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A. Objetivo general.
B. Objetivos específicos.
C. Lectura de apoyo.
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En consecuencia, su respuesta no puede fundarse primariamente
en que algo es justo o injusto, moral o inmoral, oportuno o
inoportuno. La respuesta ha de fundarse en sí es jurídicamente
debido o indebido, obligatorio o no, permitido o prohibido, si de una
determinada premisa (los hechos) debe o no seguirse una
determinada consecuencia jurídica.
Eso no significa que Ud. deba dejar todas sus creencias morales y
políticas fuera de su lugar de trabajo. Cuando Ud. piense que algo
debe ser en virtud de una poderosa razón de justicia, es altamente
probable que esa misma percepción haya servido ya a alguna
autoridad del sistema jurídico (legislador, autoridad ejecutiva o
administrativa o jueces en una línea jurisprudencial) para consagrar
una regla o un principio que se funda en ella y tiende a realizarla y
que probablemente sea aplicable al caso que le ocupa. Tenga
presente que toda regla y todo principio jurídico se funda en un juicio
de moralidad o de conveniencia y es posible que aquel que le
convence a Ud., sirva de fundando una norma positiva. 1
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Si fijamos la velocidad máxima en 100 kmts. por hora es porque antes hemos valorado la vida y la
integridad física, aunque también la libertad de desplazamiento y valores útiles, como el gozo del tiempo
libre y otros, todos los cuales hemos ponderado hasta alcanzar la regla precisa de velocidad máxima. En
el juicio habrán comparecido también cálculos de utilidad económica, como puede ser el ahorro de
energía y otros más técnicos, como la capacidad de frenada de los autos autorizados a circular y otros
análogos.
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su puro juicio moral; sino que úselo como un impulso para buscar:
Piense que debe haber una regla en el sistema jurídico que prohíba
hacer Z, pues, de lo contrario, el sistema sería muy injusto. Salga a
buscar la regla que prohíbe la conducta Z.
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Como puede apreciar, los juicios morales sí juegan un papel
importante en el razonamiento de una opinión jurídica, aunque nunca
sirvan, sin más, para fundar su conclusión en derecho.
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Ud., la oficina y su cliente pueden finalmente asumir el riesgo de
tomar una posición que adolece de alguna debilidad en su cadena
argumentativa. Entonces será la hora de la estrategia para saber
cuánto fundan esa afirmación dudosa o tratan de que no sea
detectada. Eso para el trabajo final. En el trabajo interno de una
oficina, que es lo que ahora estamos ensayando, el reconocimiento
de los puntos débiles es indispensable.
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argumentos que sustentan los supuestos de la conclusión parcial o
final, deben también ser tratados separadamente. Así, Ud. podrá
decir que el contrato no cumple con el requisito de ser bilateral por
las siguientes 3 razones (copulativas o disyuntivas).
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amenazado a ser tildado de tonto (de no captar lo claro o lo evidente)
o de ignorante (si todo el mundo lo sabe), si pone en duda cierta
afirmación.
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c) Precisar el sentido del derecho que se ha afirmado como
vigente y aplicable.
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su aplicación es binaria (sólo se puede estar o no frente al
deber de anular el contrato, nunca se está en un grado
intermedio);
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establecen una consecuencia, sino un deber genérico e
incondicionado de alcanzar un bien. La argumentación tendrá que ser
entonces de tipo finalista. Se ha de utilizar el principio como una
razón para responder la pregunta de un modo que mejor realice el
principio. Así, podrá decirse que tal o cual solución jurídica es mejor
que su rival, pues realiza de mejor modo la seguridad jurídica o
protege mejor la buena fe o el interés superior del niño. Una
afirmación así debe ser sustentada. No basta la invocación de un
principio, como si puede bastar la de una regla (Pedro corría a 140
kilómetros por hora y el artículo xx de la ley del tránsito, aplicable al
camino y condiciones en las que transitaba, regula que la velocidad
máxima es de 100 kilómetros por hora, por lo que, aplicando lo
dispuesto en los artículos xx e yy de la Ley del Tránsito, Pedro debe
ser sancionado con una multa de pp). Esos argumentos propios de la
subsunción, propios de una argumentación clasificatoria, no son
posibles en los principios. En estos habrá de sostenerse que una
conducta es debida, pues sin ella no será posible alcanzar el fin que el
principio encarna o que ella es la que mejor realiza ese fin. Así se dirá
que debe considerarse que el ejercicio de una acción ha precluido, no
porque haya una regla que así lo declare, sino porque la preclusión de
la acción es lo que mejor realiza el fin de justicia y racionalidad de un
proceso o que sin ella, el proceso será (más) injusto y/o irracional.
