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Supremo Consejo de Soberanas Grandes Inspectoras


Generales del 33° y Último Grado del REAA
para la Jurisdicción Masónica de los Estados Unidos
Mexicanos.


Valles de Colima, Colima a 12 de Enero de 2019 de la EV

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Tema 1 Mente-Cerebro

El cerebro humano en biología es el órgano principal del sistema nervioso central. Se encuentra
dentro del cráneo y tiene la misma estructura general que el cerebro de otros mamíferos. Su
componente principal es la corteza cerebral, una capa de tejido neuronal plegado, que cubre la
superficie de los hemisferios. Especialmente amplios son sus lóbulos frontales, que están
asociados con funciones ejecutivas, tales como el autocontrol, la planificación, el razonamiento y
el pensamiento abstracto.

El cerebro humano se encarga tanto de regular y mantener cada función vital del cuerpo, como de
ser el órgano donde “reside” la mente y la conciencia del individuo.

Los hemisferios cerebrales forman la mayor parte del cerebro humano (telencéfalo) y se
encuentran por encima de las otras estructuras del cráneo.

Los hemisferios derecho e izquierdo son aproximadamente simétricos, sin embargo el izquierdo es
ligeramente mayor. Están separados por la profunda cisura medial. Están cubiertos de una capa
cortical sinuosa la corteza cerebral, formada por sustancia gris.
Las estructuras subcorticales del cerebro humano incluyen el hipocampo, los ganglios basales, y el
bulbo olfatorio.

Por debajo del telencéfalo se encuentra el tronco encefálico. Por detrás del tronco encefálico, está
el cerebelo.

La corteza cerebral es esencialmente una capa de tejido neuronal y fibras nerviosas, plegada de tal
manera que permite a una gran superficie caber dentro de los confines del cráneo. Cada
hemisferio cerebral, tiene una superficie total de alrededor de 1200 cm².

Los anatomistas llaman a cada pliegue de la corteza un surco, y a la zona lisa y abultada entre los
surcos, una circunvolución.

Los anatomistas convencionalmente dividen cada hemisferio en seis lóbulos, el lóbulo frontal,
el lóbulo parietal, el lóbulo occipital, el lóbulo temporal, el lóbulo insular y el lóbulo límbico. La
única frontera notable entre los lóbulos frontales y parietales está en el surco central, un pliegue
profundo que marca la línea entre la corteza somatosensorial primaria y la corteza motora
primaria.

Se ha estimado que el cerebro humano contiene de 70 a 100 mil millones (10 11) de neuronas, de
las cuales cerca de 10 mil millones (1010) son células piramidales(en) corticales. Estas células
transmiten las señales a través de 1000 billones (1015) de conexiones sinápticas.

El cerebro controla y regula las acciones y reacciones del cuerpo. Recibe continuamente
información sensorial, rápidamente analiza estos datos y luego responde, controlando las acciones
y funciones corporales. El neocórtex es el centro del pensamiento de orden superior, del
aprendizaje y de la memoria. El cerebro y el cerebelo trabajan en conjunto, pues el primero envía
señales, mientras el cerebelo hace que este movimiento sea coordinado.

Los investigadores de la corteza la dividen en tres categorías funcionales. Las áreas sensoriales
primarias, que reciben señales de los nervios sensoriales y las envían a través de núcleos de relevo
en el tálamo. Las áreas sensoriales primarias incluyen el área visual del lóbulo occipital, el área
auditiva primaria en el lóbulo temporal y la corteza insular, y el área somatosensorial en el lóbulo
parietal.

La segunda categoría es el área motora primaria, que envía axones hasta las neuronas motoras del
tronco encefálico y la médula espinal. Esta zona ocupa la parte posterior del lóbulo frontal, justo
delante del área somatosensorial.

