A ESO
A eso de caer y volver a levantarte, de fracasar y
volver a comenzar, de seguir Un camino y tener que
torcerlo, de encontrar el dolor y tener que
afrontarlo, a Eso, no le llames Adversidad, llámale
SABIDURÍA.
A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente,
de fijarte una meta y tener Que seguir otra, de huir
de una prueba y tener que encararla, de planear un
Vuelo y tener que recortarlo, de aspirar y no poder,
de querer y no saber, de Avanzar y no llegar, a eso,
no le llames Castigo, llámale ENSEÑANZA.
A eso de pasar días juntos radiantes, días felices y
días tristes, días de soledad y Días de compañía, a
eso, no le llames rutina, llámale EXPERIENCIA.
A eso de que tus ojos miren y tus oídos oigan y tu
cerebro funcione y tus manos Trabajen y tu alma
irradie y tu sensibilidad sienta y tu corazón ame, a
eso, no le Llames poder humano, llámale MILAGRO.
ABRE TU CORAZÓN
Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de
la presentación al público, asistieron las
autoridades locales, fotógrafos, periodistas y
mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor,
un artista reconocido. Llegado el momento, se tiró
la tela que cubría el cuadro. Hubo un caluroso
aplauso. Era una impresionante figura de Jesús
tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús
parecía vivo. Con el oído junto a la puerta,
aparentaba querer oír si dentro de la casa alguien
le respondía. Hubo discursos y elogios. Todos
admiraban aquella preciosa obra de arte. Un
observador muy curioso, encontró una falla en el
cuadro. La puerta no tenía cerradura. Y fue a
preguntar al artista: "Su puerta no tiene cerradura.
¿Cómo se hace para abrirla?".
"Así es, -respondió el pintor-. Porque esa es la
puerta del corazón del hombre. Sólo se puede abrir
desde dentro".
DAR DE CORAZÓN
Hubo una vez un limosnero que estaba tendido
aliado de la calle. Vio a lo lejos venir al rey con su
corona y capa. Pensó: "Le voy a pedir y
seguramente me dará bastante". Y cuando el rey
pasó cerca, le dijo: "Su majestad, ¿me podría, por
favor, regalar una moneda?" Aunque en su interior
pensaba que el rey le iba a dar mucho más. El rey le
miró y le dijo: "¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso
no soy yo tu rey?". El mendigo no sabía qué
responder a la pregunta y dijo: "Pero su majestad,
¡yo no tengo nada!". El rey respondió: "Algo debes
tener. ¡Busca!". Entre su asombro y enojo el
mendigo buscó entre sus cosas y supo que tenía
una naranja, un bollo de pan y unos granos de
arroz. Pensó que el pan y la naranja eran mucho
para darle, así que en medio de su enojo tomó 5
granos de arroz y se los dio al rey. Complacido, el
rey dijo: "¡Ves cómo sí tenías!". Y le dio 5 monedas
de oro, una por cada grano de arroz. El mendigo
dijo entonces: “Su majestad, creo que acá tengo
otras cosas”, pero el rey no hizo caso y dijo:
"Solamente de lo que me has dado de corazón, te
puedo yo dar".
REFLECION QUE NOS DEJA LA HISTORIA
Es fácil en esta historia reconocer cómo el rey
representa a Dios y el mendigo, a nosotros.
Notemos que éste, aun en su pobreza, es egoísta.
Ocasionalmente, Dios nos pide que le demos algo
para así demostrarle que Él es el más importante.
Unas veces nos pide ser humildes, otras ser
sinceros o no ser mentirosos.
Nos negamos a darle a Dios lo que nos solicita,
pues creemos que no recibiremos nada a cambio,
sin pensar en que Dios devuelve el ciento por uno.
No sé qué te pida Dios en este momento...
¿Confianza? ¿Sencillez? ¿Humildad? ¿Abandono en
su voluntad? No lo sé. Solamente sé, que por lo
que le des, te devolverá mucho más y recuerda no
darle solamente unos pocos granos, dale todo lo
que tengas, pues sinceramente, VALE LA PENA.
MEMORANDO
DE: DIOS LAS CAJAS DE DIOS
PARA: TI Tengo en mis manos dos cajas que Dios me ha dado
para que sostenga. Él me dijo: "Pon todas tus penas
Hoy, YO, DIOS, estaré manejando todos tus
en la negra y todas tus alegrías en la dorada". Yo
problemas. Por favor, recuerda que no necesito tu
escuché sus palabras y en ambas cajas guardé mis
ayuda. Si te enfrentas a una situación que no puedes
alegrías y mis tristezas. Pero la dorada se fue
manejar, no intentes resolverla. Te pido
poniendo más pesada y la negra estaba tan liviana
amablemente que la coloques en la bandeja
como antes. Con curiosidad abrí la caja negra para
(AQSDPH) "Algo que sólo Dios puede hacer". Me
saber por qué seguía tan liviana y encontré, en el
encargaré del asunto en Mi tiempo, no en el tuyo.
fondo de la caja, un hueco por el cual se habían
Una vez que hayas depositado tu problema en dicha
caído todas mis tristezas. Mostré a Dios el hueco y
bandeja no te aferres más a él o pretendas retirarlo
reflexioné en voz alta: "¿Me pregunto a dónde
de allí. El aferrarte o retirar tu problema, sólo hará
habrán ido mis penas?". Él me sonrió: "Hijo mío,
que se retrase la solución del mismo. Si fuera una
todas tus penas están conmigo". Le pregunté:
situación que tú consideres que puedes manejar por
"Señor, ¿por qué me has dado las cajas, por qué la
ti mismo, te pido, no obstante que, por favor, lo
dorada y la negra con un hueco?". "Hijo mío, la
consultes conmigo en oración, para que puedas
dorada es para que cuentes tus bendiciones, la
asegurarte de que tomarás la decisión adecuada,
negra es para que olvides todas tus penas".
debido a que yo no duermo nunca ni me adormezco
jamás. No hay razón por la cual tengas que perder
tu sueño en la madrugada a causa de las
preocupaciones. Descansa en mí. Si deseas
contactarme, estoy a la distancia de una oración.
Además considera lo siguiente: Sé feliz con lo que
tienes. Si encuentras difícil el dormir por las noches,
recuerda a las familias desamparadas que no tienen
un lecho dónde dormir. Si te encuentras atorado en
el tráfico, no desesperes. Hay gente en este mundo
para quienes tan sólo manejar es un privilegio.
Quedo de ti, tu amigo de siempre... ¡Dios!