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LA ESTETICA

La estética es la rama de la filosofía que estudia el fenómeno del arte,

iniciándose como reflexión en torno a lo bello. El arte y lo bello parecen

referirse a lo mismo pero no es así, dado que, si bien es cierto, todo arte es

bello no todo lo bello es arte pues bello puede ser un acto, tal como amar, el

nacimiento de un ser, un amanecer, un atardecer. Los primeros filósofos se

acercaron a lo bello teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto.

En la época actual la estética constituye una disciplina que se orienta a la

comprensión del fenómeno artístico, a proponer ciertos métodos para mejor

comprender y abarcar en sus aspectos más generales el hecho artístico. A

la estética le interesa el estudio del arte como hecho o fenómeno humano,

como expresión de la creatividad del ser humano. Por medio del arte es

posible que expresemos una visión del mundo que se fundamente en la

sensibilidad del ser humano. Por medio del arte los artistas en sus obras

nos permiten conocer la visión que tienen de la realidad social, natural,

sicológica tratando de encontrar el sentido mas profundo que le plantea un

determinado parecer, un suceso, un paisaje, un acontecimiento, un cuerpo.

Salazar Bondy, al respecto a escrito “…el artista al forjar su obra, toma pues

en la realidad y contribuye también, a su modo, a desvelar, pero su faena

propia no es dar razón de la existencia sino recrear las cosas idealmente.

Como ha señalado Croce, la actividad artístico se centra en la intención

irreflexiva… El lenguaje artístico reposa en las imágenes no en los


conceptos. Lo importante en este lenguaje es el sentido expresivo, emotivo

de las palabras…1

¿Qué es la belleza?

¿Cómo aclaramos o esclarecemos el significado del término belleza? ¿Qué

es lo bello?

En los juicios empíricos, primero percibimos los objetos, las cosas y luego

pronunciamos un juicio, en tanto que, en los juicios de gusto pronunciamos

directamente el juicio, cuando se dice y se afirma “que esto es bello”

pareciera ser que estamos emitiendo un juicio empírico ¿pero, cómo, esta

aseveración, puede ser contrastada empíricamente?

En una explicación ecuánime, neutral del mundo, de la realidad objetiva

jamás podrían aparecer valoraciones de carácter estético, pues está serían

matices, sentimientos, pasiones de un individuo que aspecto algo que está

admirando una cosa, en lugar de constituir propiedades de las cosas, de los

acontecimientos de la naturaleza, (un atardecer, un amanecer, etc), lo que

nos conduciría a la afirmación de que si existe un hecho sobre el que debatir

en Estética, ese suceso sería discernible, comprobable, validable, pero, de

hecho, no son discernibles, luego, en consecuencia, no existen los hechos

estéticos, solo expresamos nuestro placer o displacer, nuestro agrado o

desagrado ante una cosa u objeto, en consecuencia no es un juicio de gusto,

lo que parece ser un juicio, es solo una expresión sofisticada o una actitud

(me place o me displace, me gusta, me disgusta), así mismo, la experiencia

1
Salazar Bondy, Augusto. Iniciación Filosófica, Curso universitario, Ediciones Educación Renovada, Lima,
1964, pág.114
estética no es articulable proposicionalmente o justificable y no es posible su

uso para persuadir, dado que, lo estético es incomunicable, solo puede, en

todo caso, hacerse público.

Desde el materialismo Histórico lo bello será definido como una “Categoría

de lo estético, en ella encuentran su reflejo y valoración los fenómenos de la

realidad y las obras de arte que proporcionan al hombre un sentimiento de

placer estético que traducen en forma objetivo – sensorial la libertad y la

plenitud de las fuerzas creadoras y cognoscitivas del hombre, sus aptitudes,

en todas las esferas de la vida social, trabajo, actividad político social y vida

espiritual. Lo bello es la forma positiva fundamental de la asimilación

estética de la realidad. En ello encuentra su expresión directa al ideal

estético.

El idealismo (Platón, Kant, Heyel) consideraba lo bello como una propiedad

del espíritu, de la conciencia (objetiva o subjetiva). El materialismo

premarxista difundé el carácter objetivo de lo bello, mas no era raro que, en

virtud de su naturaleza contemplativa, redujera lo bello a una cualidad

puramente natural (simetría, armonía de las partes y de todo, el hombre

como ser natural, etc). Chernisheuski formuló una definición original y

revolucionaria de lo bello como vida, como plenitud de la manifestación de la

vida. El concepto de “lo bello” posee carácter histórico y tiene distinto

contenido en las clases. La estética materialista dialéctica parte de que lo

bello es con producto del hacer practico, histórico social. Lo bello nace y se

desarrolla cuando el hombre social (en consonancia con el grado de


conocimiento de las leyes sociales) desarrolla de la manera más plena y

libre, en las condiciones históricas dadas, sus dotes y capacidades

creadoras, cuando impera sobre los objetos del mundo sensorial, cuando

disfruta con el trabajo como si se tratara de un juego de las fuerzas físicas e

intelectuales.

Lo bello encuentra su expresión generalizada y completo en las obras de

arte, en las imágenes artísticas. Lo bello de la vida y del arte, fuente de

placer y alegría espiritual, adquiere una inmensa función cognoscitiva y

educativa en la sociedad…”2

1. Sus Orígenes

Corresponde al filósofo racionalista alemán Alexander Gotlieb

Baumgarten (1714-1762), la introducción del término “estética” en su

obra “Meditaciones Filosóficas sobre algunas cuestiones de la obra

poética”, denominaba así a la ciencia que se ocupa del conocimiento

sensorial que aprehendo lo bello, se expresa y se hace conocer en las

imágenes del arte, aún mas, a los problemas producto del conocimiento

sensorial dedicará su trabajo “Estética”, lamentablemente, no concluido.

El término estética proviene de la palabra riega aisthesis, que significa,

aproximadamente, lo que hoy denominamos percepción “o sensación, es

en este sentido que será usado por Baumgarten. Es necesario señalar

que lo “bello”, el “arte” han sido preocupación y estudiados por la filosofía

desde los inicios de su historia.

2
Rosental, M.M. Diccionario Filosófico, Ediciones Pueblos Unidos, Lima – Perú, 1980, pág.61
Si nos atenemos a su significado etimológico, la estética constituirá una

teoría general de la sensibilidad. Según son tayana, el término estética

es una palabra imprecisa “…aplicada en círculos académicos a todo lo

que tiene que ver con objetos de arte o con el sentido de la belleza “o” …

sería también cualquier especulación acerca de la relación dialéctica de

lo bello con lo racional o con el bien absoluto. Explica Santoyano que “La

experiencia estética en tan amplia y tan fortuita, y recubre toda la vida tan

ligeramente, que como la vida misma se expone a la reflexión desde

perspectivas divergentes. La división natural más importante en el

campo de la reflexión es entre la perspectiva de los objetos percibidos y

la perspectiva de los objetos sólo concebidos o deseados. Estos son dos

direcciones opuestos y centrífugos en las que el conocimiento razonado

se puede expandir, ambas divergen de la raíz común suministrada por el

conocimiento practico, la memoria y la historia, una procedente de la

observación produce la ciencia natural y la otra produce ciencia ideal que

procede de la dialéctica…

“Ahora bien, mucho de lo que es estético es factual – por ejemplo los

fenómenos del arte y el gusto; y todo esto es objeto de la historia natural

y la filosofía natural, pero mucho también es ideal, como el esfuerzo y el

propósito de la composición poética, o la interpretación de la música,

todo lo cual atañe solamente a satisfacer la intención y establecer

valores.3

Constata, Santoyana que “una parte del ideal humano, un ingrediente de

su felicidad máxima, es encontrar satisfacción para sus ojos, para su

3
Santayana, George. ¿Qué es la Estética? Traducción: Ignacio Rodríguez de Guzman. Publicado en 1904
en “The Philosolical Review “y reimpreso en obiter Scripta con el titulo de “What is Aesthetics” pág.72.
imaginación, para su mano o su voz sufriendo por encarnar tendencias

latentes en formas explícitas. El éxito perfecto en esta actividad estética,

vital, es posible, sin embargo, solamente cuando el impulso artístico es

bastante sano y representativo, es decir, cuando es favorable para todos

los demás intereses y a su vez sostenido por todos ellos.

