Sie sind auf Seite 1von 123

LIBRO SEGUNDO

LA REVOLUCIÓN

GUILLERMO CERVANTES

Capitán de Infantería de Ejército, con el mando político y militar


del departamento

CONSIDERANDO: – Que habiéndose producido el movimiento reaccionario


a favor del Departamento de Loreto, olvidado del Gobierno Central,
que, además, pretende desmembrarlo de una de sus ricas regiones: el
Putumayo; es conveniente dictar las medidas de seguridad que
aconseja la prudencia para impedir cualquiera demostración o hecho
contrario al fin patriótico que se persigue:
DECRETA:
1º. – Es absolutamente prohibido el uso de armas de fuego. Las
personas que las llevaren sin consentimiento de la autoridad
competente, sufrirán castigo, previo Consejo de Guerra;
2º. – Se declara el ESTADO DE SITIO en la ciudad hasta nueva
disposición, y que el orden esté asegurado;
3º. – Cualquiera demostración de fuerza será castigada en el acto,
previo Consejo de Guerra;
4º. – Los empleados públicos están obligados a concurrir a sus
respectivas oficinas, bajo pena de destitución inmediata;
5º. – Queda prohibido el tráfico en la ciudad a partir de las 9 de
la noche; y
6º. – No podrá salir del puerto ninguna embarcación a vapor sin
orden de la Prefectura.
Dado en la Casa Prefectural de Iquitos, a los 5 días del mes de
agosto de 1921.
Registrese y publíquese por bando.
(Firmado) Cap. GUILLERMO CERVANTES

Es copia del original.


Tente. Samuel Torres Videla. – Secretario.

