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FACULTAD DE CIENCIA DE LA SALUD

ESCUELA DE PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

Monografia

PSICOLOGIA DEPORTIVA

Alumna:

Herrera Muro Noemy

Gomez Carmen Julia Lucerito

Melgar Gomez Catherine

Risco Guzmán Kelly Jazmir

Docente

Ps. Camero Marco

PIURA-PERÚ

2018
1. TITULO:
PSICOLOGIA DEPORTIVA.

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INDICE

pág.

1. TÍTULO. 02

2. INDICE. 03

3. INTRODUCCIÓN. 04

4. MARCO TEORICO: 06

4.1. Definicion. 06

4.2. Rol del Psicólogo del Deporte. 07

4.3. Habilidades mentales que entrenan y potencian los ps.deportivos. 07

4.4. Especialidades de la Psicología del Deporte. 09

4.5. Objetivos de la Psicología del deporte. 10

4.6. La Psicología del Deporte en Cuba. 10

4.7. Logros en investigaciones por psicólogos del deporte en Cuba. 12

4.8. Funcion clinica. 13

5. RESUMEN. 20

6. CONCLUCIONES. 23

7. BIBLIOGRAFIA. 24

8. ANEXO. 26

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3. INTRODUCCIÓN:

La psicología deportiva es el sector de la psicología aplicada que estudia el

comportamiento humano antes, durante y después de la actividad deportiva en

relación a la personalidad, a la motivación, a las tasas de ansiedad y de

agresividad, a las dinámicas de grupo en los deportes colectivos, porque el

atleta experimenta situaciones mentales extremas y correspondientes

sensaciones impulsivas que no se manifiestan en las actividades normales del

deportista. También la psicología del deporte se enfoca en el estudio de técnicas

encaminadas a maximizar las capacidades mentales de cada atleta, como su

concentración, atención, control sobre las emociones y como hacer uso de ellas

en momentos estratégicos de cada deporte. Tampoco, en la psicología

deportiva, se debe dejar de lado la motivación presente en cada atleta dentro y

fuera del campo de juego, su nivel de compromiso y perseverancia. No se debe

olvidar que cada atleta tiene cualidades distintas a los demás y son aspectos

que deben ser evaluados para crear un plan de intervención dirigido a

maximizar sus capacidades mentales en pro de un mejor manejo de emociones

dentro y fuera del terreno de juego a nivel competitivo o en el deporte de alto

rendimiento. Se debe diferenciar al deporte recreativo del deporte competitivo

y entender que la Psicología del deporte, solo es aplicable a nivel competitivo

y de alto rendimiento.

Además de las investigaciones de neuropsicología que se avalan de técnicas

psicofísicas, y a las investigaciones conductuales como el control de tiempos

de reacción, la psicología deportiva ha elaborado un test para medir la ansiedad

en la actividad deportiva (Sport Competition Anxiety Test - SCAT), para tratar

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con la agresividad con la motivación se han establecido técnicas existente

modificadas para servir al deportista como el relajamiento, el entrenamiento

autógeno, el biofeedback, la hipnosis, el entrenamiento a las relaciones

interpersonales en caso de un deporte de conjunto. Las investigaciones de la

psicología deportiva se extienden a las áreas de personalidad, de la motivación

y de la influencia social, con análisis multivariadas e interactivas. La

monografia que usted tiene entre sus manos es una desbordante fuente d

einformacion, que sintetiza y hace comprensible, todo con respecto al

psicologo deportivo.

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4. MARCO TEORICO:

4.1. Definicion:

La Psicología del Deporte es una rama de la Psicología que estudia los

procesos psíquicos y la conducta del hombre durante la actividad deportiva

así como los factores psicológicos que motivan la práctica deportiva,

actividad física y por otro lado los efectos obtenidos por dicha

participación. Histórica y culturalmente los psicólogos deportivos han

estudiado como maximizar el rendimiento y el desarrollo personal de

deportistas y por otro lado las patologías que se desarrollan a causa del

deporte.

