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En dicho pleno se estableció como precedente judicial vinculante que en: “los procesos sobre
divorcio —y de separación de cuerpos— por la causal de separación de hecho, el Juez tiene
el deber de velar por la estabilidad económica del cónyuge que resulte más perjudicado por
la separación de hecho así como la de sus hijos, de conformidad con lo dispuesto por el
artículo 345-A del Código Civil. En consecuencia, a pedido de parte o de oficio señalará una
indemnización por daños, el que incluye el daño a la persona, u ordenará la adjudicación
preferente de bienes de la sociedad conyugal, independientemente de la pensión de
alimentos que pudiera corresponderle. El daño moral es indemnizable y se halla
comprendido en el daño a la persona”.
Sin duda alguna centrar nuestro estudio en instituciones como el divorcio, no solo implica
realizar un estudio pormenorizado de la institución propiamente, sino implica realizar un
tratado de las demás instituciones conexas y principios, en tal sentido es preciso citar que un
Estado de Derecho regula la tutela judicial efectiva de los derechos fundamentales,
propiamente configurado por la tutela jurisdiccional efectiva de todos los derechos,
especialmente los fundamentales.
Existe un conceso por parte de un sector de la doctrina, la cual plantea que todo Estado
constitucional está comprometido con la justicia social, igualdad material, la compensación
social, la ayuda para los débiles y su protección. En tal sentido es apreciable a grandes rasgos
que una de las características de un Estado de Derecho Social es la promoción y protección de
los sectores sociales menos favorecidos, brindando particularmente una especial protección a
la familia.
Como lo sostienen varios doctrinarios, la familia forma parte de una institución propiamente
privada, pues la misma de conformidad al ordenamiento jurídico se encuentra regulado por el
Código Civil, empero el Derecho de familia además de ser de derecho privado, son de orden
público y hace que conlleve a características especiales, tales como la intervención por parte
del Ministerio Publico.
En cuanto a la limitación del principio dispositivo, este debe entenderse como la facultad para
accionar e iniciar un proceso, formular peticiones, desistirse de ellas y ofrecer pruebas. Es
preciso citar que en materia civil este principio es amplio, entendiéndose como tal el hecho de
que en asuntos de interés privado, los órganos jurisdiccionales no pueden ir más de los que
desean los particulares, pero en procesos de Estado prevalecen los poderes del Juez, fundado
en el interés social. Lo antes citado en atención a la intervención por parte del Ministerio
Publico en proceso de defensa de interés social y la familia como célula fundamental de la
sociedad, sea como parte o como dictaminador.
El principio de socialización del proceso y procesos de familia, sin duda alguna forma parte de
un instrumento de defensa, su aplicación es de vital importancia, tomando en consideración
que esta evita las desigualdades que puedan afectar al proceso, ya sea en su curso o en la
decisión final.
Hacer alusión a la función tuitiva ejercida por parte Juez de Familia, implica la solución con
prontitud los conflictos que nazcan dentro o fuera de las relaciones personales o
matrimoniales. En consecuencia, la naturaleza de derecho material de familia, en sus diversas
áreas y en distintos grados, condiciona al legislador y al juez para regular y desarrollar procesos
que correspondan aquella naturaleza, evitando el exceso de ritual y la ineficacia del
instrumento procesal.
En atención al principio de congruencia procesal adoptado por el Juez, este debe respetar lo
planteado por las partes, ello en armonía con el derecho constitucional a la defensa, toda
persona dentro de un proceso conozca las imputaciones y pretensiones en su contra, quien
previo conocimiento plantea su defensa bajo los mismo términos.
Ahora bien, si en el proceso de divorcio por causal de separación de hecho, la parte interesada,
cualquier estado del proceso, expresa hechos claros y concretos referidos al perjuicio que
resulta dicha separación o del divorcio, el juez debe considerar esta voluntad como un pedido
o pretensión implícito, por consiguiente, debe ser objeto de pronunciamiento en la sentencia,
garantizando desde luego en las partes el derecho de defensa y derecho a la instancia plural
por lo demás está considerado en la doctrina como flexibilidad en el principio de congruencia.
Aunque el tercer pleno Casatorio no es claro en establecer en qué tipo de acumulación nos
encontramos, se infiere que al establecer que el artículo 345- A del Código Civil impone un
deber al juez para pronunciarse sobre el cónyuge perjudicado o la adjudicación preferente de
los bienes de la sociedad de gananciales, se trata de una acumulación objetiva implícita, tácita
o legal, conforme al último párrafo del artículo 87 del Código Procesal Civil.
Al margen de lo establecido por el Código Civil, la doctrina establece dos tipos de divorcio,
primero el que acaece como Sanción, frente a la conducta de uno o ambos, como responsables
de la disolución del vínculo patrimonial, por incumplimiento de uno de los deberes impuestos
por ley, en segundo caso el divorcio remedio, el cual por su propia naturaleza tiene un efecto
de finiquitar el vínculo matrimonial, ello en atención a declarar la frustración matrimonial, la
cual acaeció antes de la iniciación del proceso.
Ahora bien, dentro de las causales de divorcio se encuentran de forma taxativa diferentes
causales en el Código Sustantivo Civil, para el presente análisis implica nuestro estudio
netamente en la causal de separación de hecho, la cual se encuentra vigente desde el año
1996, la cual fue conceptuada por la Corte Suprema en reiterada jurisprudencia como la
interrupción de la vida en común de los cónyuges, ya sea por voluntad de uno de ellos o
ambos, estableciendo propiamente 2 años a la inexistencia de hijos y de cuatro a las existencia
de hijos.
