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LA COCINA DEL SENTIDO

Roland Barthes

La actividad del hombre moderno es leer y observar signos sociales, como pueden ser imágenes,
gestos, comportamientos.

La semiología plantea justamente el análisis de este mundo de los signos donde todos nos habla.
Estamos rodeados de estos signos, nos movemos con expectativas e hipótesis que concluimos
de lo que leemos. Esta lectura de los signos es muy normal para nosotros, implica valores
sociales, ideológicos y culturales, y es de carácter doble. (la lectura literal y la que da cuenta de
otro sentido. Ej. Gente en la parada (esa es la lectura literal), entonces el colectivo no viene hace
rato (esta es la segunda lectura, esa que se configura a partir de ideologías sociales). Debemos
entrar en la cocina del sentido, luchas contra la inocencia de los objetos, descifrar los signos del
mundo y no quedarnos en lo literal.
SAUSSURE
Inició la semiología como ciencia y mostró las bases de la lingüística moderna. Su objeto de
estudio es la lengua, analizándola estructuralmente. Afirma que el lenguaje no puede ser objeto
de estudio por ser multiforme y heterogéneo. Dice que el lenguaje tiene un lado individual y
otro social, implica un sistema establecido y una evolución, tiene muchas formas y se aparta de
lo regular, está conformado por distintos elementos, mediante los cuales no es posible
clasificarlo.

Para deslindar la lengua del lenguaje, busca dar importancia a la forma, es decir a aquello que
se aloja en nuestro cerebro y nos permite entender al otro, y aparta el contenido, es decir, el
habla.

La lengua: Es el objeto separable e independiente de otros fenómenos del lenguaje.

 Es de naturaleza homogénea, ya que todos vamos a hablar de la misma manera.


 Está compuesta por signos (que expresan ideas), convirtiéndola en el elemento esencial
del lenguaje, el cual se basa en la unión del concepto y la imagen acústica. Esto quiere
decir que cuando un sujeto habla, produce una combinación particular de signos y
sonidos, y si este perdiera la capacidad de hablar o escuchar, su capacidad de entender
la lengua prevalecería.
 Es un hecho social, algo adquirido y convencional, no está completa en ningún individuo,
nadie es dueño de ella, existe en la masa. (Fenómeno social).
 El individuo es pasivo respecto a la lengua, porque no la puede modificar ya que es
convencional (de acuerdo social) y no supone premeditación, es involuntaria.

El habla: Es el uso individual de la lengua.

 Es de naturaleza heterogénea, ya que está conformada por diversos elementos.


 Utiliza el código de la lengua y la hace evolucionar.
 Es un acto individual de voluntad e inteligencia, con manifestaciones momentáneas.
Uno elige cuando hablar y cuando no.
 Es particular y siempre distinta, por eso no se la puede estudiar científicamente.

EL SIGNO LINGÜISTICO

Es la unidad mínima de la lengua, es la unión de un concepto (significado) y una imagen acústica


(significante). La imagen acústica no es el sonido material, o sea un hecho físico, sino que es la
huella psíquica de ese sonido. Es decir, no une a una cosa y una palabra.

Características del signo:

 ARBITRARIEDAD: No existe ningún lazo natural entre el significado y el significante, es


decir, que este es un acuerdo de masas, un acuerdo social. Cada comunidad de
hablantes utiliza distintos significantes para un mismo significado. Se les llama a las
cosas por un nombre que se les asigno prácticamente porque sí (de allí el término
“arbitrario”). Se trata de una relación inmotivada por la naturaleza. Un ejemplo de esto
sería la palabra árbol (en español) y tree (en inglés) cuyo significante es distinto, pero el
significado sigue siendo el mismo.

 LINEALIDAD: Al ser de naturaleza auditiva, el significante se desarrolla en el tiempo. Es


por ello no se puede escribir todo a la vez, sino que todo tiene una sucesión. O sea que
representa una extensión mensurable (que puede ser medible) y tiene principio y fin.

 INMUTABILIDAD: El signo lingüístico se resiste a todo intento de cambio, ya que la


lengua de una comunidad es estable y no puede ni necesita ser modificada, esto debido
a la multitud de signos que la lengua compone, los cuales se verían afectados ante un
mínimo cambio, ya que guardan relaciones complejas entre sí. También es la masa
misma quien se resiste a toda innovación lingüística. Dentro de la sociedad la lengua no
es libre, siempre es herencia de una época precedente y forma parte de su
cotidianeidad.

 MUTABILIDAD: Está arraigada a la linealidad, al tiempo que todo lo transforma, y


provoca una mutación en la lengua a lo largo de la historia. Los nuevos signos
incorporados nunca sustituyen a uno existente, sino que se conduce a un
desplazamiento entre la relación del significado y el significante, siendo esto una
consecuencia de la arbitrariedad del signo.

