E. H. GOMBRICH
LA HISTORIA DEL
Arte
G@CONACULTA =. NINA
OeEL REINO DE LA BELLEZA
Grecia y el mundo griego, del siglo IV a.C. al I
El gran despertar del arte a ka libertad tuvo lugar en los cien afios, aproxima-
damente, que van de 520 aC. a 420 aC. Hacia finales del siglo V los artistas
han adquirido plena conciencia de su poder y maestria, de los que su piblico se
hizo eco,/Aunque los artistas atin eran considerados artesanos y, tal ver, desdefia-
dos por los esnobs, un ntimero creciente de personas comenzaban a interesarse
en las obras por si mismas, y no por sus funciones religiosas o politicas) La gente
discuria los méritos de las diferentes escuelas artisticas, esto es, de los diversos
métodos, estilos y tradiciones que distingufan a los maestros de cada ciudad No
hay duda alguna de quella comparacién y la competencia entre esas escuclas
nulaban a los artistas|a esfuerzos cada vez mayores, ayudindoles a forjar la
n que admiramos en el arte griego. En arquitectura, di
empezaron a ser empleados conjuntamente, El Partenén se construyé en estilo
dérico (ilustracién 50), pero en los edificios posteriores de la Acrépolis se intro-
dujo el estilo llamado jénico. El principio que rige a esos templos es el mismo
del dérico, pero el aspecto y el cardcter del conjunto son muy diferentes. El edi-
ficio que constituye su més perfecto exponente es el templo dedicado a Posei-
dén, denominado el Erecteion (ilustracién 60). Las columnas del templo jénico
son mucho menos fuertes y robustas. Son como ligeros troncos, y el capitel 0
remate no es mayor que un sencillo y liso cojin, pero ricamente adornado con
volutas a los lados, las cuales parecen desempefiar nuevamente la funcién de la
parte que sostiene la viga sobre la que descansa el techo) La impresién de conjun-
to de esos edificios, con sus pormenores bellamente labrados, es de sosiego y gra-
cia infinita.
Anélogas caracteristicas predominan en la escultura y la pintura de esta épo-
«a, que comienza con la generacién siguiente a Fidias.[Atenas, durante este perio-
do, se hallé envuelta en una guerra terrible que terminé con su prosperidad y con
la de Grecia, En 408 a.C.,(urante un breve lapso de paz, se afiadié una balaus-
trada esculpida al pequefio templo de la Acr6polis dedicado a la diosa de la victo-
ria; sus esculturas y ornamentacién revelan el cambio de gusto hacia la delicadeza
y el refinamiento que se refleja también en el estilo jénico.\Las figuras han sido
lastimosamente mutiladas; sin embargo, escogeré una de ellas (ilustracién 61)
para mostrar cudnta belleza posee atin incluso esta figura despedazada sin cabeza
y sin manos. Representa a una muchacha, una de las diosas de la victoria, dete-100
nigndose a abrocharse la sandalia que se le ha soltado al andar. ;Cuin deliciosa-
mente ha sido captada esta momentinea detencién, y ct
caen las delgadas ropas sobre el hermoso cuerpo! Podemos observar en estas obras
que el artista podia plasmar cuanto deseaba. Ya no tenia que forcejear con difi-
cultad alguna al representar el movimiento 0 el escorzo. ‘Tal vez le llevara a cierto
‘| artista del friso del Partenén
lustraciones 56 y 57) no parecié preocuparse mucho acerca de su
in suave y airosamente
envanecimiento esta faci
(pags. 92 y 93,
arte o de lo que estaba realizando.
procesién, y se esforzé cuanto pudo en hacerlo bien y con claridad. Dificilmente
se daba cuenta de que era un gran maestro, acerca del cual seguirian hablando
viejos y jdvenes miles de anos después. El friso del templo de la Victoria muestra,
quiz’, el comienzo de un cambio de actitud. Este artista estaba orgulloso de su
idad y virtuosismo.
Sabia que su tarea consistia en representar una
inmenso poder tanto como de sus facultades. Y asi, gradualmente, durante el
siglo IV a.C. la consideracién del arte vari6, Las estatuas de Fidias fueron famosas
en toda Grecia como representaciones de los dioses. Las estatuas del gran templo
del siglo TV a.C. merecieron su reputacién mas bien en virtud de su belleza como
obras de arte| La gente culta discutia acerca de las pinturas y las estatuas lo mis-
mo que acerca de los poemas y los dramas; elogiaban su belleza o criticaban su
forma y estilo. |
El gran artista de aquel siglo, Praxiteles, fue famoso sobre todo por el encan-
60
El Erecteion,
Acrépolis, Atenas,
, 420-405 aC,
‘Templo jénico,
6
Diosa de la victoria,
408 a,
De la balaustrada
«que rodea el remplo
de la Victoria en
‘Atenas; mérmol, 106
ccm de alturas Museo
dela Acropolis,
Atenas.