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Universidad Nacional de General Sarmiento

Programa de Acceso y Acompañamiento

Taller Inicial Común: Taller de Lectura y Escritura

1° trimestre 2019

Discusión sobre la aplicación obligatoria de vacunas1


Corpus 1

Actualizado y ampliado por la profesora Mariángeles Carbonetti

1
Este corpus retoma algunos textos y actividades del corpus sobre salud y enfermedad realizado por los profs. Laura
Ferrari y J. Manuel R. Lorenzini.
Introducción

La actividad del último tramo del Taller Inicial de Lectura y Escritura (Trabajo práctico N° 5)
consiste en la elaboración de un texto predominantemente expositivo- explicativo que deriva del
análisis de cuatro fuentes que abordan una temática común. Esta actividad retoma y profundiza
las cuestiones más importantes en relación a la lectura y la escritura que se han considerado
previamente.

Uno de los objetivos centrales del Taller es trabajar la escritura en tanto proceso que tiene
distintas etapas que suponen la lectura, la escritura, la relectura (del texto que el escritor produce
y de las fuentes que consulta previamente) y la reescritura. Por tal motivo, gran parte de la
producción del trabajo final se desarrollará en clase y supone la entrega obligatoria de
borradores.

Los textos que constituyen el corpus abordan la discusión sobre la aplicación obligatoria de
vacunas. Las vacunas son productos biológicos que se administran en la población con el
objetivo de generar un “estímulo inmunitario específico” y así, proteger al individuo en
posteriores exposiciones frente a las enfermedades. El efecto protector de las vacunas también
impacta en las personas que, por alguna razón, no están vacunadas y, por eso, la situación
epidemiológica del planeta se ha modificado a partir de la administración de las vacunas. De
hecho, la vacunación sistemática ha permitido erradicar y/ controlar enfermedades como la
viruela, la poliomielitis, el sarampión, el tétanos, la difteria y la rubéola, entre otras. Los
calendarios de vacunación (secuencia cronológica que indica qué vacuna debe aplicarse en cada
etapa de la vida) varían en cada país de acuerdo con su situación sanitaria. Por ejemplo, en
Argentina el calendario de vacunación contempla 20 vacunas obligatorias que deben
administrarse de manera gratuita en toda la población.

En los últimos años han aparecido a nivel mundial los denominados “movimientos antivacunas”
que cuestionan el beneficio de las vacunas y se oponen a su aplicación obligatoria. Entre sus
argumentos se destacan, entre otros, los supuestos efectos negativos que las vacunas pueden
generar.

Para profundizar este tema, les sugerimos la lectura de los siguientes textos:

Entrevista a la pediatra e investigadora Romina Libster


https://www.pagina12.com.ar/177890-las-fake-news-sobre-vacunacion

Información del Ministerio de Salud y Desarrollo Social


https://www.argentina.gob.ar/salud/vacunas

2
Texto 1
Los falsos mitos del movimiento antivacunas
Cristina Freuler*

Ante el rebrote de algunas enfermedades que parecían controladas, un texto esclarecedor para
alertar sobre los riesgos de no vacunar a los chicos.

En voz baja se dice por toda Europa que los ingleses son locos y fanáticos; locos porque inoculan a sus
hijos la viruela para evitar que contraigan esta enfermedad; fanáticos porque, para prevenir un mal
incierto, provocan, tranquilamente, una enfermedad segura y terrible. Los ingleses, por su parte, dicen:
“Los otros europeos son cobardes y desnaturalizados; cobardes, porque temen hacer sufrir un poco a sus
hijos; desnaturalizados, porque los exponen a que mueran un día de viruela.

Cartas filosóficas. Voltaire, año 1727 aprox.

[1] Edward Jenner desarrolla la primera vacuna en 1796 contra la viruela y, gracias a ella, esta
enfermedad de altísima mortalidad se encuentra actualmente erradicada del mundo. Ante estas
evidencias, la primera de puro sentido común y la otra científica, ¿podemos seguir oponiéndonos
a las vacunas? Sabemos que en Venezuela hay casos, y muertos, por difteria. Es cierto que la
pobreza, malnutrición, etc., tienen que ver, pero en Italia también falleció un niño de esta
enfermedad ya casi olvidada.

[2] Y ahora el sarampión. Estamos viviendo un rebrote del mismo en varios países, y no solo
“subdesarrollados”. Pareciera que tantos años con muy escaso número de enfermos nos llevó a
olvidar la gravedad de este mal. En la época previa a la vacuna, que se aprueba en 1963, morían
dos millones y medio de personas por año de sarampión, en 2016 murieron cerca de 90 mil y
esto sin contar a quienes quedan con lesiones crónicas o secuelas. Son cifras demasiado altas
para una enfermedad que podría ser erradicada tal como lo fue la viruela.

[3] Las complicaciones y las muertes son más frecuentes en menores de 5 años y mayores de 30
años y se deben a encefalitis (compromiso del tejido cerebral), neumonía y/o deshidratación. Las
secuelas más graves son la ceguera, la discapacidad intelectual y la panencefalitis esclerosante
subaguda, entidad que se presenta años después de “curado” el sarampión y lleva a una
destrucción progresiva del cerebro.

