos de teatralidad análoga; aparte los más generales
efectos de tono, gestos y movimientos, de que necesariamente se valdría el predicador de
acuerdo con la misma intención. Así se valen de todos los medios posibles para impresionar
visualmente, a los que la palabra acompañaba, produciéndose la simultánea de ojos y oídos
propia del teatro”, OROZCO DÍAZ, E., El Teatro y la teatralidad, o.c., p. 143. Posteriormente
insiste en la misma idea: “La concepción del sermón como espectáculo se sentía y vivía por
todas las clases sociales, de la misma forma que se emocionaba y gozaban con la función
teatral (…) Está claro que los predicadores llegaban a actuar como comediantes; pero en
correspondencia también su auditorio se comportaba como espectadores de una fiesta teatral”,
Introducción al Barroco, Granada 1988, t. I, pp. 274 y 276; HERRERO SALGADO, F., La
oratoria sagrada en los siglos siglo XVI y XVII, Madrid 1996, pp. 219-514.
72 “Loa para el auto Sacramental intitulado, La Segunda Esposa”, e.c., p. 291.
biografía…, o.c., t. I, doc. 169, p. 294. Sólo en plan de sugerir unas imágenes conocidas para
el lector, ahí están los lienzos historiados de la Inmaculada de Vicente Macip, Juan de Juanes,
Zurbarán, etc.
74 MENDOZA GARCÍA, I., y SÁNCHEZ RIVILLA, T., “Angulo y Figueroa, Jerónimo
de”, en Diccionario Biográfico Español, t. IV, p. 383. Venía de Canarias donde había
desempeñado importantes cargos en aquel Tribunal.
75 Descripción del manuscrito con letra moderna: Auto sacramental Las Órdenes Militares, de
D. Pedro Calderón de la Barca, con una hoja autógrafa. Defensa del mismo, por el autor,
también autógrafa, y con su firma. Expediente formado por la Inquisición contra el dicho
Auto. (original), BN, Sig. RES/24. MSS.MICRO/18505. Reproducción de Res/24 (81 fotogramas).
76 HARTZENBUSCH, J.E., Memoria leída en la Biblioteca Nacional en la sesión pública
del presente año, 1870, Madrid 1870, pp. 14-16; PICATOSTE y RODRÍGUEZ, F., “Biografía de
Don Pedro Calderón de la Barca”, o.c., pp. 302-303. Difieren levemente en la interpretación
de los reparos de la Inquisición; para el primero el asunto es que en el auto “no se ponía
bastantemente clara, como prueba decisiva de nobleza, la divinidad de de Jesucristo, y se
esforzaba, más de lo que entonces se debía, la pureza de Nuestra Señora”, p. 14; para el
segundo, “ninguna dificultad ofreció la información por parte del padre; pero por la línea materna,
o sea, la naturaleza humana, había dudas que esforzaba la culpa, es decir, el pecado original,
que al fin se resolvían conforme a la doctrina de los papas”, p. 302. WALBERG, E., “l'Auto
rigores de los informantes, Zaragoza 1637; JIMÉNEZ PATÓN, B., Discurso a favor del santo y
loable Estatuto de la Limpieza, Granada 1638; SICROFF, A., Los Estatutos de Limpieza de
Sangre. Controversias entre los siglos XV y XVII, Madrid 1985; HERNÁNDEZ FRANCO, J.,
Sangre limpia, sangre española. El debate de los estatutos de limpieza (siglos XV-XVII), Madrid
2011, pp. 249-268.
