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La escuela al caracterizase como una institución educativa tiene la co-

responsabilidad política y moral de construirse en escenario de formación y


socialización en el que, como tal, circulan múltiples sentidos.
el proceso educativo tiene la necesidad de construir una sociedad plural,
democrática, incluyente y equitativa para que la identidad se construya con la
reflexión del ser humano que educa mediante su historia, sus relaciones virtuales,
su aquí y su ahora.
Según Habermas (1983), implica el desarrollo de la competencia comunicativa,
pues a través de ella los sujetos logran construirse, en primer lugar, como seres
únicos en sus formas de ser, sentir y habitar el mundo; y en segundo lugar, como
seres incluidos en colectivos, cuyo propósito es alcanzar una cohesión adecuada
mediante la construcción conjunta de sentidos de identidad comunes.
Tratar de desarrollar la mente de los educandos, de enseñarles a vivir, de aprender
no sólo de los libros sino de la vida, de producir cambios mentales orientados a que
cada persona aprenda por sí mismo acerca de sí mismo.
La socialización hace referencia al proceso de construcción de la identidad
individual y a la organización de una sociedad; como actividad social, se refiere a
los diversos modos de pensamiento que construyen la coherencia social.
En términos de Durkheim (1976), la escuela es un lugar donde además de preparar
a los individuos para que hagan parte de la sociedad que los ha acogido, los
responsabiliza de su conservación y de transformación. Esta transformación ha de
evidenciarse en la construcción de nuevas prácticas culturales del reconocimiento
del otro, en la construcción de argumentos colectivos de inclusión de la diferencia y
en la constitución de marcos comunes para vivir en equidad.
La combinación de las dos reflexiones sobre la formación y socialización, articula
las intenciones pedagógicas y educativas de la escuela, cuyo propósito, además de
la lectura de los retos de un contexto, debería concretar un tipo de institucionalidad,
normatividad, administración, interacción y valoración sobre las cuales erigir su
misión.
Leer las necesidades de la comunidad educativa; será el ambiente natural de
interacción y de la constitución de sentidos culturales, sociales y pedagógicos que
convoquen a los sujetos a vivir bajo el presupuesto de la dignidad humana, el
respeto a la diferencia y la justicia social.
El proceso con el que se construye la identidad es a través del cual los sujetos,
hombres y mujeres, se hacen individuos únicos, negocian sus diferencias con
otros y otras diferentes, y constituyen marcos comunes que les permiten cohabitar
conjuntamente un espacio cotidiano, histórico y cambiante.
Los sujetos logran en la construcción de la identidad, elaborar los significados de
existencia que han movilizado su historia y han mediado su accionar hacia la
configuración de una forma particular de hablar, sentir, vivir, y pensar el mundo de
vida.
Habermas (1983) encuentra en el desarrollo del yo una opción que le permite hablar
con mayor claridad de lo que significa la construcción de identidad, pues connota la
estructuración del sujeto a partir del desarrollo de su capacidad lingüística, cognitiva
e interactiva.
La configuración de una biografía humana se destaca su posibilidad de interpretarse
e interpretar la realidad que la enmarca, la identidad es un proceso orientado a
configurar un sujeto autónomo.
El estructurar un diseño curricular que integre los principios y fundamentos de la
formación ciudadana, sus estrategias pedagógicas, didácticas y metodológicas, sus
planes de estudio y sus estrategias de constatación, dándoles cuerpo en la
concreción de un manual de convivencia y de un gobierno escolar construidos
democráticamente. Si este proceso se hace de manera adecuada, se estaría
evidenciando en la escuela un auténtico espacio para la participación y la formación
ciudadana, la cual contribuye a la adquisición de unas habilidades, destrezas,
competencias, actitudes, argumentos y sentimientos humanos que permitan a las
personas pronunciarse, evidenciarse e involucrarse en las decisiones que afectan
sus vidas.