VALOR LINGÜISTICO

Es la propiedad que tiene una palabra para representar una idea, da forma a los significados y
los significantes. Cada termino tiene un valor que lo diferencia de otro, es decir, signo es lo que
otro no debido a su valor, es por ello que ningún signo tiene realidad en sí mismo, sino es con
su vecino. Sin los signos, no podríamos percibir las ideas con claridad, todo sería igual. El signo
es su totalidad, en la lengua no hay más que diferencias, un signo es lo que el otro no es, es por
esto que se habla de una relación negativa entre signos lingüísticos, por pura diferencia y
oposición, es decir, lo que realmente importa analizar son sus diferencias con otros.

 Aspecto conceptual (SIGNIFICADO): No se debe confundir valor lingüístico con


significación, el valor es un elemento de esta, mientras que la significación es el proceso
que une al significado con el significante cuyo producto es el signo. El valor de un signo
resulta de la presencia simultánea de otros signos que también poseen valor. Está
constituido por:

1. Una cosa desemejante (diferente) susceptible a ser trocada (cambiada) por otra
cosa cuyo valor está por determinar.
2. Cosas similares comparables con aquella cuyo valor se está por ver.

Estos dos factores son necesarios para la existencia de un valor. Por ejemplo, para
saber cuál es el valor de una moneda de $1 se la puede trocar (cambiar) por una
cantidad determinada de algo diferente, por ejemplo, un caramelo; o se la puede
comparar con un valor similar del mismo sistema, por ejemplo, con una moneda de
algún otro sistema (euro, dólar, etc.).
 Aspecto Material (SIGNIFICANTE): Lo que importa de una palabra no es el sonido por sí
mismo, sino las diferencias fónicas que permiten distinguir esas palabras de todas las
demás. Por ejemplo, “gato”, “pato”, “mato” suenan parecido, pero a nivel conceptual
son distintas.

FONEMAS

Es un elemento del significante lingüístico, se definen como las unidades mínimas y autónomas
en el plano de la expresión, que nos permite distinguir significados, por ejemplo, paso, peso,
piso, poseen diferentes significados gracias a la oposición entre a, e, i. Los fonemas tienen una
naturaleza psíquica, pues son un conjunto de rasgos distintivos archivados en las mentes de los
hablantes de una lengua.

SINCRONIA Y DIACRONIA

 Lingüística sincrónica o estática: Describe el sistema de la lengua en un momento


determinado: las relaciones entre sí, etc., sin considerar su historia. Los estudios
sincrónicos tienen prioridad sobre los diacrónicos.

 Lingüística diacrónica o evolutiva: Establece las leyes de los cambios a través del
tiempo. Estudia los acontecimientos capaces de transformar las lenguas.

RELACIONES SINTAGMATICAS Y RELACIONES ASOSIATIVAS

 Relaciones sintagmáticas: En un discurso, las palabras se ordenan de forma lineal, ya


que no existe la posibilidad de pronunciar dos elementos a la vez, estas combinaciones
se denominan sintagmas. El sintagma se compone de dos o más signos consecutivos, de
los que se debe considerar la relación que une las diversas partes de un sintagma y la
relación que enlaza la totalidad con sus partes. La oración es el tipo de sintagma por
excelencia. En conclusión, el sintagma es el grupo de elementos lingüísticos que forman
una unidad dentro de una oración.

 Relaciones asociativas: Fuera del discurso, las palabras ofrecen algo en común que
asocian en la memoria, formando el tesoro de la lengua de cada individuo. Las
asociaciones mentales serán tantas como relaciones diversas haya, ya que un término
dado trae consigo la asociación de otros términos coordinados cuya suma es indefinida.
No tienen orden. No hay relaciones sintagmáticas sin asociativas.
EL SIGNO SEGÚN PIERCE
Para él, el signo es una unidad tríadica (basada en un triángulo), denomina a este proceso
“Semiosis”, el cual está conformado por tres integrantes que se convierten en una unidad.
Realidad y conocimiento están en un mismo plano, es por ello que el signo es una representación
por la cual alguien puede mentalmente remitirse a un objeto. Los tres elementos de la triada
son:

 El representamen (primeridad): Es la parte material, es la representación de algo, lo


cual está en lugar de otra cosa, por ejemplo, un timbre, una nube negra, etc. Dichos
signos representan algo y estimulan algún sentido (interpretante). En resumen, es el
signo en sí mismo, el cual no se considera un objeto, sino una realidad teórica y mental,

 El objeto (secundidad): Es aquello a lo que alude el representamen al decir “algo que


está en lugar de otra cosa: su objeto”. Es algo de lo que el signo intenta dar cuenta. Es
existente. Dentro de este tenemos:

1. Objeto inmediato: Es el concepto, es fuente de conocimiento, está dentro del


signo (semiosis).

