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Durante los diez últimos años, los métodos de investigación sobre el desarrollo
histórico de la civilización han sufrido destacables cambios. Durante la segunda
mitad del siglo pasado el pensamiento evolucionista mantuvo un casi completo
predominio, e investigadores como Spencer, Morgan, Tylor, Lubbock, para
mencionar sólo unos pocos, estaban bajo el encanto de la idea de una evolución
general, uniforme de la cultura, en la cual todas las partes de la humanidad
participaron. El desarrollo más reciente vino en parte de la influencia de Ratzel,
cuya formación en geografía le inculcó la importancia de la difusión y de la
migración. El problema de la difusión fue tomado en detalle particularmente en
América, pero fue aplicado en un sentido mucho más amplio por Foy y Graebner, y
finalmente adoptado en una aplicación aún más amplia por Elliot Smith y Rivers, de
modo que, actualmente, al menos entre cierto grupo de investigadores en Inglaterra
y también en Alemania, la investigación etnológica está basada en el concepto de
migración y diseminación, más que en el de evolución.
Un estudio crítico de estas dos direcciones de investigación muestra que cada
una de ellas se funda en la aplicación de una hipótesis fundamental. El punto de
vista evolucionista presupone que el curso de los cambios históricos en la vida
cultural de la humanidad sigue leyes definidas, las cuales son aplicables en todo
lugar y causan ese desarrollo cultural que es, en líneas generales, el mismo entre
todas las razas y pueblos. Tylor expresó claramente esta idea en las páginas
introductorias de su clásico libro: Primitive Culture. Tan pronto como admitamos
que la hipótesis de una evolución uniforme debe ser probada antes de poder ser
aceptada, toda la estructura pierde sus fundamentos. Es cierto que existen
indicadores de paralelismo de desarrollo en diferentes partes del mundo y que
costumbres similares se encuentran en las más diversas y distantes regiones del
globo. La ocurrencia de estas similitudes, las cuales se distribuyen tan
irregularmente que no pueden ser explicadas rápidamente sobre las bases de la
difusión, es uno de los fundamentos de la hipótesis evolucionista; como fue la base
del tratamiento psicologista de Bastian acerca de los fenómenos culturales.
Por otro lado, puede reconocerse que la hipótesis implica el pensamiento, la
convicción de que nuestra moderna civilización europea occidental representa la
cima del desarrollo cultural hacia la cual tienden los más primitivos tipos culturales
y que, en consecuencia, retrospectivamente podemos construir el desarrollo
ontogenético hacia nuestra propia civilización moderna. Es claro que si admitimos
que podría haber diferentes tipos de civilización coexistentes y remotos, la hipótesis
de una sola línea general de desarrollo no podría mantenerse.
En oposición a esta postura está la tendencia moderna a negar la existencia de
un esquema evolucionista general, que representaría el desarrollo cultural en todo
el mundo. La hipótesis de que existen causas interiores que traen tipos similares de
desarrollo en partes remotas del globo es refutada y, en su lugar, se asume que esa
identidad de desarrollo en dos partes distintas del globo, se debe siempre a la
Un ejemplo del contraste entre los dos puntos de vista es claramente indicado
por la comparación del tratamiento de la civilización Zuñi por F. H. Cushing por un
lado, y por el otro por modernos investigadores, particularmente por E. C. Parsons,
A. L. Kroeber y Leslie Spier. Cushing creyó que era posible explicar la cultura Zuñi
enteramente sobre la base de la reacción de la mente Zuñi a su entorno geográfico,
y que la totalidad de la cultura Zuñi podía explicarse como el desarrollo que siguió
necesariamente desde la posición en la cual los pueblos eran colocados. El agudo
discernimiento de Cushing dentro de la mente india y su acabado conocimiento de
la vida más íntima del pueblo, otorga mayor plausibilidad a sus interpretaciones.
Por otro lado, las investigaciones del Dr. Parsons demuestran concluyentemente la
profunda influencia que las ideas españolas han tenido en la cultura Zuñi, y junto
con las investigaciones del profesor Kroeber nos dan uno de los mejores ejemplos de
aculturación de los que hemos tenido noticias. La explicación psicológica es
enteramente engañosa, incomprensible su plausibilidad, y la investigación histórica
nos muestra una imagen enteramente diferente, en la cual la original combinación
de rasgos antiguos (los cuales en sí mismos son indudablemente complejos) y de
influencias europeas ha originado la presente condición.
