P·

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD COLEGIO MAYOR DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

VoL U M EN 95. NúMERO 588 . FuNDADA EN 1905

RECTOR
RAFAEL ENRIQUE RIVEROS DUEÑAS

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PEDRO GÓMEZ BARRERO
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SÍNDICO
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SECRETARIO GENERAL
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DE ADMINISTRACIÓN Y NEGOCIOS
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LA SALUD PÚBLICA EN • 57 •
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FACULTAD DE JURISPRUDENCIA
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JAIME PASTRANA ARANGO EMILIO QUEVEDO; MARIA CRISTINA QUEVEDO
Y EL COMPROMISO COMO RECTOR DEL
• 5 • COLEGIO MAYOR DE
FACULTAD DE REHABILITACIÓN CON LAS ACCIONES.
Y DESARROLLO HUMANO ALFREDO CEBALLOS RAMIREZ NUESTRA SEÑORA
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• 62 •
39 ARZOBISPOS.
ESCUELA DE CIENCIAS HUMANAS • 104 •
CHRISTIAN SCHUMACHER GAGELMANN ESTADÍSTICAS Y
CURIOSIDADES. LA EDUCACIÓN LIBERAL
DECANATURA DEL MEDIO UNIVERSITARIO Y LA ESCUELA DE ACTUALIDAD
MONSEÑOR GERMÁN PINILLA MONROY
RODOLFO JARAMILLO UCRÓS CIENCIAS HUMANAS. ROSARISTA
• 30 •
DIRECTORA COLEGIO DE PRIMARIA CHRISTIAN SCHUMACHER
GAGELMANN • 1 15 •
Y BACHILLERATO
MARÍA ANA HENAO DE FORERO COLOMBIA: LOS • 68 •
HACEDORES DE LIBROS. GRADOS 2001
APUNTES PARA UNA • 1 36 •
CAPELLÁN COORDINACIÓN EDITORIAL LA FACULTAD DE
HISTORIA DE SU
MONSEÑOR GERMÁN PINILLA MONROY JUAN CAMILO JIMÉNEZ REHABILITACIÓN
CENTRO EDITORIAL ROSARISTA INDUSTRIA EDITORIAL.
Y DESARROLLO
DIRECTORA DE LA BIBLIOTECA JUAN GUSTAVO COBO BORDA HUMANO.
MALGORZATA LISOWSKA ARMADA Y DIAGRAMACIÓN
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DIRECTORA DEL ARCHIVO HISTÓRICO • 73 •
MARÍA CLARA GUILLÉN DE IRIARTE IMPRESIÓN HABLAN
PANAMERICANA FORMAS E IMPRESOS LOS DECANOS
GERENTE DEL CIEC CONFLICTO
OVIDIO OUNDJIAN BESNARD CARÁTULA LA CALIDAD EN LA
JOHN LOPERA COLOMBIANO.
EDUCACIÓN SUPERIOR.
DERECHOS HUMANOS
UN BIEN PÚBLICO
Y DERECHO
LICENCIA'DEL MINISTERIO DE GOBIERNO ESCASO EN
INTERNACIONAL
(RESOLUCIÓN 147 DEL 11 DE MARZO DE 1934) COLOMBIA.
ISSN: 0120-3975 HUMANITARIO.
HERNÁN JARAMILLO SALAZAR
JUAN MANUEL CHARRY URUEÑA
• 51 •
• 76 •

INTRODUCCIÓN
En el término «salud pública» se en-
cuentran indiferenciadas tres realidades dis-
tintas pero relacionadas entre sí: en pri-
mer lugar, lo que pudiera llamarse «lasa-
lud del público», esto es, las condiciones
de salud-enfermedad de las personas, sus
procesos y sus determinantes; en segun-
do lugar, la «Salud Pública>> (con mayús-
cula), o sea, el cuerpo de saberes y prac-
ticas que dan cuenta de las condiciones y
determinantes de la salud del público y
que fundamentan las acciones del
salubrista; y, por último, «la salud para el
público», es decir, todas las medidas que
se ponen en marcha para resolver los pro-
blemas de salud del público y que inclu-
yen tanto las políticas generales de salud
de un país o de una región, las acciones
de asistencia pública y privada en salud
(la prestación de servicios de salud) y «la
salud pública» (con minúscula), que in-
cluye las acciones sanitarias concretas y
los mecanismos de prevención, atención
y control de epidemias y enfermedades
de alto impacto colectivo. Por otra parte,
hay un período histórico en el cual no se
1 sus repúblicas o resguardos y a los negros
bio del siglo XIX al XX. Paso seguido se los atendían en algunos casos los religio-
analiza el proceso de institucionalización sos misioneros, pero por lo general salía
de la "Salud Pública" norteamericana en más barato comprar un esclavo nuevo que
Colombia y su consolidación durante el pagarle un médico cuando se enfermaba .
Estado de bienestar y desarrollista para ter- Los indígenas que trabajaban en los servi-
minar con la revisión del rol asignado a la cios domésticos y los españoles pobres y
salud durante el Estado neoliberal. Se hace desclasados eran atendidos en los hospi-
especial énfasis en el desarrollo de la «Sa- tales por los hermanos de las órdenes hos-
lud Pública» como disciplina y de la «sa- pitalarias.
lud pública» como campo de acción. Esta idea de que la salud era responsabi-
Igualmente, el artículo presenta una breve lidad de cada uno estaba apoyada, en pri-
visión de la situación actual de crisis que mer lugar, en la concepción hipocrático-
habla clt 'salud pública" sino de "higiene
vive la salud pública en nuestro país al ini- galénica de que la salud era el resultado del
pública"·, término de origen europeo y
ciarse el siglo XXI y sus relaciones con la equilibrio de los humores que constituían
que se fundamenta en la teoría miasmática,
crisis económica y social. el cuerpo humano (sangre, flema, bilis ama-
como explicaremos más adelante. La idea
rilla y bilis negra), y que dicho equilibrio
de "salud pública" es de origen inglés pero
ANTECEDENTES: CUANDO LA dependía de la interacción entre las causas
se consolida a partir de 1914, en los Esta-
HIGIENE SE VOLVIÓ PÚBLICA internas (constitución humoral) y las cau-
dos Unidos, con las iniciativas de la Fun-
( 1492-1886) sas externas (el régimen de vida, la dieta,
dación Rockefeller.
Higiene Privada e Higiene Pública los aires, los lugares, las aguas y los venenos
En este artículo se describen brevemente
(1492-1700) animales y vegetales). Cada individuo, co-
las diferentes etapas por las que han pasa-
Durante la conquista y la primera fase nociendo su constitución humoral, debe-
do tanto la "higiene pública" como la "sa-
del período colonial, 1492-1700, predomi- ría garantizarse a sí mismo un régimen de
lud pública" y las políticas de salud en Co-
nó en América Hispano-Lusitana y, más vida que le asegurase el equilibrio saluda-
lombia, analizando las distintas tendencias
específicamente, en el Nuevo Reino de ble entre las causas internas y externas. A
conceptuales en las que se han apoyado,
Granada, la idea, que se configuraba como esto se le llamó Higiene Privada y era res-
así como sus relaciones con el contexto
una especie de política implícita4 , de que ponsabilidad de cada individuo.
socio-económico y con los intereses de
la salud era una responsabilidad propia de Sólo en caso de epidemias, tanto las au-
diverso tipo, tanto nacionales como inter-
cada persona y que el Estado no tenía nada toridades urbanas como el gobierno colo-
nacionales, a los cuales estuvieron articu-
que ver con el asunto y sólo debería inter- nial organizabanJuntas de Sanidad, de ca-
ladas. En ese sentido, se presentan en pri-
venir en caso de epidemias y calamidades. rácter provisional, para enfrentar la crisis. Esta
mer lugar unos breves antecedentes rela-
Esta política implícita implicaba que, des- política implícita y consuetudinaria se apo-
cionados con los inicios de la higiene pú-
de el punto de la asistencia pública, los yaba igualmente en.la concepción surgida
blica colonial y de los primeros años de la
españoles y criollos ricos habitantes de las durante los tiempos de la Muerte Negra,
República, luego se discute el rol que jugó
colonias pagaban a los médicos para que epidemia de peste que azotó a Europa en
la higiene pública durante el programa de
los mantuviesen sanos y los atendiesen en 1347, de que las enfermedades agudas, fe-
la Regeneración y a continuación se ana-
caso de enfermedad; los indígenas eran briles, pútridas y epidémicas eran el resul-
liza el proceso de tránsito desde la higiene
atendidos por sus propios curanderos en tado de la acción de los miasmas, partículas
pública hacia la salud pública en el cam-
pútridas que surgían de los pantanos y de
la tierra putrefacta, que contaminaban el
aire y penetraban al cuerpo por los poros
atacando la sangre y las demás partes líqui-
das del cuerpo (teoría miasmática). Por tanto,
para combatir estas enfermedades era ne-
cesario tomar medidas públicas para lo cual
se organizabanjuntas de notables encarga-
das de dirigir las acciones, separando o ais-
lando a los enfermos de los sanos en sus
casas o en cuarentenas o degredos,
drenando los pantanos y limpiando las ciu-
dades, con el fin de eliminar toda aquella
suciedad que propiciara la producción de
miasmas y la contaminación del aire.A esto
se le llamó Higiene Pública, la cual era res-
ponsabilidad de las autoridades ciudadanas
y del Estado y poco tenía que ver con los
médicos, pues la medicina hipocrático-
gal~nica se había visto obligada a recono-
cer su impotencia ante las enfermedades
epidémicas (Quevedo, 1999).
No obstante, el gobierno central gene-
ralmente se desentendía del asunto y eran
los curas los que terminaban actuando tra-
tando de convencer a los patrones y
encomenderos para ayudaran a resolver el
asunto (Silva, 1992).