Si esta armonía falla, la actividad estética se colapsa internamente por

inanición – ya que todos los otros impulsos se rebelan contra ella

mientras que por la misma razón sus productos externos son expresados

de forma trivial, meretricia, miserable”4

Actualmente, muchos especialistas, están, en lo fundamental, de acuerdo

cuando se trata se determinan el objeto de esta disciplina filosófica, es

decir, que:

 A través del arte se manifiesta una visión del mundo, de la realidad

que se funda en la sensibilidad.

 El artista trata de manifestar el sentimiento mas profundo que le

produce un determinado fenómeno, hecho o acontecimiento: un

paisaje, un cuerpo.

2. La Estética: su objeto

Se denomina estética:

Primero al conglomerado de especulaciones que tienen afinidad, es

decir, son pertinentes, son concordantes con el arte bello y con la

4
Santayana, George, ob.cit, pág.73
belleza, su objeto será, pues, el estudio de la esencia del arte y la

belleza. Se considera como integrante de la estética: la critica del arte, la

historia del arte, las perspectivas.

El ocopio de este material es una sola denominación no fundamenta una

ciencia y no tiene un valor practico – didáctico por las imprecisiones a las

que conduce, en la medida que es un acopio accidental, dispensado por

un vínculo externo: la lejana afinidad de especulaciones entre la belleza y

el arte.

Segundo, será objeto de la estética el agrupamiento por aproximación, de

los temas que son relativos al arte y a la belleza tratados como

problemas parciales por las otras disciplinas filosóficas. El objeto sigue

siendo la belleza y el arte, pero tratados filosóficamente, es decir,

buscando su razón última de ser. Tiempo aquí, podemos decir que

tenemos un objeto formalmente determinado como para constituir una

disciplina filosófica autónoma.

Para delimitar el ámbito de la Estética, debemos recurrir a la división

clásico de los objetos, basada en los grados de abstracción del ser que

hace posible especificar, definir un territorio, el de los objetos reales

(físicos, naturales) dentro del cual podemos ubicar el ámbito de la cultura.

En este ámbito se distinguen dos estructuras diferentes: la especulativa y

la práctica. Estas estructuras son el final de dos actos del espíritu. Un

grupo de estos desenlaces del espíritu está constituido por las ciencias
especulativas, que atienden a la verdad sin fines ulteriores. Un segundo

grupo se constituye por las ciencias en cuyo conocimiento interviene un

interés ejecutivo, con ellas el hombre no solo conoce, sino que conoce

para usar y servirse de esos conocimientos orientados a una obra o a

una acción moral, son las ciencias prácticas. Es dentro de la estructura

práctica de la cultura que debe incluirse el objetivo teleológico de dichas

ciencias: el mundo del arte objetivamente considerado.

En la estructura practica de lo espiritual se reconoce dos ámbitos

diferentes: el de obrar o de la conducta, en este ámbito el fin es siempre

el hombre, su conducta es el uso que hace de su libertad y a la

regulación de este uso se dirige todo en el ámbito practico – moral de la

cultura. El otro ámbito es el del hacer o de la producción, se determina

por la obra realizada y valorada en sí misma a diferencia del obrar apunta

no a la perfección del hombre sino a la perfección de la obra. En ese

ámbito el arte es observado no solo en su aspecto subjetivo (habito

artístico) sino también en su realización histórica (la obra de arte).

El ámbito de la conducta es objeto de la filosofía de la conducta o ética,

el ámbito del hacer es la finalidad de la filosofía del arte o estética. Su

objeto será averiguar las razones últimas como disciplina filosófica que

es, lo bello y artístico, contempla su objeto con visión universal y sus

conclusiones rigen en consecuencia a las disciplinas particulares.

Ciencia del arte, historia del arte, critica del arte, etc.
El objeto de la estética es el resultado de un largo proceso histórico de

decantación. Desde los inicios del pensamiento filosófico se ha

reconocido a la belleza un carácter medial en el orden de la inteligibilidad.

Las propiedades que se le atribuyen (brillo, claridad) hacen referencia a

esa particularidad que hace posible que algo sea visto.5

La belleza, es método via hacia algo,es lo que permite que algo sea visto

y que en lo visto se hace visible, es en este sentido que se dice que la

belleza es medial. Asi, pues, la estética como disciplina filosófica

autónoma es el intento de captar la luz, no en lo visto, sino en si misma.

La problematización del método predispones su objetivación,

perdiéndose el carácter medial del método. La tematización de una

mediación trae como consecuencia su objetivación y es por ello que la

estética aparece como parte de la filosofía.

La objetivación no puede ser de origen cognitivo, sino sentimental, de ahí

la denominación de juicio de gusto. Es un gozo o placer intelectivo. El

fundamento de este gozo o placer, dirá Kant. “…se encuentra en la

condición universal, aunque subjetiva de los juicios reflexionantes, que

es, a saber, la concordancia final de un objeto (sea producto de la

naturaleza o del arte) con la relación de las facultades de conocer entre

sí, exigidas para todo conocimiento empírico (la imaginación y el

entendimiento)6

5
Platón. El Banquete. Fearo Sarpe. Madrid – España, 1985, pág. 60-161.
6
En otras palabras, al juzgar, reflexionando un objeto según la finalidad,

en el mismo de reflexionar se produce una plena concordancia entre la

imaginación y el entendimiento. Esa coherencia o concordancia entre las

facultades ocurre porque la reflexión juzga sobre el objeto según la forma

de la finalidad, en consecuencia sin determinación material y conceptual.

Desde esta perspectiva, Kant definirá que “…bello es lo que place en

mero juicio”. Es bello lo que es juzgado sin concepto (según la forma de

la finalidad). Este juicio produce placer no conocimiento.

Estamos pues ante el horizonte trascendental de Kant, el mismo que es

aclarado en el prólogo a la crítica del juicio: “La investigación de la

facultad del gusto como juicio estético se expone aquí, no para la

formación y el cultivo del gusto (…) sino con una intención trascendental

una obra artística nos conmueve porque expresa algo que nos es común

a todos los seres humanos: amor, desesperanza, odio, sentimiento que

poseemos todos los seres humanos en mayor o en menor medida.

La discrepancia se hace presente al plantearse el método o la

metodología para el abordaje de lo bello a del hecho estético.

