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Escuela Nacional de Antropología e Historia

Rojas Avila Christian Ivan


Mito, rito y religión

Semana Santa: Jueves Santo en la congregación cristiana del templo “Dulce Esperanza”

Día 18 de abril, 2019. Tultepec, Estado de México.

09:00am: Presentación con el pastor del templo “Dulce Esperanza”

El templo se encuentra sobre la cerrada Isidro Fabela, Barrio San Rafael del municipio de Tultepec,
del Estado de México. Este lugar está cerca de un kínder particular llamado “Jean Piaget” y los
campos deportivos “Estrella” como referencia. La estructura del templo es parecida a un almacén;
tenía un zaguán grande color negro, bardas color gris y techado con láminas de aluminio con doble
caída. Sobre esta cerrada hay pocas casas, se pueden ver terrenos con construcciones sin terminar
y varios perros acostados en las banquetas, parecía un camino poco transcurrido.

Sostuve una plática con el pastor del templo Dulce Esperanza, para comentarle sobre el interés de
conocer, mediante la observación, las actividades realizadas en este templo durante ese día. El
pastor se hizo llamar Ricardo; un hombre alto, piel morena y poco cabello; vestía camisa blanca y
pantalón de vestir café oscuro, su voz es grave y su manera de hablar es tranquila, no parecía
molestarle la idea de querer observar sus actividades con fines escolares. Se miraba muy tranquilo
y se portó amable, además sonreía constantemente mientras me escuchaba y sin ningún problema
accedió a mi presencia en su templo diciendo: “La palabra de dios es para todos y a nadie se le niega
la entrada a su templo”. Él me comentó que ese día tendrían una congregación (reunión entre los
devotos) para escuchar la palabra de dios a las 07:00pm y celebrar el Jueves Santo; día en que Jesús
lava los pies a sus discípulos.

Inmediatamente me dijo que en este lugar no se celebra la semana santa como lo hace la iglesia
católica y que, si yo sentía el interés de participar me recomendaba hacerlo ya que esto me acercaría
a sentir la presencia de Dios (Jesucristo) en el lugar y en mí.

Al final de esta breve conversación me mencionó que me presentaría con sus hermanos, además de
preguntarles si no les molestaría mi presencia como observador. Posteriormente comprendería que
ellos se llaman hermanos entre sí, porque todos son hijos de dios.

06:45pm

Me encontraba cerca de la entrada del Templo Dulce Esperanza poco antes de la hora en que
comenzarían las actividades. Personas llegaban solos y acompañados entrando por el zaguán que
ya se encontraba abierto. Estas, entre adultos; mujeres y hombres, niños (as) y jóvenes, algunos
platicando y riendo, es decir; con buen ánimo, ingresaban al templo.
Decidí entrar. El lugar era amplio; un patio grande con loseta en el centro donde había sillas
acomodadas en hileras, aproximadamente treinta, frente a una pequeña plataforma de madera con
un micrófono, bocinas e instrumentos musicales bien acomodados; una guitarra, un bajo eléctrico
y una batería; detrás de la pequeña plataforma sobre la barda había una cruz pequeña color azul
claro. Este patio central estaba rodeado por cuartos pintados de color blanco, al parecer habitados;
había ropa colgada en tendederos frente a los cuartos, un lavadero con una pileta amplia y al fondo
lateral derecho del lugar, un auto color vino estacionado. En ningún lugar del templo había alguna
imagen de algún Dios o Santo, solo una casa común con un patio central como ya lo mencioné. El
zaguán era la única entrada y salida del lugar.

Las personas que ya se encontraban dentro del templo parecían muy cómodas, algunos se sentaron
en las sillas y otros estaban platicando de pie. Se saludaban diciendo “Dios te bendiga” y se llamaban
hermanos (as) entre ellos y ellas. Dentro del templo “Dulce Esperanza” observé aproximadamente
veinte personas e iban ingresando más poco a poco. Cerca de uno de los cuartos del fondo se
encontraba el pastor Ricardo platicando con una señora de piel muy blanca y alta.

Pasaron algunos minutos para que el pastor Ricardo se acercara al micrófono y comenzara a hablar.
Todos se acercaron a tomar asiento a los lugares aún vacíos. Ya había más gente dentro del templo,
cerca de 30 a 35 personas. Algunos permanecieron de pie para oír lo que el pastor comenzaba a
decir.

El pastor Ricardo se presentó ante los asistentes y también presentó a su esposa, que también es
pastora, la señora Laura; una mujer alta de piel blanca y cabello rubio, vestía formal; falda larga
color blanco y un suéter color rosa claro. Detrás de ellos y aun lado de los instrumentos, se podían
ver dos jóvenes y una muchacha que también vestían de manera formal. El pastor prosiguió diciendo
que esta presentación era para los nuevos asistentes.