La sistematización de la Higiene
Pública (1700-1886)
Ya durante el siglo XVIII, la conciencia
de las aristocracias ilustradas, especialment,e
la de la Casa de Borbón, de que para po-
der garantizar la competitividad en los mer-
cados mundiales había que mantener la
productividad de los pueblos y disminuir
la mortandad por epidemias, condujo a la
búsqueda e implementación de 1,1nas me-
didas sanitarias un poco más si temáticas
con relación al enfrentamiento a las en-
fermedades transmisibles y epidémicas.
Estas medidas, apoyadas en los nuevos
saberes físicos y químicos que caracteriza-
ron a la ciencia de la Ilustración, y especial-
mente en el descubrimiento del oxígeno y
de su papel en el mantenimiento de la vida,
consistieron en: drenar los pantanos y ga-
rantizar la adecuada circulación del agua, pues
se spponía que el agua estancada favorecía
la fon~1.ación de miasmas; asegurar la circula-
ción d~ aire y ventilar las habitaciones y las
ciudadé"s, pues al aire quieto se le pegaban
los miasmas y al ser respirado alteraba la fun-
ción del oxigeno vital dentro del cuerpo;
empedrar y enlozar las calles para que no se
formasen pantanos con la lluvia;
desamontonar a las personas para evitar las
aglo~eraciones en las cuales se respiraba aire
viciado y contaminado; separar a las perso-
nas enfermas o sospechosas en cuarentenas
o degredos; enterrar a los muertos en la tie-
rra, en lugares apartados de las ciudades y a
buena profundidad y no en las iglesias como
era costumbre, y finalmente, desinfectar las
habitaciones y las tumbas con cal para evitar
la putrefacción de la tierra y del aire. En
1721, se sumó a estas medidas sanitarias un
exótico y exitoso método que había sido
importado desde Turquía a Inglaterra, la ino-
culación de las viruelas, que consistía en
aplicar pus de los variolosos con una lanceta
en la piel de las personas sanas para prevenir
la enfermedad. De la aplicación de estas
medidas continuaron encargadas las autori-
dades civiles y militares, aunque ahora con
la asesoría de los médicos. Sin embargo, estas
medidas sólo se ponían en marcha en caso
de presentarse brotes epidémicos.
Estas nuevas ideas sólo llegaron al Nue-
vo Reino de Granada a partir de 17 61 con
el arribo de don José Celestino Mutis,
cirujano gaditano, formado en los cáno-
nes de la Higiene Pública Ilustrada. En esta
época fueron significativas las medidas sa-
nitarias tomadas durante las epidemias de
viruela de 1782 y 1802, las cuales incluye-
ron la inoculación antivariólica, recomen-
dada por José Celestino Mutis. Mas allá
de estas medidas sanitarias preventivas, en
caso de enfermedad, sólo las elites de la
corte virreina! alcanzaban a tener acceso a
los pocos médicos y cirujanos graduados
que ejercían en el Nuevo Reino Oosé
Antonio Burdallo, José Sebastián López
Ruiz y Honorato Vila), apoyándose aún
en la teoría humoral. Por otra parte, al fi-
nalizar el siglo XVIII la medicina se en-
contraba en el clímax de la crisis que lle-
vaba casi cinco siglos sin resolverse y, más
bien, se profundizaba día a día, pues esta
profesión no lograba desde su concep-
ción humoral dar respuesta al tipo de pro-
blemas de salud a los que el desarrollo
social había conducido.
A partir del descubrimiento de la vacu-
na contra la viruela realizado por Eduard
Jenner, en 1796, el sueño ilustrado de pre-
venir las enfermedades para garantizar la
productividad y el comercio comenzó a
hacerse realidad. Fue famosa la Real Ex-
pedición Filantrópica de la Vacuna, envia-
da por Carlos IV a las colonias españolas
para vacunar a todos sus súbditos. A partir
de ese momento, y en cada lugar por don-
de pasaba la Expedición, se organizaron
juntas de sanidad que se encargaron de
perpetuar la práctica de la vacunación y
la aplicación de las distintas medidas de
higiene pública de forma permanente y
no sólo en caso de epidemias. No obs-
tante, en la mayoría de los casos, los pro-
cesos revolucionarios independentistas
dieron al traste con esas medidas y las juntas
de sanidad volvieron a ser esporádicas.
Durante los primeros años de la Patria
Boba y del federalismo liberal radical, la
situación continuó más o menos igual:
durante los brotes epidémicos se ponían
en marcha las mismas medidas sanitarias
recomendadas por la Higiene Pública Ilus-
trada y se formaban juntas de sanidad tran-
sitorias, las cuales se disolvían una vez su-
perado el molesto impase.
LA SALUD EN EL PROYECTO DE LA
REGENERACIÓN ( 1 886·191 7)
Los primeros intentos de organización
sanitaria nacional y de institucionalización
de la higiene pública se dieron en nues-
tro país cerca a 1886.Ya desde finales del
siglo XVIII en Europa y en los Estados
Unidos, las revoluciones burguesas habían
puesto el poder en manos de los produc-
tores industriales, quienes enfrentados a
las aristocracias terratenientes feudales,
impulsaron el proceso de industrialización
que conllevó el desplazamiento de gran
cantidad personas desde el campo hacia
la ciudad. Esto condujo al hacinamiento
urbano y el aumento en la incidencia de
enfermedades debidas a la infección cru-
zada y a la mala alimentación, hecho que
obligó a los Estados europeos a garantizar
condiciones higiénicas en las ciudades con
el doble fin de mantener la productivi-
dad y de proteger a los grupos sociales
dominantes contra la contaminación por
parte de las clases pobres. Los Estados na-
cionales, representando los intereses de esa
burguesía industrial y comercial, comen-
zaron así a centralizar los poderes estatales
para lograr un control más eficiente de las
actividades tanto higiénicas como produc-
tivas (García, 1994a: 102-103.
Estos acontecimientos dieron como re-
sultado la aparición del Sanitary Movement
inglés, del movimiento de hygiene publique
francés y del movimiento higienista nor-
teamericano, que fueron los adalides de
estos cambios, de tal forma que a media-
dos del siglo XIX, la higiene pública eu-
ropea y norteamericana fueron alcanzan-
do importantes desarrollos institucionales,
esp.ecialmente en lo que se refiere al esta-
blecimiento de órganos permanentes rec-
tores y ejecutores de las acciones sanita-
rias, a la creación de obras de ingeniería
sanitaria como acueductos y alcantarilla-
dos, a la sanidad militar y a la conforma-
ción de una disciplina concebida a sí mis-
ma como "científica", encargada de estu-
diar los problemas de la salubridad públi-
ca. Estos desarrollos estuvieron fundamen-
tados tanto en la teoría miasmática y en
los nuevos conocimientos sobre el origen
hídrico de algunas enfermedades como
el cólera_(Quevedo, 2000b).
En América Latina los Estados naciona-
les no se conformaron a partir de revolu-
ciones burguesas sino de independencias
contra las metrópolis. Así las burguesías
surgieron sobre la base del latifundio tra-
dicional, subordinadas a los intereses co-
merciales extranjeros y se entrel~zaron con
la aristocracia terrateniente, dando lugar a
gobiernos cerrados y oligárquicos en los
cuales no siempre quienes tomaban las
decisiones políticas eran quienes detentaban
el poder económico. El Estado respondía
así más a los intereses ligados a la producción
precapitalista que a los de las burguesías.
Por esto los Estados latinoamericanos
perpetuaron, en unos más y en otros
menos, el desinterés por las cuestiones de
la salu~ (Quevedo, 2000A).
En <;olombia, fueron los médicos y
profesores de ciencias naturales, a partir
de 1873, cuando fundaron la Sociedad de
Medicina y Ciencias Naturales de Bogo-
tá, quienes se constituyeron en el punto
de apoyo para el desarrollo de una medi-
cina nacional y de una tendencia incipien-
te hacia la higiene pública, dentro de los
marcos de referencia del movimiento de
higiene pública francés (Obregón, 1992:
51-55). Como consecuencia, en la coyun-
tura de la Regeneración, un grupo de
médicos de la Sociedad presentó un Pro-
yecto de Ley, en septiembre 25 de 1886,
para crear un organismo rector de la hi-
giene en el país. Así, la Ley 30 del 15 de
octubre creó !aJunta Central de Higiene
(Quevedo et al., 2000).
Por otra parte, los descubrimientos de
Robert Koch y de Louis Pasteur y sus dis-
cípulos, en torno a la década de los seten-
ta, sobre papel de los microorganismos en
la etiología de las enfermedades agudas y
epidémicas, dieron origen a la llamada "teo-
ría microbiana", que condujo a la creación
de la bacteriología, disciplina que comen-
zó a ganar terreno contra la teoría miasmática
(Quevedo et al.,2000: 94-104).
· En el país comenzaron a realizarse las
primeras investigaciones en este campo
en 1884 con la llegada del veterinario y
bacteriólogo francés Claude Vericel.
Como consecuencia, además del estable-
cimiento de los primeros laboratorios
bacteriológicos privados, los higienistas
comenzaron a hablar el lenguaje de la
teoría microbiana (Quevedo et al., 2000:
126-130).
Paralelamente, la expansión colonial del
Imperio Británico a finales del siglo XIX
trajo como una de sus consecuencias la
instauración, a partir de 1898, de una nue-
va especialidad médica: la medicina tropi-
cal. Uno de sus resultados fue la puesta
en marcha de campañas de erradicación
de mosquitos en África, a partir de 1901.