...Estudio científico de las personas y su conducta en el contexto del

deporte y la actividad física...” (R.Weimberg y D. Gould: Fundamentos de

Ps. del Deporte y el ejercicio Físico)

“...Aquella ciencia dedicada a estudiar, cómo, porqué y bajo qué

condiciones los deportistas, entrenadores y espectadores se comportan en

el modo que lo hacen, así como investigar la mutua influencia entre

actividad física y la participación en el deporte y el bienestar sicofísico,la

salud y el desarrollo personal...” (C.Nachon y F. Nascimbene:

Introducción a la Ps. del Deporte)

“La Psicología del Deporte y de la Actividad Física es el estudio científico

de los factores psicológicos que están asociados con la participación y el

rendimiento en el deporte, el ejercicio y otros tipos de actividad física”

(Asociación de Psicólogos Americanos (APA).

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4.2. Rol del Psicólogo del Deporte:

Se ocupa de la asistencia a deportistas, atletas y equipos, como

asesoramiento a entrenadores y profesores de educación física.

El asesoramiento y asistencia se encuentra enfocado a optimizar los

recursos personales del deportista y a contribuir en el progreso de la

calidad del manejo táctico y de comunicación.

Se realizan perfiles psicodeportológicos para identificar las variables

mentales a potenciar.

Se instrumentan técnicas para el entrenamiento de las habilidades

mentales: concentración, manejo de estrés, control de ansiedad, miedos

confianza, entre otras variables a entrenar.

El ámbito de trabajo no se limita al consultorio; sino que se extiende al

campo mismo de la actividad física: gimnasio, cancha, club etc.

El secreto profesional rige del mismo modo que en la práctica clínica,

salvo que con el consentimiento del deportista se intercambie información

con el cuerpo técnico con el fin de optimizar las mutuas intervenciones.

Puede suceder que algún deportista presente problemas que excedan el

ámbito deportivo, es aquí donde el psicólogo deportivo puede intervenir si

tiene las herramientas necesarias y el contexto se lo permite.

4.3. Habilidades mentales que entrenan y potencian los psicólogos del deporte:

Concentración: es esencial para alcanzar el máximo nivel para el que cada

uno está capacitado. El elemento principal de la concentración es la

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capacidad de focalizar la atención sobre la tarea que se está desarrollando

sin distraerse con estímulos internos y/o externos.

Atención: íntimamente relacionada con la concentración, las distintas

demandas deportivas requieren diferentes demandas atencionales,

pudiendo ser estas estrechas, amplias, internas o externas según la

situación lo requiera.

Motivación: eje fundamental de la vida en general y del deporte y

deportista en particular. Motivación como proceso, motivación que

permite al deportista participar de su deporte debidamente orientado hacia

objetivos y metas determinados y delimitados.

Auto Confianza: es la creencia o el grado de certeza que los individuos

poseen acerca de su habilidad para tener éxito en el deporte.Es la creencia

que se puede realizar satisfactoriamente una conducta deseada, por lo cual

es de suma importancia trabajar esta variable.

Comunicación: otra aptitud sumamente importante en la vida y mucho más

en el ámbito deportivo.La comunicación es esencial a la hora de trabajar

con deportistas, no sólo para ellos sino para la optimización del trabajo del

entrenador y demás miembros del cuerpo técnico.

Autoconocimiento: el deportista debe con el tiempo conocerse en detalle

para saber como reaccionar ante determinadas situaciones o emociones

que lo asaltan. Debe poseer básicamente conocimiento de sus respuestas,

de la influencia del entorno sobre si, como responde su cuerpo, entre otros

aspectos para utilizar adecuadamente alguna herramienta de autocontrol.

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Relajación: la relajación puede ayudar a eliminar tensiones locales, facilita

la recuperación cuando se dispone de poco tiempo de descanso, ayuda a

evitar el exceso de tensión muscular, ayuda al comienzo del sueño y reduce

el insomnio que puede ser frecuente previa competencia y

poscompetencia.

