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Tutor:
HÉCTOR RAMÍREZ
Grupo: 5A
CONTENIDO
1. INTRODUCCION………………………………………………………………………..3
2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA………………………………………………..5
3. OBJETIVOS………………………………………………………………………………5
4. MARCO TEORICO……………………………………………………………………...7
5. METODO………………………………………………………………………………...18
6. RESULTADOS…………………………………………………………………………..19
7. DISCUSIONES Y CONCLUSIONES………………………………………………….21
8. ANEXOS…………………………………………………………………………………23
9. REFERENCIAS…………………………………………………………………………39
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1. INTRODUCCIÓN
Los humanos somos seres sociales por naturaleza que necesitamos estar rodeados de otros
humanos para el correcto desarrollo de nuestras capacidades mismas, así mismo como necesitamos
de esa sociabilidad igualmente requerimos nuestro espacio personal, donde hablamos con nosotros
mismos y hacemos catarsis de todo aquello que no impide sacar lo mejor de nosotros y poder
convertirnos en instrumentos y vehículos prósperos y útiles, para ello debemos cuidar de nuestra
salud, no solo física sino mental, pues si existe un correcto equilibrio entre las mismas, podemos
ser personas objetivas en la toma de nuestras propias decisiones y en aquellas que afectan a la
colectividad. La salud mental en Colombia cada vez se ve más afectada en la población en general,
pero sobretodo en la población infantil dependiendo de los determinantes socioeconómicos y el
entorno en el cual se encuentran.
¿Porque existen tendencias suicidas entre los adolescentes? ¿Se está convirtiendo esto en
un problema de índole social y mundial? Por tales interrogantes decidimos abordar el tema de
salud mental desde la perfectiva de la finalidad de la vida del sur humano del “Buen Vivir” , como
lo denominaba Aristóteles, por este motivo y teniendo la posibilidad de acceder a la Fundación
Santiago Apóstol de la Diócesis de Fontibón, ya que una de nuestras compañeras trabaja allí,
decidimos abordar el tema presentándoles el planteamiento del problema donde ampliaremos un
poco más la situación general de la Fundación, pasando luego por nuestra pregunta de
investigación y los objetivos de desea alcanzar a través de esta investigación formativa.
Según la OMS, “la depresión es un trastorno mental frecuente que se caracteriza por la
presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima,
trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”. Cuando una
persona está triste, no necesariamente se encuentra deprimida; “la depresión es distinta de las
variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas
de la vida cotidiana”
Es muy difícil saber cuándo se está ante esta enfermedad, su manifestación es muy diversa,
cada persona puede padecerla de una forma diferente, la depresión puede ser una respuesta normal
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Es una enfermedad que puede volverse crónica y disminuir la capacidad de las personas de
trabajar, estudiar, socializar o ejecutar algunas de sus actividades cotidianas; dependiendo del
número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como
leves, moderados o graves. Las personas que sufren de depresión grave necesitan tratamiento; ellas
pueden pensar, intentar o lograr suicidarse. Si la depresión es leve, se puede tratar sin necesidad
de medicamentos.
En este contexto, los expertos han definido que en personas de 18 años y más, quienes
tienen mayor riesgo de sufrir depresión son: personas con historia previa de episodio depresivo;
personas con historia familiar de depresión; personas con problemas psicosociales (pérdida del
empleo, separación conyugal, privación de la libertad, ser habitante de calle); eventos vitales
estresantes; abuso y dependencia de sustancias incluidos alcohol y cigarrillo; personas que
consultan a menudo al sistema de salud; quienes tengan enfermedades médicas crónicas,
especialmente, cuando hay compromiso de la funcionalidad (enfermedad cardiovascular, diabetes,
las que involucran dolor crónico y trastornos neurológicos); personas con otros trastornos
psiquiátricos (trastornos de ansiedad, trastornos de personalidad); quienes pasan por cambios
hormonales (embarazo, postparto y menopausia); personas con historia de intentos de suicidio y
quienes son sedentarias.
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¿Cuáles son las principales causas de depresión en los estudiantes del Colegio Parroquial
San Pedro Claver?
3. OBJETIVOS
3.1 Objetivo General
Diseñar una herramienta que permita a los estudiantes de 10 y 11, del Colegio Parroquial San
Pedro Claver, definir cuál será su proyecto de vida para los próximos cinco años y cómo llevarlo
a cabo.
