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Arqueología

LA DIOSA
QUE LLEGÓ
DE TEXCOCO
PARA ALGUNOS, TLÁLOC ES LA REPRESENTACIÓN DEL
DIOS DE LA LLUVIA; PARA OTROS ES TLALOCA, LA DEIDAD
DE LOS RÍOS. SU LLEGADA AL MUSEO NACIONAL DE
ANTROPOLOGÍA PROVOCÓ UNA GRAN TENSIÓN SOCIAL EN
LA QUE PARTICIPÓ EL EJÉRCITO MEXICANO. ASÍ OCURRIÓ.

Por Patricia Vega

En 1964, el monolito fue


trasladado de Coatlinchán
a la Ciudad de México.

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Arqueología

P
 
areciera que siempre ha estado ahí para
convocar la presencia del agua. Millones de
turistas nacionales y extranjeros, así como
varias generaciones de defeños, han visto
la colosal escultura en el mismo lugar: el
Bosque de Chapultepec, a unos cuantos
metros de la transitada avenida Reforma.
Se le conoce como el Tláloc de
Reforma. Pero, en realidad, deberíamos
llamarlo “monolito de Coatlinchán”. Esta
gran piedra se incorporó a mediados de los años sesenta al pai-
saje urbano de la ciudad como emblema del Museo Nacional de
Antropología (MNA), uno de los 10 más importantes del mundo y,
actualmente, el más visitado de la Ciudad de México.
La singular pieza, considerada como el monolito más grande
del continente, despojado de su inicial función mítico-religiosa
–como representación para venerar al dios de la lluvia y las tem-
pestades o a la diosa de los ríos, torrentes y lagos– cumple hoy con
otra poderosa función simbólica: al ocupar la esquina sureste de la
entrada del MNA nos pone en contacto, mediante un golpe de ojo,
con el grandioso pasado prehispánico de México.
Quienes se maravillan con la colosal figura, rara vez se pregun-
tan: ¿cómo llegó al lugar que hoy ocupa? ¿Cuál es su historia antes
de ser el símbolo de uno de los museos más importantes del país?
Seguro que habrá quien aún recuerde aquel 16 de abril de 1964,
cuando la gran escultura fue trasladada a la Ciudad de México, pro-
veniente de San Miguel Coatlinchán, municipio de Texcoco, Estado
de México. El día en que la pieza viajó a su actual morada se desató
una tormenta inusual, entre las 20:40 y las 22:08 horas –los perió-
dicos de la época así lo registraron– que inundó, en temporada de
secas, diversas zonas de la capital mexicana.
Muchos de los pobladores de Coatlinchán, que vivieron como
un despojo la extracción del monolito al que durante genera- Los pobladores de Hay quienes suponen que los escul- Había, en síntesis, una relación de per-
ciones llamaron “piedra de los tecomates”, sostienen que, como Coatlinchán intentaron, tores no contaban con los medios para tenencia: el monolito formaba parte de su
en vano, impedir “la
castigo al saqueo de su patrimonio cultural, la Ciudad de México extracción” del monolito transportar un monolito de más de 160 entorno, y esa razón llevó a la comunidad a
quedó condenada a inundarse de manera permanente. de su comunidad. toneladas, por lo que decidieron abando- rebelarse cuando se anunció que trasladarían
narlo en la cañada, donde siglos después la escultura a la Ciudad de México. Si se la El monolito era una En 1903, el arqueólogo Leopoldo
Origen enigmático fue descubierto. Tal hipótesis aún no se ha llevaban se perdería la principal atracción por la que Coatlinchán importante atracción
turística de la zona.
Batres intentó desenterrar el monolito
Diversas crónicas históricas y códices que han sobrevivido confirmado, como tampoco la afirmación de que el desgaste de la recibía la visita de excursionistas que recorrían la ruta turística del con el propósito de trasladarlo en tren a
hasta nuestros días registran que los pueblos prehispánicos del piedra se debe a la acción del tiempo. Distrito Federal a la zona arqueológica de Teotihuacán. la Ciudad de México, pero en esa época
Valle de México rendían tributo, mediante rituales y festejos, a Una leyenda cuenta que, tras la llegada de los españoles a las no era tan fácil transportar un monolito
