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1-La primera parte, llamada Preámbulo, es una rica síntesis doctrinal que fundamental
la Ordenación del Misal. Está dividida en tres grandes títulos que son introducidos por
una cita evangélica (Lc 22,12), que se refiere al relato de la institución de la Eucaristía.
El texto afirma que el Señor “ordenó preparar una sala grande, bien arreglada”. A la luz
del mismo, la Iglesia ha considerado que esta orden le incumbía al ir estableciendo
normas para la celebración de la Eucaristía. De este modo, las normas establecidas por
la reforma del Concilio Vaticano II como el Nuevo Misal de rito romano que se utilizará
de ahora en más, manifiestan esta preocupación, fe y amor a la Eucaristía y testimonian
su tradición continua e ininterrumpida.
a-Testimonio de una fe inalterada
Se precisa que el Vaticano II, siguiendo a Trento, ha proclamado la “naturaleza
sacrificial de la Misa” (SC 47). Enseñanza que se hall expresada en las fórmulas de la
Misa.
Por lo tanto, en el Nuevo Misal, la norma o principio lex orandi-lex credendi, está
evidenciada en el hecho de que la “norma de la oración” de la Iglesia corresponde a su
perenne “norma de fe”. Es decir que, salvo la manera de ofrecer que es diferente, hay
identidad entre el Sacrificio de la Cruz y su renovación sacramental en la Misa que el
Señor Jesús instituyó en la última Cena. Es al mismo tiempo, sacrificio de alabanza, de
acción de gracias, de propiciación y de satisfacción.
Además se reafirma “el admirable misterio de la presencia real del Señor bajo las
especies eucarísticas”, reafirmado también por el Vaticano II (SC 7, 47). Por ello, en la
celebración, el Misterio se destaca no solamente por las palabras-transubstanciación,
sino también por el sentir y la expresión exterior de suma reverencia y adoración que
tiene lugar en la liturgia eucarística.
Un tercer elemento esencial que se destaca es “el de la naturaleza del sacerdocio
ministerial” (propia del presbítero), que ofrece el sacrificio y preside la asamblea, in
personae Christi. Los motivos de tal función se enuncian claramente en el Prefacio de la
Misa Crismal.
En cuarto lugar se precisa “el sacerdocio común de los fieles” puesto a la luz en relación
con el sacerdocio ministerial (PO 2 “su sacrifico espiritual alcanza su consumación en
unión con el sacrificio de Cristo, único mediador, por medio del ministerio de los
presbíteros.
Precisamente aquí (n 5), la ordenación expresa una de las claves de toda celebración
litúrgica: “ser siempre, acción de toda la Iglesia, en la cual cada uno hará todo y sólo lo
que le corresponde, teniendo en cuenta el lugar que ocupa en el Pueblo de Dios”.
Esta precisión, es clave para entender la renovación conciliar ya que, gracias a ella, se
logra prestar mayor atención a aspectos de la celebración, que con el correr de los
siglos, a veces habían sido descuidados.
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b-Manifestación de una tradición ininterrumpida
SC 50 enuncia las normas, según las cuales debía ser revisado el rito de la Misa. Pide,
entre otras cosas, que ciertos ritos fueran restablecidos de acuerdo con la primigenia
norma de los Santos Padres, tomando las palabras de la carta apostólica Quo Primum de
San Pío V, por medio de la cual, en 1570, se promulgó el Misal de Trento. De allí que en
el lapso de cuatro siglos, los misales siguen la misma e idéntica tradición y a la vez, se
comprende hasta qué punto el Nuevo Misal perfecciona al primero con notable acierto.
El primer Misal, es editado en 1474, que reproduce fielmente el Misal de la época del
Papa Inocencio III. Hoy, el enriquecimiento es posible percibirlo en el Nuevo Misal,
gracias a los innumerables estudios de eruditos que han permitido conocer una cantidad
de oraciones ignoradas hasta ahora y de gran importancia espiritual.
Lasmismas tradiciones de Oriente y Occidente son mucho mejor conocidas ahora.
-Por estas razones, el Vaticano II, “convocado para adaptar la Iglesia a las necesidades
de su función apostólica en nuestra época, ha escrutado profundamente la naturaleza
didáctica y pastoral de la liturgia” “y ha admitido que el uso de la lengua vernácula e
muy útil para el pueblo en no pocas ocasiones” (SC 33). (para que se comprenda en
mayor plenitud el misterio celebrado).