3.3 Objetivos específicos
- Realizar 15 entrevistas a estudiantes del grado décimo y 11 del Colegio Parroquial San
Pedro Claver.
- Identificar los principales determinantes socioeconómicos y culturales dentro del cual
están los estudiantes del grado 10 y 11 del Colegio Parroquial San Pedro Claver.
3.3 Justificación
4. MARCO TEÓRICO
“Dos de los principales supuestos de la ética Aristotélica que nos permita superar la disyunción
entre un fin exclusivo y un fin inclusivo: (1) El supuesto Teológico Genérico, según el cual todas
nuestras actividades son realizadas con una finalidad; (2) El supuesto Teleólogico específico,
según el cual la Felicidad es, a su vez, una actividad, pero que no se persigue con una finalidad
distinta de sí misma. Ambos supuestos han sido interpretados de manera distinta, tanto por
inclusivistas como por exclusivistas, así, la aclaración de la relación entre aclaración y fines
permitirá comprender mejor como Aristóteles propone la consecución de la Felicidad, en la medida
en que la actividad de la felicidad es la única, a la que tienden todas las demás actividades humanas.
Guariglia, O. (1997).
Buscado”. Allí aclararemos los primeros supuestos del protecto Aristotélico, y estableceremos en
más detalle uno de los principales problemas que requieren solución para una interpretación
consistente de la ética Aristotélica.
esto, desde el primer capítulo, hemos defendido la idea de que la ética Aristotélica es sin duda,
intelectualista, pero su intelectualismo no es tal que excluya al mismo tiempo, la posibilidad de
otro tipo de actividades, pues hay también otras virtudes que son requeridas para llevar una “ vida
buena”.”
Página 281-282
“Así Aristóteles rompe con la idea de que el sabio y el prudente son, en sí mismos, modos
de vida que se deben seguir; son solamente representaciones conceptuales que en la vida misma
no se pueden diferenciar de manera tajante. La distinción conceptual le permite comprender cual
es el aporte de ambas virtudes, intelectuales- sabiduría y prudencia, pero no se trata de dos modos
de vida en competencia, aquí es donde el Intelecto mismo, adquiere un papel preponderante para
la vida, pues no solamente tiene un doble aspecto, uno teórico y uno práctico, sino que además, es
el intelecto mismo el que permite guiar en la vida misma que tanta actividad contemplativa o que
tanta actividad práctica hay que llevar a cabo. Pues el intelecto no solamente aporta los principios
del conocimiento científico, sino que también aporta los principios de la acción. En este sentido,
el modo de vida filosófico consiste en vivir, bajo el intelecto como un principio vital. Pero este
sentido vital tiene un doble aspecto que solamente el intelecto mismo puede autorregular a llevar
a cabo su propia actividad. Así, el intelecto se activa en modo teórico en ciertas circunstancias o
se activa en modo práctico en otras. Pero es el mismo intelecto el que decide si en ciertas
circunstancias es preciso activarse en un modo o en otro. Sea cual sea la manera en la que se
“active el intelecto”, está ejerciendo su actividad propia con respecto a la vida misma: Está
interfiriendo sobre la vida misma y la manera de alcanzar su propio “bien”, y alcanzar la “vida
buena” “
“De aquí que la figura del prudente emerge cómo quien es capaz de alcanzar “la vida buena”, pero
no sólo para sí, sino para todos los demás seres Humanos que lo rodean. Así, al responder
Aristóteles a la pregunta con respecto de ¿cómo hay que vivir?, su respuesta es una sola: Hay que
vivir de acuerdo con el intelecto. Pero esta vida de acuerdo con el Intelecto es mucho más compleja
que la mera vida teórico-contemplativa, porque es una vida realizable, es decir, una vida alcanzable
mediante la acción. Y aunque haya una cantidad indeterminada de maneras de alcanzar esta vida
buena, para cualquiera de ellas se requiere que actúe el intelecto. Así, si bien el intelecto es
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presentado por Aristóteles en conexión con los primeros principios del conocimiento científico, y
este conocimiento tiene un valor en sí mismo, también tiene un valor para la vida misma del ser
humano. En ese sentido, la filosofía teórica, que es considerada generalmente por Aristóteles como
la cúspide del Intelecto Humano y que tiene un valor en sí misma por ser autosuficiente, también
adquiere un valor importante en función de la vida de los seres humanos. Y en este mismo sentido,
el conocimiento científico, cuyos principios son determinados por el Intelecto, adquiere también
su valor por la vida del ser humano, y no solamente por el conocimiento científico, pues le brinda
herramientas al ser humano para alcanzar su felicidad. Si bien no determina como alcanzar la
felicidad, pues esta es tarea del intelecto- y de este en concordancia también con el deseo, dado
que se trata del intelecto práctico, que mueve a la acción en búsqueda del bien, hace valioso el
conocimiento científico también para la vida misma. Y es en esta función de articulación y
armonización del intelecto tanto con los deseos como del conocimiento científico que se puede
alcanzar la vida filosófica como una unidad, pero no una unidad del individuo, sino como una
unidad que también requiere de una comunidad para ser alcanzada. Sin ese entorno comunitario
en el que se da la felicidad, también el conocimiento científico y el intelecto puramente teórico
pierde su propio sentido, como “el principio gobernante” de la buena vida, de la vida filosófica.”
