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La utilización del concepto “derechos humanos” comienza a utilizarse con frecuencia e importancia
recién en el S. XX, y principalmente en el marco de las Naciones Unidas (organización internacional
creada en 1945, luego de la II Guerra Mundial). Sin embargo, a lo largo de los siglos previos, distintos
instrumentos jurídicos a nivel internacional, pueden ser considerados antecedentes de los derechos
humanos.
Derechos y principios:
● Derecho a la herencia de propiedades.
● Derecho de la viuda a la herencia.
● Limitaciones al embargo de propiedades.
● Multas económicas fijadas en proporción a la falta cometida.
● Ningún hombre libre puede ser arrestado o despojado de sus bienes sin juicio legal de sus
pares.
● Derecho a la justicia.
● Libertad de tránsito para el comercio.
● Libertad de costumbres y de tránsito.
● Principio de legalidad para establecimiento de multas.
● Aparición de la prueba testimonial para poner en juicio a un acusado.
● Nombramiento de jueces a personas que conozcan correctamente las leyes del reino.
Revolución Estadounidense
El sentimiento emancipador y la situación económica de las colonias (libertad de comercio y
cuestiones impositivas) fueron las grandes causas de dicha revolución.
Instrumentos jurídicos:
● Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia (12 de junio de 1776)
● Igualdad entre los hombres.
● Derechos innatos (vida, libertad, propiedad, felicidad y seguridad)
● El poder es inherente al pueblo.
● El gobierno es instituido para el común provecho, protección y seguridad del pueblo.
● Separación de poderes estatales.
● Elecciones para la ocupación de cargos públicos.
● No se pueden suspender las leyes sin el consentimiento del pueblo.
● Derecho al debido proceso y al acceso a la justicia.
● Libertad de prensa.
● Libertad de religión.
● Igualdad entre los hombres (excluyendo a negros, esclavos, mujeres, entre otros)
● Derechos inalienables.
● Libertad civil de los ciudadanos.
● Principio de legalidad y fortalecimiento de las instituciones.
Revolución Francesa:
La situación socio-económica de la sociedad francesa, sumada a la poca experiencia de gobierno de
los reyes y al régimen impositivo predominante en ese momento de la historia, fueron factores
claves en el estallido de la revolución.
Los derechos humanos pueden definirse como el conjunto de facultades que son inherentes a
todos y cada uno de los seres humanos, por su sola condición de tales, ya que son esenciales para
permitirles concebir,planificar e intentar desarrollar su plan de vida con el fin de realizar su
personalidad, en libertad, igualdad y bienestar recíprocos ,y que exigen ser reconocidas y
protegidas por las normas y respetadas por todos los seres humanos tanto individualmente como
en ejercicio del Poder Público o Privado.
Los derechos Humanos son los derechos (necesarios) y libertades inherentes y fundamentales que
tienen las personas por su condición de ser, es decir por su condición humana, respaldados
actualmente por el sistema internacional (ámbito jurídico).
● Sumatoria de aportes del iusnaturalismo, del constitucionalismo liberal, y del derecho
internacional. Implicando el normal desarrollo de la vida del ser humano en sociedad, que el
Estado debe respetar y garantizar, sino el reconocimiento de que la responsabilidad
internacional del Estado queda comprometida en caso de violación no reparada
● Incita una relación Estado- individuo. Siendo el último el titular de los derechos protegidos, y
el primero su garante. Toda acción u omisión de autoridad pública atribuible al Estado,
responsable por agentes que obran en o por autoridad del Gobierno o con su aquiescencia.
Como también responsabilidad del Estado por actos aparentemente civiles, como también
atribuir responsabilidad al Estado por hechos ilícitos violatorios de los derechos humanos
que inicialmente no resulten directamente imputables a él, por falta de la debida diligencia
para prevenir la violación o para tratarla en los términos requeridos por el derecho.
● El concepto de derechos humanos puede predicarse respecto de todo ser humano por el
hecho de ser tal. (Universalidad de la noción). Los derechos humanos quedan acotados en
cuanto a su titularidad a la persona física, sin distinción alguna de sexo o edad, superando
las incapacidades de hecho o de derecho contenidas en las legislaciones. La universalidad no
puede sino conducir a la igualdad.
• Inherentes e inalienables:
Los derechos humanos responden a la dignidad humana, por lo que todos los seres humanos son
titulares de los mismos, independientemente de la garantía o no que realicen los Estados.
• Erga omnes: Son oponibles frente a todos. Esto recobra importancia en la protección de los
derechos humanos; ya que se puede reclamar la violación de los mismos no sólo frente a su propio
Estado, sino frente a todos los demás.
• Transnacionales: Los derechos humanos “derriban fronteras”, en el sentido de que son exigidos
dejando de lado la nacionalidad, ya que, reitero, lo determinante es siempre la persona humana.
- Comparación y diferencias con el Derecho Internacional clásico. Según el artículo 38 del Estatuto de
la Corte Internacional de Justicia, las fuentes de Derecho Internacional clásico son:
• La costumbre internacional.
• Los principios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas (naciones que se
encuentren dentro del ordenamiento jurídico –esta distinción hoy por hoy ha quedado sin efecto ya
que todos los Estados se encuentran dentro de tal ordenamiento-).
En el mismo artículo, se establecen medios auxiliares del derecho, que sirven para la determinación
del derecho, pero que no son fuentes en el derecho internacional clásico. Los mismos son:
• Jurisprudencia internacional.
• Posibilidad de la Corte de fallar “ex aequo et bono” (consiste en que por acuerdo de las partes, la
Corte falle apartándose de las fuentes mencionadas por el artículo). Es como crear una verdadera
equidad en el plano internacional
En el derecho internacional de los Derechos Humanos, estos conceptos son modificados atendiendo
a la relevancia de la materia.
● Los principios generales de los Derechos Humanos: Mientras que los principios generales
del art. 38 (derecho internacional clásico) se refieren a abstracciones del derecho interno
que luego se traspasan a la comunidad internacional; los principios generales del derecho
internacional de los Derechos Humanos se originan en la misma comunidad internacional,
como por ejemplo, la no utilización de la tortura.
● La doctrina de los autores: También, sin punto de comparación con el derecho internacional
clásico, es fuente de derecho en materia de derechos humanos.