80 Alegato sobre estatuto de limpieza de sangre de Toledo hecho por el Cardenal Silíceo,
BN, ms. 5767, ff. 89-113v; Libro de las causas que al arzobispo de Toledo Juan Martínez Silíceo y
a su cabildo movieron para hacer el Estatuto de limpieza de sangre y las razones de los
contraditores, Ibid, ms. 6170, ff. 1-55v; Defensa del estatuto de limpieza que fundó en la Sagrada
Iglesia de Toledo el Cardenal y Arzobispo don Juan Martínez Silíceo, compuesta por el licenciado
Balthasar Porreño…., Ibid, ms. 13.043, ff. 2-52; Otro ejemplar del S. XVII, Ibid, ms. 5910;
Relación de todo lo que passó del hacer el estatuto de limpieza que tiene la Sancta Iglesia de
Toledo para los que han de ser prebendados en ella, el qual se hizo siendo Arzobispo D. Juan
Martínez Silíceo, Ibid, S. XVII, ms. 6055, 100 ff.; SICROFF, A., Los Estatutos de Limpieza
de Sangre, o.c., pp. 125-172; el precedente de la Capilla de Reyes Nuevos, pp. 129-130.
81 ARELLANO GARCÍA, M., “Pedro Calderón de la Barca, Capellán de la Real Capilla
El expediente que había que preparar para el ingreso era complejo por las
pruebas que había que presentar sobre la nobleza de nacimiento (hidalguía) y
la limpieza de sangre82. En el caso de Calderón fueron ochenta testigos que
testimoniaron la idoneidad del candidato: 38 de Madrid -ningún agustino-,
lugar de sus padres y abuelos maternos; 25 de Boadilla del Camino, Sotillo,
Reinosa y su jurisdicción por parte de su abuelo paterno, y 17 de Toledo por
parte de su abuela paterna83.
CABALLEROS_SANTIAGO,Exp.1394
84 Copia-borrador del siglo XIX en papel timbrado del Cuarto Centenario del Descubrimiento
antiguo al que perteneciese anteriormente. Texto publicado recientemente con algún error de
transcripción en KRZYSZTOF, S., Cartas, documentos y escritos de Pedro Calderón de la
Barca…, Valencia 2008, p. 136; también con errores y omisión de palabras, por BEATA
BACZYŃSKA, Pedro Calderón de la Barca. Dramaturgo en el Gran Teatro de la Historia.
Traducción Justyna C. Nowicka y Beata Baczyńska, Alicante 2016, p. 346; afirma que la
transcripción la toma de WILSON, E.M., “Calderón y el Patriarca”, en Studia Iberica.
Festschrift für Hans Flasche, eds. K.-H. Köener y K. Rühl, Bern-München, Francke Verlag,
1973, p. 699. Según autores la carta se fecha entre 1651-1653.
86 PÉREZ PASTOR, C., Documentos para la biografía…, o.c., t. I, doc. 194, p. 420.
87 “Y los demás [libros] de diferentes facultades, así los de moral y buenas letras, se den y
entreguen al dicho D. Antonio de Padilla, mi sobrino”, Testamento, e.c., p. 260.
88 Entre las muchas biografías existentes de Calderón para una visión resumida pero
completa y de calidad sobre la vida del dramaturgo con bibliografía, cfr. ALCALÁ-ZAMORA Y
QUEIPO DE LLANO, J., “Calderón de la Barca y Henao, Pedro”, en Diccionario Biográfico
Español, Madrid, t. X, pp. 385-394.
89 “Fernández-Guerra dice, no sin gracia, de las comedias de santos que se escribían cuando no
motivo de la canonización de San Isidro, San Ignacio, San Francisco Javier, Santa Teresa y
San Felipe Neri, donde obtuvo el tercer premio, detrás de Lope de Vega, y en 1671 participó
en el certamen poético en las fiestas de canonización de San Francisco de Borja, PICATOSTE
y RODRÍGUEZ, F., “Biografía de Don Pedro Calderón de la Barca”, o.c., pp. 13-14 y 37;
ALCALÁ-ZAMORA, J., “Calderón de la Barca”, en Diccionario Biográfico Español, o.c., t. X, p.