Alejandro Fadieta Barrera, Colección Humanidades y Ciencias Sociales,
UNIAGUSTINIANA, (2018).
Es muy interesante como el autor hace un análisis sobre la investigación Aristotélica sobre la
“buena vida”, y es que en mi concepto todos los seres humanos buscamos la Felicidad, pero
estamos de acuerdo con mis compañeros que la buena vida, solamente es posible
conseguirla dejando huella en cada paso que damos, en el compartir, en el instruir, en el
aportar y poder contribuir a la comunidad, en el luchar por nuestra infancia, que finalmente
son el futuro del mundo entero.
Ayer precisamente les comparto, mi hijo me llamó muy preocupado y me mencionó lo siguiente
“Mami hoy fue un día muy confuso, porque hoy nos tomaron la foto para el grado, pero
una compañera se intentó cortar las venas luego de un episodio de Bullyng por parte de
otra compañera, se encerró en el baño del Colegio, rompió un vidrio y luego tomó una de
estas piezas y se cortó, nosotros supimos porque quinto A, gritaban mientras ella estaba
encerrada en el baño”. JF. Mónica Salas.
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Mi hijo es un niño, sano, atento, noble y eso le genero un shock nervioso ayer, su entorno
Psicosocial a pesar de estudiar en el mismo colegio donde yo estudié, Católico de Monjas,
es una realidad nefasta que me hace pensar en el cómo promover un sentido de vida a los
niños; en el cual mostrarles que la vida no es Hollywood, ni los Súper Héroes de la
Televisión, sino que los súper héroes son ellos mismos, de su propia vida, que hay que
amarse primero a sí mismo para poder amar a los demás, evitar herirlos, dañarles lo más
valioso que tiene un Ser Humano, su corazón, su espíritu y su alma.
Por esto a continuación en este Marco Teórico, encontrarán un artículo de investigación de una
Psicóloga con una amplia trayectoria Científica.
“El mes pasado recibí la llamada de una profesora. No sabía cómo actuar. Una de sus
alumnas se autolesionaba desde hacía más de año y medio: mediante una cuchilla de afeitar se
producía cortes en el antebrazo con regularidad. Durante mucho tiempo, Pía*, de 15 años, había
logrado ocultar sus heridas bajo la manga larga de sus jerséis o camisetas. Pero una compañera de
clase descubrió las marcas en el vestuario, después de la clase gimnasia. Preocupada por su amiga,
se lo explicó a la tutora. La profesora buscó de inmediato a la alumna para hablar con ella. Le pidió
que le mostrara las heridas y le preguntó el motivo de las lesiones. Pía explicó que cuando se hacía
daño conseguía manejar sus sentimientos negativos y tensiones internas.
No quiso explicar nada más. La tutora temió por la vida de la adolescente.
En muchos aspectos, esta situación no resulta infrecuente. Según estudios efectuados a escala
internacional, gran parte de los educadores y trabajadores sociales en el ámbito educativo se
sienten inseguros cuando deben tratar con adolescentes que se autolesionan. Por lo general,
reaccionan con espanto, a menudo con compasión y, en parte, con rechazo, repugnancia e
incomprensión.
