Sie sind auf Seite 1von 16

EL EMBRIÓN HUMANO:

UNA CUESTIÓN DISPUTADA


CONSIDERACIONES SOBRE EL ESTATUTO BIOLÓGICO, ONTOLÓGICO
Y JURÍDICO DEL EMBRIÓN HUMANO

Rodrigo Guerra López*

[VERSIÓN 1.3]

INTRODUCCIÓN**

Las cuestiones (quaestiones), tal y como se configuraron en el siglo XII y lograron su


forma definitiva en el siglo XIII, eran un método de enseñanza y de aprendizaje abierto
para estudiantes y profesores en el que un bachiller, que colaboraba como asistente con el
académico que fungía como maestro (Magister), recogía las objeciones y dificultades
planteadas a una cierta tesis y las ordenaba. Posteriormente, en una sesión solemne se
escuchaba precisamente al maestro que abordaba directamente el asunto central siguiendo
los subproblemas que se lograban identificar. Las discusiones eran muy intensas y la
capacidad lógica y dialéctica de quienes intervenían en ellas les daba una vivacidad
especial. Lo que nos ha llegado a nuestros días bajo el nombre de cuestiones disputadas,
(quaestiones disputatae) es la redacción posterior que se realizaba reflejando las
discusiones orales y ampliándolas en buena medida. Muy pocos maestros llegaban a
publicar sus cuestiones disputadas. No siempre resultaba cómodo exhibir las fortalezas y
debilidades argumentales de los compañeros académicos, y más en una época como la edad
media, en la que algunas controversias encubrían diversos posicionamientos extra-
filosóficos y luchas políticas de escuela1.

*
Doctor en Filosofía por la Academia Internacional de Filosofía en el Principado de Liechtenstein; Profesor-
investigador en UNIVA; Director del Centro de Investigación Social Avanzada (Querétaro); Miembro del
Círculo Latinoamericano de Fenomenología; Miembro del Sistema Nacional de Investigadores-CONACYT,
nivel I. Autor de los libros: Como un gran movimiento, Fundación Rafael Preciado Hernández, México 2006;
Afirmar a la persona por sí misma, CNDH, México 2003; Volver a la persona, Caparrós, Madrid 2002;
coautor en los libros: Bioética personalista: ciencia y controversias, Eiunsa, Madrid 2007; La Bioética: un
compromiso existencial y científico.Vol. I. Fundamentación y reflexiones, UCSA, Murcia 2005; Temas
actuales de Bioética, Porrúa, México 1999; entre otros. Ha publicado artículos especializados en revistas
como: Medicina e Morale (Roma); Aquinas (Roma); Medicina y Ética; Nexos; Este país; Ars Iuris; Revista
Latinoamericana de Estudios Educativos, entre otras. E-mail: rodrigoguerra@mac.com
**
El presente texto fue presentado en una versión preliminar en el “Seminario de Bioética” organizado por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación el día 11 de diciembre de 2007. Posteriormente también fue expuesto
en el Seminario “Aborto: un debate abierto” en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM el día 22
de enero de 2008. La presente es una versión corregida y ligeramente ampliada.
1
Cf. BAZAN, B.C.- ZRANSEN, G.-WIPPEL, J.-F.- PACQUART, D. Les questions disputées et les questions
quodlibétiques dans le facultés de théologie, de droit et de médecine, Brepols, Turnhout 1985; LAWN, B. The
rise and decline of the scholastic “Quaestio Disputata”: with special emphasis on its use in the teaching of
medicine and science, E.J.Brill, Leiden-New York 1993.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 2
Rodrigo Guerra López

Tras el surgimiento de la ciencia moderna una gran cantidad de herramientas metodológicas


ayudaron a los diversos saberes a adquirir un rigor y una autonomía epistemológica
desconocidas en épocas anteriores. Lamentablemente, con el tiempo, las cuestiones
disputadas fueron desapareciendo y se privilegiaron otras modalidades de diálogo y
discusión científica.

En esta ocasión intentaré hacer un ejercicio que busca recoger en parte la antigua tradición
de las cuestiones disputadas. En primer lugar formularemos una cuestión (si el embrión
humano en estadio unicelular es persona). En segundo término expondremos algunos de
los argumentos que se suelen esgrimir para resolver en sentido negativo la cuestión
(argumentos que niegan la condición personal del embrión humano en su estadio
unicelular). En un tercer momento ofreceremos una respuesta complexiva que permita
iluminar el tema en sí mismo considerado (qué es un embrión humano desde un punto de
vista biológico, filosófico y jurídico). Finalmente, en cuarto lugar, indicaremos cómo cada
uno de los argumentos en contra queda resuelto a la luz de la respuesta.

1. ¿Es el embrión humano en estadio unicelular una persona?

La pregunta que encabeza este primer apartado delimita la cuestión en su punto más álgido.
En el debate contemporáneo sobre las intervenciones biomédicas y biotecnológicas en la
vida humana naciente existen muchos elementos que exigen un discernimiento ético. Baste
pensar en el drama del aborto, en el que la situación que vive la mujer posee una intensidad
existencial y un conjunto de consecuencias humanas y sociales que invitan fácilmente a
realizar preguntas como ¿es legítimo abortar? ¿merece una mujer ser madre contra su
voluntad? ¿puede un puñado de células tener un derecho a la vida igual al de la madre? En
casos extremos ¿no es importante estar dispuesto a sacrificar a un recién concebido para
salvaguardar la existencia de la madre, de la comunidad, de la especie? En estas y otras
preguntas, hay un tema de fondo que aparece más pronto que tarde: ¿es el embrión humano
en sus primeras etapas de desarrollo un ser humano que deba ser respetado como usted y
como yo? ¿tiene el embrión humano la misma dignidad que un ser humano adulto? ¿es el
embrión humano un auténtico sujeto de derechos?

El tema que señalo como asunto de fondo no es arbitrario. Una mirada atenta a los desafíos
que presenta la vida humana naciente, conduce a afrontar la pregunta sobre si existen
razones fundadas para el respeto del embrión humano y qué tipo de respeto es ese – igual,
mayor o menor – que el que merece un ser humano adulto. Cuando me pregunto ¿qué debo
de hacer con este embrión? La razón práctica está indagando si existen razones para la
acción que permitan privilegiar una opción, descartando otras. Dicho de otro modo, en
todos estos dilemas, la razón advierte, aunque a veces no sin cierta dificultad, que el punto
a dirimir es si existen una justificación racional que permita identificar al embrión humano
como persona, es decir, como sujeto de derechos, o no.

