INTRODUCCIÓN
articulaciones periféricas. En
En 1976, Verna Wright y JMH
Moll publicaron su libro sobre
las poliartritis seronegativas y
en uno de sus capítulos
propusieron denominar a un
grupo de entidades nosológicas
como: espondiloartropatías
seronegativas, a las que
posteriormente los mismos
autores denominaron
espondiloartritis seronegativas.
Estas conforman un grupo de
enfermedades reumáticas que
comparten diversas
características clínicas
serológicas y radiológicas. (1)
Resulta conveniente señalar
que las espondiloartropatías
seronegativas constituyen un
grupo de artritis inflamatorias
con negatividad para el factor
reumatoideo y anticuerpos
antinucleares y positividad
para el antígeno leucocitario
humano en exámenes
serológicos, sin embargo
presentan como denominador
común son la afectación de las
articulaciones tanto axiales
como periféricas con diversas
manifestaciones extra-
articulares como la entesitis,
tendinitis y bursitis. (2)
En el mismo orden de ideas,
dentro del grupo de las
espondiloartropatías se destaca
la espondilitis anquilosante
que afecta principalmente las
articulaciones del eje axial del
cuerpo; la artritis reactiva, la
artritis psoriásica, las
espondilo-artropatías juveniles
y las indiferenciadas, afectan
especialmente las
cartilaginoso; el ejemplo más
cuanto a la patogenia de las
enfermedades mencionadas no
está claramente definida, sin
embargo, el antígeno
leucocitario humano B-27
parece desempañar una
función central autoinmune en
cada una de ellas. (3)
Debido a que las
espondiloartropatias afectan a
las articulaciones del cuerpo,
es importante mencionar que
desde el punto de vista
funcional, el sistema articular
tiene como papel esencial
permitir la movilidad del
esqueleto. Sin embargo, la
movilidad no es la única
función que cumplen las
articulaciones. En regiones
como el cráneo, donde el
esqueleto desempeña una
función de protección, la
función de las articulaciones
en este caso es permitir el
crecimiento de los huesos y
brindarle elasticidad al estuche
rígido formado por estos y
permitir el crecimiento del
encéfalo.
Continuando con lo anterior,
las articulaciones se han
clasificado tradicionalmente
siguiendo un criterio mixto,
estructural y funcional en tres
grandes grupos que son: las
sinartrosis, las anfiartrosis y
las diartrosis. Las primeras, las
sinartrosis son articulaciones
que carecen de movilidad, los
extremos óseos de este tipo de
articulación se unen por medio
de tejido fibroso o
representativo de este grupo lo
constituyen las uniones entre
los huesos de la bóveda
craneana.
Las segundas, las sinartrosis,
este grupo se subdivide a su
vez en diferentes tipos,
atendiendo al tejido que
establece la unión entre los
huesos y a la morfología de las
superficies óseas que se
encuentran en contacto. De tal
manera, que se habla de
sinfibrosis o suturas cuando el
tejido de unión es fibroso y las
superficies quedan firmemente
acopladas. Seguidamente se
denominan sincondrosis
cuando el tejido de unión es de
tipo cartilaginoso y por último
se designan sindesmosis
cuando el tejido que une las
estructuras óseas es un potente
dispositivo fibroso.
En cuanto a las articulaciones
anfiartrosis, es relevante
mencionar que su movilidad es
limitada y sus extremos óseos
se unen uno a otro por un
tejido fibroso o cartilaginoso;
como en la sínfisis del pubis.
El tercer y último grupo de la
clasificación lo conforman las
diartrosis o sinoviales, son
articulaciones que se
caracterizan por su gran
movilidad y que desde el punto
de vista estructural son de gran
complejidad. Este tipo de
articulaciones son las
responsables de conferirle
movilidad al esqueleto. (4)
Dentro de la misma línea, las
diartrosis se destacan porque
tienen en común las
formaciones anatómicas que
las constituyen. En donde las
superficies óseas están
recubiertas de cartílago
hialino, los huesos están
unidos uno a otro por una
capsula articular y ligamentos,
y la capsula articular está
recubierta en su cara interior
por una membrana sinovial. Es
preciso mencionar que las
superficies articulares de las
diartrosis resaltan por su forma
y por sus grados de libertad.
En cuanto a la forma, son
variables dependiendo del tipo
de articulación que se
considera, cuando estas no son
planas, la convexidad de una
pieza ósea se corresponde con
la concavidad configurada de
la pieza inversa. En relación a
los grados de libertad, estas se
clasifican en tres grupos:
uniaxiales cuando el
movimiento es limitado a la
rotación sobre un solo eje y
posee solo un grado de
movimiento. Si tiene
movimientos independientes
alrededor de dos ejes, se
conoce como biaxial y posee
dos grados de libertad.