En 1900, la Comisión Norteamericana
contra la Fiebre Amarilla comprobó ex-
perimentalmente en Cuba la teoría pro-
puesta por el cubano Carlos Finlay desde
1881, de que el mosquito Aedes aegypti era
el transmisor de la fiebre amarilla. Paso
seguido, los norteamericanos copiaron el
modelo de campaña erradicatoria britá-
nica y entre 1901 y 1906 eliminaron la fie-
bre amarilla de La Habana y en 1904
erradicaron la malaria y la fiebre amarilla
de la zona en donde luego se construyó
el Canal de Panamá. A continuación, los
norteamericanos pusieron en marcha cam-
pañas erradicatorias contra la anemia tro-
pical (uncinariasis o ankilostomiasis), en el
sur de los Estados Unidos y en Puerto
Rico, entre 1904 y 1911 (Quevedo et al.,
2000: 131-159).
En 1904 regresó al país el doctor Ro-
berto Franco, quien se había formado en
la Facultad de Medicina de París y en la
Escuela de Medicina Tropical de Londres.
Conocedor de los métodos de la
parasitología, de la medicina tropical y de
las experiencias norteamericanas en Cuba,
Panamá y Puerto Rico, realizó a su llegada,
en compañía de su discípulo Jorge
Martínez Santamaría, un estudio sobre la
situación de anemia tropical en Colom-
bia identificando las zonas cafeteras como
las más contaminadas. Propuso entonces
a los cafeteros y al gobierno la iniciación
de una campaña contra la anemia tropi-
cal, sin embargo no hubo presupuesto
para ponerla en marcha (Quevedo et al.,
2000: 187-198).
En 1913, durante el gobierno republi-
cano de Carlos E. Restrepo, quien repre-
sentaba los intereses de la burguesía cafe-
tera antioqueña, la Junta Central de Hi-
giene se transformó en Consejo Superior
de Sanidad, para coordinar "la profilaxis"
de las enfermedades basándose "en las
ciencias experimentales" (léase bacterio-
logía y parasitología) y en el conocimien-
to de las "condiciones climatéricas y so-
ciales". Esta nueva organización sanitaria
nacional contó con un poder más defini-
do, adjudicándosele una función legisla-
dora y controladora de la Higiene Pública
y un presupuesto propio. Sin embargo, con
la caída del Republicanismo el nuevo go-
bierno, aduciendo motivos económicos
en un momento de gran estrechez
presupuesta!, sustituyó regresó al esque-
ma anterior, revitalizando la antigua Junta
Central de Higiene y adscribiéndola al
Ministerio de Gobierno, por la Ley 84 de
1914 (Quevedo et al., 2000: 160-186).
 EL TRANSITO DESDE LA HIGIENE
HACIA LA SALUD PÚBLICA ( 1 9 1 8·
1931)
La Dirección Nacional de Higiene
(1918-1931)
En 1918, porla Ley 32, se creó la Direc-
ción Nacional de Higiene, que remplazó
a la Junta Central de Higiene.A este nue-
vo organismo le correspondía "dirigir, vi-
gilar y reglamentar la higiene pública y
privada en la Nación, así como la organi-
zación del servicio médico y la policía sa-
nitaria en todos los puertos marítimos y
fluviales del país" (García Medina, 1927:
4). El Dr. Pablo García Medina fue el ideó-
logo de dicha creación, en la cual final-
mente se materializó la institucionalización
d: la higiene en Colombia (Quevedo et
al., 2000: 284).
La Dirección Nacional de Higiene que-
dó ubicada inicialmente en el Ministerio
de Instrucción Pública, pero las relacio-
nes entre médicos y cafeteros habían con-
ducido a la necesidad de unir los conoci-
mientos de la medicina tropical y la bac-
teriología con los intereses económicos
del país. Por esto, se acudió a la ayuda in-
ternacional de la Fundación Rockefeller
para resolver el asunto, como lo explicare-
mos más delante. Por otra parte, en 1920
la Dirección fue trasladada al Ministerio
de Agricultura y Comercio (Decreto N o.
266 de 1920) para poder garantizar, desde
allí, esa unión entre cafeteros y salud. La
Dirección mantuvo los trabajos de sani-
dad portuaria y de enfrentamiento a los
brotes importados de fiebre amarilla, las
campañas contra la tuberculosj s y la lepra,
y la lucha anti-alcohólica. En 1924, como
resultado de las recomendaciones de la
Misión Kremerer, compuesta por exper-
tos fiscales de los Estados Unidos, se reor-
ganizaron ·los ministerios y el Ministerio
de Instrucción Pública se convirtió en Mi-
nisterio de Instrucción y Salubridad Pú-
blicas. La Dirección Nacional de Higiene
se trasladó desde el Ministerio de Agri-
cultura a este nuevo Ministerio. En 1925
se creó el Servicio de Asistencia Pública,
encargado de la campaña contra las en-
"'1,
fermed.ades venéreas y la tuberculosis y
de la protección de la infancia. La Direc-
ción Nacional de Higiene se transformó
así en Dirección Nacional de Higiene y
Asistencia Pública y desde allí se comen-
zó el control estatal de las instituciones
privadas y de beneficencia que prestaban
asistencia pública (Quevedo et al., 2000 :
284-302).
La salud pública norteamericana en
Colombia: La Fundación Rockefeller
y la campaña contra la uncinariasis
(1919-1931).
En las primeras dos décadas del siglo XX
se iniciaron cambios significativos en el
campo de la salud en el mundo y en Co-
lombia, los cuales marcaron los derroteros
del tránsito definitivo desde la higiene eu-
ropea hacia una nueva salud pública nor-
teamericana. Tanto la consolidación .de una
economía petrolera y cafetera en Améri-
ca Latina, como el desarrollo industrial ur-
bano y la apertura de vías férreas crearon
nuevas formas de asentamiento y de mo-
vilización demográfica en nuestros países,
que implicaron el cruce de poblaciones,
su hacinamiento y su contacto con climas
húmedos, cálidos y malsanos, potencián-
dose así la aparición de nuevas patologías
tropicales, no comunes en los años ante-
riores, y exacerbándose las ya existentes.
Igualmente, estos procesos comenzaron a
aumentar el flujo de trabajadores extran-
jeros hacia los países tropicales y de traba-
jadores nacionales del campo a la ciudad,
congestionándose el espacio urbano y
potenciando el surgimiento de nuevas
patologías urbanas (Quevedo et al., 2000:
209-212).
Después de las experiencias de Cuba y
Panamá, los Estados Unidos aprendieron
que el saneamiento territorial era un me-
canismo para garantizar la consolidación
de sus acciones comerciales e industriales
en América Latina y más específicamente
en nuestro país. La Fundación Rockefeller
fue el agente de este proceso de sanea-
miento y sus actividades estuvieron orien-
tadas, en primer lugar, a desarrollar un
nuevo modelo de salud pública acorde
con las necesidades expansionistas de los
Estados Unidos, fundamentado ya no en
la higiene ambientalista sino en las nuevas
ciencias (bacteriología, parasitología,
epidemiología, estadística, etc.) y en la
administración de campañas erradicatorias
contra las enfermedades que podían ser
controladas con medidas de salud públi-
ca, sin que se requirieran cambios sociales
significativos Oas tres escogidas por la Fun-
dación como más características de este tipo
fueron la uncinariasis, la fiebre amarilla y la
malaria). En segundo lugar, dichas acciones
estuvieron dirigidas a exportar dicho mo-
delo de salud pública a los distintos países
que se encontraban bajo su influencia, con
el fin técnico-económico de asegurar la sa-
lud de los trabajadores norteamericanos en
el trópico, de garantizar la creación y forta-
lecimiento de las organizaciones sanitarias
nacionales que se encargasen de poner en
marcha en el ámbito local las medidas sani-
tarias necesarias para que Norteamérica no
se contaminase con enfermedades tropica-
les que ponían en riesgo la seguridad y la
salud de los habitantes de los Estados Uni-
dos y con el fin, político de potenciar la
construcción de una imagen positiva de los
norteamericanos ante las poblaciones loca-
les para que se aceptase su presencia sin di-
ficultades (Quevedo et al., 2000: 213-222).
De esta manera y a través de la media-
ción de Roberto Franco y de Jesús del
Corral, cafetero y Ministro de Agricultu-
ra, en 1919, durante la presidencia de Marco
Fidel Suárez, el gobierno colombiano con-
trató con la Fundación Rockefeller la rea-
lización de la campaña contra la
uncinariasis que venía proponiéndose en
Colombia desde unos años atrás y que se
articulaba muy bien a los programas que
la Fundación había venido desarrollando
ya desde 1914 en el Caribe y en Centro
América, para erradicar esa enfermedad,
de gran incidencia en las regiones cafete-
ras y algodoneras del continente. Entre
diciembre de 1919 y enero de 1920, el
doctor Louis Schapiro, enviado por la
Fundación, y una comisión de la Acade-
mia Nacional de Medicina, realizaron un
estudio preliminar a partir del cual se ini-
ció la campaña. En 1920 se creó el Depar-
tamento de Unicinariasis, enclave técnico
de la Fundación en el país, el cual, adscri-

to a la Dirección Nacional de Higiene,
coordinó las acciones de la campaña
(Quevedo et al., 2000: 248-265).
Para apoyar las actividades de la Funda-
ción en el país, sus funcionarios recomen-
daron al Estado la compra del Laborato-
rio Samper-Martinez. Así, este fue con-
vertido en Laboratorio Nacional de Hi-
giene y, por la ley 15 del 31 de enero de .
1925, se organizó el Instituto Nacional de
Higiene (Quevedo et al., 2000: 293-297).
