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FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

INFORME FINAL DE INVESTIGACIÓN

“NIVEL DE INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LOS ALUMNOS DEL 4TO AÑO DE


SECUNDARIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA SANTA ANGELA”

AUTORES
RAMOS SEGURA KATY
UCULMANA FALLA JENNYFER

ASESOR

Mg. ROBERTO OLAZÁBAL BOGGIO

Pimentel, Mayo 2019


CAPÍTULO I PLAN DE INVESTIGACIÓN

1.1. Realidad Problemática

El presente estudio se ocupa de describir y analizar, mediante un proceso de


investigación, el grado de inteligencia emocional de los estudiantes del 4to año de
secundaria de la Institución Educativa Particular “Santa Angela”, distrito de Santa
Victoria, provincia de Chiclayo, departamento de Lambayeque, pues resulta
conveniente plantearse el tema en cualquier nivel de la educación formal, toda vez,
que constituye uno de los factores que influye en el buen desempeño, en este caso,
escolar.

Es evidente que la época en la que vivimos está caracterizada por la globalización,


información instantánea, adelantos científicos y tecnológicos; estos hechos provocan
que la humanidad en general este convulsionada y en continua confrontación tanto en
lo político, las familias, iglesias y por ende también en las escuelas. Por tanto el ser un
excelente estudiante con notas óptimas no es suficiente para obtener una calidad de
vida estable en esta sociedad, puesto que estos mismos adelantos científicos
provocan que estemos en constante presión laboral; es necesario también la
formación integra de las emociones.

La educación de los niños no solo se limita en el aprendizaje de las matemáticas, el


lenguaje o bien las ciencias naturales, y otros contenidos de la malla curricular. Más
bien se debe de tomar en cuenta que el niño y niña necesita tomar conciencia de ser
autónomos, capaces de resolver conflictos a través del diálogo y ser tolerantes en el
reconocimiento de otros. Es decir debe de ser capaz de controlar su inteligencia
emocional.

La educación moderna, está produciendo y reproduciendo una cultura que privilegia


en el sujeto la racionalidad y por tanto desprecia la afectividad, característica que
presenta la comunidad científica. Con frecuencia las emociones se han considerado
como perturbaciones y obstáculos. Por tal razón, algunos teóricos plantean que la
pedagogía de la postmodernidad debe enfrentar los desafíos de la afectividad como
núcleo constitutivo del sujeto integral.

Generalmente los docentes se quejan cada vez y con mayor frecuencia sobre la falta
de autodominio y compasión del estudiante haciendo cada vez más difícil y casi
imposible la enseñanza y por consiguiente el aprendizaje, generando así una cultura
escolar que dificulta la formación de un sujeto integral.

En la actualidad el estudio de la inteligencia emocional exige mucho más su atención


ya que a partir de los estudios de Goleman se abren nuevos paradigmas que nos dan
más luces y nos ayudan a comprender mucho más las capacidades de los seres
humanos en todas a las áreas de su desarrollo. Los primeros estudios sobre la
inteligencia daban como resultado a considerar que la inteligencia no guardaba
ninguna relación con las emociones; sin embargo, ese precepto se ve vulnerado
gracias a que ahora se acepta que la persona es inteligente a partir de que es capaz
de saber administrar sus emociones.

Todo ser humano vive, se esfuerza, se motiva persevera constantemente a pesar de


los conflictos o trabas que pueda exigirle el logro de sus metas, es capaz de orientar
sus impulsos, posponer sus deseos personales cuando él lo decida en el camino por
lograr su felicidad.

En esa perspectiva, el fracaso de los sistemas educativos que se ve vivenciado en las


aulas de clase, constituye un gran problema para todo el mundo, y la trascendencia
de sus consecuencias sobrepasa el ámbito escolar donde se genera. Su creciente
extensión, en mayor o menor grado, en todos los países desarrollados hace aumentar
el interés de instituciones públicas, docentes y asociaciones de padres y madres, para
paliar sus efectos y buscar las causas más directas.

