La mimesis en la educación

ChristophWulf

Traducida del inglés por Janeth María Oñz M.

ffi'$
la importancia de los procesos miméticos en la
#(
ffi3
lntroducción
apropiación del mundo y la constitución psíqui-
ffi-' l- ca del niño, en la relación con el Otro y, final-
ffic l-n una época en que la pedagogía ya no mente, en la aprehensión de imágenes.
ffi-:
p3 apareoe como evidencia y plantea problemas,
nos vemos inducidos a buscar nuevos enfoques
hJt
i'8 t de la educación. Uno de esos enfoques se hace
posible mediante la mimesis. Partiendo de un
El problema
's) -' problema antropológico, mostraremos el papel Desde el tercer libro de La República, PlatÓn

il
sú
determinante que iuegan los procesos mimé-
ticos en la génesis de la educación del ser hu-
mano. Sin embargo, en lugar de proporcionar
una definición de mimesis o de la educación, y
subraya la importancia de la mimesis en la edu-
cación. Para ser más preciso, la mimesis es en
Platón la educación. El punto de pafiida de tal
definición es un axioma antropológico. Elhom-
aun más de desarrollar una teoría mimética de bre es definido como "el animal mimético", y la
IE
ct
d0
la educación, nos proponemos desarrollar aquí
diferentes puntos de vista que evidenciarán los
mimesis como "conditio humana". El'nacimien-
to prematuro' del hombre, los restos de sus ins-
procesos miméticos para la evoluciÓn del ser tintos, la ruptura entre estímulo y reacción y su
rf, 6 humano.
a. excentricidad (Plessner) lo obligan a estable-
J> Puesto que se trata de una temática poco co- cer una relación entre el mundo y él mismo. Esto
lo efectúa por mimesis en el transcurso de la
Fil mún, realizaremos, en primer lugar, un retroce-
so en la historia sobre los orígenes de este con- infancia y aun después.
g,i cepto que resalta en principio su riqueza y su
importancia para la educación. Nos referire-
No solamente la mimesis de hombres reales,
sino también'la mimesis de personaies imagi-
mos a Platón para abordar el problema de la
:HIü mimesis. Posteriormente, en un segundo mo-
narios, como los concibe la poesía, tienen un
efecto educativo. Ya que la mimesis ejerce una
mento, estudiaremos otras características de
§ oc influencia,determinante sobre el universo de
la mimesis basados en los trabajos de Leopold
representaciones de los jóvenes, ella debe ser
Ttu Ziegler (1953), Adorno (1973), Früchtl (1986) y
Baudrillard (1987). A partir de estos elemen-
controlada, pues las imágenes y los modelos
LQU que la juventud integra en su universo de re-
tos, podríamos continuar interrogándonos so-
presentación por mimesis pueden producir un
bre el alcance de la mimesis en la evolución del
[9L
+F-o
hombre, lo cual rebasaría en gran medida el efecto determinado en su manera de actuar. Por
esta razón, únicamente se debe presentar hom-
rlo marco de nuestras investigaciones. Nos limita-
remos, por tanto, en un tercer momento, a des- bres ejemplares a los jóvenes, los malos eiem-
Po¡ cifrar la importancia de los procesos miméticos plos solo pueden producir un efecto negativo
íür
rios
para la constitución y la formación del hombre,
con la ayuda de cuatro ejemplos: analizaremos
en ellos y, por consiguiente, engendrar actos
no deseados.

* Prolesor de la Universidad Libre dé Berlín'

249
La mimesis en la educación
A partir de esta posición pedagógica, PlatÓn
desarrolla una crítica de la poesía, de la música
y de la cultura en general. Para Platón, hasta
áse momento, la poesía había descrito con fre-
cuencia los defectos de los hombres ilustres y
de los dioses y, en muchas ocasiones, había
representado horrores de batallas y de infier-
nos, lo cual, sin duda, despertaba el interés de
los oyentes, aunque no tenían una buena in-
fluencia en la juventud. La poesía no inculca-
ba en los jóvenes principios de valor, de amor,
sino más bien de laxitud y despreocupación'
Para Platón, los personajes imaginarios des-
critos por la poesía pueden tener un efecto con-
taminante; ellos se apoderan de la imagina-
ción de la juventud y la incitan a imitarlos' Re-
sulta difícil, por tanto, evitar la imitación de es-
tos personaies, pues a pesar de que sus actos
no posean valores éticos, eiercen gran fascina-
ción en la juventud' Por ello, la poesía debe
someterse a principios éticos y a un controlper:
manente. Si se lograra controlar el aspecto éti-
co y político de la poesía para que solo exprese
cosas ejemplares, la mimesis podría entonces
desarroílar el universo de representaciones de
la iuventud y suscitar así comportamientos so-
ciales constructivos.
Mientras que el tercer libro de La República da
prioridad a la dimensión educativa de la mime-
sis, ella desaparece en el décimo libro, en el
cual Platón expone el mito de la caverna y su
teoría del alma. Después de que el demiurgo
crea las ideas y el artesano elabora los obietos
a la imagen de la idea, la rnimesis designa,
pues,
la actividad del pintor que lo único que hace es
reproducir los objetos fabricados por el aftesa-
no. Desde un punto de vista Óntico, el trabaio
del pintor es pues una actividad de segundo
orden. Puesto que PlantÓn le asigna esta po-
sición marginal, la mimesis adquiere una nue-
va independencia. Liberada del asunto de lo
bueno y de lo verdadero, el dominio de la mi-
mesis constituye el dominio del parecer o de
los fenómenos. Ciertamente, no existe en La
República lugar para este dominio; pero pode-
mos adivinar sus contornos. La mimesis es
poder representar fenómenos. La representa-
ción artística no es, sin embargo, la apariencia
1; 'ct WULE 1989.
