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29 JOSE LUIS COMELLAS HISTORIA DE ESPANA ONTEMPORANEA LA EDAD CONTEMPORANEA Se llama Edad Contemporénea a la que comprende los hechos y situaciones histéricos recientes. Est4 claro que el nombre es poco adecuado, porque Iegar4 un dia en que tales hechos o situaciones no sean recientes para las personas encargadas de estudiarlos o relatarlos. Habra que cambiar el nombre, proceder a un corrimiento de topes cronolégicos, con los consiguientes trastornos, o bien resignarse a lamar contempordneo a algo que ya no lo es. Por otra parte, el concepto de lo reciente es también muy resbala- dizo. Los alemanes consideran contempordnea o «historia de nuestros dias» a aquella que estudia hechos realizados 0 presenciados por per- sonas que atin estan vivas; y los anglosajones Haman contemporary history a la que engloba hechos correspondientes a la ultima o a las dos tltimas generaciones (normalmente, ahora, parten del fin de Ta’ segunda Guerra Mundial). Pero, en cambio. en los paises latinos, el inicio de lo «contempordneo» se lleva mucho mas atras, y suele com- prender la realidad histérica de los siglos XIX_y XX, como todavia ocurre con las asignaturas que se cursan en nuestros planes de estudio. El concepto y el término ce QI, Cc, @Revolucionpfrancesa, cuyos autores pretendieron cambiarlo todo: la _ Constitucién juridicopolitica. la estructura social, las normas de convi- i |. Una nueva era, totalmente distinta y, mas aun, diametralmente opuesta a la anterior, se abria paso en Francia y en el mundo entero. El nuevo calendario, ciertamente, no prevalecié du- —u— cONTEMPORANEA i una era historica peculiar, gy. po tienaPo: sila idee siempre. Esta ides fy. ante 5 a = 008 Fait y hasta a la Filosogj, pais combina de la Historia PO fue muy dificil desentenderse uevada a 6 F. Hegel. Desde politico liberal, del concepto de Edad 2 % ate, con innumerables dificulta. Contemporénea tropieza. oa sai simple secuela, un resultado que conten en términos generales entendemos Lag . de To que Tho es mas que un capitulo, el Gltimo moderna: 2 Ia conten ernidad: ‘qf discutible resulta ¢l concepto, max Gramente, de la modemmida 2 ed término. ,Em qué sentido cabe jmpropio es, como acabamos Napoleén o a Fernando VII. o hasta, s considerar geste de la revolucién de 1868 © a los regeneracio. queremos, 2 le utores ” nistas de comienzos Se SE = poco en las cuestiones de fondo, - oe boat oa enitca irresuelta it |. Basta abrir poranea on 2 ‘Sesiones de las Cortes de Cadiz para darse cuenta de id a eat empexmmcne seit los espafioles en los umbrales imac Edad Contemporanca son. en el fondo, los mismos asuntos que seguimos discutiendo los espafioles de hoy. Este sentido de actua- lidad, de «algo nuestro= que aletea en toda la tematica de lo «contem- pordneo» es lo que permite aceptar como bueno no sélo ¢] concepto, sino hasta el término mismo con que designamos la nueva edad. También ¢s evidente que existen notas caracteristicas de la llamada Edad Contemporanea que la diferencian sustancialmente de la amada ; ¥ de modo muy determinante por lo que se refiere a _ i Hasta el punto de que ¢l lector un poco ingemuo oe ie | €n él quicio en que torna las paginas que describen el aoe ‘. modernos a los contemporineos experimenta en algo ae "erto, como si se encontrara de pronto sumido i a a ge I RACE sospechar st ha pasado de --- 0 de un libro a otro. El salto menos por Jo oe 2.10 sontemporaneo es en Espatia, al Suceder histérico, francament formas mas exteriores y visibles del dad a otra sin tratar de exne Peat: Y NO cabe pasar de una transito, “xplicar cuando menos en qué consiste ¢l ANTIGUO Y NUEVO REGIMEN Se debe a 108 histor; “Bb. la precisa concern iy Sultta, en el primer tercio de Sobre las expresiones Antiguo ~Re

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