[4] El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas, incluso mucho más que el ébola
que tanto revuelo causó hace unos años. Está causada por un virus (de la familia
paramixoviridae) que se transmite por aire o por contacto directo, es decir, manos y elementos
contaminados. El virus ingresa por el tracto respiratorio y se extiende al resto del organismo. El
primer signo suele ser fiebre alta, unos 10 a 12 días después del contagio. Se agrega rinorrea
(mocos por la nariz), conjuntivitis y una erupción, primero fugaz dentro de la boca y que

3
involucra luego el rostro, la parte superior del cuello y se extiende por todo el cuerpo hasta
manos y pies. No existe ningún tratamiento antiviral específico. La ciencia todavía no puede
ayudar a quien se enfermó, pero sí tenemos la vacuna.

[5] Hace ya unos años, atendí a un adolescente de 16 años con una meningoencefalitis por virus
de la rubéola. Sorprendida al recibir el informe de laboratorio pregunto a su madre si no estaba
vacunado. Su respuesta me dejó petrificada: “Yo no sometí a mis hijos a eso”. Sin embargo,
aceptaba someterlo a lo que le estaba pasando. ¿Qué pasa que hay gente que se opone a
vacunarse? Es cierto que hay mucho de moda, pero prefiero creer que quien toma una decisión
de esta envergadura analiza todas las herramientas a su alcance. Deseo aportar algunos datos y
sentido común a la discusión.

[6] ¿Cuáles son los principales motivos que se esgrimen para no vacunar? Aquí van. Quizás me
olvide más de uno:
- Tener sarampión es mejor y tiene menos riesgos que vacunarse. Falso. La mortalidad por
sarampión es de uno a tres casos cada cien enfermos mientras que los riesgos de la vacuna son:
problemas moderados y pasajeros, como dolores articulares, disminución de plaquetas,
convulsiones febriles (uno cada tres mil / 30 mil casos). Entre los problemas severos: alergia
grave (menos de uno cada millón de dosis), sordera o daño cerebral –son tan poco frecuentes que
no se pudo determinar, ni descartar, si realmente fueron provocados por la vacuna–. Por último,
el autismo que, no solo fue descartado que lo produjera la vacuna, sino que además se demostró
que se debe a una alteración genética que trae el niño desde el nacimiento.
- Se defiende la medicina “natural”. Falso. ¿Los virus no son parte de la naturaleza?
- Gente que considera que la homeopatía es mejor. Falso. Como respecto a la homeopatía
practicada por profesionales capacitados transcribo su definición: “disciplina que se fundamenta
en la aplicación de pequeñas cantidades de sustancias que, si se aplicaran en grandes
proporciones a un individuo sano, producirían los mismos síntomas que se pretende combatir”.
Un concepto muy parecido al de las vacunas. Tanto la Sociedad de Homeopatía de Estados
Unidos como nuestra Asamblea Nacional de Homeopatía (ANH) han destacado que homeopatía
y vacunas no son incompatibles.
- Temor por los “conservantes” como por ejemplo el timerosal (derivado del aluminio).
Falso. Los problemas sobre la seguridad del timerosal se plantearon a finales de los 90 basándose
en que la cantidad de mercurio que se acumularía por la aplicación de todas las vacunas incluidas
en los calendarios infantiles podría ser superior al límite recomendado para el metilmercurio. Sin
embargo, el tiomersal contiene etilmercurio, que se descompone mucho más rápidamente que el
metilmercurio y no se acumula en el organismo. La OMS y varios grupos de expertos
independientes luego de más de 10 años de estudios coinciden en que no hay pruebas de que la
cantidad de tiomersal utilizada en las vacunas suponga un riesgo para la salud.
- Hay gente que considera que si tiene a sus hijos sanos y en casa no se contagiarán.
Verdadero, pero… Este argumento es cierto siempre y cuando evitemos que tengan contacto con

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ningún otro niño o individuo que pueda padecer la enfermedad, al menos hasta los 3 años de
vida, así evitamos la edad más peligrosa de la enfermedad. Pero, ¿es esto sano para el desarrollo
social e individual de ese niño? Por otro lado, hay personas que tienen contraindicada la vacuna
y se protegen indirectamente si su entorno la ha recibido. La vacunación tiene por lo tanto
también un impacto en toda la sociedad que deberíamos tener en cuenta.

[7] ¿Qué podemos concluir? Sabemos que la ciencia es dinámica, que puede equivocarse e
incluso confundirnos, pero de la que aprendemos todo el tiempo. A la luz de los conocimientos
actuales queda claro que prevenir la enfermedad es mucho mejor que padecerla.

*Profesora de Enfermedades Infecciosas en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la


Universidad Austral.

Freuler, Cristina. Los falsos mitos del movimiento antivacunas. En Perfil. Buenos Aires, 27 de
mayo de 2018. Texto adaptado. Disponible en https://www.perfil.com/noticias/elobservador/los-
falsos-mitos-del-movimiento-antivacunas.phtml

Texto N° 2
Las vacunas bajo la lupa
Universidad Nacional del Litoral

[1] La polémica postura del movimiento social antivacuna, que busca desvalorizarlas, generó
preocupación y se instaló como tema de debate. En la actualidad vivir sin vacunas es impensable, evitan
enfermedades, secuelas e incluso la muerte.