-Ahora, siendo la lengua de cada país un instrumento importante para expresar con
mayor claridad la catequesis del misterio contenido en la celebración, el Vaticano II, ha
instado además a poner en práctica ciertas prescripciones de Trento que no habían
sido obedecidas: homilía en los domingos y días festivos, facultad de intercalar algunas
moniciones en los mismos ritos.
-Pero, sobre todo, “aconsejar la participación más perfecta en la Misa, la cual consiste
en que los fieles después de la comunión del sacerdote reciban el Cuerpo del Señor”
(SC 35,3), que era un deseo de Trento (DS 1747). Permitiendo que a veces se dé la
comunión bajo las dos especies (SC 55).
(Estos tres puntos son de particular interés para el ejercicio del ministerio
diaconal).
-De esta manera, una parte del Nuevo Misal relaciona con mayor claridad las oraciones
de la Iglesia con las necesidades de nuestro tiempo (Misas rituales y para diversas
necesidades) con muchas expresiones tomadas de la antigua tradición y adaptadas a las
circunstancias actuales.
-Otras como oraciones por la Iglesia, los laicos, la santificación del trabajo, la
comunidad de los pueblos y necesidades propias de nuestra época, han sido totalmente
renovadas tomando las ideas y a menudo hasta los mismos términos de recientes
documentos conciliares.
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-Del mismo modo, teniendo en cuenta la situación del mundo actual, vió que no
afectaba a la tradición “la modificación” de ciertas frases de textos tomados de la más
antigua tradición, a fin de que su estilo concordara mejor con el de la teología
contemporánea. Así, se han modificado algunas formas de expresión relativas a la
valoración y uso de los bienes terrenales y otras que ponían de relieve una forma de
penitencia exterior, propia de la Iglesia en otras épocas.
Este es el fruto de los esfuerzos por acercar la liturgia a los fieles, iniciado de modo
particular por el movimiento litúrgico y el celo apostólico de S. Pío X.
Capítulo I
Importancia y dignidad de la celebración eucarística
Capítulo II
Estructura de la Misa. Sus elementos y partes
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1-Lectura de la Palabra de Dios y su explicación. (Recurrir al texto mismo)
2-Oraciones y otras partes que competen al sacerdote
-La Plegaria eucarística, cumbre de toda la celebración, ocupa el primer lugar entre
las oraciones que corresponden al sacerdote.
-Luego las oraciones: colecta, sobre las ofrendas y la oración después de la
comunión.
Al dirigirlas “en representación de Cristo y en nombre de todo el pueblo santo de
Dios, se llaman pues oraciones presidenciales.
-Corresponde también al sacerdote-presidente el realizar algunas moniciones y
fórmulas de introducción y conclusión, previstas en el rito y, que su naturaleza, no
requiere que se reciten exactamente como están redactadas en el Misal. (Importante
leer la Carta circular sobre las Plegarias eucarísticas, del 27 de abril de 1973 de
la Congregación para el Culto Divino).
-Corresponde además, anunciar la Palabra y dar la bendición final, introducir a los
fieles antes de que comience la celebración, antes de las lecturas, en la Plegaria
eucarística, antes del prefacio; y también concluir toda la acción sagrada, antes de la
despedida.
3-Otras fórmulas de la celebración
Fundamentalmente se refiere a los diálogos entre la asamblea y el celebrante y a las
aclamaciones, que constituyen, por la naturaleza comunitaria de la celebración, ese
grado de participación activa que los fieles han de aportar.
Otras formas que favorecen este espíritu son: el acto penitencial, la profesión de fe,
la oración universal y la oración del Señor.
De las otras, algunas constituyen un rito: Gloria, salmo responsorial, Aleluya,
versículo antes del evangelio, el Santo, Aclamación luego de la consagración y el
canto después de la comunión.
Y otras “acompañan un rito”: canto de entrada, del ofertorio, de la fracción del
pan,de la comunión.
4-Diversos modos de pronunciar los textos. (Recurrir al texto n 18).
5-Importancia del canto.
“Debe darse gran importancia a él en las celebraciones, habida cuenta de la índole
del pueblo y de las posibilidades de cada asamblea. No implica que deba cantarse
siempre los textos destinados a ser cantados”. (Importante leer la instrucción
Musicam sacram, del 5 de marzo de 1967, de la Congregación de Ritos).