El 19 de junio de 1926 se inauguró el Pa-
lacio de Higiene, en el edificio que estaba
en construcción desde 1920, y en el que
se centralizaron todas las dependencias de
la Higiene. En él funcionaron la Direc-
ción Nacional de Higiene y Asistencia
Pública, el Departamento de Estadística
Médica, la Sección Química del Labora-
torio Nacional de Higiene, con sus de-
pendencias, la Sección de Bacteriología
del mismo laboratorio, el Departamento
de Uncinariasis y un departamento para
aplicar gratuitamente al público las vacu-
nas antitífica, antivariolosa y contra la tos
ferina (Quevedo e t al, 2000: 297 -302) .
Hacia finales de la década del20, la cam-
paña fue cristalizando su objetivo princi-
pal y después de una primera fase de tra-
tamiento de la enfermedad fue derivan-
do hacia la promoción de medidas esta-
bles y permanentes de desarrollo de la
salud pública en Colombia. Así, a la par
con la campaña se fueron creando ofici-
nas sanitarias locales con inspectores lo-
cales pagados por los municipios, quienes
quedaban encargados, en principio, de
continuar las labores de saneamiento -
construcción de letrinas- un/ vez que la
Esta nueva concepción del Estado con- la fiebre amarilla, enfermedad que comen-
comisión de la campaña se retiraba. Cuan-
dujo necesariamente a la idea de que "la zaba a asolar las regiones de producción
do la proporción del aporte económico
salud es un deber del Estado y la base del petrolera colombiana, tan caras a los inte-
del gobierno nacional fue el de la casi
progreso nacional" (Revista de Higiene, reses norteamericanos. Para esto la Funda-
totalidad de los gastos, el Departamento
1932: 3-5). Como primera consecuencia, ción siguió los derroteros marcados por su
de Uncinariasis fue cediendo su rol de
por la Ley 1a de 1931, Pablo García Medina experiencia anterior en los demás países
supervisión técnica de los trabajos de sa-
logra estructurar un Departamento Na- de América Latina, partiendo del estudio
neamiento a las instancias político admi-
cional de Higiene y Asistencia Pública de su localización y etiología y continuan-
nistrativas encargadas de la higiene en el
(DNHAP) autónomo, dependiente direc- do, a partir de 1937, con una campaña de
nivel departamental y municipal, al tiem-
tamente de la Presidencia de la Repúbli- vacunación masiva. A partir de 1936 se creo
po .que la proporción del presupuesto del
ca y con capacidad administrativa, aun- la Sección de Estudios Especiales, la cual
gobi~rno para la campaña era casi del80%
que no económica, para abordar los prin- se encargó de dicha campaña.
(Que~do et al.,2000: 270-274).
J...
cipales problemas sanitarios del país. Bajo Como segunda consecuencia de la nue-
su égida se reorganizó la campaña anti- va actitud liberal, en 1936 se reformó la
LA INSTITUCIONALIZACIÓN
alcohólica y la lucha contra las enferme- Constitución, durante el gobierno de Al-
DE LA SALUD PÚBLICA
dades venéreas, y se continuaron las cam- fonso López Pumarejo. Con relación a la
NORTEAMERICANA
pañas contra las enfermedades contagio- salud, en la nueva Constitución planteaba
(1931-1957)
sas. Igualmente, el Departamento de que "la asistencia pública es función del
La política social y sanitaria durante
Uncinariasis se convirtió en Sección de Estado y que se deberá prestar a quienes
la república liberal (1931-1942)
Uncinariasis, dependiente del nuevo De- careciendo de medios de subsistencia y
A partir de los años treinta del siglo XX,
partamento Nacional de Higiene. Luego, de derecho para exigirla de otras perso-
se produjo en Colombia la derrota electoral
cuando el Departamento Nacional de nas, estén físicamente incapacitados para
del Partido Conservador. Con el Partido
Higiene se reorganizó en 1934 por decre- trabajar" (UribeVargas, 1985: 1225).En el
Liberal llegó al poder la oligarquía financiera
to . 189 (enero 26), la Sección de mismo sentido, dice que" el trabajo es una
y se inauguró un nuevo estilo de gobierno
Uncinariasis pasó a llamarse Sección de obligación social y gozará de la especial
que pretendía poner fin a las viejas querellas
Saneamiento Rural, ya bajo la dirección protección del Estado" (UribeVargas, 1985:
políticas del siglo XIX y, por la vía de la
del colombiano Carlos Franco. En 1935 1227). Esto determinó la vinculación en-
buena administración de los negocios y los
se suspendió la campaña, la cual tuvo una tre la política laboral y la sanitaria en el
espíritus, hacer entrar a Colombia en el cam-
duración de 15 años, sobre la base de 3 marco del nuevo Ministerio de Trabajo,
po de las "democracias burguesas" (Pécaut,
convenios sucesivos, con buenos resulta- Higiene y Previsión Social, creado por la
1987, TI: 82) . Se planteaba además que el
dos, aunque no se logró erradicar del todo Ley 96 de 1938 (Quevedo et al.,2000:333).
gobierno debería jugar el papel de mediador
la enfermedad, pero con alcances signifi- Durante este período, la política de salud
entre los intereses particulares y los intereses
cativos pues la influencia del nuevo mo- responderá al intento de coordinar y articu-
sociales. En este sentido y apoyándose en el
delo de salud pública norteamericana lle- lar cuatro lógicas distintas: la que tiende a
concepto de "función social", se considera-
gó a todos los niveles del sector salud, in- defender la salud de las élites y el interés
ba que el Estado tenía deberes frente a los
cluyendo la formación de especialistas en privado del gremio médico; la de garantizar
·individuos y frente a la sociedad y, por tanto,
el campo (Quevedo et al.,2000:274-280). por medio de la salud la productividad de
debería intervenir sobre la propiedad
De 1934 en adelante, la Fundación comen- los trabajadores agrarios e industriales, prin-
privada en beneficio del interés social
zó a centrar su atención en la lucha contra cipal fuerza motora del país; la de los intere-
(Restrepo y Villa, 1980: 49-77).
ses religiosos, los cuales enraizan su poder y
sus prebendas económicas con el ejercicio
de la caridad pública, a través de las
instituciones de beneficencia, y la de los
sanitaristas e higienistas, quienes, apoyados
en el cientificismo del modelo positivista,
están preocupados por el obstáculo que re-
presentan ciertas enfermedades para el pro-
greso del país (Hernández, 2000a:222-227).
Como consecuencia, en lo que respec-
ta a la prestación de servicios de salud, en
este período se consolidaron los cuatro
espacios de asistencia que desde enton-
ces han caracterizado a nuestro país: la asis-
tencia privada, prestada por el cuerpo mé-
dico, en sus consultorios particulares, a al-
tos costos y para las élites sociales; la asis-
tencia pública para los trabajadores indus-
triales y del Estado, para lo cual se crean,
en 1946, dependientes del nuevo Minis-
terio de Trabajo, Higiene y Previsión So-
cial, el Instituto Colombiano de Seguros
Sociales y la Caja Nacional de Previsión
Social, respectivamente; la asistencia a los
trabajadores agrarios, especialmente los
cafeteros, de los cuales se encargaba la Fe-
deración Nacional de Cafeteros y, final-
mente, la asistencia publica a los más po-
bres no incluidos en los otros dos esque-
mas, la cual estaba a cargo de las institu-
ciones de la beneficencia (Hernández,
2000a: 130-203).
En lo referente a la salud publica, desde
el Departamento Nacional de Higiene,
también reubicado en el nuevo Ministe-
rio, se dirigieron las campañas contra el
parasitismo intestinal, el paludismo, el pian,
las fiebres recurrentes, la lepra, la tuber-
culosis, las enfermedades carenciales, así
como el control y la vigilancia sanitaria de
las habitaciones, de los alimentos, el cum-
plimiento de disposiciones internaciona-
les del trabajo y la vigilancia de la labor de
los revisores e inspectores sanitarios. Bajo
su dependencia quedó la protección ma-
terno-infantil, la sanidad rural y la sanidad
portuaria y un servicio de sanidad veteri-
naria (Quevedo et al., 2000: 329-334).
Cuatro nuevos elementos caracterizan el
cambio:
- .f\1ayor autonomía de la higiene, que va
fa'bricando un nicho institucional que
la 'ü bica en la intersección de los
intereses productivos y de control
social: la higiene se articula al mundo
del trabajo, amplía su influjo en la vida
cotidiana y se aproxima al campo de
la prestación de servicios asistenciales,
transformando las ideas de caridad y
beneficencia en pautas de asistencia
pública y previsión social.
- Cambia el imaginario de los
epidemiólogos y sanitaristas: la
uncinariasis pierde su lugar de prestigio
y emergen, en su lugar, los problemas
vinculados con las enfermedades
venéreas y el cáncer. A su vez, los
problemas de la infancia se asocian a
la maternidad ampliando la imagen de
la población vulnerable.
- La cooperación internacional se cen-
tra en las enfermedades que realmente
preocupan a los intereses petroleros
norteamericanos: la fiebre amarilla y
el paludismo.
- Se consolidan los saberes en torno al
saneamiento y la adquisición de un es-
pacio propio para la ingeniería sanita-
na: el proceso urbanizador
industrializador en el que estuvo
comprometido el país durante los años
treinta favoreció la emergencia de una
renovada mentalidad ingenieril que, en
la higiene, concreta una vigorosa línea
de desarrollo (Quevedo et al.,2000:335) .
