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desocupados, sino que también produce un sufrimiento intenso en quienes tienen un
trabajo estable. Junto al miedo a la pérdida laboral se produce una intensificación
del trabajo con su aumento de carga y padecimiento. Sin embargo, son preocupantes
los altos niveles de sometimiento y la neutralización de la movilización colectiva
contra ese sufrimiento impuesto por el capitalismo mundializado.
Dejours viajó a la Argentina del 2 al 10 de mayo de 2013 por invitación por la
Editorial y la Revista Topía y la Embajada de Francia. En dichos días realizó una
serie de actividades en Buenos Aires y en Rosario. Este libro reproduce estas
intervenciones de Dejours y la riqueza de su intercambio con el público. Se inicia
con el Seminario “El sufrimiento en el Trabajo”, realizado el 3 y el 4 de mayo de
2013 en el Hotel Bauen de la ciudad de Buenos Aires. A esto se suman las tres
conferencias dictadas en la ciudad de Rosario del 6 al 8 demayo, las primeras dos en
la Facultad de Psicología de Universidad Nacional de Rosario y la tercera en La
Toma, una empresa recuperada por sus trabajadores.
El SufrimiEnto En El trabajo ChriStophE DEjourS
Colección Psicoanálisis, Sociedad y Cultura
Colección Psicoanálisis, Sociedad y Cultura Diseño de Tapa:
Victor Macri
Diseño Ebook: Mariana Battaglia
Dejours, ChristopheEl sufrimiento en el trabajo. 1a ed. Ciudad Autónoma de
Buenos Aires :
Topía Editorial, 2015. (Psicoanálisis, sociedad y cultura; 34) EBook.
Pdf: ISBN 9789871185863 1. Psicoanálisis. I. TítuloCDD 150.195
Fecha de catalogación: 17/04/2015
© Editorial Topía, Buenos Aires 20151° edición impresa publicada por Editorial Topía
en 2015 (ISBN 9871185707).
Editorial TopíaJuan María Gutiérrez 3809 3o “A” Capital Federal email:
editorial@topia.com.ar
revista@topia.com.ar web: www.topia.com.ar
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723La reproducción total o parcial de
este libro en cualquier forma que sea, idéntica o modi cada, no autorizada por los
editores viola derechos reservados. Cualquier utilización debe ser previamente
solicitada.
El SufrimiEnto En El trabajo
Christophe Dejours
Colección Psicoanálisis, Sociedad y Cultura
inDiCE
Nota Introductoria
PRIMERA PARTE
El Sufrimiento en el Trabajo
SEGUNDA PARTE I Sublimación:
Entre el Placer y el Sufrimiento en el Trabajo
II Trabajo:
Entre la Banalización del Mal y la Emancipación
III Sufrimiento y Trabajo:
¿Cómo pensar las Acciones para su Transformación?
nota introDuCtoria
Christophe Dejours viajó a la Argentina del 2 al 10 de mayo de 2013
por invitación de la Editorial y la Revista Topía y la Embajada de
Francia. En dichos días realizó una serie de actividades en Buenos
Aires y en Rosario. La claridad de sus exposiciones, el clima de
trabajo generado llevó a que en cada lugar y encuentro se produjera
un intercambio, donde el público activamente se apropió de sus
ideas sobre la centralidad del trabajo y la situación actual.
Este libro reproduce las intervenciones de Dejours y la riqueza de su
intercambio con el público. Se inicia con el Seminario “El
sufrimiento en el Trabajo”, realizado el 3 y el 4 de mayo de 2013 en
el Hotel BAUEN de la ciudad de Buenos Aires. A esto se suman las
tres conferencias dictadas en la ciudad de Rosario del 6 al 8 de
mayo, las primeras dos en la Facultad de Psicología de Universidad
Nacional de Rosario y la tercera en La Toma, una empresa
recuperada por sus trabajadores.
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primEra partE
El SufrimiEnto En El trabajo. SEminario En buEnoS airES
El SufrimiEnto En El trabajo
I
Voy a empezar hablándoles del sufrimiento y vamos a comenzar por
la dimensión individual del sufrimiento en el trabajo, o mejor dicho
del destino individual del sufrimiento, porque vamos a tener que
tomar en consideración para después el rol que juega lo colectivo en
el destino del sufrimiento. Esta es una separación un poco arbitraria,
pero es más fácil para hacer la presentación y poder separar ambas
cosas. Fenomenológicamente en realidad no tiene mucho sentido
separar el plano individual del colectivo porque ambos estructuran el
vínculo subjetivo con el trabajo.
Sin embargo, al explorar los daños psíquicos que son originados por
el trabajo contemporáneo, reconocemos que este mismo trabajo
puede ser también un instrumento terapéutico esencial para personas
que
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La pregunta que surge es saber si es posible explicar y comprender
las contradicciones que agrupa la clínica tanto en psicodinámica
como en psicopatología del trabajo. Esto es posible, efectivamente,
si tomamos de manera responsable la hipótesis de la centralidad del
trabajo que sostienen un cierto número de filósofos e investigadores
del mundo, entre los cuales me incluyo.
Y esta tesis se desarrolla en cuatro ámbitos:
En el ámbito individual. En este plano el trabajo tiene un rol central
en la formación de la identidad y para la salud mental.
El segundo ámbito es el de las relaciones entre los hombres y las
mujeres. En la desigualdad entre ambos y en los vínculos de
dominación que establecen, que organizan lo que se llama ahora
género. El trabajo ocupa un rol central en la relación entre hombres
y mujeres, más teniendo en cuenta que aquí en este caso cuando
hablamos de trabajo no entendemos solamente el trabajo asalariado
sino también el trabajo doméstico, que es un trabajo a parte y de
tiempo completo.
El tercer ámbito es el político, donde podemos mostrar que el
trabajo ocupa un plano central respecto de la evolución de la
sociedad entera.
encima de las contingencias de los mortales. Este concepto debe ser
revisado enteramente desde el momento en que uno considera el
proceso de producción del conocimiento y no solo ese conocimiento.
Es lo que llamamos la centralidad epistemológica del trabajo.
El deterioro de la salud mental en el trabajo está específicamente
vinculado a la evolución de lo que llamamos la organización del
trabajo y en particular en la introducción de nuevas técnicas entre las
que primero encontramos la evaluación individual de los
rendimientos, segundo, la “calidad total”, y en tercer lugar, la
precarización el empleo, que es una cosa menos novedosa en
Argentina, pero que constituye una verdadera mutación en Europa,
donde se habían hecho enormes progresos a favor del empleo estable
durante los últimos 40 años.
El aumento de las patologías mentales vinculadas con el trabajo es el
resultado casi esencialmente de la fragilización, que es generada por
ciertos métodos de organización del trabajo que destruye los
vínculos que se establecen entre las personas y que en lugar de la
confianza, de la lealtad y de la solidaridad instalan en el mundo del
trabajo el “salvase quien pueda”, la deslealtad, y finalmente una
soledad implacable en el medio de la masa.
Y más allá de la patología hay que hacerle un lugar específico al
análisis del sufrimiento. Y si podemos hoy en día estudiar las causas
de la patología mental en el trabajo, inversamente podemos
caracterizar las condiciones que serían favorables para la salud
mental. Para poder responder esta pregunta es necesario entrar en la
materialidad misma del trabajo. Ir hasta el gesto, el pensamiento, los
afectos que conforman el corazón o la centralidad de lo que
podríamos llamar el trabajo vivo.
El trabajo vivo es una expresión que ha sido introducida por Marx.
En esta parte de la obra de Marx, donde todavía siendo joven él
hacia un trabajo de filósofo, y en particular en lo que se llama Los
manuscritos económico y filosóficos y en la Critica de los
fundamentos de la economía
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Y todos estos incidentes que vienen a perturbar las previsiones, es lo
que llamamos lo real. Lo real es lo que le aparece o se hace visible a
aquel que trabaja por la resistencia de la materia, de las
herramientas, o de los objetos técnicos, las máquinas: es la
resistencia al dominio, al control. Hay una paradoja en lo real.
Cuando estoy utilizando una técnica que yo conozco bien, de
repente sucede que eso ya no funciona más. Por ejemplo, una pieza
que se rompe debajo de una prensa, o la máquina o la herramienta
que tiene una sobrecarga y recalienta, o el cuerpo de un enfermo que
tiene una reacción alérgica cuando le estoy inyectando un
medicamento. Todo trabajo está así salpicado por las
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hay que mostrar “aguante”. El “aguante” ante el fracaso. No voy a
tener éxito pero tampoco abandono. Persisto, me obstino, busco. Y a
veces esto dura muchos días, vuelvo a pensar fuera de mi horario de
trabajo, pienso a la noche y no me puedo dormir, tengo insomnio a
raíz de mi trabajo, y sueño. La inteligencia en el trabajo es todo esto,
porque para inventar y encontrar una solución hace falta
comprometerse completamente, con toda la persona, con toda la
subjetividad. Y a fuerza de aguantar ante el fracaso, terminaré por
tener la intuición de la solución. Pero hay que subrayar que la
intuición nace de la intimidad con la tarea, con la materia. La
intimidad con el objeto técnico que resiste. Hay que fracasar,
aguantar, recomenzar, fracasar de nuevo, persistir, volver a la obra,
y en un momento surgirá la idea, la solución, que es el “hijo bobo”
del fracaso, y la familiarización con el fracaso. La solución viene del
fracaso. Es porque fracasaron diez veces que viene la idea que la
diferencia de las anteriores. La solución entonces es un hijo del
fracaso, la solución proviene de la capacidad de resistir al fracaso y
fundamentalmente de la capacidad de sufrir.
Entonces, trabajar es en primer lugar fracasar y trabajar es en
segundo lugar sufrir. Y la solución es una producción directa del
sufrimiento.
estricto de la intrasubjetividad. Cuando uno tiene la resistencia a la
confrontación con lo real tenemos la posibilidad de poner el cuerpo
en movimiento de una manera que es puramente intrasubjetiva.
Les voy a dar un ejemplo, el del carpintero. Aquel que trabaja la
madera durante años, y termina teniendo una inteligencia de la
madera, y termina por amar la madera. Y hay que tomar este término
de manera seria, ama a las maderas, ama más ciertas maderas que
otras. La acaricia y cuando ve un mueble se detiene frente a ese
mueble y siente una emoción, acaricia la madera, y dice este es un
lindo mueble. Y nosotros no entendemos nada. Puedo dar el mismo
ejemplo con el cemento, hay gente que trabajo tanto con cemento o
concreto en su vida que se para frente a un edificio, en Brasilia, por
ejemplo, y acaricia el edificio y dice este es un lindo cemento, y se
emociona. Nosotros no entendemos como un cemento puede ser
lindo. Y es un punto importante.
placer que uno puede obtener del vínculo con el trabajo, y es un
vínculo entre uno mismo y el mundo, pero no con el otro, es
verdaderamente la intimidad la que está implicada aquí. Y ustedes
pueden creer que esto es válido para las actividades artesanales o
manuales, pero no es verdad.
El cuerpo siempre está al principio de la inteligencia del trabajo,
incluso en las tareas más intelectuales. El profesor por ejemplo.
Para poder hacer que todos estén atentos y en silencio en el
anfiteatro tiene que saber sentir la escucha del público, y si pierde la
atención del público tiene que aceptar desviarse, cambiar el
contenido de su conferencia incluso para poder volver a atraparlos y
obtener la escucha. ¿Pero cómo sabe que lo están escuchando? Con
su cuerpo, no con la cabeza.
La inteligencia en el trabajo es la inteligencia del cuerpo entero.
El segundo nivel de la sublimación es el de los reconocimientos y el
tercero es el colectivo, del cual hablaré mañana.
En todo trabajo de calidad la cuestión de la sublimación está puesta
en manifiesto, por lo tanto la clínica del trabajo apoya la idea de que
todos los trabajadores están concernidos por la cuestión de la
sublimación La sublimación no es un asunto solo de grandes
hombres. Freud hablaba de Leonardo, de Miguel Ángel, de Goethe,
de Beethoven, y cita un cierto número de genios. Para Freud la
sublimación estaba reservada a los seres excepcionales.
La clínica del trabajo nos lleva por el contrario a pensar que sobre
éste punto Freud subestimaba la importancia del trabajo para cada
uno de nosotros. Voy a ir un poquito más allá. En cada trabajador
que busca hacer un trabajo de calidad hay algo que pone de
manifiesto esta búsqueda. Para hacer un trabajo de calidad hay que
querer y hay que buscar. El que busca no es solo el sabio, es todo
trabajador. Incluso en
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Existen dos esferas en las cuales uno puede consolidar su identidad,
donde podemos incrementar el sentimiento de la vida dentro de uno
mismo, y lo que podemos llamar la realización personal. Existen dos
esferas de la realización personal. La primera esfera se refiere al
desarrollo personal en el campo erótico, y pasa por el amor. Es el
centro de la preocupación del psicoanálisis. Pero lo que aprendemos
de la clínica del trabajo es que existe una segunda esfera de
realización personal que es la que se vincula al campo social, y esto
pasa por el trabajo y siempre va a pasar por el trabajo. Entonces
aquellos que están privados del trabajo
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están en una situación psicológica mucho más precaria que aquellos
que tienen la suerte de poder ponerse a prueba de la sublimación.
Hay enormes injusticias que no pueden reducirse a tener un trabajo o
no tenerlo. Es de qué tipo de trabajo estamos hablando, y
fundamentalmente el espacio abierto a la sublimación no depende
únicamente de mi genio individual; depende también de los vínculos
que se establecen dentro del espacio del trabajo, depende de los
demás, del reconocimiento a través de los demás, y depende
fundamentalmente de la manera en la que aquellos que piensan el
trabajo son capaces o no de pensar la vida. No hay ninguna fatalidad
en el mundo actual del trabajo. La evolución actual es trágica, el
espacio que está reservado para la sublimación tiene tendencia en
todos los ámbitos del trabajo a reducirse, incluso en el ámbito de la
cultura, donde las obras de la cultura son transformadas en lo que se
llaman productos culturales, es decir, productos puestos en el
mercado. Esa es otra historia de la que voy a hablarles mañana.
Quisiera insistir sobre un último punto. La realización personal en el
campo social por el trabajo implica un desvío con respecto a lo que
dice Freud, tiene un rol fundamental en el destino de la subjetividad,
y probablemente también en la salud mental. Y estoy obligado a
admitir después de 40 años de estudios en la clínica del trabajo, que
muchas personas mantienen esencialmente su salud mental y apoyan
su salud mental e identidad en la posibilidad que les está ofreciendo
el trabajo. Porque en el campo del amor no funciona esto muy bien.
Y para cierto número de nosotros, seguramente ustedes no, pero para
los neuróticos como yo, la vida amorosa es muy difícil. Y menos
mal que tenemos al trabajo para ponernos a prueba. Y no soy una
excepción.
El trabajo y el vínculo con el trabajo es una segunda oportunidad
para construir la identidad, para realizarse personalmente y poder
corregir los defectos que nos vienen desde nuestra infancia y
adolescencia. Porque como ustedes saben, dejamos la adolescencia
muchas veces un
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Pero como ustedes saben, el trabajo puede engendrar lo mejor, pero
si impide o arruina la sublimación, entonces lo van a pagar muy caro
y ustedes pueden perder su identidad. Hoy hay gente incluso que se
mata a causa de eso. Esta es la nueva clínica del trabajo en estos
tiempos.
Preguntas
P: En esta cuestión de la confrontación con lo real y el sufrimiento
y esto de la nueva clínica, ¿qué dinámica operó como cuestión de
fracaso o solución fallida, en el caso que tomó estado público de la
ola de suicidios en empresas como Telecom o Renault en tanto no
eran todos por problemas de despidos?