2. Parece ser que el embrión humano antes de lograr un cierto conjunto de


condiciones no puede ser considerado como persona

Quienes defienden la legitimidad del aborto y de otros tipos de intervención sobre el


embrión humano, – como la obtención de células madre a partir de él, la clonación
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 3
Rodrigo Guerra López

terapéutica o reproductiva, etc. – arguyen diversos tipos de razones por las que parece ser
que el embrión humano en sus etapas iniciales de desarrollo no puede ser considerado como
persona. A continuación señalamos algunos de los argumentos principales para sostener tal
postura. Los ordenamos de aquellos más generales y que niegan la condición personal en
etapas más tardías del desarrollo intrauterino a aquellos más particulares y que sostiene que
no hay persona en etapas más bien tempranas:

• LA MUJER TIENE DERECHO A DISPONER DE SU CUERPO: el derecho de la mujer a


controlar su propio cuerpo es una precondición básica para la liberación de la mujer
de la opresión que sufre como sexo. Por eso, según algunos, el aborto debe ser legal:
desconocerlo, negarlo, sería tanto como conservar la condición de sometimiento de
la mujer, que no es libre sino cuando dispone de su cuerpo según su voluntad. En
esta línea, se habla expresamente del derecho de las mujeres a la soberanía sobre sus
cuerpos como condición inexcusable para ser sujetos en sentido jurídico, pues en la
medida que no sean dueñas de sus cuerpos no tiene control de su futuro2. El cuerpo
de la mujer, en nuestra cultura machista, se interpretaría como un cuerpo tutelado,
sometido a diversas pretensiones – maritales, morales, jurídicas –, no como un
cuerpo liberado, disponible únicamente por la mujer como su propietaria3.

Las cuestiones iusfilosóficas en torno a los derechos de género implicados, no las


afrontamos aquí. Baste mencionar que este argumento implícitamente supone una
prioridad del cuerpo de la madre sobre el cuerpo del embrión humano a causa de la
autonomía de la primera. Los derechos al propio cuerpo del embrión no se
reconocen como existentes debido a que éste no puede ejercer aún sus propias
decisiones. De esta manera, los derechos al propio cuerpo realmente se inscriben y
subsumen dentro del derecho a la autonomía personal. Así, por ejemplo, Marta
Lamas sostiene: “hoy en día, la cuestión crucial sobre el aborto ha pasado de tratar
de esclarecer la humanidad de los seres no nacidos a determinar quién decide si
nacen o no”4. Dicho de otro modo, la condición personal del embrión humano se
niega por una ausencia de poder, por una incapacidad en materia de autonomía. De
este modo, es fácil advertir que la tesis implícita es: dado que ser-persona es ser-
autónomo, el aborto es legítimo debido a que el embrión humano no es autónomo,
mientras que la mujer sí lo es. Marta Lamas, a este respecto apunta sin ambajes: “en
el conflicto mujer/feto no se está en presencia de dos iguales o equivalentes”5. Bajo
este enfoque, como es de suponer, no importa el grado de desarrollo intrauterino. En
cualquier estadio de desarrollo, el aborto es legítimo ya que el derecho de la madre
prevalece en todos los casos (y hasta que el hijo pueda gozar de autonomía
equiparable).

2
Cf. FRÍES, L. & CARRERA, C., “Mujeres, cuerpo, derechos y política”, en Foro, Santiago de Chile, 4, junio
2004, p. 7.
3
Cf. FERNÁNDEZ, A.M. & TAJER, D., Los abortos y sus significaciones imaginarias: dispositivos políticos
sobre los cuerpos de las mujeres, en CHECA, S. (COMP.), Realidades y conjeturas del aborto, Paidós, Buenos
Aires, 2006, pp. 33 y ss.
4
LAMAS, M., “Aborto, religión y derecho en el siglo XXI”, en Debate feminista, año 14, vol. 27, abril 2003,
pp. 139-164.
5
Ibidem.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 4
Rodrigo Guerra López

• EL EMBRIÓN HUMANO NO ES PERSONA SINO HASTA QUE POSEA CAPACIDADES


RACIONALES: este es el argumento que en México ha difundido Margarita Valdés,
del Instituto de investigaciones filosóficas de la UNAM. Ella, inspirándose en
Aristóteles y en Strawson, argumenta que para ser persona se requieren diversas
capacidades psicológicas y racionales: “dado que los embriones y los fetos
inmaduros no tienen ninguna de las características distintivas de las personas
metafísicas y morales, parece que no son el tipo de entidades respecto de las cuales
podemos comportarnos moral o inmoralmente. Si lo anterior es correcto, el aborto,
cuando se realiza dentro de, digamos, el primer trimestre de gestación, no parece ser
por sí mismo un acto al que le podamos aplicar ningún calificativo moral”6.

En esta misma línea, pero con un enfoque neurobiológico, se encuentra el Dr.


Ricardo Tapia, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, quien afirma que
“no se puede hablar de persona sino hasta el tercer trimestre del embarazo”, es decir,
entre el sexto y el noveno mes7. Sin embargo, en su texto el Dr. Tapia avanza
mucho más, ya que sostiene que antes de la semana 22-24 “el feto no puede tener
percepciones, por carencia de las estructuras, las conexiones y las funciones
nerviosas necesarias, mucho menos es capaz de sufrir o de gozar, por lo que
biológicamente no puede ser considerado un ser humano”8. De este modo, no hay
condición personal ni tampoco condición humana real9. Si a esto le sumamos
algunas otras apreciaciones que nos anota como que no existe respuesta eléctrica de
la corteza cerebral a estímulos sensoriales sino hasta la semana 29, o como que es
imposible registrar actividad eléctrica de la corteza propia de un estado despierto a
través de electroencefalograma hasta la semana 30, parece ser, que para el Dr.
Tapia, no hay persona sino hasta transcurridos 7 meses y medio de embarazo.