2. Objeto dinámico: Es algo que se puede ver y tocar, está fuera del signo, ya que
al ser algo físico, no contiene un conocimiento.

 El representante (terceridad): Es el efecto que causa el signo, es lo que produce el


representamen en la mente de la masa, es la idea del signo mismo, la captación del
significado en relación con su significante, lo que da como resultado siempre otro signo.
Dentro de este se encuentra:

1. Interpretante inmediato: Es aquel que corresponde al significado del signo, a lo


que él representa. Por ejemplo, si le digo a un amigo “Gane la lotería”, el
interprete inmediato se basa en la idea que se interpreta sobre “Ganar la
lotería”

2. Interpretante dinámico: Es el efecto que el interpretante produce en la mente


del sujeto. Por ejemplo, el efecto producido al escuchar la frase “Gane la
lotería”, el cual produce otras ideas o signos, como “Que surte la tuya”, “Yo
nunca gane nada, “¿No estará mintiendo?”.

En conclusión, todo signo remite a otro signo, y como lo que hay en nuestro pensamiento son
signos, todo signo/pensamiento remite a otro signo/pensamiento. No existe conocimiento
basado en sí mismo, sino que un conocimiento proviene de otro. El sujeto es un soporte de
signos, ellos leen e interpretan, con la finalidad de comunicarse. Los elementos de la triada no
son independientes, sino que se trata de relaciones para explicar la realidad viva de la semiosis.
SEMIOSIS INFINITA

Se basa en una sucesión continua de producción de signos mediante la cual los sujetos ven
pensando la verdad de las cosas y del mundo. Estos, al momento de leer un signo, lo interpretan
a partir de lo que ya tienen formado en su mente, es decir, a partir de las ideas, las visiones de
la realidad, etc. A partir de allí se van generando nuevas configuraciones.

PRIMER TRICOTOMÍA: División del signo en relación a sí mismo, es decir con el Representamen.

 Cualisigno: Ver el signo como cualidad. Fijarse sólo en los elementos cualitativos del
signo: lo perceptible, físico: color, olor, textura, sabor, etc.

 Sinsigno: Un objeto actualmente existente o un acontecimiento, en el sentido de una


función señal espacio–temporal. Por ejemplo, un cartel de “Pare” específico en una
esquina específica. Una palabra específica en un libro determinado.

 Legisigno: Ver el signo como una ley: un principio con un valor general, aceptado por la
masa. Por ejemplo, la cruz vista como representación de la moral cristiana. El signo de
“Reciclar”, silbato del árbitro, etc.

SEGUNDA TRICOTOMÍA: División del signo en relación con su objeto.

 Ícono: Es el signo que se relaciona con su objeto por razones de semejanza. Para Pierce
es una imagen mental, es decir, un representamen que representa a su objeto, al cual
se le parece. Por ejemplo, el ícono de la palabra “frio” es la imagen que se forma en
nuestra mete, de acuerdo a nuestra experiencia del frio. Un ícono también pueden ser
un cuadro, una fotografía o una maqueta.

 Índice: Es el signo que se conecta directamente con su objeto, se basa en una relación
causa-efecto. Por ejemplo, las huellas de un caballo sobre un camino, indica que un
caballo estuvo ahí; o por ejemplo rayos que indican que se acerca una tormenta; o humo
que representa incendio, etc.

 Símbolo: Se trata de una relación arbitraria con su objeto, funcionan por convención,
así como las palabras que no se basan en una ley natural. Por ejemplo, un billete, una
bandera, una paloma que se traduce como símbolo de paz, etc.

TERCER TRICOTOMÍA: División del signo en relación al Interpretante.

 Rema: Es un signo de posibilidad cualitativa, se establece una relación directa y nos


permite poca información del objeto.

 Dicisigno: Es un signo de existencia real, basado en una relación de posibilidad, da varias


características del objeto.

 Argumento: Es la representación final del objeto como signo.


EL PROBLEME DE LOS GENEROS DISCURSIVOS
Bajtín

Todas las acciones llevadas a cabo por los seres humanos están relacionadas al uso de la lengua,
y se desarrollan en el marco de determinado ambiente. No nos comportamos de igual manera
en todos los ámbitos, nuestro dialogo va a variar según el lugar en el que nos encontremos y la
persona a la que nos dirijamos.

Sin darnos cuenta, nos vamos ajustando a ciertas pautas o reglas que con el tiempo se fueron
instalando en las distintas esferas de la actividad humana.

Algunas esferas, como el ejército y la iglesia contemplan pautas más estrictas a la hora de
comunicarnos. Esas reglas o pautas forman parte de lo que la lingüística llama “géneros
discursivos”.