Me presentó ante las personas que se encontraban en el templo, yo me encontraba de pie al


costado derecho de los asientos. Les explicó el objetivo de mi presencia a sus hermanos (as) diciendo
que solo permanecería como observador ya que me interesaba saber cómo hacían sus alabanzas a
Cristo. Les preguntó si tendrían algún inconveniente con mi presencia en el templo, a lo que
respondieron moviendo la cabeza y otros a voz, que no les molestaba esta manera de participar en
sus actividades.

Después de esto, prosiguió en el micrófono diciendo que se comenzaría con las actividades de ese
día. Todas las personas estaban muy atentas a lo que él decía con buen ánimo.

07:15pm Oración a Cristo

El pastor anunció mediante el micrófono que se comenzaría con la oración a Cristo:

Dicha persona cerro sus ojos, entre-cruzó sus manos al frente de él y comenzó a decir con una voz
tenue que; estaban agradecidos a Cristo por haberles dado un corazón atento y dispuesto a escuchar
la palabra de Dios, así mismo, por la oportunidad de estar juntos, darles paz y gloria por otro día
más. Agradeció por haberles dado la oportunidad de conocer su palabra y sentir la presencia del
espíritu santo en el templo y en su corazón. La señora Laura tomó el micrófono y al igual que su
esposo comenzó a hablar, con la misma postura (ojos cerrados y manos entre-cruzadas). Dirigió
agradecimientos a Jesús (Dios) por su presencia en el templo, por permitir que los asistentes
conozcan y sientan a Dios en su alma, también por superar las pruebas que les ha puesto, por
escucharlos en los momentos difíciles y permitirles la oportunidad de alabarlo ese día.

Las personas desde su lugar y las que se encontraban de pie, comenzaron a hacer lo mismo
repitiendo en voz baja lo que su pastor y pastora decían por el micrófono. Los asistentes oraban con
la siguiente postura corporal; la cabeza en alto, los ojos cerrados y su mano derecha extendida al
cielo. Todos lo hacían. El pastor Ricardo pidió, cuando dejaron de orar en conjunto, cada uno desde
su lugar pidiera y agradeciera a Dios por las situaciones o luchas personales, ya que (citando al señor
Ricardo); “[…] estas luchas y pruebas ya están ganadas en su nombre”, es decir, en nombre de su
Dios. También les dijo que pidieran por sus necesidades, por sus familias, por el trabajo, por aquellos
apoyos que reciben, por los dineros. La petición por la enfermedad que los aqueja, les mencionó el
pastor, debía hacerse poniendo su mano en la parte del cuerpo en que sienten dolor y nombraran
a Jesús, “reprendiendo el malestar”, echando fuera la enfermedad, ya que, parafraseando al señor
Ricardo; dios les dice; “en lo poco me tuviste y en lo mucho te bendeciré”. Las personas desde su
lugar comenzaron a hacer lo que él les decía, con la misma postura ya mencionada; los ojos cerrados
con la mano derecha en lo alto.

Pude ver que esta actividad les daba la facilidad a los asistentes de expresar sus necesidades y
peticiones en voz alta, sin temor a ser juzgados, nadie miraba nadie, cada quien pedía por sí mismo
y al mismo tiempo por los demás. No solo los adultos lo hacían, también jóvenes y niños (as). Por
momentos oraban con voz alta y entre tantas voces era difícil tomar atención a una sola persona.
En realidad, parecía como si su dios (Cristo) estuviese frente a ellos escuchando sus peticiones, sus
palabras cuya forma de expresarlas daban la sensación de que algo o alguien los escuchaba,
excluyendo a los presentes y yo.

El pastor termino la actividad con una frase: “gracias Cristo por tu grata presencia en este tu
templo”. Cuando terminaron abrieron los ojos y se miraban de manera muy natural, sonreían y se
abrazaban entre ellos y ellas. Escuché a una señora de avanzada edad decirle a una señora que se
encontraba a su lado que sintió la presencia de dios muy cerca de ella, la señora sonreía y lo
comentaba con bastante gratitud. Algunas otras personas también se comentaban cosas que no
logré escuchar.

Esta actividad duro alrededor de cuarenta y cinco minutos.

08:06pm
Alabanzas (cantos)

Al acabar esta oración conjunta, el señor Ricardo anuncio por el micrófono que ahora pasarían a
realizar las alabanzas. Los muchachos y la joven que se encontraban en la plataforma tomaron los
instrumentos; uno de ellos se sentó frente la batería, el otro joven tomo el bajo y la muchacha se
acercó al teclado mientras que la pastora Laura tomo un pandero y se acercó al micrófono.