• EL EMBRIÓN HUMANO NO ES PERSONA SINO HASTA QUE SEA VIABLE FUERA DEL
ÚTERO: esto quiere decir, según los miembros del “Colegio de Bioética A.C.”, que
el embrión antes del sexto mes, “carece de vida independiente”10. Dicho de otro
modo, según algunos “desde el punto de vista científico, el ser humano, la persona,
es el resultado del desarrollo ontogénico cuando éste alcanza la etapa de autonomía

6
VALDES, M. “El problema del aborto: tres enfoques”, en VAZQUEZ, R. (COMP.), Bioética y derecho.
Fundamentos y problemas actuales, FCE, México 2004, p. 136.
7
TAPIA, R. “La formación de la persona durante el desarrollo intrauterino, desde el punto de vista de la
neurobiología”, s/f, s/e, publicado en www.colbio.org.mx Este texto se encuentra a la base de la exposición
que el propio Ricardo Tapia realizó para el Seminario de Bioética organizado por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, el día 4 de diciembre de 2007.
8
Las cursivas son nuestras.
9
Sostiene esta misma postura, el DR. JORGE CARPIZO. Toda su argumentación se sostiene desde el punto de
vista “científico” en el documento antes citado del Dr. Ricardo Tapia. Véase: CARPIZO, J., “La interrupción
antes de las doce semanas”, en CARPIZO, J. – RALADÉS, D. Derechos humanos, aborto y eutanasia, UNAM,
México 2008.
10
COLEGIO DE BIOÉTICA A.C. “Desplegado a los integrantes de la Asamblea legislativa del Distrito Federal”,
publicado en diarios nacionales el 17 de abril de 2007. El desplegado aparece firmado por: Dr. Rubén Lisker,
Dr. Ruy Pérez Tamayo, Dr. Ricardo Tapia, Dr. Arnoldo Kraus, Lic. Pedro Morales, Dr. Rodolfo Vázquez,
Dra. Margarita Valdés, Dr. Salvador Armendares, Dr. Antonio Cabral, Dra. Patricia Grether González, Dr.
Sergio Ponce de León, Dra. Paulina Rivero Weber, Dra. Laura Vargas Parada, Dr. Raymundo Canales, Dr.
Gerardo Barroso, Mtra. Mina Piekarewicz.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 5
Rodrigo Guerra López

fisiológica – la viabilidad fuera del útero materno, ya que mientras tanto depende
totalmente del aporte nutricional y hormonal de la mujer –.”11

• EL EMBRIÓN HUMANO NO ES PERSONA ANTES DEL DÍA 14 DE GESTACIÓN DEBIDO A


QUE NO TIENE ASEGURADA SU INDIVIDUALIDAD BIOLÓGICA: según este argumento,
las células embrionarias en los primeros estadios de su desarrollo tienen la
potencialidad de dar lugar a todos los tejidos de un nuevo individuo incluidas las
membranas extraembrionarias que forman la placenta. Más aún, pueden dar lugar a
un ser vivo entero. Por esto se les denomina «totipotentes». La totipotencialidad
revelaría, entonces, un importante grado de indiferenciación respecto del fenotipo
final, lo cual pareciera refutar a la teoría que proponga que las estructuras y
funciones de los órganos, aparatos y sistemas ya se encuentran predefinidos o
precontenidos de alguna manera desde la fecundación.

Justo porque supuestamente hay una gran indiferenciación, porque aún no hay un
destino celular claramente definido, aparecería de cuando en cuando el fenómeno de
la gemelación monocigótica: con una sola fecundación, en algunas ocasiones, se
originan dos embriones unicelulares o cigotos, lo que parece indicar que la
individuación personal durante los primeros días del desarrollo embrionario no se
ha alcanzado totalmente. Si no hay individuo en sentido estricto, entonces, no existe
persona. En las versiones más elaboradas de este argumento se sostiene que en
principio es posible reconocer que un embrión dentro de los primeros 15 días de su
desarrollo goza de una cierta individualidad. Sin embargo, se afirma que no es claro
que esta individualidad sea la propia de la persona ya que gracias a las
especializaciones sucesivas, puede originarse más de un embrión. Un experimento
mental puede ayudar a apreciar este problema: dos gemelos monocigóticos adultos
pueden expresar su identidad individual diciendo «yo fui eso» al referirse a un
evento sucedido en el pasado de su propia vida. Sin embargo, ¿hasta dónde pueden
llegar en el acto de reconocer su identidad individual pasada? Alcanzado cierto
punto, - el momento de la fisión gemelar -, tendrán que aceptar que no pueden estar
ciertos de referirse a sí mismos con precisión12. Una postura más burda de esta
posición es la que sostiene el Dr. Ricardo Tapia, quien simplemente menciona que
antes del día 14, un embrión “puede dividirse para dar lugar a gemelos idénticos,
por lo que antes de este periodo es imposible hablar de individualidad”13.

• EL EMBRIÓN HUMANO NO PUEDE SER CONSIDERADO COMO PERSONA A CAUSA DE SU


GENOMA DEBIDO A QUE TODA CELULA SOMÁTICA POSEE INFORMACIÓN GENÉTICA
COMPLETA: este argumento intenta refutar la postura de algunos “católicos” que
sostendrían que el embrión unicelular es persona debido a que posee genoma
humano completo a partir de la fecundación. Si bien es cierto que esta postura es
repetida con cierta frecuencia a nivel divulgativo por algunos católicos, conviene

11
TAPIA, R. op. cit.
12
Cf. FORD, N. M., When did I begin? Conception of the human individual in the history, philosophy and
science, Cambridge University Press, Cambridge 1988; MCCORMICK, R., “Who or What is a Preembryo?”, en
Kennedy Institute of Ethics Journal, 1991, n. 1, p.p. 1-15.
13
TAPIA, R. op. cit.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 6
Rodrigo Guerra López

aclarar que no forma parte de la doctrina de la Iglesia católica en estas materias14. El


argumento es muy sencillo: si el embrión unicelular fuera persona a causa de su
genoma, toda célula que se desprende del cuerpo lo sería. Dado que no toda célula
con genoma completo es persona, el cigoto, por esta razón, tampoco lo es. El Dr.
Jorge Carpizo enuncia lo sustancial de este argumento en su texto sobre “La
interrupción del embarazo antes de las doce semanas”. Sin embargo, el Dr. Carpizo
llega a una innovación nunca antes documentada en la literatura científica: afirma
que el espermatozoide y el óvulo son diploides. Veamos el texto: “todas las células
tienen el genoma humano completo. Sin embargo, no por estar vivas y poseer el
genoma humano, esas células son seres humanos. Es decir, no es posible afirmar
que el espermatozoide o el óvulo sean personas humanas”15.

3. Una respuesta general: el embrión humano es un sistema causal autónomo de base


biomolecular con genotipo humano, destino celular finalmente regulado y
orientación teleológica-individual no-determinista ordenada a término.