Dejours: Voy a tratar de decir cómo se pueden comprender los
suicidios en el caso de la empresa France Telecom, pero la dinámica
es prácticamente la misma en las otras empresas donde se registran
también suicidios en el ámbito laboral.
los asalariados se tienen que esforzar por ofrecer un servicio de la
misma calidad sin importar la calidad del cliente; joven, viejo, rico o
pobre, viva en el centro de la ciudad o perdido en la montaña,
hombre o mujer, negro, árabe o francés, el servicio tiene que ser el
mismo. Y en la nueva organización de France Telecom, la única
cosa que cuenta es la facturación de la empresa. Entonces se les da
como prescripción a los asalariados ofrecer cosas con prioridad a los
ricos, porque eso aumenta la facturación de la empresa, y de dejar de
lado a aquellas personas que no tienen dinero. Y en France Telecom
hay que vender en la actualidad contratos para los celulares y hay
que obtener más contratos. La nueva prescripción es engañar al
cliente para que pueda tomar ese contrato y el target más fácil son
los viejos, porque no entienden bien la utilización que ellos le
pueden dar a esos contratos que les ofrecen. Entonces, hay que
disfrazar de alguna manera el contrato, sabiendo que no les va a
servir para nada. También se pueden vender contratos a personas
que sabemos que están sobre endeudadas, no importa porque eso
aumenta la facturación. Y antes eso era impensable y ahora es peor
que esto. Hoy en France Telecom cuando el cliente entra en vínculo
con el operador, en su computadora aparece una leyenda que dice
cómo hay que hacer para engañar al cliente, que hay que decir,
cuáles son las fórmulas, que es lo que no se tiene que decir para que
el cliente no sospeche. Eso aparece con frases escritas en rojo y se le
está imponiendo al operador que haga lo contrario de aquello por lo
cual entró en ese trabajo, que era la ética del servicio público. Y
finalmente los operarios de France Telecom aprenden a consentir
prácticas que en realidad su sentido moral desaprueba. La mentira
está prescripta, y si quiere permanecer en esa empresa hay que
aceptar volverse un mentiroso. Y esta nueva forma de organización
del trabajo hace que comience el aprendizaje para muchos y
numerosos operarios no solamente de traicionar al cliente, sino
finalmente traicionarse ellos mismos. Es lo que se llama sufrimiento
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ético, un sufrimiento en vínculo con el conflicto ético; realizar actos
que en realidad yo desapruebo.
En realidad estamos arruinando las bases éticas de la identidad. Esta
experiencia de la traición de uno mismo lleva a numerosos operarios
a un estado psíquico particular que es el desprecio de uno mismo. Y
finalmente un día llega también la rabia y el odio hacia uno mismo.
Y después de un día de labor donde tuvo que engañar a una decena
de personas mayores, y piensa que esas personas podrían ser sus
padres, llega un momento en que para algunos esa situación se
vuelve insoportable. El sufrimiento ético es el gran flagelo que está
cayendo sobre el mundo del trabajo, y una de las causas es esta
mentira prescripta que les acabo de describir. Y esto existe en
numerosas actividades de servicio hoy en día. Patricio (Nusshold)
trabaja sobre los call centers en un estudio comparativo de esta
prescripción de mentir en diferentes países: en Francia, Argentina,
Brasil, Túnez, y es impresionante. Porque esos call centers pueden
ser hoy “deslocalizados” y estar por ejemplo en Túnez. Son
tunecinos los que están aprendiendo a engañar a los viejos franceses.
Esto es muy complicado, y plantea, en Túnez particularmente,
problemas con los valores religiosos y esto se pasa de muy mala
manera para los trabajadores. El mundo del trabajo hoy está
estructurado por formas de organización del trabajo que nos llevan a
participar, a consentir prácticas que en realidad desaprobamos. Y no
solamente en el modo de la mentira; si tuviéramos más tiempo les
comentaría también como se aprende a poner en obra traiciones
cotidianas de la ética en la forma particular de la ética de la
solidaridad. No es únicamente la mentira hacia el cliente sino
también la deshonestidad frente al colega. Es una transformación
muy profunda del mundo del trabajo. Si no conocemos la
organización del trabajo pensamos que es la del individualismo, pero
es falso. El individualismo no cae del cielo, es el resultado de una
destrucción reglamentada, pensada, decidida y
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organizada de todas las formas de la ayuda, del respeto por el otro,
de la prevención y de la solidaridad. Y la soledad en el mundo del
trabajo es terrible. Estamos en un lugar abierto, de reunión, y la
gente no se habla: no se dice buen día a la mañana ni se habla para
preguntarse información. Si yo necesito una información que tiene
mi colega no se lo voy a preguntar, le mando un mail. Es terrible.
II
Voy a hablarles de las dimensiones colectivas del trabajo, lo que tal
vez nos va a alejar un poco de las referencias habituales del
psicoanálisis. Tal vez tengan ustedes la impresión de una ruptura
entre el psicoanálisis y la clínica del trabajo. Sin embargo, este es un
punto importante, la clínica y la psicodinámica del trabajo nacieron
del encuentro entre dos disciplinas en los años ‘70, entre
específicamente el psicoanálisis y la ergonomía. Y la ergonomía en
aquella época era también una ciencia del individuo en el trabajo.
Eso cambió desde entonces un poco, no era una ciencia del trabajo
colectivo en aquella época, sino que el análisis estaba centrado en el
vínculo entre el ser humano y el puesto del trabajo. Por ende, en sus
comienzos era un enfoque principalmente individual.
Los principios de la psicodinámica del trabajo se realizaron en este
encuentro de estas dos disciplinas en los años ‘70 en un
establecimiento de enseñanza superior en Paris, en un laboratorio de
ergonomía, dirigido por Alain Wisner, conocido aquí también por
todos los investigadores que estaban implicados en la ciencia del
trabajo. Luego de esto la psicodinámica del trabajo continuó
construyéndose mediante debates interdisciplinarios. Desde sus
inicios hasta el día de hoy la
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psicodinámica del trabajo se construye por una confrontación crítica
de la concepción del trabajo y de la concepción del hombre que es
sostenida por la psicodinámica del trabajo. Y la tesis o hipótesis de
la centralidad del trabajo de la que les hablé ayer es en realidad el
resultado de esta discusión interdisciplinaria.
La toma de conciencia que hay hoy respecto de la importancia del
trabajo y de lo que les hable ayer, es que el trabajo no es un adorno,
no es un ambiente: esa es una concepción de la psicología del estrés.
El trabajo no está al exterior, no hay producción de valor si el
trabajo no penetra en la subjetividad, en lo más profundo incluso
dentro de nuestras relaciones amorosas, dentro de las relaciones con
nuestros hijos, el vínculo psíquico que uno tiene con el trabajo
penetra.Y sus hijos están tomados, el desarrollo psicológico y
afectivo de sus hijos depende en buena medida del vínculo psíquico
que ustedes establecen con el trabajo. Y si ese vínculo se
desestabiliza para el adulto, si uno ya no cree más en el trabajo, si ya
no cree que su trabajo contiene una promesa de emancipación, sino
que fundamentalmente está en el origen de su propia desgracia, esto
se traslada a los hijos. Y vemos mucho esto ahora en Francia,
incluso a la gran burguesía donde los empresarios, que hasta ahora
estaban muy protegidos, les toca ser maltratados por las direcciones
de las empresas. Algunos son expulsados de la empresa con una
brutalidad increíble, y esto no afecta solamente a la empresa privada,
también se vuelve un modo de funcionamiento incluso en el aparato
del estado. Hay un ministro francés por ejemplo, que era el primer
ministro Michel Rocard, al que le sucedió lo que sucede dentro de
las empresas: fue despedido del gobierno de un día para el otro, y él
lo supo cuando estaba mirando la televisión. Es la misma situación
que dentro de una empresa. Los directivos de la empresa se
conducen como François Mitterrand, el ex presidente, al que ustedes
pueden querer mucho, pero que en realidad era una persona bastante
rara como
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Por eso ahora me concentraré en la organización de lo que llamamos
un colectivo de trabajo. Los psicoanalistas tienen la costumbre de
interesarse por el individuo en el trabajo. Sin embargo, el
psicoanálisis tiene una tradición de interés por el grupo. Y hay
diferencias en referencia al trabajo entre las teorías psicoanalíticas
del grupo y la teoría psicodinámica del colectivo. Un grupo y un
colectivo no son lo mismo, no sólo en el plano teórico sino también
en el plano práctico.
Voy a intentar explicarles los diferentes términos de esta definición.
Un colectivo de trabajo también existe cuando los trabajadores no
están reunidos en el aquí y ahora de una obra para producirla. Por
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Y en lo que respecta al propósito de hoy, el colectivo de referencia
será aquel del equipo que está reunido en un mismo lugar y en un
mismo tiempo alrededor de una producción o una obra en común. Y
cuando un colectivo no puede llegar a producir reglas comunes,
para el clínico del trabajo no es un colectivo, es un grupo. Y si
sucede que un colectivo no alcanza ya a respetar sus propias reglas
de trabajo por los mismos miembros que lo componen y pierden la
calificación de colectivo se vuelve nuevamente un grupo.
Entonces ustedes comprendieron que el elemento determinante para
caracterizar a un grupo es la referencia a las reglas. De reglas que el
colectivo construyó, y si no hay reglas no hay colectivo. Si es un
pequeño número de personas sin reglas es un grupo. Y si es un gran
número sin reglas es una masa, no un colectivo.
Las reglas de las que hablamos están destinadas a armonizar entre
los trabajadores y las maneras de tratar las dificultades en la
ejecución del trabajo. Luego de lo que les dije ayer, estas son las
dificultades frente a lo real del trabajo. Les recuerdo que este real
está fundamentalmente vinculado al desfasaje en todas las
actividades de producción humana, entre el trabajo prescripto y el
trabajo efectivo. Para poder sobrellevar las dificultades ocasionadas
por lo real, para prevenir los inconvenientes de la irrupción de lo
real en el transcurso de la actividad. Este es un punto importante a
comprender: la inteligencia de los trabajadores no está
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No les gusta lo que les digo, es complicado pero todos hacemos
trampa. Hay que interpretar las órdenes. Pero si yo busco ser
inteligente con ese conocimiento a través del cuerpo, que está
fundamentalmente ligado a mi propio cuerpo, y que entonces no es
la misma inteligencia que la de otros. La inteligencia es una
infracción a las órdenes, que hay que esconder. En el ejército hay
que hacer trampa con las órdenes, pero tampoco hay que mostrarlo.
El inspector de los impuestos también hace trampa con las reglas,
para poder hacer entrar el dinero, porque si aplica
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a ciencia cierta el reglamento, la empresa tiene los medios de no
pagar los impuestos. Un inspector impositivo eficaz es un inspector
que tiene astucia, que tiene que encontrar la manera para de alguna
forma agarrar a la empresa in fraganti. Y entonces de alguna manera
hace trampa con el reglamento.
joven enfermera es joven, no tiene esa experiencia y se ve obligada a
utilizar otras maneras para poder llevar la experiencia de lo real de la
enfermedad mental, y sus elecciones no son las mismas. Y si es un
hombre enfermero tampoco tiene el mismo vínculo con el enfermo
mental, sobre todo en la cuestión de la violencia. Para los hombres y
para las mujeres el vínculo con la violencia no es forzosamente el
mismo. Si cada uno se pone a hacer las cosas a su manera, esto va a
terminar mal, con el enfermo sobre todo. Incluso si cada uno trató de
hacer lo mejor posible.
Por eso existe la necesidad de poner en conjunto, de armonizar estos
pequeños trucos que encontramos y las inteligencias. Y es lo que se
llama coordinación. Es decir, dar órdenes desde arriba, la jerarquía
más alta, que están destinadas a prescribir el hecho de trabajar en
conjunto. Pero a su vez la coordinación hace nacer nuevas
dificultades. Si los trabajadores solamente ejecutan las órdenes esto
no funciona. Entonces volvemos a encontrar en el nivel colectivo el
desfasaje del que les hablé ayer entre tarea y actividad. La tarea es
lo que hay que hacer, lo prescripto, y lo que hace la gente es la
actividad. Pero ahora, en el plano colectivo, lo que está prescripto es
la coordinación, son las órdenes y lo que hacen contrariamente las
personas en conjunto no es coordinación, es otra cosa que se llama
cooperación. ¿Y qué es la cooperación? Se basa fundamentalmente
en la confrontación de los modos de operar de los trucos de todos los
miembros del colectivo. Y es sobre la base de esta confrontación que
se puede tomar decisiones entre lo que es eficaz y lo que es menos
eficaz; lo que se debe guardar y lo que debe dejarse de lado. Cuando
esta confrontación se desarrolla en buenas condiciones, los
miembros del colectivo llegan a un acuerdo sobre la manera de
trabajar, sobre los trucos posibles y aquellos que hay que dejar de
lado. Entonces este acuerdo, en el mejor de los casos, será obtenido
con un consenso en el equipo y hará transferencia a partir de
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Esta actividad de producción de reglas que está en el inicio de la
formación, no solamente de la cooperación pero también de un
colectivo, ésta actividad lleva el nombre de actividad deóntica. Es
una actividad que está antes de la deontología, porque la deontología
es
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La forma de la justificación es compleja. Porque tiene en cuenta no
solamente ciertos argumentos relativos a la eficacia sino también
respecto de criterios relativos a mis preferencias personales, a mis
características psíquicas y físicas; porque cuando uno tiene un
cuerpo joven o viejo no puede hacer trampa de la misma manera con
los enfermos, no tiene el mismo vínculo el policía con un cuerpo
joven o viejo, no es solamente en función de preferencias psíquicas
sino también en función del estado del cuerpo. Y esta justificación
también depende
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de cuestiones relativas a mis posturas éticas o políticas. Y según mis
posiciones éticas pienso que hay algunas cosas que no son posibles
de hacer, con los enfermos o los sospechosos o con los clientes de
los que hablábamos ayer. Mis posiciones éticas y políticas forman
parte de mis argumentos de justificación y también dependen de mi
experiencia. Y podemos así seguir alargando la lista. Los
argumentos de los que tendré que dar cuenta delante de los otros
para justificar mi manera de hacer trampa, y entonces mi manera de
ser inteligente. No basta con ser inteligente, hay que defender
nuestra propia inteligencia y eso es muy difícil. Los argumentos de
esta justificación son de hecho mixtos en la estructura, que en una
dimensión instrumental hace referencia a la eficacia funciona o no,
es verdad o falso, es rentable o no de la acción en relación al estado
de las cosas en el mundo objetivo. Es lo que llamamos la
racionalidad instrumental de la acción.
Cuando un argumento está mezclado, es mixto, y tiene por una parte
una dimensión instrumental, relativa a lo que es verdadero o falso, a
lo que es eficaz o ineficaz, y que tiene otra parte que no es
instrumental, éste argumento se llama en teoría, una opinión. Esto
quiere decir que la actividad deóntica de la que hablamos exige un
espacio en el cual los hombres y las mujeres están listos para
confrontar opiniones unos respecto de otros. Sin embargo, un
espacio abierto a la confrontación de las opiniones, es lo que
llamamos en la teoría, desde los griegos, un
31
cooperación.También tendríamos que hablar de renunciamiento, que
es
Hay otros eslabones intermediarios en la cooperación. La formación
de reglas en la actividad deóntica no solo se juega en el nivel
horizontal, hay otra dimensión de la cooperación, la vertical, y ella
también es muy importante. No existe un concierto ni música sin un
director de orquesta. Y la cooperación entre el director de orquesta y
los diferentes músicos, es también un problema de trabajo, y todos
los jefes no trabajan de la misma manera. Hay directores con los que
es muy difícil cooperar y otros que son magníficos. Y esto trae una
serie de problemas que podemos también analizar en detalle y que
implica entre otras dimensiones, algunas que hacen enojar como la
cuestión de la autoridad, que es una cuestión apasionante porque es
una cuestión de trabajo, y la autoridad también se trabaja y se
aprende; no es un don natural, no es solamente el carisma del que
habla Max Weber. Podemos adquirir la autoridad, también es una
formación que proviene de la inteligencia en el trabajo.
beneficiario del servicio que hay que poner a trabajar para obtener la
calidad del servicio. Es un trabajo de cooperación entre el prestatario
y el beneficiario. La psicoterapia institucional estaba principalmente
focalizada sobre la idea de constituir una cooperación ampliada y no
solamente entre enfermeros y médicos sino también con los
enfermos para constituir un colectivo en conjunto sobre la manera de
pensar el hecho de vivir en conjunto en el hospital y de vivir juntos
que son dos cosas diferentes. Primero organizar la vida en el
hospital, la vida doméstica, material, la organización de las comidas,
el trabajo en los jardines, toda la organización de trabajo que apunta
también a producir el trabajo doméstico. Y la segunda ventana es la
organización de los cuidados, en la cual están implicados los que
cuidan pero también los enfermos. No solamente los enfermos
individualmente sino en su conjunto que están invitados a ayudarse
entre ellos y participar en esa obra común de lo que hoy en día
podemos teorizar en este último ámbito que apareció en la discusión
científica, aquello de care; take care, que quiere decir el cuidado, la
atención al otro, la preocupación por el otro. Es un término que no
se traduce y que se conservó incluso en francés bajo el nombre de
care, del que se declinan cuatro dimensiones: to take care of, to care
about, to give care, y to receive care. Es una clínica apasionante y
una teoría muy interesante. La psicoterapia institucional tenía ya la
intuición pero no todos estos conceptos.