386; LOPE DE VEGA, F.L., “Justa poética al bienaventurado San Isidro… y Relación de las
fiestas que la insigne Villa de Madrid hizo en la canonización de su bienaventurado hijo y
patrón San Isidro”, en ROSELL, C., Colección escogida de obras no dramáticas de Frey
____ , Madrid 1856, pp. 143-158, BAE, t. XXXVIII. Recordemos que Cervantes participó en
el concurso organizado por los dominicos de Zaragoza en 1595 con motivo de la canonización
de San Jacinto de Polonia, obteniendo el primer premio de unas de las secciones, CAMPOS y
FERÁNDEZ DE SEVILLA, F.J., “San Juan de Sahagún en la literatura”, en La Ciudad de
Dios (San Lorenzo del Escorial), 228 (2015), esp. 397-413 (concursos literarios); IDEM, “La
fiesta de canonización de San Jacinto en Zaragoza y la participación de Cervantes”, en
Cuadernos de Estudios Manchegos (Ciudad Real), nº 43 (2018) 227-244.
91 “Recogiendo una ya lejana intuición de Morel-Fatio, también yo pienso que nuestro
teatro barroco, por mucho que se le llame un ‘teatro nacional’ y que algunos hayan querido
ver en él una especie de ‘paideia’ hispánica, no ejerció en ningún momento, una función
educadora del pueblo; pero yo quiero hacer seguir esta observación de otra que la completa:
sí tuvo una función manipuladora del pueblo en su conjunto, con fines de realizar una
operación configuradora de carácter ideológico sobre amplio sectores de la población”, Teatro
y literatura, o.c., pp. 165-166.
92 P. Antonio Soler (1729-1783), IV-2. Música Escénica (Obra Completa). Pedro Calderón de
la Barca, San Lorenzo del Escorial 2000. Versión y estudio José Sierra Pérez, pp. 13-25 y 28-29.
93 Testamento, nº 2; ed. facsímil de M. Fernández Álvarez, Madrid 1982, pp. 5-6. Estaban
sobre este tema tan reiterativo y complejo; también señalado de forma genérica en todo el fondo
como leg. 1778, y en los documentos sigue constando la antigua catalogación de “Cax. 63”.
95 CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F.J., “Del Escorial a Lima: Fray Diego
Bolivia (Tarata), XII / 133 (enero 1920) 1-15. Agradecemos profundamente a don Diego
Oliva la ayuda facilitada.
97 ALDUNATE LOZA, E., Geschichte der Verehrung der Jungfrau Maria von Copacabana -
Loaiza, La Paz, contiene varios dibujos a pluma. Es de 404 fojas, de las cuales 294 se ocupan
de la ‘Historia de Copacabana, siguiéndole: ‘El tratadito de la S. Reliquia y Cruz de Carabuco’ (12
capítulos) según el número de los meses, e igualmente dedicado, como la Historia, al Obispo
D. Alonso Ramírez de Vergara, en los Charcas. El escrito no es de todo uniforme, puesto que tiene
páginas intercaladas por otra mano”, “Los principios del Santuario de Copacabana”, a.c., p. 2.
100 “Los principios del Santuario de Copacabana”, en Archivo de la Comisaría Franciscana de
Bolivia (Tarata), XII / 134 (febrero 1920) 49-56. Agradecemos profundamente a don Diego
Oliva la ayuda facilitada.
101 Historia del Célebre Santuario…, ed. de I. Prado, o.c, pp. 234-238.
102 “En el transcrito relato del P. Salas nótase la influencia de la tradición verbal, que ya
adulteraba lo sucedido. A pesar de distar los sucesos aludidos apenas 30 años”, a.c., p. 49.
103 Y lo prefiere “por ser más cercanos a los sucesos referidos y por la sencillez de su
131-145; por ejemplo de él toma la descripción de la imagen de la Virgen, a.c., pp. 55-56.
También cita la Historia que escribió el franciscano P. Rafael Sans en la segunda mitad del
siglo XIX, que fue un compendio de la obra del agustino Ramos Gavilán.
