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Es importarte recordar que los exportadores deben tener presente que para
incursionar en los mercados internacionales, se debe cumplir con los requerimientos
tanto del país del cual se exporta, como del país destino y del comprador, ya que de
lo contrario el producto será rechazado, incurriendo en costos por pérdidas de
productos y deterioro de la imagen en el exterior.
Detrás de ellos hay básicamente tres causas; primero, se pueden dar por la
Presencia de anomalías físicas ya sea en un contenedor, una etiqueta o
en la condición de la fruta.
Avances en el control
Por muchos años Chile apoyó la comercialización de sus vinos en la relación de buena
calidad a un bajo precio, pero hoy esa estrategia podría estar pasando la cuenta.
“Chile entra a precios bajos y luego le es más difícil subir”, dice Juan Park, research
director de Wine Intelligence en Londres.
El precio promedio de las exportaciones chilenas de Concha y Toro, la mayor
vitivinícola del país, cayó 1,2% en el segundo trimestre comparado con igual periodo
del año pasado, mientras el valor de sus exportaciones de su filial desde Argentina
subió 6,6% y las que realiza desde Estados Unidos, a través de su filial Fetzer, se
elevó 6,8%.
Bice Inversiones, en el análisis de sus resultados, dice que “destacamos que el precio
promedio de venta (en EE.UU.) fue 71,5% superior al promedio del mercado de
exportación chileno”.
El tema es que no se puede subir el precio antojadizamente, dice Patricio Middleton,
ex gerente general de Viña MontGrass y ex presidente de ChileVid, que reunía a los
productores de vinos finos y que posteriormente se fusionó con Vinos de Chile.
“Tienes que ofrecer algo más al consumidor considerando que se trata de un producto
ampliado, es decir, no es sólo lo que está dentro de la botella. Es distribución, servicio,
imagen, estatus, un concepto, etc., de lo contrario tu venta disminuye”, dice. “Para ello
se requieren mayor promoción y más conocimiento”.
Grupo Santa Rita, que sólo exporta vino embotellado, a partir de este año se enfocó
en la construcción de marca de vinos premium, “saliendo de aquellas promociones vía
precio que no generan valor de marca”, dice Elena Carretero, su gerenta de asuntos
corporativos y sustentabilidad.
Uno de los principales problemas para subir los precios es la crisis económica
internacional que golpea con fuerza a Europa. “Si tienes poco dinero para vinos finos,
no experimentas, hay una tendencia al revival, una vuelta a los clásicos, como los
franceses”, dice Juan Park.
Y ésta, la tercera exportadora chilena de vino, está dispuesta a pagar el precio de este
golpe de timón. “Si bien esto produce una caída en los volúmenes, se logra un negocio
más rentable, beneficiando siempre la marca en cuanto a calidad e imagen de
productos”, dice.
Efectivamente, los envíos consolidados al primer semestre de Viña Santa Rita y sus
filiales cayeron 16,2% comparado con el mismo periodo del año anterior, alcanzando
1,2 millón de cajas.
Uno de los principales problemas para subir los precios es la crisis económica
internacional que golpea con fuerza a Europa. “Si tienes poco dinero para vinos finos,
no experimentas, hay una tendencia al revival, una vuelta a los clásicos, como los
franceses”, dice Juan Park.
Pero no todos en la industria están de acuerdo en que la estrategia de Chile deba
orientarse a subir precios. Para Santiago Achurra, gerente general de Viña Requingua,
que exporta 500.000 cajas al año, los terrenos y clima de Chile son aptos para
producir desde vinos ultra premium hasta varietales y eso se debe aprovechar y no
enfocarse a un solo segmento de valor.
“Chile debiera fomentar ese eslogan de que todos podemos tomar un gran vino de
calidad a un precio conveniente. Cuando uno pone precios demasiado altos hay muy
pocas personas que lo pueden apreciar”, dice.
