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COLOMBIANA
UNIVERSIDAD LIBRE
FACULTAD DE DERECHO
INSTITUTO DE POSTGRADOS
BOGOTA D.C.
2009
CONTENIDO
INTRODUCCION
CAPITULO I
PROBLEMA, JUSTIFICACIÓN, OBJETIVO.................................................................... 11
1.1.Problema. ....................................................................................................................... 11
1.2.Justificación.................................................................................................................... 11
1.3.Objetivos. ....................................................................................................................... 11
1.3.1. Objetivo General. ....................................................................................................... 11
1.3.2. Objetivos Específicos ................................................................................................. 12
CAPITULO II
MARCO TEÓRICO ............................................................................................................. 13
2.1 Antecedentes de la Investigación. .................................................................................. 13
2.2. Marco conceptual. ......................................................................................................... 13
2.3. Marco referencial. ......................................................................................................... 14
2.4. Marco Histórico. ........................................................................................................... 14
2.5. Marco Legal. ................................................................................................................. 15
CAPITULO III
DEL DERECHO PROCESAL............................................................................................. 16
3.1. Definición del Derecho Procesal. .................................................................................. 16
3.2. Importancia del Derecho Procesal ................................................................................ 16
3.3. Nacimiento del Derecho Procesal ................................................................................. 17
3.4. Historia del Derecho Procesal ....................................................................................... 18
CAPÍTULO IV
EL PRINCIPIO DE IGUALDAD ........................................................................................ 20
4.1. Concepto. ...................................................................................................................... 20
4.2. El principio de la igualdad en la sociedad antigua. ....................................................... 24
4.2.1. Atenas, La Polis de la Democracia. .......................................................................... 24
4.2.2. La Ley de las XII Tablas. .......................................................................................... 25
4.2.3. La igualdad en el Cristianismo. .................................................................................. 26
4.2.4. La igualdad en la sociedad moderna. ......................................................................... 27
4.2.5. El derecho de igualdad en las constituciones americanas. ......................................... 28
4.3. Igualdad y Discriminación. .......................................................................................... 33
CAPÍTULO V
DESARROLLO DEL PRINCIPIO DE IGUALDAD EN LA LEGISLACIÓN
COLOMBIANA................................................................................................................... 35
5.1. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA DE 1991. (Publicada en la Gaceta
No.114 del 7 de julio de 1991.) ............................................................................................ 35
5.1.1. El Principio de Igualdad. ........................................................................................... 36
5.1.2 Igualdad de las partes ante la ley procesal y en el proceso. ........................................ 39
5.1.3. La Igualdad como principio fundante del Estado Social de Derecho en la
Jurisprudencia de la Corte Constitucional. .......................................................................... 42
5.1.4 Principio de Igualdad a nivel jurisprudencial ............................................................. 51
5.2. CÓDIGO PENAL (Ley 599 de 2000). LIBRO PRIMERO. PARTE GENERAL.
TÍTULO I. DE LAS NORMAS RECTORAS DE LA LEY PENAL COLOMBIANA
CAPÍTULO ÚNICO. Igualdad. ........................................................................................... 53
5.2.1. Igualdad y teoría del delito........................................................................................ 57
5.2.2. La igualdad en el nuevo Código Penal. ...................................................................... 58
5.3. CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL (Ley 906 de 2004) TÍTULO
PRELIMINAR PRINCIPIOS RECTORES Y GARANTÍAS PROCESALES Igualdad. .. 62
5.3.1. Igualdad procesal. ...................................................................................................... 62
5.3.2. Declaración Universal de Derechos Humanos. .......................................................... 65
5.3.3. Igualdad en los derechos civiles y políticos. .............................................................. 66
5.3.4. Igualdad ante los Tribunales. ..................................................................................... 66
5.3.5. Igualdad ante la ley. ................................................................................................... 68
5.3.6. Constitución Nacional de 1991. (Publicada en la gaceta No.114 de 7 de julio de
1991). ................................................................................................................................... 69
5.3.7. Ley 941 de 2005. ........................................................................................................ 69
CONCLUSIONES ............................................................................................................... 71
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................. 75
TABLA DE SENTENCIAS................................................................................................. 78
INTRODUCCIÓN
Los datos fueron analizados teniendo en cuenta los métodos de razonamiento, como por
ejemplo, la deducción, la inducción, el análisis, la síntesis, las herramientas, etc.
Los primeros temas que se presentan son el problema, la justificación, los objetivos
trazados, los antecedentes de la investigación, el marco conceptual, marco referencial,
histórico y legal, los resultados deseados con la investigación; Definición, importancia,
nacimiento e historia del derecho procesal; El principio de igualdad; Desarrollo del principio
de igualdad en la legislación colombiana, y finalmente, la metodología que se utilizó para el
desarrollo de la misma.
Por otra parte, entrando al tema objeto de estudio, se realiza un desglose pormenorizado
sobre la acepción jurídica del principio de igualdad, definición, marco constitucional, legal,
jurisprudencial, etc.
5
Colombia como Estado Social de Derecho, prevé la participación plural de los diferentes
sectores que conforman la sociedad, en aras a demandar y obtener de ella un trato igual sin
discriminación alguna. Tenemos en consecuencia que, la constitución y la ley reglan los
derroteros que los servidores públicos judiciales deben seguir en el desarrollo de la
actuación procesal, y en especial, proteger a aquellas personas que por su condición se
encuentran en manifiesta debilidad frente a sus opositores. Valga decir, a los servidores
públicos judiciales les asiste el deber legal de garantizar el debido proceso y el derecho a la
defensa.
Como bien lo han sostenidos ilustres procesalistas, los sujetos procesales han de
comparecer al proceso en igualdad de condiciones, sin privilegios respecto a las formas
procesales.
El principio de igualdad ante la ley establece que todos los hombres y mujeres son
iguales ante la ley, sin que existan privilegios ni prerrogativas de sangre o títulos
nobliliarios, es un principio esencial de la democracia. El principio de igualdad ante la ley
es incompatible con sistemas legales de dominación como la esclavitud, la servidumbre o
el colonialismo.
En primer lugar se hace referencia a la importancia que tiene el desarrollo del principio
de igualdad en nuestro ordenamiento jurídico, destacandom los aportes de la leguislación
extranejera.
6
Además, se hace énfasis en el procedimiento adoptado por el Estado en procura de
armonizar este principio con las necesidades propias de los asociados, como garantía y
expresión de sus mínimos derechos, valga decir, como el deber del estado frente a sus
asociados en garantizarles el principio de igualdad, desechando de plano los motivos de
discriminación o preferencia.
La igualdad ante la ley no significa que en cualquier circunstancia, todos tengamos los
mismos derechos. El ordenamiento jurídico concede legítimamente ciertas ventajas a
quienes se encuentran en situaciones que así lo ameritan, lo que implica el principio de
igualdad ante la ley es que a personas en igualdad de circunstancias se les aplique la ley
equitativamente, sin privilegios ni discriminaciones.
El derecho a la igualdad, supone pues, un trato igualitario para todos los ciudadanos, las
mismas oportunidades sin discriminación alguna, erradicando de tajo toda preferencia por
razón de raza, credo, sexo, nacionalidad, religión, credo, concepción política, etc.
Vasta con agregar, que son de recibo entre muchas otras, las posturas de la Corte
Constitucional, en el campo específico del derecho procesal penal, como lo afirma “El
someter las controversias a procedimientos preestablecidos e iguales no sólo garantiza el
derecho de defensa: realiza en primer lugar y principalmente, el principio de igualdad ante la
ley, en el campo de la administración de justicia. Y asegura eficazmente la imparcialidad
de los encargados de administrar justicia, mediante la neutralidad del procedimiento”
(Sentencia C-407 de 1977. M.P. Jorge Arango Mejía).
7
En síntesis, se tiene que, el principio de igualdad en términos procesales significa que el
Estado no puede asumir una postura totalitaria, anárquica dentro del proceso respecto a
los sujetos procesales, sino operar en igualdad respecto a las condiciones procesales y
legales en su condición de juzgador. El Estado debe ser garante de los principios que arropan
la ley procesal y por su puesto el debido proceso, en donde prevalezca a la luz del
derecho el Artículo 13 de nuestra Carta Política “La igualdad ante la ley y las autoridades”.
8
AGRADECIMIENTOS
El autor reconoce y deja constancia de sus más sinceros agradecimientos a los doctores JORGE RESTREPO
FONTALVO y, RAUL ENRIQUE CARO PORRAS, docentes del Instituto de Postgrados de la Universidad
Libre, por su apoyo y colaboración en la concreción de este esfuerzo, sin ellos no hubiese sido posible.
9
DEDICATORIA
A mis hijos, Darwin Andrés y, Mario Alberto, la razón de mi lucha, con todo mi amor.