Frente a lo expuesto anteriormente, es necesario abocarnos al tema principal que viene a ser
la indemnización en el divorcio por separación de hecho. Nuestro ordenamiento jurídico
establece dos tipos de indemnización, los establecido para divorcio sanción y remedio; para
fines de la presente casación es preciso citar el divorcio remedio, el cual sin mediar
responsabilidad de una o de las dos partes se pretende. Bajo la línea establecida por los
doctrinarios es necesario apoyar nuestra postura, en virtud a que si bien la indemnización se
fija normalmente por causas inculpatorias, también esta se fija al margen de las mismas, ello
en atención a que si bien nuestro sistema jurídico establece el divorcio por la causal de
separación de hecho, esta no es considerada como una causa inculpatoria, por ende puede ser
solicitada o demandada por cualquiera de las partes, aun cuando haya mediado un acuerdo
por las partes para el apartamento. En consecuencia, la indemnización, o en su caso, la
adjudicación de bienes de la sociedad conyugal, se establece a favor del cónyuge que resulte
más perjudicado con la separación de hecho, esta indemnización debe comprender tanto el
menoscabo patrimonial como el daño en la persona, en el que se comprende al daño moral.
Si bien, el Derecho civil busca una verdad formal, dejando relegado el aspecto objetivo de la
culpabilidad del cónyuge en la separación de hecho; empero para la determinación de la
misma y posteriormente la indemnización, es menester recurrir a ciertos elementos de culpa o
dolo, a fin de identificar al cónyuge más afectado.
Lo importante a citar es que, esta pretensión tacita o expresa según sea el caso, podrá ser
relegada siempre que exista renuncia por parte del interesado.
Fue hasta la llegada y convocatoria del tercer pleno casatorio con la resolución que fue
publicada en el diario oficial 17 de noviembre del 2010, donde la Sala Civil Transitoria de la
Corte Suprema de Justicia de la República, de conformidad con la autoridad que le
confiere la ley en el artículo 400 del Código Procesal Civil, llamo a sesión de pleno
casatorio a la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, para
llevar a cabo la vista de la causa en donde se observa una amplia variedad de decisiones
diferentes con respecto al divorcio, la misma que se llevó a cabo el 15 de diciembre del
2010 a horas diez de la mañana. Entre los diversos temas elevados en casación ante este
Supremo Tribunal, se ha observo que en forma repetitiva y diferente, los Juzgados y Salas
especializadas que se toman conocimiento de temas de familia estuvieron dictaminando
en los juicios de divorcio por la causal de separación de hecho, pero precisamente en los
temas de estipulados en el artículo 345-A del Código Civil, con criterios diferente y hasta
contradichos entre si. Como resultado de este pleno Casatorio se desarrolló y amplio más
la función tuitiva del juez en los procesos de familia, además se acordó en llevar los casos
de familia con un criterio similar y solucionar con rapidez los conflictos que rodean al
interior de la esfera de las relaciones familiares y personales, otorgando siempre la
protección del cónyuge o integrante de la familia más afectado, ya sea que hablemos de
los hijos, de los padres, de los cónyuges, de los hermanos, etc., de allí la partición del
proceso civil en donde se otogar y garantiza la participación de manera tenas, directa y
participativa del juez de familia, sumándole una actitud conciliadora y sensible, que
sobresalga las barreras burocráticas, administrativas y las cuestiones técnicas, reservando
la confrontación que deberá emplearse como última ratio, generando muchas críticas el
otorgamiento de esta función tuitiva al juez. Además de la flexibilización de los principios
de congruencia, preclusión y eventualidad en los procesos de familia ya que debido a
estos principios el juzgado de familia está más comprometido con el cónyuge menos
favorecido. En el principio de congruencia, el Juez en materia civil esta obligado a respetar
el tema en conflicto planteado por las partes, restringiendo su criterio y opinión y decisión
solo a aquellas alegaciones puestas en conocimiento atreves de los escritos presentados
como son (demanda, contestación, reconvención y contestación de ésta), porque cualquier
variedad en estas solicitudes de parte de los administrados pueden torcer el raciocinio y
quebrantaría las reglas de juego que los mismos sujetos procesales establecieron en un
inicio. El principio de preclusión procesal imparte el orden en el debate y posibilita el un
progreso para alcanzar sus metas, afirmando las etapas cumplidas y negando un
retroceso en el iter proccesus. Estos principios deben aplicarse en forma flexible y como
una norma de observancia obligatoria y general, en los casos de juicios de familia y,
principalmente, en el proceso por la causal de separación de hecho (Divorcio), respecto de
la indemnización. Esta investigación enriquece los conocimientos del divorcio como el de
la compensación económica que es recibida por la terminación del matrimonio, en la
actualidad y como discusión ya se ha planteado tiempo atrás y ahora en el presente que el
matrimonio sea visto como un contrato en el que la parte que incumpla tendrá que pagar el
resarcimiento a la parte afectada, entonces en esa línea pensamiento y aunque parezca
descabellado poco ético tendríamos que pensar en tomar un seguro de divorcio como una
opción a sobrevivir a este acontecimiento producto de la vida misma y del afán del hambre
de buscar su felicidad y mejor posición frente a los demás y frente a la sociedad. Entonces
empezamos a desarrollar nuestros temas que estoy seguro no solo lo ayudaran a decidir
adecuadamente en su vida matrimonial sino también como información de interés
ciudadano, en el que el estado protege siempre a la familia y a los grupos vulnerables,
dentro de estos a los niños y madre como lo estipula la declaración de derechos humanos
firmado y ratificado por nuestro estado peruano.