[2] En la historia de la humanidad, las guerras y las enfermedades han diezmado poblaciones enteras,
desde los pueblos originarios hasta sociedades de mediados del siglo pasado. Viruela, poliomielitis,
sarampión o rubéola alemana, difteria, pertusis o tos ferina, cáncer cervical, hepatitis B, paperas,
neumonía, rubéola, tétanos y enfermedades diarreicas provocadas por Rotavirus, son algunas de las
responsables de altas tasas de mortandad. Por eso aunque cueste entenderlo, la única manera de detenerlas
es la inmunización producto de la vacunación sistemática.

[3] En la actualidad, entendemos que las vacunas son como un chaleco protector contra todas las
enfermedades, las madres no dudan en cumplir con el calendario obligatorio, porque saben que es la
manera más efectiva de proteger a sus hijos. Pero, ¿es válida esa confianza? En los últimos años surgió
una nueva corriente social que cuestiona las vacunas y predica efectos colaterales como, por ejemplo, el
autismo.

[4] Diego Fontana, biotecnólogo y doctor en Ciencias Biológicas de la Facultad de Bioquímica y Ciencias
Biológicas (FBCB) afirma que “las vacunas que forman parte del calendario de vacunación en nuestro
país son muy seguras y efectivas. Es importante saber que para aprobar su uso en seres humanos deben

5
someterse a distintos procesos y análisis que confirmen su seguridad. Estos estudios son evaluados por las
entidades regulatorias correspondientes antes de ser aprobadas. En Argentina ese rol de control lo cumple
la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)”.

[5] Por su parte, Carolina Veaute, investigadora y especialista en inmunología de la FBCB, advirtió: “De
ninguna manera debe detenerse la vacunación, aunque tengamos la percepción de que una enfermedad
está casi erradicada, los agentes patógenos todavía se encuentran en la población y si el número de
personas infectadas es bajo, no hay dudas de que se debe a la efectividad de la vacunación. Por otra parte,
pensemos qué sucedería en una población no vacunada si llegan viajeros de otros lugares del mundo que
sean portadores del agente patógeno. Esta infección se transmitiría rápidamente en la población no
protegida”.

[6] Desde el Estado la postura es tácita: la vacunación es una responsabilidad y un derecho. Carolina
Cudós, infectóloga responsable de la Dirección Provincial de Promoción y Prevención de la Salud del
Gobierno de Santa Fe, agregó que “la vacunación significa una protección personal que se traduce en una
menor susceptibilidad individual a la infección, la inmunidad colectiva constituye una protección que se
manifiesta en una reducción de la infecciosidad en toda la población. La alta cobertura en la comunidad
produce una reducción de la circulación del agente infeccioso y consecuentemente, del riesgo de
infección. Esta protección se logra con el calendario nacional de vacunación obligatorio, que garantiza a
todos los individuos del país el derecho a las vacunas”.

[7] Uno de los ejes de la polémica son los presuntos efectos secundarios, nocivos y de largo plazo que
provocaría la inoculación de las vacunas. Los promotores de la suspensión aseguran que las vacunas no
son necesarias porque no sólo se han mejorado las condiciones de higiene y saneamiento, sino que éstas
son insumos promovidos por la industria farmacéutica para ganar dinero. En lo que va de este año, 1500
personas se han contagiado de sarampión en Europa, la reaparición de esta vieja enfermedad preocupa al
mundo. “Sobre los efectos postvacunación podemos decir que se deben a la respuesta inflamatoria que se
producen en los primeros días luego de la inoculación (dolor, enrojecimiento, fiebre, dolores
osteoarticulares). En la mayoría de los casos, esta respuesta es un indicio de que la vacuna está generando
una respuesta que será protectiva a futuro, cuando la persona se enfrente con el agente patógeno natural”,
especificó Veaute.

[8] A su vez, Cudós dijo: “Las vacunas son altamente seguras, es la primera cualidad que debe tener una
vacuna, además de ser eficaz. La mayor parte de ellas se administran durante los primeros años de vida,
cuando los niños son más vulnerables a ciertas enfermedades y pueden manifestarse algunos problemas
de salud. Por lo tanto, hay una alta probabilidad de que ocurran eventos de diversa naturaleza que
coincidan y se asocien con la vacunación en forma sincrónica, pero que no necesariamente sean
provocados o desencadenados por ésta. Muchas de las vacunas presentes en el calendario argentino tienen
más de 30 años de uso y no se han evidenciado efectos a largo plazo”.

[9] Fontana, quien actualmente trabaja en una vacuna para la hepatitis B, enfatizó “se formulan muchas
cosas que no son verdad y generalmente las redes sociales se prestan con mucha irresponsabilidad a esa
difusión. Hay blogs de pseudocientíficos donde se opina sin sustento, debemos ser conscientes, o

6
deberíamos estarlo, de que las vacunas son necesarias”.