10
CAPITULO I
PROBLEMA, JUSTIFICACIÓN, OBJETIVO
1.1. Problema.
Realizar un análisis tendiente a demostrar si Colombia como Estado Social de
Derecho, aplica con sumo rigor el principio constitucional del derecho a la
igualdad, por parte de los administradores públicos judiciales.
1.2. Justificación.
El estudio y análisis de los conceptos y disposiciones de orden constitucional y
legal que reglan el principio del derecho a la igualdad, es de gran importancia
para el universo jurídico de nuestro país, dado que, si se subsanan los vacíos de
su interpretación y aplicación, el estudiante, abogado o consultor jurídico, podrá
contar con mayores herramientas en aras a garantizar y satisfacer la aplicación
de tan importante principio por quienes imparten justicia.
1.3. Objetivos.
1.3.1. Objetivo General.
Hacer un estudio del principio constitucional del derecho a la igualdad dentro del
marco constitucional, legal, procesal, jurisprudencial y doctrinal, a efectos de precisar y
establecer, si nuestros jueces y magistrados están aplicando este principio con las debidas
garantías que la constitución y la ley les imponen.
11
1.3.2. Objetivos Específicos
• Determinar su importancia.
• Conocer la estructura del principio del derecho de igualdad.
• Recopilar la normatividad existente.
• Analizar su contenido en el campo legal, jurisprudencial y doctrinal.
• Concluir acerca de su efectividad como garantía constitucional, en especial,
de su debida aplicación por los administradores de justicia.
12
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
Como instancia reguladora del principio de igualdadad, Colombia a través del artículo 13
de su Constitución Política, regula, orienta, propia y facilita, la aplicación del principio de
igualdad ante la ley y las autoridades.
Los estudios realiados sobre la debida aplicación de este principio a la luz de la ley, la
jurisprudencia y la doctrina, nos enseñan que falta mucho por andar en este sentido, y que en
consecuencia, se demanda un mayor esfuerzo por los aplicadores de justicia en aras de
garantizar el debido proceso y la igualdad de las partes en contienda.
13
2.3. Marco referencial.
Después de una ardua investigación, se pudo establecer que se han hecho innumerables
estudios e interpretaciones doctrinales y jurisprudenciales, sobre la aplicación del principio
constitucional del derecho a la igualdad ante la ley reglado por el artículo 13 constitucional.
14
En la legislación colombiana este principio data de la constitución de 1886, a partir de
este momento ha sufrido múltiples cambios de tipo interpretativo, en la constitución del año
1991, este principio fue incluído en el Título II, Capítulo I, Igualdad ante la ley y las
autoridades.
Igualdad ante la ley y las autoridades. Art. 13.- Todas las personas nacen libres e
iguales ante la ley, recobirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los
mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de
sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o folosófica.
El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará
medidas a favor de grupos discriminados o marginados.
De la constitución emanan los poderes, entre ellos el judicial, que imparte justicia a los
asociados a través de sus funcionarios, llámense jueces o magistrados, quienes para el
ejercico de su labor se valen de la ley, la jusrisprudencia y la doctrina, y es la misma ley
quien señala los lineamientos a seguir, de suerte que, el principio de igualdad se encuentra
reglado en los códigos y son los códigos los que señalan los derroteros a seguir por los
operadores de justicia.
15
CAPÍTULO III
DEL DERECHO PROCESAL
El derecho procesal puede definirse como la rama del derecho que estudia el conjunto de
normas y principios que regulan la función jurisdiccional del Estado en todos sus aspectos y
que por tanto fijan el procedimiento que se ha de seguir para obtener la actuación del
derecho positivo en los casos concretos, y que determinan las personas que deben someterse
a la jurisdicción del Estado y los funcionarios encargados de ejercerla.
La importancia del derecho procesal es extraordinaria, puesto que por una parte regula el
ejercicio de la soberanía del Estado aplicada a la función jurisdiccional, es decir, a
administrar justicia a los particulares, a las personas jurídicas del derecho privado y a las
entidades públicas en sus relaciones con aquellas y entre ellas mismas (incluyendo el mismo
Estado); y por otra parte establece el conjunto de principios que deben encauzar, garantizar y
hacer efectiva la acción de los asociados para la protección de su vida, dignidad, su libertad,
su patrimonio y sus derechos de toda clase, frente a los terceros, al Estado mismo y a las
entidades públicas que de éste emanan, bien sea cuando surge una simple amenaza o en
presencia de un hecho consumado.
16
Sin organización jurisdiccional no puede haber orden social ni Estado de Derecho, y
aquella no se concibe sin el derecho procesal, así sea incipiente o rudimentario. A medida
que se desarrolla éste, se perfecciona aquella.
Aparece así claramente que el derecho procesal es el instrumento jurídico para la defensa
de la vida, la libertad, la dignidad y los derechos subjetivos individuales y sociales, como
también de los derechos particulares y a las personas jurídicas de derecho privado. Es casi lo
mismo no tener derechos sustanciales que no poder obtener su tutela y su satisfacción
mediante el proceso, puesto que aquellos son por esencia violables.
17
En un principio se atendió a la necesidad de resolver los conflictos de carácter penal y los
que se originaban entre particulares a causa de oposición de intereses; pero poco a poco se
fue extendiendo su aplicación a la solución de muchos problemas que no conllevan conflicto
entre partes opuestas y que responden por lo general a la idea de proteger a los débiles e
incapaces, o la regulación de ciertos efectos jurídicos como la tradición por causa de muerte
mediante el proceso de sucesión. De esta manera se regula la declaración, constitución,
ejecución, reglamentación o tutela de los derechos, y la libertad y la dignidad del hombre en
conjunto con la realización de formalidades necesarias para ciertos actos jurídicos, no
solamente en las relaciones de los ciudadanos entre sí, sino también de estos con el Estado e
inclusive entre las diversas entidades en que se divide1.
1
DEVIS ECHANDÍA, Hernando, El Derecho Procesal como intrumento para la tutela de la dignidad y la
libertad humanas, en Estudios de Derecho Procesal, Tomo I, Bogotá 1979. Pág. 163
18
adquiere categoría de verdadera ciencia especializada y se convierte en una de las ramas
más importante de la ciencia jurídica2.
Un poco más tarde aparece el gigante del derecho procesal moderno: FRANCISCO
CARNELUTTI. Asume la cátedra de derecho procesal civil en la Universidad de Padua
en 1919. En 1915 publica un volumen sobre la prueba civil, que desafortunadamente
nunca actualizó. En 1923 funda con CHIVENDA una famosa revista de derecho
procesal civil, que aún perdura, y luego publica sus Lecciones de derecho procesal civil,
2
DEVIS ECHANDÍA, Hernando, Compendio de Derecho Procesal, Teoría General de Proceso, Tomo I,
Medellín 1987. Pág. 33.
3
Ibídem, Pág. 33.
19
trabajos con los cuales sobresale en su extraordinaria carrera procesalista, que se afianza
con la publicación de su Sistema de derecho procesal civil4.
Cabe destacar que en Sur América no existió una escuela autónoma de derecho
procesal, por el contrario, el desarrollo del derecho procesal civil en los países que
conforman el continente fue directamente influenciado por la escuela italiana y alemana,
de las cuales se retomaron instituciones que permanecen vigentes hoy en día en nuestro
derecho colombiano.
CAPÍTULO IV.
EL PRINCIPIO DE IGUALDAD
4.1. Concepto.
En términos de derecho cuando se habla de igualdad, lo que se quiere decir es que la ley
no establece distinciones individuales respecto a aquellas personas de similares
características; ya que a todas ellas se les reconocen los mismos derechos y las mismas
posibilidades. Una consecuencia de esa igualdad ha sido la abolición de la esclavitud y la
supresión en muchas legislaciones, ya que no desgraciadamente en todas, de los privilegios
de nacimiento. Todas las personas son iguales ante la ley, sin distinción de credos, razas,
ideas, políticas, posición económica. Este sentido de la igualdad, que ha constituido un
ideal logrado a través de muchos siglos y de muchas luchas, se está viendo contrariado en
tiempos modernos por teorías racistas, que quieren establecer discriminaciones por razones
de raza y de color, y por los sectarismos religiosos y políticos5.
4
Ibídem, Pág. 34.
5
OSSORIO, Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Editorial Heliasa S.R.L. Buenos
20
En la Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada y proclamada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas, resolución 217 A (III) del 10 de diciembre de
1948, en su artículo primero se dice:“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos y, dotados como están en razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros”.
Desde el punto de vista del creador de la ley, el principio de igualdad formal determina
que el legislador no puede crear disposiciones estableciendo en ellas disposiciones basadas
en criterios específicamente prohibidos por la Constitución, como raza religión, sexo, etc.,
o que no guardan una razonable conexión con la finalidad propia de la ley. El
incumplimiento de esta determinación, daría lugar a la inexequibilidad de esa disposición.