3.1 Fecundación y aparición del embrión unicelular (cigoto)

Los conocimientos científicos actuales sobre el comienzo de la vida humana y sus primeras
fases son fruto de las adquisiciones ofrecidas por la biología del desarrollo e integran los
conocimientos de la embriología, la fisiología y la anatomía con los propios de la biología
molecular, de la biología celular, de la genética y de la inmunología16.

En la especie humana, como en todos los mamíferos, los gametos masculinos y femeninos
maduros, denominados espermatozoide y óvulo, provienen de células germinales
primordiales (PGC). Estas no poseen exactamente la misma información genética que los
organismos que las generan. Dicho de otro modo, las PGC son una novedad real en materia
de información. Esto es relevante debido a que entonces la originalidad génica del eventual
embrión aumenta dramáticamente. El embrión, aún desde el estadio unicelular (cigoto),
posee un genoma que evidencia por su estructura informacional la existencia de un factor
de individuación diverso al de sus progenitores.

14
Uno de los pocos casos de católicos que explícitamente han sostenido en una obra de bioética que el
genoma humano nos hace ser personas es el siguiente: “El conocimiento moderno de la biología molecular
nos permite constatar que todo ser vivo tiene un genoma propio de su especie; esto es precisamente lo que le
define como miembro de esa especie y no de otra. (…) Refiriéndonos concretamente al genoma humano, éste
nos hace ser personas y no pertenecer o dudar a qué especie pertenecemos; al mismo tiempo, la
individualidad del mismo nos hace únicos e irrepetibles”. (CALVA, P. “Genoma humano”, en SEPTIÉN, J. M.
(COORD.), El aborto. Ética, verdad y justicia, Diana, México 2003, p. 34. El subrayado es nuestro). Cabe
reconocer que la autora ha variado su postura en fecha reciente.
15
CARPIZO, J. op. cit. p. 5.
16
La información biológica que resumo a partir de aquí esta basada en un trabajo conjunto preparado por la
DRA. ALEJANDRA H UERTA (Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM), la D RA. MARÍA ELENA
TORRES (Instituto de Genética y Biología Molecular y Celular, Estrasburgo) y DR. RODRIGO GUERRA LÓPEZ
(Centro de Investigación Social Avanzada, Querétaro). El texto se intitula: "Descripción de los elementos
biológicos implicados en el inicio de un nuevo organismo. Revisión de investigaciones contemporáneas sobre
el desarrollo embrionario temprano", en Revista Ginecología y Obstetricia de México, Vol. 76, n. 1, enero
2008, p.p. 52-64. La versión completa está disponible también en: www.actualizacionmedica.com.mx
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 7
Rodrigo Guerra López

La penetración del espermatozoide en el óvulo conlleva la fusión de las membranas de los


gametos lo cual produce una reacción de bloqueo para la entrada de otros espermatozoides.
Este es un importante indicador empírico de que existe un sistema causal autónomo en el
óvulo recién fecundado. Este indicador estará acompañado de otros que de manera casi
simultánea se suscitan: expulsión del segundo cuerpo polar; intercambio de protaminas a
histonas en dónde el pronúcleo masculino sufre una suerte de aceleración o una alta
reprogramación epigenética, mientras que en el pronúcleo femenino esta misma actividad o
reprogramación se presenta de manera menos dramática; asociado a este último fenómeno
se manifiesta claramente que existe una asimetría epigenética entre ambos pronúcleos.
Asimetría que, por otra parte, no se presenta cuando se realiza clonación por transferencia
de un núcleo celular somático. Esta última cuestión muestra que el proceso natural de
fecundación incide de manera real en la configuración del cigoto y en el eventual
desarrollo embrionario17. ¡Esto muestra que el proceso natural de fecundación es relevante
en el proceso de constitución de la peculiar finalidad no-determinista del desarrollo
embrionario!

Los procesos que se desencadenan con la fertilización incluyen la transición-materno-


cigótica, esta transición lleva consigo la degradación de transcritos maternos y la activación
del genoma del cigoto que implica al mismo tiempo, una reprogramación de la expresión de
genes que es esencial para el desarrollo embrionario subsiguiente. Aunque la principal
actividad transcripcional, es decir, de la expresión de genes, ocurre durante el estadío dos
células, la transcripción es evidente en el embrión-1-célula. Este conjunto de eventos
refuerzan todavía más la idea de que el cigoto es un verdadero sistema causal autónomo
con información propia.

De hecho, aún cuando el contenido genético es el mismo en ambos gametos (núcleo


haploide, 23 cromosomas), diferencias en la información epigenética en cada uno de ellos
refuerza su naturaleza distintiva. Este sistema de marcado epigenético confiere estabilidad a
la expresión de genes y a la estructura de la cromatina, logrando que la información se
traduzca de manera adecuada durante el desarrollo del organismo que inicia desde el
embrión-1-célula. Es decir las ‘marcas’ o información epigenética contribuyen al desarrollo
y dicha información puede regular el destino celular. De hecho, un asunto sumamente
relevante consiste en que aún antes de la fusión del material nuclear de los gametos, en el
cigoto se ha iniciado un proceso finamente controlado que es posible detectar.

La génesis de la polaridad, es decir la ‘regionalización’ en los embriones tempranos de los


mamíferos es otro aspecto importante para el desarrollo de todo el organismo.
Teóricamente, la polaridad es el resultado de la distribución de los ARNm y proteínas
dentro de un embrión. Este fenómeno se conoce bien en algunas otras especies pero en
mamíferos aún se ignoran muchos detalles del mismo. Aún así, existen ya varias evidencias
que sugieren que el establecimiento de los ejes del embrión puede llevarse a cabo ya en el

17
PIOTROWSKA, K. & ZERNICKA-GOETZ, M. “Role of sperm in spatial patterning of the early Mouse
embryo”, Nature, 409, 2001, p.p. 517-521.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 8
Rodrigo Guerra López

cigoto, y que los ejes embriónico-abembriónico, antero-posterior (craneal-caudal), se


encontrarían, por ende, delimitados en el embrión pre-implantado18.