Antes de que comenzaran a cantar, el pastor Ricardo les preguntó a todos: “¿quién está agradecido
con Dios?” A lo que todos respondieron “Amen”, como si esta palabra fuese una respuesta
afirmativa o análoga al “si”
Permanecí cerca del escenario durante la alabanza que realizarían.

Se comenzaron a tocar los instrumentos, era una música tranquila, lenta, sin llegar a oírse como las
canciones de la iglesia católica. La señora Laura comenzó a cantar, su voz me parecía suave y
tranquila. Las letras de las canciones hablaban sobre adoración, triunfo de su Dios, su presencia en
el mundo y esperanza, nobleza y humildad. El pastor se pasó del lado de las personas que asistieron
al templo y todos bailaban o danzaban (se balanceaban de un lado a otro) desde su lugar y cantaban
siguiendo la letra de las canciones. Al parecer esta son las alabanzas a su dios, es decir; mediante la
música. Todos se sabían dichas alabanzas y aplaudían mientras cantaban. En cada canción hacían
los mismo, no se notaban cansados y, por el contrario, parecía que estaban contentos (as) o alegres
al hacerlo. Tocaron seis canciones diferentes y en cada una de estas expresaban en sus rostros
bienestar, algunas personas cantaban con voz muy alta y alzaban las manos al aire, otros cantaban
mientras tenían los ojos cerrados alzando la cara al aire como cantándole al cielo. En ningún
momento pararon de cantar.

Entre canción y canción o durante la misma, la pastora Laura hacía comentarios (alabanzas) como:
“bendícenos señor”, “Bendita es tu palabra”, “Gracias Cristo”, “si dios es conmigo, ¿quién contra
mí?, entre otras más. Se notaba sentimiento al decir estas frases por parte de dicha persona, para
inmediatamente continuar cantando.

Al término de esta actividad, la mayoría se sentó en su lugar mientras sonreían y comentaban entre
ellos cosas como lo bien que se habían sentido al cantar y lo bonito que les había parecido dicha
alabanza. Los jóvenes y la muchacha que habían tocado los instrumentos se retiraron de la
plataforma, quedando solo el señor Ricardo y la señora Laura.

Todo parecía tener un orden que los asistentes ya conocían muy bien, además de conocer cantos y
oraciones que se mencionaban durante estas actividades. Era claro que la persona que organizaba
y “ordenaba” cada actividad era el pastor Ricardo, aunque su tono de voz no era a manera de
“mando”, sino amable y siempre hablando desde un “nosotros”. Todos parecían en verdad
contentos y felices con lo que hasta ahora se había realizado.

08:34pm
Representación del “lavado de pies”

Pasaron unos minutos cuando el pastor dijo por el micrófono que comenzarían con una pequeña
representación sobre la vida de Jesús, así que, todos se volvieron a acercar a sus lugares para
escucharlo.

A manera de relato, el pastor Ricardo comenzó a platicar acerca de este pasaje en la vida de Jesús,
las personas parecían atentas y guardaban silencio para escucharlo. Yo me encontraba en la parte
trasera de las sillas de los asistentes.

El relato, parafraseando el dialogo del pastor, se trataba sobre los discípulos de Jesús y la forma en
que estos criticaron a una mujer por haber lavado los pies de Jesús con un perfume de valor muy
alto. Los discípulos preguntaron porqué hacía tal cosa sí, vendiendo dicho perfume podría sacar
mucho dinero y se lo podría dar a los pobre o a quienes lo necesitan; según el pastor Ricardo; Jesús
replico a sus discípulos preguntándoles: “¿creen que no merezco que me laven los pies con este
perfume?”, El pastor Ricardo sostenía una biblia en su mano derecha e iba leyendo párrafos sobre
dicho evento a los presentes. Algunas personas también traían una biblia en mano y seguían la
lectura con la mirada.

El pastor Ricardo continuaba leyendo, al mismo tiempo que explicaba cada situación que leía y dijo
que lo que había hecho aquella mujer era un acto de humildad, por lo que Jesús comenzaría a lavar
los pies de sus discípulos “el acto de la mujer muestra humildad, nobleza de corazón y de buenos
sentimientos” dijo el pastor. Los asistentes asentaban con la cabeza, afirmando lo que se iba
comentando y leyendo de la biblia, las demás personas solo escuchaban.