Las distinciones que el legislador puede hacer al crear la ley no riñen con la igualdad
formal, cuando de ellas se infiere una finalidad conforme a la Constitución y cuando,
21
además, las disposiciones de las que la diferencia surge, muestran una estructura de
razonable proporcionalidad con el fin pretendido.
Por su parte la igualdad material como meta, como propósito entraña igual de
oportunidades para todos, pero sobre todo y ese es el núcleo determinante, igualdad de
satisfacción de necesidades básicas para las personas.
La igualdad de oportunidades tiene tanto sustrato objetivo como subjetivo, a partir del
primer fundamento implica que el Estado procurará establecer parámetros para que las
personas tengan posibilidades de mejorar sus condiciones de vida y realizar sus metas y
desde lo subjetivo se relaciona la igualdad con el libre desarrollo de la personalidad en
tanto permita que la persona adopte comportamientos sociales distintos, que han sido
asumidos individualmente como queridos.
22
La igualdad material como satisfacción de las necesidades fundamentales de la persona, le
impone al Estado la obligación de procurar que aquellas personas que se encuentren en
situaciones reales de desigualdad, a partir de sus condiciones económicas, sociales,
culturales, etc., sean prioritariamente favorecidas con los beneficios que el Estado pueda
dar a otros en mejores condiciones. Es ese el mandato contenido en el artículo 13 parte
final, de la Constitución Política: “El Estado protegerá especialmente a aquellas personas
que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancias de
debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltrato que contra ellas se cometan”6.
Comenta más adelante el mismo autor que “los textos constitucionales declaran con
énfasis que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, sin establecer distinciones por
razón de nacionalidad, origen, sexo, cultura. Esto quiere decir que los privilegios, por lo
menos a lo que hace a la letra y espíritu de las leyes, deben desaparecer. Las mismas leyes
rigen para todos los ciudadanos, y a todos les son aplicables sin excepción”.
6
SÁNCHEZ HERRERA, Esiquio Manuel. Dogmática Penal, Fundada en los Principios Constitucionales
con Orientación a las Consecuencias. Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez Ltda., Santafé de Bogotá -
Colombia, 2000. Pág. 133.
23
igual a quienes están situados en pie de igualdad. Ser tratado justamente significa ser
tratado de modo igual. Igual salario por igual trabajo, igual recompensa por mérito igual,
igual castigo por igual delito, derechos iguales para cargos iguales, igual precio por igual
valor7.
Es un principio legal que juzga sin hacer diferencias. Se entiende cómo igualdad de
derechos, la redefinición de las reglas de convivencia social entre los hombres y mujeres,
cultura política de la no discriminación, así como la superación de barreras y eliminación
de obstáculos.
Atenas es una ciudad situada muy cerca al mar, en la península del Ática. En el Siglo V
a.C., llamado también “siglo de Pericles”, fue el centro cultural e intelectual del mundo
griego, tuvo la flota naval más rica y poderosa del mundo, pero, sobre todo, fue el
escenario donde ocurrió un hecho que modificó la historia antigua: el nacimiento de la
democracia. Este nuevo sistema político fue el resultado de un largo proceso que puede
dividirse en dios etapas: en un principio, un grupo de reformadores, como Dracón y Solón,
7
MADRID-MALO GARIZÁBAL, Op. Cit., pág.7
24
modificaron algunas leyes abusivas; más adelante, tiranos como Pisístrato, permitieron el
fuerte crecimiento económico de Atenas. Luego de cien años de continuos cambios
sociales, políticos y económicos, el camino quedó preparado para la instauración de la
democracia.
Es así como a principios del siglo V a.C., Clístenes impuso una serie de leyes que
promulgaban la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Posteriormente, Pericles (487 -
4299 introdujo reformas que consolidaron la democracia ateniense8.
La elaboración de la ley de las XII tablas se produjo hacia mediados del Siglo V. a.C.,
cuando el senado romano republicano decidió enviar una comisión de diez magistrados a
8
SANTILLANA, Nuevas Ciencias Sociales 6. Bogotá D.C. - Colombia, Editorial Santillana, 2007. Pág.104.
9
FASSO, Guido.. Historia de la Filosofía del Derecho. Ediciones PIRÁMIDE, S.A. Madrid 1982, Pág. 62.
25
Atenas para conocer la legislación del gobernante griego Solón, inspirada por el principio
de igualdad ante la ley.
La doctrina en la filosofía cristiana trajo una nueva concepción del hombre exaltando el
principio de la igualdad humana, dando mayor impulso a la concepción doctrinaria
enseñada por los estoicos. “No hay judío ni griego - Escribió San Pablo a los gálatas - No
hay siervos libres”. Esa igualdad concedida por el cristianismo se basa en la relación con
Dios; “es una igualdad que se sobrepone a sus diferencias pero no las niega”.
En la Edad Media el cristianismo postula que todos los hombres son iguales porque son
hijos de Dios. La doctrina cristiana de la igualdad afectó gradualmente al derecho romano
en toda clase de formas. Pero más importante fue el hecho de que el cristianismo creó y
exaltó aquella otra sociedad -la Iglesia - con una diferente escala de valores, en la cual la
igualdad podrá ser más real que en la sociedad política.
26
4.2.4. La igualdad en la sociedad moderna.
27
como en su propiedad, y en manera alguna que todos tienen exactamente las mismas
prerrogativas sociales10.
10
ENCICLOPEDIA JURÍDICA OMEBA, TOMO XIV. Editorial Bibliográfica Argentina -LA VALLE-
1938. Pág. 890.
28
La nueva Constitución Política del Estado Pluralista de Bolivia, del 25 de enero de
2009.
29
persona ni grupo privilegiados. En chile no hay esclavos y el que pise su territorio queda
libre. No puede hacerse este tráfico por chilenos. Hombres y mujeres son iguales ante la
ley.
Art. 23.- Sin perjuicio de los derechos establecidos en esta Constitución y en los
instrumentos internacionales vigentes, el Estado reconocerá y garantizará a las personas los
siguientes:
3.- La igualdad ante la ley. Todas las personas serán consideradas iguales y gozarán de los
mismos derechos, libertades y oportunidades, sin discriminación en razón de nacimiento,
edad, sexo, etnia, color, origen social, idioma, religión, filiación política, posición
económica, orientación sexual, estado de salud, discapacidad, o diferencia de cualquier otra
índole.
30
j) Constitución Política de la República de Panamá de 1972. Reformada por los actos
reformatorios de 1978, por el acto constitucional de 1983 y los actos legislativos 1 de 1983
y 2 de 1984. Art. 19.- No habrá fueros o privilegios personales, ni discriminación por razón
de raza, nacimiento, clase social, sexo, religión o ideas políticas.
Art.- 20. Los panameños y los extranjeros son iguales ante la ley. Pero esta podrá por
razones de trabajo, de salubridad, moralidad, seguridad pública y economía nacional,
subordinar a condiciones especiales o negar el ejercicio a los extranjeros en general.
Art. 47.- De las garantías de la igualdad. El Estado garantizará a todos los habitantes de la
República:
1o. La igualdad para el acceso a la justicia.
2o. La igualdad ante las leyes.
3o. La igualdad para el acceso a las funciones públicas.
31
Art. 2o.- Toda persona tiene derecho:
2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, sexo,
idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole.
n) Constitución Política de la República Oriental del Uruguay de 1967. Art. 8.- Todas
las personas son iguales ante la ley, no reconociéndose otra distinción entre ellas sino las
de los talentos y virtudes.
32
En sentido amplio de responsabilidad institucional, con el transcurrir de la historia
constitucional de la mayor parte de los países de habla hispana, amén de las constituciones
de corriente liberal como la americana entre otras, el principio de igualdad ante la ley, ha
tenido un amplio desarrollo como garante de los mínimos derechos del ser humano, de
suerte que Colombia como Estado social de derecho, no podía quedar al margen de tan
importante principio y es por ello, que el constituyente de 1991 en el Art. 13.- igualmente
legitima tan importante principio, como es el derecho a la igualdad ante la ley, del que más
adelante me ocupare en detalle.
La noción de igualdad ante la ley se encuentra reñida con la discriminación. Esta denota
un trato desigual a personas sujetas a condiciones o situaciones iguales; bien sea por el
otorgamiento de favores, o por privilegiar la imposición de cargas.
33
impedir el pleno goce de los derechos fundamentales.
Vemos como, la desigualdad entre los seres humanos encuentra muchas veces su
origen, en arraigados hábitos sociales o en la indolencia, desidia y falta de celo estatal. La
responsabilidad de la actuación del Estado en pro de la igualdad en la formulación e
interpretación de la aplicación de la ley, demanda simultáneamente la remoción de los
obstáculos de orden cultural, político, económico, etc., que restringen en la praxis la
vigencia plena del principio de igualdad ante la ley.