Tláloc –dios de la lluvia y el trueno– y a Chalchiuhtlicue –dei- tierras de Texcoco, los habitantes de Coatlinchán, celosos de su La piedra de los tecomates de ese peso y tamaño. En su reporte de la exploración arqueológica
dad de los ríos, lagos y lagunas–, con el propósito de invocar la religión, escondieron la escultura dedicada a Tláloc en el monte. Debido a que gran parte del rostro y torso de la deidad se del oriente del Valle de México, Batres aprovechó para señalar los
presencia de las aguas que alimentaban los lagos, fertilizaban Se sabe que a finales del siglo XIX y principios del XX, los encuentran destruidos, no existen indicadores que puedan deter- “errores” que se habían cometido y afirmó que la piedra era una
los campos que producen alimentos y saciaban la sed de los habitantes de la zona conservaban una relación afectiva con la minar a ciencia cierta la identidad de la escultura, hecho que ha representación de Tláloc, el dios de la lluvia.
habitantes de la región. enorme piedra labrada que yacía boca arriba y semienterrada en dado lugar a grandes debates teóricos. Al año siguiente, Chavero insistió en su tesis sobre el monoli-
Es así como en una zona de influencia teotihuacana, los anti- un riachuelo cercano al pueblo. La bautizaron como “la piedra de No obstante, los habitantes de Coatlinchán siempre han visto to de Coatlinchán, la cual se presentó durante el XIV Congreso
guos pobladores empezaron a labrar una enorme escultura que, los tecomates”, por la serie de huecos en forma de vasijas (teco- a la imagen esculpida como un personaje femenino al que le Internacional de Americanistas celebrado en Alemania, en 1904.
por razones todavía hoy desconocidas, fue abandonada antes de ser mates) que la escultura presentaba a la altura de la panza y que dicen: “la diosa”, “la piedra de los tecomates” o “la Tlaloca”. “Ya ahora nos explicamos todo –escribió Chavero–. La sierra
concluida. La dejaron a 33.5 kilómetros de la Ciudad de México, se llenaban de agua en temporada de lluvias. Los primeros registros del monolito datan de 1882, y son que empezaba en el Iztaccíhuatl y se extendía hasta el cerro de
en la cañada de Santa Clara, ubicada en la antigua hacienda de Vero Abundis recuerda que su papá, nacido en 1928, le contaba obra de aficionados a la arqueología: el profesor de zoolo- Tláloc a la altura de Texcoco, era para los indios el gran depósito
Tepetitlán, en la actualidad tierras ejidales que forman parte de San que cuando era niño su familia acostumbraba ir de día de campo al gía y botánica Jesús Sánchez y el pintor José María Velasco, de agua que fertilizaba el valle y llenaba la laguna: esa agua era
Miguel Coatlinchán, poblado del municipio de Texcoco. sitio donde estaba el monolito y cómo, durante esos paseos, los niños dibujante del entonces Museo Nacional de México, quienes Chalchiuhtlicue; y como llegaba por la vertiente de Coatlinchán,
lo escalaban y jugaban encima de la piedra; al seguir las referencias de los pobladores localizaron la escul- allí alzaron su ídolo colosal. En lo alto del cerro pusieron a Tláloc,
EL TRASLADO DE LA ESCULTURA A LA también hay testimonios recogidos por la
prensa donde se menciona que los campe-
tura y la identificaron como una representación de la diosa
Chalchiuhtlicue, la deidad de las aguas corrientes, hermana o
dios de las lluvias, abajo, en la cañada, a su compañera la diosa
del agua Chalchiuhtlicue”.
CIUDAD DE MÉXICO DURÓ 19 HORAS, sinos que llevaban sus animales al monte, y esposa de Tláloc. El arqueólogo Alfredo Chavero hizo eco de En un artículo publicado en la revista Relatos e Historias,

A CINCO KILÓMETROS POR HORA.


eran sorprendidos por la noche o la lluvia, se dicha interpretación al describir la escultura en el primer tomo unos meses antes de su muerte, ocurrida en 2009, el arqueólogo
refugiaban en el costado de la pieza. de la obra México a través de los siglos. Felipe Solís se inclinó por la deidad masculina: Tláloc.

