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TEMA 2: EL PLANETA AZUL: EL REPARTO DE TIERRAS Y MARES

► Nuestro planeta se caracteriza por la desigual distribución de sus tierras y


mares. La hidrosfera ocupa el 71% de la superficie terrestre. El restante 29%
está ocupado por las tierras emergidas, es decir, los continentes y las islas.

► Los océanos son amplias extensiones de agua salada, más numerosos en el


hemisferio sur. Existen cinco océanos, que, de mayor a menor tamaño, son: el
Pacífico, el Atlántico, el Índico, el Glacial Ártico y el Glacial Antártico. Los
mares son pequeñas porciones de agua salada, menores que un océano, y
situadas en las proximidades de un continente.

► Los continentes son grandes extensiones de tierras emergidas rodeadas de


océanos y mares. Existen seis bloques continentales, situados la mayoría de
ellos en el hemisferio norte. Ordenados de mayor a menor extensión, son: Asia,
América, África, la Antártida, Europa y
Oceanía.

► El origen de los océanos y continentes está


relacionado con la formación de la Tierra. El
enfriamiento del vapor de agua de la
atmósfera provocó lluvias persistentes. El
agua se acumuló en las zonas más bajas del
planeta, dando lugar de este modo, a los
océanos. Las áreas elevadas quedaron por
encima, del nivel del mar, constituyendo un
único bloque continental, denominado Pangea.
El posterior fraccionamiento de dicho bloque
originó los actuales continentes e islas.

EL RELIEVE DE LA TIERRA

La superficie de la Tierra no es homogénea; al contrario, existen áreas elevadas,


deprimidas, en pendiente, etc. El conjunto de todas las formas que presenta la
superficie terrestre constituye el relieve.

LAS FORMAS DEL RELIEVE TERRESTRE

Los geógrafos distinguen tres grandes formas del relieve:

Las llanuras son terrenos planos o suavemente ondulados cuya altitud no suele
superar los 200 metros sobre el nivel del mar. Las llanuras ocupan una gran parte
de los continentes y están recorridos por ríos, que excavan depresiones alargadas
llamadas valles.
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► Las mesetas son superficies llanas, pero elevadas sobre las tierras que las
rodean. Su altitud con respecto al nivel del mar suele superar los 400 metros,
aunque algunas rebasan dicha cifra. Es el caso, por ejemplo, de la asiática
Meseta del Tíbet, que situada a más de 2.000 metros de altitud, es la más
elevada del mundo.

► Las montañas son grandes elevaciones del terreno que superan los 600 metros
de altitud sobre el nivel del mar. Algunas son muy antiguas, y presentan formas
redondeadas debido al desgaste provocado por la erosión del agua, el hielo o el
viento; otras son más jóvenes, y se caracterizan por su mayor altura y formas
puntiagudas. Las montañas suelen estar agrupadas en grandes conjuntos
denominados cordilleras, entre las que destacan la del Himalaya, en Asia, y los
Andes, en América.

¿CÓMO SE MODIFICA EL RELIEVE TERRESTRE?

Las formas del relieve terrestre van cambiando muy lentamente a lo largo del
tiempo, debido a la acción de diversos agentes o fuerzas externas e internas.

► Los principales agentes externos son el agua, el viento, los cambios bruscos de
temperatura y el hielo. Su actuación provoca la erosión o desgaste de las
formas del relieve. Por ejemplo, el agua de los ríos excava las laderas de las
montañas dando lugar a los barrancos, y los cambios de temperatura provocan la
rápida dilatación o contracción de las rocas, lo que conduce a que estas se
resquebrajen y fragmenten. Estos mismos agentes son los encargados de
transportar los materiales erosionados y depositarlos en zonas de relieve
menos escarpado, en un proceso conocido con el nombre de sedimentación.

► Los seres vivos también colaboran como agentes externos, y entre ellos
particularmente el ser humano. Este, por ejemplo, altera la superficie
terrestre mediante la construcción de carreteras o vías de ferrocarril, y
modifica el curso de los ríos por medio de embalses.

► Los principales agentes internos son los volcanes y los terremotos. Los volcanes
son fisuras de la corteza terrestre por las que se produce la expulsión de lava,
cenizas, etc. Algunos alcanzan alturas muy elevadas, llegando a superar los
6.000 metros. Es el caso de! volcán Chimborazo en Ecuador.

► Los terremotos o seísmos son sacudidas bruscas de la corteza terrestre. Se


originan por el choque de una placa de la corteza terrestre contra otra.
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EL RELIEVE SUBMARINO

Los fondos oceánicos también presentan unas formas del relieve


accidentadas, en las que se diferencian los siguientes tipos:

► La plataforma continental es una prolongación de los continentes bajo


las aguas marinas. Su profundidad media alcanza los 130 metros, aunque
puede llegar a los 500. Se caracteriza por su suave pendiente. La
anchura de la plataforma varía de 1 a 500 kilómetros, y finaliza en un
empinado escalón llamado talud continental.

► Las llanuras abisales son llanuras submarinas situadas a 4000 ó 5000


metros de profundidad. Ocupan la mayor parte de la superficie de los
océanos. Su pendiente es escasa, y sus bordes están accidentados por
colinas y volcanes.

