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Poder de policía y

Policía
Administrativa

Derecho
Administrativo
Poder de policía y Policía
Administrativa

Noción de policía, de poder de


policía y policía administrativa

El Poder de Policía es la atribución que tiene el Estado, en ejercicio de su


función legislativa, de reglamentar el ejercicio de los derechos de las personas
mediante razonables limitaciones impuestas por la ley, a fin de promover el
bienestar general y mejorar la convivencia en sociedad.

La policía es la función administrativa que realizan los órganos de la


Administración, que consiste en ejecutar las normas dictadas en ejercicio del
poder de policía, con el fin de tutelar bienes generales como el orden, la
seguridad, moralidad y salubridad pública, a través hechos, actos o reglamentos
administrativos.

Principios constitucionales

El Poder de Policía tiene su fundamento en lo dispuesto por el art. 14 de la


Constitución Nacional, el cual establece que “Todos los habitantes de la nación

12CSJN, Angel Estrada y Cía. Vs. Secretaría de Energía y Puertos, 05/04/05, LA LEY 2005-D,
439.
gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su
ejercicio”.

Ello significa que ninguno de los derechos reconocidos tiene un alcance


absoluto, sino que todos deben ejercerse dentro del cauce fijado por la
reglamentación que el Congreso, Legislatura o Consejo Deliberante establezca.

A su vez, la reglamentación que efectúe dentro del ámbito de su competencia


cada uno de los órganos legisferantes mencionados, deberá hacerse de modo
tal que los derechos reconocidos no sean vulnerados en su esencia, conforme
lo establece el art. 28 de la C.N.: “los principios, garantías y derechos
reconocidos en los anteriores artículos no podrán ser alterados por las leyes
que reglamenten su ejercicio”.

Distribución entre los distintos niveles de gobierno

Conforme nuestro nuestra forma federal de Estado, del cual se deriva el


carácter local del derecho administrativo, el ejercicio del poder de policía y de
la policía corresponde tanto al Estado Nacional, Provincial como Municipal,
según el reparto de competencias efectuado por nuestro texto constitucional: a
la Nación todo lo delegado expresa o implícitamente, a las Provincias todo
aquello reservado o no delegado, y al Municipio aquello que ha sido reconocido
por la Provincia como propio de su régimen autónomo, sin perjuicio de que
ciertas facultades son concurrentes (conf. Art. 121, 5 y 123 de la C.N.).

En el sentido expuesto se ha pronunciado reiteradamente la C.S.J.N.: “el


ejercicio de idénticas funciones por las provincias resulta incompatible con un
igual ejercicio de funciones conferidas a la nación (Fallos 192:350); “los actos de
las legislaturas provinciales no pueden ser invalidados sino en los casos en que
la Constitución concede al Congreso Nacional, en términos expresos, un poder
exclusivo, o en que el ejercicio de idénticos poderes ha sido expresamente
prohibido a las provincias, o cuando hay una absoluta y directa
incompatibilidad en el ejercicio de ellos por estas últimas" (causa T.375.XXXI,
considerando 7°).
Fines y límites

El Poder de Policía y la Policía han tenido una marcada evolución en el tiempo


en lo que hace a los fines específicos y materias concretas que comprende.

En su origen, dentro de lo que sería el modelo del estado liberal, se consideraba


que regía el principio de autonomía de la voluntad, por lo cual, las únicas
materias que podían ser objeto del poder de policía, eran la seguridad,
moralidad y salubridad.

Sin embargo, este concepto se fue ampliando con el tiempo, y así,


principalmente a partir del comienzo del x. XIX, el Estado comenzó, en aras de
promover el bienestar general, a tener injerencias en la libertad contractual, a
imponer cargas sociales o económicas a los particulares, a restringir los
derechos de propiedad por razones de emergencia, a regular lo que hace a la
competencia, a los derechos del consumidor, la prestación de servicios
públicos, y muchísimos ámbitos de la actividad particular13.

Ahora bien, por más extensión que adquiera el ejercicio del poder de policía no
es incontrolable, sino que tiene dos límites fundamentales que nacen de la
misma constitución.

Uno es interno, y es el llamado derecho a la intimidad o privacidad, reconocido


en el art. 19 de la C.N., por el cual las acciones privadas de los hombres están
exentas de la autoridad de los magistrados, y por tanto, no pueden ser objeto
de regulación.

El otro, externo, es el principio de razonabilidad, asegurado en el art. 28 del


texto magno, por el cual, ninguna regulación puede desconocer o anular alguno
de los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución.

13Unanálisis completo de dicha evolución, con numerosas citas jurisprudenciales de la Corte


Suprema de Justicia de la Nación, puede verse en DROMI, Roberto, Derecho Administrativo, Ed.
Ciudad Argentina, Buenos Aires, 2006, 11ª Edición, pág. 910/926.
Las sanciones administrativas

La policía, como parte de la función administrativa, se manifiesta a través de


diversas formas jurídicas, que pueden normativos, o ejecutivos o de coacción14.

