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Ética, espiritualidad y religión

Autoevaluación

Desde pequeña me han inculcado la Fe, uno porque mis abuelas son mis

religiosas y dos porque a mi mamá le gusta asistir a los cultos. En un principio estas

experiencias se me hacían un tanto extrañas, pero luego de ser más grande comprendí

cuál era su fin.

A ser sincera la religión no se me hace algo muy justo, puesto que como bien se

sabe está ha cometido viles crímenes en nombre de Dios. Sin embargo, es necesario, al

igual que la política por su margen de mando y orden. Cuando era pequeña siempre tuve

miedos internos que hasta el día de hoy no han sido posible de reprender. De una u otra

forma el aferrarme a la idea de Dios me da confianza y templanza.

Mi espiritualidad más que a nivel religioso se ha desarrollado a nivel personal,

en un principio por el habla conmigo misma constantemente. A veces creo que es por la

misma razón que tengo tantos miedos y a menudo estoy mal; a pesar de ello, con cuerdo

que si no lo hiciera prácticamente mi estado sería peor.

Desde mi proyecto de vida puedo valorar que mi espiritualidad consiste en la fe

que he tenido en mis capacidades y en la forma de sobrellevar los diferentes límites. Por

otra parte, la religión ha influido en mi forma de ver la vida en cuanto a las personas. He

deducido que la vida para Dios no consiste en ir a una iglesia y pelarse las rodillas, que
es prácticamente lo que la religión católica en muchos casos promueve; para mí la

religión es algo que debemos desarrollar a través del tiempo, algo que debe ser

autónomo y no obligado.

Diagnostico

Para entender más acerca de este tema, se llevará a cabo la explicación de

diferentes posturas de pensamiento.

(Hernández, 2002) nos habla acerca de la espiritualidad donde afirma que esta se

encuentra de manera vigente en nosotros. Por otra parte, esta al igual de muchos de los

temas ya tratados, como ética y comunicación, depende del momento histórico y de la

cultura, no es referido netamente de a quién se adora sino a qué tipo de espiritualidad y

sus respectivas de normas. También, puede decirse que esta es colectiva y que por

medio de esta se ha oprimido a las masas. Uno de sus fines propios es construir el “el

bien” que dependerá de cada individuo y su perspectiva respecto a esta, además, es

importante resaltar que uno de los propios fines es llevar o promulgar los valores y su

refuerzo. En sí, la ética es influenciada de la espiritualidad con el simple hecho de crear

nuestro proyecto de vida, puesto que le conferimos cierto grado de credibilidad a algo

que no tenemos certeza en que sucederá.

(CAFFARENA) argumenta que las religiones son hechos históricos y sociales

que se enmarcan por diferentes cualidades, como lo son el contexto cultural. La ética y

la religión se relacionan debido a que los primeros términos morales se llevaron dentro
de estas comunidades. A pesar de que la vertiente moral de ambos tipos de religiosidad,

se hace muy comprensible en las culturas de religiosidad uránica, tienda a revestir la

forma del mandato de una autoridad celeste; mientras que, en las culturas de

religiosidad telúrica, la forma de una ley cósmica, que pide a los humanos acomodarse a

los ritmos de la realidad y la vida terrenas. Para resolver el dilema de cómo se

relacionan la religiosidad y la ética se utiliza la fenomenología, la cual trata de dar una

relación. Cierto es que una de sus relaciones es la de darle valor; más por el contrario, la

religiosidad se encarga de la alabanza de todo aquello que se relaciona con la conciencia

responsiva; la ética, da estudio a el sentido del deber y lo que es justo.

(Gobierno de San Juan, s.f.) habla acerca de la religión y la ética desde un

ámbito histórico y su relación, donde afirma que el hombre al necesitar fundamentos en

cómo actuar se bajo en las normas de la religión, donde en varias de las ocasiones esta

era la adecuada, sin embargo, como ya se sabe, en la historia existió sus excepciones. La

ética al ser el estudio de los comportamientos, conforma parte de una rama de la

filosofía. Por otro lado, esta tiene dos ramas; la normativa y la metaetica, la primera

estudia la calificación de que es bueno y malo, la segunda los argumentos. Es cierto que

los inicios de la moral estuvieron estrechamente relacionados con la religión, pero a

través del tiempo no fue necesario de realizar un castigo para saber que está mal y que

bien. A través de la historia se ha pesado en diferentes formas de ética: en los griegos,

Sócrates fue el primero en concluir el acto moral de manera racional, por otro lado,

estableció algo similar con la diferencia de que las cosas malas eran algo por encima de

nuestro raciocinio. En el ámbito cristiano, al estar aferrado a Dios, todos los actos

dependen de su calificativo; los comportamientos orales fueron reforzados en la época

medieval. Dentro del pensamiento ética religioso, el saber decidir que está mal y que
está bien, puede ser condenado. Ya para nuestros tiempos se quiere establecer que es lo

bueno y lo malo: desde un punto de vista esto se está realizando por medio del

Parlamento de las Religiones del Mundo que empezó a ser de estudio en 1893; una de

las cosas que dejan en claro es “la santidad, la pureza y la claridad no son exclusivas de

ninguna religión”.

Metas

1. Establecer tiempos en mi día diario que me permita encontrarme consigo

misma.

2. Asistir a la iglesia con fe y con coherencia de mis pensamientos y actos.

3. Conocer más de mi a través de mi espiritualidad.

Estrategias

1. Mantener la calma y no adelantarme a los actos.

2. Realizar una especie de evaluación de mis actos y ser consciente que

debo a ser según mi el “CRITERIO UNIVERSAL”.

3. Buscar los momentos de calma como punto clave para encontrar quién

soy que debo seguir haciendo con mis decisiones.


Bibliografía

CAFFARENA, J. G. (s.f.). Religión y Etica. isegoria.revistas. Obtenido de

http://isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/viewFile/177/177

Gobierno de San Juan. (s.f.). Obtenido de http://sanjuan.magnaplus.org/articulo/-

/articulo/RT121/religion-y-etica

Hernández, O. D. (2002). ÉTICA, ESPIRITUALIDAD Y VALORES.- INCITACIÓN

AL DEBATE. Revista ARA. Obtenido de

http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/cuba/cips/caudales05/Caudales/ARTICU

LOS/ArticulosPDF/0713D045.pdf

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