3. Campo de Estudio

En la Estética se reconocen dos campos de estudio, que son estudiados

por:
a. La Estética General, que, básicamente, responde a las siguientes

interrogantes: al porqué de la belleza y al cómo puede conocerse. Se

orienta hacia la metafísica y gnoseológico.

b. La filosofía del Arte, que se cuestiona e interroga sobre cuál es la

esencia de la obra de arte, el origen de la creación artística, etc.

Algunos pensadores contemporáneos han reducido el campo de la

estética al estudio del arte, de esa manera se afecta el análisis sobre

los supuestos fundamentales de lo bello. La estética carece de

límites precisos (Santayana) dado que su objeto es la realidad en su

sentido más amplio en cuanto es susceptible de producir la belleza, al

a riqueza de sus relaciones con la realidad social, natural y sicológica,

así como por los modos a emplear para captar esa belleza.

En ese orden de ideas, la estética tiene:

 Una naturaleza metafísica, en cuanto se plantea e interroga sobre

¿Qué es la belleza?.

 Una naturaleza psicológica, en cuanto analiza y estudia la percepción

de lo bello.

 Una naturaleza práctica, en cuanto ayuda al artista en su actividad y al

público en la captación de la obra de arte.

La estética, es una ciencia normativa, en sentido estricto, cuando impone

reglas al artista para crear la obra de arte y normativa, en sentido amplio,

cuando establece diferencias de valor pero sin imponerlas.


Los fines de la Estética, se reconoce un fin teórico, cuando hace posible

la satisfacción de nuestra curiosidad y un fin práctico, cuando útil para la

acción.

4. La Estética: Concepciones

En este punto la pregunta elemental, básicamente, fundamental, cardinal,

reitero que la estética debe responder es: si la belleza, o cualquier otro

valor estético – se encuentra en y es inherente a los objetos a los cuales

se les atribuye la cualidad de ser bellos, el valor de la belleza se ubica

entonces fuera es externo al individuo que percibe o, en sentido

contrario, es interno siendo el individuo humano como creador quien

atribuye lo bello al objeto. Asi tenemos,

a. La Escuela o corriente Realista u Objetivista quienes consideran que

la belleza es un atributo, una propiedad real inherente al objeto, por lo

que es total y absolutamente independiente de las ideas de cualquier

individuo humano. Es decir, la estética se desarrolla teniendo en

cuenta ciertas características que son inherentes, propias del objeto

con entera independencia del sujeto.

b. La Escuela Subjetivista o Corriente Antirealista, cuyos integrantes

consideran que la estética se forja teniendo como punto de partida las

vivencias del sujeto, es decir, que el valor y la experiencia estética

está, indisolublemente, vinculada a los juicios de los seres humanos,

se desconoce, de esa manera, que el objeto posea valores estéticos,

estos van a depender de las impresiones subjetivas de las personas.


Cierto es que, el carácter excepcional de lo belli, su estar “fuera del

mundo” así como su autonomía en relación a los observadores

humanos, nos conduce a una posición objetivista, realista que

considera, como se ha escrito líneas arriba, que la belleza es una

cualidad o atributo inherente al objeto, sin embargo, es preciso y

pertinente dejar constancia de que existe algo más que contribuye y

hace al objeto vello, además, del hecho evidente a tener en cuenta

que a nosotros no lo parezca.

Dentro de la mega corrientes en oposición al interior de la Estética, a

partir del último tercio del S.XX se hace instalado y desarrollado

tendencias para explicar lo bello y el arte. Tal como la denominada

Teoría Institucional del Arte, cuyo origen se remonta a un comentario

hecho porla artista inglesa Tracey Emin: Me preguntaron cosas como

¿esto es arte? Y yo contesté: “A ver …, si no es arte ¿qué narices se

supone que hacen en una galería de arte y por que viene la gente a

verlo?. La teoría, muy discutida, por cierto, considera, que una obra

de arte funciona como tal en virtud de si miembros autorizados del

mundo del arte (críticos, galenistas, artistas…) le han otorgado tal

reconocimiento.

Las ideas del arte como representación y sus vínculos en la belleza,

ejercen un claro dominio en la época actual. Sin embargo, siendo

esto verdad se ha producido una reacción destacándose dos

tendencias. A una se le denomina Arte Formalista o aproximación


Formalista del Arte, la cual sostiene que las líneas, los colores y otras

características de carácter formal adquieren el carácter de

primordialidades, subordinando cualquier otra característica o

valoración se incluyen las apreciaciones representacionales que son

despreciadas y excluidas. Así la forma prevalece sobre el contenido.

La otra tendencia es denominada expresionismo, esta tendencia

renuncia a cualquier indicación u observación atenta y fidedigna del

mundo externo en favor de la exageración y la distorsión, mediante el

empleo de colores artificiales llamativos para expresar los íntimos

sentimientos del artista. Expresados de ese modo las emociones

subjetivas del artista serán consideradas como el sello distintivo de la

verdadera obra de arte.

Estas tendencias, reitero, hallan su explicación y se encuadran dentro

de la corriente subjetivista del arte por lo que no pueden ser

consideradas como corrientes de la Estética, si no como variantes al

interior de la corriente subjetivista.

Según Croce, al respecto, escribe que:

“Toda obra de arte expresa un estado de ánimo, y como el estado de

ánimo es algo puramente individual y siempre único la intuición

representa un número infinito de intuiciones, que es imposible reducir

a un casillero de géneros… Lo cual vale tanto como decir que toda

teoría de la división de las artes, cualquiera que ella sea, carece de


fundamento. El género a la clase es, es este caso, una sola es el arte

mismo o la intuición, mientras que las obras de arte de por si son, por

lo demás innumerables: son todas originales, ninguna de ellas

traducible al lenguaje de la otr7a…, ninguna dominada por el

entendimiento. Entre lo universal y lo particular no se interfiere, en la

consideración filosófica, ningún elemento intermedio, ninguna serie de

géneros o clases, de generaría. Ni el artista, que crea el arte, ni el

espectador, que lo contempla necesitan de otra cosa que de lo

universal y lo individual o, mejor dicho, lo universal convertido en

individual: la actividad artística universal considerada y concentrada

por entero en la representación de un determinado estado de ánimo.

5. La aventura del pensamiento estético en la Historia

La estética como reflexión existió desde la antigüedad griega aunque no

en forma sistemática y claro está, menos aún con esa denominación. En

la Grecia antigua la reflexión se hará sobre la belleza y el arte.

5.1 Platón

Después de construir su sistema para aproximarse al estudio de la

realidad, deducirá de este su concepción de lo bello y del arte. Veamos

pues:

“Y si alguna me dice que las razones por las cuales una cosa es bella es

porque posee un color floreciente, o una actitud o algo semejante, yo de

ningún modo entro en tal discusión pues con todo esto solo logro

confundirme, pero por el contrario, me resulta totalmente simple,

7
Croce, Benedicto. Estética y Brevario de Estética. Citado por Cassiner Enst. “Las Ciencias de la
cultura”. Fondo de Cultura Económica, México. 1915, pág.178.
completamente, sencillo saber que lo único que hace que algo sea bello

es la presencia y la participación de lo bello en sí. Lo bello se hace bello

por lo bello”.8

Diotina de Mantinen, expresa que la sabiduría es una de las cosas mas

bellas del mundo y dado que Eros ama lo que es bello se debe concluir

que Eros es amante de la sabiduría, es decir, filósofo. Amar es desear el

conocimiento y constituye una forma de creación. Es conocimiento de la

belleza absoluta, de la belleza eterna.