250 Encuentros Fedagógicos Transculturales
delser o del ente, sino la realizaciÓn de la apa-
riencia del fenÓmeno. Las imágenes y las re-
presentaciones creadas por la poesía son fe-
nómenos que remiten a aquello a lo que solo
se puede acceder mediante esos fenómenos'
Considerando la teoría de las ldeas desarrolla-
da en el mito de la caverna, PlatÓn debe tener
una imagen negativa de la mimesis y del mun-
do del parecer que ella constituye. Pues, se-
gún é1, todo conocimiento, toda creación y ac-
'La
óión dene relacionarse con las ideas'
metexises el obietivo de la filosofía y del orden
estatal que reposa sobre ella. La mirnesis,
que no se refiere a la teoría de las i&as, repre-
senta, por el contrario, un peligro para la onte'
logía platónica y su'teoría política. A diferencia
dJla metexis, la mimesis está ligada a los fenG
menos de las cosas' Al igual que el demiurgo
crea las ideas, los poetas y los pintores crean
los fenómenos del mundo, es decir, crean el
mundo del parecer. Liberados de su obligación
con la metexis, los artistas y los poetas pueden
crear un mundo del parecer, en otras palabras,
su propio dominio estético, con la ayuda de su
capacidad mimética, lo que PlatÓn, fascinado
por su teoría de las ldeas, no acepta' No obs-
iante, se constituye un dominio estético inde-
pendiente, del cual Platón desconoce la creati-
vidad mimética y artística que le es inherente'
Es Aristóteles quien, suprimiendo la teoría de
las ideas, permite considerar la mimesis como
la fuerza constitutiva de un mundo estético de
la apariencia autónoma-1
Posteriormente, la mimesis se limita cada vez
más al dominio del arte, de la poesía y de la
estética. La concepciÓn aristotélica de la mi-
mesis iuega aquíun papel determinante' En el
dominio del arte, no se trata de imitar la natura
naturata sino la natura naturans. Esta defini-
ción de la mimesis, que cambia constantemen-
te de significación, hace posible su empleo en
el domiñio del arte y de la estética. Al mismo
tiempo, el empleo de la noción de mimesis se
restiinge al dominio de la estética en Platón y
Aristótóles. Solo hasta hoy se multiplican los
intentos por desarrollar la noción de mimesis
social tal como la encontramos en parte en
 T
I

esoectador, lo que las distingue de

la epopeya
papel im-
Platón. Si bien la mirnesis iuega un ; 5;l;ñsia'sobre todo' Mimesis significa
fenóme-
oortante en los procesos smiales' Ii'iii"ilJr"i
los otro''' La mimesis
sido aborda- v ro. gestos de
;;;;;;p;ndi"nt"= nurica tran La estimu-
á más-uien extra-ética'
estetización y
dos desde talperspectiva'2 Sila ""'p[-ái"",
lación de las capacrdades miméticas
no depen-
lo social y de lo
fa s¡mufaciOn de lo polít'rco, de J" J"rrrr"r étióo de la cosa que se.imita'
Por
donde lo
educativo han creado condiciones etto, ptatOn aboga por que se ggntrollla.selec-
se superponen
imáginario, lo simbólico y lo real o. persona¡es, de contenidos y pues de imáge-
de mimesis se pres- teme
ineitricanremente, la noción "ioí
;;"'qr;'; presLntan a los ióvenes'
entrar en relación lo que hasta
ejemplos' En
iá-o"r, hacer contagioso de los malos
anára era diferenciado' diferentes' Al
Aristóteles, los argumentos son
"iátá"m
e imaginaria
confrontarse de manera mimética
de manera
con elmal no-merecido y aldirigirlo
La noción de mimesis mimética a sí, se consiáera
que eles.pectador
(Eleos) y el
;'r;ll;*per'tencia de la "miserid'
¿Qué significa la mimesis? Las explicaciones iÁi"áo,' '(phobos). De esta.I.1!"t"' "=
que no no teme
ir".é0"ñt"s han puesto "". "Yif:t:1 aun.más.cuando
"roirptroarmente" aliviado' Aristóteles
por el con'
Lrá-ác¡r detinir este concepto pr"s'"i et""to contaminante del mal'
son difíciles de sepa- pues evi-
ü. t"nJ*"nos miméticos bipolar'.poseen
iáá 0r""" su fuerza inmunizante4 ' le rehuye
t*Oo la confrontación con el mal' no puede
lógica
iái. nrreoatados a una a toda teoría' Aun- se
variasfacetas y se resisteñ
; de enfrentárlo, y la iuventud
sistemática del concepto 'r;;t contra lo malo'
;;-,"dJáiini"ion nos gustaría desa- armaise
]"á, po, tanto, insuficiente'
poner de
rrollar ahora otras características
de la mime- Los procesos miméticos buscan
criterio no
sis. ,"r"tOo el modelo con su copia' El su repro-
con
"imitación"' áánti.t" en la igualdad del objeto y la seme-
En primer lugar, la mimesis significa ;;;i¿;, sino e-n la concordancia en
eé empleado desde gran diversi-
En este sentido, eltérmino *tiá los dos, lo cual ofre.-ce
;;;ü antes de Platón' Else mostró
que
en
en
un
el
1"".á
dad de reproducc'ones
y da libre.curso a la
;;ü'.;bre el origen delconcepto Platón trata de res-
quería de- cieativiOaO. Por esta razÓn'
;ü]Ñ "nt". o" crÉto, el concepto La República' intro-
físico' de los tringirta en eltercer libro de
cii "imitacion directa del aspecto Le reprocha a
los:91"s huma- duciendo elcriterio de la verdad'
;;t* t de tas intenciones de al describir los
el discurso' el la poesía no respetar la verdad
;;;] áe ns animales concepto designa lue- defectos de los dioses' pues Zeus como dios
mediante
vlo la danza"' El supremo." necesar¡amente más allá
;á'imitación de una persona
"áÁtá
!o de los actos
general"' áJtoou* esas "n'*'tia
faltas' La mimesis no siempre
parte de otra en un sentido muy tampoco
por
de un u la verdad, pero con frecuencia
significa " la reproducción "it" segundo libro de
Finut*"nt",
de una persona o cosa a la disimulaciOn'' Solo en el
cuadro o de una imagen a la disimulación
esta definición de ti iep¡ot¡ca, Piatón da valor
en su forma materiaií't Pero a y al parecer como rasgo distintivo.de la mime-
no satisface
la mimesis como "imitaciÓn" sis, pues esta es en a-delante la facultad
mis-
¡enotonte, a Platón, ni a Aristóteles'
ma de crear un mundo del Parecer'
una repre-
i,#:?il:X";,,J",.. La mimesis sisnirica 9T!':,1^l'cer
'Ji,i:ffii:i"#:I::':"ti";,:: grados, sánraciOn át á6o"' Este significado
es impor-
en distintos en que no hubiera
lan en el lector,
para ta mimesis. Lr;;;""y]á "."piii'o
=*- tante sobretooien el caso
porque elejem-
citan en particurar proóesos
"or"¡if
mimcticosl-n et á¡empto qr" pro¡"t" ser imitado

2. cf. GEBAUER, Wulf' 1998'

3.Cf.E|se,1958,p.79.(Notadelatraductora:traducidodelaversióndeestasc¡tasenfrancés).
4. cf. Fuhrmann, 1982' P' 161'
251 q
T, la educación
^l*rt¡t ", J--
=E;
F_-
?a
í ''
a-
¡
plo y su reproducción son idénticos. Durante
la producción de una obra de arte, por ejemplo,
solo existe un ejemplo imaginario hacia elcual
se orienta el artista. El resultado de este proce-
. so artístico es un objeto diferente del ejemplo
imaginario, solamente por su materialidad. La
representación que Fidias hace de Zeus es un
buen ejemplo del fenómeno que acabamos de
explicar, pues todo aquel que observaba la
estatua sabía inmediatamente que se trataba
de Zeus, aunque no hubieran visto a Zeus real-
mente. Sucede lo mismo con el mito cuya re-
presentación es siempre la misma, sin que se
conozca el origen.
"Hacer una representación de algo" significa
también "expresar algo". Este aspecto es es-
pecialmente importante en el dominio de la
música y en el de la danza. Apoyándose en
Dalton, Platón desarrolla una teoría de la mi-
mesis relacionada con la expresividad mimética
de la danza y de la música. Según Platón, el
efecto de los diferentes tipos de música nunca
es igual. Mientras que cierta música tiene un
efecto positivo en los jóvenes, otra tendrá un
efecto negativo. De cualquier modo, Platón
aprecia profundamente la calidad pedagógica
y ética de la música de la que uno se apropia
mediante procesos miméticos. En el hombre
joven debe nacer el amor a la música y el sen-
tido de todo lo bello y ordenado y, por ello mis-
mo, el gusto por la filosofía considerada como
"la música más perfecta".
La vista y la intuición no son los únicos sentidos
que participan de estos procesos. En principio,
todos los sentidos están involucrados: el oído,
eltacto, el olfato y el gusto. Por mucho tiempo
se ha ignorado la impoftancia del oído, que jue-
ga un papel consíderable en los mecanismos
de imitación. lmitando la voz del otro, el niño
tiene la sensación de ser como él y de com-
prenderlo y así accede al lenguaje.s
Leopold Ziegler, concede una nueva significa-
ción a la mimesís: "Ahmung" o "Vorahmung".6
Con elejemplo de la magia el hombre comien-
5. cf. Thomatis, 1987, lhde, 1976.
