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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA
DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL
U.N.E.F.A.
MARACAY EDO. ARAGUA

Marco legal

Integrante

José Martínez

CI: 12570173

TED 514
Los principios del derecho venezolano
Los principios generales del Derecho son los enunciados normativos más generales que,
sin haber sido integrados al ordenamiento jurídico en virtud de procedimientos
formales, se entienden formar parte de él, porque le sirven de fundamento a otros
enunciados normativos particulares o recogen de manera abstracta el contenido de un
grupo de ellos.

Estos principios son utilizados por los jueces, los legisladores, los creadores de doctrina
y por los juristas en general, sea para integrar lagunas legales o para interpretar normas
jurídicas

Respecto a los principios generales del Derecho se ha desarrollado una polémica acerca
de si ellos son extraños o externos al Derecho positivo, o si son una parte de él.

Según la posición de la escuela del Derecho natural racionalista, hoy ya superada, los
principios generales, serían principios de un Derecho natural entendido como orden
jurídico separado del Derecho positivo.

Según la doctrina positivista, también ya superada, o al menos en vías de superación en


la mayoría de los países, los principios mencionados serían una parte del Derecho
positivo. Sin embargo, nunca podrían imponer una obligación que no fuera sancionada
por el mismo ordenamiento positivo por lo que se entiende que cada ordenamiento
positivo tiene sus particulares principios generales y que no existen principios jurídicos
de carácter universal.

La posición racionalista que escinde el Derecho en dos órdenes jurídicos específicos y


distintos: el natural y el positivo -el primero conforme a la razón, y el otro, producto de
la voluntad del sistema político- no puede sostenerse. Es evidente que el Derecho,
producto típica mente humano, es una obra de la inteligencia humana: ella es la que
descubre, desarrolla y combina criterios que enuncian un comportamiento entendido
como justo; por esto, el Derecho también es llamado jurisprudencia, es decir, de lo
justo, y la prudencia se entiende como un hábito de la inteligencia. Si bien el Derecho,
conjunto de criterios, es obra de la inteligencia, su efectivo cumplimiento, el
comportarse los hombres de acuerdo a los criterios jurídicos, es obra de la voluntad.

Los principios Generales del Derecho tienen tres funciones que tienen incidencia
importante en las normas del ordenamiento, estas son: la función creativa, la función
interpretativa, y la función integradora.

1. La función creativa establece que antes de promulgar la norma jurídica,


el legislador debe conocer los principios para inspirarse en ellos y poder
positivizarlos.
2. La función interpretativa implica que al interpretar la norma, el operador
debe inspirarse en los principios, para garantizar una cabal
interpretación.
3. La función integradora significa que quien va a colmar un vacío legal,
debe inspirarse en los principios para que el Derecho se convierta en un
sistema hermético.
Estas funciones no actúan independientemente, sino que en la aplicación del Derecho
operan auxiliándose una a otra, así cada interpretación de una norma, basada en los
principios, es una nueva creación. Para colmar una laguna legal es necesario interpretar
el Derecho ya existente según los principios; por último, las lagunas legales en el
derecho positivo no existen debido a la posibilidad que tienen los miembros judiciales
para interpretar una norma ya creada y adaptarla según los principios generales, lo que
garantiza una seguridad jurídica sólida frente a la positivización del Derecho.

Historia constitucional de Venezuela

La historia constitucional venezolana , que se inicia coetáneamente al


constitucionalismo español (e incluso antes, toda vez que su primera Constitución data
de 21 de diciembre de 1811) es extraordinariamente agitada ya que es posible constatar
un total de 25 textos constitucionales (1811, 1819, 1821, 1830, 1857, 1858, 1864, 1874,
1881, 1891, 1893, 1901, 1904, 1909, 1914, 1922, 1925, 1928, 1929, 1931, 1936, 1945,
1947, 1953, 1961 y 1999).

1830 - 1864
Las constituciones en vigencia durante ese período se mantuvieron sin reformas, puesto
que cada presidente originaba nuevas cartas magnas al llegar al poder.