• Progresividad: Los derechos humanos son progresivos; si bien el estándar mínimo asegura, reitero,
un “piso” en materia de garantías y protección, eso no impide el aumento del catálogo de derechos
humanos. Por ejemplo, el Pacto de San José de Costa Rica, viene a complementar a la Declaración
Americana y a la vez a realizar la progresividad que mencionamos, es decir, aumentar el catálogo a
fin de proteger cada vez en mayor medida la dignidad del ser humano.
• Pro Homine: Se refiere a aplicar siempre la norma más favorable a la calidad humana.
El Derecho Internacional de los Derechos Humanos únicamente debe ser visto y estudiado como
una verdadera disciplina cuyo objeto es el ser humano, considerándolo como sujeto de derecho (a
diferencia del derecho internacional clásico) y de dicha manera, una de sus principales finalidades
es detener los abusos del Estado, frente a la dignidad humana.
La Carta de las Naciones Unidas es la primera normativa jurídica positiva que consagra las
obligaciones para los Estados en relación con los derechos humanos. Además se basa en el
fundamento de la cooperación internacional en el respeto universal de los derechos humanos y su
efectividad. Es el punto de partida de un sistema normativo en la materia. Se trata de una norma
pragmática, ya que ella expresa los propósitos u objetivos que la Organización se propone lograr.
La Carta postula: Titularidad excluyente de las personas físicas, universalidad, igualdad, no
discriminación, tendencia a la efectividad y a la interdependencia, insinuación del carácter de orden
público en razón de la supremacía de la Carta respecto de todo otro tratado.
Dos son las obligaciones jurídicas que surgen de la Carta: 1) La obligación de la Organización de
promover el respeto universal de los derechos humanos, sin discriminación, y la efectividad de tales
derechos. 2) La obligación de los Estados de tomar medidas conjunta o separadamente, en
cooperación con la Organización, para el respeto universal de los derechos humanos, sin
discriminación, y la efectividad de tales derechos.
La Carta de las Naciones Unidas era la única norma jurídica positiva que en 1945 refería a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales, sin embargo ella no permitía precisar cuáles
eran esos derechos y libertades. Sino en 1948 tales derechos fueron identificados en la Conferencia
Internacional Americana (Estableciéndose la OEA 48’), y donde se aprobó la Declaración Americana
de Derechos y Deberes del Hombre. Asimismo, el 10 de Diciembre de 1948, por aclamación la
Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución Declaración Universal de los
Derechos Humanos, adelantó conciencia de obligatoriedad, expresión del deber ser, a la que la
práctica internacional debe adecuarse con miras de cristalización, en algún momento posterior, de
una costumbre internacional.
La Conferencia Internacional de Derechos Humanos celebrada en Teherán el 13 de Mayo de 1968,
proclama que ‘’La Declaración Universal de Derechos Humanos’’ enuncia una concepción común a
todos los pueblos de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana
y la declara obligatoria para la comunidad internacional.
Hacia 1970 la Corte Internacional de Justicia reconoce el carácter vinculante de la Declaración,
determinando así la existencia de una norma jurídica internacional. Desde entonces la Carta y la
Declaración constituyen fundamento a la obligación de respetar los derechos humanos, dentro y
fuera del ámbito de los Estados miembros.
Las dos declaraciones contienen no sólo derechos civiles y políticos, sino también económicos,
sociales y culturales, adelantan de tal manera derechos económicos, sociales y culturales
indispensables para la dignidad y el libre desarrollo de la personalidad del hombre: El derecho al
trabajo, a la remuneración justa, a un nivel de vida adecuado, el derecho a la educación, entre otros.
Artículo 53 Convención de Viena sobre Tratados: Tratados que están en oposición con una norma
imperativa de derecho internacional general ("jus cogens"). Es nulo todo tratado que, en el
momento de su celebración, esté en oposición con una norma imperativa de derecho internacional
general. Para los efectos de la presente Convención, una norma imperativa de derecho
internacional general es una norma aceptada y reconocida por la comunidad internacional de
Estados en su conjunto como norma que no admite acuerdo en contrario y que sólo puede ser
modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que tenga el mismo carácter.
Artículo 64 Convención de Viena sobre Tratados: Aparición de una nueva norma imperativa de
derecho internacional general ("jus cogens"). Si surge una nueva norma imperativa de derecho
internacional general, todo tratado existente que esté en oposición con esa norma se convertirá en
nulo y terminará.
Las normas de Ius Cogens corresponden al Derecho Internacional Público. Son normas con
jerarquía superior a todas las otras normas de Derecho Internacional. No están escritas en ningún
lado. Son normas imperativas e incuestionables que solo se le pueden sacar la jerarquía si otra
norma con la misma jerarquía la corre. Los Estados aceptan su jerarquía suprema. La corte
interamericana de Derechos humanos fue la primera corte en establecer ciertas normas en la
categoría de Ius Cogens, por ejemplo: El derecho de una víctima a conocer la verdad. Pueden ser
consideradas Ius Cogens pero no hay sentencia firme la prohibición de la tortura, de racismo, de
genocidio. La soberanía es indiscutiblemente norma Ius Cogens pero está limitada por los derechos
humanos ya que también surgieron como normas Ius Cogens. Ejemplos de normas Ius Cogens:
Prohibición de la guerra, principio pro Homine (si dos normas se contradicen hay que inclinarse por
la norma más favorable a la persona protegida), leyes para el medio ambiente.
Las normas de Ius Cogens generan obligaciones frente a todos los sujetos de la comunidad
internacional, por lo que el alcance de la responsabilidad derivada de la violación de una norma
imperativa es más amplio que la que surge de un ilícito común.
Son normas imperativas que están por encima de los tratados que actúan como principios
internacionales entre los Estados. Estos no están enumerados y los mismos Estados no pueden
dejarlos de lado, en otras palabras son como un orden público.
Los Estados Unidos reconocen las buenas intenciones de aquellos que intentan transformar la
Declaración Americana de un enunciado de principios en un instrumento jurídico vinculante.
Pero las buenas intenciones no crean derecho. Debilitaría seriamente el proceso internacional
de creación del derecho --por el cual los Estados soberanos voluntariamente asumen específicas
obligaciones legales.
La posición de los Estados Unidos es que la Declaración Americana no es un tratado y que, por lo
tanto, la Corte no tiene competencia según el artículo 64 para interpretarla o determinar su status
normativo dentro del sistema interamericano de los derechos humanos.
En vista de que la Declaración no es y nunca ha sido un tratado, los Estados Unidos estiman que
la Corte no tiene competencia para considerar la presente solicitud y, por ende, debe desestimarla.
