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El niño con déficit auditivo

Marchena Guerrero, María Alejandra

Moscol Montestruque, Janfranco

Ramírez Pérez, Odalis Megadi

Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo

Chiclayo, 2015
El niño con déficit auditivo

¿Qué es la discapacidad auditiva?

La discapacidad auditiva es definida como la pérdida o anormalidad de la función

anatómica y/o fisiológica del sistema auditivo, y tiene su consecuencia inmediata en una

discapacidad para oír, lo que implica un déficit en el acceso en el lenguaje oral. La

audición es la vía principal a través del cual se desarrolla el lenguaje y el habla.

La discapacidad auditiva es la dificultad que presentan algunas personas para

participar en actividades propias de la vida cotidiana, que surge como consecuencia de la

interacción entre una dificultad específica para percibir a través de la audición los sonidos

del ambiente y dependiendo del grado de pérdida auditiva, los sonidos del lenguaje oral,

presentes en el contexto en el que se desenvuelve la persona (FIAPAS, 2000).

Causas de déficit auditivo.

Aguilar, Alonso Y Arriaza, (2010) clasifican las causas de las deficientes auditivas

o hipoacusias de la siguiente manera.

 Prenatales (antes del nacimiento).

 Neonatales o perinatales (durante el parto).

 Posnatales (después del nacimiento).

Causas prenatales

Son las afecciones que se presentan ya durante el periodo de gestación y podemos

clasificarlo en dos tipos:


 Origen hereditario-genético: la hipoacusia hereditaria afecta a uno de

cada 4.000 nacidos y pueden presentarse aisladas (tanto dominantes como

recesivas) o asociadas a otros síndromes o patologías.

 Adquiridas: las hipoacusias tienen su origen en procesos infecciosos

como rubeola, taxoplasmosis, sífilis, etc., o bien en la administración de fármacos

ototóxicos a la madre, que puede llegar por vía transplacentarias al feto.

Causas neonatales

Dependen de múltiples factores interrelacionados, podemos centrar las causas

neonatales en cuatro:

 Anoxia neonatal: Es la falta de oxígeno que puede sufrir el feto

durante el parto, por la cual se pueden ocasionar daños irreversibles, como algún

tipo de parálisis o deficiencias, principalmente se ve dañado el cerebro.

 Ictericia neonatal: Es cuando un bebé tiene un alto nivel de

bilirrubina en la sangre.

 Prematuridad: cuando el parto se produce antes de la trigésimo

séptima semana de gestación.

 Traumatismo obstétrico: son las lesiones producidas al bebé

durante el trabajo de parto.

Causas Posnatales

Dentro de este grupo enmarcaremos todas aquellas hipoacusias que aparecerán a lo

largo de la vida de una persona, destacando como causas más importantes a las siguientes,
la meningitis, la laberintitis, el sarampión, la varicela, la parotiditis, exposición a sustancias

antitóxicas

Tipos de sordera

García, Cruz, Miranda, y Domínguez (2012) muestran en la siguiente tabla los tipos

de sordera.

TIPOS DE HIPOACUSIA CARACTERISTICAS

Hipoacusia conductiva Esta afectado el mecanismo de

transición del sonido a su paso por el

oído externo o el oído medio.

Hipoacusia neurosensorial o de Normalmente ocurre por lesión

percepción del órgano Corti.

Hipoacusia mixta Se dan un problema de

percepción con uno de transmisión.

Hipoacusia congénita Se transmite de una generación a

otra ligadas a la presencia de un gen

anómalo.

 Sordera de conducción o hipoacusia conductiva

La causa más frecuente de este tipo de hipoacusia es la otosclerosis, que

evoluciona progresivamente. Primero se afectan los tonos graves y medios y más tarde

los agudos. La base final consiste en la anquilosis de los huesecillos. Su tratamiento es


difícil porque se desconoce la causa, aunque la cirugía otológica consigue curar ya una

buena proporción de estos casos. Son utilices en estas sorderas los audífonos que

amplifican el sonido y permiten oír mejor.

 Sordera sensorial o neurosensorial o hipoacusia neurosensorial

Esta pérdida auditiva puede abarcar desde pérdidas leves a profundas. Existe la

posibilidad que la persona vea afectada la habilidad para escuchar algunas frecuencias

más que otras de forma distorsionada, esto puede ocurrir aunque ella utilice un

audífono. Debido a los grandes avances, existen audífonos digitales que son capaces de

ampliar solamente las frecuencias deficientes.