La Constitución colombiana de 1991 no persigue solo una igualdad jurídica sino real,
por eso consagra como obligación del Estado la obligación de adoptar medidas a favor de
grupos discriminados o marginados. Están impregnados de estas orientaciones filosóficas,
los siguientes artículos de la Carta: el Estado reconoce, sin discriminación alguna, la
primacía de los derechos inalienables de la persona y ampara a la familia como institución
básica de la sociedad (art. 5o), el artículo 43 dice: “la mujer y el hombre tienen iguales
derechos y oportunidades. La mujer no podrá ser sometida a ninguna clase de
discriminación. Durante el embarazo y después del parto gozará especial asistencia y
protección del Estado, y recibirá de este subsidio alimentario si entonces estuviere
desempleada o desamparada. El Estado apoyará de manera especial a la mujer cabeza de
familia”. Estos preceptos se justifican si se considera que durante años, el sexo femenino
recibió tratamiento inferior y discriminatorio11.
11
YOUNES MORENO, Diego. Derecho Constitucional Colombiano, Publicaciones ESA, Mayo 1996.
Pág.111.
34
CAPÍTULO V.
DESARROLLO DEL PRINCIPIO DE IGUALDAD EN LA LEGISLACIÓN
COLOMBIANA.
Art. 13.- Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma
protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y
oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o
familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.
El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará
medidas a favor de grupos discriminados o marginados.
12
GÓMEZ SIERRA, Francisco. Constitución Política de Colombia, Vigésimaséptima Edición. Bogotá,
Editorial Leyer, Febrero de 2009. Pág. 18.
35
del hombre. Un derecho es fundamental por reunir estas características y no por aparecer
reconocido en la Constitución Nacional como tal. Estos derechos fundamentales
constituyen las garantías ciudadanas básicas sin las cuales la supervivencia del ser humano
no sería posible13.
A través de sentencias provenientes de sus Salas de Revisión de Tutelas y de fallos
proferidos por la Sala Plena en asuntos de constitucionalidad, también la Corte
Constitucional también se ha pronunciado.
De todos estos fallos, se desprende una clara y contundente afirmación sobre el carácter
fundamental del derecho a la igualdad, como valor fundante del Estado social de derecho y
de la concepción dignificante del ser humano que caracteriza la Constitución de 1991 y que
consagra su artículo 13.
13
Corte Constitucional. Sentencia T-418 de 1992.
36
Normalmente cuando se escucha hablar del principio de igualdad se piensa en términos de
paridad ante la ley, y entonces viene a la mente aquel artículo 13 de la Constitución
Nacional que pone de manifiesto:
“Igualdad ante la ley y las autoridades. Todas las personas nacen libres e iguales ante la
ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos
derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza,
origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.
También se lo entiende a la manera como lo expresan connotados procesalistas: los sujetos
procesales han de comparecer al proceso en igualdad de condiciones, sin privilegios con
respecto a las formas procesales, salvo las que la ley, por razón de fuero personal permite.
En ese mismo sentido es explicado por la jurisprudencia constitucional, para quien “La
igualdad se construye como un límite de la actuación de los poderes públicos y como un
mecanismo de creación frente a la posibilidad arbitraria del poder. La igualdad sólo se viola
cuando se trata desigualmente a los iguales...”, así también es entendido como que se refiere
se a “La igualdad de oportunidades en el mundo caracterizado por diferencias de todo tipo
(étnicos, culturales, económicos, sociales, políticos) se garantiza mediante la misma
protección y trato a las autoridades, sin que haya lugar a discriminación. Pero su
consecución sólo es posible estableciendo diferencia a favor de personas o grupos en
situaciones de desigualdad por sus condiciones concretas de marginamiento, discriminación
o debilidad manifiesta”14.
Pero jamás se concibe la figura en términos de que las partes o sujetos procesales se
encuentren equilibrados con respecto al poder estatal al interior del proceso.
14
Corte Constitucional, sentencia T-8669 del 12 de Mayo de 1993, M. P. Alejandro Martínez Caballero.
37
El principio de igualdad no es un concepto ideológico de que las personas son iguales ante
la ley, ni tampoco resulta ser aunque en buena aproximación lo que expone Fernández
Carrasquilla15 “El principio de igualdad de todas las personas ante la ley es, por de pronto, al
lado de la dignidad y la libertad, uno de los más importantes principios normativos de la
Constitución y uno de los criterios más aplicados en la jurisprudencia de nuestra Corte
Constitucional...
“Este principio es el principio que consagra el artículo 8 del C. P., que, como norma
rectora y de garantía, proscribe toda interpretación y aplicación desigualitaria de la ley
penal. El tratamiento desigual de lo igual, o el tratamiento igualitario de lo desigual entrañan
grave violación de la equidad y desconocen la dignidad personal o los derechos
fundamentales del individuo, desfavoreciendo y privilegiando sin razón, es decir,
arbitrariamente, a los beneficiados. La regla de igualdad de trato legal proscribe, en suma, la
arbitrariedad y el trato discriminatorio que no se puede justificar racionalmente (o que
moralmente no permitiría la generalización del criterio correspondiente). Es claro que la
igualdad no es una cualidad de las personas, sino una forma de apreciar sus relaciones con la
comunidad, con el todo. Por ello es acertado sostener que la regla de justicia no dice cual es
el tratamiento mejor, sino que se limita a requerir la aplicación igual de un determinado
tratamiento y por esto cuando se habla de igualdad debe aclararse en primer término a
quienes se trata de igualar y con respecto de que16. Pero obviamente, toda aplicación de una
regla de igualdad y toda aplicación igualitaria de cualquier regla de derecho, suponen la
imparcialidad del aplicador...”
15
Fernández Carrasquilla, Juan. Principios y normas rectoras del derecho penal, Introducción a la teoría del
delito en el Estado Social y democrático de Derecho. Bogotá, Editorial Leyer, 1995. Pág. 365.
16
Bobbio, Norberto. Igualdad y Libertad. Ed. Piados. Barcelona 1993. Pág. 66.
38
condición de juzgador. El principio de igualdad es un principio que no ha sido desarrollado
por los procesalistas, no obstante su vital importancia.
Implica este principio fijar el alcance y contenido del comportamiento no solamente de las
partes y la permisión de su participación en el proceso en similitud de condiciones, sino
además del Estado con respecto a los actos y presupuestos del proceso que ha de gobernar;
pues es una manera de garantizar el debido proceso; de ahí que la igualdad no sea por tanto
otra cosa que una de las tantas manifestaciones de garantía del equilibrio Estado - sujetos
procesales; la igualdad debe garantizar el equilibrio armónico no solamente entre los sujetos
procesales, sino entre estos y el Estado.
Por vía de la ley, todos sus destinatarios gozaban de igualdad frente a sus preceptos. Por
eso se afirma su carácter general y abstracto. Todos iguales ante ella, no obstante fuera
apenas una igualdad de carácter meramente formal.
De allí, dos consecuencias obvias se deducen: “a. La de que en el curso del proceso las
partes gozan de iguales oportunidades para su defensa, lo cual tiene fundamento en la
máxima audiatur ex altera parts, que viene a ser una aplicación del postulado que consagra
la igualdad de los ciudadanos ante la ley, base de la organización de los Estado modernos; b.
39
Que no son aceptables los procedimientos privilegiados, al menos en relación con la raza,
fortuna o nacimiento de las partes”17.
Pero debe procurarse que esa igualdad en el proceso sea real y no simplemente teórica.
Así por ejemplo en nuestro medio, la Corte Constitucional ha dicho que el derecho de
igualdad, constitucionalmente afirmado en su artículo 13, traducido en que todas las
personas nacen iguales ante la ley y, en consecuencia, deben recibir la misma protección y
trato de las autoridades y gozar de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin
ninguna discriminación, no puede entenderse como un trato igual o de la misma manera a
todos, o la afirmación de que todos son iguales por todos los aspectos.
Por el contrario, reconociendo la evidente diferencia que desde los distintos ámbitos se
marcan entre los seres humanos y las personas jurídicas, el principio de igualdad ha
terminado postulando como regla para su entendimiento, que hay que tratar igual a lo igual y
desigual a lo desigual respecto de situaciones de hecho específicas.
Tales circunstancias fácticas serán las que delimiten el concepto de igualdad y justifiquen
o no el trato diferenciado dispensado a personas y a situaciones personales, e imponen
acudir a criterios de valoración, para determinar que es axiológicamente igual o desigual.
Para tal efecto, la Corte se vale del antecedente del Tribunal Constitucional Alemán que
elaboró la formula según la cual al legislador le está prohibido tratar lo esencialmente igual,
arbitrariamente desigual18.