Por el contrario, si puede
moverse alrededor de tres ejes,
la articulación se conoce como
multiaxial. En cuando a la
clasificación según la forma
de las superficies, las
articulaciones sinoviales se
clasifican en seis géneros en
las que se presentan las
articulaciones: artrodias que
presentan superficies más o
menos planas que se deslizan
una sobre otra. Las
articulaciones trocleares donde
una de sus superficies tiene
forma de polea, actuando a
modo de bisagra.
Las trocoides que tienen sus
superficies articulares en
forma de cilindro. Las tipo
sellar o silla de montar cuyas
superficies son cóncavas en un
sentido y convexas en otro.
Las articulaciones tipo
condílea se representan con
dos superficies elipsoidales. Y
por último, las enartrodias que
presentan superficies esféricas
o casi esféricas, una de ellas
convexa alojada en otra de
configuración inversa cóncava,
este tipo de articulaciones
representa a las multixiales. (5)
En el mismo orden de ideas,
las enartrodias se disponen en
la articulación de la cadera y
en la articulación del hombro
también designada como
glenohumeral. Esta última, es
bastante estudiada, ya que
representa la articulación con
mayor grado de libertad de
movimiento del cuerpo
humano. Es importante resaltar
que el hombro es la estructura
encargada de unir el miembro
superior al tronco y gracias a
su gran amplitud de
movimiento permite al ser
humano tomar objetos que se
encuentran por detrás sin tener
que involucrar al tronco.(6)
Es relevante mencionar que la
articulación glenohumeral está
conformada por un perfil óseo
bastante pobre, representado
por la cavidad glenoidea de la
escápula, donde su superficie
articular se agranda gracias a
una estructura fibrosa en forma
de anillo llamado labrum
glenoideo. La cabeza humeral
se encuentra estabilizada y
coaptada por un sistema pasivo
formado por los ligamentos y
la capsula articular, y por un
sistema activo o dinámico
conformado por los músculos
periarticulares. Se trata de una
articulación colgada de la
escapula.
Por otra parte, desde el punto
de vista funcional la unidad del
hombro es un complejo
formado de varias
articulaciones sucesivas en las
que destacan tres
articulaciones verdaderas las
cuales son, la articulación
esternoclavicular, la
acromioclavicular, la
glenohumeral y por una
articulación falsa, conocida
como la articulación
escupulotorácica.
Es necesario resaltar que la
gran particularidad dinámica
del hombro aunada a la
reducida superficie articular
que aloja a la cabeza humeral
conlleva a la articulación
glenohumeral a presentar
numerosos síndromes, debido
a la lesión de los músculos
periarticulares.(7)
Es preciso mencionar que las
patologías de hombro pueden
ser tratadas por medio de la
intervención fisioterapéutica
según el artículo 2 de la ley del
ejercicio de la fisioterapia en
Venezuela. Ésta se define
como una profesión del área de
la salud de libre ejercicio con
formación universitaria,
encargada del estudio y
comprensión del movimiento
corporal humano como
elemento fundamental del
individuo, así como la
prevención y promoción de
salud para rehabilitar su
función.
Por otra parte, el artículo 5 de
la ley del ejercicio de
fisioterapia contempla que se
debe evaluar, diagnosticar y
valorar las deficiencias y
limitaciones funcionales, así
como enfermedades con
cambios en la condición física
del individuo, planificar un
programa y establecer
objetivos de tratamiento
tomando en cuenta las técnicas
necesarias para la patología a
tratar.(8)
Desde esta visión se tomara
como antecedente un estudio
de la universidad Inca
Garcilaso de la Vega de Perú
en el año 2017 titulado:
tratamiento fisioterapéutico en
espondilitis anquilosante, cuyo
objetivo fue analizar la
limitación funcional mediante
un estudio bibliográfico. Los
resultados obtenidos arrojaron
que por medio del tratamiento
fisioterapéutico con agentes
físicos, técnicas manuales y
ejercicio terapéutico es posible
mejorar la calidad de vida de
los pacientes con espondilitis
anquilosante.
Cabe destacar que las lesiones
del complejo articular del
hombro ocasionadas por las
espondiloartropatías, tienen
una preferencia particular por
la articulación glenohumeral la
cual, se acompaña a menudo
de la inflamación de las
articulaciones
esternoclavicular y cuales se obtuvieron datos
acromioclavicular en las fases
agudas. También son
frecuentes la afectaciones de
las partes blandas
periartituculares en especial la
tendinitis y la bursitis, esto
supone un aumento del dolor
y mayor incapacidad
(11)
funcional.
En consecuencia, se
seleccionara como muestra a
paciente femenino de 56 años
residenciada en Maracay,
estado Aragua. La cual,
conjuntamente fue
diagnosticada con
Espondiloartropatía
seronegativa activa subtipo
artritis reactiva a causa de una
infección por parvovirus B-19.