[9] Para visualizar la efectividad de la vacunación programada, Andrea Uboldi, subsecretaria de Primer y
Segundo Nivel de Atención en Salud del Ministerio de Salud, comentó: “la vacuna de la hepatitis A,
luego de dos años de su incorporación al calendario nacional en el año 2005, generó una inmunidad que
logró que no haya más trasplantes hepáticos debido a dicho virus. Asimismo desde 2012 se redujeron un
50% las internaciones por neumonía gracias a la vacuna contra el neumococo, y ese mismo año se
incorporó la vacuna contra la tos convulsa para embarazadas, logrando reducirse un 82% las muertes de
bebés por esta causa, gracias a los anticuerpos que transfiere la madre al bebé”.

[10] Si un porcentaje de personas dentro de una comunidad es vacunado contra una enfermedad en
particular, todo el grupo se vuelve menos probable de contraerla. Es como si un grupo de centinelas
provistos de escudos rodeara a un grupo de gente, esta protección se llama inmunidad de la comunidad, o
“efecto rebaño”. Pero todo se complica si un número crítico de personas en una comunidad no recibe
vacunas, ese escudo protector se rompe, las defensas caen y las enfermedades vuelven a reaparecer.

[11] “Si un niño, por ejemplo, queda desprotegido por falta de vacunación representa un peligro social, ya
que no sólo queda expuesto al virus sino que también pone en riesgo a sus semejantes (ancianos,
enfermos oncológicos, inmunodeprimidos, etc.), al no contribuir a la inmunidad general de la población o
“inmunidad del rebaño”. Debemos tener en cuenta que existen ciertas condiciones de salud que
contraindican algunas vacunas, principalmente aquellas de virus atenuados. Para poder proteger a esos
individuos que no pueden vacunarse debemos asegurarnos que su entorno no sea fuente de contagio, y eso
lo logramos únicamente con altas tasas de vacunación”, insistió Cudós.

[12] En 1983 Argentina fue pionera en establecer la vacunación obligatoria y gratuita como bien social
colectivo mediante la Ley Nacional 22.909, con uno de los calendarios de inmunización más completos
en comparación con los países de la región y el mundo. El Artículo 11 especifica que las vacunaciones
son obligatorias para todos los habitantes del país y que deben someterse a las mismas de acuerdo a lo que
determine la autoridad sanitaria nacional. A su vez precisa que “los padres, tutores, curadores y
guardadores de menores o incapaces, son responsables, con respecto a las personas a su cargo”. Del no
cumplimiento de esta responsabilidad ciudadana se detalla en el Artículo 18: “La falta de vacunación
oportuna en que incurran los obligados por el artículo 11 determinará su emplazamiento, en término
perentorio para someterse y/o someter a las personas a su cargo, a la vacunación que en cada caso
corresponda aplicar, sin perjuicio, en caso de incumplimiento, de ser sometidos los obligados o las
personas a su cargo a la vacunación en forma compulsiva”.

[13] Todos queremos darles a nuestros hijos un comienzo saludable en la vida. Cumplir con el calendario
de vacunación obligatoria es una de las primeras decisiones importante como padres. Desafortunadamente
hay mucha información confusa y conflictiva a nuestro alrededor, es por ello que es importante cuestionar
lo que se lee y se oye, y verificar la fuente de procedencia.

[14] La inmunización es la forma más importante de proteger a los más niños de enfermedades graves,
por lo que su vacunación es sumamente importante, especialmente porque no hay alternativas efectivas.

7
Todos debemos estar conscientes de que las vacunas evitan enfermedades, secuelas o muertes

Universidad Nacional del Litoral - Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas. Las vacunas bajo la
lupa. En Argentina investiga. Divulgación científica y noticias universitarias. 30 de octubre de 2017.
Disponible en http://argentinainvestiga.edu.ar/noticia.php?titulo=las_vacunas_bajo_la_lupa&id=3072

Texto N° 3
Las vacunas y sus mitos
Eduardo Ángel Yahbes*

[1] Cuando uno realiza comentarios acerca de la verdadera utilidad de las vacunaciones y de sus
efectos secundarios, percibe que los interlocutores adoptan actitudes antagónicas. Están quienes
son fanáticos de las vacunas y no hay razones que los alejen de sus convicciones, y quienes han
tenido alguna experiencia negativa con alguna vacuna y prestan atención hacia alguien que les
está dando argumentos científicos que explican cuál fue la causa de aquella experiencia.

[2] Desde ya que dentro de los profesionales de la salud predominan en forma notoria los
fanáticos de las vacunas. Creo saber, por mi propia experiencia, que se debe a que la información
que reciben es parcial y desconocen las investigaciones que dan un panorama diferente a la tan
mentada efectividad e inocuidad de las vacunas. Por ejemplo, el simple y concreto hecho de que
las enfermedades infecciosas han declinado notoriamente en su morbimortalidad antes del
comienzo del uso de las vacunaciones.