Visualización: es una técnica que programa la mente para una tarea, no es

magia, requiere práctica sistemática para ser efectiva. Involucra todos los

sentidos; aunque “ver con los ojos de la mente"es más común, en el deporte

todos los sentidos son importantes.

Es así entonces que trabaja sobre las aptitudes mentales básicas como la

motivación, auto confianza, autoestima, autopercepción que colaboran con

el establecimiento de metas, la autodisciplina en el entrenamiento, la

actitud y el pensamiento positivo, establecer estrategias generales de

desempeño, entre otras.

4.4. Especialidades de la Psicología del Deporte:

La Psicología del Deporte se divide en dos especialidades diferentes:

La desarrollista

La terapéutica.

Existiendo por un lado los Entrenadores Mentales que se centran en el

deportista como Cliente y por otro,los Psicoterapeutas, que se relacionan

con el deportista como pacientes según sus objetivos.

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4.5. Objetivos de la Psicología del deporte:

Conocer y optimizar las condiciones internas del deportista para lograr la

expresión del potencial físico, técnico y táctico adquirido en el proceso

de preparación.

Ayudar al competidor a controlar el estrés que produce una

desorganización emocional y conductual que puede afectar su

rendimiento.

Intenta pasar de la expectativa de éxito (cuando el deportista siente que

su habilidad está directamente asociada a la victoria deportiva) a la

expectativa de eficacia (para que las acciones y los movimientos técnicos

ocupen su atención y sentimientos.

4.6. La Psicología del Deporte en Cuba:

La manifestación de la Psicología del Deporte en Cuba ocurre en la década

del 60, en ese período se fundó la Escuela Superior de Educación Física:

"Manuel Fajardo". Los primeros trabajos fueron publicados por O.

Martínez, y L. Russell. (1968). En esa época y como resultado de

cooperación entre Cuba y la URSS asistieron un conjunto de colaboradores

especialistas en Psicología del deporte entre los que se destacan L. N.

Radchenko, (1973) y V. Medviedev.

Algunos de los pioneros de la Psicología del Deporte se formaron en ex

países socialistas. No obstante, otros permanecieron en Cuba y

desarrollaron una labor loable dentro de este campo como lo es Carlos

Martinó y Leonel Russell.

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Al principio de los años 70, se forma otro departamento de Psicología del

Deporte en el Instituto de Medicina del Deporte.

En el plano teórico y metodológico, los psicólogos del deporte en Cuba se

arraigan en el enfoque sociocultural desarrollado por L. S. Vigotski, y sus

seguidores y a la vez enriquecido por un grupo de psicólogos cubanos.

Se aprovechan otros resultados sin caer en el peligro de un enfoque

ecléctico. En el plano metodológico se emplea predominantemente el

método cualitativo de investigación de carácter ideográfico junto a

aplicaciones psicométricas. Por otra parte, una contribución fundamental

para el auge de la psicología del deporte fue el propio desarrollo del

deporte cubano.

Así, la Psicología del Deporte en Cuba emerge en el empeño por el

desarrollo y consolidación del movimiento deportivo cubano como una

fuerza más que contribuye a asegurar el proceso pedagógico y educativo

de los deportistas y sus resultados en entrenamiento y competencia. Un

hito importante en este sentido es la participación de psicólogos en el

Campeonato Mundial de Boxeo del año 1974 y posteriormente en los

Juegos Panamericanos y del Caribe de México 1975. En 1974, sale el

Suplemento No. 15 del Boletín Científico – Técnico INDER, Cuba sobre

Psicología del Deporte, por Carlos Martinó Sánchez y colaboradores, es la

primera obra escrita aún sin ser un libro.

Temas como el análisis del producto de la Actividad Dinámica de las

funciones psíquicas de los baloncestistas. La orientación de la atención en

la reacción psicomotriz y otros. El primer libro escrito en Cuba sobre

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Psicología del deporte lo elaboró A. Dorta Sasco en 1984 y se titula

"Nociones de psicología de la educación física y el deporte", editado por

Pueblo y Educación. La Habana.