Asimismo cabe mencionar que el desarrollo del embrión de mamífero es altamente


regulativo, esto significa que aunque pueda haber una tendencia en el seguimiento de
ciertas pistas del patrón que se dan a lo largo del desarrollo de pre-implantación normal, el
destino celular no esta fijado de manera determinista, y si el embrión es perturbado el
patrón podrá, bajo ciertas condiciones, modificarse o volver a establecerse. Esto muestra
que existe una peculiar teleología no-mecanicista, no-rígida, que conduce una tendencia en
el seguimiento de un patrón embriónico.

Existen evidencias moleculares y celulares que se dan entre la fertilización y la


implantación que sugieren la existencia del mencionado patrón embriónico. Contamos, por
una parte, con los estudios sobre las primeras divisiones del cigoto que parecen insinuar la
existencia de patrones “flexibles” que conducen al desarrollo embrionario permitiendo
cierta plasticidad19. Esto sugiere que el embrión unicelular puede contener factores
responsables de la diferenciación celular localizados asimétricamente, lo que permite
reforzar la idea de que el establecimiento del plan de desarrollo embrionario comienza
antes de la fusión de los pronúcleos, y se encuentra, de hecho, preparándose de manera
remota aún antes de la fecundación.

En el estadio de 8 células ocurre una redistribución de proteínas localizadas en la


membrana celular, así como de componentes del citoesqueleto. En este estadio, los
blastómeros comienzan el proceso de compactación. Como consecuencia de la localización
diferencial de componentes y de las divisiones simétricas y asimétricas que ocurren al
estadio de 8 células, los blastómeros resultantes al estadio de 16 células heredan diferentes
concentraciones de ciertos componentes de membrana. En este estadio se pueden distinguir
por primera vez dos grupos de células en el embrión: las células internas y las células
externas (que rodean a las células internas). Esto manifiesta no sólo que en el estadio de 8
células existe una localización diferencial de componentes sino que esta localización es
originada por un proceso anterior que, aunque complejo, precede causalmente a este
efecto.

3.2 El embrión unicelular como organismo

Así mismo, cuando uno mira con atención los resultados de las investigaciones
contemporáneas sobre biología del desarrollo en mamíferos es posible detectar que el
cigoto, es decir, el embrión unicelular desde el momento de la fecundación posee una
membrana que lo distingue no como una célula del progenitor sino como un organismo
diferenciado del mismo. Esta biomembrana incorpora moléculas nutricias que sintetiza, es
decir, ensambla, reacomoda y desmantela componentes que permiten un

18
GARDNER, R. L. “Specification of embryonic axes begins before cleavage in normal mouse development”,
Development, 128, 2001, p.p. 839-847; ZERNICKA-GOETZ, M. et al. “The first cleavage of the mouse zygote
predicts the blastocyst axis”, Nature, 434, March 17, 2005, p.p. 391-395.
19
ZERNICKA-GOETZ, M. et al. “Downregulation of Par3 and aPKC function directs cells towards the ICM in
the preimplantation mouse embryo”, Journal of Cell Science, 118, 2004, p.p. 505-515.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 9
Rodrigo Guerra López

automantenimiento durante cierto tiempo así como captura y almacenamiento de energía


para consumo futuro. La sola existencia de la membrana no explica el que el embrión sea
un organismo pero colabora a ello.

Otros factores que permiten identificar al embrión como un organismo son:

• Al interior del cigoto existen un conjunto de mecanismos que regulan la mayoría de


los procesos de manera tal que se mantiene una homeostasis. Esta regulación al
darse al interior del todo y estar al servicio del todo, puede ser calificada como auto-
regulación.

• El cigoto posee subsistemas, uno de los cuales, el que podemos denominar


subsistema génico, regula el automantenimiento, el desarrollo y eventualmente la
reproducción del nuevo organismo. Este subsistema y todos los otros están
interconectados por señales químicas, como la difusión de iones, moléculas y
reacciones químicas que se propagan al interior del cigoto constituyendo una red.

• El cigoto, así mismo, puede ajustarse de manera autónoma a algunos cambios


ambientales sin arriesgar su existencia. Esta capacidad de ajuste, evidentemente, no
es ilimitada sino que está condicionada por su frágil composición.

• El cigoto posee metabolismo propio, es decir, existe un procesamiento de sustancias


químicas mediante complejas secuencias de reacciones que tienen como resultado el
acumular energía. Gracias a esta energía acumulada se podrán llevar a cabo tareas
como las eventuales divisiones celulares posteriores. El metabolismo que se suscita
en el cigoto no es ya el de la madre sino que posee una determinación intrínseca
diferenciada a ella.

• De hecho, el metabolismo propio del cigoto está fuertemente endeudado en una


relación de tipo hardware-software igualmente propia, que se diferencia a la de la
madre. En efecto, los ácidos nucleicos almacenan información (software) que
funciona como un elemento primordial del programa de desarrollo del cigoto,
mientras que las proteínas trabajan (hardware) con objetivos definidos gracias a este
programa. Estos dos dominios químicos (ácidos nucleicos y proteínas) pueden
apoyarse mutuamente debido a que existe un canal de comunicación altamente
refinado que utiliza un código preciso: el código genético.

3.3 El embrión unicelular como sistema

Este comportamiento peculiar del embrión unicelular o cigoto nos permite decir que es un:

• SISTEMA : es decir, no es un agregado de partes sino una totalidad integrada y


coordinada en la que las partes colaboran de manera sinérgica y trabajan con
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 10
Rodrigo Guerra López

funciones diferenciadas manteniendo unidad. Esto quiere decir que cumple con las
características de un todo integrado por partes20.

• SISTEMA UNITARIO: la contiguidad de las partes y una cierta relación entre ellas no
justifican la unidad propia de un sistema como el que mencionamos. La unidad de
la que hablamos es la que hace de cada una de las partes un elemento de un sujeto
al que en sentido propio se le puede atribuir una característica o grupo de
características. Dicho de otra manera, pueden existir sistemas de orden, cuyo factor
de unidad no es tan grande que haga que las partes estén interpenetradas formando
un continuo al que se le pueden adscribir proprie dicitur características y
perfecciones diversas. Un cigoto, no es un sistema de orden (todo de orden) sino
una unidad discreta verdadera. El cigoto es un todo unitario, es decir, posee
características diferenciadoras y unidad intrínseca reales tanto a nivel estructural,
como a nivel funcional.