 Sordera de percepción o hipoacusia de percepción

Este es un tipo de sordera que procede básicamente de afecciones del laberinto,

entre las cuales figuran los traumatismos que inciden en el oído medio interno y las

lesiones degenerativas cocleares, que pueden ser debidas a tóxicos o toxinas.

 Sordera mixta o hipoacusia mixta

Se entiende por este tipo de sordera aquella que abarca tanto la perdida

conductiva como la sensorial, debido a que pueden existir problemas tanto del oído

externo como del medio y del interno. En este tipo de sordera se puede ver afectado el

núcleo del sistema nervioso central, bien en las vías al cerebro o en este mismo.
Clasificación de la sordera

Para García, Cruz, Miranda, y Domínguez (2012) se puede considerar

diversos criterios a la hora de clasificar las diferentes tipologías de pérdida auditiva

Según la localización de la lesión; la sordera puede ser:

Conductiva o de transmisión: la lesión estaría en el oído medio o externo.

Perceptiva o neurosensorial: se ve afectado el oído interno.

Mixta: Puede haber lesión en el oído medio o interno.

Central: se produce por una malformación o disfunción en las vías auditivas.

Según el grado de pérdida auditiva; se distinguen las siguientes deficiencias:

Deficiencia auditiva leve; la perdida va de un umbral entre 20 a 40 dB. El sujeto

percibe el habla, pero no reconoce todos los contrastes fonéticos.

Según Consejería de Educación (2009) La voz débil o lejana no es percibida. En

general el niño o niña es considerado como poco atento y su detección es importantísima

antes y durante la edad escolar.

Deficiencia auditiva media o moderada. Umbral auditivo de 40 a 70 dB. Percibe la

palabra si es fuerte, pero su voz y articulación son defectuosas.

Según Consejería de Educación (2009) El umbral de la audición se encuentra en el

nivel conversacional medio. El retraso en el lenguaje y las alteraciones articularias son muy

frecuentes.
Deficiencia auditiva severa; umbral entre 70 a 90 dB. El sujeto no percibe la

palabra, pero si los sonidos fuertes y algunas vocales.

Según Consejería de Educación (2009) Es necesario elevar la intensidad de la voz

para que esta pueda ser percibida. El niño presentara un lenguaje muy pobre o carecerá de

él.

Deficiencia profunda; umbral de 90 a 120 dB, el sujeto percibe algunas cualidades

del sonido.

Según Consejería de Educación (2009) Sin la rehabilitación apropiada, estos niños

no hablaran, solo percibirán los ruidos muy intensos.

Deficiencia total, umbral por encima de los 120dB o imposibilidad auditiva total.

Puede ser debido a malformaciones internas del canal auditivo o la pérdida total de los

restos auditivos por motivos genéticos; o también conocida como cofosis.

Según Consejería de Educación (2009) Cofosis o anacusia: Perdida total de la

audición. Se puede decir que son perdidas excepcionales. Esta clasificación no puede ser

valorada por sí sola, hay que tener en cuenta que la calidad de la percepción auditiva del

alumnado con sordera depende de la combinación de múltiples aspectos.

Según la causa de pérdida auditiva; las causas que pueden originar una

deficiencia auditiva son múltiples, pero las más importantes son las siguientes:

Aplasias: Son anomalías producidas durante el crecimiento embrionario. La pérdida

máxima no supera los 60 dB. Las principales causas son la ausencia de pabellón auditivo, la

deformación de este o del conducto auditivo, y la inexistencia de tímpano.


Obstrucción del canal auditivo o tubárico; está causada por tapones de cera, o por la

obstrucción de la trompa de Eustaquio en el caso del tubárico; la perdida máxima esta entre

los 35 y 55 dB.

Traumatismo; las causas fundamentales son una descomprensión brusca, una onda

expansiva o un fuerte ruido.

Intoxicación medicamentosa; es una sordera neurosensorial, se produce una pérdida

auditiva en función de la dosis y duración del tratamiento.

Sordera por infecciones generales; puede ser causada por la rubeola (prenatal),

gripe, meningitis, etc., (posnatal).

Sordera genética; está causada por una alteración cromosómica que uno de los

padres aporta al niño.