En caso que la Corte decida tratar el tema del status normativo de la Declaración, el parecer de
los Estados Unidos es que la Declaración continúa siendo para todos los Estados Miembros de la
OEA lo que era cuando fue adoptada: una enunciación de principios generales de derechos
humanos no vinculantes.
Los Estados Unidos deben manifestar, con el debido respeto, que debilitaría seriamente el
derecho internacional de los tratados instituido el decir que la Declaración es jurídicamente
obligatoria (traducción no oficial hecha por la Secretaría de la Corte).
Puede considerarse entonces que, a manera de interpretación autorizada, los Estados Miembros
han entendido que la Declaración contiene y define aquellos derechos humanos esenciales a los
que la Carta se refiere, de manera que no se puede interpretar y aplicar la Carta de la
Organización en materia de derechos humanos, sin integrar las normas pertinentes de ella con las
correspondientes disposiciones de la Declaración, como resulta de la práctica seguida por los
órganos de la OEA.
Acuerdo de voluntades entre dos o más sujetos del Derecho Internacional que tiende a crear,
modificar o extinguir derechos de este ordenamiento. A los efectos del presente, resultan de
interés únicamente los tratados celebrados entre Estados.
Diferencia entre Tratado Internacional y Declaración Internacional: Los Tratados son fuente
principal del Derecho Internacional, con lo cual crean normas jurídicas de carácter vinculante para
los Estados, mientras que las declaraciones no son fuente principal. Éstas constituyen meras
expresiones de deseos, sin fuerza vinculante. No obstante, pueden tornarse obligatorias por
expresar el contenido de alguna fuente principal del Derecho Internacional (por ejemplo: La
costumbre). En materia de Derecho Internacional de los Derechos Humanos, las declaraciones
internacionales revisten suma importancia. Hay varios argumentos por los cuales pueden ser
consideradas obligatorias. En algunos casos, como bien se ejemplifica, en virtud de la costumbre
internacional. En otros casos, porque explicitan los derechos contenidos de forma genérica en un
tratado internacional. En cualquier caso, la jurisprudencia internacional las ha considerado
obligatorias (Ver al respecto: la Opinión Consultiva –O.C.- 10/89 de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos).
Según las posibilidades de acceder al tratado: ABIERTOS (pueden ser Partes Estados que no
participaron de la negociación del tratado) o CERRADOS (únicamente pueden ser Partes los Estados
que negociaron el tratado).
Según el tiempo de duración: Por tiempo determinado (tiene un plazo de vigencia) o por tiempo
indeterminado (no tiene plazo de vigencia establecido).
Según el contenido u objeto del tratado: TRATADOS- CONTRATO (regulan principalmente derechos
y obligaciones recíprocos entre los Estados Partes), o TRATADOS- LEY (establecen normas generales
que regulan conductas futuras de los Estados Partes).
El principal instrumento jurídico que rige en la materia: Convención de Viena sobre Derecho de los
Tratados de 1969. La Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969 (en adelante:
CVDT 1969), rige en materia de acuerdos celebrados por escrito entre Estados y regidos por el
Derecho Internacional (cfr. Art. 1 CVDT 1969).
ADOPCIÓN DEL TEXTO: Una vez que se fijan los términos del acuerdo de voluntades, los
representantes del Estado proceden a redactar el texto del tratado.
AUTENTICACIÓN DEL TEXTO: Es el acto por el cual los negociadores establecen mediante su firma,
firma ad referéndum o rúbrica que el texto que tienen a la vista es aquel que han elaborado y hace
plena fe.
Este es el momento de formular las reservas y/o declaraciones interpretativas que correspondan.
Únicamente pueden obligar al Estado por un tratado internacional el Jefe de Estado, Jefe de
Gobierno, Ministro de Relaciones Exteriores y/o Embajadores con Plenos Poderes.
Observancia de los Tratados: Principios de pacta sunt servanda y buena fe (art. 26 CVDT 1969):
Los tratados son celebrados para ser cumplidos de buena fe.
El tratado puede terminar por la celebración de un tratado posterior que lo derogue expresa o
tácitamente.
Por otro lado, el Congreso de la Nación (cfr. 75 inc. 22, primer párrafo CN).
Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las organizaciones
internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y concordatos tienen
jerarquía superior a las leyes.
Así, en virtud del artículo 99 inc. 11 CON, el Poder Ejecutivo, por sí o a través de los funcionarios
competentes o autorizados, en primer término, negocia, adopta y auténtica el texto del tratado en
sede internacional.
Luego, en virtud del art. 75 inc. 22, primer párrafo, de la CN, el Congreso de la Nación, en sede
interna, aprueba o desecha el tratado, mediante un acto que tradicionalmente ha sido la sanción de
una ley. Si lo aprueba, el Poder Ejecutivo se encuentra autorizado para manifestar su consentimiento
en obligarse por el tratado (por ej., a través de la ratificación o de la adhesión). Si lo desecha, allí
concluye el trámite. En este último caso, el Poder Ejecutivo no puede obligar al Estado.
Cabe apuntar que el Congreso de la Nación al aprobar un tratado puede ordenarle al Poder Ejecutivo
que realice reservas y/o declaraciones interpretativas (Ver a modo de ejemplo: artículo 2 de la Ley
23.849 que aprueba la Convención sobre los Derechos del Niño).
Aprobado el tratado por el Congreso de la Nación, el Poder Ejecutivo, en virtud del mismo art. 99 inc.
11 CN, se halla facultado para obligar al Estado, como se dijo, a través de la ratificación, o bien de la
adhesión (si es un tratado abierto).
Las reservas son declaraciones unilaterales que realiza un Estado al momento de manifestar el
consentimiento en obligarse por un tratado (por ej., a través de la ratificación o de la adhesión)
mediante las cuales expresa su voluntad de que ciertas cláusulas del tratado no se le apliquen, o
bien que se le apliquen con modificaciones.
Las declaraciones interpretativas son, valga la tautología, declaraciones unilaterales que realiza un
Estado al momento de manifestar su consentimiento en obligarse por el tratado, mediante las cuales
efectúa una interpretación de ciertas cláusulas del tratado.
La CVDT 1969 establece como principio general que los Estados pueden formular reservas al
tiempo de obligarse por un tratado internacional, excepto: 1) Cuando la reserva esté prohibida por
el tratado, 2) Cuando el tratado admite determinadas reservas entre las cuales no se encuentra la
que el Estado pretende realizar, 3) Cuando la reserva se oponga al objeto y fin del tratado. (Ver
artículo 19 CVDT 1969).