[3] Desgraciadamente en nuestro país como en tantos otros (no en todos), la mayoría de las
vacunas son obligatorias por ley. No aplicarlas implicaría una acción contraria a la ley. En
Estados Unidos, durante el año 1986, se promulgó una ley de compensación para indemnizar a
quienes sufren los efectos nocivos de las vacunas obligatorias, cubierta por el estado. Es decir, lo
cubren los mismos ciudadanos con sus aportes tributarios. En nuestro país no existe una ley
similar ni es obligatoria la denuncia de los efectos adversos de las vacunas, motivo por el cual es
imposible hacer análisis propios acerca de la efectividad y nocividad de estas.

[4] Si bien son los padres quienes debieran decidir la conveniencia de vacunar o no a sus hijos,
para poder tomar una decisión deben informarse. Mi obligación como médico es informar que en
países donde se hacen controles, se reportan anualmente miles de reacciones y cientos de
muertes y de invalidez permanente como consecuencia de las vacunas. Por otra parte, muchas
comunidades completamente vacunadas han padecido epidemias e investigadores atribuyen a los
programas de inmunización masivos el desarrollo de trastornos inmunológicos y neurológicos
crónicos.

8
[5] De acuerdo con la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia las enfermedades
infantiles decrecieron 90% entre 1850 y 1940, paralelamente a las mejores condiciones
sanitarias, mucho antes de los programas de vacunación obligatoria. Las muertes por
enfermedades infantiles en EE.UU. e Inglaterra declinaron 80% antes de la vacunación. En Gran
Bretaña el pico epidémico de polio fue en 1950 y había declinado 82% al momento en el cual la
vacuna se introdujo en 1956. Otras enfermedades como la escarlatina o varicela se han
transformado en enfermedades leves comparadas con las características que tenían en sus
comienzos. Para esta última recién en los últimos años se ha comenzando a vacunar. La
Organización Mundial de la Salud reporta que las cifras de enfermedad y mortalidad en países
del tercer mundo no tienen correlación directa con los procedimientos inmunizantes

[6] Todos sabemos por experiencia familiar y profesional que quienes padecen de paperas
generalmente habían sido inmunizados con la vacuna triple viral, pero lo habitual es que estos
casos no sean denunciados. En Nueva York solamente el 3,2% de los pediatras reportan los casos
de sarampión al departamento de salud. Es importante señalar que se comprobó que en la gran
mayoría de los países donde se comienza a inmunizar con antipolio (vacuna Sabin o Salk) o
antidiftérica, aumentan significativamente los casos de estas enfermedades, que se pretendían
prevenir. En síntesis, nada permite afirmar que las vacunaciones han hecho desaparecer o
retroceder las epidemias: todo lleva a pensar que la evolución de éstas nada tiene que ver con las
vacunas.

[7] El Sistema de Reporte de Efectos Adversos de las Vacunas (VAERS de EE.UU.) recibe
11.000 denuncias anuales de reacciones adversas, alrededor de 1% de las cuales equivalen a
muertes. La mayoría de las muertes son atribuidas a la vacuna anticoqueluchosa. La FDA
(Administración de Drogas y Alimentos) estima que solamente alrededor de un 10% de las
reacciones adversas son informadas. Estos hallazgos sugieren que las muertes por vacunas están
por encima de 1.000 cada año.

[8] Estudios internacionales muestran que las vacunas son causa del Síndrome de Muerte Súbita
Infantil (SMSI), cuyo pico acontece entre los 2 y 4 meses, precisamente cuando comienza el plan
de vacunación. También hay estudios que afirman lo contrario, al señalar que ello es debido a
una coincidencia entre el SMSI y la edad de vacunación. Sin embargo, en Japón a mitad de la
década del 70 se pasó la edad para comenzar a vacunar de los 2 meses a los 2 años, y la
incidencia de SMSI cayó dramáticamente.

[9] La agencia de Salud y Asistencia Humana de California reveló un incremento del 273% en el
diagnóstico de autismo en la pasada década. Para el Instituto de Investigación y Tratamiento del
autismo el incremento de las vacunaciones en los niños pequeños es un co- factor contribuyente
en el desarrollo de esta enfermedad. Muchos niños sanos antes de ser vacunados y que
desarrollaron comportamientos autísticos también mostraron signos de disfunción del sistema

9
inmune

[10] Investigaciones efectuadas en 1998 y 1999 mostraron, luego de la administración de la


vacuna contra hepatitis B (producida con nuevas técnicas de ingeniería genética), la aparición de
procesos artríticos, daño muscular y nervioso, pérdida de visión y de memoria, síndrome de
fatiga crónica y también el fallecimiento de bebés a las horas de recibirla. Con la vacuna contra
la gripe o influenza pueden darse casos similares. Veamos qué acontece con la diabetes Tipo I
(insulinodependiente). Se la considera una enfermedad cuya susceptibilidad puede ser hereditaria
pero donde los factores medio ambientales pueden iniciar su desarrollo, entre ellos, infecciones
virales y la presencia de procesos autoinmunes