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Antes de que el ídolo de piedra se depositara en el frontispicio


del MNA, recorrió las principales avenidas de la capital mexicana
y dio vuelta a una iluminada Plaza de la Constitución, entre los
vítores y aplausos de los miles de capitalinos que salieron a las
calles a recibir al monolito; otros miles siguieron desde su casa,
gracias a la televisión, los pormenores de la llegada de “Tláloc”.

Historia de película
Sandra Rozental es, quizá, la persona que conoce más a fondo la
historia del monolito de Coatlinchán y las repercusiones de su tras-
lado: la investigación que inició como tesis doctoral en Antropología
culminó con el documental La piedra ausente, que codirigió con
Jesse Lerner; una coproducción del INAH e IMCINE.
Luego de investigar durante más de cinco años y de vivir por
más de uno en la comunidad de San Miguel Coatlinchán, Rozental
hurgó en la aún viva memoria colectiva e individual de los habi-
tantes del pueblo, así como en la de los otros protagonistas, para
reconstruir los hechos y, al mismo tiempo, propiciar con su película
una reflexión y un debate sobre la relación que tenemos en México
con nuestro pasado prehispánico y con el patrimonio histórico.
“Durante mucho tiempo, en México ha habido una política
patrimonialista, autoritaria y centralista que creo es necesario
cuestionar y replantear”, señala Rozental.
Consciente de que la piedra de los tecomates no va a regre-
sar físicamente a su lugar de origen, la antropóloga considera
que, en el terreno de lo simbólico, el documental ofrece una
vía para que la comunidad se reapropie de su patrimonio, y
por ello decidió estrenarlo, el 19 de enero de 2013, en la plaza
principal de Coatlinchán, y entregar el material fílmico para
¿Traslado o despojo? El documental La piedra del expresidente, que señalan su afición por que la comunidad pueda utilizarlo.
ausente, de Sandra
La nueva sede del Museo Nacional de Antropología, que abrió la caminata y el excursionismo, prácticas
De su presente y futuro
Rozental y Jesse Lerne,
sus puertas el 17 de septiembre de 1964, se considera uno de los recrea el traslado de laque le permitieron llegar a una escultura que
proyectos más importantes del nacionalismo cultural del México escultura. yacía semienterrada en una barranca, en las En la actualidad, el gran monolito presenta una notoria inclina-
posrevolucionario; esta, en el marco de la cultura oficial, saldaba cercanías de Texcoco, solo conocida por los ción, grietas y fisuras, así como restos de hollín y musgo. Además,
una deuda histórica con el pueblo mexicano e inscribía al país en pobladores y unos cuantos aventureros. La mayoría de los Lo que Ramírez Vázquez recorda- la fuente que se construyó para albergarlo no funciona.
arqueólogos reconoce
una modernidad anhelada desde años atrás. Fue así como Ramírez Vázquez encabezó y supervisó la lla- que esta escultura es
ba en sus memoriosos recuentos como Durante la gestión de Diana Magaloni, como directora del
Fue Jaime Torres Bodet, secretario de Educación Pública, mada Operación Coatlinchán, que consistió en la construcción la Chalchiuhtlicue. una “alarma en la pequeña población de MNA, el Consejo Directivo aprobó la restauración de la fuente
quien al dar la bienvenida a los participantes del XXXV Congreso de una avanzada obra de ingeniería mexicana para trasladar a la aproximadamente 60 o 70 habitantes, que con azulejo negro para restituir el espejo de agua, concebido ori-
Internacional de Americanistas –celebrado 19 de agosto de 1962– capital del país la inmensa y pesada mole de piedra volcánica, que originó actitudes de rechazo” y que llegó ginalmente con un presupuesto de 600,000 pesos –recursos que
hizo pública la aprobación del presidente Adolfo López Mateos los habitantes del pueblo “donaron generosamente” al museo, a a trascender a la prensa fue, en realidad, una franca rebelión que se obtendrían gracias al patronato del propio museo–, sin embar-
para construir las nuevas instalaciones del Museo Nacional de cambio de la construcción de una escuela, dos pozos de agua, requirió, durante casi tres meses, la presencia del ejército, que go, el proyecto se quedó en suspenso, debido al cambio de admi-
Antropología. Su proyecto y construcción quedaron bajo la res- una carretera y una clínica local; promesas a medio cumplir en sometió a la población al toque de queda. nistración. También se pospuso la restauración del monolito –con
ponsabilidad del reconocido arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. su momento y que dieron origen a un conflicto que llevó a los El 16 de abril de 1964, en cuanto clareó el día, a las 6:15 un presupuesto adicional– por parte del taller de restauración del
Uno de los aspectos cruciales fue encontrar una pieza arqueo- pobladores de Coatlinchán a desmantelar la plataforma, echar tie- de la mañana, y con la presencia de entre 100 y 210 integran- MNA, cuyos integrantes son los únicos autorizados para interve-
lógica que se convirtiera en el emblema exterior que sintetizara la rra al tanque de gasolina y ponchar las llantas del vehículo, en un tes del ejército, los pobladores de Coatlinchán vieron partir al nir las piezas arqueológicas.
grandeza del contenido del nuevo museo. fallido intento por impedir el despojo de su patrimonio, situación ídolo esculpido por sus ancestros. Desde entonces lloran su En 2014 se cumplirán 50 años del traslado del monolito y
Diversos testimonios, entre ellos el del propio Ramírez Vázquez, que retrasó el traslado del monolito, según el testimonio ofrecido ausencia. Muchos de los hoy adultos del pueblo recuerdan que de la inauguración del MNA. Sandra Rozental ya trabaja con el
apuntan a que fue el presidente Adolfo López Mateos quien recordó en diversas ocasiones por la maestra Guadalupe Villarreal, pri- formaron parte del cortejo de niños que corrieron al lado de la museo en la preparación de la exposición conmemorativa. Quizá
la existencia del monolito de Coatlinchán y lo sugirió como alterna- mera profesionista de Coatlinchán, quien hoy en día lamenta la plataforma hasta verla desaparecer. Lloraban y querían despe- este aniversario reviva los planes para la primera restauración de
tiva a otras propuestas. La afirmación se refuerza con las biografías pérdida de las tradiciones y los mitos de su pueblo. dirse de su piedra. la que fuera la piedra de los tecomates.