El concepto de creación es precisado por Diotima señalando que “…es

algo muy amplio, ya que ciertamente todo lo que es causa de que algo,

sea lo que sea, pase del no ser al ser, es “creación” de suerte que todas

las actividades que entran en las esferas de todas las artes son

creaciones y los artesanos de estos, creadores o pactos”.

Prosigue, señalando que “…del concepto total de creación se ha

separado una parte, la relativa a la música y al arte métrica, que se

denomina con el nombre del todo “Poesía” en efecto se llama tan solo a

esta y a los que poseen esa porción de “creación” “poetas”.9

Finaliza, señalando que el método adecuado para abordar las cuestiones

del amor es “…empezar por las cosas bellas de este mundo teniendo

como fin esa belleza en cuestión y valiéndose de ellas como escalas ir

8
Platón. Fedon
9
Platón. El Banquete. Fedro Sarpe, España, 1985, pág. 87
ascendiendo constantemente yendo de un solo cuerpo a dos y de dos a

todos los cuerpos bellos y de los cuerpos bellos a las bellas normas de

conducta, y de las normas de conducta a las bellas ciencias, hasta

terminar, partiendo de estas, en esa ciencia de antes, que no es ciencia

de otra cosa sino de la belleza absoluta, y llegar a conocer por último lo

que es la belleza en sí”10

Para Platón todos los seres humanos comparten el deseo universal por el

bien y lo bello, deseo que, apropiadamente, dirigido en aquellos que son

“fecundos según el alma”, permitirá que su espíritu se eleve hasta

descubrir las formas y la belleza en sí.

Aristóteles

Este autor sostiene que “…la experiencia de los hombres nace de la

memoria, en efecto numerosos recuerdos de una misma cosa

constituyen finalmente una experiencia, ahora bien, la experiencia, al

parecer, si asimila casi a la ciencia y al arte, pero, en realidad, la ciencia

y el arte, pero, en realidad, la ciencia y el arte llegan a los hombres por

medio de la experiencia, ya que la experiencia ha creado el arte – dice

Polus, con razón – y la inexperiencia, la suerte”. El arte comienza

cuando de una gran suma de nociones experimentales se desprende un

solo juicio universal que se aplica a todos los casos semejantes (…)

ahora bien, en relación a la vida practica, no parece que la experiencia

difiera en nada del arte, incluso vemos que los hombres de apariencia

10
Platón. Ob.cit. pág.98
difiera en nada del arte, incluso vemos que los hombres de experiencia

consiguen mejor su objeto que aquellos que tiene la teoría pero en

cambio les falta la experiencia. Esto se debe a que la experiencia es el

conocimiento de las cosas individuales, y el arte, el de las cosas

generales, y por otra parte, toda practica y toda producción se dan en lo

particular, no es al hombre, efectivamente…”

“…, según la opinión común, el saber y la facultad de comprender son

mas bien patrimonio del arte que de la experiencia, y nosotros

consideramos a los hombres de arte superiores a los hombres de

experiencia, porque la sabiduría está en todos los hombres en razón de

su saber. El motivo de esto es que los unos conocen la causa y los otros

la ignoran. En efecto, los hombres de experiencia saben que una cosa

existe pero ignoran por que existen en cambio los hombres de arte

conocen a la vez por qué y la causa”.11

“…No sin razón mereció haber ganado la admiración de los hombres el

primero que inventó un arte cualquiera por encima de las sensaciones

comunes no solo a la causa de la utilidad de sus descubrimientos sino a

causa de su ciencia y porque era superior a los demás. Luego las artes

se multiplicaron teniendo como objeto, unas las necesidades, otras el

placer de la vida, siempre los inventores de estas artes fueron

considerados mas sabios que los de todas las demás, porque su ciencia

no tenía la utilidad, por fin. Todas las artes estaban ya inventadas

11
Aristóteles, Metafísica. SARPE, Madrid, 1985, pág.278
cuando se descubrieron estas ciencias que no se aplican ni a los

placeres ni a las necesidades. Nacieron en aquellos países en los cuales

reynaba el ocio…”12

Platino

Plantea la necesidad de diferenciar los productos de la naturaleza de las

obras de arte. Para el toda obra de arte constituye una dualidad: materia

y forma, por lo que requiere un intermediario que es el agente del

producto artificial. En el producto artificial se debe distinguir:

 El momento de la concepción (Noesis)

 El momento de la ejecución (poiesis)

 Los obstáculos que se presentan en el proceso de realización de la

obra y que son de carácter externo.

En la producción de la naturaleza asistimos a un modo de contemplación

homogéneo con respecto a la realidad inteligible, Plotino, al respecto

escribirá que para la naturaleza “ser lo que es, para ella, es lo mismo que

producir…” es un proceso anterior a ella misma, no necesita, por tanto

ningún agente exterior.

Con respecto al producto artístico, ha escrito que “tengamos presente el

ejemplo del artesano que aunque produce objetos idénticos, debe

aprehenderlos con un pensamiento diferente. Es así como puede

fabricar un objeto, y luego otro, aplicando el objeto idéntico algún signo

verdaderamente distintivo. En la naturaleza la distinción no se produce de

12
Aristóteles, ob.cit.pág.29”
una manera reflexiva, sino tan solo por razones. Y esa distinción debe

unirse a la forma del ser, aunque nosotros no consigamos

aprehenderla”.13

La teoría plotiniana de la forma “…que se da en las cosas sensibles y en

la materia es una imagen de la forma real, y toda forma que se da en una

cosa ha venido a ella de otra forma, ofreciéndose aquí como la imagen de

esa forma. Por otra parte, si la inteligencia debe ser la creadora del

universo, no podrá pensar en los seres para producirlos en este universo,

porque esos seres deben existir antes que el universo, y no como

improntas de otros seres, sino como arquetipos y seres primeros, e

incluso como la esencia de la inteligencia. Podría decirse que basta con

las razones seminales, puesto que evidentemente son eternos. Pero si

se las considera eternas e impósibles debe colocárselas en una

inteligencia que sea como ellas y anterior a la estructura, a la naturaleza y

al alma, porque esas tres cosas solo existen en potencia. Y no los piensa

como existentes en otra parte, porque no se dan, ciertamente, ni antes ni

después de ella, sino que ella es como su primer legislador, y aún mejor,

la ley misma de su existencia”.14

La comprensión de la estética de Platino debe efectuarse desde su

teoría de las formas. La belleza sensible de los cuerpos es el resultado

de la participación de una idea, precisada por Platino en la noción de

13
Platino, Euneadas, vol.7, pág.3
14
Platino. Enneadas. Vol.9, pág.5
forma la misma que juega un rol decisivo en el proceso de producción de

la belleza.

La forma trabaja adecuadamente el cuerpo y dispone su estructura con

el objeto de que con esa disposición adecuada “aparezca” la belleza y se

manifieste a los sentidos.