6-Gestos y posturas
SC 39 “signo de la comunión y unidad de la asamblea, ya que, fomenta la comunión
de espíritu y sentimiento de los participantes”
-Para ello los fieles deben obedecer a las moniciones que hacen el diácono, el
sacerdote y otros ministros. (Recurrir al n 21 que detalla los momentos de pie,
sentados y de rodillas).
-A los gestos y posturas, se agregan las acciones por las que el sacerdote: se acerca
al altar, se ofrecen los dones y los fieles se acercan a la comunión. Acciones que
convienen sean decorosas, normas establecidas en cada caso.
7-El silencio.
(Musicam sacram n 17). Su naturaleza depende del momento en que se guarde en
cada celebración. Acto penitencial y después de la invitación a orar; después de la
lectura u homilía; después de la comunión.
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III- Las distintas partes de la Misa
A- RITOS INICIALES
B- LITURGIA DE LA PALABRA
-La parte principal la constituyen las Lecturas tomadas de la Sagrada Escritura y los
cánticos interleccionales.
-La homilía, profesión de fe y oración universal o de los fieles “la desarrollan y
concluyen”. (Importante aquí cuando celebra un ministro no ordenado. No hay que
hacer homilía como una obligación).
Lecturas bíblicas: No es un oficio presidencial, “sino ministerial”, por lo tanto, de
ordinario conviene que otro sacerdote o el diácono proclame el Evangelio. Si no lo hay,
que lo proclame el que preside.
Cantos interleccionales: El salmista o cantor del salmo proclama sus versos “desde el
ambón o desde otro lugar adecuado”.
Homilía: (SC 52 “es parte de la liturgia, y se la recomienda encarecidamente”. Es
alimento para la vida cristiana. ( Su naturaleza y expresión… Instrucción Inter
Oecumenici, del 26 de setiembre de 1964 n 54). Nº 42 “De ordinario, hará la homilía
el mismo sacerdote celebrante”.
Profesión de fe: Su finalidad es “dar asentimiento y responder a la Palabra de Dios y
recordar la regla de su fe antes de comenzar a celebrar la Eucaristía”
Oración de los fieles: Nº 45 y 46.
C- LITURGIA EUCARÍSTICA
La Iglesia ha ordenado toda la celebración de la liturgia eucarística en estas partes, que
responden a las palabras y a las acciones de Cristo. A saber:
-Preparar los dones que se llevan al altar: pan, vino y agua… los mismo elementos que
Cristo tomó en sus manos.
-La plegaria eucarística en la que se da gracias a Dios por toda la obra de la salvación y
se hace la ofrenda del Cuerpo y de la Sangre de Cristo;
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-Y por la fracción del pan se manifiesta la unidad de los fieles, y por la Comunión los
fieles reciben su Cuerpo y Sangre.
Preparación de los dones: Con ello se inicia la liturgia eucarística. Lo primero que se
realiza es la Preparación del altar (Instrucción Inter Oecumenici, 26 de setiembre
1964 nº 91): se coloca el corporal, purificador, el misal y el cáliz.
Los dones los reciben el sacerdote o el diácono y las coloca sobre el altar.
La colecta no se coloca en la mesa eucarística. Otro lugar conveniente.
D) RITO DE CONCLUSIÓN
Consta de: Saludo y bendición del sacerdote y Despedida para que todos retornen a la
vida alabando y bendiciendo a Dios.
Capítulo III
Oficios y Ministerios en la Misa
SC 14, 26: “En la asamblea que se congrega para la Misa, cada uno tiene el derecho
y el deber de aportar su participación de diverso modo, según la diversidad de
órdenes y oficios. (SC 26) “Cada uno hará todo y sólo lo que le corresponde”.
-NºSa presidencia del Obispo y del presbítero
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I- Oficios y ministerios del Orden Sagrado
-Nº 61 Entre los ministros, tiene el primer lugar el diácono, cuyo orden fue tenido en
estima desde el comienzo de la Iglesia. En la Misa tiene, en efecto, partes propias:
Anuncia el Evangelio y a veces predica la Palabra de Dios, guía la oración de los
fieles, asiste al sacerdote, distribuye la Eucaristía y, a veces, indica los gestos y
posiciones de los fieles.