Los temas fundamentales que han caracterizado a la Psicología del

Deporte en Cuba se relacionan con:

Motivación y Deporte.

Autocontrol de las emociones.

Estrés.

Procesos cognitivos.

Factores psicosociales en los equipos deportivos.

Psicofisiología y Deporte.

Control psicológico del entrenamiento.

4.7. Logros en investigaciones por psicólogos del deporte en Cuba:

El hallazgo de las regularidades psicológicas de diferentes formaciones

motivacionales como la autovaloración, la orientación de la personalidad

y el grado de aspiración en la regulación del comportamiento en

competencias.

La identificación de determinados moduladores de la respuesta de estrés

del deportista durante el concurso.

El registro de variables psicológicas mediadoras de la respuesta a las

cargas de entrenamiento.

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4.8. Funcion clinica:

Como hemos señalado al principio del capítulo, el psicólogo del deporte

actúa clínicamente como terapeuta cuando, tras un proceso de evaluación

y diagnóstico, trata de solucionar los problemas psicológicos derivados de

la práctica deportiva (Boterrill, 1980). El excesivo nerviosismo de un

árbitro durante la competición, la defectuosa concentración de un atleta en

una salida de velocidad o las secuelas psicológicas de una desafortunada

lesión son algunos ejemplos de este tipo de problemas, problemas que el

psicólogo del deporte ha de ayudar a resolver. Esto, sin duda, quiere decir

que, al igual que el tratamiento de un déficit visual no es tarea del médico

deportivo, tampoco los problemas psicológicos ocasionados por sucesos o

circunstancias ajenas al desarrollo de la actividad deportiva son

competencia del psicólogo del deporte.

Es más, como oportunamente señala Riera (1985), hemos de tener presente

y ha de quedar muy claro que “los problemas que el psicólogo deportivo

ha de tratar directamente son los generados en la actividad deportiva” (p.

77).

En cualquier caso, lo cierto es que no disponemos de datos actualizados y

fiables sobre el tipo de intervención práctica que los psicólogos del deporte

llevan a cabo con los deportistas. La falta de estudios acerca de la

intervención aplicada de estos profesionales es tan notoria que Greenspan

y Feltz (1989),

después de revisar diez revistas anglosajonas especializadas desde 1972 y

las actas de los congresos estadounidenses sobre Psicología del Deporte

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en los últimos diez años, sólo consiguen informar de veintitrés trabajos

que especifiquen el grado de eficacia de la intervención psicológica en la

competición. En esta investigación, titulada Psychological interventions

with athletes in competitive situations: a review, Greenspan y Feltz

realizan un minucioso análisis comparativo de la actividad realizada por

los psicólogos deportivos y de los resultados obtenidos, concluyendo que,

en general, las intervenciones basadas en la relajación, la educación y la

reestructuración cognitiva resultan enormemente efectivas para

incrementar el rendimiento y el bienestar psicológico de los deportistas en

situaciones competitivas.

En la actualidad, la mayoría de los modelos de intervención incluyen

técnicas relacionadas con una metodología comportamental (observación,

reforzamiento, determinación de objetivos...) y técnicas propias de los

modelos cognitivos (control de pensamientos, resolución de problemas,

autoinformes, práctica imaginada...), aunque el abordaje psicofisiológico

(biofeedback) también puede ser una alternativa valiosa y eficaz en

determinados casos. Como defiende Palmi (1989), el psicólogo aplicado

no ha de ser un especialista en una sola técnica de intervención (relajación,

desensibilización sistemática, dinámica de grupo, sofrología...) sino que

ha de saber utilizar la (s) más conveniente (s) para poder resolver cada

problema. Además, ha de conocer profundamente el deporte en el que va

a trabajar, su dinámica de entrenamiento y competición, así como poseer

los conocimientos básicos de otras disciplinas relacionadas con la

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práctica deportiva (biomecánica, fisiología del ejercicio, legislación

deportiva, etc.) que puedan ayudar a entender y explicar el fenómeno

abordado. Sólo así la intervención realizada tendrá ciertas garantías de

éxito.