Formulación de reservas. Un Estado podrá formular una reserva en el momento de firmar, ratificar,
aceptar o aprobar un tratado o de adherirse al mismo, a menos: A) Que la reserva esté prohibida por
el tratado; B) Que el tratado disponga que únicamente pueden hacerse determinadas reservas,
entre las cuales no figure la reserva de que se trate; o C) Que, en los casos no previstos en los
apartados a) y b), la reserva sea incompatible con el objeto y el fin del tratado.
Para que un Estado que formula una reserva (Estado reservante) se constituya en Estado
contratante
o Estado parte en el tratado, su reserva debe ser aceptada al menos por otro Estado contratante o
Estado Parte.
Las reglas sobre aceptación y rechazo están contempladas en el artículo 20 CVDT 1969.
En síntesis, dicho artículo considera tres supuestos específicos y las reglas aplicables al resto, esto es,
con carácter general.
Los tres supuestos específicos son los siguientes:
● Si la reserva está expresamente autorizada por el tratado, no debe ser aceptada por el resto
de los Estados.
● Si se trata de un “tratado restringido”, esto es, un acuerdo que por el número acotado de
partes y por el objeto y fin que persigue deba ser aplicado de forma íntegra, una reserva sólo
será admisible si es aceptada por todos los Estados Parte en el mismo.
● Si el tratado establece una organización internacional, las reservas que se le formulen deben
ser aceptadas por el órgano competente de dicha organización.
Una reserva puede ser aceptada de forma expresa (por escrito) o de manera tácita (transcurridos
doce meses desde que el Estado fue notificado de la reserva).
Una reserva formulada por un Estado puede ser rechazada (objetada) por otro Estado. Aquí, hay que
distinguir dos situaciones, a saber:
Un Estado puede objetar una reserva sin oponerse a la entrada en vigor del tratado con respecto al
Estado reservante. Se trata de lo que en doctrina se conoce como objeción simple.
El tratado entrará en vigor entre ambos Estados y la reserva no se aplicará. En caso de que se
produzca un conflicto sobre la reserva, éste deberá ser resuelto por los Estados involucrados a través
de algún método de resolución pacífica de controversias (negociación, mediación, arbitraje o
sometimiento del caso ante un tribunal jurisdiccional).
Un Estado puede objetar una reserva y oponerse de forma inequívoca a la entrada en vigor del
tratado entre éste y el Estado reservante. Se trata de lo que en doctrina se conoce como objeción
inequívoca.
El tratado no entrará en vigor entre ambos Estados, sin perjuicio de que ambos Estados puedan ser
Partes y estar obligados por el tratado en relación con otros Estados Partes.
La reserva formulada por un Estado no afecta los derechos y obligaciones de los otros Estados Partes
entre sí.
Estas reglas se desprenden del principio de relatividad de las relaciones que surgen de un tratado.
Dicho principio implica considerar el tratado como una suma de relaciones bilaterales.
Como bien fue analizado oportunamente, los tratados en el Derecho Internacional general ostentan
características diferentes a las de los tratados en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos
en particular. De ese modo, el régimen de reservas para los tratados de Derechos Humanos cuenta
con reglas específicas, que se distinguen, en cierta medida, de las aplicables al resto de los tratados.
Dichas reglas fueron analizadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su Opinión
Consultiva 2/82.
La diferencia sustancial entre los tratados enmarcados en el Derecho Internacional general y los que
se inscriben en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos en particular, es que los primeros
regulan derechos y obligaciones de los Estados desde una lógica de bilateralidad y reciprocidad,
mientras que los segundos no reglan únicamente relaciones interestatales sino que principalmente
se dirigen a la protección de la persona humana y establecen obligaciones erga omnes, esto es, de
carácter general, que los Estados deben cumplir independientemente de lo que realicen sus pares.
Por tal razón, entre otras cosas, no se admite que la violación o el incumplimiento de una de los
Estados Partes operen como causal de terminación del tratado o como fundamento para el
incumplimiento de las obligaciones por otro Estado Parte.
Es así, que la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su O.C. 2/82 interpretó los artículos 74
y 75 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos a la luz de los artículos 19 y 20 de la
CVDT 1969, y dictaminó que la Convención Americana admite reservas que no sean contrarias a su
objeto y fin y, a su vez, que dichas reservas son autorizadas expresamente por la Convención
Americana de forma general, con lo cual no exigen la aceptación de los Estados Partes en la misma.
Ello, implica, a criterio de la Corte, que la Convención entrará en vigor para los Estados que la
ratifiquen o adhieran a ella desde el momento en el cual depositen el instrumento de ratificación o
adhesión ante el Secretario General de la OEA.
OC 2/82: Reservas
Según el artículo 2.1.d) de la Convención de Viena de 1969 se entiende por "reserva" una
declaración unilateral, cualquiera que sea su enunciado o denominación, hecha por un Estado al
firmar, ratificar, aceptar o aprobar un tratado o al adherirse a él, con objeto de excluir o modificar
los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratado en su aplicación a ese Estado.
Las reservas, por lo tanto, tienen únicamente sentido respecto de los tratados multilaterales. Ya
que, como afirma la Comisión de Derecho internacional, «Las reservas a los tratados bilaterales no
plantean problema alguno, porque equivalen a una nueva propuesta que hace que se reanuden las
negociaciones entre los dos Estados [...] Si llegan a un acuerdo, aceptando o rechazando la
reserva se celebrará el tratado; de lo contrario no se celebrará».
La Corte IDH pregunta a la CADH, ¿Que elementos tiene la Convención Americana D.H. sobre las
reservas?
La Corte, dice que el principio es que cuando un Estado adhiere a la Convención, a partir del
momento en el cual deposita el instrumento de adhesión entra en vigor para ese Estado, la
pregunta es si la reserva afecta la puesta en vigor o modifica el efecto jurídico de los estados,la
idea es que todos los Estados sean parte.
Se remite los artículos de la Convención de Viena sobre los Tratados, y evalúa los artículos 19 y 20 de
la misma:
Artículo 19. Formulación de reservas. Un Estado podrá formular una reserva en el momento de
firmar, ratificar, aceptar o aprobar un tratado o de adherirse al mismo, a menos:
A) Que la reserva esté prohibida por el tratado;
B) Que el tratado disponga que únicamente pueden hacerse determinadas reservas, entre
las cuales no figure la reserva de que se trate; o
C) Que, en los casos no previstos en los apartados A) y B), la reserva sea incompatible con
el objeto y el fin del tratado.