II- Servicios y ministerios especiales
Capítulo IV
Diversas formas de Celebrar la Misa
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j-Luego de la oración después de la comunión, puede dar los avisos al pueblo.
k- despide al pueblo: Pueden ir en paz
l-Besa el altar junto con el sacerdote y se retira del mismo modo en que entró.
a-Los ministerios que puede realizar son “de diversa índole” y muchos de ellos
pueden ser simultáneos. Por lo tanto conviene repartirlos “oportunamente” entre
varios, cuidando él de realizar los más importantes.
b-Puede llevar la cruz en la procesión. Luego se ubica en su lugar en el presbiterio.
c-Es importante que ocupe un lugar cerca del altar para ayudar al sacerdote o
diácono en todo lo que sea necesario.
d-Cuando no hay diácono, terminada la oración universal, prepara el altar. Si hace
falta ayuda al sacerdote a recibir los dones. Acompaña en la incensación de las
ofrendas y altar.
e-En calidad de ministro extraordinario de la comunión, puede ayudar al sacerdote
a distribuir la comunión (Carta apostólica Ministeria quaedam, 15 de agosto de
1972).
f-Ayuda al sacerdote o diácono a purificar y arreglar los vasos sagrados. En
ausencia del diácono, los lleva a la credencia y ahí los purifica y arregla.
Capítulo VII
Como se eligen las diversas partes de la Misa
-Al ordenar la Misa, dentro de la amplia facultad de elección que se nos ofrece, “el
sacerdote tendrá en cuenta –más que sus propias preferencias- el bien espiritual de la
asamblea, y en acuerdo con los ministros que de algún modo participan en la
celebración. La armoniosa ordenación y ejecución de los ritos contribuye mucho a
preparar el espíritu de los fieles para participar de la Eucaristía.
-El sacerdote considerará en primer lugar el bien espiritual de los fieles. Y procurará, si
elige la Misa de la feria, o una Memoria facultativa o la Misa de algún santo o por las
diversas necesidades, o una misa votiva: no omitir con frecuencia y sin motivos
suficientes las lecturas asignadas para cada día en el leccionario ferial, ya que la
Iglesia desea vivamente que la Palabra de Dios se prepare con más abundancia
para los fieles (SC 51).
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Elección de las partes de la Misa
-Los Prefacios: con los que se ha enriquecido el Misal Romano, tienen por objeto
explicar, de varios modos, la acción de gracias en la Plegaria eucarística, y proponer
más luminosamente los misterios de la salvación.
Capítulo VIII
Misas y oraciones para diversas circunstancias, Misas votivas y Misas de difuntos
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Misas de difuntos: La Misa exequias o las otras Misas de difuntos (Nºs 335-341)
PRIMERA PARTE
1-CALENDARIO- Siempre es bueno revisarlos. Sin embargo, generalmente
recurrimos al Calendario litúrgico que nos llega impresos a las Parroquias. El que está
en el Misal, nos sirve para “programar”, ya que uno puede adelantarse al mes siguiente
y tener en cuenta las celebraciones importantes.
Como así también nos sirve para “planificar”. Podemos con el Equipo de Liturgia y los
ministros instituídos “mirar” el año entero.
2-PROPIO DEL TIEMPO- Toda la primera parte de este “libro litúrgico” está
dedicada a las Misas de cada tiempo litúrgico. Allí se encuentran “las oraciones
presidenciales”
a- Tiempo de Adviento- Tenemos los “cuatro domingos” y las Misas diarias del
tiempo.
En los domingos vienen indicadas además las páginas de los prefacios a utilizar. Es
necesario tener en cuenta el “doble movimiento” del Adviento, para que los prefacios
formen unidad con la Palabra de Dios, las oraciones colectas, la homilía y la oración de
los fieles. También hay que tener presente el guión.
Es lo primero que se “marca en el Misal”, porque de allí en adelante somos “orientados”
a la búsqueda de los otros elementos.
A partir del 17 de diciembre, toda la liturgia se centra en la Primera venida del Señor
hecho hombre en Belén. Tanto la Liturgia de las Horas como las oraciones de la Misa
quieren resaltar de modo particular este giro y esta centralidad. De allí que después del
III Domingo, ya nos preparamos para las celebraciones con días fijos. Que tiene
duración hasta el 24 de diciembre en “la Misa matutina” que generalmente se
celebra en los conventos o casas religiosas.