La nueva cooperación internacional
(1942-1957)
Con la Segunda Guerra Mundial se hace
evidente el peligro de la entrada del nazis-
mo y el comunismo a Latinoamérica, lo que
implicaría para los Estados Unidos la posibi-
lidad de perder los mercados latinoamerica-
nos. Como consecuencia, en este período
el gobierno norteamericano dio un viraje
en su política exterior con respecto a Amé-
rica Latina, optando por una posición activa
respecto de las relaciones bilaterales, e
implementando la llamada "Política del Buen
Vecino", puesta en marcha por el Presiden-
te Roosevelt. Para eso se creó el Instituto de
Asuntos Interamericanos y su corolario, el
Instituto Cooperativo Interamericano de
Salud Pública (SCISP) encargado de coor-
dinar los nuevos programas de cooperación
en salud. Según el Reporte Anual del Insti-
tuto de Asuntos Interamericanos de 1943,
los programas estuvieron centrados en pri-
mera instancia ''en áreas de importancia es-
tratégica militar con el propósito de salva-
guardar las vidas y la salud de las Fuerzas
Armadas Norteamericanas y de las fuerzas
armadas de los otras Repúblicas Americanas
que han declarado la guerra contra los po-
deres del Eje o que han roto relaciones di-
plomáticas y comerciales con ellos". En se-
gundo lugar, el esfuerzo más grande puso
e "en proteger la salud de los trabajadores
comprometidos en la producción de mate-
riales estratégicos y críticos; el proyecto más
grande en este sentido es el de la cuenca
amazónica, donde la División de Salud y
Saneamiento se ha encargado de asegurar el
cuidado médico de los trabajadores del cau-
cho y de los emigrantes de las áreas caucheras,
y de mejorar las condiciones de salud
medioambientales en torno a las áreas de
mayor población en la CuencaAmazónica"5 .
En Colombia, el servicio hizo llave con la
Fundación Rockefeller para trabajar en tres
vías distintas. En primer lugar, la Fundación
continúa el saneamiento y la vacunación de
las zonas petroleras. La Sección de Estudios
Especiales se transformó en Instituto de
Estudios Especiales Carlos Finlay en 1944 y
hasta 1948, cuando la Fundación se retiró
del país y el Instituto quedó bajo la respon-
sabilidad del gobierno pero con la ayuda
técnica y financiera de la Oficina Sanitaria
Panamericana, en ese momento bajo la di-
rección de Fred. L Soper, antiguo funciona-
rio de la Fundación. En segundo lugar, el
servicio, con el apoyo del Plan Marshall, puso
en marcha programas de control de la mala-
ria, el pian, la bartonellosis y las rickettsiasis,
en las zonas mineras, en donde estaban las
explotaciones auríferas norteamericanas Oa
Frontino y la Pato Gold Mines), en las zo-
nas petroleras (Tropical Oil Company) y
caucheras (Rub ber Reserve), en los puertos
fluviales y los ríos por donde se sacaban el
café y otros productos hacia el exterior y
en puertos del pacífico, de venéreas en el
Chocó donde estaban las compañías
extractoras de platino. Igualmente, el servi-
cio instauró programas de nutrición en las
ciudades industriales (Medellín, Cali y
Barranquilla). En tercer lugar, la Fundación
y el servicio aunaron esfuerzos para garanti-
zar la institucionalización del modelo médi-
co y salubrista norteamericano: se apoyó la
creación del Instituto Nacional de
Epidemiología y la Escuela Nacional de
Enfermeras (1942), del Ministerio de Higie-
ne (1946) y el Ministerio de Salud (1953)
(Quevedo et al., 2000: 396). Igualmente, con
el auspicio del Plan Marshall, del Unitarian
Service y el servicio vinieron a Colombia la
Misión Humphreys en 1948 y la Misión
Lapham en 1953, con el fin de adecuar la
educación médica colombiana al modelo
iniciado por Abraham Flexner en 1910 en
los Estados Unidos, con el apoyo de la Fun-
dación Rockefeller. Como resultado de es-
tas misiones, las facultades de medicina creadas
por esos años (Popayán, 1950; Cali, 1951, y
Manizales, 1952) tratan de adecuar sus pla-
nes de estudio acordes con el modelo
flexneriano y las antiguas intentan iniciar
reformas en ese sentido. Estas reformas in-
cluyen la sustitución de la antigua Cátedra
de Higiene por los Departamentos de Me-
dicina Preventiva y Salud Pública. El ejem-
plo flexneriano más claro fue el de la Uni-
versidad del Valle, pues la asesoría técnica y
el apoyo financiero fueron suministrados por
la Fundación Rockefeller, en el mismo esti-
lo con el que lo habían hecho con las fa-
cultades de medicina norteamericanas. Con
el auspicio de la Fundación, del Servicio, de
la Oficina Sanitaria Panamericana y de la
Universidad de Tulane se realizaron el Pri-
mer Seminario de Educación Médica, en
1955 en la Universidad del Valle, y el
Segundo, en 195 7, en Medellín. En 195 7 se
1
inició el Programa Tulane-Colombia de ase-
soría para la educación médica para las 7
facultades existentes, el cual duró siete años
y en 1958, por recomendación de la Misión
Lapham, se crea la Asociación Colombiana
de Facultades de Medicina ASCOFAME
(Quevedo et al., 1990;38-45).
Por tanto, la·cooperación norteamerica-
na en salud pública en esa época tuvo
como objetivo fundamental la solución de
problemas de los países latinoamericanos,
que cl_e por sí eran bastantes, pero sólo en
la med'i,da en que ellos favorecieron la se-
guridad política y militar del hemisferio,
la producción de materiales estratégicos,
y la institucionalización de los modelos
médico y salubrista norteamericanos. In-
cluso se planteó que los planes y ?bjeti-
vos comunes en esta área habían "de con-
tribuir a la reconstrucción del orden
mundial" (Turbay, 1942:201).
LA SALUD Y EL DESARROLLO
(1958·1974)
El binomio desarrollo-subdesarrollo
y la salud
Los finales de la década de los 50 son ri-
cos en acontecimientos políticos interna-
cionales: la lucha entre dos formas de orga-
nización política y social (capitalismo y so-
cialismo) se pone al orden del día. Dentro
de este clima, el triunfo y los logros sociales
de la Revolución Cubana ponen en jaque
la estabilidad política del hemisferio. Como
respuesta, se generan una serie de discusio-
nes que involucran sociólogos, políticos, eco-
nomistas, estadistas, etc., orientados a encon-
trar un modelo alternativo, único y suficiente,
que sirviese de respuesta del mundo capi-
talista al reto cubano. El resultado fue la
estrategia de la Alianza para el Progreso, tra-
zada por los Estados U nidos y basada en el
modelo "desarrollo-subdesarrollo". Este
modelo es consecuencia de la clasificación
de las sociedades que hace WWRostow,
siguiendo los esquemas del desarrollo bio-
lógico y la ley de los tres estados del posi-
tivista Augusto Comte: la sociedad tradi-
cional atrasada y pre-newtoniana, la que ya
posee las condiciones previas para el des-
pegue, la sociedad en despegue, el
momento de impulso hacia la madurez y la
edad de madurez o de alto consumo masivo.
Según esta propuesta, el paso de la sociedad
tradicional hacia la del despegue no se da
en forma endógena y requiere de la inter-
vención externa de sociedades más
avanzadas, clara justificación para el programa
de la Alianza para el Progreso (Quevedo et
al., 1990: 46-48).
En la Reunión de Ministros de Rela-
ciones Exteriores en Punta del Este (Uru-
guay) realizada del 5 al 17 de agosto de
1961, los Estados Unidos lanzaron el pro-
grama y las conclusiones de la reunión
(Carta de Punta del Este). Recomenda-
ron que cada país elaborase un plan de
desarrollo económico y social, exponien-
do los recursos internos y las necesidades
de ayuda externa para su ejecución. La
CEPAL, laAID y el BID, fueron las insti-
tuciones encargadas de asesorar y finan-
ciar el programa (Quevedo et al., 1990: 49).
Este modelo requería de un Estado más
moderno, intervencionista y planificador,
que fue llamado Estado de Bienestar.
Por otra parte, la antigua epidemiología
uní-causal construida desde la teoría
microbiana era demasiado estrecha para
explicar la etiología de las enfermedades
crónicas. A partir de los años 50 comenzó
a ser lentamente reemplazada por una
imagen multi-causal de las enfermedades,
que además podía fundamentar el
planteamiento de que la salud estaba es-
trechamente ligada a las condiciones ge-
nerales de vida de la población (factores
biológicos, hereditarios, sociales, cultura-
les, alimenticios, educativos, etc.). Se plan-
teó pues el modelo de la Historia Natural
de la Enfermedad, formulado por Huge
Rodman Leavell y E. Gurney Clark, que
daba cuenta de la participación estadística
de cada uno de esos factores en la rela-
ción salud-enfermedad y establecía tres
momentos en el proceso de la enferme-
dad: el momento de acción de los facto-
res, el período preclínico o asintomático
y el período clínico. Sobre este esquema
se propusieron los tres niveles de aten-
ción, primaria, secundaria y terciaria
(Quevedo et al.,1990: 61-63).
Después de planteado el Programa de la
Alianza para el Progreso, se organizaron
grupos de trabajo por sectores para ela-
borar los planes generales sectoriales. En
el campo de nuestro interés, tanto el mo-
delo económico social como el nuevo
concepto de salud-enfermedad fueron los
puntos de partida optados por la Reunión
de Ministros de Salud, celebrada en Was-
hington, en 1963, en la cual se elaboró el
Plan Decenal de Salud de las Américas.
Dicho Plan postulaba una estrategia clara:
"una población sana y activa es funda-
mental para la economía y el progreso
social. La salud es, por tanto, componente

esencial del desarrollo y del nivel de vida.
Los fondos que se erogan para el cuidado
de la salud representan una inversión, una
fuente de productividad y no un gasto.
Su rendimiento puede medirse en una
mejor capacidad de los miembros de la
sociedad para crear, producir, invertir y
consumir. . . Hay conciencia hoy de que
los programas de salud forman parte de la
planificación general del desarrollo ... De-
finida la salud como un estado de com-
pleto bienestar físico, mental y social, la
interpretamos a la luz de la Carta de Pun-
ta del Este, como un componente funda-
mental del desarrollo" 6 • La planificación
será pues el instrumento para poder po-
ner en marcha dicho plan (Quevedo et
al.,1990: 46-50).