► Las dorsales oceánicas son cordilleras submarinas situadas en mitad de


las llanuras abisales y que pueden alcanzar una altura de 3.000 metros. A
veces sobresalen del mar, dando origen a islas o archipiélagos. En el
centro de las dorsales existe una hendidura o grieta por la que afloran
desde el interior de la Tierra rocas incandescentes.

► Las fosas marinas son profundas cavidades situadas en el fondo


oceánico. La mayor es la de las Marianas, situada en el océano Pacífico, y
que supera los 11.000 metros de profundidad.

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LA HIDROSFERA

EL CICLO DEL AGUA

► El agua es un elemento esencial para la vida. En la Tierra se encuentra en


permanente circulación, realizando un circuito continuo llamado ciclo del
agua, cuyos procesos fundamentales son la evaporación y la
precipitación.

► El agua de los océanos, ríos y lagos se evapora debido al calor y pasa a


convertirse en vapor de agua. Cuando este vapor se eleva, comienza a
enfriarse y a condensarse, dando lugar a las nubes y a las precipitaciones
en forma de lluvia, nieve o granizo.

► Una parte del agua que cae sobre la Tierra es aprovechada por la
vegetación para su propio existencia; otra parte se infiltra en el
subsuelo, formando embolsamientos subterráneos llamados acuíferos;
otra da lugar a corrientes superficiales, como los ríos, o alimentan los
lagos; por último, otra cantidad importante del agua llega de nuevo al
mar, desde donde se evaporará para dar así comienzo a un nuevo ciclo.

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LAS AGUAS MARINAS Y SUS CARACTERÍSTICAS

Los mares contienen algo más del 97% del agua existente en la Tierra.
Dichas aguas son saladas porque contienen cloruro sódico, es decir, sal
común, entre otras sustancias en disolución. Llamamos salinidad a la
cantidad de sal disuelta en las aguas marinas. Esta es mayor en los mares
cerrados y cálidos, como el mar Muerto, donde existe una gran evaporación
de agua; en cambio, es menor en los mares abiertos y fríos, como el mar del
Norte.

Las aguas marinas se encuentran en permanente movimiento. Este


movimiento puede ser de muy diverso tipo: en forma de olas, de mareas o de
corrientes marinas.

► Las olas son ondulaciones de la superficie del mar producidas por el


viento.

► Las mareas son movimientos oscilatorios diarios del nivel del mar. Se
producen por la atracción gravitatoria del Sol y de la Luna sobre la
Tierra y por la fuerza centrífuga originada por la rotación terrestre.
Estas dos fuerzas actúan en direcciones opuestas, produciendo
movimientos diarios de ascenso y descenso del nivel de las aguas.
Llamamos bajamar al nivel mínimo al que descienden las aguas y pleamar
al nivel máximo al que ascienden.

► Las corrientes marinas son desplazamientos de grandes masas de agua


marina. Estas corrientes pueden ser superficiales o profundas.

Las primeras son producidas por el viento y ejercen una gran influencia
sobre el clima de las regiones costeras. Existen corrientes superficiales
cálidas, como la del Golfo, y corrientes superficiales frías, como la del
Labrador.

Las corrientes
profundas, que
fluyen a 4 ó 5
kilómetros de
profundidad,
están
provocadas por
las diferencias
de temperatura
o de salinidad del agua.

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EL AGUA DULCE

El agua dulce representa tan sólo el 3% del agua total del planeta. Tres
cuartas partes de dicho porcentaje se encuentran retenidas en forma de
hielo en los dos casquetes polares y en los glaciares; mientras que el resto
constituye las aguas continentales, es decir, aquellas que se encuentran en
los ríos, lagos y aguas subterráneas. A pesar de su escaso volumen, el agua
dulce es imprescindible para la biosfera.

► Los hielos continentales cubren totalmente el Polo Norte, Groenlandia y


la Antártida. También existen extensiones menores de hielo, llamadas
glaciares, en algunas tierras del norte, como Islandia o las islas
canadienses, y en algunas montañas elevadas.

► Los ríos son corrientes continuas de agua que fluyen por un cauce. Su
longitud y caudal pueden ser muy diferentes; unos son muy caudalosos,
como el Amazonas; otros son muy largos, como el Nilo o el Misisipi. En el
continente europeo, los más destacados son el Danubio, el Volga y el Rin.

Las corrientes de agua contribuyen a modificar el relieve terrestre


mediante una labor de erosión o desgaste. Posteriormente transportan
en suspensión los materiales arrancados y los depositan en el curso bajo
del río.

► Los lagos son masas de agua acumuladas en zonas deprimidas de la


corteza terrestre. Unos se nutren mediante las precipitaciones; otros,
en cambio, como el mar de Aral, se alimentan con las aportaciones del
agua de ríos o de corrientes subterráneas. Algunos lagos son tan
extensos que incluso tienen mareas, como sucede con el Caspio, el
Superior o el Ontario.

El agua dulce se acumula también bajo tierra en forma de bolsas o


acuíferos. Estas aguas subterráneas tienen una gran importancia, porque
alimentan arroyos, ríos o lagos, al tiempo que sirven como reserva para los
períodos de sequía. Presentan también ventajas adicionales, como son la
estabilidad de su composición y temperatura y la inexistencia en ellas de
organismos nocivos.

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