Los géneros discursivos están compuestos por enunciados (que pueden ser orales o escritos) y
son heterogéneos, ya que al ya que, al tratarse de las esferas de la actividad humana, vemos que
estas son infinitas, y van a depender del tema, de la situación. Del número de participantes, etc.

Existen dos tipos de géneros discursivos:

1. Primarios (simples): son los más inmediatos, se dan en la actividad cotidiana (charlas,
cartas, mails, etc.).
2. Secundarios (complejos): surge de la comunicación más compleja, principalmente la
escrita. Estos absorben a los primarios y los apartan de su realidad, la cual solo es posible
en el contexto en donde se los incluya (por ejemplo, una carta en una novela).

LOS ENUNCIADOS

Son unidades de comunicación, es decir, un conjunto de palabras que permiten la comunicación.


Hablamos mediante enunciados, estos hacen referencia a algo y pueden ser respondidos. El
discurso se da mediante los enunciados, la única frontera o limite que estos tienen es el cambio
de sujeto, es decir por las alternaciones de los hablantes. Un enunciado termina cuando se cede
la palabra a la otra persona.

Características de los enunciados:

 Sus límites se determinan por el cambio del sujeto hablante.


 La conclusividad, es decir, la posibilidad que da el enunciado a ser respondido ya que se
comprende su intención discursiva.
 Su contexto es una situación comunicativa concreta, real.
 El enunciado posee expresividad.
 Pertenece a un hablante concreto.
 Se relaciona con enunciados anteriores y posteriores.
LA ORACIÓN

 Es la unidad mínima de la lengua.


 Es una idea concluida, por lo que no permite respuesta.
 Su contexto es el del discurso de un mismo hablante.
 Se relaciona con otros enunciados del mismo hablante.

GENERO Y ESTILO

Para Bajtín, el estilo tiene que ver con los recursos léxicos y gramaticales de la lengua. Este está
vinculado a una forma de enunciado que va a variar según el género discursivo. Es decir, es en
los enunciados en donde se van a reflejar las condiciones de cada esfera, mediante:

 Su contenido temático
 Su estilo verbal
 Su composición o estructura.

Para Bajtín todo hablante es de por sí un contestatario, ya que no es el primero que habla, sino
que cuenta con la presencia de enunciados anteriores y posteriores.

El estilo y la composición del enunciado dependerá de cómo el autor perciba a sus destinatarios.
Así como los políticos buscan convencer al destinatario, dichas esferas enfocaran su discurso a
partir de sus propias necesidades.

CRITICA A SAUSSURE

Bajtín critica a Saussure, quien no trabaja lo material y parcializa el estudio del lenguaje,
apartando todo su contenido, el habla.

Para Saussure el oyente es pasivo, mientras que para Bajtín la comunicación necesita de un
hablante y un oyente activo, incorporando la categoría de discurso, la cual se basa en:

La lengua + los sujetos que participan + un contexto particular + un contexto global

Mientras que Saussure trabaja el signo lingüístico, Bajtín se basa en el signo ideológico, aquel
cuya función es comunicar sentidos.

Bajtín dice que las condiciones materiales de la vida condicionan al sujeto, que, al hablar, refleja
su vida.
SEMIOLOGÍA DE LA LENGUA
Benveniste

Según Benveniste, para Pierce la semiología de la lengua se reduce a las palabras, que son signos,
pero no participan de una categoría distinta. Pero para Saussure es la reflexión que procede a
partir de la lengua, y la toma como objeto exclusivo. La lengua es una totalidad en sí y un
principio de clasificación. A la lingüística se le asignan 3 tareas:

1. Describir en sincronía y diacronía todas las lenguas conocidas.


2. Deslindar las leyes generales que actúan en las lenguas.
3. Delimitarse y definirse a sí misma (esta absorbe a las dos anteriores).

Para Saussure una lingüística solo es posible conociendo su objeto, para esto hay que separar la
lengua del lenguaje, ya que el lenguaje en su conjunto es multiforme y heteróclito (se sale de lo
habitual), a la vez es físico, psíquico, y pertenece al dominio social e individual, es por esto que
no se deja clasificar en ninguna categoría de los hechos humanos. La lengua, por el contrario, es
una totalidad en sí y un principio de clasificación.

La lengua es un sistema de signos que expresan ideas y por eso es comparable a la escritura, al
alfabeto de los sordomudos, a las formas de cortesía, etc. Solo que la lengua es la más
importante entre estos sistemas.

LOS FUNDAMENTOS DE LA SEMILOGIA

Para Saussure el signo es una noción lingüística que se extiende a ciertos ordenes de hechos
humanos y sociales. Los ritos simbólicos, las formas de cortesía, no son sistemas autónomos, ya
que, para nacer y establecerse como sistema, suponen la lengua que los produce e interpreta.
El papel del signo es representar, ocupar el puesto de otra cosa. El carácter común a todos los
sistemas es su propiedad de significar y su composición en unidades de significancia o signos.