• SISTEMA VIVO: el cigoto es un sistema en el que el ADN participa en la síntesis de


proteínas y las proteínas participan a su vez en la síntesis del ADN. Podemos decir
que cuando pensamos estar frente a los planos de construcción del cigoto tenemos
que pensar que la obra que se realiza con ellos eventualmente también se integra en
los planos que se utilizan para que se siga construyendo21. Esta peculiar dialéctica
se incrementará conforme se avancen en los diversos estadios de desarrollo
embrionarios. La circularidad dinámica que podemos constatar en las relaciones
entre ácidos nucléicos y proteínas ha conducido a que se identifique este proceso
con el nombre de autopoiesis22. Un organismo vivo precisamente no se distingue
de un organismo no-vivo por las moléculas que lo constituyen sino por el peculiar
proceso de autoconstrucción que ocurre en esta unidad discreta y singular
integrada, por supuesto, por moléculas. La capacidad autopoiética del cigoto
permite identificarlo como un verdadero sistema causal autónomo de base
molecular, es decir, como un sistema vivo23.

• SISTEMA CON CLASE NATURAL DEFINIDA: el cigoto posee un genoma diverso al de


otras especies de vivientes y diverso al de sus progenitores. Esta diversidad es uno
de los factores que más elocuentemente muestran, manifiestan, la especie y la
individualidad del nuevo organismo. Concentrémonos primero en el asunto de la
“especie”.

20
Von Bertalanffy buscó sustituir el uso de las nociones de “todo” y “partes” por “sistema” y “medio
ambiente”. Sin embargo, no es difícil percibir que aún con este cambio los problemas de “todos” y “partes”
emergen nuevamente. En la presente exposición no abundamos más sobre esta polémica: VON BERTALANFFY,
L., General System Theory, Georges Braziller, New York 1969; IDEM, Perspectivas en la teoría general de
sistemas, Alianza, Madrid 1979.
21
Este comentario sobre los “planos de construcción” lo adaptamos de: SERANI, A. El viviente humano,
Eunsa, Pamplona 2000, p. 69.
22
Cf. MATURANA, H.; VARELA, G. De máquinas y seres vivos. Autopoiésis: la organización de lo vivo,
Lumen, 2004. Esta nueva edición incluye dos importantes nuevos prefacios escritos por los autores.
23
Es evidente que existen fenómenos de autopoiesis en sistemas no-vivos, por ejemplo, en la dinámica interna
de las sociedades. Por ello, mencionamos que la base molecular que se da en este sistema unitario e individual
es muy importante para caracterizarlo como “vivo”, entendiendo por “vida”, la vida “biológica”, la vida
“orgánica” que es la que de momento nos encontramos estudiando.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 11
Rodrigo Guerra López

Los segmentos de ADN del genoma de un organismo con lo necesario para


replicarse se denominan genes, la secuencia de genes, acomplejados en las
proteínas histonas y de proteínas no histonas se denominan, cromosomas. El número
de cromosomas, su ordenamiento y el contenido de información de cada uno de
ellos es característico de cada especie y se denomina “cariotipo”. Los seres humanos
poseemos 23 pares de cromosomas. El cariotipo y el genotipo humanos, desde la
fusión de los pronúcleos, son signos manifestativos de la identidad biológica del
cigoto y permiten que este desarrolle un ciclo vital “específico” que lo distingue de
otros tipos de organismos vivientes. Dicho de otro modo, aunque el cigoto aún no
ha alcanzado su término final, su término ad quem, él es un estructural y dinámico
término a quo definido y destinado ex natura sua a convertirse a través de un
proceso no-determinista en el término ad quem. Esto quiere decir que el genotipo
fija el desarrollo específico del cigoto. Desarrollo que, por otra parte, puede no ser
exitoso, ya que la fijación es, como hemos dicho “específica”, versa sobre la
“especie”, no sobre el conjunto de condiciones que pueden llevar a término la
embriogénesis.

El designar, por ello, al cigoto como un “organismo humano” o como un “ser


humano” no es un recurso artificioso o convencional sino el modo de reconocer su
“clase natural” en el lenguaje ordinario y en el científico. Una clase natural es un
conjunto de objetos agrupados por su pertenencia real a un cierto tipo de entes (los
que poseen un mismo genotipo) y no por mera convención24. Más aún, la expresión
“organismo humano” o “ser humano” es un “designador rígido”, es decir, es un
término que designa a una misma cosa en todos los mundos posibles en los que la
tal cosa exista y designa nada en los mundos en los que no existe25. Por ello, un
cigoto humano es siempre un “organismo humano”, es siempre un “ser humano”.
La delimitación de un “ser humano” no es arbitraria al menos desde un punto de
vista biológico. Siempre, se refiere a un sistema unitario viviente con genotipo
humano. El embrión humano unicelular es un auténtico ser humano, es decir, un
organismo humano biológicamente identificable.

• SISTEMA HUMANO INDIVIDUAL: el genoma del cigoto, y en general del embrión, se


expresa lentamente. La regulación de la expresión posee una gran importancia. Los
factores estrictamente génicos se combinan con los epigenéticos para determinar
qué genes se expresan en cada ocasión. Esto origina que el proceso de desarrollo
embrionario no sea un proceso determinista sino que al contrario la noción de
“regulación” precisamente intente fundir el que existe una tendencia que se muestra
en un cierto patrón y al mismo tiempo el que existe un grado importante de
indeterminación en la propia tendencia.

La direccionalidad que existe en este proceso es real pero es compatible con cierto
grado de espontaneidad de tipo “autopoiético”. Esta espontaneidad define

24
Cf. QUINE, W. V. O. “Natural Kinds”, en Ontological Reality and Other Essays, Columbia University
Press, Washington 1969.
25
Cf. KRIPKE, S. El nombrar y la necesidad, FCE, México 2005.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 12
Rodrigo Guerra López

gradualmente la identidad génica del organismo humano a nivel biológico. ¿Esto


significa que la identidad génica no es estable? En efecto, el genoma, en sus
características individuales, en el modo cómo se expresan los genes en un cierto
momento, no son estables ni en los primeros estadios de desarrollo embrionario, ni
tampoco en la vida adulta. La influencia de diversos factores, incluso ambientales,
colaborará a la modificación de las notas individuantes del genoma de un organismo
humano. Más aún, la identidad génica es replicable tal y como parece que sucede en
los casos de gemelación monocigótica, por ello, si bien expresa en algún grado la
individualidad óntica del organismo, no se identifica unívocamente con ella. La
individualidad biológica es manifestación de la individualidad fundante de un
organismo, es decir, de la individualidad que existe en su particular proceso
teleológico.

