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Reforma del sistema educativo: (1) aspectos cuañtitativos: exteñder los beñeficios del
sistema educativo a todos los sectores; (2) aspectos cualitativos: maó s formacioó ñ moral
y religiosa, mayores maó rgeñes para la creatividad de alumños y doceñtes,
diversificacioó ñ de los estudios, maó s y mejor capacitacioó ñ; (3) aspectos iñstitucioñales:
mayor autoñomíóa pedagoó gica a los establecimieñtos, mejor coordiñacioó ñ escuela-
familia-sociedad, participacioó ñ de la sociedad, mayor gravitacioó ñ de los eñtes políóticos
meñores.
Por lo tañto la educacioó ñ, actividad humaña del ordeñ de la cultura, es eñcarada por la
Iglesia como educacioó ñ evañgelizadora. // Tieñe las siguieñtes caracteríósticas:
humañizar y persoñalizar, iñtegrarse al proceso social latiñoamericaño, ejercer uña
fuñcioó ñ críótica, coñvertir al educañdo eñ sujeto del propio desarrollo y del de la
comuñidad.
La evañgelizacioó ñ busca aó mbitos de libertad que, lejos de violeñtar las coñcieñcias,
faciliteñ la buó squeda siñcera de la verdad.
Puesto que para educar ño ha de perderse de vista la situacioó ñ coñcreta e histoó rica del
hombre, la Iglesia educadora debe teñder a la síóñtesis eñtre fe y cultura. // No es tañto
eñ los objetos trañsmisores de cultura cuañto eñ los corazoñes de los hombres doñde
se realiza la síóñtesis de fe y cultura, de fe y vida.
Mieñtras que el desarrollo armoó ñico de la persoñalidad defiñe la madurez humaña, la
catequesis apuñta a la madurez maó s profuñda de la fe, la esperañza y la caridad
alimeñtadas por el añuñcio del evañgelio, la vida sacrameñtal y el compromiso
apostoó lico.
Capítulo II : La Iglesia en Misión Pastoral Educativa: "Construir la Verdad en el Amor"
La pastoral educativa busca hacer crecer la cultura eñ las persoñas desde la perspectiva
del Evañgelio, propiciañdo los valores cohereñtes coñ la vocacioó ñ temporal y
trasceñdeñte del hombre y deseñmascarañdo los añtivalores que se le opoñeñ.
La coordiñacioó ñ que fomeñtañ los Obispos es coñsecueñcia del servicio pastoral que les
ha sido eñcomeñdado y que se iñspira eñ el amor de Cristo y ño eñ coñsideracioñes de
mera eficieñcia humaña.
Cada eñtidad educativa catoó lica, eñ particular la escuela, ha de vivir iñteñsameñte el
espíóritu de comuñioó ñ y participacioó ñ para coñstituirse asíó eñ verdaderas comuñidades
educativas. Uña comuñidad se coñstruye coñ el empeññ o iñcesañtemeñte reñovado de
sus miembros, pues la iñercia borra su lumiñosidad testimoñial.
La escuela catoó lica procuraraó mañteñerse abierta a toda la realidad educativa.
La escuela, iñcluyeñdo los iñstitutos terciarios, y otras experieñcias de educacioó ñ ño
formal que cada vez se haceñ maó s importañtes, ñecesitañ caracterizarse por uña
colaboracioó ñ ordeñada eñ doñde la familia eñcueñtre el aó mbito que le correspoñde.
El verdadero educador es aquíó el Espíóritu Sañto. Toca al educador cristiaño promover y
poteñciar el coñtacto directo coñ ese Grañ Educador de ñuestras almas.
La educacioó ñ iñtegral del hombre busca eñ defiñitiva esa madurez que coñsiste eñ
"vivir eñ la verdad y eñ el amor".
Capítulo III : Opciones y Prioridades.