Para terminar con la cuestión del colectivo es necesario admitir que
el armazón del colectivo es la actividad deóntica. Pero hay una
segunda característica que es necesario subrayar, y es que toda esta
actividad de construcción de reglas tiene constantemente un
vínculo con lo real del mundo. Entonces es una garantía para el
colectivo, por el hecho de estar compartiendo el conocimiento de lo
real: es una garantía contra la locura, contra la locura colectiva
también. No es una secta, que es una forma de patología de la masa.
La secta es un agrupamiento de personas
35
que se reconocen unos a otros pero que perdieron el vínculo con lo
real. En cambio el colectivo de trabajo es un medio extremadamente
poderoso para luchar en conjunto contra la locura. Y eso es la
centralidad del trabajo.
Hoy asistimos en el mundo del trabajo a una desestructuración del
colectivo en el conjunto del mundo del trabajo. Y esto resulta de la
introducción de un nuevo método de organización del trabajo
conocido como la evaluación individual del desempeño. Una nueva
técnica introducida hace unos veinte años que arrasa en el mundo
del trabajo. Este método asociado a la multiplicación y a la
generalización de los puestos en computadoras lleva a la puesta de la
competencia generalizada de todos los trabajadores entre sí en la
medida en que la performance está asociada a una amenaza sobre la
posibilidad de ser promocionado de puesto, una amenaza sobre los
premios, bonos, e incluso una amenaza de despido. Entonces la
evaluación individual del desempeño genera entre los trabajadores
un fenómeno nuevo que se generaliza, que es la competencia
desleal. Porque no queremos que al colega le vaya bien, tenga un
buen desempeño. El éxito del compañero es una amenaza para mí.
Ven la contradicción en la cooperación. Es un “sálvense quien
pueda”, cada uno por su cuenta y todos los golpes son permitidos.
La confianza deja espacio a la desconfianza. El respeto del otro, el
cuidado, la ayuda, desaparece. La solidaridad desaparece. En su
lugar aparece la soledad que se instala en un ambiente que pronto es
percibido como un ambiente continuo.
Esa soledad toma progresivamente la forma de la desolación. La
desolación es el término elegido para traducir el término de
lonelyness de Hannah Arendt. El término de desolación toma el
“suelo” sobre el cual está fundada la comunidad de los hombres, y
es el derrumbe del mundo en el sentido que toma Hannah Arendt, y
que ella retoma de Platón, es decir el mundo abierto a la pluralidad
de los hombres y en
36
lugar del mundo lo que progresa es lo que Hannah Arendt llama el
desierto. Y es en razón de esta desolación que frente a la injusticia,
la dominación y maltrato, las descompensaciones psicopatológicas
son mucho más numerosas que antes, contrariamente a lo que se
dice. El acoso en el trabajo no tiene nada de nuevo, siempre existió
en el mundo del trabajo, desde la esclavitud en la antigüedad hasta
los tiempos modernos. Y el acoso por los pequeños jefes en las
cadenas de montaje existe hace mucho tiempo. Lo que cambió es la
soledad. Cuando uno está siendo acosado o es víctima de una
injusticia, la diferencia es que ahora está solo. Nadie se mueve. Y la
experiencia clínica muestra que lo más difícil no es el acoso sino la
traición de los demás, porque nadie habla, nadie se mueve. Ninguno
de nosotros, sea cual fuera su estructura psíquica, no puede estar
seguro de que en una situación de acoso, sin ninguna solidaridad de
los demás, no termine volviéndose loco.
La evaluación individualizada de los rendimientos y los desempeños
rompe este suelo común y rompe el mundo, y el mundo entiende que
está basado fundamentalmente en un sentido común, este sentido
común podemos hacer ironías al respecto; por qué sólo un sentido
común pero cuando hacemos sociología o lingüística, el sentido
común es mucho más noble que lo que creemos, porque están en él
todas las razones para no comprenderse. Y el sentido común es una
construcción que de entrada es complicada, en la que se sedimentan
las significaciones comunes y compartidas que permiten que no
solamente nos podamos comprender sino que son las bases
fundamentales para construir un conjuro de la violencia. Y si no
podemos llegar a comprendernos más entonces uno golpea, y así es
como los conflictos entre los seres humanos pasan por la violencia.
Entonces el sentido común es ya en sí mismo algo noble. La
desolación creada por la evaluación personalizada de los
rendimientos en el seno del sentido común tiene un impacto
esencialmente en el sentido común de la justicia, porque si alguien
está
37
siendo acosado ¿es necesario ir al rescate de esa persona o bien hay
que quedarse callado y esconderse para evitar que nos tomen a
nosotros como objetivo? Y si todos los demás se callan; ¿yo me
tengo que callar o tengo que hablar? Ya no sabemos lo que está bien
y que está mal, qué es lo justo y lo injusto. Y eso es un impacto
sobre el sentido común de la justicia. Y es una verdadera amenaza
que está pesando hoy en día a partir de la desestructuración de los
colectivos de trabajo, es un riesgo para la sociedad entera. Y más
allá de la exaltación de la performance del rendimiento individual
que siempre se está poniendo como algo bueno, importante, siempre
está en primera plana en el discurso de la empresa tanto como en el
discurso político, en la parte oscura de ese rendimiento individual se
está produciendo en realidad la desestructuración del colectivo y de
la cooperación. Pero como los que hacen la gestión y los políticos
solo pueden pensar en el individuo y no entienden nada de la
cooperación, no pueden medir esa cooperación; ni siquiera toman
cuidado de ello. Y no se están dando cuenta de que la están
destruyendo. Y el saber vivir en conjunto desaparece y llega un
momento en que la gente ya no se saluda, no se habla más. Y los
espacios de deliberación de los que les hablaba están siendo llevados
adelante por los que hacen gestión para tiempos no productivos,
porque para ellos es un lugar para hablar pavadas. Entonces los que
hacen gestión tienen tendencia a prohibirlos. Y de hecho lo que
sucede progresivamente es que ya no hay más lugar para la actividad
deóntica, y entonces ya no hay más cooperación posible. Pero sin
esta cooperación sólo queda la coordinación. Entonces lo que
tendríamos que esperar que suceda es que las empresas y el sistema
caigan y se descompensen. Ese es el caso de una manera menos
inusual de lo que no piensa, y cierto número de empresas hoy en día
en el mundo se están derrumbando porque ya no hay una
cooperación en su seno. Pero muchas empresas continúan. ¿Y como
funciona esto? Porque con la coordinación sola no puede
38
funcionar. Lo que sucede es que se reemplaza esa cooperación por
un modo degradado que es una reducción de esa cooperación a la
compatibilidad. Y es, por intermedio de los objetos técnicos, que la
compatibilidad y no la cooperación de los modos operatorios de
cada uno está siendo llevada a cabo. Es porque hay que utilizar el
mismo software informático que usan todos los trabajadores y que
de manera mejor o peor pueden lograr integrar su modus operandi al
conjunto técnico. Pero sin la cooperación con los demás la búsqueda
de compatibilidad se vuelve más difícil, no hay más comunicación
entre los trabajadores entonces todos los intercambios en la
compatibilidad están reducidos al intercambio de información. Y
esas informaciones no están bien jerarquizadas; son inevitablemente
demasiado numerosas, lo que produce un ruido que es nocivo para la
comunicación de las informaciones importantes. Y lo que ocurre es
que se desborda la situación, e, incapaces de poder seleccionar lo
importante y lo que no lo es, en ese flujo ininterrumpido de
información las jerarquías no dejan de pedir los reportes. No dejan
de exigir a los equipos esos reportes porque en ese ruido de las
informaciones ya no pueden saber qué es lo que ocurre realmente en
el mundo de trabajo. Y como piden estos reportes, provocan aún
más una sobrecarga de trabajo, porque para responder a los reportes
tengo que dejar de trabajar, responder a las preguntas, mandarlo a
los ejecutivos, y el trabajo va a quedar una vez más en un segundo
plano, lo que ocasiona una sobrecarga de trabajo suplementario en
esos trabajadores que ya están desbordados por lo que llamamos los
contratos por objetivos, y en la lucha por la performance. A groso
modo el sistema funciona.
alcanzar una inteligibilidad común. La palabra viva sobre lo real del
trabajo es una palabra cuya argumentación jerarquizada evacua
aquello que no es indispensable a la cooperación, aquello que no es
urgente, lo que es anecdótico. La palabra viva, al ser interactiva,
beneficia la reacción y le pregunta de parte del otro para ser
reorientado, completado, explicitado, incluso regañado, en busca de
que tenga una forma atractiva.
En otros terminos la comunicación humana a través de la palabra
viva dentro de los espacios de deliberación que están fundados en la
confianza, es una transmisión de información que está seleccionada
para el destinatario, no funciona bajo el principio de los reportes que
pedía la jerarquía sino bajo el pedido de ayuda, o de la advertencia
que viene espontáneamente de la base. Esta información
seleccionada y jerarquizada en función de la participación voluntaria
en la obra común constituye una economía de tiempos y de medios
gigantesca. Por el contrario, la comunicación en el marco de la
cooperación que ha sido reducida a la compatibilidad se traduce por
una inflación de la información, de los emails, que son una fuente
de perturbación interactiva que exigen tiempos cada vez más
importantes de desciframiento e incrementa sin limite la carga de
trabajo. El resultado no es solamente una degradación de la calidad
de la producción sino que obliga también a los trabajadores para
sostener esos contratos por objetivos a incrementar la duración
cotidiana de su trabajo. Y entonces se llevan en sus computadoras el
trabajo a casa y continúan trabajando mucho más allá de la jornada
oficial. Y ahí es donde el resultado es una explosión de las
patologías de sobrecarga, pero también es necesario saber que el
suicidio puede él mismo, a veces, ser reconocido como una
patología de sobrecarga. Estuve extremadamente sorprendido de los
reconocimientos de los suicidios de sobrecarga en Japón; se llaman
karoshi. Ustedes conocen el karoshi, es una patología de sobrecarga
por hemorragia cerebral o
40
coronaria. El karoshi es un suicidio por sobrecarga de trabajo. Y yo
descubrí que en Francia hay casos similares, y hemos pedido con
abogados contra la empresa Renault porque hubo un suicidio por
sobrecarga de trabajo y la empresa multinacional fue efectivamente
condenada. Sería muy largo explicar cómo y por qué la sobrecarga
de trabajo puede llevar al suicidio, pero señalo solamente, porque la
clínica de trabajo hoy en día nos obliga a rever las concepciones que
tenemos en psicopatología clásica, ya sea de la psiquiatría o en el
psicoanálisis, porque hay personas que se están matando en el lugar
de trabajo sin ningún antecedente psiquiátrico, sin ninguna de las
características que se encuentran generalmente en la gente que está
en depresión. Porque son configuraciones realmente sorprendentes
de gente que está bien considerada, que es talentosa, muy
comprometidos con su trabajo, que tienen buenos salarios y viven en
ambientes confortables, pero sin embargo llegan hasta el suicidio sin
haber manifestado ningún síntoma psiquiátrico antes. Hay
explicaciones para esto hoy, pero es sobre todo para señalarles que
el trabajo es realmente una fuente también de renovación de las
preguntas sobre las doctrinas y teorías en psicopatología.
Generalmente podemos mostrar que esta cooperación y los vínculos
que unifican a los colectivos de trabajo son elementos determinantes
de la calidad de la producción, de la seguridad de las personas y las
instalaciones. Como dice el dicho, el error es humano. De hecho en
el trabajo, cada uno comete errores, por falta de atención,
distracción, cansancio, inexperiencia. Y el poder de la cooperación
por vía de los errores que estamos cometiendo es considerable,
porque la intención de un colega cuando yo cometí un error no está
prescripta. Que él corrija a su propio jefe un error o que me avise de
algún probable error, que me pregunte algo lateralmente sobre una
anomalía que lo pone a él en dificultad y entonces yo descubro por
eso mismo un error que yo cometí. La superioridad del cruce de
miradas sobre el proceso de trabajo
41
del trabajo impuestas por la organización neoliberal.
Preguntas:
salud. ¿Cuál es su posición, qué nos podría aportar?
Dejours: Ustedes podrán sospechar cuál es mi posición; no se les
habrá escapado que yo mismo soy un anciano, estoy en contra de
estas medidas claramente. Estas medidas que están siendo
introducidas en la UBA ya han sido impuestas en Francia, y han
hecho estragos, de manera tal que muchos investigadores y
profesores que se ven imposibilitados de continuar trabajando en las
universidades y en los laboratorios han sido inmediatamente
contratados en los Estados Unidos y hay un éxodo impresionante.
Evidentemente de los mejores científicos que se van a los Estados
Unidos y que ese país recupera. Es el resultado de una concepción
que los dirigentes realmente piensan de manera racional y les parece
válida, pero es una concepción del ámbito de la gestión y no del
ámbito del trabajo; no entienden que un profesor más viejo es
muchas veces muy importante en un equipo porque ya no tiene la
exigencia de hacer carrera, de volverse conocido, y puede muchas
veces dedicarse de manera mucho más generosa y con más paciencia
y experiencia de poder transmitir ese saber y experiencia a los más
jóvenes. Pero esto supone una compresión de la cooperación y de la
naturaleza del trabajo de investigación, pero ellos piensan en gestión
que quiere decir pensar en la cuestión del trabajo en términos de
empleo. Cada vez que estamos hablando de trabajo, en el mundo
deóntico, solo hablamos del empleo. No se está hablando de trabajo
en realidad, no hay un pensamiento político del trabajo en el mundo
contemporáneo. Entonces somos nosotros y en particular los
clínicos, porque somos los receptores de ese sufrimiento y podemos
ser los testigos, podemos ponerle forma a todo aquello que estamos
aprendiendo a través de la clínica sobre la realidad del mundo.
Estamos en una fase histórica particular, donde la posibilidad de
remontar lo real es competencia de los clínicos y no de los
sociólogos, no de los economistas. Y es por eso lo que está en juego
43
jubilación obligada sobre la salud de los profesores; también está la
salud de los estudiantes. El trabajo clínico exige considerar todo y,
lo que nos vuelve a nosotros como responsabilidad es, a partir de la
clínica inventar la retórica en la cual vamos a poner a los políticos y
a los hombres de gestión sobre lo real. Solamente nosotros lo
podemos hacer, hoy incluso los sindicatos no saben hacerlo, los
sindicatos se perdieron el encuentro con estas preguntas, porque la
cuestión de salud mental, psicología y psicoanálisis eran
consideradas como ideologías reaccionarias que iban en favor de lo
individual contra la conciencia de clase, entonces los sindicatos
condenaron las investigaciones sobre salud mental en el trabajo, y
hoy están desbordados por el sufrimiento de los trabajadores que les
cae encima y no saben qué hacer. Van a tardar años en adquirir las
herramientas para poder tratar esas cuestiones y no podemos
esperarlos, entonces les cabe a los clínicos, y a los practicantes, que
son hoy los receptores de la experiencia de lo real. Nos toca a
nosotros llevar esa bandera.
