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DGDC II COLEGIO CARDENALICIO

Bibliografía
J. I. ARRIETA, Diritto dell'organizzazione eccle-
COLEGIO CARDENALICIO
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chen Recht, München 1969; IDEM, Das synodale ROMANO PONTÍFICE; TÍTULO CARDENALICIO
Element in der Kirchenverfassung, München 1970; SUMARIO: 1. Nociones generales y origen histó-
IDEM, Der kollegiale Akt. Ein Beitrag zur Auslegung rico. 2. Estructura y naturaleza. 3. Funciones du-
von c. 119 CIC, en W. SCHULZ (ed.), Recht als rante la sede vacante. 4. Funciones en situación de
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pio elettivo, consenso, rappresentanza. Itinerari ca-
nonistici su elezioni episcopali, previsioni papali e 1. Nociones generales y origen histórico
dottrine sulla potestà sacra da Graziano al tempo Tratamos aquí del ente que constituyen el
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33-97 especialmente; A. D'ORS, En torno a las raí-
Romana. No nos detendremos, por tanto, en
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derecho público secular medieval, Valencia 2007; pública (cf c. 116) que antiguamente se deno-
O. v. GIERKE, Das deutsche Genossenschaftsrecht, minaba «Senado del Romano Pontífice» (cf c.
III, reimpr. del original de 1881, Graz 1954, 238- 230 CIC 1917) y a la que, con la finalidad de
350; IDEM, Teorías políticas de la edad media, trad.
ayudar al Pastor Universal en el ejercicio de
esp., Madrid 1995, 195 ss.; P. GROSSI, El orden jurí-
dico medieval, trad. esp., Madrid 1996, 217-220; su oficio primacial (cf cc. 334, 349, 356), se le
H. HALLERMANN, Ratlos oder gut beraten? Die Be- atribuyen –en cuanto colegio– funciones jurí-
ratung des Diözesanbischofs und die bischöflichen dicas determinadas, tanto de tipo consultivo
Beratungsorgane, Paderborn 2010; E. H. KANTORO- como deliberativo.
WICZ, Los dos cuerpos del rey. Un estudio de teolo- Como es sabido, el nombre «cardenal» pro-
gía política medieval, trad. esp. del original de viene del latín «cardo», es decir, quicio y era
1957, Madrid 1985, 260 ss., 286-296; P. MI- usado originariamente con una connotación
CHAUD-QUANTIN, Universitas. Expressions du mou-
litúrgica para indicar la «incardinación» en
vement communautaire dans le moyen-âge latin,
una iglesia importante no sólo en Roma, sino
Paris 1970, 70-75; M. MIELE, Dalla sinodalità alla
collegialità nella codificazione latina, Padova 2004; también en otras ciudades como Angers,
S. PANIZO ORALLO, Persona jurídica y ficción. Estu- Compostela, Milán, Colonia, etc. (D'ONORIO
dio de la obra de Sinibaldo de Fieschi (Inocencio 418). Será Pío V en 1569 quien reserve el título
IV), Pamplona 1975; U. RHODE, Mitwirkungsrechte de cardenal a aquellos que lo hayan recibido
kirchlicher Autoritäten im Codex Iuris Canonici, del Romano Pontífice (ROSSI 13). En la Iglesia
Teil I St. Ottilien 2001, Teil II St Ottilien 2004; F. de Roma, desde sus orígenes, eran cardenales
RUFFINI, La classificazione delle persone giuridiche el grupo de presbíteros y diáconos de la Urbe
in Sinibaldo dei Fieschi (Innocenzo IV) ed in Fede- con funciones específicamente pastorales y
rico Carlo di Savigny [1898], en IDEM, Scritti giuri- administrativas en la diócesis, y más tarde
dici minori scelti e ordinati da M. FALCO-A. C. JE-
también los obispos suburbicarios. Poco a
MOLO-E. RUFFINI, II, Milano 1936, 3-91; VV.AA., La
poco, a medida que los Papas se vieron cada
Synodalité. La participation au gouvernement dans
l'Église. Actes du VIIe Congrès international de vez más solicitados por el cuidado de todas
Droit canonique, Paris 21-28.IX.1990, publicadas las Iglesias, su competencia pasó del asesora-
en L'Année Canonique, 2 vols. 1992; A. VIANA, El miento inmediato del Papa en el gobierno de
gobierno colegial en la Iglesia, Ius canonicum 36 la ciudad, la diócesis y la provincia romana, a
(1996) 465-499; IDEM, El voto en blanco en las lo que el c. 230 del CIC 1917 definiría como
elecciones y decisiones canónicas colegiales, Ius cuerpo principal de consejeros y colaborado-
canonicum 37 (1997) 673-684; IDEM, Organiza- res en el gobierno de la Iglesia universal; man-
ción del gobierno en la Iglesia, Pamplona 32010, teniendo la triple división de los órdenes epis-
109-128. copal, presbiteral y diaconal.
Antonio VIANA Sin embargo, esta colaboración era más bien