En este sentido, los estudiantes de la institución que nos mueve investigar presentan
un contexto alarmante de comportamiento, que hace predecir una débil orientación en
el manejo de sus inteligencias múltiples, específicamente en el trato con los demás,
en su autoconocimiento, autocontrol, empatía, motivación, etc., factores que permiten
el desarrollo emocional y por ende la mejora de sus resultados académicos. “La
inteligencia emocional influye en forma decisiva en la adaptación social y psicológica
de los estudiantes, en su bienestar emocional, e incluso en sus logros académico y su
futuro laboral” (Fernández, 2004).

1.2 Formulación del Problema


¿Cuál es el nivel de Inteligencia emocional que poseen los alumnos del 4to año de
secundaria de la Institución Educativa Privada Santa Ángela?

1.3. Justificación
La presente investigación se justifica por las siguientes razones: En la Institución
Educativa de Chiclayo, los jóvenes se encuentran en el proceso de desarrollo más
importante de sus vidas, un periodo del ser humano que debe ser consciente de su
futura forma de ser y vivir como individuo, con los demás, solucionando sus conflictos,
motivándose a luchar por sus sueños y aspiraciones , por ello es importante
determinar si cuenta con la debidas fortalezas humanas que la escuela debe ayudar a
canalizar, en este caso motivando la inteligencia emocional en sus diferentes
dimensiones, que al parecer no tienen mayor impacto en la formación de los
estudiantes de la institución educativa que ahora nos ocupa de esta primera impresión
nace la idea de verificar qué el nivel de inteligencia emocional que tienen, para que, a
partir de esos resultados, futuras trabajos de investigación puedan plantear
soluciones. A continuación, se desarrolla con mayor especificación la justificación:

Relevancia social. En la institución educativa, esta investigación será relevante


porque experiencia en el campo de la educación inicial, se observa continuamente
dificultades en el desempeño académico de los estudiantes, en especial durante las
participaciones individuales, lo que se refleja en sus calificaciones, los maestros
muchas veces, equivocadamente concluyen que si los estudiantes estudian o no
estudian es por razones externas a su labor como orientador y no considera que él
también es parte del resultado de la calificación y poco hace para brindar más ayuda
que transmitir información en el aula.

Implicancia práctica. El presente trabajo servirá para seguir precisando más, los
factores que interfieren en el adecuado desempeño académico de los estudiantes;
además de alcanzar información a los padres y docentes, que ayude a desarrollar a
los estudiantes con problemas en mejorar su inteligencia emocional, para optimizar
resultados.

Valor teórico. Se llenará algún vacío del conocimiento, los hallazgos confirman o
refutan otros resultados, ayudarán a conocer el comportamiento de la única variable, y
se pueden sugerir hipótesis para estudios futuros.

Utilidad metodológica. El instrumento que se utilizará para recoger datos,


coadyuvará para conocer el nivel de inteligencia emocional.

1.4 Limitaciones

1.5 Objetivos
1.5.1 Objetivo General

 Conocer el nivel de Inteligencia Emocional en los alumnos del 4to año de


secundaria de una Institución educativa de Chiclayo.

1.5.2 Objetivo Específicos

 Conocer el nivel de Inteligencia Emocional según el sexo de los alumnos.

 Conocer el nivel de Inteligencia Emocional según la edad de los alumnos.