1864
Bajo el mandato del mariscal Juan Crisóstomo Falcón, la figura de la reforma comenzó
a introducirse en los cuerpos constitucionales con el propósito de impulsar, a su juicio,
"el reconocimiento de las libertades ciudadanas".

1881
El general Antonio Guzmán Blanco aplicó reformas constitucionales que contemplaban
aspectos sobre la duración del período presidencial y, al final de su mandato, la
Constitución Nacional (CN) establecía sólo dos años para ejercer funciones como jefe
de Estado.

1898
El general Ignacio Andrade buscó reformar la Carta Magna propuso extender el período
presidencial tres años más pero se produjo en el país el llamado "alzamiento de los
andinos", hecho que impidió la aprobación de la misma.
1900
Bajo la dirigencia del general Cipriano Castro, el siglo XX comenzó con la puesta en
vigencia de un nuevo texto legal.

1904
Una Asamblea Nacional Constituyente aprobó la Carta Magna de 1904 a la que Castro
agregó el término de "centralismo".

1911
Luego del golpe de Estado a Cipriano Castro consumado por el general Juan Vicente
Gómez, la Carta Magna de 1904 fue modificada en 1911. El jefe de Estado insertó la
figura del comandante general del Ejército como elemento de poder sobre el gobierno, y
en opinión del historiador de la Universidad del Zulia (LUZ), Juan Romero, "la reservó
para sí mismo". Gómez fue quien más modificaciones constitucionales desarrolló
durante su régimen y, a través de ellas, logró mantenerse 27 años en el poder.

1924 - 1928
El llamado "Benemérito" presentó nuevas reformas -poco sustanciales- a la CN.

1936

El general Eleazar López Contreras aprobó una nueva Carta Magna, en la cual, instituyó
la transición democrática que redujo el período presidencial de siete a cuatro años de
mandato.

1944
A su llegada al poder, el general Isaías Medina Angarita reformó la Constitución y
planteó el voto universal directo y secreto de hombres y mujeres para las elecciones
municipales, la cual finalmente se cristalizó en 1945.

1947
Entró en vigencia un nuevo texto legal propuesto por la Asamblea Nacional
Constituyente impulsada por el partido Acción Democrática (AD).

1952
Cuando asumió la presidencia de la República, el general Marcos Pérez Jiménez
produjo una nueva Carta Magna.
1957
Pérez Jimenez reformó nuevamente la Constitución Nacional con el objetivo de
mantenerse en el poder.

1961
En el ejercicio de gobierno de Rómulo Betancourt (1959-1964) se aprobó un nuevo
texto legal. Durante su vigencia, sólo sufrió dos cambios. El primero, fue una enmienda
que contempló que ningún mandatario juzgado y encarcelado podía volver a ser
presidente de Venezuela, tal modificación se produjo con el fin de bloquear la
oportunidad de regreso al poder de Pérez Jiménez.

1989
Luego de la reforma anterior, la Carta Magna no sufrió más cambios hasta 1989,
después de los sucesos del llamado "Caracazo", cuando el doctor Rafael Caldera
propuso "modificar el sistema político venezolano, a través de la elección de
representantes por plataformas uninominales y plataformas de listas abiertas; incluir
reformas sustanciales del Poder Judicial y transformar el sistema económico".

1999
Producto del trabajo de una Asamblea Nacional Constituyente, electa a través de
comicios populares, el 15 de diciembre de 1999 se aprobó la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, en la cual, entre otras modificaciones en diversas
materias, se aprobó el cambio de nombre que había mantenido el país hasta ese año y
que no incluía la palabra "Bolivariana".

2006
A siete años de la aprobación del texto legal de 1999, el jefe de Estado, Hugo Chávez,
propuso durante la campaña presidencial de 2006 la aprobación de una reforma
constitucional con el objetivo de construir las bases "socialistas" de la nación.