Según la edad del comienzo de la pérdida auditiva; el momento en el que aparece

la discapacidad auditiva es determinante para el desarrollo del lenguaje del individuo, por

lo que se pueden distinguir tres grupos:

Prelocutivos; desde el momento del nacimiento o si la discapacidad sobrevino antes

de adquirís el lenguaje oral (antes de 2 años)

Perilocutivos; si la discapacidad sobrevino mientras se adquiere el lenguaje oral

(después de 2-5años)

Postlocutivos; si la discapacidad sobrevino después de adquirís el lenguaje oral

(después de 5 años)
Señales de alerta.

La familia y la escuela son los ámbitos donde con más facilidad se puede detectar

signos y síntomas del niño o la niña que nos aporten indicios o sospecha de la presencia de

una deficiencia auditiva. A la vista de estas señales de alerte, es prioritario consultar con un

especialista que confirme o descarte la presencia de patologías auditivas.

Los signos de alerta que dentro del ámbito familiar pueden hacernos sospechar de

una deficiencia auditiva durante los primeros años de vida son:

El niño o la niña no muestran respuestas reflejas como el parpadeo o la agitación

ante estímulos auditivos intensos e inesperados.

No busca ni se orienta cuando lo llaman.

No reconoce a “papá” y “mamá” cuando se le nombran.

No responde ante ruidos familiares como la TV, el teléfono, el timbre, etc.

No comprende órdenes sencillas.

No realiza emisiones vocálicas ni interacción verbalmente.

Los signos de alerta que debemos observar en el ámbito escolar se resumen en los

siguientes:

Presenta dificultas para comprender y recordar las instrucciones del profesor.

Su lenguaje es poco inteligible.


Presenta una pobreza de vocabulario.

Tiene dificultades para mantener atención.

Presenta retraso escolar y bajo rendimiento.

Se distrae con facilidad en actividades de alto componente verbal.

No participa en actividades grupales del aula.

Se aísla con facilidad y no entiende las explicaciones.

Responde solo en ocasiones cuando se llama o requiere.

Aspectos psicosociales

Según García, Cruz, Miranda, y Domínguez (2012) para cualquier niño su entorno

se convierte en la variable principal para su desarrollo. Cuando la sociedad acepta la

discapacidad de los niños con hipoacusia, puede dar respuestas más viables a las

necesidades de ellos, así como las demandas propias de un niño, favoreciendo su

adaptación al medio.

El desarrollo en la comunicación con lenguaje de signos, por ejemplo en España, no

está implantada en la metodología curricular de los colegios, tan solo aquellos ciudadanos

que por interés o inquietud personal quieran aprender esta forma de comunicación podrán

hacerlo. Por tanto, siendo una necesidad para el niño la comunicación con la sociedad, esta

estará limitada a algunas personas que conozcan este tipo de lenguaje.


El entorno del niño no son tan solo los padres, sino también el resto de la familia, y

es muy importante tener en cuenta la existencia de hermanos, ya que estos, aun sin tener

una discapacidad, tienen el mismo derecho a la atención de sus hermanos.

Las actividades diarias irán encaminadas a la estimulación del niño.

Y no se debe olvidar que el hecho de que el niño tenga una discapacidad auditiva no

implica una discapacidad intelectual, por tanto. Se debe potenciar su aprendizaje para

normalizar sus conductas.

La educación de los padres no debe ser ni demasiado severa o rígida, ni demasiado

libertina o desenfrenada, pues la primera puede llevar a provocar una rebeldía por parte del

niño y la segunda una personalidad egocéntrica.

Según Consejería de Educación (2009) La noticia produce en la familia un

desajuste emocional que implica angustia y desorientación, al tener que enfrentarse con un

problema para el que no están preparados y sobre el que se realizan multitud de preguntas.

Los padres y las madres necesitan de orientación y apoyo especializado que les

permita asumir y superar el problema inicial, para enfocar el mismo desde una actitud de

compromiso y trabajo colaborativo.

La orientación y el asesoramiento familiar deben dar respuesta a las necesidades

básicas de los padres y madres y sus objetivos serán:

Eliminar las actitudes negativas de la familia, potenciando las posibilidades de

desarrollo del hijo o hija con discapacidades auditivas.

Disminuir los niveles de angustia y estrés de los padres y madres, ayudándoles a

superar dichos sentimientos como primer paso para comenzar a trabajar con su hijo o hija.

Aportar información y formación para que la familia pueda involucrarse en el

proceso educativo y habilitador.