La Corte opina que con o sin reserva desde el momento en el cual se deposita el instrumento o
adhesión, entrada en vigor este decreto.
1. La reserva no tiene que retrasar la entrada en vigencia de un tratado
2. No se puede supeditar la vigencia de un tratado
Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y
concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser aprobados
por el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes de la totalidad de los
miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía constitucional.
Puntualizando que estos documentos tienen jerarquía superior a las leyes como también en paralelo
enumerando una serie de instrumentos sobre Derechos Humanos otorgándoles jerarquía
constitucional, esto es un escalón superior al de los Tratados ‘’comunes’’.
Es cierto que la Constitución de 1853 abordaba el tema de los Tratados Internacionales, pero de tal
manera no se ocupa particularmente de aquellos que versaban sobre Derechos Humanos situación
que se venía advirtiendo tras las finalización de la Segunda Guerra Mundial con la creación de las
Naciones Unidas y posteriormente la OEA.
Dicha Ley 24309 habilitó, como se mencionó previamente, el tratamiento de la ‘’jerarquía de los
Tratados Internacionales’’, enumerando de forma expresa diez documentos supranacionales a los
que se les dio jerarquía constitucional, permitiendo al Congreso aprobar , en el futuro, otros
documentos de esta naturaleza. Si bien la enumeración de dichos documentos fueron en sentido
estricto algunos de ellos no reconocieron la misma caracterización, por ejemplo, la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre junto con la Declaración Universal de Derechos
Humanos (Que puso en marcha por un lado un control meta nacional que ha abierto las puertas al
explosivo instituto del Control de Convencionalidad, y por otro lado incorporó un conjunto de
Derechos protegidos que son self executing) principalmente enumeraban derechos y potestades del
individuo, aunque con el tiempo se les fue otorgando cierta obligatoriedad y jerarquía.
Los Tratados de Derechos Humanos tuvieron y hasta hoy en día tienen un desarrollo progresivo,
gracias a la marcha de la ONU proliferando de forma universal, como de igual manera
regionalmente.
A diferencia de los Tratados clásicos, estos tienen en mira un intercambio recíproco de beneficios, y
en caso de incumplimiento hasta pueden quedar sin efecto o suspender parcialmente sus
consecuencias, conforme al Artículo 60 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados.
La reforma de 1994 le otorgó a los Tratados un valor constitucional privilegiado, sirviendo como
plataforma de lanzamiento para incorporar a nuestro ámbito el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos que ya tenía un desarrollo fundamental y progresivo en el campo internacional y
regional. Aunque anteriormente, nuestro país había ratificado la Convención Americana sobre los
Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) enumerando una serie de derechos protegidos
y regulando de la misma forma dos cuerpos de protección, la Comisión de Derechos Humanos y la
Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La Carta de la ONU actuando como primer intento de protección y de la promoción de los derechos
del hombre en el cuadrante internacional.
El Derecho Internacional de los Derechos Humanos es de esencia subsidiaria, por lo que la obligación
primaria de los jueces y órganos del Estado es efectuar ellos mismos esta revisión de
Convencionalidad (Control primario) y en su caso descartar o inaplicar las normas internas que
infrinjan los pactos internacionales.
El instrumento del Control de convencionalidad, que permitió e impuso a los organismos del Estado
a llevar a cabo una ‘’inspección’’ comparativa entre los Tratados y las normas domésticas a los fines
de darle prioridad al derecho internacional de los derechos humanos y a la jurisprudencia de la Corte
IDH. Aunque en primera medida para gestionar dicho mecanismo debe hacerse en una instancia
primaria por órganos domésticos y luego en caso de que permanezca la inconvencionalidad, por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos (Control secundario) obligando al país a tomar medidas
para evitar un condena internacional.
Las teorías que abordan las relaciones entre el DIP y el DI se han enfrentado durante gran parte del
siglo XIX y primera mitad del siglo XX en orden de explicar las relaciones entre el DIP y el DI, estas
teorías son conocidas como teorías dualistas y teorías monistas. La primera de ellas plantea la
separación e interdependencia entre ambos ordenamientos (TEORÍA DUALISTA). La segunda por
otro lado, sostiene que el Derecho Internacional Público y el Derecho Interno forman un solo orden
jurídico (TEORÍA MONISTA).
Para el dualismo, quien tiene de exponentes a Triepel y a Anzilotti entre otros, el DIP y el DI se
presentan como dos órdenes jurídicos distintos, separados e independientes, ya que presentan
distintos fundamentos, distintos sujetos destinatarios de sus normas y porque distintos son los
órdenes de relaciones que generan.
El DI tiene como fundamento la voluntad de un solo Estado, quien en forma unilateral organiza su
sistema jurídico- político y estructura su propio ordenamiento. En cambio el DIP encuentra su
fundamento en la voluntad común de los Estados, en la unión de estos sujetos en orden a satisfacer
intereses comunes.
En cuanto a los sujetos destinatarios, en el DI serian los individuos, mientras que en el DIP, los
Estados, dándose así un orden diferente de relación. En el DIP al tratarse de un ordenamiento que
regula principalmente relaciones entre los Estados, la relación es horizontal, de coordinación, dado
el carácter de soberanos que deben tener los Estados, en principio no se podría concebir el poder de
uno sobre otro. En cambio en el orden interno, la relación sería de carácter vertical, no de
coordinación sino de subordinación entre el Estado que impone las normas y el individuo
destinatario de las mismas y en definitiva, obligado al cumplimiento de dichas normas.
Sostiene el dualismo que para que la norma de fuente internacional pueda ser invocada y aplicada
como fundamento normativo en el ordenamiento interno, será necesario por parte del Estado, la
realización de un acto de recepción o incorporación que modifique su naturaleza. Es decir, que el
Estado en cuestión deberá sancionar una ley interna, aunque la misma reproduzca el contenido del
tratado. En ese caso al individuo súbdito del Estado se le estaría aplicando una ley interna, donde la
misma refleja las disposiciones que emanan de un Tratado Internacional.
Por su parte el monismo entre cuyos máximos exponentes se encuentran Kelsen, Verdross y Schelle,
sostiene que el DI y los ordenamientos internos, forman parte de un mismo sistema jurídico
universal. Admitiendo dicha postura la posibilidad que una norma del DIP pueda entrar en colisión
con una norma de DI, ¿Cuál de ellas prevalece? Así tendremos el llamado monismo absoluto, que
sostiene la primacía del DIP por sobre el DI, y el monismo atenuado o moderado, que sostiene la
primacía del DI por sobre el DIP al sostener que una ley contraria al DIP puede ser válida en el
ámbito interno, aunque carecería de validez en el ámbito internacional, ya que en el ámbito
internacional siempre prevalece el DIP.