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-Luego, el Misal nos propone “el Domingo después del 6 de enero, que es “la Fiesta del
Bautismo del Señor” (y que ocupa el lugar del primer domingo del tiempo ordinario)
-Ahora, lo que parece complicado, a veces para algunos, es la disposición que sigue
de las Misas. Sin embargo es una cuestión de Orden. El Misal nos ha propuesto
hasta ahora “toda la fuerza de la Solemnidad de la Navidad y las Fiestas propias
de este tiempo”. Luego de ese orden, nos ubica en “las ferias del tiempo de
Navidad”. Por eso es necesario estar atentos a ello cada día.
c-TIEMPO DE CUARESMA- Aquí sería lo más normal que pasara el Misal “al II
domingo del Tiempo Ordinario”. Pero no lo hace, porque como se nos ha indicado, está
siguiendo los “tiempos litúrgicos” y por lo tanto dando importancia a los tiempos más
fuertes, en orden de celebración según el calendario.
-Miércoles de Ceniza- Tiene una indicación precisa de todas las partes de la celebración,
como así también de los prefacios a utilizar.
-Luego las ferias después del Miércoles. Lo que nos indica ya que hemos iniciado un
tiempo de particular importancia para la vida cristiana.
-Luego se nos proponen los “cinco domingos de Cuaresma con sus respectivas ferias”.
Es un tiempo muy bien elaborado en la Liturgia Romana. (Tengamos en cuenta que el
ciclo más perfeccionado es el “A”, de allí que los prefacios de ese ciclo son propios y
concuerdan con el Evangelio propio de ese domingo). Culmina este tiempo con el
sábado de la quinta semana de Cuaresma.
d-SEMANA SANTA- Si algo debemos tener muy en cuenta en este tiempo a la luz
del Misal, es observar como la Iglesia “reconoce” en él la centralidad de toda la
vida cristiana. De allí que las rúbricas abundan y son muy precisas e iluminadoras.
-Domingo de Ramos de la Pasión del Señor- Tiene completa la Conmemoración de la
Pasión, bendición de Ramos, procesión y la Misa. Quiere mostrarnos “el todo, la
profunda unidad de la celebración”.
-Lunes, Martes y Miércoles de la Semana Santa.
-Jueves de la Semana Santa- MISA DEL SANTO CRISMA- Resalta el hecho de que
tiene incorporadas las oraciones de la bendición de los óleos, las promesas sacerdotales
y el prefacio.
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-Luego los siete domingos del tiempo Pascual con sus ferias respectivas. Culmina el
sábado de la séptima semana con la Misa matutina.
g-DOMINGO DE PENTECOSTÉS-
Se nos indica la Misa del día. (Sorprende que aún no tengamos una Vigilia de
Pentecostés en el Misal). Es el día en que el Cirio Pascual se saca del presbiterio y se
lleva cerca de la Pila bautismal.
h-TIEMPO ORDINARIO-
-Está introducido por una página de rúbricas, también claras y precisas que nos indican
el sentido y profundidad del tiempo.
-Los 34 domingos, están ubicados allí, porque durante el año, cada domingo celebramos
la Pascua del Señor. Por lo tanto, toda la intensidad de Semana Santa, el Tiempo Pascual
y Pentecostés, siguen desplegando su riqueza durante todo el año.
SEGUNDA PARTE
EL ORDINARIO DE LA MISA
Ahora nos encontramos, propiamente con aquello que nosotros hubiéramos querido
encontrar al principio. ¿Qué nos hubiera faltado? Lo esencial: ubicar el tiempo de los
hombres en el tiempo de Dios, que es el fin de la Liturgia. Santificar el tiempo. Nos
hubieran faltado los tiempos litúrgicos, que nos permiten conocer y celebrar los
misterios del Señor, para poderlos vivir.
1-LOS RITOS INICIALES- Saludo, respuesta, Acto penitencial (con su formulario, y
con la riqueza de tropos para cada tiempo litúrgico y la posibilidad de sustituir el Acto
penitencial por la Bendición y aspersión del agua en los domingos), el Gloria.
2-LA LITURGIA DE LA PALABRA- Posee de modo detallado cada una de las partes
y oficios que corresponde a cada ministerio. Son rúbricas que generalmente no leemos y
por eso muchas veces improvisamos y nos equivocamos.
-El Credo, dentro de esta Liturgia.
-La Plegaria universal u oración de los fieles con todas las indicaciones y con las
sugerencias de formularios que trae el Misal para las mimas.
3-LITURGIA EUCARÍSTICA- Posee todas las indicaciones de lo que reza en voz alta
y baja quien preside la celebración y también los oficios del diácono y el acólito.