Sin embargo, para que las anteriores propuestas puedan ser asumidas y

aceptadas por completo, ha de mejorarse notablemente la formación

teórica y, sobre todo, práctica de los profesionales de la psicología

deportiva. Por ello, a modo de conclusión, sugerimos algunas actuaciones

que pensamos podrían ayudar a resolver los problemas que, como se indica

en los trabajos de Cernuda (1992), Dosil (2001) y Pérez (2000),

tradicionalmente han impedido que el psicólogo deportivo consiga un rol

profesional estable en el ámbito aplicado:

a) Controlar el intrusismo profesional. La dificultad para determinar las

tareas específicas del psicólogo del deporte y el desconocimiento de los

numerosos beneficios que la actuación de estos profesionales puede

aportar a un deportista o equipo, han contribuido extraordinariamente a

que personas ajenas al ámbito de la psicología hayan usurpado y

ejercido las funciones institucionalmente reconocidas al psicólogo

deportivo. Nos estamos refiriendo aquí a personas que, sin ser

licenciados en psicología, poseen habilidades sociales y dotes de

comunicación que hacen que los deportistas depositen en ellos su

confianza y les cuenten sus problemas o dificultades, lo que refuerza su

actuación y hace que se sientan capacitados para desempeñar dichas

funciones. En otros casos, ha sido la falta de un acuerdo institucional

15
sobre la formación y acreditación profesional del psicólogo del deporte

lo que ha provocado el intrusismo.

b) Borrar la mala imagen creada por la actuación de algunos psicólogos

deportivos mal formados. Aunque en el ámbito de la Psicología del

Deporte han sido más las buenas actuaciones que las malas, estas

últimas han tenido siempre una mayor repercusión. De hecho, la falta

de formación específica que han mostrado algunos psicólogos al

incorporarse profesionalmente al mundo del deporte ha dañado

seriamente la imagen de esta disciplina, cerrando la puerta a la posible

incorporación de nuevos profesionales. Así pues, es necesario que la

Psicología del Deporte delimite adecuadamente la formación y los

conocimientos básicos de los profesionales del campo, así como el

grado de competencia y las directrices éticas que deben guiar su trabajo.

Como señala Dosil (2004), sólo la formación específica puede

garantizar la calidad y la eficacia de la intervención realizada.

c) Respetar escrupulosamente el código deontológico. Una exigencia

fundamental en toda intervención psicológica es que se respeten los

derechos de las personas que demandan nuestros servicios, de manera

que puedan decidir por sí mismas sobre la conveniencia, la continuidad

y la confidencialidad de tal intervención. Lamentablemente, algunos

psicólogos del deporte han incumplido esta exigencia y han hecho

públicos datos de deportistas que no deseaban que se conociera su

trabajo psicológico, provocando así cierta desconfianza, cuando no

rechazo, en algunos sectores de la comunidad deportiva. A este

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respecto, conviene recordar que sólo se puede hacer mención a la

intervención psicológica con un deportista previo consentimiento de

éste o cuando él mismo lo haga público. Por su parte, los deportistas

tendrán que entender que la intervención psicológica no es un tema

tabú, una práctica secreta, un trabajo clandestino del que nadie debe

estar enterado. Al contrario, han de tener muy claro que la preparación

psicológica es consustancial a la actividad que desempeñan, debiéndole

otorgar la normalidad necesaria para poder referirse a ese trabajo como

a cualquier otro que complemente su preparación.