Aumentar la motivación e implicación para participar en las tareas de atención y

ayuda a su hijo o hija, llevando a la convicción de que son competentes para ello, los padres

y madres deben ser conscientes cuanto antes, de que ellos son los agentes principales del

desarrollo cognitivo-lingüístico de su hijo o hija. Para afrontar la educación del niño o la

niña con discapacidad auditiva, los padres y madres han de asumir el reto de educar

“aprendiendo” nuevas estrategias de comunicación y han de disponer de información

suficiente acerca de cómo estimular el desarrollo y el aprendizaje del niño o niña,

manteniendo altas expectativas de logro.

Detección precoz.

Según Consejería de Educación (2009) El diagnóstico temprano de la hipoacusia es

fundamental para limitar las consecuencias y el impacto que la disminución de la audición

tendrá en el desarrollo del niño o niña, no solo auditivo sino también del desarrollo

psicológico e intelectual, ya que dificulta la estructuración del pensamiento como

consecuencia de las alteraciones en la adquisición del lenguaje hablado.

Numerosos estudios científicos demuestran que la estimulación auditiva durante los

primeros meses de vida supondrá una mejora considerable en la adquisición del lenguaje y

que dicho proceso se verá afectado si las intervenciones se realizan a partir del primero o

segundo año de vida. Ante tal evidencia, el diagnóstico y la intervención precoz son

fundamentales.

La consejería de Salud de la Junta de Andalucía, desarrolla un “programa de

detección de hipoacusia en recién nacidos” cuyos objetivos son:


Detectar los casos de hipoacusia en los recién nacidos o antes de los seis meses de

edad.

Establecer precozmente la orientación terapéutica de los casos de hipoacusia, una

vez detectados, antes de los seis meses.

8. Pruebas de diagnóstico y evaluación audiológica

El diagnóstico auditivo nos permite conocer el grado de pérdida auditiva del sujeto,

el tipo de pérdida o topología de la lesión (conducción o percepción) y los restos auditivos

existentes (zonas frecuenciales conservadas). Este diagnóstico es clave para determinar las

estrategias y ayudas técnicas, así como el plan educativo que requiere el sujeto. Las pruebas

de diagnóstico se dividen en dos grupos.

8.1. Pruebas subjetivas.

Requieren de la colaboración del sujeto, que presentará una respuesta voluntaria o

automática ante la percepción de un estímulo auditivo.

8.1.1. Audiometrías infantiles

Son pruebas de diagnóstica auditivo, se evalúa niños en edades muy tempranas.

a. Audiometría de observación del comportamiento (0/6 meses)

Se basa en la observación de la conducta refleja del bebé ante un

estímulo sonoro inesperado. El estímulo sonoro debe presentarse a campo libre,

utilizando un audiómetro pediátrico o juguetes sonoros cuya intensidad y

frecuencia deben de estar previamente determinadas.


Las respuestas reflejas que presentará el bebé y que el observador debe

identificar son:

-Reflejo cocleo-palpebral (presión de los párpados o abrir los ojos, si el

niño o la niña está dormido o bien cerrarlos rápidamente si está despierto).

-Reflejo respiratorio (alteración brusca de la respiración, que vuelve a la

normalidad en unos segundos).

-Reflejo cocleo-muscular (contracción muscular generalizada,

principalmente movimientos de extensión y flexión de las extremidades).

-Reflejo del llanto (alteración de la expresión facial, seguida de llanto).

La prueba presenta un alto nivel de subjetividad y su validez vendrá

determinada por la interpretación que el observador realice de las respuestas del

niño. Por tanto la cualificación y experiencia del observador es fundamental a la

hora de realizar esta prueba.

b. Audiometría de refuerzo visual (6/36 meses)

Es una evaluación audiométrica conductual y consiste en presentar al

niño o a la niña un estímulo sonoro seguido de un refuerzo visual. Se trata de

condicionar al sujeto mediante la asociación de un reforzador visual (juguete

luminoso o móvil). Para ello, éste debe de estar despierto y sentado sobre las

rodillas de su padre o madre, que mantendrá su atención sobre un juguete no

sonoro. El explorador, que debe de estar fuera del campo visual del sujeto,

presentará a éste un estímulo auditivo mediante un audiómetro. Cuando éste gire

la cabeza buscando el reforzador visual el juguete se iluminará o se pondrá en

movimiento. La prueba puede realizarse a campo libre, con auriculares o


vibrador y tanto la fuente sonora como los juguetes se situarán a ambos lados

del sujeto en un ángulo de 45/90º con respecto al mismo.

c. Audiometría de juego o lúdica (36/60 meses).