105 CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F.J., “La escenografía de la Aurora en
248, 359 y 362; CALANCHA, A. de la, Crónicas Agustinianas, e.c., t. I, p. 217. BERG, H.
van den, “Los milagros de la virgen de Copacabana en las obras de los agustinos Alonso
Ramos Gavilán y Antonio de la Calancha”, en Anuario de la Academia Boliviana de Historia
Eclesiástica (Cochabamba), 8 (2002-2003) 33-68;
107 Historia del Célebre Santuario de Nuestra Señora de Copacabana, y sus Milagros, e
Invención de la Cruz de Carabuco, Lima 1621. Ed. de I. Prado, Lima 1988; nueva edición de
H. van den Berg y A. Eichmann, Bolivia 2015.
108 Crónicas Agustinianas, e.c., t. I, pp. 107-665.
Copacabana]”, en RAMOS GAVILÁN, A., Historia del Célebre Santuario…, ed. de I. Prado,
pp. 234-238; “Donde se pone la misma relación que dejó escrita de su mano y letra el escultor
de esta santa imagen”, ed. de H. van den Berg y y A. Eichmann, pp. 300-303.
110 “Los principios del Santuario de Copacabana”, a.c., pp. 9-11.
111 “San Agustín en la poética Española e Hispanoamericana”, en JIMÉNEZ, J.D., San
Agustín un hombre para hoy: Congreso Agustiniano de Teología. 1650 aniversario del
nacimiento de San Agustín, Buenos Aires 2006, t. II, pp. 141-215.
112 LAZCANO, R., Bibliographia Missionalia Augustiniana. América Latina (1533-
los 6 días de Diciembre de 1616, después de catorce años de persecuciones y destierros por el
Cuzco”, “San Agustín en la poética Española…”, a.c., p. 188.
114 Ibid.
115 Copacabana de los Incas. Documentos auto-lingüísticos e isografiados del Aymáru-
Aymára. Protógonos de los Preamericanos. La Paz 1901, pp. 17 y 19; nueva edición, Fundación
Flavio Machicado Viscarra, La Paz 2010, de E. Machicado Saravia, y C. Machicado Murillo;
CAMPOS y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, F.J., “La escenografía de la Aurora en Copacabana…”,
a.c., pp. 544-549.
116 En Ibid “Historiografía agustiniana”, pp. 524-533; LOHMANN VILLENA, G., “El
Copacabana…”, a.c., pp. 542-543. En grandes repertorios bibliográficos como Nicolás Antonio y
J. T. Medina, no figuran las supuestas obras impresas del P. Baltasar Salas; A. Palau solo recoge el
Devocionario y contemplaciones sobre los Quinze Misterios del Rosario…, en Manual del
Librero Hispanoamericano, Barcelona 1966, t. XVIII, p. 315.
118 PÉREZ PASTOR, C., Bibliografía madrileña, Madrid 1891, p. 151, nº 292; cita la
piezas laminadas de oro119. Tampoco los investigadores citan las obras de los
cronistas agustinos, que aunque solo hablan de los Incas pero puede ayudar a
confirmar lo que este pueblo encontró en aquel lugar120.
V. CONCLUSIÓN
Todo esto incrementa la sospecha de que alguna relación tuvo con los
agustinos que pueda justificar la motivación -¿encargo?- de escribir La Aurora en
Copacabana puesto que las fuentes historiográficas agustinianas que subyacen en
la comedia son evidentes; esto nos ha permitido acercarnos otra vez a la figura del
P. Baltasar Salas y ratificarnos que su obra principal sobre la Vigen de Copacabana
continúa ofreciendo problemas al no localizar el manuscrito ni un ejemplar de la
supuesta edición impresa, y tener que basarnos en breves referencias.
