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PROYECTO:
TABLAS COMPARATIVAS
CICLO 2018-2019
“TRASTORNOS ALIMENTICIOS:
TRASTORNO POR ATRACÓN, BULIMIA Y
ANOREXIA”
En los últimos 30 años, los TCA surgieron como enfermedades cada vez más frecuentes,
sobre todo en los adolescentes. Los estudios sobre la frecuencia de estos trastornos
muestran un aumento preocupante, principalmente en la población de mujeres jóvenes. Se
ha encontrado que entre 1 y 2 % de las mujeres padecen de anorexia nerviosa (AN), y entre
1 y 3 % padecen bulimia nerviosa (BN). Estos trastornos se presentan en una proporción
de 10 a 1 en las mujeres con respecto a los varones, aunque en los últimos años se ha
incrementado el número de varones que los padecen. Generalmente el inicio de los
trastornos de la conducta alimentaria es de los 14 años hasta los 20.
En México se han llevado a cabo diversos estudios para detectar dichas manifestaciones
conductuales. Los hallazgos en muestras representativas de estudiantes de entre 14 y 24
años han indicado que 1.1 % de varones y 5 % de mujeres en el estado de Morelos y 3.4 %
de varones y 9.6 % de mujeres en la Ciudad de México refieren dichas conductas.
En la actualidad este tipo de trastornos han generado polémica en toda cultura y todo país.
En México por su parte los TCA están siendo ampliamente estudiados.
Actitudes obsesivas respecto a las dietas: estos regímenes se hacen de forma compulsiva,
es decir que la persona sabe que es algo dañino para su salud pero no puede dejar de
hacer dieta, éstas son:
El trastorno por atracón es el trastorno alimenticio más común en los Estados Unidos, que
afecta a un 3,5 % de las mujeres y al 2 % de los varones, y es frecuente en hasta un 30 %
de aquellos que buscan un tratamiento para bajar de peso. Se ha clasificado como un
trastorno independiente de la conducta alimentaria de acuerdo con el DSM-V y se describió
por primera vez en 1959 por el psiquiatra e investigador Albert Stunkard como "síndrome
de alimentación nocturna" (Night Eating Syndrome (NES)), y el término "trastorno por
atracón" fue acuñado para describir la misma conducta alimentaria compulsiva, sin la
connotación nocturna. El trastorno por atracón por lo general conduce a la obesidad,
aunque puede ocurrir en individuos con un peso normal. Pueden existir factores genéticos
que predispongan al desarrollo del trastorno. Este trastorno tiene una alta incidencia de
comorbilidad psiquiátrica.
Cada vez se hace más claro que la adicción a la comida tiene mucho más que ver con los
receptores de dopamina en el cerebro, que cualquier otro neurotransmisor. La dopamina
tiene que ver con los sistemas de recompensa en el cerebro y la adicción a la comida es la
causa de la compulsión por comer, ahora llamado por el DSM 5, trastorno por atracón.
ANOREXIA
La anorexia nerviosa es un trastorno de la alimentación que afecta generalmente a las
mujeres jóvenes. Los anoréxicos tienen un miedo intenso a engordar y perder el control de
su figura corporal.
Una carencia de nutrición adecuada puede causar problemas de salud física y mental, por
lo tanto, la anorexia debe tratarse lo antes posible. A menudo, la anorexia nerviosa
comienza entre los 15 y 25 años, pero puede desarrollarse en niños de tan solo 10 años o
en personas mayores. Aunque el 90 por ciento de quienes tienen anorexia son mujeres, la
anorexia también puede afectar a los hombres.
Resulta difícil calcular lo extendida que está la anorexia nerviosa, pero los sondeos
sugieren que el 1 por ciento de las jóvenes (de 15 a 25 años) padecen la enfermedad.
Síntomas
Otros síntomas son: dolores de estómago, estreñimiento, diarrea, desmayos, mareos, piel
seca, áspera o descolorida, pelo ralo que se quiebra o se cae, problemas dentales causados
por el ácido estomacal que pudre el esmalte dental durante los vómitos repetidos, insomnio
y fatiga.
Con frecuencia, las anoréxicas dejan de tener el periodo. En los niños y quinceañeros puede
retrasar la pubertad y causar problemas de desarrollo físico.
Un persona anoréxica puede tener un miedo intenso a engordar o tener una percepción
distorsionada de su propia figura corporal; tener un peso corporal normal y sano puede
hacer que se sientan tensos y muy nerviosos.