6. Entendemos por "Ahmung" o 'Vorahmung" los gestos y las fórmulas "imitadas" por el hombre primitivo con el propósito de
comprender los poderes superiores y obtener lo que esperaba de ellos en su vida y para su salud y la del universo.
7. Horkheimer, Adorno, 1981. p. 20S. (traducido de la versión en francés).
Encuentros Pedagógicos Transcultu rales
za a hacerse una idea de la naturaleza y de su
relación con ella. De esta manera, su relación
con la naturaleza cambia, él se vuelve activo.
El hombre incita a la naturaleza a imitar sus re-
presentaciones para él; espera que la natura-
leza siga su Yor-ahmung'. Esto explica que
un hombre y una mujer tuvieran relaciones
sexuales apasionadas en un campo árido, para
invitar a la naturaleza a actuar por mimetismo y,
con ello, hacerse fecunda. Se consideraba que
la naturaleza imitaba a los hombres y les con-
cedía sus deseos.
Según la definición de Horkheimer y de Adorno
en La dialéctica de la razón la mimesis tiene
un aspecto precoz desde un punto de vista
filogénico. En este sentido, la mimesis consti-
tuye un movimiento que conduce al hombre a
perderse en su medio, en lugar de imponerse
en é1. De esta manera, la asimilación del horn-
bre al mundo parece una asimilación a "algo
que está muerto". "Cuando el humano quiere
asemejarse a la naturaleza, al mismo tiempo
se insensibíliza hacia ella. La actitud defensi-
va a causa del espanto es una forma de mime-
tismo. Estos reflejos de rigidez y de adormeci-
miento delhombre son esquemas arcaicos del
instinto de conservación. Asimilándose a lo
que está muerto, la vida paga el tributo de su
perennidad".T La adaptación mimética implica
la reducción de tres modos de tiempo (pasado,
presente y futuro) a un solo espacio temporal y
conduce a la reificación del hombre. En una
sociedad capitalista, donde son fuertes las pre-
siones de la disciplina, de la abstracción y de la
simbolización, elaumento de la racionalidad, de
la efectividad y del pensamiento lógico-idénti-
co va necesariamente de la mano de cierta alie-
nación y cosificacién. La asimilación a un mun-
do fragmentario y cosificado, luego de la divi-
sión del trabajo y de la organización racionali-
zada de éste, necesariamente traerá conse-
cuencias al individuo que, por medio de proce-
sos miméticos, se adapta a esas condiciones.
Los procesos de simulación de fenómenos
sociales juegan también un papel muy impor-
tante.
Durante una simulacidt, los pmesos miméticos
se apoderan de s(¡nc $.8 ya no denotan lo
real y tampoco se refielen a su ausencia. Los
reemplazan por imágenes y sigrm que solo se
refieren a ellos, pues ya no existe referente en-
tre ei signo y lo signifrcado. Esto lleva a una
ampliación del imperio de los ferÉmenos, que
antes estaba reservado a la estética. La este-
tización del dominio socialy político soloes otra
forma para describir esta evolucion. Ella va de
la mano de una simbolización creciente del
mundo y de las experiencias humanas. La pro-
ducción de imágenes se realiza cada vez más
rápidamente y su difusión se ha hecho mun-
dial, lo que origina una promiscuidad de imá-
genes que, presas de un vértigo fulgurante, se
salen de su marco referencial. En consecuen-
cia, la mimesis se ve atribuida de nuevas signi-
ficaciones.
A pesar de esta evolución que resalta una vez
más la ambigüedad fundamental de los pro-
cesos miméticos, la mimesis también es, por
lo menos desde la "teoría estét¡ca" de Ador-
no, mensajera de esperanza: la esperanza
de resistir al poder superior de las cosas. La
mimesis es un comportamiento enfático, la
asimilación de un suieto a la objetividad, su-
jeto que rechaza el pensamiento instrumen'
tal, aunque le sean igualmente inherentes
elementos racionales. Gracias a la mime-
sis, se tiene la esperanza de superar la alie-
nación y la reificación, a pesar de que ella no
esté en condiciones de criticar, pues se for-
ma antes de la separación de los actos mo-
rales y los actos inmorales. La mimesis ex-
presa cierta relaciÓn del hombre consigo mis-
mo: la imitación de sí, sin perder por ello el
mundo de los obietos. Gracias a la mimesis,
se tienen la esperanza de reconciliarse con-
sigo mismo, con los otros y con el mundo.
"El rastro mnésico de mimesis que busca
toda obra de arte es al mismo tiempo la anti-
cipación de un estado que está más allá de
la separación del yo Y del otro".8
8. Adorno 1973, p. 198. (Traducido de laversión en francés)'
9. cl. Schrieider. 1986.
La mimesis en la ducación
La apropiación del mundo
mediante m¡mes¡s
En su autobiograf ía lnfancia en Ber!ín, hacia
7900, Walter Benjamin describe lugares, habi-
taciones, caminos, casas, ob.ietos y aconteci-
mientos de su infancia y su papel en la evolu-
ción interior. Sus recuerdos de obletos, de es-
cenas y de acontecimientos nos revelan una
imagen particular de su infancia. Estos recuer'
dos no se inscriben en la concepción tradicio-
nal de las autobiografías en que se buscaba el
origen del conocimiento de sí y de la concien-
cia de sí. Son textos deshilvanados que ha-
blan de sentimientos de felicidad y de angustia
experimentados durante la infancia. En sus fra-
ses, no obseruamos, sin embargo, que el niño
sea el sujeto que hable. El marco de sus re-
cuerdos particularmente individuales solo está
dado por la indicación del lugar, "Berlín", y de la
época, "hacia 1900". Esta consideración implí-
cita de la indicación del lugar y del tiempo lle-
va a un análisis histórico-antropológico "antes
de tiempo".
Eltexto autobiográfico de Beniamin rompe con
una tradición autobiográfica que se remonta a
§an Agustín y a Rousseau. En ellos, elsuieto
en busca de su yo y consciente de la dinámica
de su propia vida, realiza su retrato y constitu-
ye el centro de la autobiografía. En Beniamin,
el sujeto como centro de la autobiografía es re-
emplazado por imágenes, escenas, ruidos que
no tienen ninEuna relación con la categoría de
sujeto. De esta manera, los diferentes textos
se constituyen de "una cadena de signos", don-
de cada signo participa en un juego de
metonimias con los otros signos. Finalmente,
los signos encuentran su verdad en ellos mis-
mos. Gracias a su movimiento metonímico, ellos
deconstruyen el sistema tradicional de los sig-
nos y exploran nuevas posibilidades de escritu-
ra y de experiencia.e
Estos recuerdos oscilan entre la ciudad, la in-
fancia y el tiempo. Desde las primeras pági-
nas, se nos presenta la ciudad como un labe-
253
¡r
rinto, como un mundo con caminos enlazados,
en elcual el niño se enfrenta a numerosos obs-
táculos, pierde Ia orientación y se extravía, y
en el que siempre se encuentra con situacio-
nes imprevistas. La ciudad presentada como
un laberinto evoca peligros, fuerzas y monstruos
míticos que amenazan al niño. La experiencia
del laberinto no se limita a la ciudad, continúa
también en la casa de sus padres y en los re-
cuerdos que buscan desesperadamente resti-
tuir la infancia.