Consiste en el condicionamiento del niño o la niña para responder a un

estímulo sonoro, que será generado por un audiómetro, mediante una actividad

motora ligada a un juego, como apilar piezas, insertar aros de colores en un eje

o encestar pelotas. Cada vez que el sujeto escuche un sonido insertará o apilará

una pieza. Si el condicionamiento es adecuado y la persona realiza

correctamente la tarea, podemos obtener una primera aproximación a su curva

audiométrica.

8.1.2. Audiometría tonal.

La colaboración del niño o la niña en esta prueba suele ser buena a partir de

los 5/6 años, obteniéndose resultados fiables en el diagnóstico auditivo. La audiometría se

basa en el estudio de dos parámetros (frecuencia e intensidad) que nos van a permitir

establecer el campo auditivo o espacio acústico. Para realizar las audiometrías utilizamos el

“audiómetro” que es un aparato eléctrico capaz de producir o reproducir estímulos sonoros

(tonos puros o palabras) de intensidades comprendidas entre los 10 dB y los 120 dB y

frecuencias comprendidas entre los 128 y los 16.000 Hz, realizando un recorrido exhaustivo

por todas las frecuencias e intensidades disponibles y recogiendo gráficamente los

resultados en un audiograma.

La exploración se puede realizar por vía aérea, vía ósea y a campo libre, siempre en

cámara insonorizada, al objeto de evitar sonidos ambientales ajenos a la exploración. El


conjunto de todos los umbrales de audición del sujeto, en cada una de las frecuencias

exploradas nos indica su curva auditiva o campo auditivo.

8.1.3. Audiometría vocal.

La audiometría vocal tiene como finalidad determinar el nivel de captación y de

discriminación del oído para el lenguaje. Consiste en conocer la capacidad del sujeto para

entender la palabra a diferentes niveles de intensidad. La prueba se realiza con el

audiómetro, reproduciendo una lista de palabras balanceadas que el sujeto deberá reconocer

y repetir. La prueba determinará el “umbral de inteligibilidad” (el sujeto oye y comprende)

y sus resultados de reflejarán en una gráfica en cuya abscisa se indican los decibelios de

intensidad y en la ordenada el porcentaje (%) de palabras reconocidas.

8.2. Pruebas objetivas.

Este tipo de pruebas no requieren de la colaboración del sujeto y sus resultados

están determinados por alteraciones fisiológicas que se producen como consecuencia de la

estimulación auditiva.

8.2.1. Impedanciometría.

La impedanciometría nos informa del estado de las estructuras del oído medio y de

la movilidad del sistema tímpano-osicular. Es la medición y posterior representación

gráfica de la dificultad para la transmisión de la energía sonora (impedancia acústica) que

presenta el oído medio. Se trata de comprobar si la resistencia o dificultad que presenta el

oído medio es normal o si la misma se encuentra incrementada o disminuida. Si se presenta

esta disfunción, implicaría la existencia de una hipoacusia de transmisión, es por tanto una
prueba que nos ayuda en el diagnóstico etiológico y topográfico de este tipo de hipoacusias.

El estudio del oído medio y su posible alteración patológica es fundamental antes de

realizar cualquier otra prueba de diagnóstico auditivo.

8.2.2. Otoemisiones acústicas (OEA)

Las otoemisiones acústicas son sonidos generados en el interior de una cóclea sana

(oído interno), como respuesta a un estímulo sonoro. Pueden ser recogidos mediante un

micrófono alojado en el conducto auditivo externo (CAE) del sujeto explorado. Su

aparición implica el correcto funcionamiento de los mecanismos cocleares y la integridad

funcional del oído medio, lo que supone en la práctica la determinación de una audición

normal. La prueba no es invasiva, es breve y no precisa de personal altamente

especializado, lo que complementado con su bajo coste, la hace ideal para programas de

cribado auditivo universal.

8.2.3. Potenciales evocados auditivos de tronco cerebral (PEATC)

Los potenciales evocados miden la actividad electrofisiológica de la vía auditiva,

como consecuencia de una estimulación acústica.

Es la prueba objetiva más utilizada en la actualidad, se puede aplicar a edades muy

tempranas y es necesario que el sujeto se encuentre dormido o sedado.