Investigaciones de la dinámica de la vida primitiva también muestran que la
hipótesis de una larga y continuada estabilidad, tal como es demandada por Elliot
Smith, está de hecho fuera de cualquier fundamento. Dondequiera que las
condiciones primitivas han sido estudiadas en detalle, ellas pueden probar estar en
un estado de flujo y parecería que hay un íntimo paralelismo entre la historia del
lenguaje y la historia del desarrollo cultural general. Períodos de estabilidad son
seguidos por períodos de cambio rápido. Es sumamente improbable que cualquier
costumbre de los pueblos primitivos pueda ser preservada sin cambios por miles de
años. Además, los fenómenos de aculturación prueban que una transferencia de
costumbres desde una región a otra, sin los cambios concomitantes debidos a la
aculturación, son muy raros. Es entonces muy incierto que las costumbres
mediterráneas antiguas puedan ser encontradas en la actualidad prácticamente sin
cambios, en diferentes partes del globo, tal como la teoría de E. Smith demanda.
Mientras que, en general, el carácter histórico original del crecimiento cultural
en cada área resalta como un prominente elemento en la historia del desarrollo
cultural, nosotros podemos admitir al mismo tiempo que ciertos paralelismos
típicos efectivamente ocurren. Sin embargo, no estamos muy inclinados a buscar
estas semejanzas en las costumbres detalladas, sino más bien en ciertas
condiciones dinámicas, las cuales son propias de causas sociales o psicológicas que
las obligan a resultar en conclusiones similares. El ejemplo de la relación entre el
excedente de alimentos y la población, al que me he referido antes, puede servir
como ejemplo. Otro ejemplo se presenta en aquellos casos en los cuales un cierto
problema al que se enfrenta el hombre solamente puede ser resuelto por un número
limitado de métodos. Cuando nosotros consideramos, por ejemplo, el matrimonio
como una institución universal, se puede reconocer que el matrimonio sólo es
posible entre: un número de hombres y un número de mujeres; un número de
hombres y una mujer; un número de mujeres y un hombre; un hombre y una
mujer. En realidad todas estas formas se encuentran en todo el mundo, y por ende
no es sorprendente que formas análogas deberían haber sido adoptadas
independientemente en diferentes partes del globo; y, considerando ambos: las
condiciones económicas de la humanidad, y el carácter del instinto sexual en los
animales superiores, igualmente no parece sorprender que los matrimonios
grupales y los poliándricos deberían ser comparativamente raros y elocuentes.
Similares consideraciones también pueden ser hechas en relación con los puntos de
vista filosóficos sostenidos por la humanidad. En resumen, si nosotros buscamos
leyes, las leyes se relacionan con los efectos de las condiciones fisiológicas,
psicológicas y sociales, no con sucesiones de hitos culturales.
En algunos casos una sucesión regular de éstos puede acompañar el desarrollo
de lo psicológico o del status social. Esto es ilustrado por la serie de invenciones
industriales en el Viejo Mundo y en América, a las que considero independientes.
Un período de recolección de alimentos y de uso de la piedra fue seguido por la
invención de la agricultura, de la cerámica, y finalmente por el uso de los metales.
Obviamente este orden está basado en el aumento de la cantidad de tiempo dado
por la humanidad para el uso de los productos naturales, de herramientas y
utensilios, y de las variaciones que se desarrollan con él. Aunque en este caso
parece existir un paralelismo en los dos continentes, podría ser fútil probar que
siguen el orden en detalle. En realidad, el paralelismo no es aplicable a otras
invenciones. La domesticación de animales, la cual en el Viejo Mundo debió haber
sido un logro temprano, fue muy lenta en el Nuevo Mundo donde los animales
domesticados, excepto el perro, difícilmente existieron hasta el tiempo del
descubrimiento. Un pequeño comienzo había sido hecho en Perú con la
domesticación de la llama; y los pájaros fueron conservados en varias partes del
continente.
Una consideración similar puede ser hecha con relación al desarrollo del
racionalismo. Parece ser una de las fundamentales características del desarrollo de
la humanidad que actividades que se han desarrollado inconscientemente son
gradualmente hechas objeto de razonamiento. Nosotros podemos observar este
proceso en todo lugar. Éste aparece quizás más claramente en la historia de la
ciencia, la cual gradualmente ha extendido el alcance de sus investigaciones sobre
un campo siempre más amplio y la cual ha ascendido dentro de las actividades
humanas conscientes, que son automáticamente perfeccionadas en la vida del
individuo y la sociedad.