Para el adulto, la infancia hace parte del pasa-
do, solo gracias al lenguaje logra recordar esa
época. Por esta razón,la diferencia entre la in-
fancia vivida, por una parte, y su representa-
ción posterio¡ por otra, es característica de es-
tos textos autobiográficos. Existe un desfase
entre la infancia vivida y la descrita que impide
que la biografía sea lineal. Aún recurriendo a
notas, fotografías y películas de sü infancia, el
texto autobiográfico sigue siendo una recons-
trucción. Las imágenes que surgen del pasado
son efímeras. Para hacer de ellas recuerdos,
hay que leerlas, reubicarlas en el contexto de
la vida y descifrar su significación. Los recuer-
dos son promesas que hacemos al presente y
al futuro. Por eso es necesario determinar el
lugar y el momento exactos en que se forman
estos recuerdos. En los textos de Benjamin,
los recuerdos se intensifican y se condensan
con la ayuda de alegorías y de emblemas que
solo esperan ser descifrados.
Según Benjamin, el niño experimenta el mundo
de manera mimética. Como el mago de tiem-
pos pasados, establece semejanzas entre él y
el mundo exterior; el niño lee el mundo y crea,
mediante este proceso, correspondencias. EI
corresponde al mundo exterior como un "moli-
no de viento" que tiende sus brazos y los deia
girar produciendo el viento negesario con su
boca. De este modo, amplía su horizonte: el
niño comprende que el viento hace girar el mo-
lino; aprende algo sobre la fuerza del viento y
sobre la capacidad del hombre para explotar la
naturaleza; está fascinado por la productividad
del hombre. En el acto mimético, transformán-
dose en un "molino de viento", el niño toma
conciencia de sus posibilidades de ejercer un
10. Benjamin, 1980, p.238.
254 Encuentros
poder sobre la naturaleza. Se familiariza con
un primer prototipo de máquina y con la idea de
que el cuerpo humano es una máquina. Com-
prende, además, que su cuerpo es un instru-
mento de expresión y que puede seruirse de él
(para sus propios fines) para obtener ciefto re-
conocimiento social. Acompañados de interpre-
taciones simbólicas, tales procesos miméticos
desarrollan las aptitudes para la reflexiÓn y el
lenguaje.
El texto autobiográfico de Benjamin presenta
numerosos ejemplos de apropiaciÓn mimética
de las calles, de los lugares, de la casa paterna
y de sus habitaciones. Para el niño, el mundo
tiene un carácter mágico y es así como explica
su funcionamiento. El mundo de las cosas es
animado y ofrece respuestas al niño. Esta in-
terpretación "mágica" del mundo se efectÚa
mediante procesos de asimilación y de com-
paración. Esto escribe Benjamin cuando evo-
ca la entrada de la casa de sus padres: "Pero
de las cariátides y las atlantes, los angelotes y
las pomonas que antaño me habían observa-
do, ahora preferÍa a aquellas, cubiertas de pol-
vo, dellinaje de las comadronas delumbral, que
vigilan la entrada de la vida así como la de la
casa. Pues esperaban allí con paciencia, y no
les importaba esperar a un extraño, el retorno
de los antiguos dioses o el niño que treinta años
atrás se deslizaba ante ellas con su mochila".lo
Cuando Benjamin crea este recuerdo, percibe
e interpreta los personajes de su infancia des-
de un nuevo ángulo. En un enfoque mimético,
estos personajes adquieren nuevas significacio-
nes que se mezclan con Ia experiencia delniño.
Ellos esperan a la vez al niño, a los dioses y al
extraño. Así desaparecen las diferencias en-
tre el mundo del niño y el mundo mítico de los
dioses. Los dos mundos se mezclan dando
vida, gracias a la mimesis, a los personajes pre-
sentados. En uno de los mundos, los persona-
jes tienen un alma, en el otro, existen alegorías
y emblemas. En un movimiento arqueológico,
las imágenes son arrebatadas a los sedimen-
tos de la infancia y son coleccionadas, maneja-
das como objetos preciosos a los que se dará
un sentido nuevo. Se construyen metáforas y
símbolos que expresan la historia delautor. Las
P edagógicos Transcu ltu ral es
imágenes, los emblerras y los escritos se con-
vieñen en mensajeros del recr.lerdo donde se
superponen lo individualy lo general.
Estos recuerdos tratan de la ssnificación de
las cosas, de las habitaciones y de los aconte-
cimientos de su infancia. Algunos de sus re-
cuerdos muestran delirio. El recuerdo, "Logias',,
describe esta atmósfera: durante mucho tiem-
po aún, la vida le prodigó el recuerdo todavía
tierno de la infancia, elcuidado de la madre que
amamanta a su recién nacido sin despertarlo.
Nada fortaleció el mío de manera más profun-
da que el espectáculo de los patios con logias
oscuras de las que una, a la sornbra de las
marquesinas en el verano, fue la cuna donde
la ciudad depositó su nuevo ciudadano.lr El
pensamiento del niño, un ser aún plástico, está
determinado por sus primeras impresiones que,
más tarde, moldean su percepción de las co-
sas. La sensibilidad y elpensamiento deladul-
to están marcados por los objetos, las imáge-
nes y las alegorías simbólicamente codificadas
que se enclavan en lo más profundo del niño-
Estas primeras experiencias del espacio y del
tiempo, de la cultura y de la historicidad confor-
marán los fundamentos de la vida del niño.
Comci su mundo está lleno de incefiidumbres,
de inseguridad y de horror, debe tratar de inter-
pretarlo para familiarizarse con é1. lnterpreta
nombres y nociones, que ha aprendido con el
adulto y que no comprende inmediatamente, de
modo que crea un sentido y un orden. De esta
manera, el mundo pierde, para el niño, su ca-
rácter incomprensible y amenazante. Así crea
"el pequeño jorobado' , alguien que fi.ia su mi-
rada en el niño y se hace una idea de é1. ,,pero
cuando había buscado esta imagen en vano,
durante todo el día, podía llegar la noche en
que la situación se inve¡1ía y yo mismo era cap-
turado en sueños por miradas que, desde los
orificios delsótano, venían a observarme. Eran
gnomos con caperuzas los que me miraban,
pero apenas me habían aterrorizado hasta los
huesos cuando ya se habían marchado.l2 El
niño se distancia inconscientemente de sí mis-
mo. Este distanciamiento es indispensable a
11. lbíd., p.294.
12. lbíd., p. 302.
La mimesis en la educación
partir del momento en que el niño se encuentra
enfrentado al mundo de los adultos y cae en la
injusticia. "El pequeño jorobado,' simbolizará
entonces los obstáculos que hacen temer al
niño. Al crecer, elniño percibirá las cosas des-
de otro ángulo. Serán integradas al mundo del
adulto, del hombrecillo jorobado que siempre
se adelanta al niño.
Entre los recuerdos de la infancia, no solamen-
te las imágenes sino también los sonidos, los
murmullos, los olores y las experiencias tácti-
les juegan un papel importante. Estas impre-
siones no visuales llevan las imágenes aldomi-
nio de lo desconocido y de lo inconsciente. Se
trata, por ejemplo, del "murmullo que embriaga
el aire". El zumbido de la mecha de gas se con-
vierte de esta manera en la voz del "hombreci-
llo jorobado' que conjura el fin del siglo; el mun-
do de lo visible y de lo tangible se paraliza en
el eco del teléfono, en los "murmullos noctur-
rros", en lo invisible, en lo incognoscible y en lo
anónimo.