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COLEGIO CARDENALICIO DGDC II

de carácter individual, no formaba propia- acabar con el cisma de occidente, en el que


mente un colegio, pues no había ninguna fun- cada Papa y antipapa se había formado su
ción que fuera colegial. Eran los cardenales ca- propio colegio. Sin embargo, a partir de 1517,
beza de cada orden, los que principalmente fecha en la que León X nombra 31 nuevos car-
tenían atribuidas funciones específicas. Habrá denales para crear dentro del colegio una ma-
que esperar al siglo XII, para la consolidación yoría de su confianza, el número de miembros
del colegio cardenalicio, cuando Alejandro III del sacro colegio superará normalmente la
en 1179 con la Const. Licet de evitanda atribuye cantidad de sesenta, pero sin llegar a estable-
de modo exclusivo al sacro colegio el derecho cerse una cifra máxima. De este modo, se cu-
de elección del Romano Pontífice y las funcio- bría la exigencia de contar con cardenales de
nes propias de la sede vacante (precedente- las distintas potencias cristianas de forma no
mente Nicolás II, con el Decr. In nomine Do- esporádica y en cantidad suficiente para el de-
mini del año 1059, había atribuido a los senvolvimiento de las tareas de gobierno de
cardenales obispos la facultad exclusiva de los Estados pontificios y de la curia romana
elegir al Romano Pontífice). Muy posterior- (DE LA HERA 683-684).
mente, con la sistematización y reforma de A partir de la Postquam verus, se entra en
Sixto V (1585-1590), el colegio de cardenales una fase marcada por la fijación de un número
adquiere su plena madurez histórica, pues máximo de cardenales. Sixto V escogió la cifra
hasta ese momento no se establece claramente de setenta en recuerdo de los setenta ancianos
qué funciones le corresponden en situación de que Dios quiso que rodearan a Moisés, decla-
sede plena. Como supremo senado de la Iglesia, rando además inválido cualquier nombra-
el colegio cardenalicio desempeñará desde en- miento por encima de esa cifra: seis integra-
tonces la función de colaborador del Papa en ban el orden de los obispos, cincuenta el de
la administración central, especialmente a tra- los presbíteros y catorce el de los diáconos.
vés de la dedicación de los órdenes episcopal Este número constituyó el «pleno» del sacro
y diaconal al servicio de la curia. El otro or- colegio durante siglos, hasta que Juan XXIII
den, el de los cardenales presbíteros, estará derogara el límite en el consistorio del
constituido sobre todo por representantes de 15.XII.1958 (AAS 25 [1958] 987) (cf DE LA HERA
las principales diócesis de las naciones católi- 684-699).
cas que, como señal de unión con Roma, man- En la actualidad, no se ha fijado un número
tienen la titularidad de las antiguas iglesias máximo de componentes del colegio de carde-
romanas (DE LA HERA 684 y 686). nales, pues el único límite establecido se re-
En cuanto al número de los integrantes del fiere a aquellos cardenales que pueden partici-
sacro colegio, hay que distinguir dos grandes par en la elección del Romano Pontífice, que
períodos determinados por la promulgación no deben ser más de ciento veinte, ni superar
de la Const. ap. Postquam verus ille, de Sixto V, los ochenta años de edad (cf Const. ap. Uni-
del 3.XII.1586. Durante el primer período el versi dominici gregis [UDG] de Juan Pablo II,
número de cardenales se establecía en función 22.II.1996, AAS 88 [1996] 305-343, n. 33, que
de las necesidades de diáconos, presbíteros y sigue la norma establecida por Pablo VI en el
obispos de la provincia romana. Cuando la M.P. Ingravescentem aetatem de 21.XI.1970,
real adscripción de cardenales al trabajo de las AAS 62 [1970] 810-813). Límite numérico, que
iglesias de la Urbe fue sustituida por una titu- por otra parte, no suele ser interpretado rígi-
damente al crearse nuevos cardenales.
laridad formal (acompañada más o menos de
algún deber pastoral hacia ellas), los papas 2. Estructura y naturaleza
nombraron en cada caso a los cardenales que Siguiendo la tradición histórica, los inte-
las circunstancias aconsejaban, sin un límite grantes del colegio cardenalicio se dividen en
fijo. Sin embargo, por lo general, los miembros tres órdenes de precedencia: episcopal, presbi-
no pasaban de treinta, para evitar que un nú- teral y diaconal (cf c. 351), y son nombrados
mero demasiado elevado pudiera redundar en libremente por el Romano Pontífice (cf c. 351
perjuicio de la selección e influencia de sus § 2). La pertenencia al colegio cardenalicio
componentes. La única excepción a este crite- cesa por muerte, deposición o renuncia acep-
rio era el límite dispuesto por el Concilio de tada por el Romano Pontífice, si bien cabe
Constanza (1414-1418), que prohibió que el siempre la rehabilitación o readmisión de es-
número pasara de veinticuatro con el fin de tos últimos (cf UDG 36).