CAPITULO II: MARCO TEÓRICO
2.1 Antecedentes Internacionales
Tamayo, L. (2010) realizó un estudio titulado: Inteligencias interpersonal e
intrapersonal en los estudiantes adolescentes tempranos en Cuenca. Lo presentó
como tesis para obtener el grado de maestría en Educación y Desarrollo del
Pensamiento, en la Universidad de Cuenca (Ecuador). Esta investigación se realizó
con el propósito de identificar la importancia de las inteligencias interpersonal e
intrapersonal de los adolescentes de los octavos años de educación básica en la
ciudad de Cuenca. Es una investigación descriptiva de corte cuantitativocualitativo, al
10% de los estudiantes de los octavos años de la educación básica de Cuenca. Se
aplicaron como técnicas de investigación, la entrevista semiestructurada, a
orientadores y profesores de seis colegios de la ciudad de Cuenca, así como
encuestas a 10% de los estudiantes de los octavos años y el análisis de la
información bibliográfica. Se obtuvieron como resultados que; las instituciones
educativas secundarias que formaron parte de esta investigación no aplican la teoría
de las inteligencias múltiples, por lo tanto, tampoco las inteligencias interpersonal e
intrapersonal. El 88% de los estudiantes responden no saber sobre esta teoría y no
les han hablado en la escuela. Lo que sí manifiestan abiertamente es que al 77% les
gusta trabajar en grupo, al 96% les gusta tener amigos, 94% se comunican siempre,
el afecto es muy grande y lo manifiestan en el 92%, lo que hace que se sientan muy
bien y lo manifiestan en un 95%, y la ayuda que se brindan entre ellos está marcada
por el 96%. En cuanto al liderazgo, manifiestan que solo un 26% lo tiene como
característica, el 86% manifiesta tener una buena relación con sus profesores. De
acuerdo a estos resultados, se puede determinar que la inteligencia interpersonal está
bastante desarrollada en los adolescentes que asisten a los octavos años de
educación básica en los colegios en Cuenca. En cuanto a los resultados arrojados por
la inteligencia intrapersonal, son los siguientes: al 69% en el colegio les hablan sobre
autoestima, el 95% saben autovalorarse, el 96% tienen confianza en sí mismo, y un
58% meditan y reflexionan sobre su vida individual. Por lo resultados obtenidos, se
puede decir que las inteligencia intra e interpersonales son bastante positivas, pero
enfocada desde la práctica de valores y no desde la teoría de las inteligencia múltiples
y esto se puede evidenciar en las entrevistas y encuestas que se les hizo a los
profesores y orientadores que desconocen esta teoría.
Navarro, M. (2011), realizó un estudio titulado La importancia de la inteligencia
emocional en la formación de estudiantes de comunicación social de la Pontificia
Universidad Javeriana, la que presentó como tesis para obtener el título de
Comunicadora Social,con énfasis en Organizacional. El objetivo es complementar el
perfil del egresado de Comunicación Social de la Pontificia Universidad Javeriana
desde las dimensiones de la inteligencia emocional. Es un estudio descriptivo, pues
se trata de profundizar y delimitar los hechos que conforman el problema en cuestión.
La investigación se realizó con estudiantes de los últimos semestres de la carrera de
Comunicación Social de la Pontificia Universidad Javeriana. Se aplicaron como
técnicas de recolección de la información; entrevistas y cuestionarios; fuentes
secundarias como libros, tesis, y análisis de casos; fuentes primarias, entrevistas y
sondeo para averiguar qué quieren las organizaciones en los comunicadores sociales
y cuáles son las falencias y fortalezas de los comunicadores de hoy. Los resultados
arrojan que el 100% de los encuestados creen que las emociones interfieren en su
trabajo laboral. El 20% de los encuestados menciona que la felicidad es una de las
emociones más presentes en un día de trabajo. Las emociones más concurrentes
son: la angustia y la preocupación, con una igualdad de porcentaje de 13%. Las
emociones menos concurrentes, con un 7%, son la tristeza, la impotencia, el estrés, el
desespero, la rabia y el amor. Con un 6%, encontramos la ansiedad y la sorpresa. De
11 emociones registradas por cada uno de los encuestados, 8 son emociones
clasificadas como negativas. Es decir, 73% de las emociones son negativas y el 27%
son emociones positivas que se tienen en un día de trabajo. Se puede concluir que las
personas encuestadas sienten más emociones negativas que positivas en un día
normal de su trabajo. Se concluye que las emociones sí se deben educar en el terreno
universitario para que no interfieran en la labor que próximamente se va a
desempeñar en el ámbito de la comunicación social.

2.2 Antecedentes Nacionales


Carrasco (2013), en su investigación titulada “Inteligencia emocional y rendimiento
académico en estudiantes de secundaria de Huancayo”, tuvo como objetivo de
determinar el grado de relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento
académico de los estudiantes de secundaria de Huancayo. El método señala un
estudio con diseño descriptivo correlacional, para ello han participado 150 estudiantes
a quienes fueron aplicados el Inventario Emocional de Bar On, Inventario de
Coeficiente Emocional (I-CE) que permitió determinar el nivel de inteligencia
emocional, asimismo se recopilaron los promedios ponderados al final del semestre
2012 de cada estudiante para medir el rendimiento académico. Las conclusiones que
se obtuvieron fueron las siguientes: existe una correlación significativa entre la
inteligencia emocional con el rendimiento académico. En relación a los componentes
intrapersonal, interpersonal, adaptabilidad manejo de estrés y estados de ánimo
muestran también una correlación significativa con el rendimiento académico.