Mediante los procesos miméticos algunas de
las imágenes y los ruidos de la infancia se fijan
en el "yo profundo". Se reactivan a partir de
impulsos ópticos o acústicos y resurgen en la
conciencia. A veces, elacto de recordar tam-
bién se efectúa de manera mimética. Al recor-
dar, se crea una relación mimética con lo mate-
rial del recuerdo que luego será expuesto de
manera diferente según la situación. Los re-
cuerdos se diferencian, por ejemplo, en inten-
sidad y en importancia en el momento en que
se recuerda. La diferencia entre varios recuer-
dos de una misma situación puede compren-
derse como la diferencia entre la reconstrucción
del recuerdo y su representación mimética.
En el mundo del niño, la v¡sta y el oído juegan
un papel esencial, pero el tacto, el olfato y el
gusto también tienen su lugar. Encontramos,
por ejemplo, en los textos de Benjamin recuer-
dos que evocan armarios, ropa y calcetines.
"Para mí, no habÍa mayor placer que hundir mi
mano lo más profundamente posible en el inte-
rior. Y no solo por el calor de la lana de esta
255
ffi
fl'
§:
!.,
pequeña bolsa".l3 Ese "calcetín de dentro'que
cogía con mimano en el interior de la bolsa era
el que me atraía de tal manera a las profundi-
dades. Cuando lo había apretado con mi puño
y estaba completamente seguro de la posesión
de esa suave masa de lana, comenzaba la se-
gunda parte del juego, que terminaba con la
emocionante aparición del calcetín.14
En esta escena, la experiencia sensoria adquie-
re un carácter erótico. El calor que emana del
calcetín es asociado con lo que ha sido 'traí-
do", lo que el niño saca de su bolsa. "La forma
y el contenido, el empaque y lo empacado, lo
traído y la bolsa'no forman más que uno, se
transforman y se convierten en este calcetín.
En el niño, algo de esta presión de asimilarse
al mundo actúa para que él pueda sobrevivir y
encontrar su lugar en él; descubre semejanzas
entre él y el mundo que le parece vivo. Solo
con la edad desaparece esta capacidad de en-
cantar el mundo y de dejarse encantar por é1.
Sucede lo mismo con la fascinación que ejerce
eljuego gracias a la identidad entre su forma y
su contenido. En el acercamiento mimético al
mundo, el niño desarrolla "prácticas mágicas"
que perderán poco a poco su poder. Cuando
caza mariposas, el niño corre el riesgo de trans-
formarse en mariposa y, por lo mismo, de per-
derse. Solo matando la mafiposa, reconoce que
ella representa a Otro, un ser exterior que si-
gue siendo inaccesible y extraño. Matándola,
se separa del animal; logra separar el sujeto
del objeto, esto lo protege de la pérdida de sí
mismo. Matando la mariposa, el niño comete
"un acto de violencia civilizado/' que lo libera
de la presión de practicar el mimetismo y per-
mite convertirse en sujeto.
Según Benjamin, la capacidad mimética gra-
cias a la cual el niño crea su propia relación con
el mundo, lo hace suyo y lo lee, tiene una gran
influencia en el lenguaje y la escritura. "El don
mimético" que antes conformaba "la base de la
clarividencia" crea en el lenguaje y la escritura
"el archivo más perfecto de semejanzas no sen-
sorias".
13. lbid., p. 284 (traducido del francés).
14. tbíd.
15. lbíd., p..209.
16. Adorno.
Encuentros Pedagógicos Transcultu rales
En esta perspectiva, el lenguaje del que se sir-
ve el niño sería "la utilización suprema de la di-
mensión mimética: un medio en elcual las pri-
meras facultades de recordar semejanzas se-
rían asimiladas completamente para constituir
ahora el medio en el que las cosas ya no se
encuentran como antes en el espíritu delviden-
te o del sacerdote, sino en sus esencias, en sus
sustancias, en sus aromas más efímeros y fi-
nos".15
Parecer y hacerse semejante son momentos
cruciales en la evolución del niño, en el trans-
curso de los cuales define poco a poco su rela-
ción con el mundo, con el lenguaje y consigo
mismo. Con la ayuda de estos procesos, el
niño se integra a las estructuras y a las relacio-
nes de poder, presentes en el mundo simbóli-
camente codificado. Más tarde, el niño se dis-
tanciará de dichas estructuras y reláciones de
poder y las criticará y modificará. Gracias a sus
capacidades miméticas, el niño se apropia de
la significación de los objetos, de las formas de
manifestación y de acción y crea un vínculo con
el exterior. La relación con el otro se encuentra
en el centro de la actividad mimética. Sin em-
bargo, no se trata de absorber a ese Otro sino,
por el contrario, de asimilarse a é1. En este
movimiento existe un momento en que se inte-
rrumpe la actividad mimética y el individuo se
hace receptivo, lo cual es característico del"im-
pulso mimético".
Todos los sentidos participan de esta confron-
tación mimética y manifiestan su sensibilidad
en el transcurso de estos procesos. Esta capa-
cidad del niño de descubrir el mundo de mane-
ra mimética es una de las condiciones previas
de la calidad de su futura sensibilidad. Esto es
válido sobretodo para la evolución de su sensi-
bilidad estética y de su sensibilidad emocional
(compasión, simpatía, amor). Las capacidades
miméticas permiten alniño comprender los sen-
timientos de los otros sin, por ello, concretarlos
o rechazarlos. La facultad mimética se refiere
al misterio de las cosas, al momento aurático
de las experiencias estéticas y a la posibilidad
de "una experiencia viva".16
El niño
Puesto queel niño es arrancado prematuramen-
te del abrigo que le prodQaba el útero, sus pri-
meros meses de vida están marcados princi-
palmente por la angustia, el frío, el vértigo y el
dolor. Es difícil para él aceptar el cambio y
adaptarse a las nuevas condiciones y a la nue-
va alimentación, mucho más cuando en el úte-
ro reinaba "un equilibrio parasitario". Desde una
perspectiva psicoanalítica, la angustia que ex-
perimenta el niño al inicio de su vida produce
"la imago del seno materno", lo que quiere de-
cir, "la esencia paradójica de una representa-
ción inconsciente".lT Elcuidado que le prodiga
la madre jamás podrá compensar esa angus-
tia. En esta fáse de destete, el niño revive par-
te de esa aflicción que experimentaba al princi-
pio." Dicha recaída le ayuda a sosegar sus an-
gustias ; en este proceso, se presenta la mi-
mesis de la "imago del seno materno".
Según Lacan, las mujeres tienen la posibilidad
de satisfacer su imago del seno materno al
amamantar al niño, al abrazarlo y obseruarlo,
pues en este momento la madre experimenta
el "más primitivo de los deseos" y lo satisface.
Soportar los dolores en el momento del parto
es una especie de "compensación representa-
tiva del miedo nacido con la vida". Para nuestra
problemática, esto significa que también el sen-
timiento materno tiene orígenes miméticos. Al
elaboraresta imago, la madre puede experimen-
tar una gran satisfacción. Paralelamente, la
posibilidad de satisfacer su imago garantiza a
la madre el amor necesario del hijo. A diferen-
cia de otras formas de mimesis, esta es una
mimesis de imágenes inconscientes que, por
esa razón, tienen posiblemente un poder parti-
cular sobre el ser humano. Como están liga-
das a la primera experiencia de vida, de des-
conciefio, de alimentación y de seguridad, tie-
nen un poder que estructurará los deseos y los
anhelos a lo largo de la vida.
Como lo ha mostrado Lacan, elestadio deles-
pejo iuega un papel importante en la constitu-
ción del individuo. Ya que no puede coordinar
aún sus órganos de los sentidos y con la im-
17. Lacan. (Traducido de la versión francesa).
18. lbíd.