d) Dar a conocer los múltiples beneficios que la Psicología del Deporte

puede aportar a la práctica deportiva. La falta de información sobre lo

que realmente hace el psicólogo del deporte y el desconocimiento de

los enormes beneficios que su actuación puede reportar a los

deportistas, son dos factores que, en gran medida, explican la escasez

de psicólogos deportivos en el ámbito aplicado. Por suerte, la

progresiva especialización de los entrenadores, directivos y atletas está

suscitando un interés cada vez mayor por el trabajo que estos

profesionales llevan a cabo. Es más, la panorámica actual muestra que

el número de personas del mundo del deporte que acude a un

profesional de la psicología deportiva continúa incrementándose, en

consonancia con las buenas actuaciones de los psicólogos, lo cual es un

fiel indicador de que su trabajo es útil y de que el interés por conocer

qué hacen y cómo lo hacen aumenta.

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e) Defender el estatus de la profesión. Cuando se pregunta a un

directivo, entrenador o atleta sobre los motivos por los cuales no trabaja

con un psicólogo del deporte, la respuesta suele ser unánime: su función

no es tan importante como la de otros profesionales. En efecto, la

mayoría de los deportistas y de los clubes dan prioridad a la

contratación de entrenadores, técnicos y personas relacionadas con la

preparación física, condicionando el “fichaje” de un psicólogo a que

todas las demás necesidades estén cubiertas. Tanto es así que,

lamentablemente, algunos psicólogos deportivos han llegado a ofrecer

sus servicios de forma gratuita o con unos honorarios excesivamente

bajos, lo que ha provocado una desvalorización de la profesión, una

competencia desleal dentro del área y una imagen profesional de

<<segunda categoría>>. En este sentido, sería recomendable seguir

unas orientaciones básicas sobre los honorarios mínimos a percibir,

establecidos, a ser posible, por una entidad competente -por ejemplo, el

Colegio Oficial de Psicólogos en España- o por acuerdo de los

miembros de las Asociaciones de Psicología del Deporte de cada país.

f) Desterrar algunos falsos tópicos sobre la psicología deportiva. En el

ámbito del deporte todavía existe la creencia de que el psicólogo

deportivo se ocupa, únicamente, de casos de deportistas con problemas

emocionales, obviando la parte dedicada a la mejora del rendimiento y

el bienestar personal. Esta creencia, basada fundamentalmente en la

imagen social que tiene la psicología como ciencia orientada a la

solución de problemas mentales, no ha ayudado demasiado a que se

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conozcan los numerosos casos de deportistas de alto nivel que han

acudido o acuden a la consulta del psicólogo del deporte. Sin embargo,

cada vez se ve más claro que nos encontramos en un área donde las

intervenciones del especialista no ponen el énfasis en las “curas a corto

plazo”, sino en la intensificación a lo largo de la vida del crecimiento y

el desarrollo personal, así como también del rendimiento deportivo

máximo (D´Augelli, 1981). Por eso, es absolutamente necesario dar al

deportista la mayor información posible acerca de las intervenciones

que realmente puede llevar a cabo el psicólogo del deporte, sin olvidar

mencionar los enormes beneficios que su actuación puede reportar.

Sólo así conseguiremos desterrar esos falsos tópicos.

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5. RESUMEN:

La llegada de la psicología a un campo tradicionalmente considerado como

feudo de los entrenadores y expertos del ejercicio físico, ha sido considerada

por algunos como fuente de problemas de supuesta injerencia. Sin embargo,

hay que recordar que no fueron los psicólogos quienes tomaron la decisión de

intervenir en el ámbito deportivo, al contrario, fue la demanda de más

conocimientos psicológicos por parte de los profesionales de la educación

física y la petición de ayuda de los deportistas para optimizar su rendimiento y

su bienestar las que provocaron el acercamiento de esta disciplina al mundo de

la actividad física y del deporte. De hecho, hasta finales de los setenta, la mayor

parte de la investigación sobre Psicología del Deporte se llevó a cabo en las

Facultades de Educación Física, siendo escasos los psicólogos que veían el

deporte como un campo interesante de investigación e intervención. Por suerte,

la situación ha cambiado notablemente desde los ochenta, pues, por una parte,

las oportunidades laborales en este campo han aumentado considerablemente

y, por otra parte, las asociaciones profesionales de psicólogos se muestran

mejor predispuestas a considerar el deporte como un ámbito relevante, tanto

para la investigación como para la aplicación de la psicología.