POSICIÓN DUALISTA:
Teniendo en cuenta que ambos sistemas jurídicos se hallan separados, distinguidos por sus fuentes y
por los sujetos que regulan, no es posible la penetración y la integración.
Las normas internacionales no pueden influir sobre el carácter obligatorio de las normas
internas y viceversa. Será necesario, un acto de renovación de la norma que modifique totalmente
su
naturaleza.
Debido a que es necesaria la renovación de la norma internacional en el orden interno ,la doctrina
obliga a utilizar las soluciones para los conflictos entre normas de igual jerarquía dentro de un
solo sistema. Se aplicará por tanto, el principio de la especialidad sobre la generalidad y en lo
referente al tiempo primará la última norma sobre la anterior.
El dualismo establece que tanto el derecho interno como el derecho internacional son dos esferas
jurídicas separadas, donde para que exista una relación debe de preexistir un mecanismo vinculador
anterior. En otras palabras para que una norma internacional ingrese dentro del sistema local tiene
que pasar una situación reconocimiento de un tratado sobre un derecho con todos sus
procedimientos (ratificación) y después una norma interna que capte ese derecho y lo baje al
derecho local. La ratificación implica que no hay vínculo directo con la teoría monista.
POSICIÓN MONISTA:
En un sistema monista, el Derecho Internacional se aplica directamente sobre el ordenamiento
jurídico. Sus relaciones son de interpenetración y son posibles gracias a un sistema único que se basa
en la identidad de los sujetos de derecho y las fuentes del derecho. Así, el Derecho Internacional es
ley nacional y se aplica de inmediato una vez ratificado un Tratado, sin necesidad de que las
disposiciones de este sean admitidas en el Estado a través de una legislación nacional.
Un ejemplo de un Estado monista es Francia.
La posición monista internacional coincide con la de Kelsen, considerando que “Desde el punto
de vista del derecho internacional, es desde donde se comprende su conexión con el derecho
nacional y por lo tanto con un orden jurídico universal”. Kelsen critica el dualismo y coloca al
jurista ante alternativas inconciliables e ideológicas.
Los Monistas establecen que el Derecho Internacional y el Derecho Interno son parte de un mismo
orden sin distinción alguna entre ellos. Su relación/vínculo es directo porque basta con que una
norma internacional se presente para ser adherida al derecho interno.
El verdadero problema a resolver es si en caso de conflicto, las normas del DIP prevalecen sobre las
de DI o viceversa, es decir, el problema en cuestión es la jerarquía normativa.
La situación con anterioridad a la reforma constitucional de 1994, la postura de nuestros tribunales
ha variado respecto a la pretendida primacía de las normas internacionales por sobre el DI. El gran
cambio sucede a partir de Ekmekdjian c/Sofovich (1992). Hasta dicho año, la mayoría de las
resoluciones dadas por la jurisprudencia eran coincidentes con la postura dualista.
Si bien en el Artículo 31 de la Constitución Nacional se infiere con claridad la lógica supremacía que
ejerce dicha norma por sobre las leyes internas, las mismas deben dictarse en consecuencia a las
disposiciones constitucionales. Pero respecto a las jerarquía entre tratados y leyes, no hay ningún
indicio en el artículo que permitiera establecer al juzgador por qué disposición inclinarse cuando
mediare un caso concreto algún supuesto de conflicto entre ellas. Leyes y tratados son igualmente
calificados como ‘’Ley suprema de la Nación’’ y por lo tanto, no existe un fundamento normativo
para acordar prioridad de rango a ninguno.
¿Qué parámetro utilizaban los tribunales para dar aplicación a una ley por sobre un Tratado o
viceversa? Esta disyuntiva se puso de manifiesto en el caso Martin & Cia. Ltda C/ Administración
General de Puertos en el año 1963. En este caso la parte actora, es decir, la parte demandante,
Yerbatera Martin, importa en el año 1955 productos provenientes de Brasil, y al arribar los mismos
al puerto de Rosario se encuentran con que tienen que pagar una ‘’sobretasa’’ impositiva, por la
introducción de dichos productos, en concepto de eslingaje, guincho y almacenaje, en virtud del
decreto ley 6575/58 Ley 14467 establecido por el Estado Argentino.
El problema es que este decreto (Se había dictado con posterioridad al Tratado) - Ley modifica un
Tratado de Comercio y Navegación entre Argentina y Brasil firmado en la década del 40, que eximia
del pago de estas sobretasas impositivas. Ante esta situación, la Yerbatera Martin paga dicha
sobretasa, peor luego inicia una demanda solicitando a la Administración General de Puertos, que le
‘’devuelva’’ lo que a criterio de la empresa Martin había pagado de mas.
Tanto el fallo de primera instancia como la Cámara de Apelaciones le dan la razón a la empresa
Martín, ya que según el Artículo 31 de la Constitución Nacional, los tratados son ley suprema de la
Nación y que la voluntad de las partes en el tratado debe ser respetada sobre las disposiciones
contenidas en un decreto posterior. Pero cuando el caso llega a la instancia de la Corte Suprema, la
misma termina rechazando el planteo de la empresa.
¿Qué fundamentos brinda la Corte? ‘’Ni el Artículo 31 ni el Artículo 110 de la Constitución atribuyen
prelación o superioridad a los tratados con las potencias extranjeras respecto de las leyes
válidamente dictadas por el Congreso de la Nación. Ambos -leyes y tratados- son igualmente
calificados como ‘’ley suprema de la Nación’’, y no existe fundamento normativo para acordar
prioridad de rango a ninguno. Y en virtud de la carencia de un fundamento normativo, aplica un
criterio seguido desde hacía tiempo por la jurisprudencia norteamericana de que las leyes
posteriores derogan a las anteriores. Y como el decreto era posterior al tratado prevalece sobre el
mismo.
Como mencionamos previamente si bien la mayoría de los casos planteados antes del año 1992 se
inclinaban por la postura dualista, en el años 1948 la Corte Suprema se inclinó por una postura
monista con primacía del Derecho Internacional, haciendo respetar compromisos asumidos
internacionalmente aun sobre disposiciones constitucionales. Ese caso fue Merck Quimica S.A
c/Gobierno Nacional (1948).