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DGDC II COLEGIO CARDENALICIO

El sacro colegio está estructurado de un lizada de colaboración colegial del cuerpo


modo peculiar, con oficios que gozan de fun- episcopal, que rodea y sostiene con su sabidu-
ciones específicas entre los que cabe destacar ría, experiencia y consejo la obra del Papa en
el cardenal decano –que lo preside–, el carde- la solicitud por la Iglesia universal (cf JUAN
nal vicedecano, el cardenal camarlengo de la PABLO II, Insegnamenti 3 [1980] 1881-1882).
santa Iglesia romana y el cardenal proto-diá- Cabe preguntarse si, con su nueva ordena-
cono. Como corporación con personalidad ju- ción, el colegio cardenalicio puede conside-
rídica pública, el colegio cardenalicio es titular rarse un instituto de derecho positivo latino.
de rentas y bienes patrimoniales administra- La tradicional pertenencia de los cardenales al
dos por la cámara cardenalicia. Este órgano, clero romano podría dar lugar a afirmar que
con sus oficiales, es dirigido –con la ayuda del es así. Sin embargo, el mencionado carácter
secretario del colegio– por el cardenal camar- internacional del sacro colegio, y –sobre todo–
lengo del colegio cardenalicio, que no hay que su misión de colaboración con el ministerio
confundir con el cardenal camarlengo de la petrino al servicio de la Iglesia universal lleva
santa Iglesia romana antes mencionado. El a poner en duda dicha calificación. Por otra
oficio de camarlengo del colegio cardenalicio parte, la frecuente presencia de patriarcas
–que tiene además la función de notario en el orientales en el seno del colegio cardenalicio
consistorio– es desempeñado por los cardena- corrobora la afirmación de que se trata de una
les residentes en Roma, siguiendo un turno corporación de derecho universal. En efecto,
anual (cuyo nombramiento es realizado por el el hecho de que los patriarcas orientales hayan
Papa en el primer consistorio de cada año). aceptado el nombramiento de cardenales del
En cambio, la función de secretario del colegio orden de los obispos (cf c. 350 § 1), con la ex-
cardenalicio, cuyo nombramiento también co- presa condición de no pertenecer al clero ro-
rresponde al Romano Pontífice, es revestida mano (cf c. 350 § 3 y GALDEANO ALBA 42) pone
tradicionalmente por el secretario de la Con- de manifiesto el carácter jurídico universal
gregación para los Obispos (cf ARRIETA 290- del colegio.
293). 3. Funciones durante la sede vacante
Desde el Concilio Vaticano II, se ha puesto La estrecha relación del colegio de cardena-
más de relieve la consideración del colegio les con el oficio del Romano Pontífice –que ha
cardenalicio como representación cualificada llevado a Benedicto XVI a denominarlo pars
del colegio de los obispos ante el oficio prima- corporis nostri, recordando la antigua defini-
cial. Esta asociación del sacro colegio a las fun- ción de Eugenio IV (Bullarum III, 6, cf X.
ciones episcopales específicas del sucesor de WERNZ, Ius Decretalium, II, Romae 1899, n. 622,
Pedro se ha resaltado a través de dos decisio- p. 704; L'Osservatore Romano, 23.II.2006, p. 1)
nes que lo caracterizan en la actualidad. De que tenía como consecuencia que atentar con-
una parte, la disposición que exige la condi- tra un cardenal equivalía a atentar contra el
ción episcopal de sus miembros (requisito es- Papa–, lleva consigo que las atribuciones del
tablecido desde el 15.IV.1962 con el M.P. Cum colegio cardenalicio sean diversas sede vacante
gravissima, AAS 54 [1962] 256-258, cf c. 351 § y sede plena.
1; pues no hay que olvidar que durante siglos La función principal que el ordenamiento
hubo cardenales que ni siquiera recibieron el vigente atribuye al colegio cardenalicio va-
diaconado). De otra parte, el hecho de que se cante la Sede Apostólica es «proveer a la elec-
tiende cada vez más a garantizar una amplia ción del Romano Pontífice, según la norma del
representación internacional de los purpura- derecho peculiar» (c. 349). Esta norma pecu-
dos (ARRIETA 282). liar es en la actualidad fundamentalmente la
El colegio cardenalicio es, por tanto, una Const. ap. Universi dominici gregis de Juan Pa-
corporación eclesiástica de derecho positivo blo II, a la que hay que unir las otras normas
con personalidad jurídica pública que, por su que la desarrollan. Como queda dicho, tienen
carácter permanente (frente al carácter esporá- derecho a participar en la elección del Ro-
dico de las reuniones del colegio de los obis- mano Pontífice sólo los cardenales que no ha-
pos) favorece de modo práctico y concreto la yan cumplido los ochenta años de edad en el
estrecha colaboración entre el Romano Pontí- momento en que la Sede Apostólica queda va-
fice y los obispos de todo el mundo. Consti- cante (cf UDG 33).
tuye, en consecuencia, una forma instituciona- Por otra parte, compete al colegio cardenali-