P: Muchos psicólogos trabajan en obras sociales sindicales y en
sistemas de salud prepagos. En estos sistemas a los psicólogos se
les obliga a hacer un contrato engañoso de treinta o quince
sesiones para curar a sus pacientes. O bien el psicólogo es malo y
no cura en treinta sesiones a sus pacientes, o bien el paciente se
siente muy mal paciente porque no se cura en treinta sesiones,
entonces el psicólogo hace informes engañosos para pedir más
sesiones. Lo peor es que los psicólogos de las obras sociales en la
Argentina y de los sistemas médicos de salud prepagos no se
agremian, no tienen sindicatos. Entonces el psicólogo trata de
escaparse lo antes posible e ir al sueño de su consultorio privado.
¿Qué se podrá hacer?
44
Dejours: No sé lo que hay que hacer. Pienso que podemos partir de
la constitución de los espacios de deliberación entre los prácticos y
entre los psicólogos que están confrontados con esta situación para
poner en conjunto la experiencia de lo real, lo que resista el trabajo
del clínico en las condiciones actuales y materiales en las que se
realiza ese trabajo. Hay que constituir espacios a través de los
sindicatos o sin los sindicatos, no es lo más importante lo
importante, es crear espacios donde la gente pueda intercambiar sus
experiencias. Porque hay que partir de lo real para saber cómo
transformarlo. Siempre hay maneras de transformarlo. Los análisis
que se relaizan deben ser compartidos por el colectivo que puede
primero ser un colectivo chiquito pero que tiene que poder ir
generándose la mayor cantidad posible de prácticas, no
necesariamente para constituir una fuerza de choque sino para
conseguir localmente en cada institución o empresa de salud una
cantidad suficiente de personas reunidas no por razones de
sufrimiento o descontento sino para juntarse en torno a una
interpretación en común de esto que está pasando, preguntas
específicas sobre el trabajo, y en ese momento empezar una
discusión con la jerarquía. Funciona mucho mejor de lo que uno
piensa. La gran victoria de la jerarquía es que nos imponen un
lenguaje de gestión, nos imponen el pensamiento del negocio y los
profesionales como nosotros no sabemos responder porque ellos
fijan la problemática, entonces perdemos el partido, no tenemos
forma de negociar. Si nosotros tuviésemos un conocimiento de lo
real del trabajo, si somos capaces de hablar, si tenemos la retórica
sólida podemos empezar a responder a los gestionadores
mostrándoles que estamos haciendo preguntas que no están
respondiendo. Y cuando ellos nos hacen preguntas, están por fuera
de las verdaderas preguntas. Quieren números y nosotros hablamos
de cuestiones cualitativas. Si somos capaces de sostener esa
concepción del trabajo, que se apoya sobre un verdadero
conocimiento del oficio, entonces no hay que dejar
45
que hagan los que administran. Porque finalmente ellos no pueden
prescindir de nuestro trabajo ni de nuestra inteligencia, en ese
momento están obligados a hacer un compromiso, porque si
sostenemos bien las cuestiones vinculadas al trabajo y nos volvemos
suficientemente intelegibles para ser comprendidos por los hombres
de gestión pero con una retórica que también pueda ser comprendida
por los periodistas y por el sentido común, es decir por el espacio
público, entonces podemos convocar a los hombres de gestión
mostrándoles que hemos planteado problemas y que la que está
comprometida es su propia responsabilidad. Ese es el problema,
poder comprometerlos a ellos sobre las cuestiones que nosotros
planteamos y no sobre lo que ellos están hablando. Hay que
encontrar el lenguaje para hablarles a los hombres de gestión,
sabiendo que les estamos hablando a los demás también, a los
enfermos, al conjunto del espacio público también. Y ahí es donde
los hombres de gestión están obligados a comprometerse.
46
SEGunDa partE ConfErEnCiaS En roSario
i SublimaCión:EntrE El plaCEr y El SufrimiEnto En El trabajo
La clínica del trabajo de la que voy a hablar esta noche se desarrolló
en Francia, primero entre las dos guerras, pero sobre todo al final de
la Segunda Guerra Mundial, y en los años siguientes, con el nombre
de Psicopatología del Trabajo. Lo nuevo de esta clínica a partir de
los años ’80, consecutivamente a ciertos trabajos de investigación
que resultan del encuentro entre el psicoanálisis y otra disciplina que
se llama ergonomía, que es una disciplina que se consagra
específicamente a la cuestión del trabajo y en las relaciones entre el
trabajo y el ser humano. Más bien en las dimensiones fisiológicas,
en el campo de lo que llamamos condiciones de trabajo, y un poco
menos sobre las cuestiones de las que vamos a hablar esta tarde, que
es justamente los límites de la ergonomía del lado de la salud
mental.
se descubrieron las estrategias de defensa contra el sufrimiento en el
trabajo. Y en particular se puso en evidencia la construcción de
defensas del colectivo de trabajo. Estrategias colectivas de defensa
que no se conocían hasta ese momento en psicoanálisis. Estas
estrategias de defensa son extraordinarias, muy numerosas, y se
ajustan muy bien a cada situación de trabajo. No voy a insistir con
esto porque después de la patología, después de la normalidad, luego
nos interesamos por las condiciones específicas que permiten a
veces acceder al placer en el trabajo, incluso a la construcción de la
salud mental gracias al trabajo.
Por la expansión progresiva de este campo de la clínica del trabajo,
una nueva apelación fue propuesta en 1992 que es la psicodinámica
del trabajo. Para reunir todas estas investigaciones que van desde el
sufrimiento al placer en el trabajo, desde las patologías mentales al
desarrollo de sí mismo por el trabajo. Esta clínica es de una gran
riqueza y extrema diversidad. Y además es una clínica en evolución,
porque el mundo del trabajo cambia y la clínica también. Porque las
defensas se deben ajustar a las nuevas formas de restricción que
aparecen con la evolución de las modalidades de organización del
trabajo. Es un campo clínico inmenso cuya descripción no
terminaría nunca; ustedes tienen trabajo por delante. La
psicodinámica del trabajo no es solamente una disciplina clínica,
también es una teoría centrada en el análisis de la etiología, es decir,
de los procesos que causan la aparición del sufrimiento tanto como
en la formación del placer o de la salud en el trabajo. Porque es muy
complicado comprender por qué el trabajo se puede convertir en un
mediador de la salud mental. Una de las tesis principales de esta
teoría se formuló bajo el nombre de centralidad del trabajo para la
subjetividad. Durante mucho tiempo fue ignorada, incluso dejada de
lado en el psicoanálisis. Esta psicodinámica del trabajo se desarrolló
sobre todo gracias a la confrontación con otras disciplinas que no
son el psicoanálisis. La medicina del trabajo, después, en un
segundo momento
49
la sociología, sobre todo en las dos ramas: la sociología genética y la
sociología de la división sexual del trabajo, la sociología de género.
Luego la confrontación se hizo con la antropología y luego con la
filosofía. Una rama proviene de la relación con la fenomenología,
más precisamente la fenomenología de Michel Henry que viene
luego de MerleauPonty. La otra rama de la filosofía es la Escuela
de Frankfurt, donde hay un debate prolongado que comenzó hace
más o menos diez años. Y más recientemente, la psicodinámica del
trabajo está en discusión con el derecho, porque el derecho también
debe evolucionar para integrar las nuevas cuestiones planteadas por
la salud mental del trabajo, que no preocupaba a los juristas hasta
una época reciente. Y aún más recientemente se abrió una
investigación científica entre psicodinámica del trabajo y economía.
Esta nueva coyuntura sin duda está en relación con el hecho de que
hoy en día muchos psicoanalistas reciben pacientes cuya demanda
inicial tiene que ver específicamente con el sufrimiento en el trabajo.
Como dar lugar a las problemáticas del trabajo cuando uno toma
como punto de partida el corpus del método psicológico freudiano.
Para responder esta pregunta lo mejor sin duda es comenzar por el
análisis de aquello que en el trabajo convoca a la subjetividad. Una
de las vías posibles es examinar lo que la psicodinámica del trabajo,
después de este largo camino de treinta o cuarenta años podría
aportar a la teoría de la sublimación en la etapa en que Freud la dejó.
Empezaré por este punto preciso donde en la tradición se oponen el
trabajo de concepción por un lado al de ejecución por otro. El
trabajo
50
de concepción pasa como más noble que el de ejecución, que sería
simple y vil. La distinción entre ambos no es falsa, pero hay que
subrayar que en realidad no existe trabajo de ejecución, si por este
término queremos designar una actividad organizada con una
estricta obediencia a prescripciones formuladas por los ingenieros de
concepción. Todos los que trabajan giran alrededor del reglamento,
no siguen las reglas de procedimientos, transgreden las órdenes y
hacen trampa con las consignas. Nadie respeta las órdenes en
ninguna parte. No solamente por un gusto de resistencia, sino porque
también las personas engañan o hacen trampa para hacer bien las
cosas. Y esto es porque en el trabajo concreto no se presenta nunca
exactamente como lo prevén quienes lo conciben y lo organizan.
Siempre hay imprevistos, desperfectos, disfuncionamientos,
incidentes, en todo trabajo. Lo que está prescripto es lo que
llamamos en ergonomía la tarea. La actividad es lo que hacen los
trabajadores concretamente, y es diferente de la tarea. Trabajar, en
resumen, es ajustar constantemente, adaptar, hacer manualidades,
rebuscárselas. Aquel que no sabe hacer trampa o que no se anima, es
un mal profesional. Porque aquel que se limita a la ejecución estricta
de las prescripciones y de las órdenes no hace otra cosa que lo que
llamamos la “huelga de celo”, o “trabajo a reglamento”. Ninguna
empresa, taller u organización puede funcionar si las personas son
obedientes y se limitan a la ejecución de los procedimientos
oficiales. Incluso un ejército en el que los hombres obedecieran
solamente las órdenes, sería un ejército vencido. En el ejército se
dice que no hay que obedecer solamente las órdenes, hay que
interpretarlas, es decir, hay que hacer trampa. Si los enfermeros
ejecutaran rigurosamente las ordenes de los médicos habría muchas
más muertes en los hospitales, lo que justamente ellos evitan gracias
a su celo. De este enfoque del trabajo por medio de la ergonomía en
la clínica del trabajo, aparece que el trabajo es lo que hay que
alimentar y agregar de uno mismo a las prescripciones para que
51
funcionen. Este celo del que hablamos, no es otra cosa que lo que
llamamos el trabajo vivo. Ninguna organización puede privarse de
él.
Entonces, de este enfoque por medio de la ergonomía y la clínica del
trabajo, surge que el trabajo se presenta a nosotros
fundamentalmente como enigma, para ustedes y para mí. El propio
trabajo de ustedes es un enigma para ustedes. Mi propio trabajo es
un enigma para mí. ¿Qué hay que agregar a las prescripciones para
que eso funcione? Nunca lo sabemos por anticipado, y en gran
número de casos hay que inventar francamente soluciones. Entonces
aparece la pregunta sobre la naturaleza de la inteligencia que está
convocada en el trabajo vivo; cuáles son sus resortes psicológicos.
Es en razón de este compromiso de la subjetividad, en el celo, que el
trabajo no puede nunca ser neutro con respecto al yo y con respecto
a la salud mental. Puede generar lo mejor y lograr en algunos casos
que el trabajo se convierta en un medidor esencial en la construcción
de la salud. Pero también puede generar lo peor y conducir a una
enfermedad mental descompensada. En otras palabras, el trabajo no
puede ser considerado como un entorno. La concepción del trabajo
como entorno, como decoración, como escenario, proviene de
teorías muy diferentes a las nuestras que son sobre todo las que
dominan el mundo científico a saber, la concepción del estrés en el
trabajo. De lo
52
que yo les hablo esta noche es muy distinto del estrés.El trabajo no
es un entorno, penetra la subjetividad hasta lo más
profundo de uno mismo y es por eso que el conocimiento del trabajo
vivo es tan importante para el psicoanálisis. El trabajo vivo es lo que
el sujeto debe agregar a las prescripciones para llegar a los objetivos.
Siempre hay incidentes y disfunciones. Frente a los acontecimientos
inesperados, imprevistos, hay muchas fuentes de disfuncionamiento
en el trabajo ordinario, contraordenes que vienen de la jerarquía
(tampoco eso estaba previsto), perturbaciones que provienen de
demandas urgentes formuladas por terceros, la falla de los colegas
con respecto a aquello a lo que se habían comprometido. En las
actividades de servicio, cada vez más numerosas, también es el
desistimiento de último minuto. Todos estas anomalías, estos
imprevistos, es lo que llamamos lo real del trabajo. Lo real es lo que
se da a conocer a quien trabaja por su resistencia al control. Hay
entonces una paradoja, es en el momento en que mi técnica no
funciona más que entonces justamente estoy frente a lo real. La
experiencia de lo real del mundo se hace conocer primero a la
manera de fracaso. Esto también es inhabitual en los teóricos.
Trabajar es ante todo fracasar. Y es en ese momento en el que hay
que volverse inteligente y desarrollar el trabajo vivo. Pero la
experiencia del fracaso es fundamentalmente una experiencia
afectiva. Sorpresa, desagrado, molestia, irritación, decepción, cólera,
sentimiento de impotencia, desaliento. Todos estos sentimientos
forman parte integrante del trabajo. Son incluso la materia prima
fundamental del conocimiento del mundo.
Entonces lo real del mundo se revela al sujeto que trabaja primero
afectivamente. Por lo tanto, la experiencia subjetiva es primera;
antes de todo conocimiento del mundo está la subjetividad. La
objetividad viene siempre en segundo lugar. Esto también es una
inversión de las concepciones clásicas en la filosofía del
conocimiento. Si quitamos la
53
subjetividad no puede haber nuevos conocimientos en el mundo. Por
lo tanto no hay que dejar de lado la subjetividad, por el contrario,
hay que estudiarla. La experiencia de lo real es una experiencia
afectiva, lo que quiere decir por el contrario que aquel que es
insuficientemente sensible, es inevitablemente torpe. Rompe las
máquinas porque no sabe sentir afectivamente cuando la máquina
tiene dificultades. El médico que no es suficientemente sensible y
que es entonces torpe, desestabiliza al enfermo porque no sabe
reconocer afectivamente la angustia del otro. Para encontrar
afectivamente lo real y entonces para conocer el mundo, hay que
tener un cuerpo primero. Porque es con el cuerpo que se sienten los
afectos. Trabajar entonces es primeramente fracasar. Luego es
mostrarse capaz de soportar el fracaso, tratar otros modos, volver a
fracasar, volver a la obra, no abandonarla; pensar en ella fuera del
trabajo. Aceptar de alguna manera cierta invasión por la
preocupación de lo real y de su resistencia hasta dentro del espacio
privado. Como los jóvenes psicoanalistas por ejemplo, que hablan
incansablemente y en todas circunstancias del psicoanálisis, de las
dificultades prácticas y de los sujetos que ellos encuentran. De la
misma manera, el joven ingeniero de mantenimiento de una central
nuclear debe aceptar dejarse habitar todo el día por la central
nuclear. Trabajar no es solamente fracasar, es también ser capaz de
resistir tanto tiempo como sea necesario para encontrar la solución
permitiendo sobrepasar lo real.