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Josep Joan Moreso, actualmente Rector de la U. Pampeu Fabra de
Barcelona, menciona y explica en qué consisten estos argumentos
frecuentemente usados en los foros jurídicos.2
a) El argumento a contrario;
b) El argumento de analogía legis (a simili ad simile).
c) El argumento a fortiori;
d) El argumento de la integridad;
e) El argumento de la coherencia;
f) El argumento sistemático;
g) El argumento de la voluntad del legislador (o psicológico);
h) El argumento histórico;
i) El argumento de autoridad;
j) El argumento apogógico (o de reducción al absurdo);
k) El argumento teológico;
l) El argumento económico;
m)El argumento de la naturaleza de las cosas;
n) El argumento de equidad y
o) El argumento de analogía iuris (o de los principios generales).
Haremos una breve descripción de cada uno y nos referimos a su
valor en lo que sigue:
a) El argumento a contrario
4
Moreso, óp. cit., pág. 146.
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La fuerza del argumento analógico deviene del principio de que
el derecho debe dar igual tratamiento a situaciones análogas, pues
ello es de la esencia de la justicia. De allí se desprende que si la
situación no contemplada es análoga a otra a la que el derecho le ha
atribuido una consecuencia, es de justicia que el caso no contemplado
tenga igual solución.
c) El argumento a fortiori.
d) El argumento a plenitud.
7
Moreso, op.cit., pág 152.
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De esa manera, la crítica de Moreso (tomada de la que hacen
Alchourrón y Bulygin a Hans Kelsen), significa que el argumento a
plenitud, consistente en sostener que la conducta no prohibida está
permitida, sólo es válido si encontramos una norma de clausura en el
sistema que así lo consagre. Es decir, si el sistema contempla una
norma que, con alcance general, dispone que lo no prohibido está
permitido. De lo contrario, en su sentido débil es paramente
tautológico (lo que no está prohibido, no está prohibido).
También daremos por sabido que Ud. conoce las críticas que se
hacen a este elemento de interpretación tales como las dificultades
que presenta (ausencia de previsión de todos los casos posibles por
los autores de la norma, intenciones no armónicas o incluso
contradictorias entre los varios autores y otras), así como a su
dudoso carácter democrático (lo que obliga es un texto, no la
intención psicológica de quienes lo crearon, lo que se presume
conocido es la ley, no la historia de la misma, debilitamiento de las
voluntades psicológicas de mayorías políticas pasadas y fenecidas,
etc.).
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Por nuestra parte, nos parece que la fuerza, e incluso la solidez
de este argumento –que preferimos llamar de tradición- para no
confundir con lo que nuestro Código Civil trata como elemento
histórico- depende mucho de la vinculación que se haga del mismo
con los argumentos de autoridad, en los que recurrimos a autores
prestigiados o a la doctrina que emana de fallos uniformes de
tribunales, dictados en casos análogos.
k) El argumento teleológico.
l) El argumento económico.
10
Moreso, óp.cit., pág. 155.
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Si, como aquí hemos defendido, los significados de las
expresiones son, básicamente, convencionales, este argumento
carece de fuerza”.11
n) El argumento de equidad.
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perfeccionamiento en esta destreza profesional. Para ello, el apartado
V, que sigue, contiene dos ejercicios que Ud. deberá desarrollar, para
la fecha que el profesor avise. Antes, sin embargo, y para la clase
que el profesor anunciará, Ud. deberá prepararse para responder
verbalmente y en la clase, las siguientes preguntas, las que nos
servirán para repasar el texto que antecede.
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a un hijo menor a su cuidado personal, ya que no vive con él, no
responde civilmente por sus actos?
E. Ejercicios.
Ejercicio N° 2.
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jurisprudencia y cultura jurídica de Chile, quien le ha consultado
acerca del siguiente asunto:
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