,La salud sería asumida pues como una
inversión pública y el sistema de salud
debería estar articulado desde el Estado,
bien a través del aseguramiento universal
o de un servicio único de salud adminis-
trado y prestado directa o prioritariamente
por el Estado. No obstante, los intereses
de los distintos actores en juego bloquea-
ron la posibilidad de un sistema único de
salud. Los trabajadores sindicalizados de-
fendieron el sistema para el cual cotiza-
ban, los empresarios desconfiaban de la
administración pública, la beneficencia y
la iglesia no estaban dispuestas a entregar
sus bienes y su poder al Estado y los mé-
dicos se quejaban de que su práctica se
iba a deshumanizar si se socializaba
(Hernández, 2000b: 87 -88).
Todas estas tendencias e intereses se re-
flejan en la nueva estructura que va to-
mando el Estado, y el rol Aue en él
Sistema Único de Salud, los distintos sec- encadenándose una crisis del papel del
desempaña la salud, a partir de los planes
tores sociales y políticos colombianos lo Estado en el ámbito mundial. Dicha crisis
de desarrollo elaborados y puestos en
asimilaron al puesto en marcha por Salva- del Estado benefactor, o de bienestar
marcha por los gobiernos de Carlos Lleras
dor Allende en Chile, lo tildaron de co- como también se le llamó, condujo a la
Restrepo (1966-1970) y Misael Pastrana
munista y lo rechazaron. Como conse- propuesta de un nuevo Estado fundamen-
Borrero (1970-1974). En dichos planes la
cuencia, entre 1973 y 197 4los salubristas, tado en el modelo de la economía
salud es planteada como una inversión y
utilizando como herramienta la teoría ge- neoliberal. El Estado benefactor había
no como un gasto, y se propone poner
neral de sistemas y el concepto de la His- pretendido ser al mismo tiempo Estado
en marcha nuevas políticas tendientes a la
toria Natural de la Enfermedad y de los productor, administrador, interventor y
ampliación de las coberturas a costos mí-
niveles de atención, propuestos por Leavell garante de la propiedad y de los derechos
niJ?OS y a la administración de la asisten-
y Clark, organizan un Sistema Nacional individuales, regulando el cumplimiento
cia médica por parte del Estado, utilizan-
de Salud (SNS), en el cual hacen convivir de las obligaciones sociales de los indivi-
do hi :Jilanificación como herramienta para
todas las cuatro viejas lógicas de atención duos. La incapacidad para cumplir todas
lograrlo. El Programa OPS-CENDES se
en salud, además de la "salud pública". Se estas funciones condujo a su deterioro
encarga de la formación de los nuevos pro-
trataba de articular "funcionalmente" tres (Quevedo et al., 1990:72-73).
fesionales de salud en los métodos de
subsectores en todo independientes: el Esta crisis se expresó en la salud en el
planeación para que se integren a los mi-
oficial, el de seguridad social y el privado. aumento de los costos de la atención
nisterios y elaboren políticas y programas
El cerebro sería un gran Ministerio de médica tecnificada y organizada por nive-
con el criterio de inversión (Quevedo et
Salud Pública de carácter técnico y los les de complejidad, lo que generó a una
al., 1990: 50).Así mismo, se organiza la in-
aparatos conectores serían los subsistemas doble situación: por un lado, una
tegración de los servicios de salud y asis-
funcionales de información, infraestruc- privatización y elitización de la atención
tencia pública y se crea el Plan Hospitala-
tura y recursos humanos, entre otros. médica que implicó el aumento y la sofis-
rio Nacional, que establece los niveles de
(Hernández, 2000b: 88-89) En teoría, esta ticación de la medicina privada, destinada
atención siguiendo la propuesta de Leavell
vía resolvía los problemas que había teni- a quienes tenían capacidad adquisitiva para
y Clark y se crea la instancia administrati-
do el Estado para la unificación del ma- tener acceso a ella y, por otro, un cada vez
va integral de los servicios de salud por
nejo de la salud. El futuro mostrará que mayor compromiso del Estado benefac-
unidades geo-políticas (departamentos).
no fue así (Quevedo et al., 1990: 66-71). tor en subsidiar dicha atención médica cos-
Igualmente, la participación de fundacio-
tosa a las personas de bajos recursos. La
nes y organismos internacionales en salud
CRISIS DEL ESTADO DE medicina privada fue cada vez más com-
se centraliza en el Instituto Nacional para
BIENESTAR, NEOLIBERALISMO Y pleja pero para cada vez menos clientes, y
Programas Especiales de Salud (INPES),
SALUD ( 1974·1998) el Estado benefactor se reventó por den-
en 1968, incorporando el Instituto Na-
El tránsito al neoliberalismo: descen- tro al no poder asumir un número cada
cional de Higiene Samper Martínez con
tralización, desarrollo local, partici- vez mayor de subsidiados ni poder garan-
los Programas Especiales de Salud del
pación comunitaria y atención tizar el nivel técnico exigido para todos
Ministerio. Sin embargo, el ideal de lacen-
primaria (1974-1990) (Quevedo,2000: 44).
tralización normativa con descentralización
La actitud intervencionista del Estado en La crisis social del sector salud fue evi-
administrativa aún no se logra en ese mo-
las décadas de los 60 y 70 no mostró los dente: los pacientes mal tratados y maltra-
mento (Quevedo et al.,1990: 58-60).
beneficios esperados (en términos de j us- tados comenzaron una búsqueda de al-
Pero cuando en 1972los salubristas pre-
ticia social y desarrollo económico) des- ternativas menos costosas y más cercanas
sentan al Congreso la propuesta de un
 desde el punto de vista cultural a sus pro-
blemas y concepciones de la salud y de la
enfermedad, pululando entonces las me-
dicinas alternativas, unas con fundamen-
to, otras sin él, con el consecuente dete-
rioro de la imagen del Estado como ga-
rante de la salud de la población (Quevedo,
2000: 44).
Como consecuencia, los neoliberales
enfocaron su crítica hacia la ineficiencia
de las empresas del Estado y el "exube-
rante" gasto en los programas de bienestar
y en subsidios, que cada día eran más one-
rosos y menos efectivos para la comuni-
dad. Se propuso entonces un proceso de
reformas en la gestión del Estado: "en lo
político, con la apertura y readecuación
de los canales político-institucionales de
expresión y participación ciudadana; en
lo administrativo, con el reordenamiento
y racionalización de las instancias territo-
riales de gestión de los asuntos públicos;
y en lo económico con la redefinición
del papel del Estado en la economía" (To-
rres, 1988: 41).
Por su parte, la OMS se plantea, en 1975,
el propósito de la "Salud para todos en el
año 2000" como una meta para llevar una
vida social y económicamente producti-
va. En 1978, en Alma Ata, se acogió el con-
cepto de atención primaria en salud (APS)
como el instrumento para lograrlo. Este
concepto era típico de una situación de
transición: mantenía aún elementos mez-
clados del Estado de bienestar (desarrollo
para cada país de un plan nacional inte-
gral, con participación intersectorial, con
funcionamiento ágil del sistema y sus ni-
veles de atención) y del neoliberalismo
1
(participación comunitaria) (Quevedo et
subsector privado fue creciendo y pro- salud, tanto en el ámbito internacional
al., 1990: 7 6-79). Por otra parte, surge la
gresando a través de los sistemas de prepago. como en el nacional.
propuesta de H . Blum y M. Lalonde de
De esta forma, ya en la década de los 80, Esos cinco vectores fueron:
"campo de la salud", en la cual se propo-
bajo el término "Sistema Nacional de Sa- - La globalización, entendida en lo so-
ne, desde una perspectiva multicausal, que
lud" se incluyó sólo a la red pública de cial como la eliminación de las
la salud es la resultante de la interacción
centros y hospitales antes llamados "de ca- fronteras espacio-temporales debidas
de cuatro grupos de factores: ambiente,
ridad" . Había ganado la lógica del mercado a la revolución informática y de las
herencia, servicios de salud y comporta-
ante un Estado débil, clientelista y corrup- comunicaciones; en lo económico,
miento. Este último se traduce en con-
to (Hernández, 2000b: 89). como la configuración de una
cepto de "estilos de vida", hacia cuya
Bajo la presidencia de Virgilio Barco economía-mundo generalizada con la
Il}odificación se va a orientar la atención
(1986-1990) se inició el proceso global de difusión de un consumismo global y,
pri:naria como medio de garantizar lasa-
descentralización política, administrativa y finalmente, en lo político, como la
lud 6Quevedo et al., 1990: 79-81).
fiscal del Estado Colombiano, en la que se emergencia de nuevas culturas y
En '·Colombia, durante el gobierno de
hizo la transferencia de responsabilidades subculturas políticas con discursos
Alfonso López Michelsen (197 4-1978), el
del Estado a los municipios, entre ellas la alrededor de temas de interés global
Plan de Desarrollo Para Cerrar la Brecha,
salud de sus habitantes (Quevedo et al., 1990: como la religión, el género, la etnicidad
el de Julio CesarTurbay (1978-1982),Plan
7 4-7 6). Los intentos de reformar el sistema, y el medio ambiente, entre otros.
de Integración Nacional, y el de Belisario
con el apoyo del Banco Mundial, durante - El libre comercio, con la reducción
Betancur (1982-1986), Cambio con Equi-
la década de los 80, terminaron en la sesión negociada de las barreras arancelarias
dad, la salud se plantea ya no como inver-
del manejo de la red pública de salud a los liderada por la OMC (Organización
sión sino como capítulo de la nueva polí-
municipios mediante la Ley 1O de 1990 Mundial del Comercio, 1993) que se
tica social y de manera contradictoria
(Hernández, 2000b: 89), con la cual se da traduce en un aumento progresivo del
mantiene elementos de las propuestas
inicio a la descentralización del sector sa- intercambio fronterizo de bienes y
desarrollistas (ampliar la cobertura, dismi-
lud. En este primer intento se presentan ServiCIOS.
nución de la brecha entre zonas urbanas
diversos problemas principalmente por la - Las políticas neoliberales, que se impo-
y rurales, utilización máxima de la capaci-
falta de claridad en la asignación de los re- nen con fuerza a principios de los años
dad hospitalaria, fortalecer el SNS y la in-
cursos financieros, situación que genera re- 80, y que terminan siendo una pres-
tegración con los otros sectores sociales
chazo por parte de los gobiernos locales, cripción de ajuste para mantener la in-
como educación y alimentación) con las
dificultando la adecuada marcha del pro- serción de un país en el contexto de
neoliberales (participación comunitaria)
ceso (Blanco, 1997: 57). la economía mundial.