En realidad esta resistencia al fracaso es el momento decisivo. Para
encontrar la solución hay que improvisar de entrada una verdadera
intimidad con la resistencia de lo real, hacer cuerpo con lo real. Y
podemos mostrar que el enigma de lo real que se presenta en todo
trabajo necesita primero ser apropiado por el cuerpo, encontrar la
solución que conviene es imposible sin formación previa de una
familiaridad subjetiva y afectiva entre el cuerpo y lo real. Es lo que
el filósofo Michel Henry teorizó con el concepto de cuerpopriación
del
54
mundo. Ésta cuerpopriación no es solamente cognitiva. Lo esencial
de su genio se juega en el cuerpo a cuerpo con lo real. Al final de
cuentas cada nueva configuración de lo real encontrada en el trabajo
obliga al trabajador a formar en sí mismo nuevas habilidades que no
poseía antes. De manera, que el trabajo entendido como trabajo de
producción (poiesis en griego), para que sea un trabajo de calidad,
convoca a la subjetividad hasta sus bases más íntimas. Cada nueva
vida es de hecho el resultado de una elaboración de la experiencia
subjetiva del cuerpo relacionada con lo real. Es el cuerpo que
confiere a la inteligencia su genio. Así, el trabajo de producción
(poiesis) se transforma, gracias a la resistencia, en “exigencias de
trabajo impuestas al psiquismo por sus relaciones con el cuerpo”. Es
la definición de la pulsión por Freud en 1915. En el léxico freudiano,
llena, completa, con distintas ocurrencias del termino arbait, que
quiere decir trabajo, y arbaiten quiere decir trabajar. El trabajo
poiesis implica en un segundo tiempo un trabajo de uno sobre uno,
que ya no es poiesis sino que es arbait en el sentido freudiano. Este
término arbait aparece en todas estas expresiones en muchas
ocurrencias. En el segundo trabajo, de uno sobre uno, que de hecho
es un trabajo que nos obliga a modificar la relación que tenemos con
nuestro propio cuerpo hasta el punto de poder habitar el cuerpo de
otra manera diferente de la que lo habitamos hasta ahora.
A fuerza de trabajar la madera, el carpintero siente las esencias, las
huele con su olfato, con su tacto, y desarrolla registros de
sensibilidad en madera que las otras personas ignoran. El marinero,
a fuerza de pelear con las olas siente el agua, las olas, el océano, con
un placer que es ignorado por los demás. A fuerza de luchar con su
instrumento, el violinista oye en el arte de otro virtuoso, sonoridades
a las cuales no habría tenido acceso antes de haber estudiado él
mismo su violín. Todo esto que acabo de decir del trabajo de la
materia también es válido en el trabajo intelectual. Es con el cuerpo
que el profesor siente y sigue la escucha del público, y ajusta su
saber hacer corporal, que se llama un actuar dramático para
suscitar atención. Con su cuerpo siente afectivamente el contacto
con los pacientes, y adquirimos el conocimiento de su estado
psíquico. Incluso en las etapas más intelectuales, la inteligencia se
basa en un conocimiento por el cuerpo. La manera en que el trabajo
corriente convoca a la subjetividad en el trabajador hábil,
constituyen el primer nivel de la sublimación. Gracias al cual la
subjetividad puede hacer la experiencia extraordinaria del
crecimiento
1. Dejours, Christophe, La banalización de la injusticia social, Editorial Topía, segunda
edición, Buenos Aires 2014.
__________________Trabajo Vivo I: Trabajo y Sexualidad, Editorial Topía, Buenos Aires
2014.
__________________Trabajo Vivo II: Trabajo y emancipación, Editorial Topía, Buenos
Aires 2013.
56
de sí.Aunque todo lo que tiene que ver con la relación individual sea
ya
El trabajo implica también lo colectivo, cuando uno se centra en la
cuestión de la cooperación. Y no la cooperación como actividad.
Existe siempre un desfasaje entre la organización del trabajo
prescripto, lo que designamos con el nombre de coordinación, y la
organización efectiva del trabajo que llamamos cooperación.
Entonces tenemos: tarea, actividad, coordinación, cooperación. La
cooperación es otra cosa, implica una reformulación consensual de
la organización prescrita. Antes hablaba sobre el ejército, de la
interpretación de las órdenes. Ahora se trata de llegar a una
interpretación compartida de las órdenes. Para esto aquellos que se
esfuerzan por trabajar juntos, en un colectivo o en un equipo, tienen
que reformar las condiciones de las tareas, pero también las
divisiones de las órdenes, inventando reglas prácticas admitidas y
respetadas por todos sobre la manera de hacer trampa con la
coordinación. Por falta de tiempo no puedo comentar aquí todos los
eslabones intermedios de la construcción de la cooperación. Voy a
señalar solamente que esto exige que se establezcan entre los que
trabajan relaciones de confianza. Es la condición para que cada uno
se atreva a mostrar a los otros como trabaja, sin temer que el revelar
sus engaños le juegue en contra. La cooperación se basa en una
actividad compleja de confrontación entre las diferentes maneras
inteligentes de hacer trampa. Y es una confrontación orientada hacia
la búsqueda de acuerdos y consensos, de lo que es eficaz, de lo que
es menos, de lo que está bien o lo que está mal, lo que es justo o
injusto. Es entonces una
57
No hay colectivo de trabajo si no hay reglas que han sido inventadas
por ese colectivo para organizar la actividad común. Si no, no es un
colectivo, es un grupo o una masa. Entonces la característica
precisamente no es reconstruir reglas. La actividad deóntica forma
parte del trabajo común y conduce a diferenciaciones a veces muy
marcadas entre los equipos, entre los colectivos, entre los colectivos
de trabajo y entre las escuelas, por ejemplo las escuelas de
psicoanálisis, que se diferencian fundamentalmente por una
construcción de reglas que no son las mismas y que en un momento
dado exigen la separación para poder conservar la coherencia de
reglas que sean respetadas por todos. Para poder cooperar hay que
correr riesgos. Particularmente el de manifestarse, mostrar lo que
uno hace y decir lo que uno piensa. Eso es correr riesgos. Y
entonces por qué las personas que trabajan consienten tomar riesgos
58
en lugar de hacer su trabajo a reglamento, que sería más económico.
Los que participan en la actividad deóntica, en la vida del colectivo
y de la vida en común, aportan de hecho una contribución mayor a la
cooperación, y más allá a la organización del trabajo, a la empresa o
a la institución, y más allá aun, aportan a la contribución a la
sociedad. Si se implican de esta manera, es porque a cambio de esta
contribución esperan una retribución.
Ahora bien, la clínica del trabajo es irrefutable en este punto. La
retribución que moviliza a la mayoría de los trabajadores no es la
retribución material, no quiere decir esto que no tenga importancia,
por supuesto, pero no es el motor de la inteligencia. La retribución
esperada es ante todo una retribución simbólica, y su forma principal
es lo que llamamos el reconocimiento. Todo el sentido del término
reconocimiento tiene que ver con la gratitud por el servicio
brindado, pero también en el sentido de juicio sobre la calidad del
trabajo realizado. El reconocimiento alcanza su dimensión simbólica
solamente si es obtenido y si es conferido según procedimientos
cuyos criterios son muy precisos.
Existen dos formas de juicio en el reconocimiento. El primero es un
juicio de utilidad, utilidad económica, social o técnica de la
contribución aportada por el trabajador a la organización del trabajo.
Este juicio de utilidad es muy importante para el sujeto porque es lo
que le confiere un status en la organización para la que trabaja, y
más allá de esto, un status en la sociedad. Hay un autor que habla
mucho sobre esta cuestión de la filiación social, que es el sociólogo
Robert Castel. El segundo es el juicio de belleza. Se enuncia
siempre en términos estéticos: es un lindo trabajo, una bella obra,
una demostración elegante. El juicio de belleza connota
primeramente la conformidad del trabajo cumplido con las reglas del
arte o con las reglas del oficio. Este juicio no puede ser vertido sino
por otro que conoce al arte desde el interior. Entonces el juicio de
59
belleza es el juicio de los pares, de los colegas, el juicio más célebre,
el más severo y el más apreciado. Su impacto sobre la identidad es
considerable. Reconocido por sus pares un trabajador accede a la
pertenencia; pertenece a un equipo, a un colectivo, a una
comunidad.
La pertenencia es aquello a través de lo cual el trabajo permite
conjurar la soledad. Se dice por ejemplo de una persona: es un
piloto de caza como tiene que ser un piloto de caza, es un
investigador como los otros investigadores, es un psicoanalista como
los otros psicoanalistas. Nosotros estamos muy pegados a este
juicio, cambia nuestra concepción sobre nosotros mismos. Existe un
segundo aspecto de este juicio de belleza que tiene que ver con el
reconocimiento de los pares, que es la originalidad; que es aún más
apreciado. Este segundo juicio de belleza no es posible si uno no ha
logrado primero el anterior. Otra observación sobre el
reconocimiento: lo que es esperado por el trabajador en su juicio de
utilidad y belleza es que este juicio se refiera a la calidad de la
prestación, a la calidad del trabajo cumplido, no sobre mi persona.
Lo que yo deseo es que reconozcan la calidad de mi hacer, y es en
un segundo tiempo cuando puedo pero depende de mí repatriar el
juicio del registro del hacer hacia el registro del ser, o hacia el
registro de la identidad. El reconocimiento de esta manera tiene un
impacto considerable sobre la salud.
línea de cuenta y describimos con el nombre de sublimación.” Es de
las Conferencias de 1933. La manera en que la escala de los valores
sociales entra en línea de cuenta en la sublimación parece pasar bien
por ese juicio de reconocimiento por los otros. La psicodinámica del
reconocimiento del trabajo constituye el segundo nivel de la
sublimación e introduce aquí una nueva dimensión; el éxito de la
sublimación depende en gran parte del juicio de los otros y la lealtad
de los pares.
Desde hace unos veinte años aproximadamente, se introdujeron en la
organización del trabajo nuevos métodos que contribuyen a
desestructurar la cooperación y los colectivos de trabajo, y que
desestructuran las lealtades y la confianza entre los asalariados y que
finalmente destruye la solidaridad. El nuevo método, que juega el
papel principal en esta evolución dramática, es la evaluación
individualizada de las performances. No tengo tiempo de
desarrollarlo ahora, pero voy a hablar de un solo punto. Esta
evaluación individualizada de las performances asociada a otros dos
métodos nuevos introduce en el mundo del trabajo prácticas
totalmente nuevas en las que finalmente cada uno ha llegado a
manejarse por su cuenta. Hay una competencia generalizada entre
los asalariados, lo que conduce una paradoja; el éxito del colega se
convierte en una nueva forma de organización y en un peligro para
mí. Si su rendimiento es mejor que el mío, van a despedirme a mí
primero. Se rompieron los resortes esenciales de la cooperación.
Además se ha introducido la deslealtad, y la gente es llevada a
consentir
61
Entonces en la sublimación hay un tercer nivel que hay que tomar en
cuenta. En la concepción de la sublimación para Freud, el cambio de
objeto y de objetivo de la pulsión, la renuncia a la satisfacción
sexual de la pulsión desemboca en una actividad que Freud dice que
es socialmente valorizada. El primer nivel de la sublimación es la
cuerpropiación. El segundo nivel de la sublimación es el del
reconocimiento por los otros, pero no constituye una garantía sobre
la dimensión ética. Les dije sin embargo que en el juicio de
reconocimiento la dimensión de los valores sociales estaba
implicada, es verdad. Pero los valores que están en
62
cuestión en el reconocimiento se refieren solamente a la actividad
del trabajo, a la calidad del trabajo, la utilidad del trabajo. Y puedo
poner toda esta cooperación y beneficiarme con el reconocimiento
de los otros en un trabajo que está muy bien hecho. Puede ser un
trabajo de calidad que sin embargo puede estar puesto al servicio de
lo peor. Puedo por ejemplo, hacer un buen trabajo gerencial, ser
eficaz para la empresa, reconocido por los otros, mientras que en
realidad estoy destruyendo a la gente. El riesgo de beneficiarme con
un juicio de calidad y de identidad y de belleza, mientras que todo
mi trabajo está dedicado al funcionamiento de los trenes que llevan a
los judíos a los campos de concentración. Entonces, mientras el
juicio de valor se refiere a la calidad de trabajo, no hay una garantía
de que este trabajo esté hecho al servicio del bien. Una vez dicho
esto, los esfuerzos y el compromiso de la subjetividad, necesarios
para obtener esta calidad de trabajo individual y colectivo, provienen
de la sublimación. Es el nivel de sublimación que encontramos en
todos los trabajadores que tratan de hacer bien. Es lo que podríamos
llamar la sublimación común. Y sin esta no hay producción posible.
Pero no es una garantía que esta sublimación ordinaria esté puesta al
servicio del bien. De allí el tercer nivel de la sublimación, que
supone establecer ahora un lado entre el trabajo ordinario y los
valores del interés colectivo, de lo que llamamos el bien común, de
lo que también llamamos de manera un poco más refinada, la kultur,
es decir el término cultura en alemán, que contiene dos dimensiones;
la cultura como actividad cultural pero también la civilización, es
decir la civilidad y cierta calidad de vivir juntos. La cultura no cae
del cielo y el vivir juntos tampoco cae del cielo. Hay que
inventarnos, re inventarnos y la cultura depende fundamentalmente
de la posibilidad de mantener un lazo entre el trabajo ordinario con
los dos primeros niveles de sublimación; el lazo entre el trabajo
ordinario y la cultura. Si la cultura es aquello en lo que sedimentan
las obras de los
63
hombres y de las mujeres con el objetivo de honrar la vida, entonces
el lazo entre el trabajo ordinario y la cultura le da a la sublimación
un tercer nivel que describe, establece los valores relativos a la vida,
la vida individual pero también la vida de la civilización.
Hoy estamos en una situación trágica en la que el giro neoliberal
rompe sistemáticamente la relación entre trabajo ordinario y cultura.
Y lo rompe considerando que una empresa no debe funcionar más
como antes. Antes las empresas estaban destinadas a producir un
beneficio, pero la empresa también tenía que dar justificaciones de
lo que podía aportar a la sociedad, lo que podía aportar a la cultura y
al desarrollo de la felicidad, con ciertas reservas. Pero era una
exigencia. Hasta hace algunos años era una exigencia que las
empresas justifiquen hacia el interior y hacia lo político que aportaba
efectivamente algo al bien común. Con el giro neoliberal los
dirigentes de empresas rechazan la herencia de esta tradición, exigen
que se rompa esta tradición y que se admita que la única razón de
una empresa es fabricar beneficio. Es un cambio histórico
fundamental, y la ruptura entre trabajo ordinario y cultura se traduce
hoy en día por el crecimiento fantástico del sufrimiento en el trabajo
y de las patologías de los trabajadores. El eslabón más trágico es el
del sufrimiento ético. Para muchos de nosotros es insoportable
aportar su contribución en nombre del dinero a actos que
moralmente reprobamos. Corremos el riesgo de arruinar las bases
éticas de la moralidad y es en razón del sufrimiento ético que
aparecen las nuevas patologías mentales y en particular el suicidio
en el trabajo. El suicidio en el trabajo está ligado al sufrimiento
ético. Es una configuración totalmente nueva. Antes se moría en el
lugar de trabajo pero era debido a enfermedades profesionales, de
malas condiciones de trabajo, físicas, químicas o biológicas, o se
moría debido a accidentes de trabajo. Hoy en día con los nuevos
métodos de organización del trabajo hay un cierto número de
trabajadores, tanto hombres como mujeres,
64
P: Buenas noches, quiero agradecer a la facultad por generar este
debate, son categorías que la interpelan y la atraviesan. Una de las
cuestiones que me aparecieron como interrogantes después de su
intervención es en relación a las referencias marxistas y freudianas
que usted realiza, por ejemplo en el caso del joven Marx con los
Manuscritos económico filosóficos, usted plantea la categoría de
trabajo que toma Marx como trabajo vivo, individual y subjetivo. Yo
quería preguntarle qué opina usted
65
de lo que para mí aparece como central en ese texto, que es la
condición del trabajo como trabajo imaginado, quiero decir,
profundamente estructurado en relación a un otro, sobre todo en el
modo capitalista de producción en donde lo que queda oculto es
justamente la producción de plusvalía y cómo el trabajador lo que
pone en juego es la categoría que Marx define como fuerza de
trabajo, de la cual hay un otro que se apropia. Por ejemplo, si
tomamos un taller de costura de una gran marca, un trabajador
trabaja catorce o quince horas para producir una prenda,
seguramente lo que cobra por eso en trabajo le llevó por ahí una
hora, el resto se lo apropia el dueño del taller. Es un planteo
estructural el de Marx, el joven Marx en estos textos implica ya un
planteo estructuralista y dialéctico, igual que Freud. Ya el joven
Freud desde 1894 plantea las estructuras subjetivas. Y lo que queda
vedado en el caso de la estructura subjetiva, no de la económica, es
el sujeto consciente. Quisiera preguntarle si en esta manera de
trabajar la sublimación no se está de alguna forma dejando de lado
este pensamiento dialéctico que Marx planteaba en La ideología
alemana, el sufrimiento humanamente considerado es un placer
íntimo del hombre, y Freud trabaja en Más allá del principio de
placer la pulsión de muerte y la dialéctica entre este sufrir y el
placer que puede causar la producción, el trabajo, la creatividad.