Arévalo y Escalante (2004) investigaron la relación entre Inteligencia Emocional y


rendimiento académico en alumnos de cuarto y quinto grado de E.B.R. en colegios
estatales del distrito de Barranco. Los principales hallazgos son: existe una relación
30 00 0 entre el Cociente Emocional Total y el rendimiento académico en los
adolescentes estudiados. Los componentes Emocionales: Intrapersonal,
Interpersonal, Adaptabilidad y Estado de ánimo en general, presentan una relación
con el rendimiento académico, a diferencia del componente Manejo del estrés que no
presenta relación estadísticamente significativa con el rendimiento académico. Los
subcomponentes de Asertividad, Autoconcepto, Autorrealización, Independencia,
Relaciones Interpersonales, Responsabilidad Social, Solución de Problemas, Prueba
de Realidad y optimismo, presentan una relación directa con el desempeño
académico, a diferencia de los subcomponentes de Comprensión Emocional de sí
mismo, Flexibilidad, Tolerancia al estrés, Control de Impulsos y Felicidad los cuales
presenta relación estadísticamente significativa con el desempeño académico.

Nieves, A., Verona, J., Cruz, L. y Cruz M. (2007). Realizaron una investigación sobre
la influencia de la inteligencia emocional y el rendimiento académico en una muestra
de 240 alumnos del 3º al 6º grado de primaria de una Institución Pública de Comas. El
principal propósito de esta investigación era determinar el grado de relación entre los
componentes de la Inteligencia Emocional y Rendimiento Académico. Entre sus
principales conclusiones se encontró que no existen diferencias en el rendimiento
académico y en los niveles de inteligencia emocional de acuerdo al sexo, lo que
significa que esta variable no es un elemento que influya en el performance escolar.
La edad si establece diferencias de acuerdo al rendimiento académico, es decir a
mayor edad, mayor rendimiento y la principal conclusión es que existe relación entre
la inteligencia emocional y rendimiento académico general, lo que quiere decir que a
mayor inteligencia emocional mayor será su rendimiento.

Por otro lado, Heredia (2003). Realizó un estudio con los alumnos del primer año de la
Facultad de Educación de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Su objetivo
principal era determinar la relación existente entre la inteligencia emocional y el
Rendimiento Académico en una muestra de 423 estudiantes de la UNFV. Demostró
que existen correlaciones estadísticamente significativas entre el Coeficiente
Emocional Total con el Rendimiento Académico. También estableció que las escalas:
Interpersonal, Intrapersonal, Adaptabilidad, Manejo del Estrés y Estado de Animo en
General están correlacionadas significativamente con el Rendimiento Académico.
Además se estableció diferencias estadísticamente significativas entre las subescalas
Relaciones Interpersonales y Responsabilidad Social y en la Escala Coeficiente 31 00
0 Emocional Interpersonal, observándose que en todos los casos los varones,
alcanzan puntajes mas elevados que las mujeres.

Ugarriza, (2001). Realizó un estudio sobre la Evaluación de la Inteligencia Emocional


a través del Inventario de BarOn en una muestra de 1996 sujetos de Lima
Metropolitana, entre varones y mujeres de 15 años a más. El estudio tenía como
principales objetivos el de adaptar el Inventario del Cociente Emocional considerando
las características socioculturales de nuestra realidad y describir los efectos del sexo y
de la edad sobre las habilidades emocionales y sociales. También se tuvo como
propósito básico, el determinar la confiabilidad y la validez de constructo del
inventario, además de desarrollar normas de administración y contar con una base
científica para calificar e interpretar los resultados. Entre los principales resultados de
este estudio es que al analizar cada subcomponente, se encontró diferencias
pequeñas pero consistentes, resaltando que los hombres tienen un mejor
autoconcepto de sí mismo, solucionan mejor los problemas, denotan una mayor
tolerancia al estrés y un mejor control de sus impulsos. En cambio las mujeres
obtienen mayores ventajas en sus relaciones Interpersonales, una mejor empatía y
una mayor responsabilidad social. Además la inteligencia emocional tiende a
incrementarse con la edad, y el sexo tiene efectos diferenciales para la mayoría de los
componentes factoriales. Al aplicar el análisis factorial confirmatoria de segundo orden
sobre los componentes del I-CE se verifica la estructura factorial 5-1 propuesto por el
modelo ecléctico de la Inteligencia Emocional de BarOn (1997) y el coeficiente alfa de
.93 para el CE total revela la consistencia interna del inventario.