Un sistema semiológico se caracteriza:

 Por su modo de operación, es la manera en la que el sistema actúa, especialmente el


sentido (vista, oído, etc.) mediante el que se dirige.
 Por su dominio de validez, es aquel dónde se impone el sistema y debe ser obedecido
(socialmente).
 Por la naturaleza y el número de sus signos, son función de las condiciones
mencionadas.
 Por su tipo de funcionamiento, es la relación que une a los signos y les otorga una
función distintiva.

El primero y el segundo suministran las condiciones externas, es decir las condiciones empíricas
del sistema (reales), mientras que los últimos dos, relativos a los signos y a su tipo de
funcionamiento, indican las condiciones internas, es decir las condiciones semióticas (mentales).

Los signos de la sociedad pueden ser interpretados por los de la lengua, pero no a la inversa. La
lengua será el interpretante de la sociedad.
El signo es una unidad, pero la unidad puede no ser un signo, por ejemplo, en la “lengua
musical”, la unidad elemental, es decir el sonido, no es un signo. Existen sistemas de unidades
significativas (la lengua), y sistemas de unidades no significativas (la música). La lengua es el
intérprete de todos los demás sistemas, lingüísticos y no lingüísticos.

RELACIONES ENTRE SISTEMAS SEMIOTICOS

1. Un sistema puede engendrar a otro: el alfabeto normal engendra al alfabeto Braille


(alfabeto de personas con capacidad visual reducida, que se basa en puntos
sensibles al tacto). Esta relación de engendramiento vale entre dos sistemas
distintos, pero de igual naturaleza. El alfabeto Braille está desarrollado a partir del
primero y desempeña una función específica.

2. La relación de homología: establece una correlación entre las partes de dos sistemas
semióticos, esta relación es instaurada en función de conexiones que se descubren
entre dos sistemas distintos.

3. La relación de interpretacia: es la que se instituye entre un sistema interpretante y


un sistema interpretado. Desde el punto de vista de la lengua, es la relación
fundamental. Ningún sistema dispone de una “lengua” en la que pueda
categorizarse e interpretarse según sus distinciones semióticas, mientras que la
lengua puede categorizar e interpretar todo, incluso a ella misma.

DOBLE SIGNIFICANCIA SEMIOTICA Y SEMANTICA

La lengua nos ofrece el único modelo de un sistema que sea semiótico a la vez en su estructura
formal y en su funcionamiento.

 Se manifiesta por la enunciación, que alude a una situación dada, habar siempre es
hablar de.
 Consiste formalmente en unidades distintas, cada una de las cuales es un signo.
 Es producida y percibida en los mismos valores de referencia, entre todos los miembros
de una comunidad.
 Es la única actualización de la comunicación intersubjetiva.

La lengua combina dos modos distintos de significancia, el semiótico y el semántico:

 Lo semiótico (el signo), designa el modo de significancia, propio del signo lingüístico y
que lo constituye como unidad. La única cuestión que provoca el reconocimiento de un
signo es su existencia. El estudio semiótico consistirá en identificar las unidades, en
describir las marcas distintivas. Cada signo afirma con claridad su significancia entre un
conjunto de signos. Lo semiótico debe ser reconocido (rosa es lo que no es rojo, mama
es lo que no es papa).
 Lo semántico (el discurso), se entra en el modo especifico de significancia, que es el
engendrado por el discurso. Los problemas que se plantean aquí son función de la
lengua como productora de mensajes. Se trata de la comprensión a través del sentido,
corresponde a la categoría “habla” de Saussure, o sea uso, ya que dicho sentido aparece
a través del contexto. Lo semántico debe ser comprendido.
DE LA SUBJETIVIDAD EN EL LENGUAJE
Benveniste

Benveniste está en contra de la noción de lenguaje como instrumento de comunicación,


porque esto opone al hombre y la naturaleza. La utilización del término instrumento
implicaría a una fabricación del hombre. Y puesto que el lenguaje forma parte de la
naturaleza del hombre, no es posible separar uno del otro, ni mucho menos decir que el
lenguaje es una creación del hombre. Al sostener la teoría del lenguaje como instrumento,
se habla, en realidad, del lenguaje puesto en acción: el discurso. Éste sí es un instrumento
de comunicación, como también lo es lo que lo conforma, la palabra (que no es más que una
actualización del lenguaje).