Su estudio es de gran valor diagnóstico, tanto para confirmar la existencia de una

sordera y su intensidad, como para determinar posibles lesiones de las vías auditivas y su

localización.
La utilidad de la prueba como diagnóstico clínico es evidente, pero en el ámbito

escolar su información es limitada ya que no aporta datos sobre los restos auditivos, ni

sobre el perfil de la curva auditiva, lo que supone en la práctica, que dos alumnos o

alumnas con un mismo diagnóstico mediante PEATC, pueden presentar una capacidad de

discriminación auditiva claramente diferenciada y unas expectativas en el proceso

rehabilitador muy dispares.

Hay que tener en cuenta que los PEATC exploran las frecuencias de 2000 a 4000

Hz., no las más bajas, por lo que la ausencia de respuesta en los PEATC no es suficiente

para diagnosticar una cofosis (sordera total).

Cada onda estimula una parte concreta de la vía auditiva, por lo que la ausencia o

presencia de las mismas, así como el estudio de sus latencias, nos proporciona una

importante información sobre el lugar donde se localiza la causa de cada hipoacusia.

8.2.4. Potenciales evocados auditivos de estado estable multifrecuencial.

La técnica para la evaluación audiológica de los PEAee mejora las aplicaciones de

los PEATC permitiendo determinar umbrales de audición en un espectro frecuencial más

amplio.

La evaluación con PEAee de los umbrales electrofisiológicos en las frecuencias de

500, 1.000, 2.000 y 4.000 Hz, nos permite obtener un audiograma electrofisiológico, que

mantiene una adecuada correlación con la audiometría en las mencionadas frecuencias.

Con la aplicación de estos potenciales, podemos determinar en los primeros meses

de vida del niño o niña su campo auditivo, definiendo su curva audiométrica en las
frecuencias fundamentales del habla. Esta prueba resulta de gran utilidad, tanto para la

adaptación audioprotésica, como para la planificación del proceso de oralización.

9. La psicología frente a la deficiencia auditiva.

El campo de trabajo de la psicología con estas personas es muy amplio debido al

extenso número de necesidades que tienen, así, va a depender el tipo y grado de sordera que

presenten, además del momento de la aparición de ésta. En el siguiente apartado se

expondrán las áreas en la se pueden intervenir.

9.1. En lo social.

Cuando se les informa a los padres oyentes sobre la pérdida auditiva de sus hijos, se

genera un cambio en las relaciones con los mismos. A partir de ese momento la realidad

cambia y el niño deja de ser “niño” convirtiéndose así en “sordo”. Esto provoca en los

padres reacciones diversas en la relación con su hijo, reacciones que es necesario analizar

para poder intervenir a tiempo y mejorar la relación existente.

La modalidad de trabajo es tanto con el niño como con sus padres, ya que es

importante que los padres oyentes de niños sordos sean orientados y acompañados ante el

diagnostico de sordera. Desde el momento del diagnóstico de sordera en una familia

oyente, las relaciones familiares suelen distorsionarse, suscitando actitudes de rechazo,

sobreprotección, negación, etc., derivadas de los sentimientos de culpa, ansiedad e

inseguridad que pueden sentir los padres. En este sentido, es primordial proveer apoyo y

mediación familiar, ya que, al conocerse el diagnóstico de la sordera, los padres requieren

información respecto de ella (explicar el diagnóstico, conocer sus implicaciones, etc.),

aprender medios alternativos de comunicación (lengua de signos, lectura labial, apoyo


visual, etc.) y conocer pautas para adaptar el entorno familiar a la nueva situación (señales

lumínicas, contacto visual, etc.).

9.2. La salud mental de las personas con déficit auditivo.

Se debe hacer mención a la situación de los niños y jóvenes sordos. Las

investigaciones demuestran que es posible encontrar trastornos emocionales y/o de

conducta entre el 40% y el 50% de los niños y jóvenes sordos. Este dato es especialmente

significativo, si se considera que estos trastornos sólo se encuentran, como máximo, en el

25% de la población general de niños y jóvenes.

Los datos más relevantes de las recientes investigaciones sobre la salud mental de

los adultos sordos muestran que estas personas tienen una mayor probabilidad de ser

diagnosticados de trastornos de personalidad o trastornos adaptativos o de comportamiento

y de padecer síndromes orgánicos; presentan la misma probabilidad de sufrir esquizofrenia

que las personas oyentes; y no presentan ni una mayor probabilidad de padecer un trastorno

de tipo paranoide, ni de sufrir depresión o trastornos neuróticos, como se había sugerido en

las primeras investigaciones sobre el tema.