Aunado a lo anteriormente
mencionado presenta dolor
inguinal izquierdo y en la
región dorsal, acompañado de
artralgias de hombros,
muñecas, rodillas a demás de
talalgia bilateral.
Posteriormente es referida a
fisioterapia por dolor en las
mencionadas articulaciones.
Para la recolección de los
datos se utilizará como técnica
la observación y como
instrumento la evaluación
fisioterapéutica con la
finalidad de conocer el estado
actual en el que se encuentra el
paciente. Siguiendo con la
temática planteada, se
desarrollo en primer lugar la
exploración subjetiva, en
donde se plantearon una serie
de preguntas, por medio de la
personales necesarios para el
análisis de la patología.
Dentro de la exploración
subjetiva se evaluó el mapa
corporal, donde se encontró
dolor en el hombro izquierdo a
nivel anterior, lateral y
posterior del mismo,
arrojando siente de diez según
la escala visual de dolor.
Dicho síntoma se califico
como profundo de tipo
lacerante e irradiado a la zona
cervical ipsilateral en su parte
posterior.
Sumado a lo antes expuesto,
dentro de la exploración
objetiva se realizó la
observación de la postura en
una vista anterior, posterior y
lateral tanto izquierda como
derecha. En la vistas laterales
se hizo evidenció
interiorización de la cabeza, y
hombros en antepulsion. En la
vista posterior se corroboro lo
observado en la vista anterior,
donde se evidenció hombro
derecho descendido,
antebrazos pronados, sumado a
abducción bilateral de las
escapulas, pie izquierdo
pronado y pie derecho
supinado.
A demás de la observación de
la postura se evaluaron las
características del tejido
tegumentario en la cual se
percibe piel de coloración
normal, con textura húmeda y
suave, de consistencia firme y
sin presencia de lesiones
cutáneas. Continuando con la
medición de los rangos
articulares se apreciaron
valores disminuidos, siendo
los de mayor relevancia los del
miembro superior izquierdo a
nivel de la articulación
glenohumeral. Siendo entonces
para flexión de hombro 120°,
abducción de 65°, aducción de
15°, rotación externa de 30 y
rotación interna de 20°.
Por otra parte se evaluó la
sensación final por medio de
movilizaciones pasivas, en
donde se advirtieron
sensaciones patológicas de tipo
espasmo en los movimientos
de flexión, abducción y
rotación externa de la
articulación glenohumeral
izquierda y dura en el
movimiento de rotación
interna de la misma
articulación.
En cuando a la valoración de
la fuerza del sistema muscular
los grados de fuerza para el
miembro superior en la región
del hombro se centraron en -3
para abducción y flexión, 3
para los movimientos de
extensión, rotación interna y
externa y +3 para aducción.
Aunado a esto se evaluó la
integridad del sistema nervioso
por medio de los miotomas
dando constante para todos los
movimientos involucrados.
Por otro lado, en la evaluación
de la sensibilidad tanto
superficial como cortical no
se encontraron alteraciones
sensitivas.
En cuanto a la evaluación de
los reflejos osteotendinosos se
presentaron reflejos
normorrefléxicos en cada una
de zonas evaluadas. También
se evaluó el sistema Miofascial
a nivel superficial en donde se
apreciaron restricciones
caudal, medial y oblicua en
columna. Caudal lateral y
oblicua en tórax. A nivel del
brazo izquierdo restricción
caudal y oblicua y en el brazo
derecho restricción cefálica y
oblicua. En antebrazos cefálica
bilateral y oblicua en el
derecho. Finalmente, en mano,
cefálica bilateral.
Conjuntamente con la prueba
de pliegue cutáneo de
determinó restricción en
antebrazo derecho y tórax. En
cuanto a la evaluación de la
fascia profunda, se utilizó la
prueba de expansión torácica
la cual arrojó 2 centímetros de
diferencia entre inspiración y
espiración determinando por el
resultado una restricción
diafragmática.
Por otra parte, se realizaron
pruebas especiales, obteniendo
hallazgos positivos con la
prueba de Spurling en la
inclinación izquierda. A demás
se consto el compromiso de la
estructura tendinoso de los
músculos del supraespinoso,
infraespinoso, redondo menor,
subscapular y porción larga del
bíceps por medio de las
pruebas de Jobe, Patte, Gerber
y Speed.
Tomando en cuenta lo
planteado, el presente estudio
aportara una base solida a
futuras investigaciones sobre
la cual abordar
fisioterapéuticamente las
espondiloartropatías
seronegativas. Para finalizar el
objetivo último de este estudio
es abordar
fisioterapéuticamente a
paciente femenino de 56 años
con Espondiloartropatía
seronegativa activa en
complejo articular del hombro.
Finalizada la evaluación
fisioterapéutica, se procedió a
la aplicación del tratamiento
fisioterapéutico.