LA SUBJETIVIDAD

La subjetividad es la capacidad del locutor de plantearse como sujeto. No se define por el


sentimiento que cada uno experimenta de ser uno mismo, sino como la unidad psíquica que
trasciende la totalidad de las experiencias vividas, que reúne asegurando la permanencia de la
conciencia. La subjetividad es la emergencia en el ser de una propiedad fundamental del
lenguaje: Ego es quien dice ego. El fundamento de la subjetividad se determina por el estatuto
lingüístico de la persona.

El lenguaje permite al hombre definirse a él mismo. Esto lo hace mediante el “yo”, y se refiere a
alguien el cual será TU, ningún (tú/yo) es concebible sin el otro, son complementarios, es decir,
se basa en una acción recíproca, en donde rápidamente “YO” me puedo transformar en “TU”.

Por lo tanto, la subjetividad emerge en el discurso. El lenguaje la posibilita, porque contiene las
formas lingüísticas necesarias para la expresión. Cada locutor que ejerce el discurso, aplica las
formas “vacías” (pronombres) que el lenguaje aporta, a su propia persona. Al hacer esto define
el “yo” y el “tú” de su enunciado.

PRONOMBRES PERSONALES

Son formas vacías que dependen de la situación comunicativa que le adjudica valor. Los
pronombres de primera persona (yo/tu) definen lo que es la categoría de persona, mientras que,
para Benveniste, los pronombres de tercera persona no existen, es decir, que están ausentes y
fuera de la situación. El YO y el TU están dentro de la enunciación, mientras que el EL no forma
parte de la enunciación, sino del enunciado, es decir, de aquello de lo que hablan el YO y el TU.
El “El” es la no-persona.

POLARIDAD DEL LENGUAJE

El lenguaje sólo es posible porque cada locutor se pone como sujeto y remite a sí mismo: un yo
que plantea otra persona y que desde un exterior a mí se vuelve mi eco al que digo tú
diciéndome tú. Esta polaridad es exclusiva del lenguaje.
EL APARATO FORMAL DE LA ENUNCIACIÓN
Benveniste

La enunciación es poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilización, el acto mismo
de producir un enunciado y no el texto del enunciado que es el objeto. Es un hecho del locutor
que toma a la lengua como instrumento. Existen tres modos principales de estudiar este
fenómeno enunciativo:

1. La realización vocal de la lengua: Es un acto individual y aproximado, los sonidos no


son reproducidos nunca de la misma forma.

2. La semantización de la lengua: Antes de la enunciación, la lengua no es más que la


posibilidad de la lengua. Después de la enunciación, la lengua se transforma en una
instancia del discurso, que emana un emisor y espera un receptor.

3. La enunciación en el marco formal: El YO se apropia de la lengua, la convierte en


discurso, y cuyo resultado en la enunciación.

En cuanto aparece un locutor, implanta al otro delante de él: una alocución postula un
alocutario. Es decir, la presencia del locutor hace que cada instancia de discurso constituya un
centro de referencia interna.

La enunciación puede definirse, en relación con la lengua, como un proceso de apropiación.


Este acto individual de apropiación, introduce al que habla en su habla. La presencia del locutor
en su enunciación hace que cada instancia de discurso constituya un centro de referencia
interna. Esta situación es poner al locutor en relación constante y necesaria con su enunciación.
DEIXIS DE PERSONA / APELATIVOS
DEIXIS: Es la forma lingüística que utilizan los sujetos hablantes en sus enunciados para hacer
referencia, señalar, indicar, demostrar una situación, una persona, un objeto particular, etc. Los
deícticos no muestran objetos generales del mundo, sino aquellos que giran alrededor del eje
central: el sujeto hablante.

Mediante la deixis se busca identificar los deícticos, estos son palabras que se interpretan en
relación al contexto del discurso, son indicadores, señalan algo. Pueden aparecer de manera oral
o escrita. Los deícticos hacen referencia a algo, al decir “esta casa” (se señala a una casa, es un
deíctico) y si quien lo escucha no se encuentra en ese contexto no lo podrá identificar.

Los deícticos pueden ser:

 Puros: yo/tú/vos/nosotros/ustedes, solo cuando se cumple VOS + VOS (ustedes). O sea,


cuando el “nosotros” es inclusivo.

 Impuros: Nosotros/ustedes, pero cuando se agrega la 3ra persona, es decir, cuando se


cumple VOS + ÉL (ustedes), por ejemplo, “Vos y Pedro tendrán que leer este texto para
mañana, ustedes todavía no lo hicieron”. O sea, cuando el “nosotros” es exclusivo.

DEIXIS DE PERSONA

Es aquella expresión deíctica que hace referencia al papel que ocupa un participante. Se toma
la 1º y 2º persona del singular y plural, la 3º es “no persona” porque no está dentro de la
enunciación y porque con la 3º persona se puede referir también a todo lo “no humano” sean
animales u objetos. Es decir, en esta deixis se van a obtener pronombres.

