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Competitividad en el ámbito
empresarial
Cuando se aplica el concepto en el ámbito empresarial, se entiende que
una empresa es competitiva cuando es capaz de obtener
una rentabilidad superior a la de sus competidores.
La competitividad empresarial puede basarse en precio o en otras
variables. A continuación las explicamos en mayor detalle:
Ventaja competitiva
Cuando una estrategia es exitosa, no puede ser superada o copiada por la competencia
potencial. Entonces, la empresa cuenta con una ventaja competitiva de carácter
sostenible. Esta es una situación en la que, por lo general, solo se puede mantener
durante un tiempo, aunque constituye una ventaja suficiente. Este tiempo en el que cuente
con la ventaja será en el que tome a los competidores para adquirir las habilidades
necesarias, ya sea igualando o superando la creación del valor de la propia empresa.
Se puede decir que una empresa que posea alguna ventaja competitiva logrará de manera
casi sistemática retornos que se sitúen por encima del promedio del sector industrial al
que se dedique. Esto creará un valor mayor y mejorado para sus accionistas. De hecho,
las compañías u organizaciones que cuenten con una ventaja competitiva, en el peor de
los casos, solo obtendrán rendimientos promedios que no les permitan crear valor,
mientras que en el mejor de los casos siempre crearán un valor muy superior a la
inversión realizada.
Tipos de competitividad
Competitividad sistémica:
Cuando hablamos de competitividad sistémica se está haciendo referencia a un tipo de
competitividad que enfatiza la importancia de los factores que son determinantes a la hora
de dirigir la evolución de los sistemas económicos pero que no son tratados desde una
perspectiva puramente macro o microeconómica. De hecho, este tipo de competitividad,
implica una relación entre los agentes del mercado, y que sea de tal forma que permita
generar beneficios tanto a un nivel nacional como internacional, lo que implica no centrarse
solo en la eficiencia de las empresas, sino de todos los agentes implicados en el sistema.
Competitividad estática y competitividad dinámica:
En este caso, podemos hablar de un tipo de competitividad basada en la oposición entre
los principios de estatismo y dinamismo. En el caso de la competencia estática se hará
referencia al equilibrio de la competencia de precios, mientras que en el caso de la
competitividad dinámica el énfasis recaerá sobre la innovación.
Competitividad falsa y competitividad auténtica:
La competitividad falsa se vale de los recursos naturales y el coste se ejecuta sobre
las remuneraciones laborales. Por otro lado, la competitividad auténtica implicaría un
carácter estructural, que se apoyaría en el progreso de la tecnología con el fin de hacer un
uso más eficiente de los activos de la empresa.