Al termino de dicha platica el pastor preguntaba si alguien tenía alguna pregunta o si querían
comentar algo sobre lo que la lectura y las oraciones les habían hecho sentir, pero nadie comentó
nada. Entonces el señor Ricardo les comentó que se pasaría a realizar la representación de lo que
cristo había hecho con sus discípulos ese día, por lo que necesitaba que, así como se encontraban
acomodados, es decir; en los asientos y por filas, pasarían al frente para que se les lavaran los pies.

De esta manera comenzó a organizar la representación del lavado de pies que se iba a realizar.

Cuando el pastor comento que es lo que se haría, las personas expresaron sorpresa y se miraban
entre ellos y ellas, algunos se reían sutilmente como si les diera pena realizar dicha representación,
pero todos comenzaron a acomodarse.

La representación sería de la siguiente forma: El pastor Ricardo y la pastora Laura acercaron cinco
sillas a la plataforma y frente a cada una de estas colocaron una cubeta con agua al parecer caliente
o tibia; los músicos fueron los primeros que se sentaron en estas sillas; se quitaron sus zapatos y
calcetines, posteriormente el pastor y la pastora se hincaron para tomar el agua con sus manos y
comenzar a mojar y frotar con movimientos suaves en forma de espiral los pies descubiertos de los
músicos, es decir, los jóvenes que habían tocado los instrumentos en la alabanza. El proceso del
lavado de los pies duro aproximadamente 3 min por persona, al terminar de lavar sus pies se les
pasaba una toalla para secar sus pies y colocarse sus zapatos. Cuando acabaron de lavar los pies de
los jóvenes, ellos ahora debían lavar los pies de la siguiente fila de asistentes. Pasaban de cinco en
cinco y cada vez que se terminaba una fila esta ultima lavaba los pies de la siguiente. Al término de
cada fila se cambiaba el agua que utilizaban para dicha representación.

Pasaban formadas cinco personas que al tomar asiento se quitaban sus zapatos. Todos pasaron y
mientras esto ocurría, el pastor les pidió que antes de pasar, desde sus asientos, debían hacer
oración y peticiones a Dios. Durante el lavado de pies les iba diciendo como lavarlos y medía el
tiempo para que pudiera pasar la siguiente fila. Por momentos, durante dicha actividad decía
algunas frases como “¡humilde es el corazón de nuestro señor!” y otras palabras en voz baja que
apenas lograba distinguir, como; paz, reino, amor, corazón, y Cristo.

Como lo había indicado el señor Ricardo, antes de pasar a dicha actividad, las personas que aún se
encontraban en sus asientos oraban en voz muy baja; agachando la cabeza y entrelazando sus
manos frente a ellos.
Cuando las personas regresaban a sus asientos después de haber pasado, parecían estar apenadas
por haber mostrado sus pies y reían entre ellos, otros solo se volvían a sentar y comenzaban a hacer
las peticiones y oraciones que el pastor les había dicho. Esta actividad duro aproximadamente media
hora y pronto paso la última fila que prosiguió a lavar los pies del pastor y pastora.

Todo fue muy ordenado y durante dicha representación solo se escuchaba el agua al lavar los pies
de las personas asistentes y un mar de susurros de las personas que oraban desde su lugar, quizá
debido a la estructura del lugar que propiciaba el eco de cualquier ruido al interior.

Una vez que terminó dicha actividad y todos ya se encontraban de nuevo en su lugar, el pastor y la
pastora comenzaron a explicar la representación que habían realizado, él decía que la actividad
significó una forma de humildad en el corazón de los hijos de dios, pues él desea que lo sean, no que
sean pobres, comentó, pues dios no quería pobreza en la vida de sus hijos, sino que fuesen humildes
de corazón. Las personas observaban y escuchaban atentos al pastor y afirmaban con la cabeza cada
comentario que hacía.

Ya eran las 09:14pm y la pastora Laura tomo el micrófono para dar por terminada la reunión a oír la
palabra de dios. Todos respondieron al mismo tiempo “Amen” y la mayoría de las personas se
levantaron y comenzaron a platicar entre ellos, unos se saludaba o despedían, iban saliendo poco a
poco mientras que otros se quedaban más tiempo conversando.

Me dirigí al pastor Ricardo para ayudarle a recoger las sillas utilizadas en sus actividades y darle las
gracias por permitir mi presencia en su templo. El amablemente me comentó que espera que no
sea la única vez que asista y pueda participar en sus alabanzas. También me preguntó si lo que había
visto me gustaba o me hacía sentir bien; respondí que me parecía muy interesante y si me era
posible, regresaría.

Siendo las 09:25 me retire del lugar en el cual aún permanecían pocas personas.

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