Dejours: Su pregunta tendría que estar dividida en varias, porque
dijo muchas cosas. En particular creí comprender en su pregunta que
trataba el problema del goce, del placer, que pueden estar junto con
la alienación. Y esa es una cuestión particularmente complicada.
Trataré de retomarlo, pero seré forzosamente un poco esquemático
en lo que la clínica del trabajo puede aportar al concepto de
alienación de Marx. Porque usted tiene razón, hay diferencias
bastante importantes entre la concepción de la alienación de Marx y
ciertas preguntas que son planteadas por la clínica psicoanalítica: las
trampas de las que habla Freud a propósito de la neurosis y más
generalmente de las psicopatologías,
66
La primera parte tiene que ver con Marx mismo. La descripción que
da de la condición obrera y por lo tanto de la explotación capitalista,
de la extracción de la plusvalía, está ligada a un contexto histórico
que es el del capitalismo salvaje del siglo XIX, en una época en la
que las posibilidades de lucha, la organización del movimiento
obrero, estaban en sus inicios, y donde el desequilibrio entre la
dominación capitalista y la condición de los trabajadores, hombres,
mujeres y niños, estaba llevada hasta su extremo. Por esta razón
pienso que Marx no pudo contener este contexto y no pudo encarar
más específicamente el eslabón intermedio de la organización.
Entonces hay que entrar en este análisis de la organización del
trabajo en la medida en que toda organización de trabajo no es
solamente una división de las tareas y una repartición de
atribuciones, responsabilidades y del trabajo. Por razones técnicas,
toda organización del trabajo es al mismo tiempo una tecnología de
la dominación. No es solamente el capitalismo y la condición obrera.
Es el capitalismo, que para ejercer la dominación sobre el trabajo
obrero, pasa por el eslabón intermedio de una tecnología de la
organización del trabajo que también es entonces una tecnología de
la dominación. Cuando la relación es muy desequilibrada como en el
siglo XIX, el eslabón intermedio de la organización del trabajo pasa
desapercibido. Luego, con el desarrollo del movimiento obrero y de
las capacidades de lucha, la cuestión de la organización del trabajo
apareció en formas muy específicas que eran mucho menos visibles
en la época de Marx. En particular, la introducción del principio de
management científico con el personaje de Taylor, por ejemplo.
Taylor es una nueva etapa en las tecnologías de la dominación en un
contexto donde existe una gran resistencia. Todos los cuerpos del
oficio, no solamente los sindicatos sino también corporaciones de
obreros altamente
67
especializados, logran poner una resistencia al capitalismo gracias al
conocimiento pero también gracias a una especie de apropiación de
los saberes del oficio. Es basándose en su conocimiento y su
experiencia del trabajo, colectivamente sostenido por corporaciones
de oficio que los obreros resisten al capitalismo. No voy a entrar
más en detalles pero vemos bien que el eslabón intermedio desde la
organización del trabajo se convierte en decisivo, es una tecnología
que va a destruir a los oficios, lo que llamamos la desapropiación de
los saberes obreros. Ven entonces que se dibuja netamente desde
fines del siglo XIX, pero después de Marx, una zona de conflicto
que tiene que ver con el saber y la inteligencia obrera. Podríamos
demostrar cómo Taylor atacó directamente esta propiedad de la
inteligencia obrera para romper los oficios, romper la solidaridad del
oficio e introducir la producción de masa hecha por obreros sin
calificación, que es entonces una expropiación del saber obrero.
Tenemos diferentes etapas en la organización del trabajo, después de
Taylor viene Ford, después Taiichi Ohno y el toyotismo. Y estamos
en otra fase actualmente que se conoce con el nombre de giro
“gestionario”, que es un cambio considerable de la organización del
trabajo. Si insisto sobre este eslabón de la organización del trabajo,
es porque Marx se chocó con una dificultad que no logró resolver.
Logró analizar el trabajo obrero pero esencialmente como vivo,
individual y subjetivo. Y Marx no logró mostrar cómo a partir de la
experiencia del trabajo sería eventualmente posible invertir las
relaciones de dominación e ir entonces hacia la emancipación y la
sociedad comunista. Lo que él no logró pensar es el trabajo
colectivo. No pudo instalar una teoría de la cooperación. Pero no
había en esa época ciencias del trabajo. Para decirlo de manera más
refinada, Marx no logro constituir lo que llamamos un concepto
crítico del trabajo. Por esta razón, desplaza su investigación hacia la
toma del poder, a la lucha política para tomar el poder al capitalismo
y a los burgueses. Pero él
68
nunca logró demostrar que el trabajo podía ser un recurso para la
emancipación, y que se podía atacar al capitalismo de otra manera
diferente que la lucha política, desde el interior, exigiéndole al
capitalismo que haga algunas concesiones sobre la organización del
trabajo. Marx no es el único que no logró pensar esta cuestión, los
sucesores políticos de Marx hicieron lo mismo. En particular Lenin,
pero también muchos otros autores como Gramsci, quien finalmente
no cree que el trabajo y que la experiencia del trabajo obrero pueda
nutrir un proyecto político: propone por contrario que los
trabajadores deleguen sus fuerzas a representantes para la formación
de un partido que se ocupe de tomar el poder. Entonces mantiene
una separación entre lo político y el trabajo. Y la caricatura de esto
es Lenin. Lenin tiene una teoría de la toma del poder, tiene una
teoría del centralismo democrático, pero en cuanto al trabajo
preconiza a Taylor. Entonces introduce a Taylor en la Unión
Soviética y lo peor es que incluso para sostener que el taylorismo es
un modelo para la sociedad entera. Tiene una gran admiración por
Ford y piensa que el fordismo es el modelo social que hay que
introducir en la Unión Soviética. Lenin no piensa el fordismo
solamente como modelo de organización de trabajo, lo piensa como
un modelo de organización de la sociedad. Eso guió el socialismo
real, es decir, ninguna emancipación. Lo que yo discuto hoy es la
posibilidad de pensar a partir de la experiencia del trabajo, de la
experiencia individual y colectiva, nuevas formas de cooperación
que sean capaces de crear nuevos modos de sociabilidad. Sobre todo
a través de lo que llamamos la actividad deóntica. Esta actividad de
producción de reglas se basa fundamentalmente en el aprendizaje
del debate democrático. La actividad deóntica se basa en espacios de
deliberación para los cuales hay que mostrar lo que uno hace, dar
testimonio de su trabajo ante los demás; hay que decir lo que uno
hace y formular opiniones sobre lo que consideramos eficaz o
ineficaz, justo o falso, bien
69
o mal. Pero además hay que aprender a escuchar a los otros. En los
espacios de deliberación necesarios para la cooperación, son
espacios en los que se habla y también se aprende a escuchar para
llegar a producir acuerdos y negociaciones que respeten de la mejor
manera las opiniones de unos y otros basadas específicamente en la
experiencia del trabajo. Lo que estoy diciendo sobre la posibilidad
de pensar el trabajo como mediador fundamental de la emancipación
es lo que los teóricos de la Escuela de Frankfurt trataron de hacer y
fracasaron sucesivamente. El primero es T. W. Adorno, que después
de la Segunda Guerra Mundial, concluyó que el trabajo y la cultura
entera estaban completamente capturados por la dominación
capitalista, lo que probaba el nazismo, de donde salen las tesis de
Adorno, que caracterizan el pesimismo de Adorno, cuya obra en la
última parte es extremadamente oscura. El sucesor de Adorno,
Jürgen Habermas, primero se interesó en el trabajo y también en el
psicoanálisis. Pero finalmente abandonó el trabajo considerando que
en la nueva formulación el trabajo está completamente capturado
por el mercado y que no puede servir de mediador para la
emancipación. Pero el sucesor de Habermas que ocupa actualmente
la Escuela de Frankfurt, Axel Honneth, es quien construyó la teoría
del reconocimiento y en 1980 anunció que iba a retomar esta
cuestión de la relación entre el trabajo y la emancipación. Y
finalmente también la abandonó. Entonces hasta hoy nadie logró
sostener este desafío del poder crítico y emancipador del trabajo.
Pero ahora en la Escuela de Frankfurt, gran número de filósofos y
sociólogos, discípulos de Honneth están en discusión conmigo, y
ahora empezamos a ser más los que hablamos sobre la cuestión de la
emancipación por el trabajo. Se basó fundamentalmente sobre la
conceptualización de la cooperación, el trabajo colectivo y la
formación de vida en común.
P: También yo quisiera agradecer las palabras de un psicoanalista
pensando las problemáticas que afectan a las grandes mayorías, lo
que no es tan habitual. Por otro lado, me interesa remarcar una
categoría que trabajó que es la de recursos subjetivos. Justamente,
para salir de la concepción fatalista respecto a que el trabajo es
sufrimiento, creo que las producciones del profesor Dejours son
muy interesantes en tanto y en cuanto plantea una manera en la que
el trabajador puede activamente hacer algo diferente a “sufrir” su
trabajo. En este sentido, quisiera preguntar respecto de lo último
que planteó en la conferencia, si considera que la nueva modalidad
de trabajo cada vez más extendida, esto es, el trabajo “inmaterial”,
no presenta justamente un costado posible de ser promovido en
términos de que exige la cooperación. Es decir que el trabajo
“inmaterial” necesita de la cooperación.
Dejours: El trabajo inmaterial se desarrolla de una manera muy
importante con la expansión de lo que llamamos actividades de
servicio, es decir, a diferencia de lo que llamamos el trabajo
industrial, lo esencial de la calidad del trabajo se basa en la
movilización de la subjetividad comprometida en una relación con el
otro. El otro es el cliente, el enfermo, el alumno y de manera más
general, es aquel que se beneficia con un servicio. El saber hacer
relacional moviliza la subjetividad y se basa fundamentalmente en
ella. La especificidad de las actividades de servicio debe estar
adaptada a cada cliente, a cada beneficiario. Tengo que dar un
servicio diferente a cada enfermo, no puedo tener un servicio
estándar. Hay que adaptar el tratamiento de diabetes a cada
diabético, no podemos conformarnos con un tratamiento estándar.
Hay que adaptar los métodos de enseñanza a los alumnos de los
barrios pobres, no podemos dar la misma enseñanza que en los
barrios burgueses. Podemos mostrar eso en todas las actividades de
servicio. La calidad de las actividades de servicio tiene que ver de
todas maneras con
71
P: Quiero preguntar si ha traído datos estadísticos de la evolución
de estos suicidios y si se ha evaluado que también sean a causa de
no poder afrontar los diferentes requerimientos económicos que
demanda actualmente vivir en un país como Francia.
Dejours: En cuanto al suicidio en el trabajo, no hay estadísticas en
Francia ni en ninguna otra parte del mundo. Hay que hablar y
discutirlo. Estas estadísticas de todas maneras son muy difíciles de
hacer, porque para asegurar que un suicidio está ligado al trabajo
hay que encontrar numerosas pruebas y hacer estadísticas sobre la
cantidad de
73
obreros se maten. Esta es la situación actual.
P: Se plantea que estamos viviendo en la etapa de la denominada
sociedad del conocimiento, de la información, el tiempo de la
excelencia, algo así como la gestión del talento. Me suena como
una contradicción, una paradoja muy fuerte el hecho de buscar
promocionar el talento o el conocimiento en una sociedad de alta
competitividad. ¿Cómo se compatibiliza el desarrollo de contener a
los trabajadores cada vez más capacitados en una organización de
alta competitividad entre sí donde para poder sacarle el jugo cada
vez más a un trabajador capacitado? Creo que se debe permitir esto
de la creatividad, la innovación; y si debe competir con el otro me
parece que se anula esa posibilidad, me suena paradójico.
Para sostener la sobrecarga del trabajo muchos asalariados utilizan
75
drogas, medicamentos y alcohol. No son drogadictos, son productos,
incluso drogas, como los psicotrópicos, como la cocaína, que están
altamente destinados a sostener las carencias y soportar la
sobrecarga de trabajo. No tiene nada que ver con las adicciones
clásicas. Aunque, a la larga el uso de estas drogas terminan creando
dependencias. Pero la estructura del consumo no tiene nada que ver
desde el punto de vista de la economía pulsional con las
drogadicciones. Y es un enorme problema. Hoy en día las
encontramos en las líneas de montaje de automóviles pero también
en los servicios del sistema financiero, como las oficinas de cambio,
que esnifan la cocaína delante de todo el mundo. Nadie dice nada, ni
entre los obreros ni entre los banqueros. Forma parte del uso normal
para una gran parte de estos trabajadores.
P: Tengo una pregunta que va al centro de mi propio trabajo. Usted
habla del segundo nivel de la sublimación como nivel de
reconocimiento entre pares. Y al principio habló de su trabajo
alrededor de la obra de Jean Laplanche. Mi pregunta sería si logró
ese reconocimiento allí.
Dejours: Yo trabajé durante 12 o 15 años con Jean Laplanche y con
otros colegas de todo el mundo que se interesaban por la teoría de
Laplanche y su lectura de Freud, como aquí lo hacía Silvia
Bleichmar. Actualmente presido el Comité científico de la
Fundación Laplanche. Durante todos estos años en los que trabajé
con Laplanche hablamos de la teoría de la seducción de la que
hablaba Freud. Nunca tratamos las temáticas relacionadas con el
trabajo.
76
ii trabajo:EntrE la banalizaCión DEl mal y la EmanCipaCión
Ayer hablé sobre la relación subjetiva e individual con el trabajo y
hoy abordaré más específicamente los problemas planteados por las
relaciones entre lo individual y lo colectivo, una segunda dimensión
de la centralidad del trabajo. Exactamente lo que llamamos la
centralidad política del trabajo. En el centro de la cuestión política
se encuentra siempre la cuestión de la violencia. Y lo que voy a
tratar de discutir es la manera en que el trabajo es capaz de jugar un
rol mayor en la conjugación de la violencia en las relaciones entre
los seres humanos. En todos los seres humanos encontramos una
aptitud hacia la violencia. El gigantismo que puede alcanzar la
violencia humana, si la comparamos con lo que observamos en el
reino animal, nos plantea un problema. La monstruosidad de la
violencia humana no encuentra sus orígenes en los residuos de
animalidad depositados por la biogénesis. Pero esta monstruosidad
se basa en lo que hay de más humano en el ser, a saber, lo sexual. Es
la erotización lo que le permite al hombre multiplicar al infinito su
violencia y su brutalidad.
Este es el motivo por el que Jean Laplanche, en su análisis de la
violencia, introduce el concepto de pulsión sexual de muerte. Este
no proviene de la naturaleza, sino de la cultura. Se tiene el poder de
acrecentar cada vez más la violencia, y de provocar masacres. Es
entonces una paradoja de la cultura, que puede colocarse también en
algunas
77
situaciones al servicio de la violencia. Es todavía cultura, es algo
que tiene que ver con lo no natural, con lo más artificial que también
tiene una relación con la técnica. Muchas técnicas han sido puestas
al servicio de la violencia desde el origen de la humanidad. Pero la
técnica sola no es la civilización y no es la cultura. Entonces para
tratar de comprender en qué condiciones la técnica puede ser puesta
al servicio de la cultura, hay que pasar por una análisis bastante
complicado que nos enviaría a un concepto de Freud que muchas
veces pasó desapercibido el de culture arbait, es decir el trabajo de
cultura. Tanto la guerra como los totalitarismos son producciones
artificiales en las cuales se encuentra reflejada la inteligencia.
Ninguna configuración análoga se encuentra en otra parte del reino
vivo. De manera que no podemos tener una concepción idealista.