Asimismo Escurra M y Delgado A. (2001). Analizaron las relaciones entre la


inteligencia emocional y la necesidad cognitiva teniendo en cuenta a los estudiantes
del primer semestre de las diversas especialidades de la UNMSM. Los participantes
corresponden a una muestra de de 365 alumnos pertenecientes de manera
representativa a las 19 facultades de las cinco áreas de especialización de la
universidad. Entre los resultados de este estudio se encontró que en las
comparaciones por sexo, no se evidenciaron diferencias significativas entre varones y
mujeres en inteligencia emocional, aunque es necesario destacar que las mujeres
presentan un mayor nivel de empatía que los varones, lo cual estaría asociado al tipo
de rol que ejercen en la sociedad, que les lleva a interactuar y tratar de comprender a
los demás, es decir que las mujeres son más sensibles y capaces de reconocer las 32
00 0 emociones ajenas que los varones. En lo que concierne al análisis de acuerdo a
las áreas académicas se encontró correlaciones positivas y estadísticamente
significativas entre la necesidad cognitiva y todas las áreas de la inteligencia
emocional, lo cual indicaría que los dos constructos estarían vinculados entre sí, de
manera que a mayor necesidad cognitiva el sujeto tiene mayor posibilidad de captarlo
que ocurre en su entorno y ello podría posibilitar el proceso de interacción social que
se genera en el contexto de la inteligencia emocional.

Matalinares, Arenas y Dioses, en el año 2005, realizaron una investigación cuya


finalidad era establecer si existía o no relación entre la Inteligencia Emocional y el
Autoconcepto, para ello se evalúo a 203 estudiantes de ocho centros educativos
estatales de Lima Metropolitana, cuyas edades fluctuaban entre 15 y 18 años,, a
quienes se aplicó el Inventario de Inteligencia Emocional, propuesto por Ice Bar On, y
el test de Evaluación de Autoconcepto, propuesto por Musitu, García y Gutiérrez.. Los
resultados mostraron una correlación positiva entre ambas variables. Se encontró,
también, relación entre la Inteligencia Emocional y los componentes social y
emocional del Autoconcepto. Se encontró, además, relación positiva entre el
Autoconcepto y la comprensión emocional de sí y el cociente emocional de la Prueba
de Inteligencia Emocional. Por último, al comparar varones y mujeres en Inteligencia
Emocional, se encontró diferencias significativas a favor de las mujeres, en el cociente
emocional interpersonal de la Prueba de Inteligencia Emocional.

Valqui, A. (2011) realizó un estudio titulado: La inteligencia emocional y su relación


con el clima social escolar en los estudiantes del nivel secundario de la institución
educativa nº 00815 de Carrizal, año 2011, que presentó como tesis para obtener el
grado de maestría en Educación con mención en Psicopedagogía, en la Universidad
Nacional de San Martín de Tarapoto. Esta investigación tiene como propósito
determinar la relación que existe entre la inteligencia emocional y el clima social
escolar en los estudiantes del nivel Secundaria de la institución educativa Nº 0815 de
Carrizal, año 2011. La muestra estuvo constituida por 71 estudiantes de primer a
quinto grado, de la mencinada institución, matriculados y asistentes en el año 2011.
La investigación fue de tipo básica, de nivel descriptivo, con diseño de investigación
no experimental, transeccional correlacional. Los instrumentos utilizados fueron el
inventario de inteligencia emocional y el inventario de clima social escolar. Se obtuvo
como resultado que el mayor porcentaje de los estudiantes tiene nivel bajo de
inteligencia emocional y sus dimensiones representadas por 43,66% en inteligencia
emocional, 40,85% en autoconocimiento, 49,30% en autorregulación, 43,66% en
motivación, 42,25% en empatía; y 47,89% en habilidades sociales. El mayor
porcentaje de alumnos representado por el 39,44% percibe el clima escolar en un bajo
nivel, el 42,25% percibe las relaciones en un nivel medio, el 42,25% el desarrollo
personal en bajo nivel, el 43,66 % considera que la estabilidad es de bajo nivel, el
42,25 % percibe al sistema de cambio en un bajo nivel.