17
Ibídem. Pág. 38.
18
ROJAS GÓMEZ, Miguel Enrique. Introducción a la Teoría del Proceso. Universidad Externado de
Colombia. Mayo de 1997. Pág. 146.
40
Conforme con ello, lo que lesiona la igualdad es la arbitrariedad en la diferenciación, no la
diferenciación misma, de allí que, si no hay razón ninguna suficiente que justifique un
tratamiento desigual, entonces debe disponerse un tratamiento igual.
Al efecto recuerda la Corte, los dos criterios de diferenciación que ha formulado para
establecer si un tratamiento normativo diferenciado es aceptable o rechazable, tomados
ambos de los adoptados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
41
5.1.3. La Igualdad como principio fundante del Estado Social de Derecho en la
Jurisprudencia de la Corte Constitucional.
a) Un principio general, según el cual, todas las personas nacen libres e iguales ante la ley
y recibirán la misma protección y trato de las autoridades.
e) Una especial protección a favor de aquellas personas que por su condición económica,
física o mental se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta, y
42
En la misma decisión se destacan lo supuestos que según la Corte, justifican el trato
diferenciador, son ellos:
Así, los medios escogidos por el legislador no sólo deben guardar proporcionalidad con
los fines buscados por la norma, sino compartir su carácter de legitimidad. Este principio
busca que la medida no sólo tenga fundamento legal, sino que sea aplicada de tal manera
que los intereses jurídicos de otras personas o grupos no se vean afectados, o que si ello
sucede, lo sean en grado mínimo”19.
“Con arreglo al principio de igualdad, dice la Corte Constitucional, desaparecen los
motivos de discriminación o preferencia entre las personas. Basta la condición de ser
humano para merecer del Estado y de sus autoridades el pleno reconocimiento de la
dignidad personal y la misma atención e igual protección que la otorgada a los demás. El
legislador está obligado a instituir normas objetivas de aplicación común a los destinatarios
de las leyes, sin concebir criterios de distinción que representan concesiones inmerecidas a
favor de algunos o trato peyorativo respecto de otros. Las diferencias que se introduzcan
deben estar inspiradas bien en la realización del propósito constitucional de la igualdad real
o en el desarrollo de los postulados de la justicia distributiva”20.
19
LÓPEZ MORALES, Jairo. Nuevo Código Penal, Ediciones Doctrina y Ley Ltda., Bogotá D. C., 2002. Pág.
33.
20
Corte Constitucional. Sentencia C - 588 de 1992. Pág.73.
43
Los principios rodean, constatan, entran en juego con potencialidad y dirigen la
solución hacia una verdadera efectividad de la Constitución; son el engranaje perfecto que
hace que una providencia sea el ejemplo palpable de la Carta Política no es una perorata
vana y etérea.
Los principios al menos en teoría son más concretos que los valores y por ende su
aplicación es definitiva, ya porque son normas condicionantes de otras y por ende poseen
mayor grado de eficacia normativa. En el marco constitucional, los principios tienen una
vigencia plena, que soporta los juicios sobre su eficacia, pues nadie puede desconocer que
al ser menos cercanos que las reglas (cercanos frente al hecho), no tengan existencia que
21
Corte Constituciona., Sentencia C-1287 de 2001.
44
comprometa a la labor judicial. Esto es así, por cuanto la misma Corte Constitucional ha
manifestado en varias decisiones que la Carta de 1991, contiene una serie de valores que se
definen como un programa amplio y bastante abstracto, que como camisa de fuerza
imprime sentido a la ley22.
La igualdad ante la ley asegura que todos los ciudadanos estén sometidos a un mismo
sistema jurídico, a las mismas normas. Ello explica el desaparecimiento de prácticamente
todos los fueros y prerrogativas, y la interpretación restrictiva de éstos. La existencia de
códigos, por ejemplo, sean sustantivos o procedimentales, se justifica, se justifica en la
necesidad de garantizar el conocimiento de la ley y su sistematización, elementos
indispensables para que exista certeza en la igualdad de los ciudadanos.
22
TELEKI AYALA, José David. El Principio de Igualdad en la Ley Penal Colombiana, Bogotá D. C.,
Editorial ABC, Enero de 2000. Pág. 64.
45
aquellas categorías que (i) se fundan en rasgos permanentes de las personas, de las cuales
éstas no pueden prescindir por voluntad propia a riesgo de perder su identidad; (ii) esas
características han estado sometidas, históricamente, a patrones de valoración cultural que
tienden a menospreciarlas; y, (iii) no constituyen, per se, criterios con base en los cuales
sea posible efectuar una distribución o reparto racionales y equitativos de bienes, derechos
o cargas sociales”
23
BERNAL CUELLAR Jaime. MONTEALEGRE LYNETT, Eeduardo. El Proceso Penal. Editado por el
Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia, Cuarta Edición, Marzo de 2002.
Pág. 34.
46
La erradicación de tales causas no constituye una opción para el legislador. Es este el
primer llamado a adoptar medidas necesarias para enfrentar las situaciones de exclusión e
injusticia social: “La adopción de medidas a favor de los grupos discriminados o
marginados no constituye una competencia meramente facultativa del legislador. La
marginación y la discriminación se enuncian en la Constitución, no con el objeto de
normalizar un fenómeno social, sino de repudiarlo. En este sentido, el mandato al
legislador se vincula con la actividad dirigida a su eliminación. Se descubre en el precepto
la atribución de una competencia encaminada a transformar las condiciones materiales que
engendran la exclusión y la injusticia social24.
1. Que las personas se encuentren efectivamente en distinta situación de hecho. Este punto
resulta decisivo, pues en muchas ocasiones las personas sometidas a trato diferencial se
encuentran en situaciones similares. De ahí que en este momento se precisa la razón por la
cual se considera que existe una diferencia que exige un trato distinto. Serán tales razones
las que, en últimas, se someten a juicio. Así, por ejemplo, la condición de un indígena
24
Corte Constitucional. Sentencia SU-225 de 1998. M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
47
podría ser una razón válida para modificar el juez de una causa penal, podría ser un trato
discriminatorio si es argumento para negar un subsidio estatal.
2. Que el trato distinto que se les otorga a las personas persiga una finalidad, la cual ha de
ser admisible desde la perspectiva de los valores y principios constitucionales. Ello se
explica por el hecho de que únicamente la realización de la Constitución, valga decir, la
garantía de la eficacia de los derechos constitucionales, justifican un trato distinto.
3. Que los mecanismos diseñados sean útiles o aptos para la consecución de la finalidad
perseguida.
5. Que el supuesto de hecho, esto es, la diferencia de situación, la finalidad que se persigue
y el trato desigual que se otorgan sean coherentes entre sí o, lo que es los mismo, guarden
una racionalidad interna. Se busca que las medidas, por decirlo de alguna manera, se
encadenen, pues el trato diferencial únicamente te explica en términos finalísticos.
6. Que esa racionalidad sea proporcionada, de suerte que la consecuencia jurídica que
constituye el trato diferente no guarde un absoluto desequilibrio con las circunstancias de
hecho y la finalidad que la justifican. Es lo que se ha llamado estricta proporcionalidad,
momento en el cual se tienen presentes los otros derechos constitucionales que pueden
estar en juego o la afectación de derechos de terceras personas por el trato diferencial. En
otras palabras, se hace un análisis que considera si los costos de la aplicación de la norma
son superiores a los beneficios obtenidos25.
25
Sentencias C-530 de 1993. M. P. Alejandro Martínez Caballero, T-230 de 1994, M. P. Eduardo Cifuentes
48
La igualdad, en el Estado social de derecho, no consiste en la ausencia de toda
distinción respecto de situaciones disímiles, sino precisamente en el adecuado trato a los
fenómenos que surgen en el seno de la sociedad, diferenciando la hipótesis que son iguales
entre sí -las que exigen una misma respuesta de la ley y la autoridad- de aquéllas que son
diversas, pues respecto de éstas últimas la norma razonable no debe responder al
igualitarismo ciego -lo que quebrantaría la igualdad- sino primordialmente al equilibrio que
impone un trato divergente para circunstancias no coincidentes.
Muñoz.
26
Corte Constitucional. Sentencia C-407 de 1999. M. P. Jorge Arango Mejía.
49
homosexuales. Sin embargo, el debate sobre la ley de infancia, en la que se trata el tema de
la adopción en relación con los compañeros permanentes, no fue incluido. En este sentido
la Corte fue clara al resaltar que la razón constitucional del fallo está sustentada en los
principios de igualdad y no discriminación previstos en el artículo 13 de la Constitución,
por el cual se protegen y reconocen derechos a las mujeres y hombres bisexuales y
homosexuales en el país27.