La Constitución de 15 de diciembre de 1999, hoy vigente, ha venido a suceder a aquella


otra de 23 de enero de 1961, que fuera elaborada con el acuerdo y respaldo de los tres
principales partidos (Acción Democrática, Copei y Unión Republicana Democrática)
que apoyaron a la Junta de Gobierno implantada tras el levantamiento cívico-militar que
tuvo lugar el 23 de enero de 1958 contra el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez,
y logró dotar al país de un régimen basado en los principios de la democracia
constitucional, liberal y representativa. Durante casi 40 años Venezuela pareció así
disfrutar de estabilidad constitucional, período en el que la vida política discurrió con
arreglo a los cauces marcados por un texto que fue reformado en dos ocasiones (11 de
mayo de 1973 y 16 de marzo de 1983) con arreglo a los procedimientos por él
establecidos.

No puede decirse lo mismo - en cuanto espíritu de acuerdo y respeto de las formas


constitucionales- del movimiento político que alumbró la nueva Constitución
bolivariana aprobada bajo los auspicios del coronel Hugo Chavez (responsable de un
intento fallido de golpe de Estado en 1992), que accedió a la Presidencia de la
República tras las elecciones presidenciales celebradas el 6 de diciembre de 1998 con
un amplio respaldo popular (56%) y después de haber triunfado igualmente en las
eleciones legislativas y regionales celebradas poco antes (noviembre de 1998). De una
parte porque el proceso de elaboración de la nueva Constitución, aunque formalmente
dirigido por un grupo político integrado por una pluralidad de partidos, el Polo
Patriótico, en realidad es un movimiento populista liderado por el coronel Chavez y
dotado de escaso espíritu transaccional. De otro lado porque el proceso constituyente,
desde sus mismos inicios se autoproclamó dotado de un carácter originario y en ruptura
con el orden constitucional precedente; de ello da buena prueba tanto la expresión con la
que el coronel Chávez aludía a la Constitución de 1961 (la moribunda), como el
calificativo popular con el que se conoció a la Asamblea Constituyente (la sobrinísima).

Y sin embargo, como han advertido los sectores académicos más solventes del país (por
todos, R. Combellas "Qué es la constituyente?", Caracas, 1998), la tesis de abrir un
proceso constituyente que asentara en nuevas bases la organización política de
Venezuela

Derecho constitucional

La rama del derecho encargada de analizar y controlar las leyes fundamentales que
rigen al estado se conoce como derecho constitucional. Su objeto de estudio es la forma
de gobierno y la regulación de los poderes públicos, tanto en su relación con los
ciudadanos como entre sus distintos órganos.

El poder político está formado por las instituciones a las cuales la sociedad les ha
otorgado el monopolio del uso de la violencia. Es decir, el poder político tiene la
capacidad de coerción para obligar a cumplir sus mandatos imperativos a través de la
violencia legítima, siempre y cuando este uso sea necesario.

El derecho constitucional, que pertenece al derecho público, se sustenta en la


constitución, un texto jurídico-político que fundamenta el ordenamiento del poder
político. La Constitución es la norma suprema de un país, por lo que prevalece sobre
cualquier otra normativa o ley.

La Constitución se caracteriza por su rigidez, ya que sólo puede ser modificada bajo
ciertas condiciones excepcionales que se encuentran recogidas en su propio texto. La
estructura constitucional contempla un preámbulo, una parte dogmatica (con los
derechos fundamentales procesales y sustantivos) y una parte orgánica (con la creación
de los poderes constituidos).