Cabrera, M. (2011) realizó un estudio titulado: Inteligencia emocional y rendimiento


académico de los alumnos del nivel Secundaria de una institución educativa de la
región Callao, que presentó como tesis para obtener el grado de Maestro en
Educación en la mención de Evaluación y Acreditación de la Calidad de la Educación,
en la escuela de postgrado, de la Universidad San Ignacio de Loyola. Esta
investigación tiene como objetivo establecer la relación entre inteligencia emocional y
rendimiento académico en estudiantes del nivel Secundaria de la I. E. Dos de Mayo.
La muestra está conformada por 268 estudiantes de 1er a 5to. año de Educación
Secundaria, cuyas edades fluctuan de 12 a 18 años. El diseño de la investigación es
de tipo descriptivo y correlacional. Se utilizó la del inventario del cociente emocional
de BarOn Ice: en niños y adolescentes, adaptado a la realidad peruana por Nelly
Ugarriza y Liz Pajares, y para el rendimiento académico se utilizaron las calificaciones
de las actas finales de evaluación. Los resultados muestran un 45,1% ubicado en el
nivel promedio de la inteligencia emocional, seguido del 22,8% en el nivel bajo y solo
el 8,6% en el nivel muy alto y en la tabla del rendimiento académico el 61,6% de los
estudiantes se encuentran en la escala de calificación de proceso, el 4,9% en la
escala de inicio y ningún estudiante logró destacado en la escala. En los valores
promedio del cociente emocional total y de sus dimensiones intrapersonal,
interpersonal, manejo del estrés, adaptabilidad, estado de ánimo general, así como el
rendimiento académico, la mayor desviación de los datos se muestra en el cociente
emocional del estado de ánimo general, destaca también el nivel de rendimiento
académico, que se ubica en la escala de calificación en proceso y con poca dispersión
de los datos. La relación entre estas dos variable demuestra que existe una relación
positiva débil, pero estadísticamente positiva.

La investigación de Cabrera (2011), que tuvo como objetivo establecer la relación


entre inteligencia emocional y rendimiento académico en estudiantes del nivel
secundario de la I.E. Dos de Mayo. La muestra estuvo conformada por 268
estudiantes del primero a quinto de secundaria, cuyas edades fluctúan entre los 12 y
18 años. La variable inteligencia emocional fue medida a través del inventario de
cociente emocional de BarOn ICE: En niños y adolescente adaptado a la realidad
peruana por Ugarriza y Pajares. Se encontró que el nivel de inteligencia emocional de
los estudiantes está en el nivel promedio, en cuanto al sexo, no hay diferencias en el
cociente emocional total.

2.3 Antecedentes Locales

Díaz y Huamán (2011), realizaron su investigación de tipo no experimental, con un


diseño descriptivo correlacional, se tuvo como objetivo conocer la “Relación entre
hábitos y técnicas de estudio e inteligencia emocional en los alumnos del quinto grado
de una institución educativa estatal del distrito de José Leonardo Ortiz de Chiclayo”.
La población muestral estuvo constituida por 101 alumnos de 16 y 17 años de edad,
los resultados encontrados señalan que el mayor porcentaje de inteligencia emocional
se encuentra en los niveles alto y muy alto donde un 32.7% pertenece al estado de
ánimo general, 27.7% a intrapersonal y al componente emocional total, mientras que
un 26.7% al componente interpersonal, 25.7% a adaptabilidad y solo un 24.8% a
manejo de estrés.