El fenotipo o conjunto de características morfológicas observables, por su parte,


ofrece otro escenario: en cada fase denota individualidad e irrepetibilidad del todo,
del sistema completo que denominamos “ser humano”. En este punto conviene
considerar que lo que esta vivo propiamente hablando es el organismo humano, es
el sistema completo, no el genoma o algún otro componente. Así, el organismo
humano individual se constituye por la interrelación integrada de todo lo que él es
y no sólo por su genoma.

¿Cuál es la relación, entonces, entre el fenotipo y la identidad orgánica del embrión


humano? Si por «identidad orgánica» del embrión humano se conciben tanto los
elementos genéticos, los epigenéticos, y cualquier otro elemento material que se
encuentre articulado ab initio, desde su inicio, por un programa direccionado de
desarrollo orientado a término, y si se entiende que la «identidad orgánica» se
manifiesta en un especial orden, configuración y unidad fenotípica, podemos decir
que existe una relación directa entre fenotipo e identidad orgánica del ser humano
en cualquiera de sus estadios de desarrollo. Pero si alguien interpretara
(equivocadamente) la «identidad orgánica» como equivalente al genoma, entonces
tendríamos que decir que no existe relación directa entre identidad orgánica y
fenotipo. Dicho de otra manera: el fenotipo no es derivable de manera directa y
unívoca desde el genotipo. La individualidad del organismo humano no radica de
manera directa en su genoma sino en el ser-individual que se muestra en todos los
factores individuales que lo constituyen y que comenzaron a definirse con el
también individual proceso de desarrollo que se dispara en el momento de la
penetración del espermatozoide en el óvulo y el establecimiento del primer eje de
organización corpórea.

3.4 El embrión humano como sujeto con unidad esencial e individual

Hemos caracterizado al cigoto humano como un sistema unitario y autopoiético de clase


natural e individualidad definida. La clase natural referida es “ser humano” y la
individualidad es la correspondiente a la que poseen los sujetos humanos en su
irrepetibilidad e insustituibilidad característica. Por ello, nos parece que emerge de esta
consideración “sistémica” del cigoto el que pueda ser considerado con toda propiedad un
ente con un dinamismo delimitado tanto por su naturaleza como por su singularidad.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 13
Rodrigo Guerra López

La naturaleza y la singularidad denotan a su vez una unidad estructural tanto esencial como
individuante que organiza las partes dentro del todo (unidad sincrónica) y organiza las
etapas del proceso de desarrollo (unidad diacrónica). Este ente posee ser propio, lo que lo
distingue netamente de sus progenitores y nos permite identificarlo como verdadero sujeto
de atribución de propiedades, características y operaciones.

Así las cosas, soy de la opinión que el cigoto humano posee subsistencia, subjetualidad y
unidad esencial e individuante lo que lo coloca en la categoría de las sustancias
individuales. La clase natural de su esencia al ser propiamente humana no nos deja dudas
de poderlo definir como una sustancia individual de naturaleza humana, y por ende, como
un auténtico sujeto de derechos.

4. Respuesta a las objeciones

A LA PRIMERA HAY QUE DECIR: en efecto, toda mujer goza de una debida autonomía
decisional. Sin embargo, los límites de la autonomía no son constructivistamente
determinados sino que han de responder a la verdad sobre sí misma y sobre su prójimo.
Dicho de otra manera, la única manera de evitar que la autonomía no devenga en dominio
despótico de un ser humano sobre otro es que reconozca obligaciones causadas por la
consistencia del otro, que merece también poder vivir autónomamente. Una autonomía sin
este parámetro, construida sólo a partir del límite que le brinda otra autonomía en ejercicio,
deviene en conflicto de poder y no en relación interpersonal propiamente hablando.

El embrión humano, aún en su etapa unicelular, es un otro al que la libertad se debe. Esto
lo podemos afirmar con seguridad debido a que biológicamente es determinable como un
organismo diverso a la madre, con genotipo propio, metabolismo propio, sistema
inmunológico propio y comportamiento de la membrana celular “sui géneris”. La falta de
despliegue decisional del embrión humano no merma en nada su consistencia ontológica, y
por ende, su condición de otro.

A LA SEGUNDA HAY QUE DECIR: es verdad que el elemento diferenciador por excelencia del
ser humano son sus procesos mentales. Sin embargo, este factor diferenciador es un
elemento manifestativo y no constitutivo de la condición personal. Ser-persona, significa
ser-sujeto de imputación de actos, por ejemplo, de elecciones, actos de habla, actos
reflexivos puramente inmanentes, etcétera. Por ello, toda actividad conciencial, perceptiva
o intelectual supone la realidad en acto del ser-personal, y no viceversa. Quien sostenga
que un cierto estándar de eficiencia mental o neurobiológica constituye la condición
personal introduce un criterio de racionalidad instrumental al interior de la ontología de la
persona. Este tipo de criterios más allá de su refutación teorética, han sido prácticamente
rechazados, por ser falsos y generadores de las más graves violencias del pasado siglo.

Si la persona fuese su actividad neural, su actividad racional, su capacidad perceptiva, todo


ser que no ejerciese estas operaciones, dejaría de ser persona. Sólo aquel que las tuviera in
actu exercito, lo sería. Cosa que es un absurdo… El absurdo aumenta cuando advertimos
que la determinación del ser-personal admitiría tantos grados como niveles en la actividad
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 14
Rodrigo Guerra López

pudiera haber. Este sería el fundamento metafísico de toda discriminación posible en


contra de toda clase de seres humanos. No es la actividad del sistema nervioso central la
que causa la vida humana sino que es la vida humana la que eventualmente se manifiesta,
con diversos grados de éxito, en actividad mental.