DEIDAD INCONCLUSA 1882 1903 1904MUESTRA 1962 1964 2007 2013 LO LEÍ EN historia
El pueblo teotihuacano esculpió un José María Velasco El arqueólogo Leopoldo Basándose en el estudio Jaime Torres Bodet, El 17 de septiembre, En la plaza principal de El documental La El 16 de abril de 1964, la escultura de “Tláloc” fue trasladada
monolito para venerar a una deidad del y Jesús Sánchez Batres redescubre el de crónicas históricas y titular de la SEP, anuncia la el presidente Adolfo San Miguel Coatlinchán piedra ausente a la Ciudad de México, proveniente de San Miguel Coatlinchán.
identifican el monolito monolito que yacía códices, Alfredo Chavero construcción de las nuevas López Mateos inaugura se coloca una fuente con se estrena en la
agua y, por alguna razón desconocida,
de Coatlinchán como la semienterrado y lo considera que representa instalaciones del Museo el Museo Nacional de una réplica del monolito comunidad de Para los pobladores de Texcoco, esta deidad es femenina
la dejaron sin terminar. diosa Chalchiuhtlicue. identifica como Tláloc. a la diosa Chalchiuhtlicue. Nacional de Antropología. Antropología. original. Coatlinchán.
y la conocen como “la piedra de los tecomates” o “la Tlaloca”.

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