Entre los principios doctrinales del derecho constitucional, aparece la división de


poderes (Poder Legislativo, Poder Ejecutivo y Poder Judicial) y la protección del estado
de derecho (el poder estatal sometido a un orden jurídico), la soberanía nacional y los
derechos fundamentales (estabilidad y control de la constitucionalidad, que es el
mecanismo jurídico que garantiza el cumplimiento de las normas constitucionales).
Reforma constitucional

Una reforma constitucional supone la modificación de la Constitución de un Estado. La


Reforma Constitucional tiene por objeto una revisión parcial de una Constitución y la
sustitución de una o varias de sus normas que no modifiquen la estructura y principios
fundamentales del texto Constitucional. En los países con sistemas de "Constitución
rígida" o "semirígida", las reformas constitucionales requieren de un procedimiento
especial, diverso al utiliza para la aprobación de las leyes ordinarias. En Venezuela se
conocen tres mecanismos para cambiar o modificar algo dentro de su constitución. Son:
Enmienda, Reforma y Constituyente.

Origen

Artículo 343.- La iniciativa de la Reforma de la Constitución la ejerce la Asamblea


Nacional mediante acuerdo aprobado por el voto de la mayoría de sus integrantes, por el
Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros o a solicitud de un
número no menor del quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en
el Registro Civil y Electoral.

Artículo 344.- La iniciativa de Reforma Constitucional será tramitada por la Asamblea


Nacional en la forma siguiente:

1. El Proyecto de Reforma Constitucional tendrá una primera discusión en el período de


sesiones correspondiente a la presentación del mismo.

2. Una segunda discusión por Título o Capítulo, según fuera el caso.

3. Una tercera y última discusión artículo por artículo.

Artículo 348.- El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente


originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional
Constituyente con el objeto de transformar al Estado, crear un nuevo ordenamiento
jurídico y redactar una nueva Constitución.

Artículo 349.- La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente


podrá hacerla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la
Asamblea Nacional, mediante acuerdo de la dos terceras partes de sus integrantes; los
Consejos Municipales en cabildos, mediante el voto de las dos terceras partes de los
mismos; y el quince por ciento de los electores inscritos y electoras en el registro
electoral.

Artículo 350.- El Presidente o Presidenta de la República no podrá objetar la nueva


Constitución.

Los poderes constituidos no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la


Asamblea Constituyente.
A efectos de la promulgación de la nueva Constitución, ésta se publicará en la Gaceta
Oficial de la República de Venezuela o en la Gaceta de la Asamblea Constituyente.

El 14 agosto 2007 el presidente de Venezuela presenta ante la Asamblea Nacional el


proyecto de reforma constitucional "para que termine de nacer el nuevo Estado
socialista, humanista, y termine de morir la vieja sociedad, las estructuras capitalistas
que detienen el proceso revolucionario".

El 25 octubre 2007 la Asamblea Nacional de Venezuela aprueba el Proyecto de


Reforma Constitucional. Se modifican los 33 artículos propuestos inicialmente más 25
incluidos por la Comisión Mixta del Parlamento. El proyecto constitucional se votará el
próximo 2 de diciembre.

Parece acertado, pues, en estos momentos, hacer un repaso a lo que han supuesto los
gobiernos de Chávez durante casi una década, para situarlo en el marco de la reforma
constitucional que se va a votar dentro de unos días y en la via al Socialismo que ha
abierto la Revolución Bolivariana.

El 9 de enero de 2007 Chávez lo deja muy claro: este año el gobierno venezolano
nacionalizará las empresas de telecomunicaciones y electricidad y el Banco Central
dejará de ser autónomo. "Estas leyes que este año haremos deben impactar con una
potencia mucho mayor a la actual situación económica del país. Por ejemplo todos esos
sectores de un área tan importante como es la energía eléctrica, todo lo privatizado,
nacionalícese. Recuperemos la propiedad social sobre los medios estratégicos de
producción: la CANTV (Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela),
nacionalícese; la nación debe recuperar la propiedad de los medios estratégicos, de
soberanía, de seguridad y de defensa"

Fundamentos de la reforma constitucional

La aspiración de la Constitución de establecer para el futuro un orden político, jurídico


y social, se vería frustrado si quedase a merced de posibles alteraciones que cambiasen
la organizacíón del poder o vulnerasen los derechos que en ella se fijan. También es
lógico pensar que la Constitución no puede quedar a la disposición de poderes que
deben su existencia a la misma, sería contradictorio que la obra del poder constituyente
esté sujeta a lo que disponga el poder constituido. Pero de la misma forma resulta
improcedente, negar la posibilidad de reforma de la Constitución, esto supondría que
una generación podría establecer pautas de una comunidad para siempre.