El escenario tampoco es muy favorable: un dólar a un precio cada vez menor es algo
que no ayuda en nada a los viñateros. A ello debe agregarse un costo de la mano de
obra al alza y un valor de la energía también más caro, que inciden en precios de
insumos como la botella, el corcho y las etiquetas, por ejemplo, dice Middleton.
La imagen es todo. En una industria de alta competencia mundial y donde el producto
tiene unas serie de conceptos asociados, la marca o imagen país se transforma en un
activo importante.
“Cuando los consumidores internacionales piensan en Chile, piensan en vino, los
Andes y quizás algo más.
A Chile le falta en esa materia, aunque tiene los ingredientes para posicionarse bien”,
dice Juan Park. ¿Y cómo? “Hay que reafirmar los elementos por los que el país es
conocido y comunicarlo una y otra vez por un periodo largo”.
Y ese trabajo de posicionamiento le corresponde a la autoridad y no lo ha hecho, dice
Patricio Middleton. “Sus esfuerzos son descoordinados”, agrega. Mientras que para
Achurra, de Requingua, el problema radica en cuánto se invierte en ello. “Los recursos
con los cuales contamos son todavía muy limitados para hacernos sentir”, dice.
Para la agencia de promoción de exportaciones chilenas, Pro Chile, “los años de
esfuerzos promocionales públicos y privados han permitido a Chile ganar un espacio
como un reconocido productor”, dice Alejandro Palacios, su subdirector nacional,
aunque reconoce que queda mucho por hacer.
Para apoyar a los viñateros en sus metas del Plan 2020, Pro Chile creó el Chilena
Wine Tour que ayuda a las empresas a encontrar importadores y posicionamiento con
clientes y prensa especializada. “Su objetivo es potenciar a Chile como productor de
vinos premium, diversos y sustentables”, dice Palacios.
La marca-país ejerce un efecto importante en el precio de todos los vinos, dicen los
académicos Rodrigo Berríos y Rodrigo Saenz quienes analizaron el dilema de los
vinos chilenos en un paper publicado por Cepal, “Atrapados en la marca-país”, de
mayo de 2012.
“Es un tema difícil de resolver para un país entrante como Chile, cuyo castigo de
precios continúa casi al mismo nivel que a fines de los años 90”, dice el documento.
La maniobra de ingresar a un bajo precio dañó la imagen país del vino chileno, dicen
sus autores. “Pese a su éxito inicial de penetración, esta estrategia equivale a devaluar
a priori la reputación de los buenos vinos chilenos”, dicen.
La marca país para los vinos se logra cuando el mercado percibe que un país tiene
muchos vinos excelentes. En el paper, los académicos analizaron el número de vinos
por país en el mercado de EE.UU. que habían obtenido más de 90 puntos en los
ránkings de calidad de la prestigiosa publicación especializada, Wine Spectator.
Berríos y Saenz descubrieron que Chile se ha rezagado en esta materia respecto de
sus países competidores. Chile en 1997 tenía 9 vinos excelentes (puntaje mayor a 90),
y en 2005 había subido a 40 vinos excelentes. El resultado puede sonar bien, pero
Sudáfrica en el mismo período subió de 2 vinos considerados excelentes a 86. Y
Argentina pasó de 3 vinos excelentes en 1997 a 57 vinos excelentes en 2005.
Claramente Chile había perdido la carrera de la marca país. Porque el otro contendor
del Hemisferio Sur ya en 1997 estaba en otra liga: tenía 70 vinos excelentes entonces
y en 2005 llegó a 246 vinos excelentes.
En la lucha por los conceptos asociados al producto, una imagen de diversidad es
clave para que Chile no sea percibido como “fome” y en ese campo la redescubierta
cepa Carmenere juega un rol importante.
Si bien la estrella de la fiesta debe ser el premiado Cabernet Sauvignon, el
Carmenere, que tuvo malas críticas internacionales, pues al comienzo hubo errores
en su producción, “poco a poco ha ido ganando su espacio. Yo le creo al Carmenere.