La existencia de un mayor número de trastornos mentales podría llevarnos a

concluir que la sordera guarda una relación directa con la enfermedad mental y que incluso,

podríamos considerarla el origen de muchos de estos trastornos, pero esto no es

exactamente así. Por lo tanto, una buena pregunta sería, ¿Cuáles son entonces las causas de

la mayor incidencia de problemas mentales entre las personas sordas, cualquiera que sea su

edad?

9.2.1. Carencias en el vínculo padres-hijo/a. Muchas de las dificultades

emocionales y comportamentales pueden derivarse de un inadecuado vínculo padres-hijo/a.


El lenguaje y la comunicación son importantes desde muy temprana edad. En la etapa en la

que un niño oyente empieza a hablar, un niño sordo se va encontrando cada vez más

aislado. En este sentido, es importante enfatizar que el 90% de las personas sordas tiene

padres oyentes.

Las referencias a las dificultades de interacción padres-hijo pueden ampliarse

también a las interacciones del niño sordo con el resto de la familia, no sólo la nuclear

compuesta por padres y hermanos, sino la extensa, compuesta por tíos, primos, abuelos, etc.

9.2.2. Sobreprotección parental. Algunos padres pueden "inundar" de atención al

niño para compensar el déficit sensorial y las dificultades de comunicación. En la práctica,

esto se traduce en un "sobrecontrol comportamental"; dicho de otra forma, algunos padres

encuentran difícil permitir que sus hijos sordos se desarrollen tan independientes como lo

hacen los niños oyentes.

9.2.3. Malos resultados educativos y dificultades laborales. El conjunto de

personas sordas presenta unos resultados educativos muy pobres. El fracaso escolar es muy

elevado y sólo una minoría alcanza las etapas superiores del sistema educativo.

Una consecuencia de estos malos resultados educativos es que las personas sordas

suelen estar sub-empleadas; pasan de una escuela en la que obtienen unas bajas

calificaciones al desempleo o a unos trabajos que, en muchos casos, están por debajo de su

capacidad intelectual. Como es bien sabido, la insatisfacción laboral y, por supuesto, el

desempleo son factores de alto riesgo en la generación de trastornos mentales.


9.2.4. Errores de diagnóstico. Muchas de estas personas, cuando acuden a los

servicios de salud mental generales tienen una alta probabilidad de ser mal diagnosticados.

¿A qué se deben estos errores diagnósticos? Podemos argumentar varias razones al

respecto:

a.- Problemas de comunicación entre el paciente y el profesional, los cuales no

pueden solucionarse mediante intérpretes oficiales y/o familiares. Recordemos que en salud

mental, el lenguaje es el principal instrumento diagnóstico y que es imposible conocer el

estado mental del paciente si no se puede tener una comunicación directa con él.

b.- Desconocimiento de las características propias de los sordos y de su comunidad.

Habitualmente, los profesionales no han tenido nunca contacto con personas sordas y

desconocen algunas de sus características diferenciales. Así, tienden a considerar como

patológicas algunas peculiaridades que no lo son en un contexto sordo.

c.- Ausencia de instrumentos diagnósticos adecuados. Utilizar para el diagnóstico de

una persona sorda que padece un trastorno mental los mismos criterios que se emplean para

una persona oyente es una práctica muy arriesgada. En general, las pruebas psicométricas

suelen ofrecer un mal perfil de las personas sordas. Un claro ejemplo de esto es la elevada

incidencia de retraso mental encontrada entre los pacientes sordos ingresados en

instituciones psiquiátricas, debida a una mala aplicación de los test de inteligencia.

9.3. Métodos de comunicación.

Todos los humanos adquirimos conocimiento a través de nuestras experiencias con

el mundo exterior, de la misma manera los niños con discapacidad auditiva empiezan a
experimentar, pero depende mucho de sus padres en un principio para que la exploración

del mundo se vaya acrecentando cada vez más. La aceptación por parte de los padres de la

sordera de sus hijos es un paso muy importante para iniciar el viaje sinuoso en la educación

de los niños.