En la actualidad, existe un consenso bastante generalizado de que la psicología

deportiva es una especialidad consolidada dentro del ámbito de la Psicología

y, en menor medida, una disciplina específica dentro de las Ciencias del

Deporte. En efecto, aunque cada uno de estos enfoques cuenta con sus

defensores y sus detractores, lo cierto es que la Psicología del Deporte es

considerada tanto como una subdisciplina de las Ciencias del Deporte (Feltz,

20
1989; Morgan, 1989; Gill, 2000) como un área de estudio en la que se aplican

los principios de la Psicología (Smith, 1989; Hanin, 1992; Roca, 1996). Ahora

bien, considerar la psicología deportiva como una subdisciplina de la ciencia

del deporte y del ejercicio físico, “aparte de generar confusión, vuelve a reducir

la psicología a una derivación de la biología o de la fisiología” (Lorenzo, 1997,

p. 39), convirtiéndose de este modo en una ciencia subsidiaria, dependiente.

Por este motivo, la perspectiva que adoptaremos de aquí en adelante es

considerar la Psicología del Deporte como una especialidad de la psicología,

como una disciplina científica que pretende la aplicación de los principios del

saber psicológico al campo del deporte, ya que, desde nuestro punto de vista,

esta ciencia ha de ser vista como un campo de aplicación de la propia

psicología, cuyos principios, tal como señala Matarazzo (1987), determinan

qué técnicas se deben aplicar en cada área concreta. Así pues, pensamos que la

Psicología del Deporte no sólo ha de ocuparse de los factores psicológicos que

determinan la práctica deportiva y de los efectos psicológicos que se derivan

de tal participación (Williams, 1991), sino también de aspectos tan complejos

como el aprendizaje, la constancia, la disciplina, la capacidad de decisión o el

deseo de superación, aspectos que, por una parte, nos acercan a la vertiente más

humana del deportista y, por otra, nos ayudan a comprender mejor su

comportamiento y sus reacciones en la situación deportiva. Dicho de otro

modo, “la psicología del deporte y el ejercicio físico es el estudio científico de

las personas y su conducta en el contexto del deporte y la actividad física”

(Weinberg y Gould, 1996, p. 8), un estudio en el que, por supuesto, tienen

cabida todas aquellas interacciones que se dan en el deporte. En cuanto a la

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creditación del psicólogo deportivo, es preciso destacar el enorme esfuerzo que

en los últimos años se está realizando, tanto a nivel individual como

institucional, para delimitar adecuadamente la formación y los conocimientos

básicos de las personas que han de ejercer dicha profesión. En este sentido, hay

que recordar que las Asociaciones de Psicología del Deporte más relevantes a

nivel mundial han elaborado ciertos criterios de evaluación para dar soporte a

un certificado que, a modo de credencial, permita ejercer la profesión de

psicólogo del deporte. Sin embargo, no todos los países han dado este paso

(Lidor et al., 2001), siendo todavía muchos los que ni siquiera se han llegado a

plantear esta posibilidad. En España, al igual que en la mayor parte de los países

latinos, todavía no existe un criterio unificador sobre la certificación, aunque,

en la actualidad, el Colegio Oficial de Psicólogos está estudiando los requisitos

que deberían exigirse para obtener dicha acreditación (Cantón, 2002). No

olvidemos, además, que alcanzar un nivel alto de competencia como psicólogo

del deporte es una cuestión bastante compleja. Por una parte, las características