119 Desde hace años hay varios proyectos internacionales que trabajan en este lugar unidos
a las entidades oficiales y expertos bolivianos. POSNANSKY, A., Tihuanacu cuna del
hombre americano, Nueva York 1945, ed. bilingüe; PORTUGAL, M., e IBARRA, D.E.,
Copacabana. El Santuario y la Arqueología de la Península e Islas del Sol y la Luna,
Cochabamba 1957; WAISBARD, S., Tiahuanaco, México D.F., 1975; IBARRA, D.E., y
LEWIS QUEREJAZU, R., 30.000 años de Prehistoria en Bolivia, 1986, La Paz 2012, ed. de
Rolando Diez de Medina; BERENGUER RODRÍGUEZ, J., “La iconografía del poder en
Tiwanaku y su rol en la interpretación de zonas de frontera”, en Boletín del Museo Chileno de
Arte precolombino (Santiago de Chile), 7 (1998) 19-37; BERENGUER RODRÍGUEZ, J.,
Tiwamaku. Señores del Lago Sagrado, Santiago 2000; ALBARRACÍN-JORDAN, J., “El
legado de los estudios de Wendell C. Bennett en Bolivia (1932-1934)”, en Revista Textos
Antropológicos (La Paz), 18 / 1 (2017) 87-108; GALLEGO REVILLA, J.I., y PÉREZ
GONZÁLEZ, Mª E., Tiwanaku, entre el cielo y la tierra, La Paz 2018.
120 RAMOS GAVILÁN, A., Historia del Célebre Santuario…, ed. de I. Prado, o.c, pp. 22-202
(todo el Libro I de su obra); CALANCHA, A, de la, Crónicas Agustinianas, e.c., t. I, pp. 107-181 y
287-302. Y las láminas y notas del P. Salas que reproduce Viscarra son importantes, Copacabana
de los Incas…, e.c.
121 “La escenografía de la Aurora en Copacabana…”, o.c., pp. 526-528; LUJÁN LÓPEZ,
F.B., “Nuestra Señora de Copacabana, una devoción andina patrona de Rubielos Altos (Cuenca).
Su origen y difusión”, en Revista Murciana de Antropología (Universidad de Murcia), 8 (2002)
193-246; su culto en España, pp. 215-218.
122 Agradezco a don Juan María Sánchez Rosado, de Ceclavín, la buena y amable ayuda
prestada.
El otro indio hermano de Túpac era Zupanqui (sic), más dócil, convertido
y bautizado con el nombre de Miguel, aunque el nombre correcto procedente del
aimara-puquina, es Yupanqui124; con esa corrupción figura en la transcripción de
la obra de Severiano Rosado Vidal que es el que cuenta la tradición de forma
más amplia sin citar fuentes, salvo la obra de Julio Rosado125. El nombre es
homónimo con el del escultor de la imagen original de la Virgen de Copacabana,
Francisco Tito Yupanqui126.
Yupanqui: <Zupanqui> es mala lectura clamorosa de Yupanqui; para más detalles sobre el
nombre, que es un híbrido aimara-puquina, no hay más que leer la etimología que ofrezco en
mi obra. Espero haber respondido a su duda”. Puede verse, Las lenguas de los Incas: el puquina, el
aimara y el quechua, Frankfurt am Main 2013, pp. 113-132. Otros amigos lingüistas cuzqueños
nos aseguran: “No existe en dicha lengua quechua ni el grafema ni el fonema ‘Z’, ni sonido
semejante aludido a los referentes onomatopeicos. Tampoco existe una palabra semejante que
tenga algún significado. Sin embargo, la palabra Yupa hace referencia al verbo contar. Sin
duda es una confusión”. Agradezco la ayuda prestada por los filólogos de Lima y de Cuzco.
125 ROSADO VIDAL, S., Ceclavín. Su vida y su folklore. Impr. La Victoria, Plasencia 1973,
pp. 203-204; antes recogido de forma más breve por ROSADO DELGADO, J., Bosquejo
histórico de la villa de Ceclavín. Talleres Tipográficos Extremadura, Cáceres 21927, pp. 67-
68; nueva ed., Cáceres 2007, pp. 67-68.
