Los primeros libros con los que me puse en contacto fueron, la bella y la bestia,
caperucita roja, el jorobado de Nortredame. A estos me los leyó mi mamá, que
se llama Sandra. Puedo evocar su voz a pesar de que era muy pequeña y tenía tres años aproximadamente, me encantaba que me lea antes de ir a dormir. El libro que más me gustaba era el de caperucita roja, trata de una niña la cual un día su madre le dijo que le lleve una cesta con comida a su abuela, su madre le dio la orden de que no cruzara el bosque y que tampoco hablara con extraños, esta desobedeció ambas ya que en camino a la casa de su abuela en el bosque encontró un lobo y se puso a hablar con él, este llego a la casa de la abuela antes que caperucita, y se comió a la abuela, cuando llego encontró al lobo disfrazado de esta y también se la comió a la niña. Por suerte un leñador que pasaba se dio cuenta lo que había ocurrido, abrió la barriga del lobo y logro salvar a caperucita y su abuela. El libro que dejo huella en mi forma de ser, se llama todos tenemos un Ángel de Antonio Mateo Allende. En el nivel inicial recuerdo cuando nos sentábamos en ronda y la docente se sentaba en una silla a leernos cuentos. En el nivel primario leí varios libros como Charlie y la fábrica de chocolate, aventureros y enamorados, cuatro primos en la playa, Perseo el matador de monstruos, había una vez un tirano, la guerra de los panes, alagatos, Alí Baba y los cuarenta ladrones, el caballero del alba, no te vayas Pudú, los grendelines, y José de San Martín caballero del principio al fin. Recuerdo que realizamos una obra a partir del cuanto había una vez un tirano, fue una linda experiencia ya que habíamos practicado mucho para actuar y fue mucha gente a ver la obra. En el secundario recuerdo haber leído la vuelta al mundo en ochenta días. Había comenzado a leer el diario de Ana Franck, y aun no termine en mi tiempo libre pienso en retomar la lectura de este. Mi futuro lector lo imagino leyendo cuentos a los niños sacándole una sonrisa siempre que se pueda aunque sea uno cortito, hoy en día ya muchos padres por diferentes motivos ya no les leen y no saben de esta maravillosa experiencia. Personalmente les eh leído a niños cuentos tradicionales a de nueve años aproximadamente y nunca los habían escuchado me sorprendió mucho esto.