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Indigenismo mexicano
Para lograr los objetivos del indigenismo, el Estado mexicano creó una serie
de instituciones entre las que destaca el Instituto Nacional Indigenista (INI), fundado
por Alfonso Caso en 1948 y sustituido por la actual Comisión Nacional para el
Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) en 2003. El INI fue la instancia
responsable de proponer, coordinar, ejecutar y supervisar acciones en temas
centrales como infraestructura, agricultura, alimentación, salud, vivienda y
educación en comunidades indígenas de todo el país. Como sustento científico para
su trabajo, la institución también realizó importantes investigaciones antropológicas
acompañadas de valiosos registros visuales y sonoros, y desarrolló una activa labor
editorial para difundir esas obras.
En este proyecto sobresalieron, por sus trascendentales aportaciones y capacidad
de trabajo, destacados personajes que hoy son reconocidos como figuras claves
de la cultura mexicana en el siglo XX. Entre ellos, Alfonso Favila, Juan Rulfo y
Julio de la Fuente tuvieron en común su impecable trayectoria de servicio público
en el INI, su intensa labor de investigación y divulgación antropológica y su pasión
por la literatura o la fotografía. Esta exposición está dedicada a la obra de estos
tres pioneros, a quienes se debe mucho del actual conocimiento sobre los pueblos
que sustentan a la nación multicultural que es el México contemporáneo.
1.0 Del campo a la imprenta
Uno de los pilares del trabajo del INI fue la realización de investigaciones para
obtener información estadística y antropológica que permitiera conocer las
diversas condiciones de vida de las comunidades indígenas y, con base en ello,
planear y ejecutar diferentes acciones y estrategias de desarrollo. Los
antropólogos indigenistas se consideraban a sí mismos como científicos sociales
prácticos. Sus estudios no tenían como objetivo principal formular postulados
teóricos, aunque muchos llegaron a hacerlo, sino transformar la cultura de los
pueblos indígenas para incorporarlos a la economía de mercado que comenzaba a
consolidarse en México y que, de esa manera, recibieran también los beneficios
del progreso de la nación.
Aunque en sus primeras décadas la política indigenista se proponía la
incorporación de la diversidad indígena en una sola cultura nacional homogénea,
los estudios realizados por los especialistas al servicio del INI documentaron y
preservaron para la posteridad un rico acervo de conocimientos sobre las culturas
originarias. A través de estas obras, hoy es posible redescubrir tradiciones y
prácticas que han desaparecido, o bien, identificar los procesos de recuperación
de identidad en algunos pueblos originarios. Asimismo, estos trabajos son
referencia fundamental para conocer la evolución y resultados de las políticas
públicas dirigidas a la población indígena.
Muchas de esas investigaciones, así como algunas otras realizadas antes
de la fundación del INI, fueron publicadas por la institución y han llegado a
convertirse en obras fundamentales de la antropología mexicana. Una gran parte,
sin embargo, permanece inédita, resguardando un tesoro de conocimiento en
espera de salir a la luz.
1.1 Investigación antropológica
Desde la fundación del INI, la investigación en campo fue uno de los pilares del
trabajo institucional con los pueblos indígenas. Los estudios realizados
directamente en las comunidades eran fundamentales para conocer las
características culturales de la población y las condiciones económicas y sociales
de las regiones indígenas o interculturales. Con base en la información obtenida, el
Instituto determinaba su plan de trabajo y las acciones particulares que deberían
tomarse en cada caso según sus circunstancias.
En esta labor, fueron decisivos los aportes de Alfonso Fabila y Julio de la
Fuente, quienes ya poseían una importante trayectoria como científicos sociales
desde antes de la creación del INI. Entre las principales contribuciones de estos
autores destacan los estudios que Fabila realizó con el pueblo yaqui de Sonora y
con la tribu kikapú de Coahuila, así como los trabajos que De la Fuente elaboró
sobre la relación entre el monopolio de aguardiente y el alcoholismo en los Altos de
Chiapas o su profunda investigación sobre los mixtecos de la costa de Oaxaca.