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En la literatura no sólo se narran hechos a través de cuentos, novelas, leyendas y otros. También se
expresan sentimientos íntimos. En la historia de la humanidad, hombres y mujeres han expresado su
amor a través del lenguaje literario.
La lírica es uno de los géneros literarios. La palabra "lírica" define todo aquello relativo o
perteneciente a la lira, o a la poesía propia para el canto. Actualmente, se utiliza dicho concepto para
definir uno de los tres principales géneros poéticos, que comprende las composiciones de carácter
subjetivo y, en general, todas las obras en verso que no son épicas o dramáticas.
Etimología: Sus orígenes son griegos: se trataba de aquella poesía que no estaba destinada a ser leída,
sino a ser recitada ante un público por un individuo o por un coro, acompañado de algún instrumento
de música, principalmente de la lira. Según la mitología griega, Apolo, dios de las artes, de la belleza y
de la adivinación, tocaba hermosas canciones en este instrumento, expresando un mundo subjetivo
pleno de emociones.
La lírica puede estar escrita en verso, es decir, en frase sujeta a ritmo o melodía, o en prosa poética.
Un aspecto importante de la lírica es la expresión de sentimientos a través de figuras literarias o
retóricas. La función poética del lenguaje –predominio de la forma del mensaje– queda así en
evidencia cuando predominan en un texto estas figuras.
El hablante lírico
El hablante lírico es el que transmite sus sentimientos y emociones, el que habla en el poema para
expresar su mundo interior. El hablante puede adoptar las siguientes actitudes líricas:
Actitud carmínica
Es la actitud más plenamente lírica, en que la expresión de los sentimientos predomina en forma casi
absoluta. La calificación de carmínica procede de carmen, que en latín significa canción.
Es la actitud lírica en la que el hablante expresa directamente sus sentimientos, empleando la primera
persona gramatical (pronombres yo, me, mi, nosotros, nos). Por lo tanto, se corresponde con la
función expresiva o emotiva del lenguaje. Es todo interioridad, no hay ninguna objetividad frente al yo
ni actuando sobre él. La manifestación lírica es la simple autoexpresión del estado de ánimo.
Ejemplo:
No sé lo que he soñado
en la noche pasada;
Actitud enunciativa
Aquí el hablante lírico entrega sus sentimientos sólo a través de la descripción de un hecho concreto.
Es la actitud con que el hablante lírico muestra su subjetividad a través de la descripción del paisaje,
de personas, de animales o de la narración de hechos. Emplea, sobre todo, la tercera persona
gramatical (pronombres: él, ella, lo, ellos, ellas, los, se). Corresponde a la función referencial o
representativa del lenguaje.
Ejemplo:
Actitud apostrófica
En esta situación el poeta reta, interroga o dirige la palabra al objeto lírico esperando una respuesta
de él, aunque sea un ser sin vida.
Es la actitud lírica con la que el hablante se dirige a un tú (receptor ficticio), emplea la segunda
persona gramatical (pronombres: tú, te, ti, vosotros, ustedes, os), por lo tanto corresponde a la
función apelativa del lenguaje. Las esferas anímicas y objetivas actúan una sobre otra, se desarrollan
en el encuentro y la objetividad se transforma en un tú.
Ejemplo:
émula de la llama
El objeto lírico
En la misma línea, pero ligeramente diferente, es el motivo o tema de la obra poética, es decir, la
situación, idea, emoción o sentimiento en torno al cual se construye el poema. Por ejemplo, en Me
gustas cuando callas, del mismo Neruda, el objeto lírico es la amada y el tema o motivo es el miedo a
su pérdida.
El tema o motivo
Es el asunto tratado en el texto poético (la vida, el amor, la muerte, etc.), es decir, la emoción
particular del poeta frente a un objeto, que lo mueve a escribir una obra lírica.
TEMPLE DE ÁNIMO
Es el estado de ánimo que se percibe en el poema a través de lo expresado por el hablante lírico.
Puede ser, entre otros, de alegría, tristeza, nostalgia, odio, esperanza, pesimismo, optimismo, pasión,
amor, perdón, etc.
Ejemplos:
• “Si una espina me hiere yo me saco la espina, pero no la aborrezco.” Amado Nervo
Agudas
Si la mayor intensidad o duración se da en la última sílaba al medir el verso será aguda y se agregraá
una sílaba o sumará más uno.
Graves
Al acentuar una palabra en la penúltima sílaba ambas se pronuncian igual, al medirse quedarán con la
misma cantidad silábica.
Esdrújulas
Al acentuar la antepenúltima sílaba la pronunciación de la sílaba que sigue se pronuncia con tanta
rapidez, sólo utiliza el tiempo de una .Al medir el verso se le resta una sílaba.
Métrica
Para separar o distinguir las sílabas métricas hay que tener en cuenta una serie de fenómenos o
licencias poéticas que influyen en la composición de los versos. Son estos: la sinalefa, el hiato, la
sinéresis y la diéresis.
SINALEFA: La vocal situada al final de una palabra se une con la vocal inicial de la siguiente palabra.
Ambas vocales se cuentan como una sola sílaba.
SINÉRESIS: Se trata de la reducción a una sola sílaba de dos vocales en interior de palabra, que
normalmente se consideran como sílabas distintas.
HIATO: Consiste, precisamente, en no hacer sinalefa. Las vocales final e inicial de las palabras se
mantienen en sílabas diferentes.
...sin ninguna noticia de mi hado. (11 sílabas. Hiato en mi-ha-do.)
Ej...la del que huye el mundanal ruïdo... (11 sílabas: diéresis en ru-ï-do, que tiene dos sílabas
fónicas).
Los poemas siguen un ritmo en que las palabras se relacionan tanto por su sonido como por su
significado. Por eso, se dice que ellos poseen una estructura compuesta por versos, estrofas y rimas.
Además, tienen diversas formas métricas, es decir, distintas medidas de los versos.
Los versos son palabras o conjuntos de palabras sujetas a una medida, cadencia o ritmo, que es una
distribución de sonidos y acentos agradable o grata al oído. Según el número de sílabas métricas
(diferentes de las sílabas gramaticales) los versos se llaman: tetrasílabos (cuatro sílabas); pentasílabos
(cinco sílabas); hexasílabos (seis sílabas); heptasílabos (siete sílabas); octosílabos (ocho sílabas);
eneasílabos (nueve sílabas); decasílabos (diez sílabas); endecasílabos (once sílabas) y dodecasílabos
(doce sílabas).
La estrofa es un conjunto de varios versos, los cuales comparten alguna característica de ritmo,
medida o rima. Puede ser un número fijo o variable de versos. Las estrofas se clasifican en: pareado
(dos versos); terceto (tres versos); cuarteto (cuatro versos); quinteto (cinco versos); sextina (seis
versos); séptima (siete versos); octava (ocho versos), décima (diez versos) y soneto (catorce versos),
entre otras formas de combinación.
La rima es la igualdad o repetición de sonidos a partir de la última vocal acentuada en dos o más
versos. Se divide en consonante o perfecta y en asonante. En la primera, todos los sonidos, vocales y
consonantes, riman, porque son iguales, como en el siguiente ejemplo:
de nuestro lugar
Rima asonante: Cuando sólo coinciden las vocales, en cambio las consonantes pueden ser diferentes.
Ejemplo:
Ejemplo.
de tu sonrisa,