La mimesis en la educación
presión de que su cuerpo está dividido y frag.
mentado, el niño de seis a diez meses obserua
por azar un espejo y reconoce en Ia imagen que
este proporciona su unidad corporal. Esta vi-
sión le procura un sentimiento de felicidad re-
gocijante, pues el niño ve en esta imagen la
unidad que aún no ha alcanzado. La imagen
se parece al niño, pero al mismo tiempo no es
real. La realidad corporaldelniño no le corres-
ponde. La imagen rernite, sin embargo, a una
unidad que el individuo ya conocía antes de su
nacimiento y que intenta restituir de otro modo.
Por esto, la imagen de la unidad constituye una
fuente de energía para su progreso mental,
proporciona una estructura a la búsqueda del
niño. En la medida en que la imagen evoca un
estado que el niño se ha esfozado por alcan-
zar, aunque sin lograrlo, pero que finalmente
alcanza gracias a la imagen, ésta proporciona
ese sentimiento de felicidad que ya hemos des-
crito. Posteriormente, elniño intentarecupe-
rar de manera mimética la imagen que ve en el
espejo y a la que está ligado el imago de un
estado perdido.
Elcomplejo de Edipo, tan importante en la evo-
lución del niño, también es en sí mismo funda-
mentalmente mimético. lmitando al padre del
mismo sexo, el niño proyecta su deseo sexual
en el padre del otro sexo, no obstante, sin
saciarlo. Elpadre delmismo sexo aparece ante
el niño "como el agente de la interdicción sexual
y como el ejemplo de su transgresión".18 La
inhibición del deseo engendra un doble movi-
miento afectiVo: el niño siente cierta agresivi-
dad ante el padre con el cual rivaliza y, al mis-
mo tiempo, teme ser objeto de una agresividad
similar. El niño experimenta inevitablemente
sentimientos de aflicción y de miedo que revi-
ven la experiencia del nacimiento y deldestete,
y es posible que se confundan el fantasma de
la castración y los recuerdos del cuerpo frag-
mentado. Para sublimar la realidad, el resulta-
do de la mimesis del padre del mismo sexo es
decisivo en la relación edípica. Este padre no
es el objeto del deseo, sino el sujeto que se
opone al deseo del niño. La insatisfacción del
deseo da lugar al objeto que resistirá ahora al
257
H
lJ.
ti deseo.le Según la teoría psicoanalítica, la cri-
lir sis llega a su fin una vez se han constituido el
Super-yo y el yo ideal y el niño experimenta la
realidad.
En las tesis de Girard que abordan la violencia
en las situaciones miméticas, encontramos una
explicación de la violencia inhererite a los con-
flictos de las diferentes generaciones. El niño
mantiene una relacíón mimética con el adulto
que representa aquello en lo que él está decidi-
do a convertirse, es decir, el niño se esfueea,
con la ayuda del adulto, en convertirse en lo
que el adulto es. Al mismo tiempo, niel niño ni
el adulto aceptan hacerse semejantes y , por
consiguiente, perder esa diferencía que garan-
tiza que sean únicos en el mundo. Por eso su
relación se divide entre el deseo de parecerse,
por una parte, y el deseo de ser único en rela-
ción con el otro. Ya que la mimesis y el deseo
están estrechamente relacionados, se puede
hablar de deseo mimético. No se trata, sin
embargo, del simple impulso delsujeto hacia el
objeto; más bien se pasa por una tercera per-
sona, es decir, por el deseo de una tercera per-
sona. Si el deseo es mimético, está precedido
por el deseo de otro hacia el cual se dirige y
con el cual entra en relación mimética. Desde
este punto de vista, todo deseo es mimético.
La mimesis constituye la estructura fundamen-
tal del deseo.
La mimesis es el deseo. El deseo es la mime-
sis. El deseo está fijado en el otro o bien en el
deseo del otro a partir del cual el,sujeto desa-
nolla una conciencia de sí. lnicialmente, el niño
no tiene ninguna conciencia de sí mismo, ni de
la relacíón entre su yo y el otro, solo tiene con-
ciencia del otro. No existe un camino directo
hacia la evolución del yo. Elyo evoluciona siem-
pre por la vía delotro. Es elotro elque crea el
niño. Y el niño, a su vez, espera a que el otro
le diga lo que debe desear para encontrarse a
sí mismo. El pequeño no sabe aún que tiene
deseos ni cuáles son esos deseos. Solo lo
aprenderá por medio del otro" El niño imita al
otro porque aún no sabe distinguir al otro de sí
mismo; no tiene percepción ni sentimiento de
sí; se deja absorber completamente por el otro
19. tbíd.
20. Wimmer, p. 234. (Traducido de la versión en francés).
258
Encuentros Peclagógicos Transculturales
y por los objetos. El adulto muestra al niño,
que se busca y siente una carencia, que él es o
que puede ser. El niño solo nunca lo lograría.
Eladulto le muestra cómo encontrarse: el niño
enconüará su propio deseo mediante la mime-
sis del deseo del adulto.
Puesto que al principio, no hay sujeto, sino
únicamente una relación social, la mimesis es-
tablece una relación indiferenciada entre el
cuerpo delniño y el adulto que sirve de modelo.
De esta manera se efectúa una corresponden-
cia mimética entre el propio cuerpo y elcuerpo
del otro. El otro está pues presente en el niño,
condición previa para la constitución del sujeto.
El otro
Enseñar al ser humano a vivir con el Otro hace
parte de los elementos esenciales de toda edu-
cación. Desde hace algunos años, se alude
mucho a este tema en la educación institu-
cionalizada. Sin embargo, la noción delOtro en
toda su complejidad está excluida de dichas
discusiones. La noción del Otro tiene varias
facetas, aquí trataremos de mostrar, en primer
lugar, hasta qué punto la comprensión del Otro
es limitada y hasta qué punto ese Otro repre-
senta lo extraño. Este enfoque implica un cam-
bio radical en el movimiento hacia el Otro. Mien-
tras que elobjetivo de la educación socialtradi-
cional es familiarizar al individuo con el Otro para
que lo acompañe y lo comprenda, aquí se trata
de acercarlo a partir de su carácter incompren-
sible y hacer de éste el punto de partida de la
relación con el Otro. Si los padres y los educa-
dores le hacen comprender al niño que "no sa-
ben y tampoco creen saber quién es el niño"20,
de esta manera, le ayudan esencialmente a
constituirse comoindividuoindependiente. Por
consiguiente, el niño tiene la experiencia de ser
alguien con emociones y pensamientos propios,
alguien que, desde el punto de vista de los
padres y de los educadores, es otro y, por tan-
to, alguien que aprenderá también a aceptar Ia
diferencia de los otros. La noción delOtro evo-
ca una experiencia del ser humano desprovis-
ta de sentido y por consiguiente difícil de des-
cribir de manercr abstracta. Renunciar a inter-
pretar alOtro y a atribuirle un sentido, contradi-
ce toda una tradición que consiste en acercar-
se y comprender al Otro, pero reduciendo lo
extraño en éla algo que ya se conoce.
Es difícil planear, organizar y programar el en-
cuentro con el Otro. Cada encuentro es único
e irreducible; dicho encuentro acude a la natu-
raleza corporal del hombre que es inaccesible
al lenguaje. Elencuentro con el otro nos remi-
te a lo que hay de otro en nosotros mismos,
como la naturaleza, el cuerpo, la imaginación,
el deseo y los sentimientos, en la medida en
que la razón no tiene acceso a ellos. La per-
cepción del Otro en el exterior depende de su
percepción en elinterior; abre un camino hacia
el misterio de la existencia humana.
