Sie sind auf Seite 1von 3

Cuidemos Nuestro Planeta*

Desde que el físico francés Joseph Fourier describiera por vez primera el
efecto invernadero en 1824, y cuando en 1864 el químico sueco Svante Arrhenius
demostró que la quema de combustibles fósiles aumentaba y distorsionaba el
efecto invernadero natural; los científicos han demostrado a la fecha que la
mano del hombre (factor antropogénico), en el impulso de la revolución industrial,
tiene relación directa con el calentamiento global.
Esta es una verdad contundente, que debe generar un cambio de
paradigma en la mentalidad de los ciudadanos, de las sociedades y de los
Estados con sus gobiernos respectivos. Todos debemos estar comprometidos
para frenar y revertir en el mediano plazo los dramáticos cambios en el clima
actual, con sus directas repercusiones en el día a día de los ciudadanos.
A nivel de los Estados, tenemos que en 1972 (Estocolmo), se lleva a cabo la
Primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático donde Por:
Sicólogo, Manuel Moreno García
Kioto (Japón), firmado el 11 de diciembre de 1997, que entró en vigencia el
2005, cuando el 55% de todos los países firmantes se comprometían a reducir el
5.2% de la emisión de gases efecto invernadero. Hay que anotar que EE.UU. y
Australia no firman el compromiso. Cabe señalar que el documento firmante de
Kioto se basa en el principio de “la responsabilidad común, pero diferenciada”
de los países firmantes.
Los compromisos asumidos de manera diferenciada por los países, luego
de estas reuniones que buscan generar políticas vinculantes, no han sido los
esperados y esto ha significado una paralización y retroceso en la búsqueda de
acuerdos multinacionales que sirvan de marco de trabajo conjunto. Una prueba de
ello fue la Cumbre de Cancún (2010) impulsada por la ONU, cuya reunión no
llegó a acuerdos significativos en la lucha contra el calentamiento global. El 2014
tuvimos en Perú la “cumbre del clima en la ONU”, que no llegó a ningún acuerdo
importante.
En octubre del 2018, el panel intergubernamental sobre cambio climático de
la ONU, señalo que es urgente limitar a un máximo de 1.5 grados centígrados el
aumento de la temperatura global. Los datos sensibles de los organismos que
monitorean el aumento de la temperatura reportan que vamos camino a un 3% del
aumento de la temperatura en el mundo, lo cual tendría consecuencias
devastadoras e irreversibles en el clima y la geografía del mundo: se acabarían
los arrecifes de coral, el nivel del mar subiría como mínimo 10 cm, la acidez del
mar se elevaría con sus consecuencias sobre la cadena ecológica, volverían con
fuerza epidemias como el dengue y la malaria, etc. Todo esto nos hace decir
“ya estamos en zona de peligro” y depende de lo que hagamos hoy, para ver
resultados en el mediano plazo.
Nuestro país es parte de la convención marco sobre cambio climático de la
ONU desde 1992 y firmante del protocolo de Kioto desde el 2002, además
contamos desde el 2008 con un MINISTERIO DEL AMBIENTE, que debe liderar
las acciones en este sector, tan sensible hoy en día. Paradójicamente en el Perú
se combinan el tener el 70% de la diversidad biológica del mundo, contamos con
uno de los ecosistemas marinos costeros mas ricos en el mundo, tanto en
biomasa como en especies marinas, asimismo somos el séptimo país con más
riquezas mineras en el mundo; tenemos el 80% de las tierras del país aptas para
la producción forestal, y así podríamos seguir enumerando las bondades que tiene
nuestra patria.
Sin embargo, estas potencialidades señaladas líneas arriba, se vienen
convirtiendo en áreas donde campea la falta de políticas medioambientales
sostenibles por parte del Estado peruano, lo cual redunda en grandes proyectos
de inversión de sectores privados, donde las políticas de control del impacto
ambiental están muchas veces solo como enunciados declarativos, pero que
en la práctica se hace muy poco. Los grandes proyectos mineros y de
hidrocarburos deben hacerse en convenio con el Estado y deben contemplar una
visión y misión de desarrollo sostenible como parte de ser empresas socialmente
responsables en temas medio ambientales; sin embargo, muchas veces las
empresas les sacan la vuelta a estas líneas de gestión y trabajo, y tenemos un
Estado poco empoderado y con una mínima capacidad de fiscalización. Cabe
mencionar que, a juicio de muchos, el modelo primario extractivista exportador
que campea en nuestra economía, es el principal factor que impide la viabilidad de
cualquier propuesta de cuidado y promoción de un desarrollo sostenible en
nuestro país.
Debemos tener un Estado que impulse de manera firme políticas de
cuidado del medio ambiente, ya que somos un país que emite gases efecto
invernadero por debajo de la media mundial (5.3%); sin embargo, somos
sumamente sensibles a los cambios climáticos que se operan en el mundo. El
MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE debe tener un rol más protagónico y activo
en el escenario nacional, promoviendo protocolos, reglamentos e iniciativas de ley,
orientados a normar el cuidado del ambiente.
Los empresarios deben asumir responsablemente un compromiso con el
medio ambiente, dejando de lado su visión mercantilista del mercado (menor
costo, mayor beneficio) y apostar por una gestión con responsabilidad social
empresarial.
Las instituciones del país deben asumir una misión de incluir la
concientización de sus colaboradores en la necesidad de reducir la emisión de
gases efecto invernadero, con el consecuente calentamiento global
Y los ciudadanos también tienen un rol que jugar, es el de entender que
su accionar de cuidado y responsabilidad en el día a día con el medio
ambiente (reducir, reutilizar y reciclar) también suma en esta gran tarea de
conservar y preservar nuestro mundo...

*Editorialistas.

Das könnte Ihnen auch gefallen