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1
Etcheverry, Raúl A., “Derecho Comercial y Económico” – Parte General, pág. 9, 2da. Reimpresión,
Editorial Astrea, Buenos Aires, 1998.
Antigüedad
El comercio, como hemos dicho, existió desde los albores de la humanidad.
Entre los más antiguos que surcaban los mares se encuentran los fenicios (1200
AC – época de su aparición histórica). Los fenicios, un pueblo sin reino, que
fueron los mayores mercaderes marítimos del mundo antiguo. Los primeros
orientales en descubrir el Océano Atlántico. Ellos difundieron un invento muy
importante: el alfabeto. Fueron, por casi mil años, los más influyentes en cultura,
historia y comercio. Navegantes incansables, se convirtieron en los primeros
que generaron un vínculo entre la cultura del Cercano Oriente antiguo y la del
inexplorado mundo occidental
Eran el eje en torno al cual giraba gran parte del comercio primitivo del Cercano
Oriente y del Mediterráneo. Comerciaron con los egipcios, los griegos, los
asirios, los babilonios, los africanos y con las tribus españolas (ibéricas). De este
pueblo cuyos orígenes puede remontarse a mas del 5.000 AC (cananeos) se
conoce que tenían leyes marítimas escritas y que también tenían alguna
estructura jurídica en referencia al comercio en general. Sólo esto se conoce a
pesar de haber sido no sólo navegantes, sino constructores de embarcaciones y
creadores de factorías.2
Por otro lado, de todo este vastísimo y no tan conocido mundo antiguo, los
investigadores indican que el Código de Ur-Nammu: es el primer Código jurídico
conocido y data de la época del primer rey de la III Dinastía de UR, que fue
2
A su tiempo, Jaime L. Anaya, nos dice que a pesar de los pocos conocimientos tenidos sobre el
derecho fenicio: “es indudable que habiendo organizado los fenicios un vasto imperio comercial, no
pudieron carecer de una regulación jurídica de las relaciones mercantiles. Así agrega que, el
préstamo marítimo posiblemente es de origen fenicio. En Anaya Jaime L. – Podetti Humberto A.,
Código de Comercio y Leyes Complementarias – comentados y concordados, T I, pág. 18 texto y nota
8, Editorial Omeba, Buenos Aires, 1965.
recopilado por su hijo Shulgi (2129 al 2107 AC). Estaba redactado en lengua
súmera, y fija la estructura de los futuros Códigos de Mesopotamia.
Debe tenerse en cuenta, que en todos los casos las referencias son parciales, y
que muchas de ellas llegan a nuestros días a través de recopilaciones
posteriores, como por ejemplo el Digesto Justinianeo.
En este breve repaso por el aspecto comercial del Mundo Antiguo, debemos
mencionar al pueblo Romano. El Derecho Romano, fuente indiscutible de las
legislaciones de los países regidos por el “Derecho Continental” como el nuestro,
no distinguió una rama comercial en los términos actuales. Sería impensable
hacer una descripción del Derecho Romano en unos pocos reglones, toda vez
que el desarrollo del mismo tomó muchos siglos y más aún, la expansión del
Imperio (el Imperio Romano de Occidente cae en 476 DC y el Imperio Romano
de Oriente en 1453 DC). No obstante, cabe recordar que los romanos crearon
instituciones jurídicas aplicables al comercio, como el préstamo, el depósito y la
sociedad. Además, tenían instituciones de derecho marítimo provenientes del
mundo griego.4 Conocieron la actividad bancaria (los argentarii) y desarrollaron
3
Etcheverry, Raúl A., “Derecho Comercial y Económico” – Parte General, pág. 10, 2da. Reimpresión,
Editorial Astrea, Buenos Aires, 1998.
4
Anaya Jaime L. – Podetti Humberto A., Código de Comercio y Leyes Complementarias –
comentados y concordados, T I, pág. 19, Editorial Omeba, Buenos Aires, 1965.
Edad Media
Cada período histórico comprende diversos peldaños de la evolución de los
pueblos. En rigor de verdad no existen hitos ciertos que marquen un vuelco, una
vuelta de hoja en la historia de la humanidad. Los procesos conllevan años y a
veces siglos. Sin embargo, convencionalmente, ciertos hechos se consideran
punto de inicio o de finalización de los períodos históricos.