¿Qué posibilidades nos ofrece la facultad
mimética en la relación con el Otro ? Se po-
dría afirmar que la mimesis sirve de puente ha-
cia el Otro. Permite imitar la apariencia del Otro,
es decir, su aspecto físico, su manera de ha-
blar, de actuar y de hacer de ello parte de sí
mismo. No es necesario interpretar esta imita-
ción. La apariencia del Otro queda lo más in-
tacta posible. La mimesis no necesita convertir
al Otro en objeto de conocimiento, no debe
establecer ninguno. En el proceso mimético,
hay una inclinación ante el Otro, en cieria me-
dida se renuncia a actuar, a ejercer cualquier
forma de acción instrumental. La percepción y
la comprensión del Otro se encuentra en el cen-
tro de los procesos miméticos. Resulta difícil
tener un conocimiento objetivo del Otro, aun-
que sea aún más difícil sin elementos miméticos.
Los procesos miméticos llevan al individuo a
palpar lo desconocido y lo no-idéntico, sin por
ello perderse allí, pues lo protegen elementos
racionales inherentes a lo mimético. El objeti-
vo es comprender e imitar la apariencia y la
expresión del Otro sin compararlo con nada del
exterior, sin traducirlo y sin transformarlo. Por
la capacidad mimética, el individuo es capaz
de percibir cosas contradictorias y de diferente
intensidad y asimilarlas sin someterlas a una
lógica bipolar. Cosas incompatibles pueden
seguir siendo incompatibles y es posible apro-
21. cf. Dibie, Wulf. 1998.
La mimesis en la educación
piarse de ellas sin necesidad de establecer un
orden. La mimesis hace posible el acceso, no-
reificado al Otro, un acceso que acepta su:li-
bertad. Un acceso "no-descubrido/' -talcomo
lo describió Foucault- donde se instaure el po-
der debe, sin embargo, evitarse. Sería mejor
llegar a un acercamiento al Otro que respetara
una distancia y se efectuara sin violencia.2l
La labor mimética con imágenes
Frente alpredominio de la imagen y de los me-
dios de comunicación en nuestro mundo, y ante
la estetización de los dominios político, socialy
educativo, nos podemos preguntar cómo ma-
nejamos las imágenes y qué influencia ejercen
sobre nosotros. Se deben tener en cuenta dos
:
puntos 1) considerando elcarácter simbóli-
co de las imágenes, no podemos comprender-
las simplemente a partir de una lectura
iconográfica, pues constantemente somos re-
mitidos al carácter simbólico de la imagen. Esta
experiencia estética coincide, de ciefto modo,
con la experiencia del Otro, descrita por
Rimbaud mediante la fórmula: 'le est un autre".
2) Lo que expresó René Char a propósito de Ia
poesía también es válido para elarte: Las imá-
genes saben de nosotros algo que nosotros no
sabemos necesariamente. Ellas poseen un
elemento que nos sorprende porque va más allá
de lo racional, pero que vemos antes de com-
prender el sentido de la imagen. Podemos vivir
con dificultad esta experiencia estética despro-
vista de §entido y de continuidad racional, pero
algunas veces ver en ella un sentido nuevo y
enigmático.
Partiendo de estas dos condiciones previas, el
acercamiento mimético aimágenes artísticas
constituye una experiencia enriquecedora que
nada puede reemplazar. Entendemos por
"acercamiento mimético" "la reproducción vi-
sual" de las imágenes y su integración median-
te la imaginación al mundo interior constituido
por imágenes. Esta reproducción de imáge-
nes es un proceso mimético que consiste en
apropiarse de ellas e integrarlas al mundo de
representaciones y de recuerdos. Al igual§ue
la confrontación con los grandes textos literá-
,: t;- !: l
1259 ;!
rios, la confrontac¡ón con "grandes,, imágenes
beneficia la instrucción; por ello, merecería ser
considerada en el dominio de la educación
institucionalizada.
La asimilación mimética de las imágenes pre-
tende la apropiación de su carácter imaginario
que está dado antes, durante y después de cada
interpretación. Una vez introducídas estas imá-
genes en el mundo interior del indivíduo, cons-
tituirán un punto de partida para efectuar inter-
pretaciones que no dejarán de evolucionar du-
rante toda su vida.lndependientemente de las
interpretaciones, la confrontación mimética con
las imágenes representa un acto de apropia-
ción delmundo, e incluso de conocimiento. Este
acto exige que el individuo se concentre en la
reproducción de imágenes ficticias y se consa-
gre completamente a ello. Le exige, además
"renova/'constantemente su percepción de la
imagen mediante un encuentro..visual con la
imagen real o con una de sus reproducciones.
En un encuentro mimético con la imagen, se
renuncia a cierta disponibilidad. Obseruando y
tratando de comprender las formas y los colo-
res de la imagen, el individuo debe reprimir las
imágenes y los pensamientos que vienen des-
de lo más profundo de sí mismo. El individuo
debe fijar la imagen talcomo la percibe, abrirse
a su carácter simbólico y abandonarse a un "pla-
cer desinteresado". Observando y reproducien-
do la imagen, el individuo la asimila y amplía
así su mundo interior de imágenes.
En la apropiación mimética de una imagen, se
pueden diferenciar dos fases que se superpo-
nen. Mientras en la primera fase, la ímagen se
encuentra ante los ojos de quien la obserua, en
la segunda fase ésta ya se encuentra en su
mundo interior de imágenes. En la primera fase,
se trata de superar la percepción mecánica que
permite captar y conocer el objeto rápidamen-
te. Dicha percepción, basada en una orienta-
ción rápida, se debe sin duda a la mediatiza-
ción del mundo y al hecho de que hombre esté
inundado por imágenes; esta percepción rápi-
da permite al hombre protegerse de,las imáge-
nes. Sin embargo, dicha manera de ver las
cosas implica una disminución de las posibili-
dades de percepción. Los aetos mimétícos vi-
suales pretenden desarrollar la facultad de ob-
servar. Se trata de detenerse un momento en
260
Encuentros Pedagógicos Transculturales
el objeto que se mira, de superar lo que con
frecuencia se ve, para descubrir lo extraordina-
rio. Desde este punto de vista, la apropiación
mimética de las imágenes y de los objetos se
realiza posteriormente.
En la segunda fase, el individuo introduce la
imagen en su mundo interior de imágenes ob-
seruándolo de manera mimética. Es posible
que, después de un tipo de memoración, la
imagen ya haga parte de ese mundo. Sólo
hasta ese momento la mimesis de esa imagen
termina, aunque necesariamente dicha imagen
continúa inacabada y continuamente puede
cambiar de intensidad. Para fijar una imagen
mediante mimesis, el individuo debe hacer un
gran esfuerzo de concentración; de esta mane-
ra, ejerce su capacidad de concentración y de
imaginación. En la medida en que la reproduc-
ción de la imagen es imaginaria, ella debe ser
fabricada a pesar de su tendencia a desapare-
cer y debe ser captada enfrentando el
"parasitaje" de imágenes que surgen del inte-
rior. Este trabajo de imaginación es rnimético;
al reproducir, él representa un elemento cons-
titutivo de toda producción creativa. Elcarácter
imperfectible del trabajo de la imaginación en
lo que concierne a su intensidad y a su resulta-
do representa un desafío para la imaginación
que debe incitarla a ser aún más productiva. El
ejercicio de esta capacidad mimética conduce
a la evolución del mundo interior de imágenes
y a la formación de la imaginación.
Perspectivas
Para concluir resumiremos las principales te-
sis sobre la importancia de la mimesis en la
educación, la instrucción y la socialización, y
nos esforzaremos en abrir nuestras reflexio-
nes hacia nuevas perspectivas.