Hasta ahora no me he referido a otro aspecto de la moderna etnología, el cual
se conecta con el desarrollo del psicoanálisis. Sigmund Freud ha intentado mostrar
que el pensamiento primitivo es en algunos aspectos análogo a aquellas formas de
la actividad psíquica individual que él ha explorado con sus métodos
psicoanalíticos. En algunos aspectos sus intentos son similares a la interpretación
de la mitología por simbolistas como Stucken. Rivers se ha basado en las
sugerencias de Freud, así como también en las interpretaciones de Graebner y Elliot
Smith, y nosotros hallamos, por lo tanto, en sus nuevos escritos, una peculiar
aplicación desconectada de una actitud psicologizante y la aplicación de la teoría de
la difusión antigua.
Mientras creo que algunas de las ideas implícitas en las investigaciones
psicoanalíticas de Freud pueden ser productivamente aplicadas a los problemas
etnológicos, no me parece que la explotación unilateral de este método acelere
nuestra comprensión del desarrollo de la sociedad humana. Ciertamente es
verdadero que la influencia de impresiones recibidas durante los primeros años de
vida han sido enteramente subestimadas, y que la conducta social del hombre
depende en gran parte de los hábitos tempranos, los que son establecidos antes del
tiempo en que comienza la conexión de la memoria, y que muchos de los entonces
llamados rasgos raciales o hereditarios son considerados más bien como un
resultado de una exposición temprana a una cierta forma de condiciones sociales.
La mayor parte de estos hábitos emergen dentro de la conciencia y son hasta ahora
ALGUNOS PROBLEMAS DE LA METODOLOGÍA EN LAS CIENCIAS SOCIALES
* The New Social Science, editado por Leonard D. White (Universidad de Chicago, 1930), pp. 84-98.
similares o por qué formas similares son propensas a ser explicadas por una
variedad de motivaciones psíquicas.
Los problemas que aquí he tratado pareciera que fueran aquellos de la
psicología social o la sociología antes que de la antropología, pero sólo pueden ser
resueltos mediante el uso del material antropológico.
Quiero trasladarme hacia otra cuestión que concierne particularmente a la
antropología, a pesar de que no es extraña a otras ciencias sociales. La sociología, si
comprendo acertadamente su historia, se ha desarrollado a través del creciente
reconocimiento de la integración de la cultura. Hemos tenido la economía, la
política, la pedagogía, y la lingüística como ramas individuales del conocimiento,
pero no poseemos ningún punto de vista científico que abarque lo que es común a
todas, ni manera para determinar la interacción de estos variados aspectos de la
cultura. La antropología está aún confrontada con una dificultad similar. La
mayoría de la literatura antropológica nos proporciona información sobre la vida
económica, las invenciones, la estructura social, las creencias religiosas y el arte de
ciertos grupos tribales, como si estos fueran tantas unidades independientes que no
influyen entre sí. Allí donde existe una información más completa podemos saber
del crecimiento histórico de todas estas fases de la vida social, o de su desarrollo
interno y de las influencias externas que han contribuido al crecimiento de una
cultura particular.
El entendimiento de una cultura foránea sólo puede ser alcanzado a través del
análisis, y estamos obligados a aceptar sucesivamente sus variados aspectos.
Además, cada elemento contiene claros rasgos de los cambios a los que ha sido
sometido a través del tiempo. Estos pueden ser atribuidos a fuerzas internas o a la
influencia de las culturas extranjeras. El análisis completo deberá incluir
necesariamente las fases que condujeron a su forma presente. No intento discutir
aquí los métodos mediante los cuales puede hacerse una reconstrucción parcial de
la historia de las culturas primitivas pertenecientes a pueblos sin documentación
escrita y sin una tradición oral confiable. Simplemente mencionaré que nuestro
principal acercamiento fue a través del estudio de la distribución geográfica y a
través de métodos análogos a aquellos exitosamente aplicados en el estudio de la
prehistoria e historia de las lenguas europeas. Como lo indica el ejemplo citado en
último término, el estudio analítico de las secuencias históricas en la cultura nos
proporciona en primer lugar una historia de cada aspecto por separado: del
lenguaje, de la invención, de la vida económica, del sistema social y de la religión.