La salida del Mundo Antiguo y el inicio de la Edad Media (que suele dividirse en
Alta Edad Media y Baja Edad Media, siendo el final de este segundo período, el
inicio de la Edad Moderna) lo marca la caída del Imperio Romano de Occidente
en el año 476 DC.
Los bárbaros, pueblos germanos que se asentaban en las fronteras del Imperio
Romano se encontraban al servicio de éste. Si bien, estos pueblos cruzaron los
límites de las provincias imperiales produciendo desmanes en esos territorios
alrededor del siglo III, las llamadas “invasiones bárbaras” no se producen hasta
el siglo V, cuando los hunos (pueblo de origen mongol), que habían sido
rechazados por el Imperio Chino desvían su camino hacia Europa y desplazan a
los bárbaros hacia el interior de Europa.
Todo ello produce un quiebre de tal grado que se ven afectadas en forma
negativa la economía, la cultura y desaparece la unidad de gobierno.
Obviamente, la unidad jurídica creada por el Pueblo Romano se disgrega. Sin
embargo, no se pierde. Los pueblos bárbaros traen consigo sus propias
costumbres y reglas jurídicas, que se aplican en los territorios invadidos pero se
combinan con las estructuras romanas aunque éstas pierden su carácter formal.
El derecho bárbaro, principalmente consuetudinario, contribuye a la formación
del derecho comercial como lo iremos viendo.
La invasión árabe provoca la disolución del Reino Visigodo (476 – 711) que se
ubicaba en la Península Ibérica. Este importante pueblo para la historia
española y con influencia indirecta en la historia del derecho argentino, había
logrado una legislación de aplicación territorial el “Liber Iudiciorum”.
Paralelamente, otra realidad era la que se vivía en las ciudades – estado del
Norte de Italia, el comercio sigue desenvolviéndose a un ritmo creciente. En los
comienzos se destacan Génova y Venecia.
mercaderes del Norte de Italia cruzaron los Alpes para vender el excedente no
consumido. Del Lejano Oriente (India y China) también llegaban mercancías que
ingresaban por los puertos de las ciudades – estado de Génova y Venecia,
también llegaban a Florencia. En el Norte Europeo, Ingleses y Flamencos
comerciaban con los pueblos escandinavos, a través de los Mares del Norte y
Báltico.
Los estatutos, estrictos por cierto, de estas asociaciones que hoy conocemos con
el nombre genérico de corporaciones, pero que dependiendo del tiempo, el
espacio y el objeto se denominaban, guildas, ligas, cofradías o hansas,
constituyeron otro de los pilares de la lex mercatoria.
El marco regulatorio generado por las normas surgidas en ferias y mercados, los
estatutos de las ciudades libres italianas y las reglas de las corporaciones,
debían ser aplicadas rigurosamente por los tribunales especiales, ya
en el acto notarial y pasó a ser recibo de las monedas otorgado por el cambista
y, a su vez, carta-aviso entregada al cliente para que reciba el pago en la otra
plaza. Asimismo, en sus comienzos en esta carta se asentaba el contrato de
cambio pero luego, desapareció esa mención y la carta se convirtió en
documento con fuerza ejecutoria que contenía una orden de pago.
Históricamente, estos acontecimientos nos ubican en el siglo XIV. La legislación
francesa de 1673, constituye un nuevo escalón en la elaboración doctrinaria,
francesa, italiana y alemana, de la letra de cambio como instrumento de
circulación del crédito. La cláusula “a la orden” y el “endoso” se incorporan en
los siglos XVII y XVIII.
La legislación alemana de 1848, constituyó base fundamental del derecho
cambiario moderno, consagrando las ideas desarrolladas por los juristas
alemanes Einert, Liebe y Thöl.8
Las Recopilaciones Marítimas más destacadas son: el Libro del Consulado del
Mar, Les Rôles d’Oléron, las Leyes de Visby y Le Guidon de la Mer.
8
Gualtieri, Guisepe - Winisky, Ignacio, “Títulos Circulatorios”, 6ta. Edición, reestructurada y puesta al
día con la colaboración de Berestein, Teresa y Uzal, María Elsa, Pág. 37 Editorial Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 1984.
Les Rôles d’Oléron; esta recopilación de sentencias (rôles) del siglo XII, de
pequeño tamaño se aplicó en la zona atlántica. Su contenido principal refería al
transporte y a cuestiones de obligaciones y derechos de la tripulación..