La incorporación de la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados fue el gran cambio que
llevó a la doctrina y jurisprudencia a inclinarse y adherir definitivamente a la postura monista y al
reconocimiento de la primacía del DIP por sobre el DI.
Dos disposiciones generaron importancia relevante en la materia, por un lado el Artículo 26 al
establecer el principio ‘’Pacta sunt servanta’’, es decir, que los tratados obligan a las partes y deben
ser cumplidos de buena fe, y por otra parte el Artículo 27 que impone al Estado la prohibición de
alegar su DÍA para justificar el incumplimiento de un tratado. Estas disposiciones permiten a los
tribunales nacionales fundamentar la primacía del DIP derribando así la falta de sustento normativo
para otorgar prioridad de rango a la ley o tratado.
El cambio jurisprudencial a partir del caso Ekmekdjian c/Sofovich verdadero ‘’leading case’’ en la
materia sirvió para que la Corte Suprema de Justicia Nacional se plantea la situación y sentará una
doctrina radicalmente opuesta a la sostenida hasta entonces
El derecho de réplica, el Art 14 Inc 1 del Pacto establece que: ‘’Toda persona afectada por
informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su perjuicio a través de medios de difusión
legalmente reglamentados y que se dirijan al público en general, tiene derecho a efectuar por el
mismo órgano de difusión su rectificación o respuesta en las condiciones que se establezca la ley’’.
Al tiempo que se plantea el caso en cuestión, el Pacto de San José de Costa Rica ya había sido
ratificado por nuestro país, y por lo tanto incorporado a nuestro ordenamiento, pero le faltaba
reglamentación, circunstancia por la cual tanto el Tribunal de primera instancia como luego la
Cámara de Apelaciones desestima la pretensión de Ekmekdjian por cuanto para poder ejercer su
derecho a réplica, faltaban las ‘’condiciones’’ que debía establecer en este caso la legislación
argentina, tal el mandato del Art 14.
El caso llega a la Corte Suprema, la discusión sobre si el derecho esgrimido por Ekmekdjian tenía
carácter programático, y por ende, era insusceptible de aplicación hasta tanto se la reglamente
por ley nacional, tal cual pregonaba la teoría dualista; o si por el contrario es operativo y puede ser
directamente aplicado, aun sin ley que la reglamenta. Este último fue el criterio adoptado por la
Corte en el caso que tratamos.
DERECHOS OPERATIVOS:
Es un derecho exigible sin reglamentación. Resultan inmediatamente aplicables, auto-ejecutivas
(self-executing en el Derecho Americano), pueden hacerse valer ante un Tribunal sin otro
aditamento o norma que precise su contenido o alcance. Estas, son llamadas operativas y
comprenden a la mayoría de los derechos descritos en las declaraciones que forman parte del orden
jurídico argentino. Por ejemplo: Derecho a la vida, derecho a la libertad de tránsito.
DERECHOS PROGRAMÁTICOS:
Son los que tienen carácter de plan o proyecto, necesita de una norma para efectivizar su
reglamentación. Fijan directivas para el dictado de disposiciones normativas que permitan su
aplicación; ellas se limitan a fijar un programa a seguir por el legislador, e imponen a éste la
obligación de dictar las leyes que permitan efectivizar el derecho en cuestión. Estas son las llamadas
normas programáticas. Son las que tienen carácter de plan o proyecto. Por ejemplo: La vivienda
digna.
Incorporado al Derecho Interno, el Art 14 del Pacto es directamente operativo por afectar derechos
que hacen a la dignidad de la persona. De esta manera y por 5 votos contra 4 la Corte decide hacer
lugar al derecho a réplica esgrimido por el Sr. Ekmekdjian.
Dicho fallo deja en claro la jerarquía que ostentan los Tratados Internacionales dentro del
ordenamiento interno, afirmando así de tal manera que nuestra Constitución Nacional se encuadra
definitivamente en la postura monista al optar por la directa aplicación de las normas
internacionales en el ámbito interno.
Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados y
concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
¿Por que jerarquizarlos (Los Tratados de DDHH)? Raúl Vinuesa fue uno de los primeros en el
derecho argentino en tomar nota de la cuestión: ‘’Consideramos que es oportuno incluir entre los
temas de una posible reforma el de la jerarquización de los Tratados sobre Derechos Humanos por
sobre las leyes de la Nación a efectos de asegurar internamente la consolidación de los derechos y
garantías queridos a nivel internacional.
¿Que significa tener jerarquía constitucional? Diversas son las opiniones al respecto de este
interrogante:
● Otro argumento que sostiene esta postura es la disposición del Art 27. de la Constitución
Nacional en cuanto establece que los ‘’Tratados deben estar en conformidad con los
Principios de Derecho Público que establece la Constitución.
● Los Derechos Humanos con jerarquía constitucional tienen el mismo rango que los derechos
contenidos en la primera parte de la Constitución. Para los sostenedores de esta postura,
estos Tratados están en pie de igualdad con la Constitución Nacional, ‘’valen como ella’’, la
complementan, ampliando de esta manera las garantías que la misma Constitución
establece en orden a la vigencia y reconocimiento de estos derechos.
La responsabilidad objetiva, en principio, no tiene relación con los Derechos Humanos, mientras que
la responsabilidad individual sí, pero excede el marco de la cursada.
Nuestro eje es el Estado y los Hechos Internacionalmente Ilícitos (entre ellos: Las violaciones de
Derechos Humanos).
La referencia para el tema que nos ocupa es el Proyecto de la CDI sobre responsabilidad
internacional del Estado por hecho internacionalmente ilícito (2002).
La CDI es la Comisión de Derecho Internacional, un órgano de la ONU que tiene por función, entre
otras cosas, elaborar proyectos de tratados.
El que nos ocupa es un proyecto que tiene el valor de codificar normas de derecho consuetudinario
(costumbre internacional).
Entonces, si bien las reglas contenidas en el proyecto no son, por esa razón, obligatorias, toda vez
que no es un tratado, sí revisten carácter vinculante por ser costumbre internacional.
El ELEMENTO OBJETIVO implica que ese comportamiento atribuible al Estado CONSTITUYE UNA
VIOLACIÓN DE UNA OBLIGACIÓN INTERNACIONAL de ese Estado.
ELEMENTO SUBJETIVO ¿CUÁLES SON LOS COMPORTAMIENTOS ATRIBUIBLES AL ESTADO
CONFORME EL DERECHO INTERNACIONAL?
Nuestro país, a su vez, se organiza política y territorialmente sobre la base de tres niveles de
gobierno- Estado Federal, Provincial (y GCBA) y Municipal.