Un criterio conciencialista, mentalista o racionalista para la condición personal, así mismo,


es contrafáctico debido a que no puede existir un sujeto de imputación cuya consistencia
sea la pura acción. Si la persona es pura acción mental, no hay sujeto del cual hablar. Si no
es pura acción mental entonces existe un sí-mismo que es el que la ejerce, y por lo tanto
hay una subjetualidad fundante. En su última resolución quien identifica el ser personal
con cierta actividad del sistema nervioso central transforma el yo en actividad mental, es
decir, el yo se tornaría en yo-pensado (el yo como sujeto no existiría sino solo la pura
posición que coloca a una representación mental como objeto)… y el yo-pensado, no
piensa…

A LA TERCERA HAY QUE DECIR: es verdad que el embrión humano es altamente dependiente
del nicho en el que se encuentra, por ejemplo, desde un punto de vista nutricional el útero
es importantísimo. Sin embargo, esto parece mantenerse y en cierto sentido ampliarse en la
vida humana extrauterina. Los seres humanos adultos somos animales racionales
dependientes26. La independencia respecto de otros no sólo no es lograble sino que en
muchos aspectos no es deseable. Las profundas dependencias que desarrolla el ser humano
respecto de su ambiente, su prójimo y otros factores como el cultural, no disminuyen en
ningún sentido su autonomía dinámica, su capacidad autopoiética auténtica, su peculiar
causalidad inmanente que posibilita los procesos auto-organizativos. En una palabra, no
hay que confundir autonomía con independencia. El embrión humano desde su estadio
unicelular es un sistema auténticamente autónomo – en tanto que autopoiético – y
simultáneamente dependiente. Posee su propio genoma, su propio metabolismo, su propio
sistema inmunológico y su propio proceso de desarrollo ontogenético.

A LA CUARTA HAY QUE DECIR: individuación no significa indivisión. Los entes individuales
pueden ser perfectamente divisibles sin por ello perder su individuación originaria. Todos
los organismos que se reproducen asexuadamente son casos en los que un individuo da
lugar a otro sin perder su individualidad o sin presuponer que antes no la tenía. La
gemelación monocigótica, sin bien entraña varios procesos aún no perfectamente
estudiados en el ámbito biológico, es un caso que no violenta la individuación real de un
organismo. Cuando dos hipotéticos gemelos monocigóticos adultos no logran reconocerse
con claridad en el embrión no-fisionado que les dio origen, el problema corresponde al
observador y no a la cosa observada. El problema es de identificación, no de identidad.

A LA QUINTA HAY QUE DECIR: en efecto, el genoma humano es una condición necesaria
pero no suficiente para lograr identificar a un ser humano como persona. Tienen razón
quienes dicen que el genoma completo caracteriza a todas las células somáticas del ser
humano. Para que una célula pueda ser calificada propiamente como embrión unicelular
humano requiere cumplir las condiciones de un sistema causal autónomo de base
biomolecular, con genotipo humano, destino celular finamente regulado y orientación

26
Cf. MACINTYRE, Animales racionales y dependientes, Paidós, Barcelona 2001.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 15
Rodrigo Guerra López

teleológica individual no-determinista orientada a término. Cuando Jorge Carpizo sostiene


que los gametos masculino y femenino son un ejemplo de células con genoma completo,
comete un error que exhibe una grave falta de asesoramiento y/o de comprensión científica
aún en asuntos por demás elementales. Su argumentación jurídica, en la medida en que
descansa en supuesta evidencia científica en este y en otros puntos, no solo no es
concluyente sino que deviene en falsa.

5. A modo de conclusión: el embrión humano y el desafío jurídico

El desarrollo embrionario es un proceso coordinado – bajo el control del nuevo genoma-,


continuo – no tiene interrupciones o saltos -, irreversible relativamente – se encuentra
comprometido a diversos linajes específicos – y gradual – orientado paso a paso –.

Esto nos permite afirmar que la vida del embrión humano, en todas sus fases de desarrollo,
es propiamente humana. Esta vida la realiza un sujeto del que se pueden predicar diversas
actividades a lo largo del tiempo. Todas estas actividades son manifestativas del ser que es,
no son constitutivas. Confundir los manifestativo con lo constitutivo conduce a aporías
contrafácticas absurdas, como ya hemos señalado. El embrión humano en todas sus etapas
de desarrollo – incluido su estadio unicelular – es una persona, posee dignidad y merece
respeto.

Existen tres posturas prácticas que es posible asumir en la controversia sobre el estatuto del
embrión humano.

• PRIMERA POSTURA: Desde nuestro punto de vista existe evidencia empírica directa
respecto que el embrión humano es auténtico sujeto de derecho. Esta evidencia es
suficiente para considerar que el aborto comporta un grave problema ético y jurídico
ya que termina con la vida de una persona humana, la vida del embrión. Todo ser
humano independientemente de su posición social, condición económica,
educación, filiación política, preferencia sexual, creencia religiosa o edad merece
ser respetado como fin, como sujeto con dignidad, y por ello, como sujeto real de
derechos27.

• SEGUNDA POSTURA: Suponiendo sin conceder que la evidencia aquí presentada


fuera insuficiente, al menos habría que reconocer que esta evidencia forma parte
del debate científico actual sobre este tema. Debate que dista mucho de haber
terminado. En este caso también es preciso entender que existiría un grave riesgo
ético y jurídico si se procede en el terreno de las políticas públicas o de la
legislación como si la cuestión a nivel de evidencia científica ya estuviera
definitivamente resuelta. Quien así pensara actuaría en base a una proposición
contrafáctica, es decir, contraria a los hechos. El antiguo principio general del
Derecho in dubio pro reo, en la duda es preciso colocarse a favor del imputado,
merece en este caso aplicarse así: in dubio pro embryo, in dubio pro vita. Si existe
una duda fundada respecto del estatuto personal del embrión humano, es
27
GUERRA LÓPEZ R. Afirmar a la persona por sí misma. La dignidad como fundamento de los derechos de la
persona, Comisión Mexicana de los Derechos Humanos, México 2003.
EL EMBRIÓN HUMANO: UNA CUESTIÓN DISPUTADA 16
Rodrigo Guerra López

absolutamente obligatorio actuar velando por el posible nuevo ser humano en


desarrollo. Nada puede justificar, el correr riesgos que pongan en peligro la vida de
un posible ser humano.

• TERCERA POSTURA: Quién de manera tácita o explícita afirme que no existe más
controversia sobre el estatuto del embrión humano y que está totalmente
demostrado que no es un sujeto personal, caería en un grave error científico y en
una grave falta ética y jurídica. Esta postura no es argumentable al día de hoy de
ningún modo racional. Sólo es posible sustentar este tipo de convicción desde la
voluntad: querer que así sean las cosas aunque la evidencia empírica indique en
muchos casos lo contrario. La historia de la ciencia muestra de modo elocuente que
proceder desde cualquier instancia – política, económica, religiosa o cultural – de
este modo es siempre contraproducente tanto para el desarrollo científico como para
la maduración de una sociedad más humana, más tolerante, más respetuosa de la
dignidad de las personas, en especial, de los más débiles.

Das könnte Ihnen auch gefallen