intrínsecas de la Disciplina hacen que sea necesario alargar considerablemente

el período de formación (licenciatura y postgrado), por otra, la diversidad y

complejidad de los deportes hacen imprescindible un mayor conocimiento de

la modalidad deportiva en la que se desea trabajar. Esto quiere decir que

aquellos que se han especializado en psicología mediante un máster, postgrado

o doctorado sin ser licenciados en Psicología (médicos, educadores físicos,

fisioterapeutas, etc.) deben tener muy claro cuáles deben ser los límites de su

actuación. Somos de la opinión de que sólo un sistema de acreditación

homologado puede poner fin al intrusismo profesional en este campo,

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otorgando a los psicólogos la función de investigar, educar y

asesorar/intervenir, y dejando para esos otros colectivos las tareas de investigar

y formar, exclusivamente. Así pues, establecer con claridad el rol profesional

y las funciones del psicólogo del deporte es una tarea primordial para

consolidar esta profesión. Como indica Dosil (2004), aunque las peculiaridades

de cada país son suficientemente importantes como para ser tenidas en cuenta,

el hecho de contar con unos criterios claros y compartidos, establecidos desde

una organización supranacional, facilitaría la resolución del problema de la

acreditación del psicólogo del deporte. Aún más, la solución podría venir dada

por el establecimiento de unos requisitos mínimos de formación propuestos por

un organismo internacional [en el caso de España, la Fédération Européenne

de Psychologie des Sports et des Activités Corporelles (FEPSAC) o la

International Society of Sport Psychology (ISSP)] y por unos requisitos propios

decretados por cada país [Colegio Oficial de Psicólogos (COP)].

6. CONCLUCION:

El Psicologo del deporte pretende:

Aumentar la confianza del deportista

Prepararle para afrontar las derrotas o lesiones

Lograr una buena concentracion

Ayudarle a asimilar el triunfo.

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7. BIBLIOGRAFIA:

Antonelli, F. y Salvini, A. (1978) Psicologia dello sport. Roma: Lomdo

Editor.

Boterrill, C. (1980) Psychology of coaching. En M. Suinn (ed.) Psychology

insport: methods and applications. Minneapolis: Burges.

Burke, K. (2002) Sport psychology library: basketball. Morgantown, WV:

FIT.

Butt, D. (1979) Who is doing what: a viewpoint on psychological treatments

for athletes. En P. Klavora & J. Daniel (eds.) Coach, athlete and the

sport psychologist. Toronto: University of Toronto.

Cagigal, J M. (1974) Psicología del deporte. ¿Psicología de qué? Citius,

altius, fortius, nº16, pp. 123-157.

Cantón, E. (2002) El área profesional de la psicología del deporte. En J. Dosil

(ed.) El psicólogo del deporte: asesoramiento e intervención. Madrid:

Síntesis.

Cernuda, A. (1992) Presente y futuro de la psicología del deporte profesional.

Papeles del psicólogo, nº54, pp. 56-57.

Cogan, K. (2000) Sport psychology library: gymnastics. Morgantown,

WV:FIT.

Cox, R. (1985) Sport psychology: concepts and applications. Dubuque:

William C. Brown.

Danish, S. & Hale, B. (1981) Toward an understanding of the practice of sport

psychology. Journal of Sport Psychology, nº3, pp. 90-99.

24
D´Augelli, A. (1981) Healthy eating: A human development intervention

perspective. Journal of Nutrition Education, nº13, pp. 54-58.

J.Williams: Psicología del Deporte

Galimberti, U. (2007). Enciclopedia di psicología (en italiano). Milano:

Garzanti.

25
8. ANEXO:

La motivacion

El estilo del entrenedar del


psicologo
OBJETIVOS DE LA PSICOLOGIA DEL DEPORTE

Las espectativas d elos


Los factores psicologicos padres
que influyen en la
participacion y
rendimiento deportivo.
La autoconfianza

El autocontrol emocional

Estilo atencional

Reduccion de la ansiedad

Mejora de la autoestima

Los efectos psicologicos


derivados de la practica
Mejora de la autoconfianza
deportiva o de la actividad
fisica

Trastorno alimentarios

Burnout (sindrome del


trabajador quemado)

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27

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