 Pronombres personales: yo/tu/vos/nosotros.


 Pronombres posesivos: mío/tuyo/nuestro.
 Pronombres demostrativos: éste/ése.
 Pronombres terminales-complementarios: de-mi/de-vos/para-mi/para-vos.
 Pronombres objetivos: me/te.

EL PROBLEMA DE LOS PRONOMBRES PLURALES

El “Nosotros” puede ser:

 Exclusivo: YO + ÉL (“Nuestra catedra resolvió tomar el examen escrito”)

 Inclusivo: YO + TÚ (“Vos y yo sabemos lo que necesita nuestro hijo”)

 Colectivo: Se incluyen las tres personas, YO + TÚ + ÉL (“Lo hicimos todos nosotros”)


APELATIVOS: Son términos léxicos (conjunto de palabras) que se emplean en el discurso para
mencionar a una persona. Estos pueden ser:

 Pronombres personales (yo, tu)


 Nombres propios (Pedro, Juan)
 Sustantivos comunes (gato)
 Los títulos (“mi general”, doctor)
 Algunos términos de relación (“alumno”, “compañero”)
 Términos de parentesco (hermano, cuñada)
 Términos metafóricos (mi gatito)
 Adjetivos (mi dulce, mi querido)
 Términos que designan a un ser humano (flaco, muchacho, viejo)

Los apelativos pueden presentarse como la primera, segunda y tercera persona del verbo para
designar la persona que habla (el locutor), aquella a quien se habla (el alocutario), y aquella de
la cual se habla (el delocutor).

PROPIEDADES DE LOS APELATIVOS

 Tienen un carácter deíctico, ya que permiten la identificación de un referente.


 Tienen un carácter predicativo, permiten efectuar una predicación explicita (decir algo
de alguien)
 Manifiesta relaciones sociales, por eso permite efectuar una segunda predicación, que
remite a la relación social del locutor con la persona designada.
MODELO DE ANALISIS DEL SISTEMA ENUNCIATIVOS PARA EJERCITAR

LA PESTE ES EXTRANJERA
Por Héctor Tizón

Desde principios de año hay casi seiscientos casos de cólera registrados en Jujuy.

Para muchos, la epidemia de cólera que azota desde el año pasado el noroeste argentino llega de otros países. Para el autor de esta nota
es un producto local, resultado inevitable de la pobreza y la desprotección de la gente.

Desde que el cólera asomó la cara en esta región, ha pasado más de un año. Desde el 1 de enero hasta hoy, hay casi seiscientos casos
registrados y un par de docenas de muertos. Como antes, ahora el Gobierno demuestra sus buenos sentimientos tratando de disimular,
molesto, la absurda o escandalosa irrupción de un estigma del Tercer Mundo, como si el regusto de una pesadilla perturbara el voluntarioso
ensueño nacional de los pocos, o el de los demás, el de las revistas de y para “ricos y famosos”, de cuyo esplendor nos beneficiaremos todos,
sin duda, y en el cual los hábitos y los días transcurren sin dificultad y todo marcha bien y todo irá mejor.

El cólera, la pobreza y la incuria van de la mano y son aquí ubicuos. El presidente y sus ministros han acudido a Perico —curioso designio—
, se han retratado junto a un pobre infeliz deshidratado y han regresado, raudos. Dejando, eso sí, algún dinero y algunas recomendaciones
asépticas. Quizá no hayan leído, o hayan despreciado por agorera, la nota de un modesto diario local que decía: “Todo el noroeste argentino
se ve afectado por la desocupación producida por la paralización industrial, el receso de la actividad minera, la crisis azucarera y del tabaco,
y los graves problemas por los que atraviesa la producción frutihortícola, provocada por la introducción de productos del Brasil, Chile y el
Paraguay, que tienen costos distintos e inferiores a los argentinos.”

En un dispensario de campaña encuentro a una joven médica asistiendo a un niño y cuando yo asomo sale un cura. Afuera, debajo de un
árbol, esperan un hombre y una mujer sin edad y otros niños, silenciosos. Pregunto y ella dice que necesita más suero y no lo tiene. Zumban
las moscas en la siesta. Por decir algo, también pregunto acerca del cura. “Ha venido a rezar”, dice. La joven médica quiere sanar al enfermo;
el cura quiere asistirlo para una vida futura. Los que están esperando afuera, debajo del árbol, no dicen nada. Esta gente, sin pensarlo,
racionaliza el sufrimiento, le da un sentido, por eso se resigna. Pero la miseria no es beneficiosa. La experiencia del dolor puede ser fecunda,
pero no lo justifica.