La tercera categoría se compone de las partes restantes de la corteza, que se denominan áreas de
asociación. La cantidad de corteza de asociación, en relación con las otras dos categorías, aumenta
dramáticamente a medida que se pasa de mamíferos simples a los más complejos, como el
chimpancé y el humano. Estas áreas reciben información entrante de las áreas sensoriales y
partes inferiores del cerebro y están implicadas en el complejo proceso que llamamos percepción,
pensamiento y la toma de decisiones.
Diferentes partes de la corteza cerebral están involucrados en diferentes funciones cognitivas y del
comportamiento.

La mayor parte de la corteza llamada Neocortex, tiene seis capas. Pero no todas las capas son
evidentes en todas las áreas, e incluso cuando una capa está presente, su espesor y organización
celular puede variar.

Varios anatomistas han construido mapas de las áreas corticales, basados en las variaciones en la
apariencia bajo el microscopio llamada citoarquitectura de la corteza cerebral. Uno de los
esquemas más utilizados se denomina como Áreas de Brodmann, que divide la corteza en áreas
diferentes y asigna un número a cada una; por ejemplo, el área 1 de Brodmann es la corteza
somatosensorial primaria, y el área 17 de Brodmann es la corteza visual primaria.

Cada hemisferio del cerebro interactúa principalmente con una mitad del cuerpo, las conexiones
se cruzan. Los dos hemisferios cerebrales están conectados por un ramillete nervioso muy grande
llamado el cuerpo calloso, que cruza la línea media por encima del nivel del tálamo. Hay también
dos conexiones muy pequeñas, la comisura anterior y la comisura del hipocampo, así como gran
número de conexiones subcorticales que cruzan la línea media. Sin embargo, el cuerpo calloso es
la avenida principal de comunicación entre los dos hemisferios. Él conecta cada punto de la
corteza hasta su punto equivalente en el hemisferio opuesto, y también conecta a puntos
relacionados funcionalmente en diferentes áreas corticales.

Hasta aquí se describe físicamente grosso modo, la forma, estructura y características del
cerebro, nunca había investigado tanto acerca de este órgano, y me atrevo a comentar que de
ningún otro del cuerpo humano, lo que me lleva a reflexionar sobre la falta de conocimiento que
tengo de mi misma en el aspecto físico y la necesidad de adquirirlo. Puedo comentar que fue
asombroso conocer sobre el cerebro humano.

Por otro lado, la mente es el conjunto de facultades cognitivas que engloban procesos como
la percepción, el pensamiento, la conciencia, la memoria, imaginación, etc., algunas de las cuales
son características del humano y otras son compartidas con otras formas de vida. La mente, este
conjunto de procesos, debe ser diferenciado del estado mental, tal como el deseo, la sensación
de dolor o las creencias, que son instancias, tipos o ejemplos de dichos procesos.

A lo largo de la historia este concepto de mente ha sido concebido ontológicamente en diferentes


categorías (como una sustancia distinta del cuerpo, una parte, un proceso o una propiedad).2 Sin
embargo, las concepciones dominantes actuales, ambas materialistas, se engloban en la teoría de
la identidad mente-cerebro y el funcionalismo.

La mente es concebida o tratada como tres tipos de procesos: los conscientes, los inconscientes y
los procedimentales. Algunos científicos sugieren la idea de que la mente es un resultado de la
actividad del cerebro, por poder localizar ciertos procesos del individuo en regiones concretas,
tales como el hipocampo, cuyos daños implican un daño en el proceso de la memoria. Sin
embargo, la cuestión no ha sido resuelta, en parte debido al hecho de que la mente como
categoría engloba distintos procesos y estados, y corroborar la naturaleza de uno de ellos no
implica a la de todos.

En psicología es común distinguir entre mente y cerebro, aunque la mente emerge del cerebro. Sin
embargo, está más vinculada a la disciplina llamada filosofía de la mente. Algunos científicos y
filósofos han sostenido que el cerebro es condición necesaria, pero no suficiente, para que la
mente realice sus funciones. Por ejemplo, Eccles, neurólogo y premio Nobel de Medicina,
o Popper, filósofo de la ciencia. Aunque con posturas diferentes, ninguno de los dos identifica el
pensamiento con la actividad cerebral.