(Quevedo etal., 1990:74-76).
- Los procesos de integración
No obstante, el Sistema Nacional de
Consolidación del modelo neoliberal: . supranacionales, mediante los cuales se
Salud no logra articular las intenciones
globalización, apertura económica y establecen acuerdos de integración
estatales: aunque la beneficencia ha per-
privatización (1990-1998) económica y política multilaterales
dido poder, la lógica de la caridad conti-
El contexto internacional posterior a la como estrategia de control de los pro-
nua predominando en el esquema; el Se-
Guerra Fría se ve modificado gracias a la cesos de integración y apertura
guro Social, con su reforma de 1977, se
presión de cinco grandes fuerzas o comercial en el mercado mundial.
distanció del control del Sistema, y prác-
vectores de cambio que inducen impor- - El concepto de seguridad nacional, que
ticamente se desarticuló de él, y el
tantes modificaciones en el campo de la traspasa las fronteras nacionales para
 convertirse en una preocupación
global, dado que el deterioro de las
condiciones del ambiente, las migra-
ciones masivas, la violación del derecho
internacional humanitario, el trafico de
drogas, pandemias como el sida, la
sobrepoblación y el subdesarrollo son
consideradas amenazas que afectan la
calidad de vida de la población de la
gran aldea global (Godue, 1998: 29-
33).
En Colombia, en los años 90 el sector
público se vio enfrentado a asumir los retos
que el creciente movimiento para
"modernizar el Estado" le proponía. Los
retos giraban en torno a la reducción del
personal, la descentralización de
las operaciones y en el sector salud
específicamente la puesta en marcha de la
Reforma en Salud, promovida por el In-
forme de Desarrollo Mundial1993: Invirtien-
do en Salud, del Banco Mundial. Esta pro-
puesta modernizadora del Estado
responde a la consolidación de las políti-
cas neoliberales que se caracterizan por
medidas como: eliminación del déficit fis-
cal, estabilización de los precios, apertura
comercial y liberalización de las importa-
ciones, medidas de reducción del papel
del Estado, privatización de las empresas
del Estado y la desregulación de la econo-
núa. Así mismo, proponen como estrategia
para la reducción del tamaño del Estado y
el déficit fiscal, la descentralización (Godue,
1998: 29-33)
En ese sentido, el Banco Mundial, en 1993,
hace cinco recomendaciones esp.ecíficas a
los Ministerios de Salud para la
implementación de las reformas: pasar de la
función operativa a la reguladora en un sis-
tema mixto publico-privado; pasar de ser
financiadores y proveedores a la
implementación de un mecanismo de se-
guridad social fundamentado en la contri-
bución y el subsidio; descentralizar el control
de las operaciones; pasar de ejecutor a
formulador de políticas generales delegando
la realización de los programas en las
organizaciones descentralizadas (municipios)
y privatizadas (EPS);y adoptar la planificación
estratégica y manejo de la calidad total.
Drt~~nte la presidencia de César Gaviria
(1990: 1994), período en el que las políticas
neoliberales comienzan a consolidarse en el
país, con la nueva Constitución colombiana
de 1991 y con la promulgación de la Ley 60
de 1993, en las cuales se definen los criterios
de asignación de recursos y se clarifican las
responsabilidades de los entes municipales,
se intenta resolver los problemas planteados
por la estructura de la Ley 1O (Blanco y
Maya, 1997: 57).
La nueva Constitución de 1991, resultado
de la lucha entre las múltiples tendencias e
intereses nacionales representados en la
Asamblea Nacional Constituyente, plasmó
una combinación forzada de social-demo-
cracia y neoliberalismo (Hernández, 2000b:
89). En su definición de un nuevo
ordenamiento jurídico, institucional y social
del país, la Carta estableció la Seguridad So-
cial como un derecho irrenunciable de los
habitantes del territorio nacional, cuya
organización debería llevarse a cabo
conforme a los principios de universalidad,
solidaridad y eficiencia (art.48) (Ahumada,
1998: 140) . Pero la salud como concepto
global y como derecho no aparece y se
convierte solo en "atención de salud", es
decir, asistencia en salud y en saneamiento
ambiental, ambos concebidos no como
derechos sino como servicios públicos a cargo
del Estado (art. 49) (Hernández. 1992: 147).
Al mismo tiempo, la Carta Magna le abrió la
puerta a las intenciones neoliberales de·
reducción del Estado y favorecirniento de
los intereses del capital financiero, al esta-
blecer que en su prestación podían concu-
rrir agentes públicos y privados, y que los
servicios deben ser organizados en forma
descentralizada, por niveles de atención y
con participación de la comunidad (art. 49)
(Ahumada, 1998: 140).
Paso seguido, se promulga la Ley 100 de
1993 que transforma la prestación de los
servicios de salud en el país creando el Sis-
tema General de Seguridad Social en Salud
(SGSSS), redefiniendo los mecanismos de
financiamiento, definiendo los planes de
servicios, involucrando a los sectores priva-
do, público y los anteriores de seguridad
social en la prestación de los mismos, entre-
gando responsabilidades de planeación y eje-
cución en salud a los entes territoriales
(municipios y departamentos), de prestación
de servicios a las instituciones hospitalarias
(IPS) y a las entidades de recaudo y admi-
nistración de los recursos (EPS), como
respuesta a las sugerencias del Banco
Mundial (Blanco, 1997: 57) .
LA CRISIS DEL NEOLIBERALISMO
La crisis económica
La historia de la segunda mitad del siglo
XX ha demostrado que ni la apertura ni
"la libre acción de las fuerzas del merca-
do", son libres ni conducen al bienestar
económico de toda la sociedad. No es
libre pues algunas de esas fuerzas no pue-
den ni siquiera expresarse, como ocurre
en lo interno, en donde los pequeños co-
merciantes y productores desaparecen
ante el empuje de los monopolios y los
grandes empresarios, y en lo externo en
donde los paises pequeños sucumben ante
la intervención de los grandes centros eco-
nómicos. Como consecuencia, esta espon-
taneidad fue concentrando el bienestar en
unos, cada vez más pocos, polarizando más
las ya existentes diferencias sociales. La
caída de los salarios fue y es cada vez más
marcada, el deterioro de la distribución
del ingreso es significativa, el predominio
de la especulación financiera es cada vez
más evidente, la falta de prospectivas de
la producción es cada vez más crítica, la
disminución de la capacidad adquisitiva
de la clase media es cada vez menor,
ampliándose la brecha entre unos pocos
cada vez más ricos y unos muchos cada
vez más pobres, y finalmente, el desequi-
librio comercial entre los países ricos y
los pobres es cada vez mayor. Inicialmen-
te se pensó que éstos eran costos
necesarios y pasajeros del modelo, que
serían superados en un futuro, pero la
historia ha mostrado la falsedad de dicha
premisa. Más bien, lo que comienza a
comprenderse es que el modelo se apoya
en estos hechos para asegurar su propia
subsistencia como tal. La fuerza que
realmente domina es la "ley del más
fuerte". Una especie de "selección
natural" económica.
En Colombia, la crisis el neo liberalismo,
con sus consecuencias similares a las sufri-

das ya en otras partes, se suma a la crisis
local de un país periférico, con una eco-
nomía débil y con una burguesía que a
diferencia de las de otros países de Améri-
ca Latina como Argentina, México y Brasil,
pocas veces se preocupó por construir un
proyecto de nación y siempre estuvo girando
pendularmente de torno del desinterés o
del enriquecimiento personal. Todo esto
ha conducido a un significativo malestar
de la población y a la agudización de los
conflictos bélicos que han tenido su origen
precisamente en esa actitud de desinterés
por un proyecto nacional que, sustentado
en una justicia distributiva que parta de la
equidad en la distribución de los bienes y
servicios, garantice la vida y el bienestar social
de toda la población.
La crisis de la salud
En este contexto, se agudiza y se gene-
raliza la crisis de la salud pública. Duran-
te los gobiernos de Ernesto Samper
(1994-1998) y Andrés Pastrana (1998-2002)
el sector salud ha continuado realizando
esfuerzos por lograr una implementación,
organización y regulación del Sistema
General de Seguridad Social en Salud
creado por la Ley 100. Sin embargo, en el
Plan de Desarrollo 1998-2002, Cambio para
Construir la Paz, se desdibujan los cami-
nos a seguir para la lograr la total
implementación del sistema propuesto por
la Ley 100, con una mezcla de elementos
poco claros que comienzan a poner freno a
la evolución de la reforma, tal como fue
concebida.