En Colombia las uniones de hecho de las parejas del mismo sexo son reconocidas desde
febrero de 2007, contando, hasta este nuevo fallo, con derechos patrimoniales (Sentencia
C-075 de 2007), a la afiliación en el sistema salud (Sentencia C-811 de 2007) y a pensión
de sobreviviente (Sentencia C-336 de 2008). Además, el 20 de agosto de 2008 la Corte
Constitucional falló a favor de una demanda contra la Ley 1181 de 2007 sobre el delito de
inasistencia alimentaria. La dinámica del reconocimiento de derechos para parejas del
mismo sexo en Colombia, han sido el resultado de fallos favorables a demandas
constitucionales, decantándose así, una garantía constitucional, en donde prevalece a la luz
del derecho el derecho de igualdad.
27
Corte Constitucional. Sentencia C-029 de 2009.
50
5.1.4 Principio de Igualdad a nivel jurisprudencial
Para arribar a tal conclusión resulta conveniente, traer en cita fragmentos de la parte
motiva de la Tutela 23 de 1995, con ponencia del Magistrado Eduardo Cifuentes Muñoz,
cuando se expuso que “La Corte Constitucional repetidamente ha señalado que se vulnera el
principio de igualdad si se otorga un trato desigual a quienes se hallan en la misma situación,
sin que medie una justificación objetiva y razonable. Se pregunta la Corte si este principio se
viola por el juez que resuelve un caso sometido a su consideración de manera distinta a
como el mismo lo decidió ante una situación sustancialmente semejante o si se aparta de la
jurisprudencia vigente sentada por los órganos jurisdiccionales de superior rango (Corte
Constitucional, Corte Suprema de Justicia, Consejo de Estado y Consejo Superior de la
Judicatura).
51
ley, los jueces podrían a su amaño resolver las controversias que se debaten en los procesos.
En esta hipótesis no se podría objetar el hecho de que simultáneamente el juez, enfrentado a
dos situaciones sustancialmente idénticas, fallase de distinta manera.
“La Corte considera que existe un medio para conciliar ambos principios. Si el juez, en su
sentencia, justifica de manera suficiente y razonable el cambio de criterio respecto de la
línea jurisprudencial que su mismo despacho ha seguido en casos sustancialmente idénticos,
quedan salvadas las exigencias de la igualdad y de la independencia judicial. No podrá
reprocharse a la sentencia arbitrariedad ni inadvertencia y, por tanto, el juez no continuará
gozando de un amplio margen de libertad interpretativa y la jurisprudencia no quedará atada
rígidamente al precedente.
“Cuando el término de comparación no está dado por los propios precedentes del juez
sino por el de otros despachos judiciales, el principio de independencia judicial no necesita
ser contrastado con el de igualdad. El juez, vinculado tan solo al imperio de la ley, es
enteramente libre e independiente de obrar de conformidad con su criterio. Sin embargo, un
caso especial se presenta cuando el término de comparación está constituido por una
sentencia judicial proferida por un órgano judicial colocado en el vértice de la
administración de justicia cuya función sea unificar, en su campo, la jurisprudencia nacional.
Si bien sólo la doctrina constitucional de la Corte Constitucional tiene el carácter de fuente
obligatoria (Corte Constitucional, sentencia C-083 de 1995, M. P. Carlos Gaviria Díaz), es
52
importante considerar que a través de la jurisprudencia - criterio auxiliar de la actividad
judicial – de los altos órganos jurisdiccionales, por la vía de la unificación doctrinal, se
realiza el principio de igualdad. Luego, sin perjuicio de que esta jurisprudencia conserve su
atributo de criterio auxiliar, es razonable exigir, en aras del principio de igualdad en la
aplicación de la ley, que los jueces y funcionarios que consideren autónomamente que deben
apartarse de la línea jurisprudencial trazada por las altas Cortes, que lo hagan, pero siempre
que justifiquen de manera suficiente y adecuada su decisión, pues, de lo contrario, estarían
infringiendo el principio de igualdad (C. P. Art. 13).
5.2. CÓDIGO PENAL (Ley 599 de 2000). LIBRO PRIMERO. PARTE GENERAL.
TÍTULO I. DE LAS NORMAS RECTORAS DE LA LEY PENAL COLOMBIANA
CAPÍTULO ÚNICO. Igualdad.
Art. 7o.- La Ley penal se aplicará a las personas sin tener en cuenta consideraciones
diferentes a las establecidas en ella. El funcionario judicial tendrá especial consideración
cuando se trate de valorar el injusto, la culpabilidad y las consecuencias jurídicas del
delito, en relación con las personas que se encuentren en las situaciones descritas en el
inciso final del artículo 13 de la Constitución Política28.
28
ARBOLEDA VALLEJO, Mario. RUIZ SALAZAR, José Armando. Código Penal Comentado
Decimasexta edición. Bogotá D.C.- Colombia, Editorial LEYER. Febrero de 2009. Pág. 72.
53
época, si se tiene en cuenta que deriva del principio más general de la igualdad jurídica,
que también es un valor fundante del Estado social y democrático de derecho.
Ahora bien, en términos generales, puede afirmarse que la idea de igualdad -afincada en
el concepto de justicia- envuelve un derecho típicamente relacional, por ende relativo y no
absoluto, en la medida que impone un trato análogo para los casos semejantes y uno
desigual para los que son diferentes; no se trata, pues, del derecho a ser igual, sino del
derecho a ser tratado uniformemente ante situaciones similares. De esta limitación, en
consecuencia, se desprenden tres manifestaciones jurídicas de la igualdad:
b) Supone el deber de los poderes públicos de llevar a cabo ese trato uniforme.
29
VELÁSQUEZ V., Fernando. Manual de Derecho Penal. Parte General, Segunda Edición, Editorial
TEMIS S.A., Bogotá D. C., –Colombia, 2004. Pág.33.
54
oportunidades. La igualdad de oportunidades en un mundo caracterizado por diferencias de
todo tipo (étnicas, culturales, económicas, sociales, políticas) se garantiza mediante la
misma protección y trato de las autoridades, sin que haya lugar a discriminación.
“En la declaración Universal de los Derechos del Hombre adoptada y proclamada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas, resolución 217 A (III) de 10 de diciembre de
1948, en su artículo primero dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros”
55
Desde el punto de vista del creador de la ley, el principio de igualdad formal determina
que el legislador no puede crear disposiciones estableciendo en ellas distinciones basadas
en criterios específicamente prohibidos por la Constitución, como la raza, religión, sexo,
etc., o que no guardan una razonable conexión con la finalidad propia de la ley. El
incumplimiento de esta determinación, daría lugar a la inexequibilidad de esa disposición.
Las distinciones que el legislador puede hacer al crear la ley no riñen con la igualdad
formal, cuando de ellas se infiere una finalidad conforme con la Constitución y cuando,
además, las disposiciones de las que la diferencia surge, muestran una estructura de
razonable proporcionalidad con el fin pretendido.
Por su parte la igualdad material como meta, como propósito entraña igualdad de
oportunidades para todos, pero sobre todo y ese es su núcleo determinante, igualdad de
satisfacción de necesidades básicas para las personas.
56
La igualdad material como satisfacción de las necesidades fundamentales de la persona,
le impone al Estado la obligación de procurar que aquellas personas que se encuentren en
situaciones reales de desigualdad, a partir de sus condiciones económicas, sociales,
culturales, etc., sean prioritariamente favorecidas con los beneficios que el Estado pueda
dar a otros en mejores condiciones. Es ese el mandato contenido en el artículo 13 parte
final, de la Constitución Política: “El Estado protegerá especialmente a aquellas personas
que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de
debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan”.
El principio de igualdad ante el ordenamiento jurídico, igualdad formal, que trae como
consecuencia en el plano jurídico, un tratamiento igual ante la ley para todos, es el
fundamento de la antijuridicidad en sentido formal. Ello es así, en tanto la antijuridicidad
formal es entendida como la contrariedad de la conducta en relación con la norma,
independientemente de quien la realiza, lo que implica a partir de su afirmación, la
plasmación de un tratamiento igual ante la ley para todos.
57
La igualdad en sentido material unida a aquellos principios (dignidad y libertad)
contribuyen a conformar el principio de culpabilidad, en la medida en que legitiman el
tratamiento desigual de los desiguales, lo diferente de lo que lo es, en ese sentido la
igualdad para la culpabilidad implica considerar las diferencias subjetivas personales de los
posibles autores de las conductas delictivas y de ese modo determinar el trato específico y
diferenciado para cada uno respecto de la conducta realizada.
De esa misma forma la igualdad material al ser el soporte del principio de culpabilidad,
lo es también de los fines de la pena, sobre todo del fin preventivo especial de la sanción,
pues al hombre desigual hay que darle la oportunidad para que sea igual. El Estado cuando
ejecuta la sanción penal debe buscar ante todo la reinserción social del condenado, esto es
su incorporación a la sociedad como una persona que la engrandece, contribuyendo de esa
manera a la prevención general y a la seguridad de la coexistencia social.