Mego (2007), se propuso investigar la relación que existe entre “Inteligencia


emocional y rendimiento académico en alumnos de cuarto y quinto de secundaria de
la institución educativa Santo Toribio de Mogrovejo del distrito de Zaña, Lambayeque”.
Los resultados obtenidosse encuentra que el mayor porcentaje (36.9%) de los
alumnos se ubican en la categoría de C.E. Medio de la inteligencia general, lo 9 que
significa que son personas que poseen competencias y habilidades particulares
adecuadas para enfrentar las exigencias del entorno. Así mismo, se observa que hay
menor porcentaje (29.2%) de alumnos situados en la categoría de C. E. Alto,
encontrándose así a adolescentes que se encuentran en contacto con sus
sentimientos, se sienten bien consigo mismo y son bastante exitosos en el desarrollo
de su potencial y en relacionarse con los demás.

2.4 Bases Teóricas

2.4.1 Definiciones

Adolescencia
El ministerio de salud afirma en una declaración conjunta, realizada en 1998 por la
OMS, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF] y el Fondo de las
Naciones Unidas para Actividades en Materia de Población [FNUAP], que el término
“adolescencia” se refiere a la población cuyas edades comprenden entre los 10 a 19
años, criterios tomados en cuenta por el Ministerio de Salud con la finalidad de unificar
estándares internacionales y además realizar evaluaciones objetivamente verificables.
No obstante, actualmente el Ministerio de Salud ha modificado dicho rango de edades
para estar acorde con la normatividad nacional. Actualmente la etapa de vida
adolescente es la población comprendida desde los 12 años de edad hasta los 17
años, 11 meses y 29 días, (Resolución Ministerial Nº 538-2009/ MINSA, del 14 de
agosto del 2009).

La adolescencia es una etapa del desarrollo en el ser humano que se caracteriza por
cambios físicos, emocionales y sociales: físicos, porque el cuerpo empieza a
desarrollarse y aparecen los caracteres sexuales secundarios y terciarios, que en
pocas palabras y sin pretender dejar de lado muchos aspectos, se refiere a la
madurez física reproductiva. Sociales, porque los jóvenes aprenden una nueva forma
de relacionarse con los demás, con base a lo que han aprendido en sus primeros
años en la familia. Las principales consecuencias psicológicas de estos cambios
físicos y sociales se dan en la autoimagen corporal, en la reevaluación de uno mismo
(¿quién soy?, ¿a dónde voy?) y en la búsqueda de la individualización. Esta etapa de
adolescencia es considerada de mayor vulnerabilidad hacia la apariencia física debido
a que se desarrolla el sentido de identidad y del rol de la sexualidad, por consiguiente
el periodo más sensible para el inicio de la insatisfacción corporal. (Trejo, Castro,
Facio, Mollinedo y Valdez, 2010).

En esta etapa también se presenta un factor importante en la vida del adolescente el


cuál es la búsqueda de identidad que es el resultado de un proceso dinámico que se
ha definido como el yo; el yo es el proceso que hipotetiza la identidad conforme el
individuo es capaz de expresar oralmente a sí mismo y a otras personas quién es y
qué es. Erikson citado por Silva (2008), define la búsqueda de identidad como la
confianza en la continuidad interior de uno mismo en medio del cambio, es la principal
tarea durante los años adolescentes. En esta etapa el desarrollo cognitivo les permite
construir una Teoría del yo, se da la búsqueda de "quién soy" y se vuelve
particularmente insistente a medida que el sentido de identidad del joven comienza
donde termina el proceso de identificación, la identificación se inicia con el
moldeamiento del yo por parte de otras personas, así como también modificando y
sintetizando experiencias anteriores pero la información de la identidad implica ser
uno mismo, en tanto el adolescente sintetiza más temprano las identificaciones dentro
de una nueva estructura psicológica. Adams y Gullota (1983); Altabe y Trompson
(1994) citados por Morris y Maisto (2011), refiere que la adolescencia es una época
en que surgen ciertos tipos de problemas del desarrollo en especial que tienen que
ver con la autopercepción, los sentimientos acerca del yo y las emociones negativas
en general. Entre esos problemas esta la disminución de la autoestima ya que son
proclives a estar insatisfechos con su apariencia. La satisfacción con la apariencia
propia suele estar vinculada con la satisfacción con uno mismo. Así, los adolescentes
que están menos satisfechos con su apariencia física suele tener baja autoestima.
Teniendo en cuenta que la adolescencia es una etapa en que se presentan un sin
número de problemas en su desarrollo integral entre ellos el aspecto emocional que
es tan necesario para la realización de la personalidad.