9.3.1. Método dactilológico o manualismo.

En este método se utiliza la mano para representar el alfabeto, letra por letra, en

donde cada una de estas está representada por las diferentes posiciones y movimientos

concretos de los dedos de la mano. El alfabeto manual se dice que es el método más

antiguo, y que desde antes lo utilizaban para simbolizar los sonidos. Como todo, este

sistema no está previsto de inconvenientes; se dice que el sistema dactilológico lleva a un

lenguaje sin escritura sintáctica.

9.3.2. Método de señas o gestual.

El sistema gestual es uno de los sistemas más utilizados por las personas con

discapacidad auditiva, ya que es algo nato, desde bebés utilizamos las expresiones faciales,

manos y cuerpo para poder comunicarnos y satisfacer nuestras necesidades, es algo

espontáneo y no se puede suprimir incluso en las personas que carecen de discapacidad

auditiva. Por lo regular siempre se mezcla con el dactilológico en la práctica, ya que esto lo

hace más completo y más expresivo en la comunicación de una persona con discapacidad

auditiva.

Este método también tiene sus limitaciones, debido a que hay ideas y conceptos que

no se pueden expresar de una manera clara y concreta, por ejemplo ¿cómo expresar la
bondad, o la ambición? sólo la palabra es la forma totalmente completa entre cualquier

medio de comunicación.

9.3.3. Método oral.

El método oral es el que se utiliza para la adquisición del habla, este método se

utiliza en su mayoría en personas que no tienen afectado fonoarticulador, haciendo uso de

los restos auditivos para la recepción del lenguaje. Para la adquisición del lenguaje por

medio de este sistema o método, se deben recurrir a varios recursos como la gimnasia

respiratoria, ejercicios predesmutizantes, lectura labial y contar con ayuda de aparatos

electroacústicos.

9.4. El aprendizaje académico de un niño con discapacidad auditiva.

La presencia de la discapacidad auditiva altera la organización de lo que el niño

tiene a su alrededor, debido a que la audición estructura el tiempo, mientras que el espacio

se encuentra por vía visual. Esto modifica considerablemente el comportamiento del niño

sordo y sus reacciones frente a circunstancias específicas.

Preescolar y preprimaria.

El ingreso del niño al preescolar es un paso muy importe, ya que a través del

contacto con otros niños oyentes empieza el desarrollo de sus capacidades y su

conocimiento de manera formal. También se adquirirán hábitos físicos, mentales y sociales,

que en un futuro ayudarán daño a treparlo para vivir en el entorno que le rodea, los

propósitos específicos en este nivel son:


-Desarrollar la autonomía y la cooperación (Área afectivo-social).

-Desarrollar la autonomía en el proceso de construcción del pensamiento

(cognitivo).

-Lograr la autonomía en el control y coordinación del movimiento (Psicomotor).

-Estimular y propiciar la necesidad de comunicación verbal y no verbal como medio

para relacionarse con los demás (lenguaje).

Primaria.

En estos niveles como en preescolar, se incluyen las actividades cotidianas como

son: El saludo, revisión de auxiliar, revisión de aseo, calendario del estado del tiempo y

noticia, ubicación del área a trabajar, estructuración del lenguaje, educación física,

educación artística, educación tecnológica y despedida, que son actividad que

complementan la estructuración y orden del pensamiento.

Secundaria.

En este nivel, se cubre el programa de una escuela regular, pero se continúan

manejando las técnicas específicas como lectura labiofacial, estimulación auditiva,

comprensión y estructuración del lenguaje.


Referencias bibliográficas

Aguilar, J., Alonso, M., Arriaza, J. (2010). Manual de atención al alumnado con

necesidades específicas de apoyo educativo derivadas de discapacidad auditiva.

Consejería de Educación (2009): Manual de servicios, prestaciones y recursos educativos

para el alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo; Junta de

Andalucía – España: Tomo Consultado:

N° 7 : Discapacidad auditiva

Recuperado de: http://es.slideshare.net/NoeliaLI/discapacidad-auditiva-9661281?related=1

Federación de Asociaciones de Padres y Amigos del Sordo de Castilla y León (FAPAS

CYL) (2000). Guía sobre la discapacidad auditiva.

Recuperado de

http://www.saludcastillayleon.es/sanidad/cm/gallery/Aula%20de%20Pacientes/Gu

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García, A., Cruz, I., Miranda, M., y Domínguez, M. (2012). El niño con déficit auditivo. En

Cuidado holístico del niño y adolecente. Editorial – Madrid – FEDUM.

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