[11] Ha sido reconocido que la vacuna Sabin ha tenido un contaminante viral del mono, donde
solía prepararse la vacuna, denominado SV40 o virus simio 40. Este virus tiene una gran
capacidad para producir tumores malignos de distinta naturaleza (cerebrales, óseos, linfáticos).
Un hecho interesante fue lo acontecido con la vacuna BCG, aplicada por Calmette y Guerin en
1928 a la población dinamarquesa de la isla de Bornholm. A los 20 años se notó un descenso de
la tuberculosis, en la misma magnitud que en zonas que no recibieron esta vacuna. Pero llamó la
atención que en 1952 apareció súbitamente una enfermedad neurológica descripta por el Dr
Lépine y denominada por él como "enfermedad de Bornholm" que sólo se presentó en quienes
habían recibido la vacuna.
[12] Aparte de los elementos biológicos las vacunas contienen una serie de sustancias que
pueden tener un efecto tóxico como el Timerasol (compuesto mercurial), hidróxido de aluminio,
formaldehído y ácido acetilsalicílico. A los 6 meses de edad un bebé, si cumple con las vacunas
recomendadas, recibe una dosis de mercurio que excede los límites aceptados. Recientemente
Gran Bretaña retiró una vacuna contra la polio al descubrir que se la cultivaba a partir de suero
bovino producido cuando la "enfermedad de la vaca loca" estaba en su punto álgido. En síntesis,
las vacunaciones son causa significativa de invalidez y muerte.

[13] Por todo lo analizado podemos sacar como conclusión que existe una contradicción entre la
ciencia médica y la política inmunizatoria. Cuando observamos las posibles consecuencias de las
vacunas, que van desde enfermedades agudas leves hasta enfermedades crónica graves o
mortales, se hace indispensable que las autoridades adviertan a los padres de los riesgos, cuál es
el laboratorio que las elaboró, incluyendo su número de lote; cuáles son las contraindicaciones
para su aplicación y cuáles los signos de alarma que deben controlar.

[14] No es posible que la política sanitaria se haga de acuerdo a la conveniencia de los


laboratorios. Son los laboratorios que tendrían que desarrollar vacunas efectivas y seguras por
normativas de las autoridades sanitarias. Es indispensable que las autoridades sanitarias
consideren que en todo programa de inmunización los riesgos inherentes a este deben ser
menores que los riesgos probables de la epidemia que se trata de controlar. En mi criterio las

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vacunas no deberían ser obligatorias. Sólo deberían aplicarse aquellas que demuestren ser
efectivas y que no tengan una alta incidencia de efectos adversos, sobre todo comparado con el
riesgo de la enfermedad natural. Cada ciudadano tendría que recibir y buscar información, para
tomar una decisión libre y responsable.

* Médico, miembro del grupo Vacunas.

Yahbes, Eduardo Ángel. Las vacunas y sus mitos. En Libre vacunación. s.f. Texto adaptado.
Disponible en www.librevacunacion.com.ar/mitosvacunas.htm.

Texto N° 4
La maravillosa salud de los niños no vacunados
Françoise Berthoud*
[1] Fue en abril de 2009 para ser exactos, que me invitaron a dar una conferencia sobre
vacunación en una congreso. Yo iba a hablar después de dos de los mejores oradores franceses
sobre el tema, el periodista Sylvie Simon y el biólogo Michel Georget. Como pediatra y
homeópata calificada para hablar sobre el tema, decidí titular la conferencia: “La Maravillosa
Salud de los Niños No Vacunados”. Junto con mis amigos, Sylvie y Michel, este trabajo más
tarde pasó a convertirse en un libro, que analiza diversas opciones de vida a menudo realizadas
por familias que no vacunan a sus hijos, incluyendo el parto en casa, la lactancia materna, las
terapias simples, la buena comida y un ambiente tranquilo y de confianza que facilite la
capacidad del cuerpo para curarse a sí mismo.

[2] En mi vida como pediatra he pasado mucho tiempo en diálogo con padres que a menudo
necesitan expresar sus temores acerca de la enfermedad y las vacunas. Trabajamos juntos el
mejor camino para sus hijos. Algunos optan por no vacunar en absoluto. Otros eligen darles
algunas vacunas, por miedo a la enfermedad, en especial el tétanos. En esos casos, hemos
pospuesto la vacunación tanto como fuera posible y utilizamos la medicina alternativa para
prevenir el daño secundario. He trabajado en Suiza, donde no existe la obligación legal de
vacunar, sólo una gran presión social. En Francia, a pocos kilómetros de mi consultorio, existen
cuatro vacunas obligatorias en este momento (la BCG fue retirada por suerte en 2007, y tres
permanecen: Difteria, Tétanos y Polio). Gran parte de mis fundamentos para argumentar a favor
de la salud de los niños no vacunados proviene de mi experiencia personal como médica.