Fredrich Wilhelm Joseph Schelling

Según Shelling el propósito del arte es descubrir y hacer visible lo que

en las cosas existe como modelo, o ejemplo. El arte constituye la

actividad del ser humano por la que busca desvelar y explicar la identidad

que existe entre la forma última de la especie y el individuo concreto. Es

la ciencia que moviliza las formas como parte de la disputa por la

aprehensión del espíritu en todas sus manifestaciones.

Así ha dejado escrito que:

“Es por tanto, notorio que el arte figurativo está situado como vínculo

activo entre el alma y la naturaleza y solo puede concebirse en el medio

viviente entre ambas. Es mas, en relación al alma, este arte coincide con

los restantes artes, especialmente con la poesía, y por eso ha de

diferenciarse, de ellos por una fuerza especial que le una a la naturaleza y

haga que se desarrolle de un modo análogo a la naturaleza misma. Es,

pues a la naturaleza a quien debe referirse una teoría que pueda a la vez

satisfacer a la razón, ser útil al arte mismo y contribuir a su progreso”15

15
Shelling, Friedrich. La relación del arte con la naturaleza. SARPE. Madrid, 1985, pag.55-56.
Destaca la importancia de lo inconsciente en toda obra artística,

escribiendo que:

“Desde hace largo tiempo se ha reconocido que en el arte no todo se

hace con conciencia, que a la actividad consiente debe unirse una fuerza

inconsciente, y que la unión perfecta y la correspondiente comprensión de

ambas produce lo mas excelso del arte. Las obras donde falta este sello

de la ciencia inconsciente de su realizador., y al contrario, allí donde se

manifiesta el arte comunica a sus obras, al mismo tiempo que una

perfecta claridad para el entendimiento, esa realidad insondable que los

hace semejantes a las obras de la naturaleza”.16

Establece, así mismo que el arte no puede tener su punto de partida

desde la naturaleza pues:

“En ella, si la belleza está igualmente resplandeciente en todas partes,

hoy, sin embargo, diversos grados en la manifestación y el desarrollo de

la esencia y, por consiguiente, también en la belleza, pero el arte quiere

en esta una cierta riqueza, quisiera hacer resonar, no un acento o un

sonido aislado, ni siquiera un acorde destacado, sino la armoniosa

melodía de la belleza. Por eso se apodera inmediatamente de lo mas

elevado y mas desarrollado: la forma humana. Pues como no le es dado

abarcar el conjunto en sus inmensas proporciones y como, en las otras

criaturas, el ser no se manifiesta mas que en relámpagos aislados,

mientras que en el hombre aparece en su plenitud, sin interrupción, no

16
Shelling, Friedrich. Ob.cit, pag. 68
solamente le está permitido, sino que está obligado a ver la naturaleza

entera en el hombre solo…”17

Kant Inmanuel

Kant, en la crítica del juicio investiga las normas básicas de la conciencia

sobre las que ineludiblemente descansa toda concepción estética, toda

conceptualización de un contenido de la naturaleza o del arte como “bello”

o como “feo”.

Así escribirá “si alguien me pregunta si encuentro bello el palacio que

tengo delante de mí, podrá decir, indudablemente, no me gustan las

cosas destinadas solamente a ser admiradas,…, todo lo cual puede

concedérseme y dárseme por bueno, pero no es de esto de lo que se

trata. Lo que se desea saber es, simplemente, si la mesa representación

de aquel objeto suscita en mi cierta complacencia, por mucha que sea mi

indiferencia de ahora y probablemente de siempre con respecto al objeto

mismo representado.

Finalmente se ve que es la idea que yo me formo de aquella

representación y no lo que para mi signifique la existencia de su objeto, lo

que interesa cuando se trata de que diga si ese objeto es o no bello y de

saber si yo tengo o no el sentido del gusto. Todo el mundo deberá

confesar que aquellos juicios sobre la belleza en los que se mezcla el mas

mínimo interés son juicios muy parciales y no representan ya juicios de

gusto paso. Es necesario para poder actuar de juez en cuestión de gusto,

17
Shelling, Friedrich. Ob.cit, pag. 75
no tener el menor prejuicio con respecto a la existencia de la cosa, sino

demostrar una indiferencia completa en ese respecto”18

A la estética no le interesa conocer que es y cómo actúa el objeto, lo que

se trata de saber qué cosa es para mí la representación que tengo de el,

según su verdadera naturaleza; lo real pasa a un plano secundario es

desplazada por la determinabilidad y por la unidad ideal de la imagen

pura. Por ello, se puede decir que el mundo estético es un mundo de

apariencias. En Kant, lo característico y peculiar de la representación

estética consiste en prescindir de la existencia del objeto, lo que hace de

ella una intuición de la forma pura.

Según Kant, el estado de ánimo en las representaciones estéticas, es el

de un sentimiento de libre juego de la fuerza de la imaginación a la luz de

una representación dada, para poder llegar a un conocimiento en

general”.

“Ahora bien, para que exista una representación, partiendo de un objeto

dado, y que esa representación llegue a convertirse en conocimiento

hacen falta dos cosas: imaginación para agrupar los elementos intuitivos

multiples, e inteligencia con vistas a la unidad del concepto que agrupa a

las representaciones. Este estado de libre juego de la capacidad de

conocimiento a base de una representación, partiendo de un objeto dado,

tiene necesariamente que ser susceptible de comunicarse de un modo

general, puesto que es el conocimiento a base de una representación,

partiendo de un objeto dado, tiene necesariamente que ser susceptible de

18
Kant, Inmanuel, Critica del juicio. Parágrafo 2,pág. 273.
comunicarse de un modo general, puesto que el conocimiento, como

determinación al objeto, con el que deben coincidir determinadas

representaciones (cualquiera que sea su sujeto), es el único tipo de

representación que rige para todos. La comunicabilidad general subjetiva

del tipo de representación en un juicio de gusto, puesto que tiene que

efectuarse sin partir de un determinado concepto como premisa, no puede

ser otra que el estado de ánimo en el libre juego de la imaginación y la

inteligencia (a condición de que coincidan entre sí, como es necesario que

ocurra para todo conocimiento), si tenemos la conciencia de que esta

relación subjetiva apta para el conocimiento tiene que valer para

cualquiera y ser, por tanto comunicable a todo el mundo, como lo es todo

conocimiento determinado que descansa como condición subjetiva sobre

una relación de este tipo”19

Kant, precisa señalando la diferencia entre los juicios sobre lo bello a

juicios de gusto con los juicios sobre lo sensorialmente agradable que se

circunscriben a la persona que les experimenta, señalando al respecto

que “sería ridículo que alguien que formulase un juicio basado en su gusto

quisiera justificarse diciendo: este objeto (el edificio que vemos, el vestido

que aquel luce, el concierto que escuchamos, la poesía sobre la que se

nos pide un juicio) es bello para mí. Pues no debería llamarlo bello si

creyera que solo podía gustarle a el. Puede tener para el muchos

encantos, resultarle muy agradable, de ello nadie se preocupa, pues a

nadie interesa, pero cuando dice que algo es bello, es que suponer que

los demás encuentran en ello su misma complacencia, no juzga

19
Kant, Inmanuel, ob.cit, parágrafo 9, pag. 286 y ss.
solamente por sí, sino también por los demás, y habla de la belleza como

si se tratase realmente de una cualidad de las cosas. Por eso dice: esta

cosa es bella, y no se limita a contar con que los demás coincidan con su

juicio de complacencia simplemente porque ya haya tenido ocasión de

apreciar esa unanimidad en otras ocasiones, sino que la exige. En este

sentido, no es correcto decir que cada cual tiene su gusto. Seria tanto

como decir que no existe el gusto, esto es, que no existe un juicio estético

que tenga derecho a exigir la aquiescencia, la coincidencia de todos los

demás”20

La razón que explica la complacencia no obedece a ninguna condición

privada, la razón que la explica se encuentra en aquello que de por

supuesto también en otros, debe pues creer que posee razones para

conceder a los demás una complacencia semejante a la que experimenta.