4-PLEGARIA EUCARÍSTICA- Las rúbricas nos introducen y guían sobre la
ubicación de las mismas. Y nos presenta en una página el diálogo introductoria y el
Santo.
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-De allí, quien asiste en el altar, debe saber con anterioridad qué plegaria va a utilizar el
presidente de la Eucaristía, y se mueve según indican los marcadores, que ya trae el
Misal sobre cada plegaria eucarística.
-Por lo tanto, lo que es fundamental para nosotros consiste en tener claro el Orden de los
tiempos litúrgicos y el Orden de las partes de la Misa. De allí, que inmediatamente no
están las plegarias,
5- “sino los prefacios, que formando parte de ella, están seleccionados por tiempo
litúrgico y por excelencia del Misterio a celebrar”.
TERCERA PARTE
CUARTA PARTE
Indicados por los meses del año, se nos indican en las rúbricas (presentadas en la
primera página) las indicaciones a tener en cuenta. Lo más importante es estar atentos,
con el calendario litúrgico, si es una memoria obligatoria o libre, si es una festividad de
la Virgen que tiene incidencia directa en la piedad universal o diocesana.
QUINTA PARTE
MISAS COMUNES
En la primera página hay también una serie de rúbricas que nos orientan en las
características esenciales de las mismas y en aquello que se debe tener en cuenta en su
celebración.
-En primer lugar “Común de la dedicación de una Iglesia” (con la indicación propia de
lo que se va a celebrar).
-El común de la Santísima Virgen María (con selección según los tiempos litúrgicos y
con mucha variedad).
-Común de mártires (también con la indicación en o fuera del tiempo pascual y por uno
o varios mártires)
-Común de pastores (variedad y selección).
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-Común de Doctores de la Iglesia.
-Común de Vírgenes.
-Común de santos y santas (con gran variedad)
SEXTA PARTE
MISAS RITUALES
SÉPTIMA PARTE
MISAS Y ORACIONES POR DIVERSAS NECESIDADES
También en la primera página hay un índice más general. En él se nos indican los
ámbitos por los cuales se ora y dentro de ellos se encuentran más detalladas la
necesidades.
-Por la Santa Iglesia
-Por la sociedad civil
-En diversas circunstancias de la vida social
-En algunas necesidades particulares
OCTAVA PARTE
MISAS VOTIVAS
Las oraciones propias de estas Misas poseen una fuerte riqueza espiritual y están
enraizadas en la más rica tradición de la Iglesia. Siempre es necesario tenerlas en cuenta
para, según la piedad de los fieles, sugerir al sacerdote celebrarlas en algunas ocasiones.
NOVENA PARTE
MISAS DE DIFUNTOS
-En las exequias
-En el aniversario
-Diversas conmemoraciones
-Diversas oraciones por los difuntos
-En las exequias de los niños
DÉCIMA PARTE
APÉNDICE
-Las plegarias eucarísticas V a, b, c, d
-Plegarias eucarísticas sobre la Reconciliación I, II
-Plegarias eucarísticas para las Misas con niños I, II, III
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El ministro extraordinario de la Eucaristía
-Ante todo se destaca que es un ministerio y –si bien no instituido- ocupa un lugar muy
importante en el concierto de signos, palabras, movimientos y actitudes que se
desarrollan durante la Acción litúrgica.
-Fue en 1973 cuando los obispos diocesanos fueron autorizados a encargar a los laicos
católicos distribuir la comunión durante la misa y llevarla a los enfermos y moribundos.
(En algunas ocasiones, los ministros de la eucaristía también pueden presidir la
distribución de la comunión en ausencia de un sacerdote).
-Generalmente el nombramiento de un ministro extraordinario de la eucaristía está
limitado a un período de tiempo.
1-En primer lugar el ministro es un servidor del mundo de los enfermos. Es su primer
objetivo y debe llegar a ser su gran misión en el ministerio. Hoy uno contempla las
comunidades eclesiales y descubre que no son muchos los que se dedican con empeño a
esta tarea. Son los brazos del servicio eclesial extendidos en una caridad constante para
llegar con Jesús Sacramentado a los que más sufren. Es allí donde lo extraordinario del
ministerio se torna riqueza para toda la comunidad. Es en la visita, en la oración con y
por los enfermos donde un capital inmenso de gracia llega a la vida comunitaria toda.