Jean-Jacques Rousseau manifiesta que no existe sociedad a quien no pueda reconocerse


el derecho a cambiar las condiciones generales de su existencia. Thomas Jefferson
también defendió que sería antidemocrático negar a las generaciones futuras la
capacidad para decidir su propio modo de vivir.
Kelsen

Hans Kelsen fue un jurista, filósofo y político austríaco (Praga, 1881- Berkeley,
California, Estados Unidos 1973), profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad
de Viena desde 1917.

En 1919 se convierte en profesor de Derecho Administrativo en la misma casa de


estudios vienesa, a la vez que el Canciller Karl Renner le encarga un diseño de nueva
Constitución que es finalmente terminada en el año 1920. Después de eso, Kelsen es
nombrado como miembro vitalicio del Tribunal Constitucional Austríaco. Dado el clima
de conservadurismo que se notaba en Austria en 1930, sobre todo después de enconadas
discusiones sobre el divorcio en el seno del tribunal constitucional, Kelsen es removido
como miembro por ser un juez cercano a la tendencia Socialdemocrata (sin ser
militante).

En 1930, obtuvo una cátedra en la Universidad de Colonia, pero la ascensión del


nazismo le llevó a dejar Alemania (1933). Tras partir a Suiza y algunos años enseñando
en la Universidad de Ginebra publica su gran obra "La teoria pura del Derecho" y partió
a la Universidad de Praga (1936). Finalmente, el estallido de la segunda guerra mundial
(1939-1945) lo llevó a abandonar Europa, refugiándose en los Estados Unidos (1940).
Allí ejerció la docencia en la Universidad de Harvard en donde fue titular de la cátedra
"Oliver Wendell Holmes", y luego en la Universidad de California, Berkeley donde
ejercería como profesor titular del departamento de ciencia política. En esta etapa es
donde su estudio se centra en el Derecho Internacional e incluso llega a ejercer como
profesor de esta rama en la Academia Naval de Estados Unidos. (1942).

Kelsen defendió una visión positivista (o iuspositivista) que llamó teoría pura del
Derecho: un análisis del Derecho como un fenómeno autónomo de consideraciones
ideológicas o morales, del cual excluyó cualquier idea de derecho natural. Analizando
las condiciones de posibilidad de los sistemas jurídicos, Kelsen concluyó que toda
norma emana de otra norma, remitiendo su origen último a una norma hipotética
fundamental que es para Kelsen una hipótesis o presuposición transcendental, necesaria
para poder postular la validez del Derecho. Más tarde, Kelsen situó dicha norma en el
Derecho internacional, de ahí que defendiese la primacía de éste sobre los
ordenamientos nacionales.

Kelsen consideraba a la moral como parte de la justicia, pero no exclusivamente, sino


como un elemento anexo interconectado con la Justicia (que es uno de los fines del
Derecho); así, en su "teoria pura del Derecho" dijo "en tanto la justicia es una exigencia
de la moral, la relación entre moral y derecho queda comprendida en la relación entre
justicia y Derecho”
La obra de Kelsen ha sido eficazmente refutada en sus aspectos filosóficos por el
iusfilósofo argentino Carlos Cossio, con quien el maestro vienés mantuvo una polémica
personal en Buenos Aires (1949) conocida como "la polémica antiegológica".