Muchos se preguntan si las autolesiones pueden indicar un riesgo de suicidio. Según
afirman, habitualmente no saben cómo afrontar la conversación con esos adolescentes y ofrecerles
apoyo. Rara vez, los profesionales del mundo de la enseñanza han recibido formación específica
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para el manejo de estos casos. Sin embargo, casi todos deben enfrentarse a estas situaciones en
algún momento.
Las conductas auto-lesivas durante la adolescencia constituyen un fenómeno común. Un
18 por ciento de los menores de 19 años de todo el mundo, es decir, casi uno de cada cinco, afirma
haberse producido conscientemente lesiones físicas durante el último año. Con todo, el porcentaje
de los jóvenes que acostumbran a hacerlo con regularidad es mucho menor. Para lastimarse suelen
emplear cuchillas de afeitar o cigarrillos, o se aplican desodorante en espray a una distancia mínima
de la piel, de modo que se producen quemaduras por el frío. Algunos chicos explican que golpean
la pared con la mano hasta que les sangra y sienten alivio. Por lo general, tras estas conductas no
subyace la intención de quitarse la vida.
Este trastorno se conoce como conducta auto-lesiva no suicida. La conducta auto-lesiva y
la ideación suicida constituyen síntomas de riesgo de suicidio en la adolescencia. Conocer su
prevalencia y características asociadas es fundamental para prevenir y tratar estas conductas
adecuadamente. Participan, M. (2011). Actas Esp Psiquiatr, 39(4), 226-35.
Estos jóvenes necesitan ayuda psicológica. ¿Cómo pueden los docentes reconocerlos? Por lo
general, la conducta auto-lesiva se inicia entre los 13 o 14 años.
Aproximadamente a los 17 años, la tendencia a autolesionarse disminuye, hallaron en 2015
investigadores dirigidos por Paul Plener, de la Clínica Universitaria de Ulm. Los arañazos y las
heridas inexplicables o una vestimenta inapropiada para la época del año (manga larga en pleno
verano) pueden revelar la situación. En ocasiones, los profesores descubren, por casualidad, la
posesión de objetos cortantes (hojas de afeitar o navajas), o se dan cuenta de que el estudiante
desaparece a menudo de las clases para ir al servicio. Algunos adolescentes dibujan motivos o
escriben redacciones reveladoras. Tampoco resulta extraño que la conducta auto-lesiva no suicida
se propague como una epidemia en el círculo de amistades.
En 2016, un equipo dirigido por Plener, observó que estos jóvenes obtienen muchos «me gusta»
en su sitio de Internet y despiertan gran interés por las imágenes de cortes que cuelgan en las redes
sociales, lo cual puede agravar aún más su comportamiento.
La mayoría de los docentes se escandalizan y se sienten impotentes cuando ven las heridas
de las autolesiones por primera vez. Algunos piensan que los cortes se deben a un intento de
suicidio. Por el contrario, la conducta auto-lesiva no suicida constituye para los adolescentes una
manera de aliviar sus tensiones internas.
Ante estas situaciones, es importante no mostrar asombro o pánico, sino atender al adolescente
con calma y empatía; con una especie de «curiosidad respetuosa»
El alumno debe sentirse valorado como persona, a pesar de que no se apruebe su conducta. Durante
la conversación, el docente puede adoptar la manera de expresarse y el registro léxico de los
adolescentes. « ¿Cómo te ayuda hacerte daño?», podría preguntar la profesora a Pía.
conversación especializadas, por un lado, para conocer si existe la necesidad de intervenir y, por
otro, ayudar a que los afectados accedan a participar en una terapia.
Además, se aconseja no dar mucha importancia a las heridas, ya que ello podría reforzar la
conducta de autolesión. La profesora también debe pedir a Pía que mantenga sus heridas tapadas
y que no hable al respecto con otros compañeros de la escuela.
No resulta sencillo valorar el peligro real de suicidio. Numerosos adolescentes que se
autolesionan informan sobre dificultades familiares (la separación de los padres), riñas en el
círculo de amistades, acoso escolar, desengaños amorosos o problemas escolares. El malestar
psicológico desencadena emociones intensas (tristeza, ira y agitación). La conducta auto-lesiva les
ayuda a neutralizar estos sentimientos negativos. Algunos tratan de imponerse un castigo o desean
que otros vean su situación de necesidad y les apoyen. Unos más explican que el dolor les permite
sentirse a sí mismos o conocer sus límites.