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COLEGIO CARDENALICIO DGDC II

cio el gobierno de la Iglesia universal hasta pescador y el sello de plomo, con los cuales
que sea designado el nuevo Papa, «pero sola- son enviadas las cartas apostólicas; h) asignar
mente para el despacho de los asuntos ordina- por sorteo las habitaciones a los cardenales
rios o de los inaplazables, (...) [quedando] ab- electores; i) fijar el día y la hora del comienzo
solutamente excluidos los asuntos, que –sea de las operaciones de voto (cf UDG 13).
por ley, como por praxis– o son potestad úni- Para que el colegio se pronuncie sobre al-
camente del Romano Pontífice mismo, o se re- guna cuestión de mayor importancia que haya
fieren a las normas para la elección del nuevo de ser resuelta de modo inaplazable, se re-
Pontífice» (UDG 2). Se trata de funciones que quiere la mayoría de los votos de los cardenales
están rígidamente determinadas en la UDG reunidos, tanto para juzgar sobre la urgencia
bajo el principio «Al quedar vacante o total- del caso, como para determinar la decisión que
mente impedida la sede romana, nada se ha corresponda (cf UDG 6). El mismo criterio se
de innovar en el régimen de la Iglesia univer- establece para resolver las dudas sobre la inter-
sal» (c. 335). Asimismo hay que observar que, pretación de la propia UDG (cf 5). Cuando se
respecto a las cuestiones taxativamente deter- trata de cuestiones urgentes que entran dentro
minadas en la UDG y aquellas más importan- de las facultades ordinarias de los dicasterios
tes e inaplazables, la acción de gobierno com- de la curia romana, pero que son de carácter
promete a todo el colegio sólo hasta el más grave o discutido, «podrán ser confiadas
comienzo del cónclave, a través de las deno- por el colegio de los cardenales al cardenal que
minadas congregaciones generales preparato- era prefecto hasta la muerte del Pontífice, o al
rias, asambleas que reúnen a todo el colegio arzobispo hasta entonces presidente, y a los
de cardenales. Una vez comenzado el cón- otros cardenales del mismo dicasterio, a cuyo
clave esas funciones competen a la asamblea examen el Sumo Pontífice difunto las hubiera
de cardenales electores (cf UDG 5, 7). Las confiado probablemente» (UDG 25).
cuestiones de menos importancia y la ejecu- Compete, igualmente, al colegio de carde-
ción de las decisiones del colegio son llevadas nales supervisar la administración del carde-
a cabo por las denominadas congregaciones nal camarlengo de la santa Iglesia romana –al