Una posición materialista de la mente es que la mente es materia que se analiza a sí misma
(retroalimentación de sistemas materiales). Es decir, en su evolución, la materia ha pasado de
estados caóticos a estados organizados inorgánicos, luego a estados orgánicos, y finalmente logra
analizar estados actuales para lograr estados sucesivos. La materia se organizaría en sistemas
autorregulados. Un ejemplo podría ser el materialismo dialéctico o también el materialismo
reductivo propio de las ciencias duras como la física y la química.

Hay que destacar que no es lo mismo referirse a la mente como el comportamiento de la materia,
o referirse a la mente como algo paralelo y distinto a la materia, pero con existencia propia y
estatuto ontológico. El ejemplo más conocido es la dualidad establecida por René Descartes de
una mente distinta al cuerpo pero unida a él: pienso, luego existo. Estas diferencias no son
menores puesto que abren discusiones tales como ¿todos los animales tienen mente o solamente
los humanos la tienen?

Desde las neurociencias la mente puede considerarse una experiencia subjetiva creada por la
actividad cerebral con el fin de producir un punto de referencia para el movimiento (Rodolfo
Llinás en "El cerebro y el mito del yo"). Siendo así, la mente puede considerarse una función más
del cerebro encargada de organizar la conducta hacia objetivos determinados y que produce una
experiencia subjetiva conocida como "yo" alrededor de la cual se organiza el movimiento
(conducta). La función mental sería una propiedad emergente del cerebro como la función
digestiva lo es del aparato digestivo.

Para Howard Gardner la mente consiste en un conjunto de mecanismos de computación


específicos e independientes. La inteligencia emerge de la supraestructura conformada por las
estructuras mentales. Las estructuras mentales serían acciones cumplidas o en potencia
exteriorizadas en movimiento o interiorizadas en pensamiento. Para Piaget la estructura
elemental del conocimiento es el esquema. Diferenciaba las operaciones concretas de las
formales, lo que permitiría diferenciar tres componentes de la mente:

La mente concreta realiza los procesos básicos del pensamiento: Observación, comparación,
relación, clasificación, que son la base del análisis-síntesis.
La mente práctica realiza procesos directivos y ejecutivos de pensamiento, relaciona las causas con
los efectos y los medios con los fines. Es la base de la inteligencia y los metacomponentes de la
misma tal y como los denomina Robert J. Sternberg en su teoría triárquica de la inteligencia.

La mente abstracta realiza procesos de reflexión consciente, accede a sus propias


representaciones y las modifica. La razón es la facultad superior de conocimiento ya que hace
abstracción de todo su contenido. Así lo planteaba Kant en su Crítica de la razón pura.

La filosofía de la mente o filosofía del espíritu es la rama de la filosofía que estudia la mente,
incluyendo las percepciones, sensaciones, emociones, fantasías, sueños, pensamientos y
creencias. Uno de los problemas centrales de la disciplina es determinar qué hace que todos los
elementos de esta lista sean mentales, y otros no.

Algunos problemas centrales en la filosofía de la mente son el problema de la relación entre la


mente y el cuerpo, el problema de la permanencia de la identidad personal a través del tiempo, y
el problema del reconocimiento de otras mentes.

El punto central de la filosofía de la mente es el problema mente-cuerpo. En su origen está la


pregunta: ¿cuál es la relación entre los estados mentales (o la conciencia, lo psíquico, el alma)
con los estados físicos (o el cerebro, lo material, el cuerpo)? ¿Se trata de
dos sustancias diferentes? ¿O son lo mental y lo físico una sola cosa? Estas son las preguntas
fundamentales de la filosofía de la mente. No obstante, las respuestas suscitan un sinfín de nuevas
preguntas: ¿Son libres nuestro pensamiento y nuestra voluntad? ¿Podrían las computadoras
poseer una mente? ¿Puede existir la mente sin el cuerpo? La filosofía de la mente es por tanto un
estudio con ramificaciones muy diversas.