Los primeros son normas generales que regulan las conductas de las
personales, y como ejemplo, tenemos al reglamento o edicto de policía.

Los segundos se dirigen a la conducta a un administrado en particular. Como


ejemplo tenemos la orden de policía, las operaciones de control, inspección o
auditoría, y la aplicación de sanciones.

Las sanciones administrativas son las penas previstas para quienes cometen
una falta administrativa. No deben ser confundidas con las sanciones
disciplinarias que resultan de la relación de empleo público. Las primeras se
refieren a las relaciones externas de la Administración respecto a terceros
administrados, y tienen por fin mantener el orden público en general; en
cambio las segundas, son las sanciones que aplica la Administración en su
relación interna con un empleado público, para mantener la regularidad de la
función, tienen carácter disciplinario y no policial, y se aplican ante la comisión
de una falta disciplinaria prevista en un estatuto particular de empleo público.

La falta o contravención

La falta o contravención es el ilícito administrativo, previsto en los Códigos de


Faltas, análogo aunque sustancialmente diferente al delito, ilícito penal,
previsto en el Código Penal.

Se “configura por una situación de hecho en cuyo mérito una persona aparece
en contradicción con lo dispuesto en una norma de policía”15. No requiere de
culpa o dolo por parte del contraventor, más allá de que alguna falta en
particular lo exija. Puede consistir en una conducta positiva o negativa. Se
diferencia del delito por su carácter local, por su menor gravedad, porque
puede aplicarse a personas jurídicas, y porque puede ser sancionado por

14Conf. clasificación de ALTAMIRA GIGENA, Julio Isidro, ob. cit., pág. 447.

15MARIENHOFF Miguel S., Tratado de Derecho Administrativo, Ed. Abeledo – Perrot, Buenos
Aires, 1997, Tomo VI, Sexta Edición actualizada, 597.-
cualquier nivel estadual (Nación, Provincia o Municipio), siempre que emane
del ejercicio de la función legislativa16.

Procedimientos y clases de sanciones

La aplicación de una sanción a un infractor como consecuencia de la comisión


de una falta administrativa debe ser precedida del debido procedimiento
administrativo, en el cual haya estado asegurada la posibilidad del administrado
de defenderse, respetándose en lo sustancial los principios consagrados en el
art. 18 de la Constitución Nacional.

De allí que la sanción debe hallarse establecida en una norma anterior al hecho,
debe darse oportunidad al imputado para defenderse y ofrecer pruebas, y la
sanción que se imponga es susceptible de ser recurrida administrativamente e
impugnada en sede judicial.

Las sanciones pueden ser de varias clases. Entre ellas tenemos:

 Amonestaciones o llamados de atención: consiste en un reto, reproche o


advertencia por parte de la autoridad administrativa.

 Multa: es una pena pecuniaria que debe ser satisfecha por el infractor
abonando una suma de dinero. El acto administrativo que las impone
carece de ejecutoriedad, por lo cual, en caso de falta de pago por parte
del sancionado, el cobro compulsivo debe ser gestionado por el órgano
sancionador ante el Poder Judicial.

 Clausura: consiste en el cierre temporario o definitivo de un


establecimiento, prohibiendo su utilización para la actividad comercial o
industrial a que venía destinándoselo.

 Inhabilitación: consiste en la incapacidad para el ejercicio de ciertos


derechos, también de forma temporaria o definitiva.

 Decomiso o comiso: es la pérdida definitiva de una cosa mueble, que por


razones de seguridad, moralidad o salubridad públicas, es incautada por
la autoridad administrativa. El propietario infractor carece de derecho de
indemnización, por el carácter nocivo o peligroso de la cosa decomisada.
Se diferencia del secuestro por cuanto éste constituye una medida

16CSJN, 17/05/1957, “Mouviel”.


cautelar que se dispone para reunir un determinado elemento
probatorio (ej.: secuestro de un arma).

 Arresto: es una pena privativa de libertad, temporaria y por breve plazo.

 Caducidad: es la extinción de una autorización o permiso otorgado para


ejercer una determinada actividad.
Bibliografías de referencia

Avalos, E., Buteler, A. & Massimino, L. (2014). Derecho administrativo. Tomo I.


Córdoba: Alveroni.

Gordillo, A. (1997 – 2000). Tratado de Derecho Administrativo, 4 Tomos. (4ta Ed.).


Buenos Aires: Fundación de Derecho Administrativo.

Comadira, J. (2003). El acto administrativo. Buenos Aires: Lexis-Nexis.

Farrando (h.), I y otros. (2000). Manual de Derecho Administrativo. Buenos Aires:


Depalma.

Hutchinson, T. Régimen de Procedimientos Administrativos - Ley 19.549. Buenos Aires:


Astrea.

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