Inteligencia Emocional

Existen diversas definiciones de inteligencia emocional, varios autores han escrito


sobre el tema. Weisinger (1988) señalo que la inteligencia emocional es el uso
inteligente de las emociones. Así mismo, Gardner (1993, p. 301), define inteligencia
emocional como “El potencial biopsicológico para procesar información que puede
generarse en el contexto cultural para resolver los problemas”. Por otro lado, la
inteligencia emocional se convierte en una habilidad para procesar la información
emocional que incluye la percepción, la asimilación, la comprensión y la dirección de
las emociones (Mayer y Cobb, 2000, p. 273). Mayer, Salovey y Caruso. (2000, p. 109)
explicaron que la inteligencia emocional es la capacidad de procesar la información
emocional con exactitud y eficacia, incluyéndose la capacidad para percibir, asimilar,
comprender y regular las emociones. De este modo, la inteligencia emocional incluye
las habilidades de (Mehrabian, 1996):
 Percibir las emociones personales y la de otras personas.
 Tener dominio sobre las emociones propias y responder con emociones y
conductas apropiadas ante diversas circunstancias.
 Participar en relaciones donde las emociones se relacionen con la
consideración y el respeto.
 Trabajar donde sea, en la medida de lo posible, gratificante desde el punto de
vista emocional.
 Armonización entre el trabajo y el ocio.
Otros autores como Martineaud y Elgehart (1996, p. 48) definen inteligencia
emocional como “capacidad para leer nuestros sentimientos, controlar nuestros
impulsos, razonar, permanecer tranquilos y optimistas cuando no nos vemos
confrontados a ciertas pruebas, y mantenernos a la escucha del otro”. En este
sentido, la inteligencia emocional es la aptitud para captar, entender, y aplicar
eficazmente la fuerza y la perspicacia de las emociones en tanto que fuente de
energía humana, información, relaciones e influencia (Cooper y Sawaf, 1997, p.52).

Teniendo en cuenta estas definiciones se puede entender que la inteligencia


emocional es una manera de interactuar del ser humano con el mundo teniendo en
cuenta los sentimientos, capacidades, habilidades las cuales le permiten adaptarse e
interaccionar de manera adecuada. Habiendo definido lo que es inteligencia
emocional, es necesario proporcionar unos principios básicos para que se pueda
obtener una correcta inteligencia emocional. Se puede decir que la inteligencia
emocional, fundamentalmente (Gómez., Galiana y León, 2000) se basa en los
siguientes principios o competencias:
 Autoconocimiento. Capacidad para conocerse uno mismo, saber los puntos
fuertes y débiles que todos tenemos.
 Autocontrol. Capacidad para controlar los impulsos, saber mantener la calma y
no perder los nervios.  Automotivación. Habilidad para realizar cosas por uno
mismo, sin la necesidad de ser impulsado por otros.
 Empatía. Competencia para ponerse en la piel de otros, es decir, intentar
comprender la situación del otro.
 Habilidades sociales. Capacidad para relacionarse con otras personas,
ejercitando dotes comunicativas para lograr un acercamiento eficaz.
 Asertividad. Saber defender las propias ideas respetando la de los demás,
enfrentarse a los conflictos en vez de ocultarlos, aceptar las críticas cuando
pueden ayudar a mejorar.

2.4.2 Sustento teórico

2.4.3 Definición Conceptual


BarOn (1997); citado en Ugarriza 2001 define a la inteligencia emocional como un
conjunto de habilidades personales, emocionales, sociales y de destrezas que
influyen en la habilidad para adaptarse y enfrentarse a las demandas y presiones del
medio. Dicha habilidad se basa en la capacidad del individuo de ser consciente,
comprender, controlar expresar sus emociones de manera efectiva.

Tipo y diseño de la investigación

Tipo

Diseño de la investigación
Población y muestra

Operacionalización de Variables

Métodos, técnicas e instrumentos de recolección de datos

Métodos de investigación:

Técnica e instrumentos de recolección de datos

Instrumentos utilizados
CAPÍTULO IV: ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS

4.2 Discusión de resultados

CAPÍTULO V: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Conclusiones

Recomendaciones REFERENCIAS ANEXOS

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