“… En los juicios del gusto no debe postularse nada que no sea esa voz

general en lo tocante a la complacencia, sin que en ello medien para nada

los conceptos, tratase por tanto, de la posibilidad de un juicio estético que

puede considerarse, al mismo tiempo, como válido para todo el mundo.

Los juicios del gusto de por si no postulan la aquiescencia de todos (…)

se limitan a atribuir a todo el mundo esta aquiescencia como un caso de

la regla, con vistas al cual no espera la confirmación de ningún concepto,

sino simplemente la adhesión de otros”21

Asi mismo, para Kant “…todo arte presupone reglas cuya

fundamentación hace posibles los productos que pueden ser calificados

20
Kant, Immanuel, ob.cit, parágrafo 7, pág. 281 y ss.
21
Kant, Inmanuel, ob.cit., parágrafo 6-8, pág. 280-285
de artísticos. Ahora bien el concepto de las bellas artes no consiente que

los juicios sobre la belleza de sus productos se deriven de ninguna regla

que tenga como fundamento determinante un concepto.

Por tanto las bellas artes no pueden concibir por si mismas las reglas

con sujeción a las cuales han de crear sus productos y como, al mismo

tiempo, ningún producto puede ser llamado artístico si para ello no nos

apoyamos en una regla precedente, llegamos a la necesaria conclusión

de que es la naturaleza la que en el sujeto (y por medio de la técnica de

sus facultades) tiene que dar el arte la pauta, es decir, a la conclusión de

que las bellas artes solo son posibles como producto del genio. 22 Y

considera que “genio es el talento” (el don natural) que dicta al ate sus

reglas.

Hegel

Shopenha

Nietzche.

Arthur Schopenhauer.

Según Schopenhauer, “cuando hablamos de belleza humana usamos

una expresión objetiva que designa la mas perfecta objetivación de la

voluntad en los grados mas altos en que esta se manifiesta, la idea del

hombre en general expresada enteramente en su forma corpórea. Mas,

cualquiera que sea el predominio que aquí consiga el lado objetivo de la

belleza, siempre va este acompañado de la parte subjetiva, por lo que no

22
Kant, Inmanuel, ob.cit., parágrafo 46, pág. 382.
encontramos objeto alguno que mas rápidamente nos impresiones de una

manera estética que las hermosas facciones y la bella figura humana a

cuya vista se apodera de nosotros instantáneamente un bienestar

indecible, elevándonos sobre nosotros mismos y sobre nuestras pasiones,

y esto solo es posible porque aquella intuición directa de la voluntad nos

transporta al mas evidente y rápido estado de conocimiento puro en que

nuestra personalidad y nuestra voluntad, constantemente atormentados,

desaparecen mientras dura el goce estético. Por esto dijo Goethe “El que

contempla la belleza humana se sustrae por un momento al mal, se siente

en armonía consigo mismo y con el mundo”23

Y el arte, ¿cómo se conduce? Se pregunta y se responde que

generalmente se cree que el arte imita la naturaleza. Pero ¿Cómo sabría

reconocer el artista el modelo que debe imitar entre tantos seres

imperfectos si no tuviera a priori un ideal de belleza? Además, ¿ha

producido nunca la belleza una figura humana perfecta en todas sus

partes? El que todos nosotros reconozcamos la belleza humana, cuando

las vemos, pero que en el verdadero artista esta belleza resplandezca con

suma claridad, mostrándola como quizá no la ha visto nunca y

sobrepujando a la naturaleza en sus creaciones, solo es posible porque lo

que aquí se considera es la voluntad en la adecuada objetivación de sus

últimos grados, o en otras palabras, porque somos nosotros mismo. Solo

por esto poseemos en realidad una anticipación de aquello que la

23
Shopenhauer, Artur. El mundo como voluntad, libro segundo, en Mann Thomas. El pensamiento vivo
de Shopenhauer. Editorial Losada, S.A. Buenos Aires, pág. 158-159.
naturaleza (que asimismo es voluntad y en ese caso nuestra propia

voluntad) se esfuerza por representar” 24

El poeta, dice nuestro autor:

“…concibe la idea, la esencia de la humanidad, fuera de toda relación y

de todo tiempo. Concibe la objetividad adecuada de la cosa en sí en su

mas alto grado de manifestación. Tanto por la mayor impresión que

produce sobre el espectador como por sus grandes dificultades se

considera con razón la tragedia como el género poético más elevado”.25

Continúa nuestro autor y escribe que:

“La música es, …, en cuanto expresión del mundo, un lenguaje dotado

del grado sumo de universalidad que respecto de la generalidad del

concepto se conduce como este a las cosas particulares. Pero su

generalidad no es modo alguno la generalidad vacía de la abstracción,

sino que tiene otra naturaleza completamente distinta y va unida a una

determinación absolutamente clara, lo inefablemente íntimo de toda la

música en cuya virtud nos hace entrever un paraíso tan familiar como

lejano de nosotros y lo que le comunica ese carácter tan comprensible y a

la vez tan inexplicable consiste en que reproduce todas las agitaciones de

nuestro ser más íntimo, pero sin la realidad y lejos de sus tormentas”.26

24
Shopenhauer, Arthur, ob.cit, pag. 160
25
Shopenhauer, Arthur, ob.cit, pag. 163
26
Shopenhauer, Arthur, ob.cit, pag 170
Continua Shopenhauer:

“El placer de lo bello, el consuelo que proporciona el arte, el entusiasmo

del artista que le hace olvidar las penas de la vida, ese privilegio del genio

que le indemniza de los dolores crecientes para el en proporción a la

claridad de su conciencia, que le alienta en la triste soledad a que se ve

condenado en medio de una muchedumbre heterogénea, depende de

que, la vida en sí, la voluntad y la existencia misma son un dolor perpetuo

en parte despreciable, en parte espantoso, pero esta misma vida

considerada como mera representación o reproducida por el arte se

emancipa del dolor y constituye un espectáculo importante. Este lado del

mundo que cae bajo el conocimiento puro y su reproducción por el arte,

cualquiera que este sea, es el elemento del artista. El espectáculo de la

objetivación de la voluntad le cautiva, ante el permanece atónito sin

cansarse de admirarlo ni de reproducirlo, y mientras esta contemplación

dura, el mismo es el que hace el gasto de la representación, es decir es

esa misma voluntad la que se objetiva y permanece en constante

sufrimiento. Ese conocimiento puro, profundo y verdadero de la esencia

del mundo se convierte en fin del artista”27

Considera, Shopenhauer, que:

“El concepto, aquí como en todas las regiones del arte, es estéril, el

compositor nos revela la esencia interior del mundo y expresa la más

honda sabiduría en un lenguaje que su razón no comprende, …, de aquí

27
Shopenhauer, Arthur, ob.cit, pag 172-173
que en el compositor, más que en ningún otro artista, el hombre está

completamente separado del artista y sea distinto de él.28

Friedrich Nietzche.