126 RAMOS GAVILÁN, A., Historia del Célebre Santuario…, ed. de I. Prado, o.c, pp.
205-238. Según el P. Calancha, “murió Don Francisco por el año 1608. No he podido saber
singularidades de su muerte”, Crónicas Agustinianas, e.c., t. I, p. 216. Más exacto, J. Viscarra
tomándolo del P. Salas, asegura: “8. E] Información jurada, de las virtudes y muerte feliz del
bendito Hermano Francisco Tito Yupanqui, piadoso escultor de esta portentosa “Imagen de Nª
Sª de la Candelaria”. Cuya muerte ocurrió en nuestra iglesia de Encomenderos de Cayma en
Arequipa, a los 6 días de Diciembre de 1616”, Copacabana de los Incas…, e.c., pp. 17 y 18;
ARDUZ RUIZ, M., El calvario del escultor de Copacabana. (Edición trilingüe: Castellano-
Aymara-Quechua), La Paz 2008; RAMOS SOSA, E., “Reflexiones y noticias sobre escultores
y ensambladores indígenas en Bolivia y Perú, siglos XVI y XVII”, en Barroco andino.
Memoria del I encuentro internacional, Pamplona 2011, pp. 245-256; BERG, H. van den,
Francisco Tito Yupanqui: Siervo de Dios, La Paz 2012.
127 J. Díez de Betanzos fue un excelente conocedor del mundo inca y el mejor traductor; habla
del gran organizador del imperio inca que fue Túpac Inca Yupanqui, cfr. Suma y Narración de los
Incas, Caps. XXIV-XXVI. Véase que reunía en su persona los nombres que citamos de los
siervos del José Sánchez Bustamante el ceclavinero: Túpac y Yupanqui.
128 ROSADO VIDAL, S., Ceclavín. Su vida…, o.c., p. 204; de aquí lo toma LUJÁN LÓPEZ,
F.B., “Nuestra Señora de Copacabana, una devoción andina patrona de Rubielos Altos …”,
o.c., pp. 217 y 218.
129 CLAROS VICARIO, F., Patrimonio histórico artístico de Ceclavín, Ceclavín 2015, p. 43;
lo que es verosímil es que los ermitaños de San Pablo fuesen invitados a unirse al movimiento
agustino recoleto citado por ROSADO DELGADO, J., Bosquejo histórico…, o.c., p. 68 en
ambas ediciones. La recolección agustiniana se establece el 5-XII-1588 durante la celebración
en Toledo del capítulo de la Provincia de agustinos ermitaños Castilla, aunque antes de esa
fecha había conventos de la Congregación de la Observancia que fue foco que alentó esos
ideales, y uno de los conventos señero en la recolección agustiniana de Castilla fue el de Ntra. Sra.
de los Ángeles o de los Santos de Villanubla (Valladolid), fundado en 1431, MARTÍNEZ CUESTA,
A., Historia de los Agustinos Recoletos, vol. I: Desde los orígenes hasta el siglo XIX, Madrid
1995, pp. 166-181, esp. 114, 141 y 177.
- Una vez regresado al pueblo natal José Sánchez quiso llevar vida apartada
y se retiró al eremitorio de San Pablo que había no lejos de su pueblo.
Ante la oposición de su familia se levanta una ermita donde se coloca la
imagen de Copacabana y posteriormente la Virgen del Encinar, patrona de
Ceclavín.
- Cuando desaparecen los eremitas y su lugar de culto la imagen de San
Pablo es depositada en la ermita del Encinar, lo mismo que se hará con la
de San Marcos cuando se arruine su ermita correspondiente. Y ese espacio
sagrado será la sede donde reciben culto los patronos la Virgen del Encinar
y san Miguel.
- El retablo del Cristo de la Encina está datado a mediados del siglo XVIII
(c. 1760). ¿Quién y por qué se talla ese grupo escultórico en Ceclavín donde
habían vivido hasta no hacía mucho los protagonistas del portento? ¿Tuvo
la familia algo que ver en el encargo del grupo y la colocación en la ermita?