Cualquiera sea el enfoque disciplinario que se utilice, podemos
confirmar que el hombre es profundamente propenso a la violencia.
A la violencia en la esfera privada y a la guerra en la esfera social. Si
admitimos estas premisas, entonces el problema teórico más
importante que tenemos no es el de explicar la violencia ni la aptitud
a la violencia. Es exactamente lo contrario. La pregunta es cuáles
son los recursos psíquicos de los que necesita un sujeto para resistir
al llamado de la violencia cuando todo lo empuja a ceder a ella.
Está perfectamente claro que, contrariamente a lo que escribe Marie
France Hirigoyen, el acoso descripto en la empresa no es ni nuevo ni
reciente. Ha sido practicado en todo momento en el mundo del
trabajo, desde la esclavitud hasta las líneas de montaje de
automóviles. Lo que es nuevo hoy en día, cosa que no notó Marie
France Hirigoyen ni la mayoría de los autores, es la desaparición de
la solidaridad. Y si antes todos los acosados no se enfermaban es
porque el sentido de la justicia era compartido en una comunidad de
sensibilidad y de indignación. Si hoy en día el acoso hace tales
estragos psicopatológicos, es primero y ante todo porque se trata de
una patología de la soledad o mejor aún, una patología de la
desolación en el sentido que le da a este término Hannah Arendt. En
un libro que se
79
llama El sistema totalitario, Hannah Arendt introduce la noción de
desolación (lonelyness), para diferenciarla del aislamiento
(asolation) y de la soledad (solitude). Entonces cito a Hannah
Arendt: “lo que nosotros llamamos aislamiento en la esfera política,
se llama desolación en la esfera de las relaciones humanas.” La
desolación remite a la palabra soile que significa suelo en francés;
desolation, borramiento, ocultamiento, huida del suelo que sirve de
fundamento a la vida en las relaciones humanas. Vuelvo a citar a
Hannah Arendt: “Mientras que el aislamiento le interesa únicamente
al campo político de la vida, la desolación interesa a la vida humana
en su totalidad. Lo que torna la desolación tan intolerable es la
pérdida del yo que no puede ser confirmado en su identidad, más
que por la presencia confiable y digna de fe de mis iguales.” Es
importante remarcar estas palabras escritas por Hannah Arendt, ya
que ella siempre cultivó una gran desconfianza contra el
psicoanálisis, diciendo exactamente aquello, que desde el
psicoanálisis, estamos hablando sobre las condiciones de posibilidad
para un yo de perdurar, persistir, en la vida común, ordinaria. La
noción fundamental que vamos a encontrar es que el yo no depende
solamente de mí, también depende de los otros y este es un
verdadero problema.
El acoso no apunta solamente a la víctima sino a los testigos.Dos
interpretaciones psicoanalíticas pueden ser invocadas en la
obligación de obediencia de los testigos. La primera consiste en
hacer referencia al goce. Goce provocado por el espectáculo del
acoso como en las películas pornográficas. Espectáculo impuesto al
espectador que puede dejarse engañar por su propio goce ante el
sufrimiento infligido al otro, y convertirse en cómplice. El goce
constituye una trampa temible para transformarnos en colaboradores
de la injusticia. Y este goce es fácil de desencadenar, se basa en la
sexualidad infantil, en las pulsiones parciales y el sadismo que están
reprimidas en la conciencia sexual de todos los seres humanos. La
segunda explicación no va tan lejos. El consentimiento no sería a
través del goce sino por el miedo: el miedo que suscita esta
demostración de poder. En el secreto, el miedo genera otra
satisfacción diferente del goce. Es la satisfacción de escapar a esta
situación temible, a cambio de lo cual las buenas personas se
convierten en testigos que no darán testimonio.Si ponemos el foco
en el tercer actor de la escena, es decir el agresor,
no ya los testigos ni la víctima, plantea un gran problema desde el
punto de vista psicoanalítico. Si todos los acosadores fueran
perversos, como dice MarieFrance Hirigoyen, no habría ningún
misterio en el reclutamiento de los malditos. Pero esta interpretación
es falsa: muchísimos gerentes de empresas reciben formaciones
específicas para el acoso dadas por psicólogos. Y entre ellos, entre
estos gerentes, no hay solamente perversos. Lejos de eso hay
también entre la población neuróticos que dudan. Pero cuando uno
es gerente hay que mostrarse realista, eficaz, y sobre todo valiente.
Llegamos aquí al colmo de la inversión de la razón moral: cuando el
coraje consiste en mostrar su aptitud para infligir el sufrimiento a
otro mientras que este otro es inocente y no tiene medios para
defenderse. Si estas observaciones sobre el acoso en el trabajo deben
ser formuladas, no es porque la colaboración
81
Muchas estrategias han sido inventadas por los trabajadores. Una de
82
ellas, la más común, consiste en ocuparse. Sobrecargar el aparato
psíquico con un activismo profesional frenético, anestesiarse con la
tarea concentrando la atención únicamente en la tarea, y gracias a un
activismo sostenido, dejar de pensar en las otras cuestiones. Para no
pensar más uno se embrutece con el exceso de actividad, ya que no
hay que detenerse. Es una estrategia costosa y poco sutil que se
resume en una especie de agotamiento voluntario. Otras estrategias
más sutiles se han evidenciado y fueron analizadas por la psicología
cognitiva y social experimental con el nombre de “disonancia
cognitiva”, por un autor que se llama León Festinger. Hizo estudios
que llevan ya muchos años, desde 1957. En lugar de su propio
pensamiento sobre todo lo que no concierne estrictamente en la
tarea, en la dimensión moral y política del trabajo, el sujeto recurre a
un pensamiento que toma prestado, es decir un conjunto de
pensamientos listos para emplear, provistos desde el exterior por el
imaginario social, los medios de comunicación o por la opinión
pública. Hay estereotipos que se repiten constantemente. Por
ejemplo, es la globalización del mercado, los funcionarios son unos
perezosos y viven de rentas, es la guerra económica, es el fin del
trabajo, el Estado de Bienestar se terminó, los desempleados son
aprovechadores... Todos estos son estereotipos para racionalizar y
calmar la disosiación política. Es el punto de partida de lo que
llamamos psicopatología la racionalización secundaria.
El problema es el de los recursos psíquicos que debe movilizar aquel
que ya comenzó a colaborar para poder retirarse y retomar el
pensamiento personal. Es evidente que uno no podría exigir de todo
sujeto moral que reconstituya por sus propios medios, en la soledad,
contra la opinión general, vehiculizado por estos estereotipos y
entonces que sea capaz él solo de reconstituir todos los eslabones
intermedios de una crítica científica o racional de estos estereotipos
con los que nos llenan los oídos nuestros dirigentes y los medios de
comunicación. La
83
vía podría ser la siguiente, consistiría en el hecho de que el sujeto,
aun cuando las circunstancias lo empujan a esto rehusaría alejarse de
su propia subjetividad y negar su sufrimiento ético. No es que haga
falta bajo pretexto de susceptibilidad a su subjetividad, tener una
confianza ciega en su subjetividad, esto sería evidentemente
insostenible. El inconsciente es demasiado astuto para que uno
pueda en cualquier circunstancia creerse dueño de casa, para retomar
esa expresión de Freud que dice que el yo no es dueño en su casa. El
inconsciente es demasiado inteligente como para que se pueda hacer
de estas señales afectivas de la subjetividad la base de una certeza
sobre la verdad. El inconsciente también es muy capaz de sugerir la
vía del goce y de la cobardía como también la de la perversión o la
del goce del poder y la dominación. Es lo que el filósofo Jacques
Derrida estudió sobre la pulsión del poder o pulsión de dominación,
que son los dos términos por los cuales traducimos el término de
Freud. Lo que tratamos aquí es el rechazo de suscribir a una
interpretación del mundo proveniente del exterior. Aun cuando está
machacada sin cesar por los medios de comunicación y por las
direcciones de empresas. Mientras esta interpretación del mundo que
viene del exterior no haya estado sometida a los “tribunales de la
subjetividad”. Hay aquí una paradoja con respecto a la tradición
filosófica, cómo un autor, incluso psicoanalista, se atreve a apelar a
un “tribunal de la subjetividad” cuando toda la filosofía está
orientada en sentido inverso, a saber someter las intuiciones
sensibles al “tribunal de concepto”. La respuesta cabe en una frase:
es porque la subjetividad es la vida. Pero la vida que designamos
aquí no es la vida orgánica ni biológica, a lo que apuntamos es a la
vida absoluta. Cito textualmente: “De esta manera todo lo que lleva
en sí esta propiedad maravillosa de sentirse que uno mismo está
vivo, mientras que todo lo que se encuentra desprovisto de esto no
es más que la muerte. La piedra por ejemplo no se siente a sí misma,
decimos que es
84
una cosa. La tierra, el mar, las estrellas, son cosas. Las plantas, los
árboles, los vegetales en general son igualmente cosas a menos que
hagamos aparecer en ellos una sensibilidad en el sentido
trascendental, es decir esta capacidad de sentirse a sí mismo,
experimentarse a sí mismo, que haría justamente de estas plantas
seres vivos. No ya en el sentido de la biología sino en el sentido de
una vida verdadera, que es la vida fenomenológica absoluta cuya
esencia consiste en el hecho mismo de sentirse o de experimentarse
a sí mismo y no es ninguna otra cosa lo que nosotros llamaremos
aun una subjetividad.” Es una cita extraída de Michel Henry que es
un fenomenólogo, extraída de un libro llamado La barbarie. Es un
libro muy importante para reflexionar sobre las relaciones entre la
cultura, el trabajo, el cuerpo, la subjetividad y cultura o barbarie.
Cuando se apela al “tribunal de la subjetividad”, es para decir que
desestimando la angustia que hace nacer en mí el espectáculo del
sufrimiento del otro, al mismo tiempo desestimo esta manifestación
de la vida en mí. Esta angustia es la vida, pertenece a la vida. Pensar
con su subjetividad o dar de hecho la subjetividad en el pensamiento
es la condición sine qua non para que un pensamiento honre a la
vida, comenzando por la propia. Derogando lo que implica la
escucha de mi subjetividad suelto la soga que podría evitarme caer
del lado de la barbarie.
Nos queda por saber de dónde puede proceder el deseo de preferir
esta angustia al confort del clivaje. Y que este riesgo de sufrir se
convierta en una chance de realización de sí. El hecho de sentirse un
poco más libre gracias al pensamiento puede transformarse en placer
convirtiéndose en descubrimiento de sí, y yo agregaría amor de sí.
Dicho esto, aun cuando dar derecho a la voz de la subjetividad en sí
frente al sufrimiento del otro, cuando aceptar la voz de la
subjetividad es una carga muy pesada, aun en esta circunstancia no
podría ella sola bastar para orientar nuestra acción. La acción es una
segunda etapa de transformación de este sufrimiento. Pero para
llegar a ella, sobre todo al pensamiento de la acción nueva, esto no
es posible más que si esta angustia se transforma en exigencia de
trabajo para el psiquismo. En exigencia de transformarse
86
a sí misma para buscar las respuestas y el desafío de una situación
que ahora es a la vez psíquica y política.
La autonomía moral subjetiva es rara y poco frecuente. Continuar
pensando solo cuando todos los demás piensan lo contrario es una
situación peligrosa para la subjetividad y para la salud mental. Los
que son capaces de esta autonomía moral subjetiva, los que son
capaces de mantenerse solos y de pie en la vida son escasos. Se los
llama héroes. Para la mayoría de los humanos comunes, que como
yo no somos capaces de continuar pensando solos, necesitamos a los
demás. Necesitamos pensar con los otros y producir un pensamiento
crítico gracias a la discusión y a la deliberación colectiva con los
otros. Es con esta condición que podemos aun honrar la vida y no
quitar la subjetividad como valor.
Los nuevos métodos de organización del trabajo puestos en marcha
por el neoliberalismo, particularmente la evaluación individual de la
performance, pero también la calidad total y la precarización del
empleo, apuntan específicamente a la destrucción del colectivo, de
la cooperación, de vivir juntos en el terreno del trabajo. La
evaluación individualizada de la performance no solamente divide a
los seres
87
humanos, sino que también los levanta sistemáticamente unos contra
otros, genera desconfianza y deslealtad: el individualismo sin límites
en perjuicio del bien común. Y cuando en el trabajo aprendemos a
ser desleales con nuestros propios colegas, seguiremos siendo
desleales fuera de la empresa. Esto es lo que llamamos la
centralidad política del trabajo.
escala de un pueblo el aprendizaje complicado de la democracia.Si
no ponemos la atención en el trabajo podemos aprender allí lo peor:
la deslealtad, la traición del otro, de sí mismo, la instrumentalización
de los seres humanos y la cobardía. Entonces no hay ninguna
fatalidad
en el despliegue del neoliberalismo.No hay que equivocarse, para
luchar racionalmente contra el
Preguntas:
P: En las fábricas está circulando droga dentro del trabajo, ¿qué
hacer con eso en la clínica?
estrategias de defensa, ahora son muy conocidas, pero es importante
para la acción de prevención del alcoholismo y de las otras formas
de adicción, no apuntar solamente al alcoholismo, no solamente al
consumo compulsivo de medicamentos o el consumo de drogas
como la cocaína. La acción racional consiste en deconstruir las
defensas para tratar de abrir vías a otras maneras de actuar. La
respuesta entonces es complicada porque si uno deconstruye las
defensas, se acrecienta el sufrimiento. Entonces esto no es posible
más que si a cambio de estas defensas es posible abrir otras vías para
resolver la angustia, el miedo al trabajo. Esta salida siempre está del
lado de la acción en vistas a transformar la organización del trabajo.
Entonces, en un primer momento se trata de la deconstrucción de las
defensas. Con respecto al alcoholismo es particularmente difícil
porque los que consumen alcohol lo utilizan no solo en el lugar de
trabajo. Se convierten en dependientes del alcohol también fuera del
trabajo. Estas personas tienen conductas violentas en el espacio
doméstico. Entonces abrir la cuestión del alcoholismo suscita
resistencias muy grandes de parte de quienes lo consumen para
soportar las presiones en el trabajo.
La estrategia inventada por una de mis colegas, brasileña, era la de
pasar por la organización de un procedimiento pasando por el teatro.
La idea es la siguiente: en la producción de estas piezas de teatro
que ponen en escena la estrategia colectiva de defensa hay que
integrar no solo a los cuadros que beben alcohol sino también a sus
mujeres. Porque son finalmente las mujeres las víctimas de las
consecuencias del alcoholismo y las que pueden aportar la
contribución motriz a la organización de este teatro. ¿Por qué el
teatro? Porque con las estrategias de defensa la gente que trabaja
participa entre ellas, son conscientes de que tienen comportamientos
paradójicos que no son solamente del alcohol sino que son también
conductas de promoción de riesgos. Son conscientes
90
de que tienen conductas paradójicas con respecto a los riesgos. Pero
de lo que no son conscientes es del por qué. Y por qué todo el
mundo participa en las industrias de la petroquímica a lo que
llamamos los juegos olímpicos, juegos muy complicados y
peligrosos que los obreros y los cuadros organizan entre ellos
durante la noche para convertir el riesgo en algo irrisorio. La función
del teatro es tornar visible lo que en estas estrategias de defensa no
está apropiado conscientemente por aquellos, que, sin embargo, lo
ponen en práctica. Soy consciente de que mi respuesta es demasiado
suscinta pero en principio es que el procedimiento a seguir no puede
reducirse a un procedimiento individual. No es a través de la
psicología clínica tradicional ni de la medicina del trabajo en las
entrevistas individuales que podemos resolver este problema. Hay
que generar en el máximo de personas, creando un colectivo
específico y el compromiso con la puesta en escena de estas obras de
teatro que se representen en la empresa. Es un proceso bastante largo
cuyos resultados son impresionantes. Gracias a esta intervención el
alcoholismo prácticamente casi desapareció en esta empresa. La
acción teatral duró varios años convocando progresiva y
sucesivamente capas cada vez más amplias de trabajadores de la
petroquímica.
