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Los avances que registra el país en materia de derechos de las personas, especialmente de

grupos vulnerables, además de una serie de políticas afirmativas que ha emprendido y/o
reforzado el Estado en los recientes años para estos grupos poblacionales, frecuentemente
tropiezan con una serie de muros -algunos más infranqueables que otros- puestos por la
misma ciudadanía y la propia institucionalidad.
Desde la aprobación, en 2009, de la nueva Constitución Política del Estado (CPE), Bolivia
ha ingresado en el grupo de países que se destacan por contar con legislación progresista
que protege los derechos humanos, especialmente los de grupos normalmente excluidos y
postergados. La propia CPE incorpora artículos y capítulos especiales en favor de los
derechos de las mujeres, de los ancianos, de los grupos indígenas, etc.
A pesar de todo ello, la realidad que continúan viviendo éstos y otros sectores no condice
con el aparato normativo que los protege.
La realidad con la que se convive diariamente es ignorada y naturalizada: la situación de los
denominados "adultos mayores”, o personas de la tercera edad.
Ancianos y ancianas viven una situación de absoluta falta de equidad e injusticia que, a
pesar de los subsidios estatales y derechos afirmativos incluidos en los diferentes cuerpos
legales, es preocupante. Aunque por la idiosincrasia de la familia boliviana -que aún actúa
de forma cohesionada y nuclear- muchos ancianos conviven con sus familiares hasta la
muerte, otros son abandonados y olvidados, llegando incluso a la indigencia, como
fácilmente se puede comprobar en las calles de las ciudades del país.
La mayor parte de ellos han sido despojados de sus bienes por sus propios hijos o
familiares; algunos son víctimas de estafas y engaños; otros son explotados, trabajan sin
paga, y el resto son abandonados a su suerte en las calles.
Municipios y gobernaciones hacen esfuerzos por acogerlos o paliar sus necesidades, pero lo
cierto es que -a contramano de las normas que los amparan- ni ciudadanos ni instituciones
tienen un verdadero compromiso por brindar respeto y protección a las personas de la
tercera edad.

La imagen lastimera del anciano despojado debiera dejar de ser natural y resultarnos
ofensiva.

A pesar de las normas, ni ciudadanos ni instituciones tienen un compromiso por brindar


respeto y protección a las personas de la tercera edad.

https://www.paginasiete.bo/opinion/2013/10/2/derechos-vulnerados-1984.html

https://es.slideshare.net/AlciraCabreraDorado/exclusin-de-los-derechos-del-adulto-mayor-como-
un-problema-social-en-bolivia

https://www.eabolivia.com/social/3788-rolando-villena-villegas-nuevo-defensor-del-pueblo-
boliviano.html

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