Fronteras

Por los medios se desliza la información de que la peste no proviene sólo de la falta de agua potable, redes cloacales o de la miseria y el
abandono, sino que viene de Bolivia. Eso encaja en el discurso oficial, que tiene abolengo desde el alto medioevo. Por esta causa se cierra
la frontera, se nos pone en cuarentena, se decreta la expulsión de una caterva de desgraciados sin papeles y se nos fumiga. De pronto
dejamos de ser los “hermanos de tierra adentro” y somos todos extranjeros. El cólera se eleva a la dignidad de destino o condición de
nacimiento y el hombre muere desintegrándose en aguas y vuelve a ser lo que fue. Pero ni aun así el infortunio muestra el torvo rostro de
la rebelión —como debiera si el dolor no amortiguara los resortes— sino el de la muerte preasignada, el de la marchita ternura del corazón.

En la botica del pueblo, adonde he ido a comprar unos ungüentos, encuentro a una vieja que suele proveer tal casa y otras de carne de
chivos. Dice que ya no la traerá, porque se la quitan los gendarmes. “¿Qué hacen con ella?”, pregunto. “Se la comen ellos”, dice, como si
hablara de un fenómeno natural. “Usted que sabe de remedios —pregunto al boticario—, ¿qué piensa que haremos?” Él se encoge de
hombros y dice que nada. Luego dice: “Uno nace como puede, crece, trabaja, ama un poco, porque el mundo sin amor es un mundo muerto,
se casa, envejece y muere como sea. Eso es todo.”

Yo pienso en los extranjeros expulsados de esta tierra lejana, afectada por la desocupación, el atraso, la incuria y ahora la peste. ¿Nos
tendremos que ir todos? ¿Tendremos que elegir entre el bienestar o la soledad riesgosa y la vergüenza? Pero nada en el mundo vale la pena
que uno se aparte de lo que le es propio.

Clarín, noviembre de 1990.


1) Deixis personal y apelativos

En este apartado se analiza cómo el discurso construye las “imágenes” del sujeto de la
enunciación, de sus enunciatarios (explícitos o implícitos) y de las otras personas que intervienen
en el esquema enunciativo.

El texto se inicia con referencias de tercera persona (“el cólera”, “el Gobierno”, “los pocos”) que,
como se sabe, no es deíctica, salvo negativamente (en el sentido de que indica que no se está
mencionando ni a la primera ni a la segunda persona, que sí son deícticas puras). Pero el primer
párrafo termina mencionando a una primera persona del plural: “nos beneficiaremos todos”.
Más allá de su sentido irónico (que se desprende de toda esa parte del texto), se trata de un
nosotros de alcance máximo (equivalente a “nosotros, los argentinos”).

Más adelante (tercer párrafo), aparece una primera persona singular (“encuentro”, “yo asomo”,
“pregunto”), que remite al enunciador del texto, comentador o narrador (ver punto 4). Después
del subtítulo “Fronteras”, esa primera persona se incluye en un plural cuyo alcance es menor
que el anterior (exclusivo): “se nos pone en cuarentena”, “dejamos de ser”, “somos todos
extranjeros”; se refiere a los jujeños o a los habitantes del norte del país.

En el siguiente párrafo hay un segmento dialogado (ver punto 4) donde el narrador se dirige a
un enunciatario representado, el boticario: “Usted”, “sabe”, deícticos puros.

No hay marcas explícitas (lingüísticas, deícticas) de un enunciatario de todo el texto. Se puede


reconstruir a partir de su sentido general, del lugar de publicación y del contexto situacional: el
autor se dirige a todo el pueblo argentino (los lectores del diario), e indirectamente al gobierno
y sus partidarios, desde la perspectiva de un habitante del norte que se siente injuriado y
menoscabado en sus derechos. También, sobre todo en el párrafo final, por las preguntas en esa
primera persona del plural ya utilizada antes, se puede entender que se dirige a sus propios
coterráneos, afectados por la situación.

Los apelativos son numerosos, y todos de tercera persona (delocutivos), es decir que no son
deícticos. Pero suelen tener un gran contenido predicativo y, a veces, indican relaciones sociales.
“El Gobierno”, “el presidente” y “sus ministros” pertenecen al mismo campo semántico y
aparecen como directos responsables de la situación descrita en todo el texto. Se podrían
agrupar también con los “ricos y famosos”, “el cura”, “los medios”, “los gendarmes”. Del otro
lado (seguramente el del autor): “pobre infeliz deshidratado”, “una joven médica”, “un hombre
y una mujer sin edad”, “otros niños”, “los que están esperando afuera”, “caterva de
desgraciados”, “hermanos de tierra adentro”, “una vieja que suele proveer mi casa...”, “el
boticario”. Estos campos semánticos se podrían ampliar con el agregado de los subjetivemas,
que se agrupan de manera similar (ver punto 5).

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