Existen diversas posturas desde la filosofía de la mente, sin embargo, entiendo que muchos
aspectos quedan inconclusos, refutados o no aceptados, por muchos otros, yo pienso que lo que
uno puede alcanzar a comprender es que no todo está dicho, hay cosas que desconocemos, hay
cosas que no hemos descubierto o que no podemos comprobar. La humanidad sigue en
constante evolución. Yo he creído que la mente es parte del ser humano, pero diferente al
cuerpo, que se produce en el cerebro, creo que puedo agregar ahora, que la mente es mi yo,
consciente o inconsciente, y que cuando mi cerebro muere, también dejo de ser yo, de existir
como tal, puedo decir que me inclino por la teoría de que mi alma regresa al ser superior, pero
yo, el ego deja de existir, solo es Él.

En otro sentido, se ha definido que la mente tiene 3 niveles, el Consciente, Inconsciente y


Subconsciente:

Consciente es un término utilizado por Sigmund Freud, como adjetivo para calificar un estado
psíquico, o bien como sustantivo, para indicar la localización de ciertos procesos constitutivos del
funcionamiento del aparato psíquico. En este sentido, el consciente, junto con el preconsciente y
el inconsciente es una de las tres instancias de la primera tópica freudiana. Para la filosofía, la
conciencia es la facultad humana para decidir acciones y asumir la responsabilidad de las
consecuencias según la concepción del bien y del mal. Una persona consciente, en este sentido, es
aquella responsable, que no actúa con negligencia y que trata de minimizar las consecuencias
negativas de sus actos.

Lo consciente designa al conjunto de vivencias de las que el sujeto puede dar cuenta mediante un
acto de percepción interna. Es común indicar que para el psicoanálisis lo consciente designa la
capa más superficial de la mente poniendo el acento en el valor que tiene el inconsciente en la
vida del sujeto, en particular en todo lo relativo a la esfera del sentimiento y la motivación. Pero
no hay que olvidar que el psicoanálisis hace descansar en la toma de conciencia del sujeto de los
impulsos y deseos reprimidos el fundamento de la terapia psicoanalítica y de la curación misma.

En el lenguaje corriente, el término inconsciente se utiliza como adjetivo para calificar un estado o
disposición mental que presenta aquel sujeto que desarrolla inadvertidamente su
comportamiento, es decir, sin darse cuenta, y que, en general, no depende de su voluntad en
realizarlo. También se puede emplear para describir, con una connotación peyorativa, a una
persona irresponsable o desconsiderada en grado sumo, y que lleva a cabo acciones dañinas o
peligrosas sin tener en cuenta las consecuencias ni los riesgos.

En psicoanálisis, el inconsciente es el concepto clave de la teoría, puesto que constituye su


principal objeto de estudio, y designa en el sentido tópico un sistema y un lugar psíquico
desconocido para la conciencia ("la otra escena") y en el sentido dinámico al conjunto de los
contenidos reprimidos que son mantenidos al margen, apartados de la conciencia, aun cuando
ellos muestren una permanente efectividad psíquica e intensa actividad a través de mecanismos y
formaciones específicas.

En efecto, para Sigmund Freud el inconsciente ya no es una "supraconsciencia" o un


"subconsciente", situado sobre o más allá de la consciencia; se convierte realmente en una
instancia a la cual la conciencia no tiene acceso, pero que se le revela en una serie de formaciones
como los sueños, los lapsus, los chistes, los juegos de palabras, los actos fallidos y en los síntomas.
El inconsciente, según Freud, tiene la particularidad de ser a la vez interno al sujeto (y a su
consciencia) y exterior a toda forma de dominio por el pensamiento consciente.