Menos usual es que busquen un «subidón» de adrenalina, motivación que suele reflejar un
intento de escapar de un sentimiento de vacío interno o entumecimiento.
Al comparar los estudios llevados a cabo en torno a la conducta auto-lesiva no suicida con los
datos sobre el riesgo de suicidio en adolescentes, se constatan ciertos paralelismos. Los alumnos
«cansados de vivir» se sienten confrontados con mayor frecuencia e intensidad con numerosas
sobrecargas que no pueden superar por sí mismos.
proporcionarle mejores consejos para afrontar las relaciones con los compañeros de clase, los
profesores y sus padres.
Los adolescentes que, según explican, apenas pueden controlar los pensamientos de
producirse daños y manifiestan un deseo intenso de morir son los que presentan un mayor riesgo
de suicidio, indican los estudios.
También si ya lo han intentado antes o han forjado esa idea con anterioridad y todavía
persiste. En ese caso, el terapeuta debe preguntar sin rodeos si aún piensa en suicidarse. Madelyn
Gould y sus colaboradores de la Universidad Columbia comprobaron en un estudio con más de
2300 estudiantes que los jóvenes a los que habían preguntado sobre si habían tenido pensamientos
suicidas no se mostraban más preocupados sobre el tema dos días después. Por el contrario, los
adolescentes con sín- tomas depresivas o ideaciones suicidas, considerados sujetos de alto riesgo,
se sentían psicológicamente más aliviados tras esa charla.
Con el consentimiento de la alumna, la profesora conversó con ellos. Les expuso que la
hija todavía se sentía muy afectada por su separación y que, sobre todo, le dolía verles discutir por
ella. Pía acordó con su madre que asistiría a una sesión con una psicoterapeuta para probar si le
gustaba. La primera visita resultó exitosa. Desde hace unos meses acude a la consulta una vez a la
semana.
La disposición de Pía para participar en la terapia no es un caso extraordinario. Según las encuestas,
alrededor de la mitad de los adolescentes que se autolesionan desean abandonar esa conducta.
Ofrecerles ayuda resulta beneficioso. En la terapia se indagan y valoran los desencadenantes de
ese comportamiento de manera individual. Si un escolar explica que padece acoso escolar, se
afronta el problema junto con los profesores. Pero debe evitarse tratar el tema de la conducta auto-
lesiva no suicida ante toda la clase, puesto que eso podría desencadenar el efecto «peligro de
contagio». En el aula es preferible explicar aspectos más generales, por ejemplo, cómo deben
manejarse los problemas y el estrés.
El siguiente paso consiste en reflexionar junto con el adolescente sobre qué habilidades
puede emplear para sustituir la conducta de autolesión. Se buscan actividades con efectos a corto
plazo. Entre ellas se encuentran los ejercicios de meditación, las técnicas de relajación (el
entrenamiento autógeno), la capacidad de desconectar (con música, ejercicio físico o videojuegos)
o, incluso, morder una guindilla si se siente la necesidad de un estímulo intenso.
Puesto que cada persona responde de manera diferente a las diversas habilidades, es usual tener
que probar algunas alternativas hasta lograr encontrar la óptima.
Sobre todo cuando se atraviesan etapas conflictivas aparecen recaídas; pero ello no debe
desmotivar ni al terapeuta o co-terapeuta ni al afectado. Es más, se recomienda analizar
conjuntamente y de manera detallada los desencadenantes, reflexionar sobre una manera
alternativa de reaccionar y las estrategias de afrontamiento que podría poner en práctica el
adolescente la próxima vez.
A Pía no se le dan bien los ejercicios de relajación, pero no por ello debe rendirse a sus
pensamientos negativos.
Como le gusta practicar deporte, la terapeuta le aconseja que si ha habido una discusión fuerte
en casa, se calce las zapatillas deportivas y saque la rabia de su mente mientras corre. El ejercicio
no solo beneficia la salud física, también mejora el estado de ánimo”.