[3] En Inglaterra, Michel Odent demostró en dos estudios que los niños después de haber
recibido la vacuna contra la tos ferina tenían 6.5 veces más asma que aquellos que fueron
vacunados. En Europa, un grupo de pediatras estudiaron 14.893 niños en las escuelas Steiner en
Austria, Alemania, Holanda, Suecia y Suiza, y encontró que los niños que viven en la “cultura
antropósofica” (donde la vacunación es rechazada en gran medida) gozaban de mejor salud que
los vacunados. En Alemania, en una de las escuelas Waldorf europeas, los investigadores del
estudio mencionado escribieron: “En la parte oriental de Berlín antes de la caída del muro, vimos

11
menos alergias que en el oeste. Esta población era más pobre, estaba más cerca de la naturaleza y
estaba menos vacunada.”
[4] Por otra parte, el exceso de higiene no siempre es bueno. Un investigador del Reino Unido y
creador de la hipótesis de la higiene David Strachan decía: “Danos hoy nuestros gérmenes
diarios”. En España, Xavier Uriarte y J. Manuel Marn publicaron un estudio en 1999 sobre 314
niños a los que siguieron entre 1975 y 2000. Este grupo de niños provenían en gran mayoría de
partos en la casa o partos naturales, habían tenido una lactancia prolongada, no estaban
vacunados y no utilizaban la medicina alopática. No habían tenido enfermedades graves, las
hospitalizaciones habían sido pocas y había un 3,3% de asma en comparación con el 20% de la
población general. Por supuesto, la comunidad había ahorrado mucho dinero. Dos estudios
realizados en Nueva Zelanda en 1992 y 1995 muestran que los niños no vacunados tienen
claramente menos alergias, menos otitis (dolor de oído), menos amigdalitis, la nariz les moquea
menos, y menos epilepsias.

[5] En Japón, en el período comprendido entre 1975-1980, se tomó la decisión de comenzar con
las primeras vacunas a los dos años de edad en lugar de a los dos meses, puesto que se descubrió
la vinculación de las vacunas con la muerte súbita. Un estudio publicado en la revista Pediatrics
muestra que de 1970 a enero de 1975, hubo 57 casos de reacciones graves a la vacuna,
incluyendo 37 muertes. De febrero 1975 a agosto 1981 hubo ocho casos de reacciones graves a
la vacuna, incluso tres muertes. Por desgracia para los niños y sus padres, el plan de vacunación
japonesa se ha “normalizado” nuevamente. El estudio muestra también que el sistema
inmunológico es más fuerte a los dos años que a los dos meses. Encontramos la misma
observación en un Diario de Alergia e Inmunología Clínica. De 11.531 niños estudiados a los
siete años, los resultados: de los vacunados a los dos meses son: el 13,8% son asmáticos, de los
vacunado entre dos y cuatro meses, el 10,3% y de los vacunados después de cuatro meses, el
5,9%. Una vez más, lo bien que se ha hecho en no haberlos vacunado en absoluto.

[6] Como pediatra preocupada por la salud pública en general y de la de los niños en particular,
sólo puedo llegar a una conclusión. Los niños no vacunados tienen muchas más oportunidades de
disfrutar de buena salud. Cualquier vacuna obstaculiza este objetivo.

* Pediatra suiza comprometida con la difusión de la medicina homeopática. Una de sus tesis es que no fue
la vacunación la causa de la disminución de los casos de polio en Europa, sino el mejoramiento de las
condiciones sanitarias, sobre todo el acceso al agua potable.

Berthoud, Françoise. La maravillosa salud de los niños no vacunados. En Argentina sin vacunas.
s.l, 28 de octubre de 2014. Texto adaptado. Disponible en
https://argentinasinvacunas.wordpress.com/2014/10/28/la-maravillosa-salud-de-los-ninos-no-
vacunados/

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Actividades para el texto 1

1. A partir de la lectura del título, la bajada, el epígrafe y el párrafo [1] identifique cuál es
la cuestión que abordará el texto y cuál será la postura que asumirá su autora.
2. Identifique la definición y la caracterización que se presentan en el párrafo [4]. ¿Qué
función cumplen ambas operaciones discursivas?
3. Explique el uso de las comillas en los párrafos [2], [3], [5] y [6].
4. En el párrafo [6], la autora presenta una serie de argumentos que sostienen quienes
están en contra de la vacunación y los refuta. A partir de su lectura, complete el
siguiente cuadro:

Argumento contra la vacunación Contraargumento

Tener sarampión es mejor y tiene menos


riesgo que vacunarse.

Hay que defender la medicina “natural”. Los virus son parte de la naturaleza.

La homeopatía es mejor.

Los niños sanos no se contagiarán siempre y


cuando no estén en contacto con otros
individuos, sin embargo, estar aislado de la
sociedad no es bueno para su desarrollo
social e individual. Por otra parte, la
vacunación tiene un impacto social al
proteger, por ejemplo, a quienes tienen
contraindicada la vacuna.

5. Caracterice al enunciador del texto.

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Actividades para el texto 2

1. A partir de la lectura del título y del párrafo [1], establezca cuál es la cuestión del texto y
cuál será la postura de los autores al respecto.
2. En los párrafos [3] y [11] se presentan comparaciones. Recupere esas operaciones e
identifique cuál es la función que cumplen en el texto.
3. A lo largo del texto, los autores incluyen distintas voces para presentar argumentos.
Reformule esas voces. Para hacerlo, puede completar el siguiente esquema:
Según Fontana, las vacunas son seguras porque son analizadas y evaluadas por el
ANMAT.
4. Caracterice al enunciador del texto.