Una de las ideas mas notables de Kelsen -y que mas legado ha dejado- ha sido su
sistema de revisión constitucional, que crea tribunales constitucionales especializados a
los que confía esta revisión. Kelsen propone originalmente un cuerpo de jueces que no
provengan del poder judicial. Esta institución se diferencia del sistema norteamericano
(que nace en los albores de la independencia, con el caso Marbury Vs Madison), en que
el tribunal funciona como "legislador negativo" invalidando los estatutos o legislaciones
que considere contrarios a la constitución y no procede necesariamente caso a caso. Este
sistema fue usado primero en Austria, pero luego se extendió a España, Portugal e Italia
y más adelante, incluso a repúblicas de Europa Central y del Este. En el sistema de
revisión constitucional de Chile, que se reglamenta a partir de las modificaciones
constitucionales del año 2005, se ve una fuerte influencia del sistema kelseniano (o
europeo como algunos lo llaman).

Su concepción de la democracia como técnica participativa de elaboración del Derecho


le convierte en uno de los principales teóricos de la democracia del siglo XX. Entre sus
obras destacan: De la esencia y valor de la democracia (1920), Teoría general del
Estado (1925) y Teoría pura del Derecho (1935).

Kelsen, como defensor de la democracia y de un sistema de equilibrio entre poderes


estatales, se manifestó en contra de los sistemas presidencialistas muy rígidos. Esto lo
plasma en su comentario acerca de la constitución chilena de 1925: La nueva
constitución chilena es un producto de aquel movimiento antiparlamentario que hoy se
propaga tambien en Europa, por doquier... Ya la forma de nominación del Presidente a
través de elecciones directas y la fijación del período de seis años dan muestra de la
forma de organizar la democracia chilena a través de una República presidencialista.
Con todo, la constitución incluye una serie de disposiciones que conducen desde ahí
hasta muy cerca de las fronteras de aquello que hoy se acostumbra a denominar una
dictadura... En esos mismos comentarios, más adelante, Kelsen critica la existencia de
atribuciones presidenciales como el derecho a veto, el manejo de las urgencias
legislativas y el derecho del presidente a llamar a un plebiscito en los casos de decretos
de insistencia.

Otro gran aporte de Kelsen es su pirámide normativa, un sistema de jerarquía de las


normas que sustenta la doctrina positivista, según la cual toda norma recibe su valor de
una norma superior. Kelsen reconoce dos formas de control para este fin: -Por vía de
excepción: que son los que hacen los tribunales ordinarios, en donde un Juez dictamina
-para un determinado caso- la aplicación de la norma y su relación con las demás partes
de la pirámide, pudiendo en ciertos casos de justicia consuetudinaria, marcar un
precedente en ciertas situaciones (por ejemplo, en el derecho estadounidense). -Por vía
de acción: esta es la concepción de revisión judicial de Kelsen, en donde un órgano
especializado declara inconstitucional una norma y de esta forma la norma pierde su
entrada en vigor, no pudiendo formar parte del ordenamiento juridico.
Pirámide de kelsen

Filosofía de Kelsen se basa en la concepción de cada ley como una norma, esto es,
como un ‘deber ser’. Cada ley puede derivarse de otra que otorga validez a aquélla,
hasta llegar al principio de validez final, la Grundnorm o norma fundamental. Una ley
aplicada por un tribunal es válida en virtud de la legislación que guía la actuación de ese
tribunal y le concede el poder de hacer la ley. El poder recibido por una asamblea
legislativa emana generalmente de una constitución, cuya fuerza normativa procede de
la Grundnorm. De este modo, el ordenamiento jurídico se estructura de forma
jerárquica: la norma inferior extrae validez de la superior.
Como es de verse el país, esta conforme a nuestra Constitución Política del Estado de
1993 nuestro ordenamiento legal se encuentra jerarquizado, lo que queda graficado con
la Pirámide de Kelsen, en donde se denota que el Dispositivo Legal de mayor Jerarquía
es la Constitución Política del Estado.

La filosofía de Kelsen se basa en la concepción de cada Ley como una norma; esto es,
como un "deber ser", Cada Ley puede derivarse de otra que otorga validez a aquélla,
hasta llegar al principio de validez final, la norma fundamental.

Los Tratados Internacionales están al mismo nivel que la Constitución, tienen rango
Constitucional, son Supranacionales.

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