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Este problema puede ser que la persona quiere perder peso, quiere que la ropa le
quede mejor, quiere recuperarse de una lesión para volver a competir o
simplemente quiere encontrarse mejor físicamente.
Uno de los errores capitales que hemos cometido los entrenadores, es seguir
vendiendo bonos de entrenamientos, mensualidades o sesiones sueltas, ya que
estas no implican ningún beneficio concreto y hacen complicado explicarle a la
persona lo que está comprando. Además, esto presenta dos conflictos aún
mayores:
El primero es que, dado que todos venden entrenamientos, la única manera que la
gente tiene para diferenciar tu servicio es el precio. Lo que quiere decir que
continuamente estarás en una guerra de precios que reducirá tu margen de
beneficios o lo que es aún peor, acabará por terminar con tu negocio.
En segundo lugar, dado que no te enfocas en ningún tipo de público
objetivo (revisa en este artículo la importancia de hacerlo), tu publicidad será
mucho menos efectiva y más costosa. Supongo que hasta aquí todo claro, pero
ahora estarás diciendo…
“No tengo que vender entrenamientos, entonces ¿Cómo lo hacemos?”
Si has leído con atención anteriormente, habrás observado que unas de las cosas
que he dicho, es que lo que debemos hacer es venderle soluciones, venderle el
resultado que nuestro cliente quiere conseguir.
Para hacer esto, utilizo un sistema de 4 sencillos pasos que me permite definir
cualquier servicio en un tiempo record.
Mi programa “Ponte en forma con tú pareja después de los 30” te permitirá perder
unos kilos, aumentar tus niveles de fuerza y energía y sentirte otra vez como si
tuvieras 20 años, en tan sólo 8 semanas, basado en un entrenamiento HIIT
combinado con entrenamiento de suspensión (TRX). Este programa que ha sido
especialmente diseñado para entrenar con tu pareja para personas de más de 30
años que tienen poco tiempo y quieren obtener el máximo rendimiento de cada
minuto, te ayudará a disminuir tu peso, a sentirte mejor físicamente y en armonía
con tu pareja, para que puedas llegar al final del día con energía… Los estoy
esperando, contáctame!!!
De repente los ojos del Sr. Juan se abren aún más, activa todos sus sentidos
mientras lee el anuncio y empieza a sentirse entendido. Es como si cada frase que
lee, hubiera salido de su mente y se hubiera plasmado en el anuncio.
De pronto el Sr. Juan ha encontrado la solución que estaba buscando. Un
programa que se adapta a sus necesidades y que entiende lo que quiere
conseguir.
¿Dónde crees que hay más probabilidad de que el Sr. Juan empiece a entrenar?
Creo que tanto tú, como yo, lo tenemos claro.
Entonces mi pregunta es:
¿Por qué sigues vendiendo entrenamientos en lugar de soluciones?