Actividades para el texto 3

1. A partir de la lectura del título, ¿cuál supone que será la postura del autor respecto del
tema de las vacunas?
2. Reformule el argumento que aparece en el párrafo [2].
3. En los párrafos [5], [7], [8] y [9] el autor introduce otras voces. A partir de la información
presente en esos párrafos complete el siguiente cuadro:

Párrafo Fuente citada Información que aporta esa Estrategia de Función


voz inclusión de la
voz del otro

5 Asociación Las enfermedades infantiles Discurso indirecto


Británica para el decrecieron 90% entre 1850 y
Avance la 1940, cuando mejoraron las
Ciencia condiciones sanitarias.

5 Organización
Mundial de la
Salud

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4. Explique la siguiente afirmación del autor: “En síntesis, nada permite afirmar que las
vacunaciones han hecho desaparecer o retroceder las epidemias”.
5. Caracterice al enunciador del texto.

Actividades para el texto 4

1. En el párrafo [3] la autora presenta algunos casos europeos. ¿Qué idea ilustran esos
casos? Reformule el argumento en una oración.
2. Explique la siguiente frase del párrafo [4]: “Por otra parte, el exceso de higiene no
siempre es bueno”.
3. La autora incorpora distintas voces en su texto. ¿Cómo lo hace? ¿Por qué cree que adopta
esa estrategia?
4. Explique el uso de comillas en el párrafo [5].
5. Caracterice al enunciador del texto.

Actividades para todos los textos

1. Sobre la base de lo analizado previamente, complete el siguiente cuadro. Deberá


explicitar el segundo criterio en el momento de resolver las actividades de escritura, a
partir de la consigna seleccionada.
Puede incorporar criterios de comparación, si lo considera pertinente.

Criterio de Texto 1 Texto 2 Texto 3 Texto 4


comparación

Campo
disciplinar del
autor

Hipótesis
respecto de la
pregunta

Mejoras
individuales y
sociales a partir
de la
vacunación

Efectos

15
secundarios de
la vacunación

Rol de la
familia

Rol del Estado -


cuestiones
legales

2. A partir del cuadro anterior, agrupe aquellos autores cuyas posturas resultan
complementarias.

Actividades de escritura

A partir de los textos leídos, elabore un texto predominantemente expositivo - explicativo en el


que se responda una de las siguientes preguntas:

a. ¿La política de vacunación obligatoria implementada por el Estado es adecuada


o debe revisarse?

b. ¿Debe el Estado imponer un calendario de vacunación a las familias?

c. Otra pregunta sugerida por el docente

Para elaborar el texto solicitado, usted debería llevar a cabo diferentes tareas de planificación,
escritura y revisión textual. Le proponemos algunos ejercicios que contribuirán a realizarlas.

1. En relación con las tareas de planificación, resuelva las actividades que siguen.

1.1. Complete el segundo aspecto temático en el cuadro resuelto teniendo en cuenta el


interrogante que deberá responder con su texto.

1.2. Determine cuáles de los aspectos temáticos considerados en el cuadro previo resultan
más relevantes para responder la pregunta propuesta en la consigna.

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1.3. ¿Cuántas partes debería tener este texto? ¿Qué información incluiría en cada una?
Recuerde que la información acerca de los textos y las hipótesis que se sostiene en
cada uno de ellos deben incorporarse en la introducción, no en el desarrollo.

1.4. ¿Cuántos párrafos debería tener cada parte?

1.5. ¿En qué parte/s resultaría conveniente incorporar citas directas o mixtas? ¿Qué trabajo
supondrían su selección y su incorporación en el texto? ¿Qué recursos (conectores,
frases que vinculen el contenido de su texto con el de la cita) podría utilizar para
conectar las ideas?

1.6. ¿Qué otros conectores podría incluir en el texto y para qué?

2. En relación con las tareas de escritura, realice los siguientes ejercicios:

2.1. Redacte un párrafo correspondiente al desarrollo, en el que exponga las ideas que cada
uno de los textos propone sobre el plan de vacunación obligatorio.

2.2. Incorpore en el párrafo una cita directa de al menos uno de los textos. En este sentido,
analice dónde podría incluirla y con qué función: reforzar lo dicho, ampliar, ejemplificar,
etc.

3. Para la revisión del escrito, relea el párrafo elaborado y revíselo en función de las siguientes
preguntas:

 ¿Las ideas expuestas respetan las propuestas por los autores en relación con el aspecto
temático seleccionado para la comparación? ¿Se las presenta de manera clara o
excesivamente resumidas?

 ¿La vinculación entre las posturas analizadas se indica claramente a través de los
conectores y frases empleados?

 ¿La cita duplica innecesariamente las ideas ya expuestas o se la utiliza con una función
específica?

 ¿Se han construido correctamente las oraciones y los párrafos? En relación con ello, ¿se
utilizan adecuadamente los signos de puntuación y las reglas gramaticales
correspondientes?

 ¿Se respetan las reglas ortográficas y de tildación?

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