Para Nietzche, la existencia del mundo solo encuentra justificación como

fenómenos estético, además de constituir la tarea más elevada y la

actividad, verdaderamente, metafísica de la existencia. Dela tragedia

griega va a escardar las fuerzas que estructuran la obra de arte en ella

encuentras dos principios permanentemente opuestos, en apariencias,

cuyos símbolos son Dionisos y Apolo, deidades del arte, constituidas en

tendencias fundamentales del arte y la cultura a principios metafísicos del

mundo. El arte humano será interpretado como un acontecimiento

cósmico.

Dionisos y Apolo son los instintos fundamentales que permiten el

desarrollo y la creación de obra de arte y de la vida misma. Apolo es el

dios de la escultura, de la arquitectura, es la claridad, el rigor, lo simple de

la forma desnuda. Es el mundo de la belleza, de la apariencia y de la

forma definida, es una ilusión, una máscara que sirve como soporte de la

existencia. Dionisos, es el dios de la música, la danza, la sexualidad, el

deseo, la embriaguez. Es la fuerza transformadora, creadora, es el

impuso vital, la pasión, la vida misma, el devenir.

28
Shopenhauer, Arthur, ob.cit, pag, 169-170
Frenzel, escribe que:

La dicotomía apolíneo dionisímo deriva de la experiencia estético y

expresa poderes artísticos. Pero casi al punto, Nietzche puntualizo que

se trata de fuerzas que irrumpen desde la misma naturaleza, “sin

intervención del artista humano, es decir, fuerzas irracionales,

inexplicables e injustificables. Sin en el arte apolíneo se encarna el

principio de la belleza, lo dionisiaco no cree por si mismo formas bellas,

se trata mas bien de un impulso ciego, irresistible qu busca materializarse,

expresarse, es el motor del proceso creador.”29

Refiriéndose a su obra el nacimiento de la tragedia Nietzche, escribe:

“En ella la antítesis entre lo apolíneo y lo dionisiaco esta llevada al plano

metafísico, la historia está considerada como el desenvolvimiento de esa

“idea”, la tragedia se entiende como la unidad superadora de esa

antítesis. Desde esa perspectiva cosas que nunca se habrían mirado

cara a cara se ponen una frente a otra, iluminadas y entendidas unas a

través de otras, por ejemplo, la opera y la revolución.

Las dos innovaciones decisivas del libro son, por una parte, la

comprensión del fenómeno dionísico en los griegos. El libro ofrece el

primer estudio sicológico del mismo, y ve en el la raíz de todo el arte

griego. Por otra parte, la comprensión del movimiento socrático. Por

primera vez, se considera a Sócrates como instrumento de la disolución

griega, como un decadente. La “racionalidad” a toda costa, la

29
Frenzel, Yoo, Nietzche SALVAT. Editores S.A. Barcelona 1986, pág. 74-75.
racionalidad contra el instinto, como violencia peligrosa, como violencia

que se va la vida” 30

En otra obra Nietzche, se preguntará “¿Qué significa la oposición:

apolíneo – dionisiaco – introducida por mi en la estética, valores

entendidos como tipo de la embriaguez?, la embriaguez apolínea

determina ante todo la excitación de la vista, así que esta adquiere el

poder la visión. El pintor, el plástico y el épico son visionarios por

excelencia.

En el estado dionísiaco, en cambio, se halla excitado y exaltado todo el

sistema afectivo, que descarga de una vez todos sus medios de expresión

y manifiesta a un tiempo el poder de representación reproducción,

transfiguración y transmutación, toda clase de mímica e histrionismo. Lo

esencial es aquí la facilidad de la metamorfosis, la incapacidad para no

reaccionar (…) al hombre dionisiaco le es imposible no entender

sugestión alguna, no pasa por alto ninguna señal de afecto, posee un

máximo grado el arte de la comunicación.31

En otra parte explica “para que haya arte, cualquier hacer y mirar

estético, es imprescindible un requisito fisiológico, la embriaguez. Hasta

que la embriaguez no haya acrecentado la excitabilidad de todo el

mecanismo no aparece el arte. Todas las clases de embriaguez, por

diferentemente determinadas que están, tienen este poder, lo tiene, sobre

todo, la embriagues de la excitación sexual, forma antigua y primaria dela

30
Nietzel, Friedrich. Eccehomo Mestas Editores. España, 2008, pág. 60
31
Nietzche, Friedrich. El Anticristo. Como se filosofa a martillazos. Biblioteca EDAF, Madrif, 1985, pag.
172.
embriaguez. Como también la embriaguez que deriva todos los grandes

apetitos, de todas las fuentes afectos, la embriaguez de la fiesta, de la

rivalidad, de la hazaña, del triunfo, de todo movimiento extremo, la

embriaguez de la crueldad, la embriaguez de la destrucción, la

embriaguez derivada de determinados factores y teorológicos, por

ejemplo, la embriaguez de la primavera o de la acción de los narcóticos.

Por último, la embriaguez de la voluntad, de una voluntad cargada y

henchida. Lo esencial de la embriaguez es la sensación de fuerza

acrecentada y plena. Esta sensación impulso al individuo a obsequiar a

las cosas, a participar en ellas, a violentarlas, a esto es lo que se le llama

idealizar. Emancipémonos en este punto de un prejuicio: el idealizar no

consiste, como se cree comúnmente, en una deducción o distracción de

lo pequeño y secundario, lo decisivo es una tremenda acentuación de los

rasgos principales al punto que desaparecen lo demás”. 32

Sobre lo bello y lo veo, Nietzche, tendrá ocasión de esclarecerlos y

escribirá, al respecto que: “Nada hay tan condicionado, digamos tan

restringido, como nuestro sentimiento de lo bello. Quien pretender

concebirlo desligado del goce que el hombre libra del hombre, deja el

momento de pisar firme. Lo “bello en sí” es un mero concepto, no es ni

siquiera un concepto. En lo bello el hombre se establece a sí mismo

como criterio de perfección, en casos selectos, se adora a si mismo en lo

bello. Una especie no pude por menos de decir si exclusivamente a si

misma de esta manera. Su instinto mas soterrado el de conservación y

expansión del propio ser, irradia aun en tales sublimidades. El hombre

32
Nietzche, Friedrich, ob.cit., pag.170.
cree el mundo mismo colmado de belleza, se olvida que el es la causa. El

lo ha obsequiado con belleza, ¡ay! Solo con una belleza muy humana,

demasiado buena.

En el fondo, el hombre se refleja en las cosas, tiene por bello todo lo que

le devuelve su propia imagen. El juicio “bello” es su vanidad genérica…

pues la escéptico bien puede un leve recelo susurrarle al oído. ¿De veras

queda embellecido el mundo por el hecho de que el hombre lo tenga por

bello? Lo ha humanizado, esto es todo. Mas nada, absolutamente nada,

nos autoriza para creer que precisamente el hombre son el modelo de lo

bello, ¿Quién sabe cómo se presenta a los ojos de un juez superior del

gusto? ¿Acaso atrevido?¿acaso divertido?¿acaso un tanto arbitrario?