En este caso no se trata de un órgano estatal, pero sí de una persona o ente a quien el
derecho interno del Estado le atribuye funciones que son propias del Estado.
El Estado, por ejemplo a través de una ley sancionada por el Congreso, delega en un ente no
estatal funciones que le son propias.
Ejemplo: El Colegio Público de Abogados de Capital Federal (CPACF). El Estado por ley delega en el
CPACF la atribución de poder público consistente en la regulación y control de la matrícula de los
abogados en CABA. Las acciones u omisiones del CPACF en ejercicio de estas atribuciones son
comportamientos atribuibles al Estado que pueden comprometer su responsabilidad internacional.
Un caso concreto podría ser la sanción impuesta por el CPACF a un abogado matriculado sin respetar
el debido proceso que es una garantía reconocida por varios tratados internacionales de Derechos
Humanos que obligan a la Argentina.
Ahora bien, ¿QUÉ SE ENTIENDE POR VIOLACIÓN DE UNA OBLIGACIÓN INTERNACIONAL? ¿Qué
cuestiones deben tenerse presentes?
3- Hecho compuesto: Sumatoria de hechos que en su conjunto constituyen una violación de una
obligación internacional. Ejemplo: la obligación establece la prohibición de “APLICAR” la pena de
muerte y el Estado con fecha 1/4 sanciona una ley que establece la pena de muerte, el 3/4 un juez
dicta sentencia aplicando la ley y el 10/4 se ejecuta efectivamente la pena. El hecho violatorio se
consuma con la ejecución y debe computarse desde la sanción de la ley.
RESPONSABILIDAD DE UN ESTADO POR EL HECHO DE OTRO ESTADO
1- CUANDO DIRIGE O CONTROLA. Estado X dirige o controla a Estado Y. Ejemplo: La Alemania Nazi y
el Régimen de Vichy en Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Alemania controlaba
directamente las políticas y decisiones del gobierno títere de Francia en la zona ocupada.
2- CUANDO AYUDA O ASISTE. Estado X ayuda o asiste a Estado Y. Ejemplo: Estados Unidos y el Plan
Cóndor. Estados Unidos prestó ayuda y asistencia a las dictaduras latinoamericanas para perseguir y
exterminar opositores.
3- CUANDO COACCIONA. Un Estado fuerza a otro a cometer un hecho ilícito contra su voluntad.
2- LEGÍTIMA DEFENSA: El uso de la fuerza en las relaciones internacionales está prohibido. Sin
embargo, se admite una excepción. Es el caso en que un Estado usa la fuerza para repeler una
agresión ilegítima de otro Estado. El uso de la fuerza en legítima defensa debe ser proporcional (por
ejemplo: si un Estado ataca a otro por tierra y con fusiles, el otro Estado no podría repeler la
agresión con una bomba nuclear). El uso de fuerza en legítima defensa debe ser notificado al
Consejo de Seguridad de la ONU.
6- ESTADO DE NECESIDAD
El estado de necesidad es excepcional. En principio, no puede alegarse para incumplir las
obligaciones internacionales.
Únicamente procede para salvaguardar un interés esencial del Estado contra un peligro grave e
inminente, siempre que no afecte el interés esencial de otro Estado ni de la comunidad
internacional. El peligro grave e inminente no debe ser imputable al Estado que lo alega, ni tampoco
debe haber asumido el riesgo (por ejemplo a través de un tratado).
El Estado de necesidad fue uno de los fundamentos de la última dictadura cívico militar para llevar a
cabo el terrorismo de Estado en la Argentina. La dictadura alegaba que la “subversión” atenta contra
la existencia misma del Estado argentino.
2) Consejo de Seguridad: Formado por 15 miembros de los cuales son cinco permanentes
elegidos por la Asamblea General por un plazo de duración de dos años. Su función principal es
mantener la paz y la seguridad internacional, es decir que los Estados están obligados a
cumplir las decisiones que éste adopte. Para las decisiones simples requerirá el voto de los
nueve miembros y para las decisiones agravadas también se va a requerir el voto de los
nueve miembros pero tiene que estar comprendidos el voto de los cinco permanentes
(Derecho de Veto). Es el único órgano habilitado para habilitar a los Estados a implementar el
uso de la fuerza en situaciones de emergencia, ya que el uso de la fuerza está prohibido a
nivel internacional. Es como un órgano ejecutivo.
Se creó para el enjuiciamiento de los crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra por lo
sucedido durante la Segunda Guerra Mundial.
4) Consejo de Administración Fiduciaria: Se dice que este perdió su razón de ser porque se había
empleado para administrar los países que estaban en fideicomiso, actualmente solo quedan
las islas del Atlántico (administradas por EEUU). Su objetivo es promover que los territorios se
independicen.
Dentro de la ONU se desarrollan los nueve Instrumentos internacionales que desarrollaron comités
(para lo cual estaban ya aptas) para recibir denuncias
Procedimiento formal de conciliación (denuncia) de un Estado a otro: Para que un Estado sea
sometido al mismo debe efectuar expresamente una declaración especial aceptando la
competencia del Comité para recibir una denuncia de otro estado parte que también debió
de realizarlo.
Procedimiento de cooperación por parte del Comité con el Estado: Los Estados que hayan
ratificado este paso deberán presentar (cada cinco años) un informe, en el que se
establecerán las medidas que haya adoptado para dar efecto a los derechos reconocidos en
este Pacto y el progreso realizado en cuanto al goce de estos, al Comité, el cual también
tendrá a su disposición (bajo análisis) los documentos pertinentes a la situación, dentro del
Estado en cuestión, que les sean presentados por las ONG. En base a estos datos el Comité
desarrollara sus propias conclusiones y observaciones que estimara oportunas para el estado
en cuestión.
En su primer protocolo faculta a la persona como presunta víctima a elevar una comunicación
individual (denuncia) ante el Comité de DDHH. Esta denuncia deberá reunir los siguientes
requisitos:
1)El estado acusado de haber ratificado el Pacto y el Protocolo I,
2)Debe denunciar la víctima o su representante
3) No se requiere el vínculo de nacionalidad, es decir que cualquier persona puede denunciar al
Estado
4)La denuncia no puede ser anónima
5)Agotar los recursos internos.
6)El mismo asunto no debe ser sometido a otra instancia internacional.
El protocolo habilita al Comité a recibir denuncias de las personas de forma directa ante la eventual
violación de los derechos que este Pacto resguarda.