1. A diferencia de la imitación y de la simula-
ción, la noción de mimesis se refiere a un
mundo exterior al cual uno se acerca o se
asimila permaneciendo diferente a é1. Ese
mundo exterior hacia elcualtienden elniño
o el adolescente puede ser otro ser huma-
no, una parte del medio o un mundo imagi-
nario. Lo más importante es elacercamien-
to a un mundo exterior, que siempre suce-
 de. Alüansfomralse ese exterior, gracias a
.los sentidos y a la imaginación, en imáge-
nes interiqes, en sonidos, en universos tác-
tiles, olfativos y gustativos con la ayuda de
los senüdos y de la imaginación, permite al
niño tener una experiencia viva ligada a la
indelimitable naturaleza corporal del niño.
2. Los procesos miméticos van de la mano de
la corporalidad del niño; por tanto, ocupan
su Iugar desde muy temprano. Al efectuar-
se antes de !a fase de separación entre el
yo y_eltú y la del sujeto y el objeto, contri-
buyen en gran medida a la génesis psíqui-
ca, social y personal del niño. Su impacto
es bastante grande debido a que se rela-
cionan con los primeros procesos de la
constitución corporal.
3. Antes de la formación del pensamiento y
del lenguaje, el niño ya vive el mundo, al
otro y a sí mismo de manera mimética. Su
capacidad mimética depende de diferen-
tes sentidos. El don mimético juega un
'papel importante especialmente
en el
aprendizaje de las capacidades motrices y
en la adquisición del lenguaje. A lo largo
de la primera infancia, la mimesis constitu-
ye /a forma de vida misma del niño.
Los procesos miméticos despiertan y de-
sarrollan el deseo sexual. La identidad
sexualdel individuo se forma paralelamente
al reconocimiento de su propia diferencia
sexual. El deseo se compoña de manera
mimética frente a otros deseos; es conta-
minado y a su vez contamina, su dinámíca
es muchas veces contraria a las intencio-
nes del sujeto. Representaciones ya de-
sarrolladas se modifican y someten otras
a prueba. Un grah número de estos proce-
sos se realizan inconscientemente.
5. Los procesos miméticos conservan el ca-
rácter policéntrico del ser humano. Se ex-
tienden hasta las capas de la naturaleza
corporal, de la sensualidad y del deseo,
donde dominan fuezas diferentes a la de
la conciencia como la agresividad, la vio-
lencia y la destrucción. Esas fuezas tam-
bién son en sí mismas despertadas por los
procesos miméticos. Ellos actúan particu-
larmente bien cuando se reúne un grupo
La mimesis en la educación
de hombres. El individuo delega su respon-
sabilidad al grupo; el grupo es capaz, en-
tonces, de cometer actos destructores que
un índividuo solo jamás habría cometido.
En la familia, en la escuela y en la empre-
sa, los niños, los adolescentes y los adul-
tos interiorizan mediante procesos mimé-
ticos valores, opiniones y normas simboli-
zadas por dichas instituciones. El debate
entorno del hidden curriculum, por ejemplo,
ha mostrado que los valores que realmen-
te ha transmitido la escuela pueden estar
en oposición a la idea que la escuela tiene
de sí misma. Sin embargo, analizando y
criticando la institución, aconsejándola y
cambiándola podemos dar cuenta de es-
tas contradicciones y brindarles una solu-
ción.
7. Sucede lo mismo con el efecto que produ-
ce el educador sobre sus alumnos. Allí la
mimesis es mucho más importante de lo
que generalmente se piensa. Existe tam-
bién un desfase entre la imagen que el edu-
cadortiene de sí mismo y el efecto que real-
mente produce. Con frecuencia la perso-
nalidad del profesor tiene gran influencia
sobre los alumnos. Los niños imitan en
especial la manera como el profesor expe-
rimenta las cosas, piensa y juzga. Es difícil
predecir si elalumno asimilará o rechaza-
rá al profesor, mucho más cuando el mis-
mo compoftamiento de un profesor puede
ser interpretado de manera diferente según
el períocio por el que esté atravesando el
alumno.
8. Los recuerdos de Benjamin han mostrado
hasta qué punto la apropiación mimética de
los lugares, de las habitaciones y de los
objetos es importante en la evolución del
niño. Desde la primera infancia, el niño
entra en contaoto mimético con su entorno,
un mundo animado. Al asimilarse, el niño
se apropia del mundo, lo integra en su ima-
ginario y, por tanto, forma su personali-
dad. Por tratarse siempre de un mundo his-
tórico y culturalmente determinado donde
todos los objetos tienen una significación,
es decir, donde todos están simbólicamen-
te codificados, estos procesos miméticos
engendran también la enculturación del
niño o del adolescente.
261
9. Los objetos, las instituciones, los persona-
jes imaginarios y los actos prácticos hacen
parte de la sociedad cuyos valores también
son transmitidos por asimilación. Lo ex-
perimentamos en los procesos miméticos,
sin por ello comprenderlo. Para compren-
der lo que hemos vivido mediante mimesis
es necesario analizar y reflexionar. El indi-
viduo puede entonces emitir un juicio con-
veniente. Los procesos miméticos permi-
ten tener una experiencia viva, para lograr
esta experiencia es necesario analizar y
reflexionar.
10. Los procesos miméticos son ambivalentes,
les es inherente un impulso de asimilación,
independientemente del valor del mundo
presente. Por tanto, el niño puede también
asimilarse a algo inmóvile inanimado. Su
evolución interior es bloqueada entonces.
La mimesis se transforma pues en simula-
ción y mimetismo; pero tanibién puede re-
presentar un enriquecimiento para el niño
en la medida en que traza un camino ha-
cia el mundo exterior. La característica del
acercamiento mimético al mundo exter¡or
es que se efectúa sin violencia. El objetivo
del proceso mimético no es reorganizar el
mundo o cambiarlo. Para el hombre, se tra-
ta más bien de evolucionar y de formarse
enfrentándose al mundo.
11. Durante los procesos miméticos se puede
hacer un acercamiento a otro ser humano
de manera no instrumental. El movimiento
Encuentros Pedagógicos Transculturales
mimético deja al otro talcomo es y no trata
de cambiarlo. Está abierto a lo extraño por-
que acepta y se acerca a ello sin exigirle
anular sus diferencias. El impulso miméti-
co acepta la no identidad del otro, renun-
cia a la univocidad en favor de la diferen-
cia, pues la primera solo es posible si se
reduce al otro a lo que ya conocemos. Al
renunciar a la univocidad, se asegura un
enriquecimiento mediante la experiencia
mimética.
12. En el movimiento mimético, el individuo,
encerrado en un mundo producido por sím-
bolos, interpreta un mundo que ya ha sido
interpretado. De esta manera, reinterpreta
un mundo ya interpretado. Sucede los mis-
mo con la repetición y la simple reproduc-
ción. Por lo tanto, un gesto efectuado re-
petidamente dará lugar a nuevos sentidos
en cada una de sus ejecuciones, separa un
objeto o un acontecimiento de su conte)do
habitual y crea una nueva perspectíva de
recepción. La separación y el cambio de
perspectivas son procedimientos estéticos
que se relacionan con el estrecho vínculo
existente entre la mimesis y la estética, evi-
denciado desde la época de Platón. Se en-
tiende por reinterpretación mimética una
manera de ver las cosas, un ver en tanto
que (Sehen-als). El acto mimético implica
la intención de mostrarel mundo creado por
símbolos de modo que lo veamos de cierta
manera.