particulares (compuestas por el cardenal ca- que ha de nombrar en el caso de que el oficio
marlengo de la santa Iglesia romana y tres car- estuviese vacante (cf UDG 15)–, así como la
denales electores que se van sucediendo mien- de los distintos dicasterios de la curia romana
tras dura el tiempo de sede vacante, cf UDG (cf PB 6 y UDG 20).
7, 8). En cambio, el colegio de cardenales carece
La UDG confía a la congregación general las de competencia para disponer sobre los dere-
siguientes atribuciones: a) determinar el modo chos de la Sede Apostólica y de la Iglesia ro-
en que el cadáver del difunto Pontífice será mana, o modificar las leyes emanadas por los
expuesto a la veneración de los fieles; b) dis- Romanos Pontífices, especialmente en lo que
poner todo lo necesario para las exequias del se refiere al ordenamiento de la elección del
difunto Pontífice; c) pedir a la comisión, com- Sumo Pontífice (cf UDG 3 y 4).
puesta por el cardenal camarlengo y por los En otro orden de cosas, corresponde al cole-
cardenales que desempeñan respectivamente gio cardenalicio todo el poder civil del Sumo
el cargo de Secretario de Estado y de presi- Pontífice, concerniente al gobierno de la Ciu-
dente de la Pontificia Comisión para el Estado dad del Vaticano. Sin embargo, se trata tam-
de la Ciudad del Vaticano, que disponga las bién de una potestad limitada pues, además
gestiones necesarias para el cónclave; d) con- de la prohibición de disponer de los derechos
fiar a dos eclesiásticos el encargo de predicar mencionados en el n. 3 de la UDG, sólo podrá
emanar decretos en el caso de urgente necesi-
al colegio dos meditaciones; e) aprobar bajo
dad, además dichos decretos serán válidos en
propuesta de la Administración de la Sede
el futuro solamente si los confirma el nuevo
Apostólica o, en la parte que le corresponde,
Pontífice (cf UDG 23).
del gobierno del Estado de la Ciudad del Vati-
cano, los gastos necesarios desde la muerte 4. Funciones en situación de «sede plena»
del Pontífice hasta la elección del sucesor; f) En la vida ordinaria de la Iglesia, las funcio-
leer, si los hubiere, los documentos dejados nes del colegio cardenalicio son fundamental-
por el Pontífice difunto al colegio de cardena- mente de tipo consultivo, tanto respecto del
les; g) cuidar que sean anulados el anillo del Romano Pontífice (cf cc. 334 y 349), como tam-

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DGDC II COLEGIO DE CONSULTORES

bién en lo que se refiere a la actividad de la siastica, Milano 1997, 233-236 y 281-298; J. F.