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5. METODO
Una encuesta es una técnica cuantitativa y cualitativa que consiste en una investigación
realizada sobre una muestra de sujetos, representativa de un colectivo más amplio, que se lleva a
cabo en el contexto de la vida cotidiana, utilizando procedimientos estandarizados de
interrogación con el fin de conseguir mediciones cuantitativas y cualitativa sobre una gran
cantidad de características objetivas y subjetivas de la población. (GESTIOPOLIS, 2002)
MUESTRA: 15 estudiantes de décimo y undécimo grado del Colegio Parroquial San Pedro
Claver.
6. RESULTADOS
En los 15 estudiantes pudimos detectar que presentan grandes falencias emocionales que
pueden ser surgidas por falta de interés de los padres en lo que sienten y piensan, y esto puede
conllevar a que centren sus emociones a sus relaciones interpersonales: amigos, vecinos, novios
y hasta desconocidos en redes sociales.
Cabe mencionar que las calificaciones son uno de los factores más estresantes en los
estudiantes, ya que afecta en gran parte la estabilidad emocional.
A través de la encuesta pudimos denotar posibles respuestas que podrían solucionar sus
conflictos emocionales propios y en el entorno en el que se desenvuelven.
7. DISCUSIONES Y CONCLUSIONES
Discusión
La depresión es un problema que día a día se hace más común en nuestra población y hace
necesario investigarla. Durante la recolección de datos usados en el presente trabajo encontramos
que:
El 66% de la población evaluada afirma que la familia y la escolaridad influye mucho en la salud
mental de los estudiantes, esto podría argumentarse de acuerdo con las investigaciones de
(Monica Alvarez, 2009) la cual afirma:
“Las tentativas de suicidio por motivos escolares no son muy frecuentes, pero tampoco son
extrañas. No hace mucho se divulgó la noticia de que en la República Federal de Alemania el
suicidio en edad escolar alcanzaba cifras de significación preocupante. Sólo en el estado de
Baviera, a finales del curso 1975, doce escolares acabaron con su vida”
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Además a partir de los resultados el 53% de los estudiantes afirma que la soledad es un factor
influyente en la salud mental, lo cual podría re-afirmarse a través Andrés Losada Baltar,
profesor titular del Área de Psicología Clínica de la Universidad Rey Juan Carlos y coordinador
del grupo de investigación Cuid-Emos, “la soledad puede verse incrementada a lo largo del
ciclo vital por factores asociados a los estilos cognitivos o a la personalidad de las personas o a
la ocurrencia de sucesos vitales significativos como, por ejemplo, la jubilación, enfermedades o
asumir la tarea de cuidar de un familiar dependiente. Estas circunstancias pueden favorecer la
ocurrencia de cambios significativos en las vidas de las personas que, finalmente, pueden
provocar la emergencia de sentimientos de soledad”. (GERIATRICAREA, 2015)
Los resultados nos permiten entender la importancia de los factores familiares y escolares en los
estudiantes, que son claves para afrontar o evitar problemas de salud mental a esa cierta edad.
Conclusiones
Los adolescentes están en el día a día sometidos a factores que pueden afectar su salud
mental, tales como el ambiente familiar, el cual puede de cierta manera afectar el
rendimiento de los estudiantes en el colegio.
Otro factor importante en la salud mental de los estudiantes de grado décimo y undécimo,
son las calificaciones, ya que pueden originarse perdida de años, lo cual implica que sus
amistades y compañeros no estén presentes con él el próximo año. Puede ser un factor
secundario como consecuencia de conflictos familiares o externos o puede ser un factor
principal que afecte su ambiente familiar.
Un porcentaje de estudiantes ha llegado a sentirse deprimido o en suicidarse, lo cual es un
dato muy crítico, ya que ningún estudiante o persona está preparado para afrontar la
depresión. Necesita acompañamiento o tratamiento psicológico lo cual enfrente y mejore
la salud mental.
Aunque muchas veces la depresión o el suicidio se vean como problemas silenciosos,
existe la posibilidad de prevenirlos, datos afirmados en mayor proporción por estudiantes
que se han sentido deprimidos en su etapa de adolescencia.
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8. ANEXOS
CUADROS DE RESULTADOS
SI NO NO RESPONDE SI NO NO RESPONDE
9. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
APIR (2016). Manual APIR Psicopatología 2.ª edición - Mayo 2016 ISBN Depósito Legal M
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edicion-mayo-2016-isbn-deposito-legal-m.html
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