Puede tirar el carro de la imagen”, dice Patricio Middleton. “Es liviano y anda bien con
la comida con especias, como el sushi, pero no veo ningún trabajo para hacer ese
vínculo”.
distintas fiscalizaciones para evitar riesgos de sorpresas en las llegadas, ya sea por
parte del SAG en Chile, el USDA que controla en los puertos de salida los envíos de
frutas que van a Estados Unidos, los distintos puertos, o una institución de control
sanitario en los mercados de destino, como la FDA, el Servicio de Marketing Agrícola
del USDA, en Estados Unidos o la Comisión de Protección de la Salud del Consumidor
y el registro de residuos de la Comunidad en la UE, aquellos se siguen repitiendo.
Es decir, la empresa considera que tiene un producto exportable, y cuenta con los
recursos necesarios para financiar su actividad internacional. Ahora bien, la siguiente
cuestión es: ¿qué hacer? ¿cómo actuar? La empresa no puede pretender abordar
todos los mercados del mundo, ni realizar todo tipo de acciones; los recursos que
tienen son limitados y tiene que planificar cómo los va a utilizar. La empresa tiene que
priorizar mercados, elegir aquellas acciones que defina como más adecuadas. Tiene
en suma que elaborar un plan de actuación para abordar y desarrollar su presencia en
los mercados internacionales: es el plan de internacionalización de la empresa.
El plan no será algo fijo, inmutable: lo normal es que se vaya reajustando a lo largo de
su desarrollo en base a los resultados que se obtengan y la experiencia de la
empresa. Pero es conveniente disponer de un plan tentativo, que marque un rumbo a
seguir.
Por otra parte, este plan tendrá una estructura, unos elementos, que no pueden ser
homogéneos para todas las empresas. La estructura de un plan de
internacionalización dependerá de muchos aspectos: el sector, su tamaño, su
localización, etc. Igualmente, el periodo de duración de un plan dependerá también de
las características de la empresa. Por ello en este artículo vamos a repasar algunos
elementos que suelen estar presentes en una mayoría de planes de
internacionalización, pero el objetivo no es definir una plantilla de un plan que tenga
validez universal.
Puede que haya un único objetivo – el más corriente será exportar, para aumentar las
ventas y el volumen de negocio-, o que haya varias objetivos al mismo tiempo – por
ejemplo implantarse en un mercado como el chino para estar cerca de los
consumidores y aprovechar sus menores costes, así como para evitar barreras
arancelarias u de otro tipo.
Pero la empresa tiene que estudiar también si puede ser conveniente estudiar alguna
forma de implantación productiva o comercial, etc. Esta decisión de implantación
puede producirse al cabo de una primera etapa en la que la exportación sea la
actividad que se realice.
E Internet puede ser incluso un canal para vender de forma directa, a través de E-
commerce. Este E-commerce puede desarrollarse tanto desde una tienda online
propia de la empresa, como del establecimiento de una tienda online de la empresa en
mercados electrónicos (o “market places”), como Alibaba o Amazon.
- El plan debe identificar cuáles son los mercados prioritarios para la empresa. Sin
duda éste es uno de los puntos capitales de un plan de internacionalización. Requiere
de una importante labor de investigación, consultando estudios de mercado,
recabando información de las diversas fuentes accesibles a la empresa.
Una empresa no puede abordar todos los mercados del mundo. Como indicamos al
principio, los recursos que tiene una empresa son limitados. Tiene que asignarlos de la
forma más eficiente. Y por tanto tiene que seleccionar unos mercados.
Si el objetivo fundamental es localizar producción para reducir costes, habrá que tener
en cuenta estos costes pero también otros aspectos, como la seguridad jurídica, el
riesgo político, etc.