La igualdad formal al lado del principio de la legalidad son presupuestos del principio
de determinación, y de suyo se constituyen en una limitación al poder normativo del
Estado. Ello se trasluce en la imposibilidad del legislador para crear leyes que no tengan un
carácter general y que no realicen una definición abstracta de la conducta prohibida.
“Igualdad. La ley penal se aplicará a las personas sin tener en cuenta consideraciones
diferentes a las establecidas en ella. El funcionario judicial tendrá especial consideración
cuando se trate de valorar el injusto, la culpabilidad y las consecuencias del delito, con las
personas que se encuentren en las situaciones descritas en el inciso final del artículo 13 de
la Constitución Política”
58
En la primera parte la norma regula la igualdad formal y en la segunda la igualdad en
sentido material, lo que implica gran avance tanto en el plano dogmático como en el
político criminal. La igualdad formal en su pleno sentido entraña no otorgar a todos un
trato uniforme, sino discriminatorio y la igualdad material por su parte permitirá la
adopción de un tratamiento diferente sobre todo a favor de grupos marginados o débiles.
Frente a las consecuencias jurídicas del delito obligaría al juez a efectuar una
motivación de la sentencia en la que se analicen las circunstancias personales, económicas
y sociales del condenado, para favorecerlo en la medida en que se encuentre en
condiciones de marginalidad o discriminación. En ese sentido podría por ejemplo el juez
rebajar la multa a lo mínimo o propiciar al máximo su readaptación a través de la
autorización para que realice trabajos dignificantes en el centro de reclusión.
La igualdad material tal como está concebida en esta norma permite salirse de marcos
eminentemente formalistas en la aplicación de la ley, tanto así que frente a ciertos casos,
tales como los relativos a causales de justificación, posibilitan su replanteamiento en la
exigencia del cumplimiento de los requisitos, cuando se trate de personas que integran
grupos marginados o discriminados30.
30
Ibidem. ARBOLEDA VALLEJO, Mario. RUIZ SALAZAR, José Armando. Código penal Comentado.
Bogotá D. C., Editorial LEYER, Febrero de 2009. Pág.75.
59
Ahora bien, como es natural, en el ámbito jurídico penal el axioma se manifiesta en tres
aspectos diferentes:
En primer lugar, en el plano sustantivo supone un tratamiento similar para todos los
ciudadanos -por supuesto, acorde con su propia condición y con la naturaleza de la
trasgresión realizada- a la hora de aplicar la ley penal, pues todos los asociados están
sometidos a penas o medidas de seguridad cuando realizan conductas acriminadas por el
derecho positivo.
En segundo lugar, desde el punto de vista procesal, implica para los miembros de la
organización social la aptitud de ser protegidos con las mismas oportunidades y bajo el
imperio de todas las prerrogativas brindadas por el principio de legalidad en este ámbito de
donde se desprenden a su vez, tres consecuencias distintas: en el curso del proceso las
partes gozan de idénticas posibilidades para su defensa (audiatur ex altera parts); los
procedimientos privilegiados que atienden a la raza, la fortuna o la cuna de las personas
son inaceptables. Y, para terminar, no cabe aplicar normas procesales más desfavorables a
unas personas que a otras por hechos similares, ni tampoco es posible hacer
discriminaciones en razón de la vigencia de estados de excepción, motivados por
perturbaciones del orden público interno o externo.
31
VELÁSQUEZ V., Fernando. Manual de Derecho Penal. Parte General. Tercera Edición Corregida y
Actualizada, Librería Jurídica COMLIBROS, Medellín - Colombia, 2007. Pág.33.
60
En síntesis, podría decirse, que este artículo 7o bien podría constituirse en uno de los
mayores desarrollos en la evolución del derecho penal hacia una democratización y en
procura del objetivo esencial que tiene que ser la búsqueda de la justicia material que
reclama la propia Carta Constitucional en el artículo 2o . El artículo 7 del Código Penal
establece la posibilidad de apreciar y valorar las condiciones de desigualdad, marginalidad,
presión social, pobreza extrema, debilidad económica. física o mental manifiesta, cuya
valoración puede aproximar la justicia a una decisión materialmente justa; los principios de
corresponsabilidad o con culpabilidad del Estado y la sociedad tiene aquí cabida, y
permiten excluir la responsabilidad en situaciones extremas en que aparezca que la
conducta ajustada a derecho era inexigible al sujeto (en atención a esas condiciones de
desigualdad).
32
LÓPEZ MORALES, Jairo. Nuevo Código Penal. Tomo I. Ediciones Doctrina y Ley Ltda., Bogotá -
Colombia, 2002. Pág.63.
61
5.3. CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL (Ley 906 de 2004) TÍTULO
PRELIMINAR PRINCIPIOS RECTORES Y GARANTÍAS PROCESALES
Igualdad.
Art. 4o.- Es obligación de los servidores públicos hacer efectiva la igualdad de los
intervinientes en el desarrollo de la actuación procesal y proteger, especialmente, a
aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en
circunstancias de debilidad manifiesta.
Principio esencial en la tramitación de los juicios, cualquiera sea su índole, según el cual
las partes que intervienen en el proceso, ya sean como demandante o demandada, ya sea
como acusada o acusadora, tienen idéntica posición y las mismas facultades para ejercer
sus respectivos derechos. Un trato desigual impediría una justa solución y llevaría a la
nulidad de las actuaciones.
33
ARBOLEDA VALLEJO, Mario. Código de Procedimiento Penal. Decimanovena Edición. Anotado.
Editorial LEYER. Bogotá – Colombia. Julio de 2006. Pág.188.
62
A los efectos de este artículo, la igualdad de los intervinientes en el proceso penal
significa, ante todo, mantener el equilibrio entre el poder coercitivo de la “vindicta
pública” y el derecho a la defensa del acusado, lo cual debe reflejarse, en concreto, en
respetar el acceso del imputado a su defensor en las oportunidades establecidas en la ley;
en la pronta práctica de las diligencias en investigación solicitadas por aquel y su defensor,
cuando no resulten manifiestamente improcedentes o meramente dilatorias; en la
abstención de los órganos de investigación e instrucción de todo hostigamiento a los
procesados, sus defensores, sus testigos o sus familiares; en la observancia de los
principios de licitud y pertinencia de la prueba de cargos y en el permitir el libre acceso a
ella del imputado y sus defensores. Las mismas previsiones deberán observarse para con la
víctima, sus abogados y sus testigos, pues se trata de evitar todo precepto o prejuicio contra
las personas que intervienen en el proceso penal, en el entendido de que las características
personales de ninguna de ellas determina de suyo o a priori la veracidad o falsedad de su
postura procesal.
63
imponen automáticamente. Es claro que existen los prejuicios y que se alimentan de las
diferencias entre los seres humanos y que la igualdad de que nos habla la Constitución y
las leyes no pueden ser más que formal, lo cual ya es mucho.
Esa igualdad formal implica que, sin que cada uno pierda su condición social, por
efectos de la sentencia, el pobre y el rico que cometan igual delito deben ser sancionados
por ello y que no puede ser absuelto por ser rico el que resulte convicto de violación de una
mujer de escasos recursos. La ley no puede salvar las diferencias de fortuna, ni hacer del
blanco negro, o del hombre de ciudad indígena, o del hombre mujer, pero sí puede
constreñir a los operadores de justicia a que no tengan por mentiroso a un testigo por el
hecho de ser negro o costeño, o que no se suponga culpable al imputado por la sola
circunstancia de tener antecedentes o por ser pobre. De eso se trata.
64
supletoriamente cualquier recusación, genérica o específica, vigente en el ordenamiento
jurídico colombiano, siempre que no sea contraria al espíritu de esta ley (vide art.25).
También se podría aplicar directamente esta norma rectora del artículo 4o de este código en
razón de la prevalecía de dichas normas a que se refiere el artículo 26 eiusdem o utilizar en
última instancia la vía de la tutela constitucional, en tanto esta es una materia de ese
orden34.
Art. 2.- 1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta
declaración, sin discriminación alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión
política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra posición.
Art. 7o.- Todos son iguales ante la ley y tiene, sin distinción, derecho a igual protección
de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja
esta declaración contra toda provocación a tal discriminación.
34
PÉREZ SARMIENTO, Eric Lorenzo. Código de Procedimiento Penal (Ley 906 - 2004) Bogotá D.C. -
Colombia, Editorial Temis, 2006. Pág.,7.