-El Estado, que reniega de su carácter in-
terventor y ejecutor, se desembaraza de su
1
Con relación al sistema de servicios indivi- reemergencia de viejas enfermedades como
obligación de garantizar el derecho a lasa-
duales, la creación de empresas intermedia- la tuberculosis , la malaria, el dengue
lud de los ciudadanos, legándole este deber
rias en la prestación de servicios de salud y hemorrágico y las enfermedades prevenibles
al capital privado y a las empresas de seguros
seguridad social (EPS, IPS,ARP, etc.) ha be- por la vacunación es notoria. Desde el nivel
particulares. Como respuesta a las múltiples
neficiado a los grandes dueños del capital fi- central el Estado ha abandonado las grandes
tutelas relacionadas con problemas en la
nanciero, pues las EPS privadas pertenecen a campañas de control de las enfermedades
prestación de los servicios de salud, la Corte
los grandes grupos económicos del país. És- transmisibles, y ha reducido el presupuesto a
Constitucional ha venido avanzando en su
tas han venido ofreciendo un plan de aten- los institutos nacionales de investigación en
jurisprudencia sobre la conexión entre la
ción en las condiciones mínimas, desacredi- salud y a los organismos nacionales de ciencia
salud y el derecho a la vida garantizado en la
tándolo al máximo posible con el fin de que y tecnología (como el caso del Instituto Na-
Constitución, pero tales desarrollos sólo se
los afiliados compren los planes complemen- cional de Salud, al cual no sólo se le recorta el
aplican a los individuos, es decir, uno a uno
tarios y las pólizas de medicina prepagada, presupuesto sino que también cada vez más
y no,_en sentido colectivo. La tendencia
que mantienen el régimen de preexistencias se le limitan sus funciones de investigación
apunt\ pues a entender la salud como un
y exclusiones de riesgos costosos. De esta básica y social en salud para convertirlo en
servicio de atención individual de enferme-
manera cobran dos veces por el mismo servi- una institución de vigilancia epidemiológica).
dades que se compra en el mercado y no
cio ofrecido, una vez al precio mínimo del Así mismo, el sistema está montado sobre
como un derecho ciudadano vinculado a la
plan obligatorio y una segunda al precio del supuestos que no se han cumplido, tales como
vida y al bienestar (Hernández, 2000b: 90).
mercado de la póliza privada (Jararnillo Pérez, el aumento del empleo formal y el creci-
El sistema mantiene la separación entre los
1997:39. Citado por Ahumada, 1998: 145- miento económico. Como resultado de las
servicios individuales y los servicios colecti-
146). Por su parte, el régimen subsidiado, por propias contradicciones internas inherentes
vos, al estilo de la estructura sanitaria
sus características, no representa una solución al modelo neoliberal, que ya hemos
decimonónica. Los individuales quedan or-
de fondo a la prestación de servicios de salud explicitado, uno y otro han avanzado en sen-
ganizados por la lógica del mercado, sobre la
para los sectores más pobres de la población tido contrario. Por otra parte, la separación
base del aseguramiento universal, y los co-
y, además, se basa fundamentalmente en la estructural entre servicios individuales y co-
lectivos bajo la responsabilidad del Estado,
contribución del sector laboral y no en la de lectivos, con el predominio del mercado en
pero a cargo de los municipios, de tal forma
los más ricos quienes realmente deberían apor- unos y del Estado en otros, ha producido un
que la "salud pública" vuelve a asociarse al
tara una política redistributiva (Ahumada, 1988: debilitamiento en la acción del Estado mien-
control y prevención de las epidemias
146). Por su parte, los hospitales públicos que- tras aumentan las inequidades propias del mer-
(Hernández, 2000b: 91).
daron sometidos a las exigencias de la cado. Como bien dice Mario Hernández, se
En el espacio de los servicios individuales,
competitividad del mercado de servicios de mantiene pues la consabida y consuetudina-
la Ley 100 instaura un modelo que consta
salud y por tanto, en imposibilidad de ganarle ria estructura: una medicina privada para la
de dos regímenes: el contributivo por me-
la competencia a los grandes consorcios que élites, que ahora se llama prepagada, con altí-
dio del cual el Estado concerta las reglas
controlan las EPS (Hernández, 2000b: 92). simos costos y excesiva concentración de
con los actores del mercado y vigila su cum-
En lo tocante a la "salud pública", los mu- recursos; medicina para sectores medios, o
plimiento y; el subsidiado, por el cual el Es-
nicipios, sin la capacidad técnica ni adminis- régimen contributivo, con un Plan Obliga- ·
tado subsidia la demanda de los sectores que
trativa suficiente y en una competencia des- torio de Salud (POS), que el mismo merca-
demuestren ser extremadamente pobres
leal con los agentes del mercado, no logran do presiona hacia abajo; y medicina para po-
(Ahumada, 1998: 142), es decir que el espí-
hacer avanzar el control y la prevención de bres, o régimen subsidiado, con un plan de
ritu de la caridad cristiana se mantiene entre
las enfermedades. Como consecuencia, la servicios disminuido e insuficiente, que no
bambalinas.
logra las coberturas efectivas de las pobla-
ciones más necesitadas y siempre descui-
dadas por el Estado (Hernández, 2000b: 91).
Los médicos, por su parte, tienen que
ceder el terreno a los economistas quie-
nes, imbuidos del modelo económico
neoliberal, han colaborado con la
implementación de las políticas de des-
monte que garantizan la privatización de
los servicios, su elitización, la disminución
de la calidad y efectividad de la atención
médica y la competencia desleal entre los
propios médicos, quienes cada vez ganan
menos y tienen que dejar de lado sus in-
tereses grupales para garantizar su propia
subsistencia.
En resumen: la crisis de la sociedad agra-
va la crisis de la salud y la crisis de la salud
agrava la crisis social. Esta claridad adquiere
...un sentido significativo en un momento
como el actual marcado por dos grandes
retos: el de la negociación de la paz y el
del posicionamiento ante el avance cada
vez mayor de los intereses de los Estados
Unidos hacia los países latinoamericanos.
Con respecto al primer punto, como dice
Mario Hernández, los problemas de salud
de la población no parecen estar en el
centro de las negociaciones del conflicto
armado en Colombia. Los grupos insur-
gentes sólo han planteado criterios genera-
les de los que no es posible extractar una
propuesta alternativa de organización de los
servicios de salud y de la salud pública en el
7 de Estudio. Washington D.C. Documento Oficial
país ante el problemático sistema de segu-
ridad social nacional. Con relación al
segundo punto, el documento de política
de salud elaborado por el Comité de Salud
Internacional del Instituto de Medicina de
la Academia Nacional de Ciencias de los
Estados Unidos de América es bastante claro,
su propio título lo dice todo: El interés vital
de América en la salud global:protegiendo nuestro
pueblo) incrementando nuestra economía) y
avanz ando en nuestros intereses internacionales. El
documento parte de la idea de que lo es
bueno para los Estados Unidos es bueno
para el resto de países del mundo8 .
Creemos que es hora ya de comenzar a
pensar en serio en el problema de la cons-
tr~cción de un nuevo modelo de Estado,
queisupere las contradicciones del Estado
neoÚberal. Un Estado que reduzca los cos-
tos burocráticos y la corrupción, pero que
garantice los mínimos derechos de los ciu-
dadanos a la educación, al conocimiento y a
la salud. Un Estado que garantice los meca-
nismos de la democracia participativa y que
propenda por la búsqueda soberana de un
lugar en el contexto internacional que, le-
jos de subordinar al país a las fuerzas que
hoy dominan el mundo, como lo hace la
política actual, nos acerque preferentemen-
te a todos aquellos países que intentan un
camino similar. Un Estado en el cual las po-
líticas de salud estén pensadas para garanti-
zar el bienestar social y las de cooperación
internacional estén orientadas hacia los in-
tereses de la nación y de las necesidades de
su población. Un Estado que apoye la pro-
ducción del conocimiento y la educación
de los ciudadanos y que no intente desem-
barazarse de dichas obligaciones, sometién-
dolas a su regulación por las leyes del mer-
cado. Sólo así la salud podrá articularse nue-
vamente a la vida social como una herra-
mienta para el bienestar de las
comunidades. ~ Godue, 1998: 38-43.
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1
La primera parte de este artículo (1873-1953)
presenta algunos de los resultados del proyecto "El
tránsito desde la higiene hacia la salud pública en
Colombia, 1873-1953, hacia una perspectiva
comparativa latinoamericana", cofinanciado por el
Instituto Nacional de Salud, la Universidad N acional
y Colciencias, a través del Contrato INS-Colciencias
No. 267-97 . La segunda parte (1953-2000) es
resultado de investigaciones anteriores y posteriores
de los autores de este trabajo .
2 Médico, Pediatra, PhD en Estudios Sociales de la
Ciencia. Profesor Asociado y Director del Centro de
Historia de la Medicina "Andrés Soriano Lleras",
Facultad de Medicina, Universidad Nacional de
Colombia.
3 Médica. Profesora Auxiliar, área de Salud Pública y
Proyección Social, Facultad de Medicina, Universidad
de la Sabana.
4
Al hablar de políticas implícitas de salud nos referimos
a aquellas políticas que aunque no están explícitamente
escritas, se ejecutan de manera consuetudinaria y
regulan las actividades de un sector pues son
sancionadas históricamente por la fuerza de la
costumbre y son compartidas y puestas en marcha por
los funcionarios públicos, quienes las aceptan como
naturales e incuestionables.
5 Annual Report of the Institute of Inter-American
Affairs, Health and Sanitation Division, p 3-4; General
Records; Records . of the Department of Basic
Economy,Record Group 229, Entry 139,Box 1505;
National Archives Building, Washington, D. C.
6 OPS/OMS. Reunión de Ministros de Salud. Grupo
No. 51., OPS/ OMS, 1964: 93-94.
7 Para un análisis detallado de dichas propuestas, véase
Hemández, 2000b: 96-98.
8 Para un análisis a fondo de este documento véase