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En Europa, por ejemplo, los divorcios son bastante comunes. Según datos recogidos en
2010, el 71% de matrimonios termina en divorcio en Bélgica, este porcentaje pasa el 60%
en Portugal, Hungría, República Checa, España y Luxemburgo. En Estados Unidos esta
cifra llega a 51%. Cuba es el país latino con mayor porcentaje con un 56%.
En la sociedad judía, el divorcio se había convertido en una permisión muy usual para los
varones judíos. Las causas para realizar un divorcio eran básicamente tres: si el varón
judío encontraba en la mujer alguna cosa inmoral, o si la esposa dejaba salada la sopa o
quemaba la comida podía un judío divorciarse de su mujer.
En la sociedad romana el divorcio no era una práctica usual durante los primeros
quinientos años de la república romana pues no se había dado ni un solo caso de
divorcio. El primero del que se tiene noticia que se divorció de su esposa fue el caso de
un varón llamado Spurius Carvilius Ruga, el año 234 a C. Ya en los días de Pablo la vida
romana de familia estaba deshecha. Séneca escribe que -las mujeres se casaban para
divorciarse y se divorciaban para casarse. Además, dice que las mujeres fechaban los
años por los nombres de sus maridos. Marcial cuenta que una mujer había tenido diez
maridos; Juvenal refiere que una había tenido ocho maridos en cinco años; Jerónimo dice
que era verdad que en Roma había una mujer que se había casado con su vigésimo
tercer marido, y ella era su vigésima primera esposa. La misma realidad de la sociedad
romana y judía sucede en nuestra época.
La famosa actriz de Hollywood ya fallecida en el año 2011, llamada Elizabeth Taylor tuvo
siete esposos. La corrupción moral en nuestros días ha llegado al punto de considerar el
divorcio como algo cotidiano e inclusive para los incrédulos como algo necesario. Pero
veamos hoy cuál es el propósito de Dios para el hogar familiar:
- Hay que amar con amor “ágape” (amor sobrenatural e indescriptible amor de Dios,
incondicional)
- El amor ágape se manifiesta en base a las acciones que provoca: En Jn. 3:16
leemos: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
- La frase “una sola carne” significa literalmente en griego “hacia una sola carne”. El
matrimonio no es la anulación de la personalidad de uno de ellos. Es la fusión de
dos seres en un solo ser.
c) Un ejemplo claro: Nuestra unión con Cristo. V. 32
- Separados de Cristo nada podemos hacer. En Jn. 15:5 leemos: “Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto;
porque separados de mí nada podéis hacer.” Jesús es vital para los cristianos. Así
es la relación matrimonial.
- El apóstol Pablo confirma nuestra unión con Cristo: En 1 Co. 12:27 leemos:
“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.”
- Nuestra relación con Cristo es inacabable e indestructible: En Ro. 8:38-39 leemos:
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,
ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra
cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor
nuestro.” Nada puede destruir nuestra relación con Cristo.
En cuyo caso habría viudez y no divorcio. ¿Qué explicación daban los judíos a este
versículo tan ambiguo?
b) La interpretación rabínica:
(1) La escuela de Shamai: Shamai fue un erudito judío que vivió en el siglo I, y un
personaje importante de la principal obra de la literatura rabínica, llamada la
Mishná. El interpretaba “cosa indecente” Dt. 24:1 como “adulterio”. Sus razones:
Aunque el adulterio requería de la muerte del adúltero (Dt. 22:22 “Si fuere
sorprendido alguno acostado con una mujer casada con marido, ambos
morirán, el hombre que se acostó con la mujer, y la mujer también; así
quitarás el mal de Israel.”) también se requería del testimonio de dos o tres
testigos (Dt. 17:6-7 “Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere
de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo. La mano de los testigos
caerá primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así
quitarás el mal de en medio de ti.”) por lo tanto, un hombre podía saber que
su esposa había cometido adulterio pero ser incapaz de probarlo. Así que la
solución inmediata como no era la muerte, podría ser el divorcio.
Un varón que tuviera evidencia que su esposa le fue infiel pero es movido a
misericordia y no desea ejecutarla, puede darle carta de divorcio y librarse de
ella sin apelar a la muerte.
Así que Dt. 24:1 significaba al Rabino Shamai que sólo en caso de adulterio
se podía dar el divorcio.
(2) La escuela de Hillel: Hillel fue un eminente rabino y maestro judío; el primer
erudito que sistematizó la interpretación de la Torah escrita. Él tenía una
interpretación distinta de Dt. 24:1.
En Dt. 24:1 “cosa indecente” no puede significar “adulterio” ya que esta
práctica inmoral era condenada con la muerte (Dt. 22:22)
La frase hebrea “ ”עֶ ְרוַת ָּד ָ֔ ָּברque se traduce como “cosa indecente” en Dt. 24:1
significa literalmente “cosa torpe”. Así que cualquier cosa torpe que la mujer
cometiera pudiera ser causal de divorcio legal.
Un rabino prominente de finales del siglo I llamado Rabí Akivá dijo en una
ocasión: Aún si el varón ve a una mujer más linda que su esposa, puede darle
divorcio.
Así que para el rabino Hillel, cualquier causa era buena para dar divorcio a la
esposa.
En Mt. 5:31-32 leemos: “31 También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer,
dele carta de divorcio 32 Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser
por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada,
comete adulterio.”
b) La permisión de Jesús
- Jesús sí aceptó el divorcio en ocasiones de "fornicación". Pero ¿Cómo interpretar
"fornicación"? Ciertamente no es "concubinato" o "intimar sexualmente con alguien
antes de casarse" en este contexto. Los rabinos de la época de Jesús utilizaban el
término hebreo "( זְ נּותfornicación)" para referirse al incesto. Era usual que los
rabinos llamen "fornicación” a este acto inmoral. Nótese como el rabino Pablo utiliza
el término "fornicación" (gr. porneia) como todos los rabinos de su época para
referirse al "incesto" en 1 Co. 5:1. Lo cierto es que el incesto era una práctica
condenada en el judaísmo pero permitida entre los gentiles. Así entonces que
cuando los judíos hacían prosélitos de los gentiles, les permitían ser parte de la
comunidad judía estando aún casados con sus tías, hermanas o teniendo otras
relaciones incestuosas. Para tales casos, Jesús no sólo permitió el divorcio sino que
lo "obligó" porque el incesto es una relación desaprobada por Dios en la Ley.
- Los discípulos entendieron tan bien que para Jesús el matrimonio es indisoluble,
que terminaron diciendo: “10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del
hombre con su mujer, no conviene casarse.”
c) El consejo de Pablo:
(1) A los matrimonios cristianos: aprender a perdonar como Cristo nos perdonó: En
Col. 3:13 “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno
tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros.”
(2) Cuando uno de los dos es creyente: 1 Co. 7:10-15 leemos: “10 Pero a los que
están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se
separe del marido; 11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su
marido; y que el marido no abandone a su mujer. 12 Y a los demás yo digo, no el
Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en
vivir con él, no la abandone. 13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente,
y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. 14 Porque el marido incrédulo es
santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera
vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. 15 Pero si el
incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a
servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios.”