Bibliografía

Echavarría Grajales, Carlos Valerio (2003). La escuela un escenario de formación y


socialización para la construcción de identidad mora, en Revista Latinoamericana de
Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Julio-Diciembre, Vol. 1, N° 002, Universidad de
Manizales, Colombia
La escuela es la institución encargada del proceso de enseñanza-aprendizaje de los sujetos, pero
no solo cumple la función de impartir conocimientos, sus funciones van más allá, en la escuela
interactúan varios sujetos entre sí, compartiendo conocimientos, culturas, ideales, principios y
valores. En la escuela el sujeto desarrolla sus habilidades y destrezas, también construye su
identidad y su formación ciudadana.

En la escuela el sujeto aprende a formar sus propios razonamientos, aprende de la vida, aprende a
decidir lo que quiere seguir o lo que quiere cambiar. El sujeto aprende a ser único. Además
preservar y respetar normas, principios y valores establecidos en su sociedad.

Es por todo eso que el proceso educativo es muy importante para la construcción de la identidad
en los sujetos. Cada sujeto en lo individual forma lo que quiere ser en realidad, adquiere
conocimientos, elige la cultura que más le convence, adquiere los valores establecidos para una
buena convivencia en sociedad, interioriza las normas de la sociedad, vive sus derechos y asume
responsablemente sus obligaciones, es decir en el proceso educativo el sujeto construye su
identidad, se construye a sí mismo, un sujeto único e irrepetible.

Por ello la institucionalización es necesaria, pues en fundamental para la formación de los sujetos.
El proceso educativo ayuda a mejorar la estructura social pues provee a la sociedad de individuos
capacitados para afrontar los retos del día a día, sujetos con autonomía de pensamiento.

La escuela es un lugar donde además de preparar a los individuos para que hagan parte de la
sociedad que los ha acogido, los responsabiliza de su conservación y de su transformación.

El proceso educativo en la construcción de la identidad


en los niños implica el desarrollo de las competencias
que les permiten comunicarse, los individuos no
solamente recurren a la lengua para compartir o discutir
una idea, también requieren conocer el lenguaje para
diferenciarse de los demás y con ello responsabilizarse
en su rol social.

Carlos Echavarría reflexiona acerca de la escuela como


un escenario no solamente de formación sino también
de socialización, respecto a la formación las metas de
las escuelas consisten en: la retención, la comprensión
y el uso activo del conocimiento, este último debe ser
generador ya que se actúa no se acumula, pero para
que este conocimiento exista, las escuelas deben
mantener las intenciones a la reflexión y la participación
(2003, p. 3).
La identidad de la escuela es una comunidad que reúne
a los individuos y les permite adherirse a esa idea de
colectividad, además en la escuela hay un ambiente
controlado que posibilita el desarrollo de competencias
cognitivas, socio-afectivas y comunicativas, ese
escenario es el lugar en el que los aprendices se ayudan
a aprender unos a otros, según Brunner (1997) esta es
una subcomunidad en interacción en la cual el docente
deja de monopolizar su papel (citado por Echavarría,
2003, p.4).
La socialización según Echavarría, tiene que ver con la
tipología de las relaciones, la construcción de la
identidad individual y la organización de la sociedad
como actividad social, especifica que esta actividad son
los modos de pensamiento que constituyen la
coherencia social (2003, p. 5).
En la participación ciudadana se da por sentado que
existe un desarrollo de las competencias comunicativas
del conocer, hacer y comunicar, además de una
aceptación de los valores éticos y morales, se
reconocen cinco dimensiones básicas del ser humano:
la afectiva, la creativa, la ético-moral, la política y una
comunicativa que integra las anteriores (Echavarría
2003, p. 18).
Podemos afirmar que todo ser humano que se encuentre inmerso en un medio
social, incorpora su cultura en la interacción constante con los otros, por tanto, la
socialización es un proceso básico del cual se desprenden procesos mucho más
complejos como la formación y la educación, las cuales han sido asociados a
procesos primarios (formativos) que se dan en la familia y en los grupos de base de
los individuos, se centra en la incorporación de normas y valores; y los procesos
secundarios (educativos) que se dan en la interacción con las estructuras e
instancias en las cuales se enmarca la cultura y la sociedad, se centra en la
adquisición de sistemas estructurados de conocimientos acumulados por la
sociedad en su proceso histórico.

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