Esto nos deja poca información referente a la acción recíproca de todos estos
aspectos de la cultura primitiva, a pesar de que es obvio que deben haber existido
relaciones entre los mismos. Las exigencias inevitables impuestas al cazador
esquimal ocupan totalmente su tiempo, de manera que no existe la posibilidad de
prolongados períodos dedicados a las ocasiones festivas; y la necesidad de
trasladarse sin más que los medios humanos de transporte restringe la cantidad y
la dimensión de la propiedad de enseres domésticos del bosquimano y australiano.
Deberá intentarse una síntesis de los elementos de cultura que nos proporcione una
visión más profunda de su naturaleza.
[...]
Según nuestra experiencia general los intentos para desarrollar leyes generales
de integración de la cultura no conducen a resultados significativos. Podríamos
pensar que la religión y el arte están estrechamente asociados, pero los estudios
comparativos demuestran meramente que las formas del arte pueden ser utilizadas
para expresar ideas religiosas; un resultado que no tiene valor especial. En algunos
casos el significado religioso del producto del arte actuará como un estimulante
hacia el desarrollo de un estilo mejor; en otros casos inducirá a la ejecución
desprolija, posiblemente debido a la breve utilidad del objeto. Aún en otros casos
puede estar prohibida la representación artística de las ideas religiosas. No
obstante, en todo caso específico el tipo particular de integración del arte y de la
religión puede ser reconocido como un aspecto social importante. Observaciones
similares pueden hacerse con respecto a la organización social y las actividades
industriales. No existe una ley significativa que cubra todas las fases de sus
relaciones. Tenemos industrias simples y una organización compleja o diversas
industrias y una organización simple; tenemos divisiones ocupacionales en tribus
con diversas industrias. Todo lo que puede pretenderse es que, con un cierto monto
de diversificación y la necesidad de producir en grandes cantidades, se hace
necesaria la división de las ocupaciones. Resumiendo, siempre está presente el
riesgo de que las más amplias generalizaciones, posibles de obtener mediante el
estudio de la integración cultural, son lugares comunes.
Esto se debe al carácter de las ciencias sociales, especialmente de la
antropología, como ciencias históricas. Frecuentemente se pretende, como una
característica de las Geisteswissenschaften (ciencias del espíritu), que el centro de
la investigación debe ser el caso individual y que el análisis de las muchas puntas
que entran en el mismo son los fines principales de la investigación. La existencia
de leyes válidas en general sólo puede ser descubierta cuando todas las series
independientes de sucesos indican una característica común, y la validez de la ley
está siempre confinada al grupo que presenta estas características comunes. En
realidad, esto es cierto no sólo de las Geisteswissenschaften sino de toda ciencia
que trate con formas específicas. El interés del astrónomo está en la distribución
real, los movimientos y la constitución de los astros, no en las leyes físicas y
químicas generalizadas. El geólogo se ocupa de los estratos y los movimientos de la
corteza de la tierra y puede reconocer ciertas leyes que están conectadas con la
repetición de formas similares. No importa cuanto pueda generalizar, sus
generalizaciones irán unidas a ciertas formas específicas. Ocurre lo mismo con las
ciencias sociales. El análisis de los fenómenos es nuestro objetivo principal. Las
generalizaciones serán tanto más significativas cuanto más estrechamente nos
atengamos a formas definidas. Los intentos de reducir todos los fenómenos sociales
a un sistema cerrado de leyes aplicables a toda sociedad y explicando su estructura
y su historia no parece ser una empresa promisoria.
Estas consideraciones nos llevan a otro problema metodológico. Los intentos de
correlacionar diversos aspectos de la cultura implica la necesidad de un estudio de
las dinámicas de su interrelación. El material a nuestra disposición es la
descripción analítica de las formas culturales. Esto y las dificultades prácticas de la
investigación etnológica provocan que la mayoría del material disponible esté sobre-
estandarizado. Nos es suministrado como una lista de invenciones, instituciones e
ideas, pero poco o nada aprendemos sobre la forma en que vive el individuo bajo
estas instituciones y con estas invenciones e ideas, y tampoco sabemos cómo estas
actividades afectan los grupos culturales de los que él es un miembro. Es
enormemente necesaria la información sobre estos puntos, puesto que las
dinámicas de la vida social sólo pueden ser comprendidas sobre la basa de la
reacción del individuo frente a la cultura en la cual vive y de su influencia en la
sociedad. Muchos aspectos del problema del cambio cultural sólo pueden ser
interpretados sobre esta base.
ALGUNOS PROBLEMAS DE LA METODOLOGÍA EN LAS CIENCIAS SOCIALES