Las Leyes de Visby, o Derecho Marítimo de Gotland; Visby, puerto de la isla de
Gotland, en el mar Báltico, formó parte de la poderosa Liga Hanseática9. Esta
recopilación de sentencias y juicios de carácter marítimo se ocupan de
reglamentar las averías, el contrato de cambio o fianza, así como lo relativo al
fletamento. Se las ubica en el siglo XI.
Le Guidon de la Mer, esta recopilación privada data del siglo XIV,
fundamentalmente refería al seguro marítimo y es antecedente de la Ordenanza
de Derecho Marítimo de 1681.
Sociedades
Dentro del inevitable camino al crecimiento general abierto en la Baja Edad
Media, para el comercio y el desarrollo del derecho mercantil cobraron
importancia diversas formas asociativas. Éstas, coadyuvaron tanto al desarrollo
del intercambio marítimo como terrestre. Veremos luego, que el gran salto de
este valiosísimo instituto jurídico sucederá con la creación del Estado Moderno
en primer término, para terminar de “perfeccionarse” con el nacimiento de la
Sociedad Anónima a finales del siglo XVIII. En el siglo XIX.
Sin embargo, debemos mencionar su destacado papel en el escenario
bajomedieval. Entre las nuevas formas que inician su desenvolvimiento surge la
commenda. Primeramente, se desarrolló en el Norte Italiano y en el ámbito del
comercio marítimo. En su forma más común, esta sociedad se configuraba por
los aportes (dinero o bienes) que hacía la parte inversora (commendator) al
portador (tractator) para que, éste último, negocie las mercancías o utilice el
dinero en el negocio encomendado (compra de bienes). Al final del viaje, en caso
de haberse obtenido ganancias, se dividían el beneficio obtenido. Caso contrario,
cada cual asumía la pérdida de su aporte. Este contrato, intrínsecamente
conllevaba, la limitación de responsabilidad al dinero o los bienes aportados. A
9
La Liga Hanseática o Hansa Teutónica (hansa proviene del “alto alemán antiguo” y significa “liga”)
federaba ciudades del norte de Alemania y grupos de comerciantes alemanes que residían en
Holanda, Inglaterra y en la zona del mar Báltico. Se creó a mediados del siglo X y su esplendor puede
hallarse en el siglo XII, cuando estaba compuesta por alrededor de 80 ciudades. Su declive se inicia a
fines del siglo XV, contando sólo con la unión de 3 ciudades alemanas, que apenas mantenían algo
de la independencia política de la que habían disfrutado en el apogeo medieval.
10
Halperín, I. op. cit. Pág. 8
Edad Moderna
Introducción
Los avances iniciados en el período bajomedieval son inminentes durante el
transcurso de los siglos XV y XVI y hasta el siglo XVIII, en todos los ámbitos, esto
incluye el comercio y el derecho mercantil.
La población crece, se incrementa la producción de las áreas rurales, el
comercio se encuentra en un punto de equilibrio atento el cual el
abastecimiento es generalizado, la burguesía está afianzada. La nobleza y el
clero juegan un papel de importancia, manteniendo sus privilegios.
En términos de economía política, es la época del capitalismo mercantil,
caracterizado por la política económica del acopio de metálico (economía
monetaria).
Es la época de las grandes expediciones, de los descubrimientos, de la
colonización, de la subordinación de América, África y Asia, al poderío de las
nacientes monarquías centroeuropeas, que ganaban hegemonía sobre las
ciudades – estado medievales.
11
Farina, Juan Manuel, “Compendio de Sociedades Comerciales”, Págs. 19, 20 y 21.1ra., Edición, Zeus
Editora, Rosario, 1989.
12
Levaggi, Abelardo, “Manual de Historia del Derecho Argentino” (Castellano – Indiano / Nacional),
Tomo III, Estatal – Económico – Laboral, Editorial Depalma, Buenos Aires, 1991.
13
Etcheverry, Raúl A., op. cit., Pág. 26.
14
Halperin, Isaac, “Curso de Derecho Comercial”, op. cit. Pág. 8
15
Levaggi, Abelardo, op. cit., Pág. 171 y ssgts.