Es la presencia de este servicio que la Iglesia confía a los fieles laicos en un mundo
donde ella siempre ha puesto especial atención, “el mundo del dolor, del sufrimiento
humano”. El ministro es “Notable” cuando sabe que es de los pocos que llegan a la vida
de tantos hombres y mujeres confinados en la soledad, en su ancianidad. Allí va Jesús
en el servicio de ustedes a ser consuelo y Vida abundante para aquellos que a los ojos
del mundo ya no producen.
2-Además es voluntario para distribuir la comunión en las celebraciones eucarísticas.
Como he dicho más adelante “allí el ministro se pone al servicio de la fe de la
comunidad”. Y esta debe ser la clave movilizadora de nuestras actitudes. Ponerse al
frente es estar en la vidriera para que todos nos vean...y desde allí también –muchas
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veces- nos juzgan. Para muchos serán una elite muy especial que rodea no sólo al
sacerdote, sino que son como patrones de la Iglesia.
Es allí donde debemos revisar una y otra vez los modos, las actitudes, “los gestos”
nuestros dentro de la celebración. Este es un tema que hay que revisar una y otra vez,
para que nuestro servicio –más allá de las críticas- sea verdaderamente a la fe de la
comunidad.
3-Un punto más a iluminar es que el ministerio es extraordinario. Ya lo hemos visto al
revisar las indicaciones del Misal Romano. Esto quiere decir que son muchos los fieles
de la parroquia que pueden ofrecer ese servicio. No hay ministros vitalicios, con cargo
adquirido a perpetuidad.
Por esta razón, el párroco solicita al Obispo el nombramiento de los mismos, que se
otorga por un determinado tiempo. Así, en la vida comunitaria se va expresando lo
gratuito y desinteresado del servicio evangélico.
Ningún ministro debe sentirse ofendido de que no se lo vuelva a nombrar después de
uno o dos períodos. No es una exclusión, sino lo propio de este ministerio, que ofrece la
hermosa posibilidad de ejercerlo a muchos otros miembros de la comunidad.
En el momento de ser designados como ministros nos invade a todos una gran emoción
y gratitud. El deseo de ejercer el ministerio nos da un impulso fuerte. Pero –como tantas
cosas- vamos perdiendo el entusiasmo cuando nos “damos cuenta que el ministerio
exige horarios, tiempos, preparación, formación”.
Hay comunidades que logran armar un “organigrama” donde los ministros tienen fijadas
las celebraciones en las que participan y la obligación de buscar a quien los reemplace
en casos de no poder asistir.
Pero no es ese el ideal a lograr, sino el compromiso en ser parte, en conformar el
Equipo de liturgia parroquial. ¡Claro...formar un equipo implica dejar espacios,
dialogar y –sobre todo- renunciar a espacios de poder que algunos toman por cuenta
propia y culmina siendo una atomización de pequeños grupos de personas que
responden a un mismo fin...pero con caciques distintos.
Un Equipo de Liturgia parroquial debe convertirse en la fuente de reflexión y
organización de las celebraciones. Allí los ministros ocupan un lugar “realmente
extraordinario”. El servicio no se puede restringir “a disponer en la credencia los
elementos para cada celebración”, dando vueltas en la sacristía como ocupantes únicos
de ese horario. El Equipo de Liturgia implica un aprendizaje lento y rico en el que todos
sus integrantes van disponiendo la celebración con diligencia y armonía. Para ello ha
sido necesario prepararse.
En ese Equipo deben estar representados todos los ministerios litúrgicos: diácono,
acólito, lector, ministros extraordinarios de la comunión, miembros de la comunidad
que deseen integrarlo. “Allí propiamente comienza el ejercicio de la caridad, que luego,
en la celebración ejercemos dando la comunión”.
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- La sistemática revisión de los elementos litúrgicos. Aquello que debe ser
limpiado, lo que debe comprarse, lo que hay que lavar, etc. El estado de los
ornamentos y –sobre todo- de los libros litúrgicos.
- La organización mensual de servicio a las celebraciones litúrgicas.
- La preparación y reflexión anticipada de las grandes fiestas, solemnidades o
celebraciones especiales.
- Los ministros –en particular- revisarán la lista de los enfermos que se visitan, los
que se han agregado y a los que ya no se va.
- Un tema “muy especial” lo ocupan los guiones de la Misa. (referencia)
- La formación litúrgica
- La evaluación constante de la tarea.
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