La mente subconsciente es la parte de la mente responsable de almacenar datos (memoria), se


encarga de los comportamiento automáticos ya aprendidos, lo que llamaremos hábitos, también
se encarga de los reflejos y las funciones autónomas del cuerpo tales como la digestión,
respiración y la circulación ya son reguladas por la parte más inconsciente de nuestra mente.

Es importante entender que a diferencia de la mente consciente, la subconsciente no “piensa”,


sino que más bien actúa como un equipo de manera que todos los datos programados en tu
subconsciente son aceptados y asumidos como ciertos, sin importar, realmente, si los datos son
verdaderos o falsos.

La mente subconsciente acepta incondicionalmente todo lo que le llega y después realiza aquello
que se le ha programado cuando se cumplen ciertas condiciones.
La mente subconsciente es más susceptible cuando estas en un estado de relajación. Otra forma
de penetrar en el subconsciente, aunque mucho más lento, es a través de la repetición o la
autosugestión.

Conocer los niveles de la mente, nos ayuda a comprender cómo podemos ayudarnos a ser
mejores, por ejemplo, si tenemos un hábito que debemos o queremos modificar, debemos
trabajar con el subconsciente, a través de ejercicios conscientes como lo hace la programación
neurolingüística, o quizás, atender mediante terapia un problema psicológico como un trauma.

Pero eso no es todo, la mente no solo produce procesos mentales simples y complejos, la mente
no solo tiene niveles de consciencia, sino que además la mente tiene poder, tiene otras facultades
que podemos desarrollar a través de la meditación y el pensamiento.

Se dice que la mente trabaja en el mundo mental y que el mundo mental se trata de energías con
frecuencias vibratorias. Todo lo que existe esta formado de energía; lo que diferencia a una roca
solida de un arcoíris es la frecuencia con la que vibran las partículas/ondas de luz que los
componen. Todo en este mundo es energía interconectada.

Nuestros pensamientos, en conjunto con las emociones, dan forma a nuestra realidad. Los
pensamientos y emociones hacen que esta energía vibre a mayor o menor velocidad y
básicamente esa energía se ve afectada por los pensamientos, emociones y las palabras. Lo
anterior es tan poderoso que tiene un efecto sobre el mundo, tanto o más que nuestras acciones.

Los estados de ánimo vibran y lanzan al espacio vibraciones en sonidos y en colores. Todos los
estados mentales se lanzan al exterior del cuerpo que los crea, van golpeando cuerpos afines
como hacen los instrumentos musicales, y estas vibraciones afectan en bien y en mal a otras
mentes, aumentando los estados emocionales y mentales que están a tono con ellas. Mantener la
energía vital alta debería ser, entonces, la prioridad de todo ser humano. Si realmente somos
consecuentes en amarnos y apoyarnos a nosotros mismos, deberíamos convertirnos en los
“guardianes de nuestra propia frecuencia vibratoria”.

Puedo comentar que al inicio de este trabajo no me quedaba claro por qué este tema, pensé que
no tenía que ver con el grado, sin embargo, tiene que ver todo. Si no entendemos cómo
funcionamos no podremos “arreglarnos”, pero no se trata de solo reparar lo que vemos mal o lo
que podría estar mejor, sino que buscamos más allá, la conexión verdadera con el universo, con
el GADU, escuchamos ese llamado en la búsqueda de la verdad de la vida, y continuamos en el
camino del perfeccionamiento porque nos lleva a la felicidad, nos lleva a la verdad, que somos
seres compuestos de otros elementos que no vemos y no nacemos consicentes de ello, sino que
conforme vamos avanzando en nuestra evolución personal, se nos va desvelando el camino a
seguir, el siguiente nivel para trascender.

Exc Per CabNatalia Citlali Huizar Corona

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