16
Levaggi, Abelardo, op. cit., Pág. 171
Lo que hoy conocemos como “bolsa” tuvo diversos nombres como ser, loggia en
Italia o lonjas en España. El nombre actual, “bolsa”, “bourse” proviene del
apellido de la familia Van der Borse, que vivió en Brujas – Bélgica en el siglo XVI.
En su establecimiento se reunían comerciantes italianos a realizar sus negocios.
En rigor de verdad, los tipos societarios utilizados a partir del siglo XVI, fueron
los mismos que en el mencionado periodo. Sin embargo, y al ritmo de las
necesidades provocadas por el crecimiento, en este orden, la exigencia de
mayores capitales para emprender las grandes empresas de la época, aumentó
su utilización, se produjo el perfeccionamiento y adecuación de los mismos a la
nueva realidad.
En el siglo XVI también se destaca un tipo societario a través del cual, con mayor
claridad, comienza a resolverse el inconveniente de la responsabilidad ilimitada
de los socios.
Las grandes empresas que llevaron a cabo el comercio con las colonias en el
Período Moderno, conocidas como Compañías de Indias, se organizaron bajo la
forma de sociedades por acciones. Como el comercio colonial estaba
íntimamente vinculado con los intereses de los estados nacientes, las
monarquías francesa, holandesa e inglesa, estas sociedades gozaron de
privilegios extraordinarios y estaban directamente vinculadas a la
administración pública. Su aparición en España se produce en el siglo XVIII.19
Este tipo societario también fue utilizado para organizar empresas de carácter
netamente privado, aunque siempre vinculadas al gran negocio mercantil
(banca, seguros, etc.). Su regulación integral no sucedió hasta el siglo XIX.20
Codificación
Antecedentes
La costumbre y la jurisprudencia mercantil, lex mercatoria, fue abandonando su
carácter consuetudinario al ser recopilada en cuerpos normativos de aplicación,
en principio, local. Los primeros, de los que se tiene noticia, se refieren al
comercio marítimo. No llama la atención que así sea, dado el desarrollo casi
ininterrumpido, de la mencionada actividad.
Al referirnos a los usos y costumbres hemos mencionado, algunos de los que se
consideran los más conocidos; el Libro del Consulado del Mar (siglo XIV), Les
Rôles d’Oléron (siglo XII), las Leyes de Visby (siglo XI) y Le Guidon de la Mer
(siglo XIV).
Las recopilaciones que ordenaban las normas consuetudinarias (sobre comercio
marítimo, terrestre, de las ciudades – estado, las sentencias emanadas de los
consulados) fueron, de alguna manera, los primeros antecedentes escritos.
La codificación, como movimiento general y no sólo en el ámbito de nuestra
materia, es consecuencia inevitable del nuevo orden político, que requería
ordenar, y en algunos casos sustituir, las antiguas leyes.
Un paso más hacia la codificación mercantil se produce con la formación del
Estado Moderno, las grandes monarquías, y el pasaje de la legislación comercial
(estatutos corporativos y recopilaciones) a manos de los estados nacientes
como instrumento para lograr su hegemonía.
19
Levaggi, Abelardo, op. cit. Pág. 148 y 149.
20
Levaggi, Abelardo, op. cit. Pág. 149.
21
Etcheverry, Raúl, Op. cit. pág. 36
22
Les Codes Français, collationnés sur les testes officiels par, Tripier, Louis et Monnier Henry,
quarante – neuvième édition, Librairie Cotillon – F. Pichon, Sr, Éditeur – Libraire du Conseil d’État,
Paris, 1899.
23
Código de Comercio, decretado, sancionado y promulgado el 30 de mayo de 1829. Nueva Edición
Aumentada con la “Ley de enjuiciamiento – sobre los negocios y causas de comercio” decretada y
promulgada el 24 de julio de 1830, Edición Oficial, de Real Orden, Oficina de D.L. Amarita, Madrid,
1858.
24
Etcheverry, op. cit. pág. 40.
25
Levaggi A. op.cit. págs. 191/2.
Este código es una obra compuesta por cinco libros: 1°) De los comerciantes y
agentes del comercio; 2°) De los contratos del comercio en general, sus formas y
efectos; 3°) Del comercio marítimo; 4°) De las quiebras; 5°) De la administración
de justicia en los negocios de comercio.
26
Código de Comercio de 1829, op.cit.
27
Levaggi, A. op.cit. 191/2