…”Oh Dionisos, divino, ¿Por qué me tiras de las orejas? Pregunto Ariadna

a su amante filosófico en ocasión de esos célebres diálogos en Naxos,

“Es que tus orejas me causan gracias, Ariadna, ¿quizás por qué no son

aún más largas?33

“Nada es bello, solo el hombre es bello: en esta ingenuidad descansa

toda estética, ella es la verdad primordial de la estética. Agreguemos a

renglón seguido otra seguida: nada hay tan feo como el hombre

degenerado, queda así delimitado el reino del juicio estético. Desde el

punto de visa fisiológico todo lo feo debilita y apesadumbra al hombre. Le

sugiere quebranto, peligro e impotencia, le ocasiona efectivamente un

abatimiento, sospecha la proximidad de algo “feo”. Su sentimiento de

poder, su voluntad de poder, su valentía, su orgullo, su merman por obra

de lo feo y aumenta por obra de lo bello… en uno y otro caso sacamos

33
Nietzche, Friedrich. Ob.cit, pág.178.
una conclusión: las premisas correspondientes están acumuladas en

inmensa cantidad en el instinto. Lo feo es extendido como señal y síntoma

de la degeneración, todo lo que siquiera remotamente sugiera

degeneración determina en nosotros el juicio “feo”.

Todo indicio de agotamiento, de pesadez, de vejez y cansancio, toda

clase de coerción, bajo forma de espasmo o paralización, en particular,

olor, color y forma de la desintegración, de la podredumbre, aunque sea

en su dilución última en símbolo, todo esto provoca idéntica reacción, el

juicio de valor “feo”34

En síntesis:

La relación apolíneo dionisiaca contradictoria y en lucha constante, es

solo aparente pues no pueden existir el uno sin el otro. Es una relación

afirmativa de la vida y sus fuerzas, concordia y ayuda mutua. La

“naturaleza”, según Nietzche, no es en su totalidad racional, apolínea, es,

también irracional, instintiva, dionisiaca, es decir, aceptación de la vida tal

cual es de su fuerza primitiva y “orgiástica. Es en este sentido que la vida

es trágica.

La existencia y el mundo se justifican como fenómenos estético, es por

ello que s el mito trágico debe comunicarnos, incluso, de lo feo y

disermónico como parte del juego artístico. El arte hace posible la libertad

de lo simbólico y de las facultades creativas del ser humano quien se

regocija en lo estético, en lo amoral.

34
Nietzche, Friedrich. Ob.cit, pág.179
El hombre trágico no racionaliza la vida, no la teoriza ni la conceptúa, no

busca cristalizar el devenir, por el contrario, su existencia es agitada,

tornaliza, peligrosa, sombría, para el hombre trágico la vida es una

aventura.

Es necesario destacar que todo concepción de lo bello y del arte se

fundamenta en una filosofía, en una visión de la realidad y surge de una

realidad socio – histórica concreta.. Es producto del medio social e

histórico.

“Para comprender una obra de arte, un artista, o un grupo de artistas,

hay que representarse con exactitud el estado general del espíritu y de las

costumbres de la época a que pertenece. Allí es donde se encuentra la

última explicación, allí reside la causa primitiva que determina el resto.

Porque las expresiones del espíritu humano como las de la naturaleza

viviente, no se explican sino por su medio”35

En esa orden de pensamiento; y desde el materialismo histórico “El ideal

de belleza que empera en un momento dado en determinada sociedad o

en determinada clase de la sociedad, depende en parte de las

condiciones biológicas del desarrollo del género humano, que son las que

determinan, entre otras cosas, las peculiaridades raciales, y en parte de

las condiciones históricas en que ha surgido y existe esa sociedad o esa

clase. Y por eso, precisamente dicho ideal es siempre muy rico, de un

contenido enteramente condicionado y nada absoluto. Quien rinde culto a

35
Tayne, Hippolyte, Filosofía del Arte. Citado en Challaye, Felicien: Estética. Tad. De Emilio Huidobro y
Edith T. de Huidobro, Labor, Barcelona, 1953, pág.22
la “belleza pura”, no por ello se independiza de las condiciones biológicas

e histórico sociales que han determinado sus gustos estéticos.36

Toda manifestación artística surge de las entrañas de una sociedad

concreta, de nuestra propia naturaleza humana anclada en esa sociedad

que es observada, captada con preocupación y sensibilidad y puesta de

manifiesto por nuestra capacidad creativa y por nuestra necesidad

humana de expresa lo que sentimos y experimentamos.

La estética es, pues, el estudio del arte pero como fenómeno y expresión

de lo humano, individual y socialmente considerado, transido de

subjetividad y objetividad expresión de la facultad creativa del ser

humano.

Según Rosental

La problemática y su misión se determinan principalmente por el hecho

de que su objeto específico – la asimilación estética del mundo por el

hombre – consta de tres facetas indisolublemente ligadas entre sí. 1) lo

estético en la realidad objetiva. 2) lo estético subjetivo (la conciencia

estética), 3) El arte (como unidad peculiar de lo estético subjetivo y lo

estético objetivo). La estética estudia la esencia, las leyes y las

manifestaciones concretas de todas estas tres facetas en su unidad

dialéctica…” “…define la base objetiva de la interpretación estética del

mundo como una actividad creadora del hombre, prácticamente orientada,

en la que se revelan la esencia y la fuerza creadora de aquel, tendientes a

36
Plejanov, Jorge. La concepción Materialista de la Historia . El Arte y la Vida Social. Ediciones Roca S.A.
Mexico, 1973. Pág. 101-102.
transformar la naturaleza y la sociedad. Las categorías estéticas

fundamentales – lo bello y lo feo, lo sublime y lo bajo, el dramatismo, lo

trágico y lo còmico, lo heroíco – se revelan como manifestaciones

peculiares de la asimilación estética del mundo en cada uno de los

dominios del ser social y de la vida humana en la actividad productiva y

político – social, en la actividad hacia la naturaleza, en la cultura, en la

vida cotidiana etc. La faceta subjetiva de la asimilación estética – los

sentimientos estéticos, los gustos, las valoraciones, las vivencias, las

ideas, los ideales – es considerada por la estética marxista – leminista

como una forma específica de reflejo y encarnación de las relaciones y de

los procesos vitales objetivos”.

…” Al investigar la esencia del arte y sus leyes, la estética se relaciona

de manera estrecha con todas las ciencias especiales teóricas e

históricas, así como con las ciencias que se ocupan del arte. Pero la

estética es una ciencia filosófica. Estudia las leyes generales de las

actitudes estéticas del hombre hacia la realidad (y también del arte), en

cambio, la crítica del arte como ciencia se interesa por lo específico del

arte como tal. Por ser, igual que la filosofía, una ciencia relativa a la

concepción del mundo, la estética toma como centro de su problemática

la solución del problema de las relaciones entre la conciencia estética y el

arte, frente al ser social y la vida del hombre…”37

37
Rosental M.M. Diccionario Filosófico. Ediciones Pueblos Unidos, Lima – Perú, pág. 203-204

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