curia romana (cf RGCR 82). Esta función se BRODERICK, The Sacred College of Cardinals: size
desarrolla principalmente a través de la reu- and geographical composition (1099-1986), Ar-
chivium historiae pontificiae 25 (1987) 7-71; A.
nión del colegio convocada por el Romano
GALDEANO ALBA, Colegio cardenalicio. Legislación
Pontífice. Esta reunión, denominada consisto- codicial y privilegios, Roma 2006; A. ROSSI, Il colle-
rio, tiene distintas formas según el contenido gio cardinalizio, Città del Vaticano 1990; A. DE LA
de la convocatoria y si han de acudir o no to- HERA, La reforma del colegio cardenalicio bajo el
dos los cardenales (cf c. 353 que distingue en- pontificado de Juan XXIII, Ius canonicum 2 (1962)
tre consistorio ordinario secreto, consistorio 677-716; C. G. FÜRST, sub cc. 349-359, en ComEx,
ordinario público y consistorio extraordinario, II, 1996, 626-641; J.-B. D'ONORIO, Le Pape et le
también denominado consistorio plenario –cf gouvernement de l'Église, Paris 1992, 417-443; A.
PB 23– o reunión plenaria del colegio cardena- VIANA, Organización del gobierno en la Iglesia se-
gún el derecho canónico latino, Pamplona 32010,
licio). En realidad, la función consultiva se
164-169.
realiza propiamente solo en el consistorio ple-
nario, pues las otras reuniones son práctica- José Antonio ARAÑA
mente rituales y las decisiones ya han sido
previamente preparadas (cf p. ej. c. 351 § 2
sobre la creación de cardenales, las causas de
COLEGIO DE CONSULTORES
canonización, etc.) (ARRIETA 294). Vid. también: CONSEJO PRESBITERAL; CONSENTI-
MIENTO PARA ACTOS DE LA AUTORIDAD; FUNCIÓN
Podemos también enumerar entre las mani-
CONSULTIVA
festaciones de esta función consultiva del co-
legio cardenalicio: a) las reuniones periódicas SUMARIO: 1. Justificación del colegio de consulto-
de cardenales que presiden dicasterios de la res. 2. Un organismo sacerdotal. 3. Un organismo
vinculado al consejo presbiteral. 4. Una institu-
curia romana (convocadas «varias veces al
ción no representativa. 5. Una institución colegial.
año» por el Secretario de Estado por mandato 6. Presidencia del colegio de consultores. 7. Fun-
del Sumo Pontífice, cf PB 22 y RGCR 83); b) el ciones del colegio de consultores. a) En «sede
consejo de quince cardenales obispos de dió- plena». b) En «sede impedida». c) En «sede
cesis de distintas partes del mundo nombra- vacante».
dos ad quinquennium para el estudio de las
cuestiones organizativas y económicas de la
1. Justificación del colegio de consultores
Sede Apostólica y el examen de la actividad
La justificación de esta institución ayuda a
económica del Instituto para las obras de reli-
entender mejor su naturaleza. El Concilio Va-
gión (este consejo es convocado por el secreta-
ticano II creó el consejo presbiteral y lo confi-
rio de Estado ordinariamente dos veces al año,
guró como un grupo de sacerdotes que ayu-
cf PB 24 y 25, RGCR 84).
dan eficazmente al obispo en el gobierno de
Gozan, en cambio, de potestad de jurisdic- la diócesis (cf Decr. Presbyterorum Ordinis,
ción, la Comisión Pontificia para el Estado de 7.XII.1965, n. 7). Con respecto al capítulo cate-
la Ciudad del Vaticano compuesta de cinco dral, el Concilio no modificó sus competen-
cardenales –que tiene por función el ejercicio cias, se limitó a afirmar que había que refor-
de la potestad legislativa y ejecutiva del Ro- marlo para acomodarlo a las necesidades
mano Pontífice en dicho Estado– (cf Ley LI 24- actuales (ibidem n. 27).
VI-1969, AAS Suppl. 41 [1969] n. 5, 29-32), y La reforma del Código asumió aquella in-
la comisión cardenalicia para el control del tención del Concilio. Ya en el primer proyecto,
Instituto para las Obras de Religión –com- regulando las funciones del consejo presbite-
puesta también por cinco cardenales– con fun- ral, aparecía la nueva institución del colegio
ciones ejecutivas (nombramientos, decisiones de consultores. Las funciones de gobierno que
sobre el destino de los activos, etc.) y de con- ejercía el capítulo catedral no se atribuían al
trol (cf AAS 82 [1990] 1619-1629). consejo presbiteral, sino a aquella nueva insti-
Bibliografía tución, la cual se configuraba como íntima-
JUAN PABLO II, Const. ap. Universi dominici gre- mente vinculada con el consejo presbiteral. Lo
gis de 22.II.1996, en AAS 88 [1996] 305-343 mismo figuró en los posteriores proyectos
[UDG] hasta el definitivo (cf c. 316 § 1 del primer
Reglamento general de la curia romana [RGCR] schema, Communicationes 13 [1981] 134; c. 422
J. I. ARRIETA, Diritto dell'organizzazione eccle- § 1, del schema de 1980, Communicationes 14

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