- El plan debe comprender una estrategia de precios. Esta estrategia, que puede
contemplar diferencias por mercados, debe elaborarse a partir de diferentes
elementos: los costes de la empresa, los precios en los mercados internacionales de
productos similares ofrecidos por competidores. También hay que considerar un
margen para contingencias, el margen de beneficios y, lógicamente, un margen de
negociación (éste es el típico aspecto en el que puede haber variaciones significativas
entre unos y otros mercados, con diferentes culturas de negociación y “regateo”).
Para la elaboración del plan y para su desarrollo otro requisito importante de las
empresas es contar con fuentes de información apropiadas.
De nuevo sin ánimo de exhaustividad, podemos mencionar una serie de áreas o temas
sobre los que la empresa es muy probable que necesite información, en un momento u
otro de su proceso de internacionalización:
La empresa deber conocer cuáles son los instrumentos con los que cuenta para
asegurar sus cobros frente a posibles impagos.
Lo que piden los empresarios es que los procesos estén en línea para una
trazabilidad, sea de ICA, Antinarcóticos, Invima o la misma aduana, esto con la idea de
obtener todos los permisos en línea para que el empresario no tenga que ir de puerta
en puerta buscando el certificado respectivo.
“No se puede hablar de un porcentaje de exportaciones rechazadas por los procesos
ineficientes pero sí de los tiempos perdidos que son fatales con los TLC, porque para
ser competitivos exportar deberían estar mínimo en un día, pero actualmente se
demora hasta 8 días”, agregó Rueda Salazar.
Pero lo peor está por el lado de las importaciones porque los procesos allí deberían
estar listos mínimo en 72 horas, cuando la realidad muestra que los empresarios están
tardando hasta 15 días para poder tener los productos importados, aclarando que
también se ven afectados la maquinaria e insumos para productos que luego son
reexportados con valor agregado.
Internacionalmente también existen otros requisitos que las empresas deben cumplir
pero por desconocimiento no lo hacen, como es el caso de los empaques y de los
registros fitosanitarios, entre otros.
Por ejemplo, hay cuestionamientos frente al Certificado de Origen, que en el pasado
Congreso Nacional de Exportadores se comprometió el Gobierno Nacional a pasarlo
de nuevo al MiCit pero sigue la Dian como la encargada.
Otra queja tiene que ver con los funcionarios de la Dian, que no asesoran, que no son
amigables con los empresarios, que no tienen voluntad de servicio y por eso los
empresarios piden que haya capacitación del talento humano en la Dirección de
Impuestos y Aduanas Nacionales, porque son los funcionarios los que están de cara a
los exportadores.
Refrigerados
Cuando existen problemas con Antinarcóticos para inspeccionar los contenedores
refrigerados, el MinTic está velando porque se cumplan protocolos para impedir la
apertura de los mismos cuando las condiciones ambientales no ayudan.
Por eso la ministra de Comercio, Industria y Turismo se comprometió con los
empresarios paisas a que a más tardar en octubre estén listas 4.500 posiciones en
bodega de refrigerado en el puerto de Barranquilla, por lo que no se van a hacer
inspecciones, ni cargue ni descargue por fuera de la bodega de refrigerados.
Incluso en Cartagena ya se habilitó la zona de inspección para refrigerados, Santa
Marta tendrá 10.000 metros cuadrados para hacer la inspección.
Respecto al servicio 7 por 24 las diferentes entidades han implementado personal para
cumplir los horarios, porque los importadores y exportadores no han usado esos
horarios extendidos, los funcionarios se están quedando sin qué atender.
El Gobierno se excusa en que son problemas de los empresarios, que ellos están
cumpliendo y por eso están buscando que en el proyecto de estatuto aduanero que se
tramita, se exija a toda la cadena un horario de 7 por 24. Esto para los bancos,
consolidadores, transportadores, agentes de cargas y agentes de aduanas para evitar
que hayan ruedas sueltas que afecten la operación de comercio exterior.
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