65
5.3.3. Igualdad en los derechos civiles y políticos.
Art.14.- 1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia. Toda
persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de sus
derechos u obligaciones de carácter civil. La prensa y el público podrán ser excluidos de la
totalidad o parte de los juicios por consideraciones de moral, orden público o seguridad
nacional en una sociedad democrática, o cuando lo exija el interés de la vida privada de las
partes o, en la medida estrictamente necesaria en opinión del tribunal, cuando por
circunstancias especiales del asunto la publicidad pudiera perjudicar a los intereses de la
justicia; pero toda sentencia en materia penal o contenciosa será pública, excepto en los
casos en que el interés de menores de edad exija lo contrario, o en la actuaciones referentes
a pleitos matrimoniales o a la tutela de menores.
2. Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras
no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley.
3. Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad,
66
a las siguientes garantías mínimas:
5. Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a que el fallo condenatorio
y la pena que se le haya impuesto sean sometidos a un tribunal superior, conforme a lo
prescrito por la ley.
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6. Cuando una sentencia condenatoria firme haya sido ulteriormente revocada, o el
condenado haya sido indultado por haberse producido o descubierto un hecho plenamente
probatorio de la comisión de un error judicial, la persona que haya sufrido una pena como
resultado de tal sentencia deberá ser indemnizada, conforme a la ley, a menos que se
demuestre que le es imputable en todo o en parte el no haberse revelado oportunamente el
hecho desconocido.
7. Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual haya sido ya condenado
o absuelto por una sentencia firme de acuerdo con la ley y el procedimiento penal de cada
país.
Art.26.- Todas las personas son iguales ante la ley y tiene derecho sin discriminación a
igual protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda discriminación y
garantizará a todas las personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación
por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
L. 16/72. Convención americana sobre derechos humanos, Pacto de San José de Costa
Rica.
Art.24.- Igualdad ante la ley. Todas las personas son iguales ante la ley. En
consecuencia, tienen derecho, sin discriminación, a igual protección de la ley.
68
5.3.6. Constitución Nacional de 1991. (Publicada en la gaceta No.114 de 7 de julio de
1991).
Art.13.- Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma
protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y
oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o
familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.
El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará
medidas a favor de grupos discriminados o marginados.
Art. 3o.- Igualdad. El sistema Nacional de Defensoría Pública contará con los
instrumentos necesarios para intervenir en los procesos judiciales en condiciones de
igualdad frente a los demás sujetos procesales.
“Para concluir debe anotarse que el decreto 1833 de 1992 no viola el principio de
igualdad contemplado en el artículo 13 de la Carta Política, por cuanto la garantía que en él
se consagra se aplica y rige para todas las personas que se encuentren en el mismo
supuesto de hecho, es decir, para todos los “testigos”. No se olvide que el principio de
igualdad como lo ha sostenido esta corporación “no es un parámetro formal de valor de
toda persona ante el derecho, así como tampoco un postulado que pretenda instaurar el
35
LEGIS, Nuevo Código de Procedimiento Penal. Planta Industrial de Legis S.A. Bogotá - Colombia,
Diciembre de 2005. Pág.18.
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igualitarismo, sino una fórmula de compromiso para garantiza a todos la igualdad de
oportunidades. Sentencia C-052/93.
“El derecho de igualdad ante la ley Tampoco estima la Corte que con las disposiciones
acusadas se lesione el derecho de igualdad, pues ésta, entendida como el trato que no
discrimina entre quienes se hallan en las mismas circunstancias, permanece incólume al
permitir el mismo juzgamiento para todas las personas que están sometidas a la
competencia de los jueces regionales. Mal podría establecerse un procedimiento único para
todas las jurisdicciones y en todos los procesos; por ello la legislación contempla diversos
tipos de juicios y ha consagrado respecto de cada uno determinadas ritualidades y ciertas
reglas que los caracterizan y distinguen. Eso sí, cada cual deberá aplicarse, sin preferencias
ni tratos peyorativos, a todos aquellos que están bajo la correspondiente órbita procesal en
igualdad de condiciones; lo contrario sería violar en forma ostensible los principios
constitucionales. (…) El cabal sentido de la igualdad, a la luz de la preceptiva
constitucional vigente, no impone un trato ciego ante las reales condones de desigualdad
sino, por el contrario, la consideración razonable de las circunstancias y factores en medio
de las cuales habrá de actuar el ordenamiento jurídico a fin de establecer, de manera
ponderada y objetiva, los elementos indispensables para alcanzar el equilibrio que permita
aproximaciones a la igualdad efectiva entre las personas.36” “La igualdad sustancial alude
no sólo al compromiso del Estado, sino de los particulares de remover los obstáculos que
en el plano humano, económico y social configuras efectivas desigualdades de hecho que
se oponen al disfrute efectivo del derecho. La igualdad sustancial revela, un carácter
remedial, compensador, emancipatorio, corrector y defensivo de personas y de grupos
ubicados en condiciones de inferioridad, mediante el impulso de acciones positivas de los
poderes públicos y de la comunidad en general37.”
36
Corte Constitucional. Sentencia 053/93 M.P. José Gregorio Hernández.
37
Corte Constitucional. Sentencia 021de 1993 M.P. Ciro Angarita Barón.
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CONCLUSIONES
El derecho a la igualdad, supone pues, un trato igualitario para todos los ciudadanos, las
mismas oportunidades sin discriminación alguna, erradicando de tajo toda preferencia por
razón de raza, credo, sexo, nacionalidad, religión, credo, concepción políticas, etc.
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En síntesis, se tiene que, el principio de igualdad en términos procesales
significa que el Estado no puede asumir una postura totalitaria, anárquica dentro
del proceso respecto a los sujetos procesales, sino operar en igualdad respecto a
las condiciones procesales y legales en su condición de juzgador. El Estado debe
ser garante de los principios que arropan la ley procesal y por su puesto el
debido proceso, en donde prevalezca a la luz del derecho el Artículo 13 de
nuestra Carta Política “La Igualdad ante la ley y las autoridades”.
Con el ánimo de que el tema objeto de estudio despierte un mayor interés en los
estudiantes de derecho, abogados, consultores e investigadores, se plasman a
continuación algunas recomendaciones para futuras investigaciones:
• El derecho a la igualdad hace referencia al derecho que tenemos todos los seres
humanos a no ser segregados por nuestras condiciones o creencias, posición
política o económica, este derecho nace como consecuencia de los terribles
rechazos que han tenido que enfrentar las minorías en el mundo, sin embargo y
pese a que la mayoría de los países han involucrado el principio de igualdad
ante la ley, hoy las minorías siguen siendo víctimas de rechazos y abusos.
• Resulta natural que a cada derecho fundamental le corresponda una acción, pero
también es necesario sostener que la función de los jueces (en sentido amplio)
no se limita, como lo hemos venido diciendo, a no hacer, sino a operar una
conducta que propicie la expansión de la fuerza normativa de la Constitución.
Por ende lo alegado frente al Estado social de derecho resulta más que propicio,
pues con una simple mención del preámbulo basta para sostener que a los jueces
también le corresponde la misma tarea (genérica) como funcionarios del Estado
colombiano. Ya extinguido el legalismo, deben proceder positivamente y sin
temores frente a sus deberes constitucionales.
72
• Corresponde a todos los poderes, incluido el Juez Penal, la promoción de
condiciones y remoción de obstáculos para hacer efectiva tanto la libertad, como
la igualdad; se puede hacer aquí referencia a la necesidad de la pena y el examen
de circunstancias de menor punibilidad, como son en general las dispuestas para
las personas en extremo de indigencia38.
38
TELEKI AYALA José David. El principio de Igualdad en la Ley Penal Colombiana, Editorial ABC, Bogotá
D.C.,- Colombia. Pág.126.
39
SÁNCHEZ HERRERA, Ediquio Manuel. La Dogmática de la Teoría del Delito, Departamento de
Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia, Bogotá D.C. – Colombia. Noviembre de 2007. Pág.
226.
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• Colombia como Estado social de derecho ha introducido como derecho
fundamental, el derecho de Igualdad ante la ley y las autoridades, principio este
que sin lugar a dudas, garantiza el debido proceso, la imparcialidad y la no
discriminación en las actuaciones judiciales, postulados estos, que sin lugar a
dudas, desarrollan el concepto de dignidad humana, y en consecuencia
desarrollan los preceptos constitucionales.
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BIBLIOGRAFÍA
. LÓPEZ MORALES, Jairo, Nuevo Código Penal, Tomo I, Bogotá D.C. Colombia,
Ediciones Doctrina y Ley, 2002.
75
. LEGIS, Nuevo Código de Procedimiento Penal, Bogotá D.C.-Colombia, Editorial Planta
Industrial Legis S.A., 2005.
76
. VELÁSQUEZ V., Fernando, Manual de Derecho Penal, Parte General, Bogotá D.C.
Colombia, Editorial TEMIS S.A., 2004.
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TABLA DE SENTENCIAS
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