P: Pensando en toda esta teoría ¿cuáles son las posibilidades de
trabajo de un psicólogo a partir de lo planteado?
hombres para soportar su relación con la central nuclear. Los modos
de cooperación dentro del espacio doméstico juegan un rol principal
en las estrategias de defensa contra el sufrimiento del trabajo. Pero
eso no ocurre en el trabajo.
94
Les haré una presentación en tres partes.
La primera parte se refiere a un cuadro de las patologías mentales
del trabajo con las que tenemos que luchar hoy en día. La segunda
parte tendría que estar dedicada al análisis de la etiología. La
etiología es el análisis de los procesos que están en cuestión en la
aparición de estas enfermedades mentales. Y luego la tercera parte
se referirá a las cuestiones que les interesen más y que están en
relación con la acción para tratar de retomar la iniciativa sobre la
transformación del mundo de trabajo.
Haré una primera parte breve. Es tal vez un recordatorio para la 95
mayoría de ustedes, pero en Europa y sobre todo en Francia tenemos
la costumbre de distinguir cuatros grandes campos de patologías que
están en relación con las transformaciones contemporáneas del
trabajo.
El primer grupo es lo que llamamos las patologías de sobrecarga.
Nos habían anunciado hace algunos años “el fin del trabajo”, ya que
el trabajo tenía que ser reemplazado por máquinas, robots,
informática y autómatas. Pero en realidad sucede lo contrario y a
través del mundo asistimos a una explosión de las patologías de
sobrecarga. Hay cuatro patologías de sobrecarga principales: el
burnout, el karoshi, los trastornos orgánicos y las adicciones. Es
decir, la utilización por parte de los trabajadores de medicamentos,
de alcohol o de drogas, como la cocaína por ejemplo, solamente para
enfrentar las restricciones del trabajo. No son drogadicciones, aún
cuando en un segundo tiempo muchos de estos trabajadores se
convierten en dependientes de los productos, pero la razón primera
no es para nada una personalidad específica, no es un sufrimiento
psiconeurótico lo que encontramos en la base de estas adicciones,
son consumos que se deben únicamente al trabajo.
El segundo grupo de patologías son las del acoso. Se habla mucho
de ellas hoy en día en todo el mundo, después de los primeros
estudios que se realizaron en Escandinavia y en Alemania con el
nombre de mobbing. En diferentes países se desarrolló esta cuestión
con el nombre de acoso. No es exactamente lo mismo que el
mobbing, pero no voy a entrar en los detalles. Los autores más
conocidos que trabajaron sobre el acoso pretenden que las patologías
del acoso están ligadas a nuevas técnicas del acoso. Es inexacto. Las
técnicas de acoso no tienen nada de nuevo, el acoso siempre existió
en el mundo del trabajo. Hace cuarenta años, cuando yo comencé
mis encuestas, los cuadros y los jefes aprendían las técnicas del
acoso con los antiguos oficiales y sub oficiales que habían puesto a
punto las técnicas de acoso durante la guerra entre Francia y Argelia.
Son estos mismos oficiales franceses que enseñaron a
96
El tercer grupo son las patologías consecuencia del traumatismo.
En las sociedades europeas, en particular el aumento del desempleo
y su cronificación ligada a las nuevas formas de las relaciones de
trabajo, engendra un crecimiento considerable de la violencia social.
Esta violencia recae sobre los trabajadores en el ejercicio mismo de
su función profesional. Es verdad en los servicios públicos pero
también entre los vendedores, en la gran distribución, en los centros
comerciales como aquí en La Toma.
El último capítulo de las nuevas patologías son las depresiones y
las tentativas de suicidio. La aparición de los suicidios en los
lugares de trabajo. No detallo más sobre este cuadro pero podemos
aclarar más tarde si lo desean.
o aun los hongos. Las condiciones de trabajo tienen como blanco al
cuerpo. Por el contrario, en lo que respecta a la salud mental no son
las condiciones de trabajo las que están en primera línea, lo que
encontramos es lo que llamamos la organización del trabajo. Si
aparecieron nuevas patologías mentales del trabajo en los últimos
veinte años es porque algo cambió en la organización del trabajo.
Esta es la discusión sobre la etiología.
Y aquí llego pues a mi tercera parte que tal vez sea la más
importante. Si en algunos casos podemos aprender lo peor, si en
algunas organizaciones hay cada vez más enfermedades mentales,
no hay que dejar de lado que en ciertas condiciones el trabajo no
genera infelicidad y puede ser para una cantidad de nosotros una
fuente de placer, una fuente de realización de sí y puede jugar
incluso un papel mayor en la construcción de la identidad y en el
aumento de la salud mental. Si queremos pensar una acción racional
para luchar contra las organizaciones de trabajo contemporáneas es
muy importante comprender cuales son las condiciones que tornan
posible que el trabajo sea fuente de placer y fuente de salud. Hay un
primer capítulo del que no voy a hablar esta noche que tiene que ver
con la relación individual con el trabajo. Es decir, la relación que
cada asalariado establece con la materia, con la herramienta o con
los objetos técnicos como en una refinería de petróleo o una central
nuclear. Son objetos técnicos y hay primero una
100
La organización del trabajo conjunto es muy complicada. Si cada
uno se pone a ser inteligente a su manera, con el genio de su propia
inteligencia, no va a funcionar. Ya se ha demostrado hace algunos
años que ningún trabajador porque trabaja bien respeta
escrupulosamente las órdenes ni las prescripciones ni la
organización del trabajo. Y también esto es verdad en los colectivos.
Para que puedan trabajar juntos, a los colectivos se les da órdenes.
Cada uno debe hacer una tarea tal: uno una cosa; el otro, otra
diferente; el tercero otra; y el jefe da instrucciones específicas. Todo
eso está definido por lo que llamamos técnicamente la
coordinación. Son las órdenes dadas por la jerarquía con todo un
arsenal, managment, jerarquías, órdenes, vigilancia, etc. Pero juntas
las personas nunca hacen lo que se les dice que hagan, no ejecutan
nunca estrictamente las órdenes que les son dadas. Si cada uno se
pone a interpretar las órdenes a su manera no va a funcionar. La
dificultad es la de llegar a una interpretación compartida. Cuando
uno no quiere hacer esa interpretación y quiere ser estrictamente
obediente, existe ese caso, son situaciones muy conocidas, hay
gente que ejecuta estrictamente las órdenes y nada más que las
órdenes, se llama trabajo a reglamento. Ninguna organización
funciona si la gente es obediente. Se trata de desobedecer, pero
juntos, cosa que es muy complicada. Podemos analizar las
condiciones que permiten llegar a una desobediencia colectiva que
no es solamente una desobediencia para echar la organización del
trabajo prescripta, no es para anular la coordinación.
102
Son las condiciones para que cada uno encuentre su lugar y sea
escuchado. Cuando esto funciona se llega a una manera de trabajar
con acuerdos entre los miembros del equipo y cuando hay varios
acuerdos sobre varios modos operatorios entonces inventamos lo
que llamamos reglas de trabajo. La cooperación es diferente de la
coordinación, la coordinación son las órdenes. Lo que hacen las
personas es otra cosa, es un trabajo fundado sobre las reglas que el
colectivo mismo inventó. Dos colectivos de enfermeros no fabrican
exactamente las mismas reglas. La historia de los colectivos es la
historia de esta producción de reglas. Es una parte muy noble del
trabajo y si yo tuviera más tiempo les explicaría bien por qué, pero
tendrán que creerme.
Toda regla de trabajo apunta a dos cosas: primero a la eficacia. En
un equipo de enfermeros, todas las enfermeras desean que su
cooperación sea eficaz. Todos los docentes que trabajan en un
colegio desean colectivamente que su trabajo sea eficaz y que sean
reconocidos. Pero las reglas de trabajo no organizan solamente la
eficacia, también organizan el vivir en común. Porque son
construidas teniendo en cuenta las opiniones de unos y otros y los
consensos que se construyen son negociaciones que respetan a unos
y a otros. Y como para construirlos hay que hablar, decir lo que uno
piensa y hay que escuchar a los demás, las reglas del trabajo son
también reglas de saber vivir, de convivencia. La cooperación es el
mediador más común de la construcción del vivir en conjunto en la
democracia. En estas condiciones, las personas individualmente
tienen mucho más espacio para pensar y pueden beneficiarse de la
ayuda y la solidaridad de los otros porque con la cooperación
estamos comprometidos en una obra común y la vamos a defender
juntos.
La verdadera prevención de las enfermedades mentales no es
asunto de los médicos ni de los psicólogos. Si antes no había
suicidios del trabajo es porque había solidaridades, había
104
cooperación y no se dejaba a un miembro del equipo hundirse
en la depresión, se lo socorría. Es la cooperación la que es la
condición de la salud mental en cada uno de nosotros. Es importante
hacer la distinción; en lo que yo defiendo como punto de vista con
lo que no necesariamente estén de acuerdo no es la solidaridad en
general la que sea tal vez más eficaz desde el punto de vista de la
salud mental. Es la solidaridad que viene de la cooperación. La
cooperación para hacer un trabajo de calidad juntos en una obra en
común. No es una solidaridad reducida a una lucha defensiva contra
el enemigo. Este es un punto crucial, las solidaridades contra el
adversario y las solidaridades en la lucha son fundamentales pero no
permanecen siendo fundamentales, más que si la lucha misma es
efectivamente pensada como un trabajo, como un trabajo militante.
Y en ese momento las categorías de la cooperación se encuentran
nuevamente en ese punto de encuentro.
Preguntas:
P: ¿Cuál es la herramienta de la cooperación para vencer a la
gestión? Dejours: No estoy seguro de haber entendido bien el
sentido que
106
le quería dar a la pregunta. ¿Cuál es la herramienta de cooperación
para vencer a la gestión? La cooperación sola, en tanto total no
puede vencer a los “gestionarios”. Son los trabajadores quienes están
comprometidos en una experiencia de la cooperación los que pueden
eventualmente defender la cooperación contra la gestión. La
cuestión es cómo discutir con la jerarquía y con los “gestionarios”
esta cuestión fundamental que es la organización del trabajo. La
discusión es un poco larga pero si uno se conformara con obedecer
las órdenes, lo repito, si todos los obreros obedecieran a las órdenes
de los “gestionarios”, no hay producción (es lo que llamamos trabajo
a reglamento). Desde el momento que hay un problema con la
producción, no tomo decisiones, voy a ver al jefe para preguntarle
qué hay que hacer. Si todo el mundo hace eso, la producción se
paraliza. Lo mismo ocurre con los “gestionarios”. Si uno da una
orden sobre el proceso de trabajo y uno se conforma con obedecer
vamos a volver a él con problemas de trabajo sobre los que no puede
decir nada. Si todo el mundo hace eso, el gestionario está obligado a
negociar. Los jefes exigen que sus equipos obedezcan pero en
realidad necesitan su inteligencia y necesitan también que sean
desobedientes. Los ingenieros lo sabían muy bien; daban órdenes y
luego dejaban hacer. Salvo cuando ellos querían perseguir a un
empleado. Lo que quieren producir aquí es que la organización del
trabajo es al mismo tiempo siempre el método de dominación. Todas
las organizaciones de trabajo son técnicas de dominación. Pero no
puede haber trabajo si los trabajadores no subvierten las órdenes.
Hay siempre un espacio de subversión, que es el espacio de la
inteligencia sin la cual la producción no funciona. Por eso es que la
organización de trabajo finalmente no es solamente una
organización técnica, es también una organización de dominación,
pero se puede demostrar que es aun otra cosa, es el resultado de una
negociación entre lo que quieren los jefes y lo que pueden hacer los
trabajadores. Y no hay organización del trabajo sin este
107
espacio de negociación. No sé si están de acuerdo. Toda la cuestión,
si usted admite este punto de vista, es cómo uno interviene en la
negociación: si uno tiene las herramientas para hablar de nuestro
trabajo podemos obtener negociaciones mucho mejores que si no
sabemos hablar de nuestro trabajo. Si no sabemos hablar de nuestro
trabajo, si no sabemos hablar de la cooperación, entonces los
“gestionarios” tienen la palabra y uno baja la cabeza y hace lo que
ellos dicen aunque sea injusto. Entonces el espacio de la discusión
con la jerarquía es un terreno posible de la acción, pero hay que
tener los medios para describir y defender el trabajo, y no cualquier
trabajo. La posición fundamental de las personas, en particular con
respecto a los gestionarios, es siempre defender el trabajo como
trabajo de calidad. Porque nosotros conocemos la calidad de trabajo
mientras que los gestionarios no lo conocen, no saben qué es lo que
hace la calidad. Entonces la línea de acción es conocer nuestro
trabajo, ser capaces de hablar de él y poder defenderlo. Si uno lo
hace obtenemos negociaciones que no se obtienen si uno no puede
hablar de su trabajo.
Ustedes tienen cierta experiencia, no solo en el mundo del trabajo
común, en particular en el trabajo de las empresas recuperadas. Yo
vengo a la Argentina para saber cómo tratan ustedes estas
cuestiones, particularmente en las empresas como ésta porque son
lugares posibles de experimentación sobre nuevas formas de
cooperación y sobre las mejoras de la cooperación. Ustedes me
tienen que explicar en qué punto están, porque creo entender, de
todas maneras, con las conversaciones que he tenido con algunos de
ustedes, que efectivamente se elaboraron a medida que pasó el
tiempo diferenciaciones importantes en la manera de dominar el
trabajo y la calidad del trabajo en empresas como la de ustedes.
Ustedes tienen que tomar la palabra para enseñarnos cómo lo hacen.
Hay experiencias en Francia que son muy interesantes también, pero
que no son para nada de empresas recuperadas ni
108
comunitarias. Estamos muy curiosos en Francia por saber en qué
punto están ustedes con estas experiencias sobre la manera de pensar
y defender el trabajo.
P: Yo trabajo en una siderurgia y pertenezco a una agrupación y
generalmente cuando tomamos una posición con respecto a una
circunstancia como no trabajar los feriados o trabajar ocho horas,
nos consideran como de izquierda o nos ponen en una posición de
avanzada fuera de lo normal cuando en realidad los reclamos son
lo que establece la ley. ¿Se puede considerar esta situación como un
retroceso del movimiento obrero?
Dejours: Hay cierta regresión general en el mundo del trabajo con
respecto a las adquisiciones sociales que habían desestabilizado en
el mundo occidental desde la Segunda Guerra Mundial. Los
sindicatos fueron efectivamente debilitados, escucharon hablar de
los grupos en Gran Bretaña con Thatcher, en Estados Unidos con
Reagan, en Chile con Pinochet y el economista Friedman. Todo este
sistema neoliberal se traduce como una regresión del respeto a los
derechos y la cobertura social, y de las diferentes formas de
solidaridad instituidas a partir de las mutuales obreras. La manera de
remontar la corriente, que creo que está a la orden del día en
Argentina, es obtener incluso por medio de leyes, la posibilidad de
nuevas formas de cooperación.
rasgos de carácter de las personas para poder decidir en qué lugar
de la cadena productiva se insertan. ¿Qué opinión tienen al
respecto?
Dejours: La situación tan difícil en la que la intervención de los
psicólogos, de los médicos del trabajo, o bien es imposible o está
invertida para finalmente servir a la selección profesional y a la
exclusión del trabajador con el pretexto de que se encuentra en su
sangre o en su orina huellas de medicamentos psicotrópicos, drogas
o alcohol. El eslabón intermedio para establecer nuevas redes
permitiendo reconquistar ventajas y mejores condiciones para la
salud en el trabajo. Serían lo que enArgentina llaman comités
mixtos. En Francia desde los años ’80 hay estos tipos de comités,
que se llama Comité de Higiene, Seguridad y Condiciones de
Trabajo. Son comités mixtos que comienzan a existir en La Plata, en
Santa Fe, Rosario. Esto puede ser muy interesante porque está
instituido por ley y porque son organismos mixtos compuestos por
representantes de los asalariados con los cuales trabajan los médicos
de trabajo y a veces psicólogos. En Francia también los ergónomos.
Entonces la acción de los médicos y de los psicólogos no está
aislada.
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