Causas
Cuando buscamos las causas de la anorexia, hay que aclarar que es extremadamente
complicado establecer parámetros comunes responsables de este trastorno
alimentario, debido sobre todo a su componente psicológico y a la gran variación de
signos y síntomas entre unos pacientes y otros.
Los estudios desarrollados que han intentado determinar la etiopatogenia (origen de la
patología) de la anorexia no han sido concluyentes, apuntando como origen la suma de
algunos de estos factores predisponentes:
Tratamiento
En este sentido, existen dos tipos de bulimia nerviosa: de tipo purgativo y de tipo no
purgativo. En la primera, la persona se autoinduce el vómito o emplea laxantes o diuréticos
para expulsar la comida. En la segunda, el individuo opta más bien por ayunar o realizar
mucho ejercicio los días siguientes a la ingesta.
Como tal, la palabra bulimia proviene del griego βουλιμία (boulimía), de βούλιμος
(boúlimos), que traduce, literalmente, ‘hambre de buey’, pero que podemos entender como
‘muy hambriento’.
En el siglo 18, James (1743) describió una entidad como true boulimus caracterizada por
una intensa preocupación por la comida, ingesta de importantes cantidades de alimentos
en períodos cortos de tiempo seguido de desmayos y otra variante caninus appetitus en
donde tras la ingesta se presentaba el vómito. En el siglo 19, el concepto de bulimia se
incluyó en la edición 1797 de la Enciclopedia Británica y en el Diccionario médico y
quirúrgico publicado en Paris en 1830 y luego fue olvidada.
Fue recién en 1979 que Russell publicó la primera descripción clínica exacta de la
enfermedad. En su trabajo describió 30 pacientes con peso normal que además de un
intenso temor a engordar presentaban atracones y vómitos. La llamó en su momento
“bulimia nerviosa, una variante ominosa de la anorexia nerviosa”.
Causas
Aunque no se ha conseguido encontrar una causa orgánica que origine este trastorno de la
conducta alimentaria (TCA), se cree que existen varios factores que pueden desencadenar
la bulimia nerviosa. Por un lado, numerosos estudios científicos localizan genéticamente el
trastorno en el cromosoma 10 de las personas afectadas, con una alteración en los niveles
o en la actividad de sustancias neurotransmisoras en ellas (serotonina, noradrenalina,
dopamina). Por otro, suele haber una susceptibilidad en estos enfermos demostrada
seguramente a través de otros casos familiares o circunstancias determinadas en su
ambiente personal.
Una baja autoestima puede conducir a una excesiva preocupación por el aspecto físico,
lo que lleva a realizar dietas restrictivas, que no siempre producen los resultados deseados,
alternadas con episodios de consumo incontrolado de comida, que provocan un
desequilibrio metabólico. El paciente tiene sentimientos de culpabilidad a consecuencia del
atracón, y su preocupación por engordar genera otras conductas como el vómito
autoinducido y el abuso de laxantes.
El enfermo puede sentirse también presionado por los patrones de belleza considerados
ideales por la sociedad, y por la necesidad de ser delgado y atractivo para sentirse
aceptado. Experiencias de rechazo social o un fracaso sentimental pueden hacerle creer
que perder peso es un requisito indispensable para tener éxito.
Hay personas que piensan que ellas solas podrán curarse pero esto no es así. Es un
problema grave y complejo que requiere de un tratamiento multidisciplinar
(fundamentalmente nutricional y psicológico) para poderlo superar. Aunque no en todos los
casos se logra una recuperación completa del trastorno, cuanto antes se inicie el
tratamiento más posibilidades existen de resolver el problema y el éxito puede ser total en
un gran porcentaje de casos.
Una vez que se han iniciado los síntomas es imprescindible actuar lo antes posible. La
familia debe anteponer el riesgo de no intervenir, ante la incomodidad de sentirse como
“vigilantes” del comportamiento de sus hijos, con la posible reacción de rechazo. El hábito
de comer en familia es una importante medida preventiva.
Los amigos o los profesores de la persona que presenta la conducta alimentaria alterada
también pueden suponer un factor determinante, tanto en la detección de síntomas, como
en el proceso de decisión de pedir ayuda y acudir a consulta.
Bibliografía
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with Bulimia nervosa; Int J Eat Disord 1997; 21 (2):115-127.
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Disord 1996; 19 (2):203-207.
Fairburn C, Wilson G. Binge eating: Nature, assessment and treatment. London:
Guileford Press,1995: 16-17; 25-28.