La divulgación del anterior decreto en la ciudad, a las 8 de la


mañana del día 5 de agosto, convenció a la población de Iquitos, de
que habia estallado un movimiento revolucionario y que había
terminado la tristísima situación del día anterior.
En la madrugada se oyeron algunas descargas de fusilería y un
disparo de cañón, que anunciaron la buena nueva; pero nadie sabía
quiénes eran los actores ni cuál grupo era el dirigente de la
sublevación.
Más tarde, cuando se publicó el decreto del Capitán Cervantes, y
éste accediendo al pedido del pueblo, que se había aglomerado en la
puerta de la Prefectura, manifestara los móviles y finalidad del
movimiento armado, los más exaltados pretendieron lanzarse sobre los
funcionarios y empleados públicos y de policía, que se habían
distinguido en su animosidad contra los ciudadanos que tenían el
valor moral de echar en cara la desastrada administración
prefectural y que eran ciegos instrumentos de los abusos de la
Dictadura.
El Capitán Cervantes, para evitar esta represalia, dirigió una
circular a las instituciones públicas, dependencias oficiales, Poder
Judicial, cuerpo consultar y algunos particulares, ofreciéndoles
todo género de garantías siempre que no se opusieran a las medidas
dictadas y las que se dictarían a efecto de mantener la situación
creada. Los personeros legales de aquellas entidades y los
particulares que recibieron la circular, la contestaron tomando nota
del ofrecimiento de garantías que se les hacía.
El Prefecto, señor Ruiz y Pastor, tan luego sintió los primeros
disparos en la Prefectura, escaló los techos de su domicilio y se
refugió en la casa alemana Strassberger y Cía.; el Sub Prefecto,
desde respetable distancia miraba los acontecimentos; el Mayor de
Guardias desapareció; la columna de policía y sus oficiales se
vistieron de civiles; y el Jefe del Regimiento pidió refugio en el
domicilio particular del Presidente de la Corte Superior.
Tan luego como el grupo revolucionario se hizo cargo del medio
procedió a colocar en sus respectivos sitios a las diversas
autoridades y dispuso lo conveniente para su custodia, al mismo
tiempo que dictaba cuestiones de detalle para consolidar la
situación, lo que no resultó muy dificil, pues se contaba con el
apoyo público; y como se há visto, los que podían haberse opuesto se
pusieron, a tiempo, a buen recaudo; procediendo, después de todo,
con el mejor acuerdo, y como proceden todos los funcionarios
oficiales, que por sus actos no están identificados con la opinión
pública.
Quiere decir, pues, que sin grandes dificultades y com unos cuantos
tiros al aire, toda la fanfarronería de que se hacía gala, quedó
por los suelos y con ella toda la cohorte de malsanos elementos que
explotaban las debilidades e ineptitud de los dirigentes de Loreto..
Y desde entonces se iniciaron una serie de actos y hechos cuyas
justificaciones vamos as hacer, por más que tales actos y tales
hechos se explican y se justifican por ellos mismos. Pero como
deseamos demostrar que la Revolución de Loreto del año de 1921, no
há seguido el procedimiento tradicional de movimientos armados
análogos, es que nos damos este trabajo, que al divulgarse en la
República servirán de pauta para los que, pudiendo, no tratan de
libertar al Perú de la odiosa Dictadura que le tiene sujeto y en
creciente regresión de sus principios democráticos.
Instalado el Capitán Cervantes en la oficina Prefectural del
departamento de Loreto, quedó constituído un Comité Revolucionario y
al cual pertenecieron los militares y civiles que tomaron parte en
el movimiento y los que se adhirieron a él. Este Comité procedía
según los dictados de la mayoría y trataba de todas las cuestiones
fundamentales que afectaban al movimiento armado; y que, después de
discutidas ampliamente, se ponían en práctica; de manera que la
responsabilidad fuera por igual a todos y cada uno de los miembros
revolucionarios. Claro está que en muchas ocasiones hubo necesidad
de proceder rápidamente, sin consulta previa; pero ello se
justificaba en atención a las circunstancias excepcionales que las
obligaban. Y si a esto se agrega de que cada uno de los
procedimientos de la revolución eran recibidos con el aplauso
público, con la aquiescencia de la colectividad, se puede convenir
en que el movimiento armado de Loreto constituyó un movimiento de
clase, fué una dictadura colectiva, mucho más benéfica, desde luego,
que las dictaduras personales. Porque la dictadura de clase, es un
procedimiento gubernamental, que de antemano recibe la sanción
pública y su aceptación; y como en ella intervienen todos los que
anhelan para la colectividad un fin benéfico, se deduce que el
procedimiento es recibido con beneplácito general y tiende a
extenderse más y más hasta atraer y abarcar todas las actividades.
Y analizado el espíritu público de Loreto, frente a los desmanes
dictatoriales del gobierno de Lima y a la desastrada administración
del Prefecto señor Ruiz y Pastor, la opinión loretana estaba
dispuesta a contribuir a todo lo que se relacionara con un cambio
fundamental de aquellas situaciones; y había que proceder en primer
lugar a destruir el medio inmediato, que era el Prefecto y su
camarilla, y con el apoyo de las otras regiones del país, que
quisieran sacudirse del yugo de la tiranía imperante en el viejo
Palacio de Pizarro, derribar a los que en él se encuentran
encastillados. A la vez había necesidad de marcar el derrotero a
seguir por el gobierno que se sucediera en la dirección de la
República, con relación a Loreto, que no obstante sus imponderables
riquezas se halla sumido en la más grande miseria. Y el medio más a
propósito para conseguir una finalidad provechosa era, sin duda,
haciendo una demostración objetiva de lo que debe hacerse en el
departamento, para sacarlo de la postración en que actualmente vive,
fruto de una ignorante política, que sólo há tendido al bienestar de
unos cuantos individuos defensores y sostenedores de sus
particulares intereses.
De otro lado, cerrados los puertos nacionales de la costa a todos
los peruanos desadictos al régimen: diputados y senadores; ex-
presidentes, militares, periodistas y multitud de ciudadanos
sindicados como posibles alteradores del estado actual de la
Dictadura del Perú, el Comité Revolucionário de Loreto, actuando en
una zona de difícil acceso para los elementos dóciles a los mandatos
del amo; con infinidad de matérias-primas para la consecución de un
vasto plan revolucionario en toda la República; con el inmenso y
majestuoso Amazonas para llegar hasta Iquitos sin temer a los
esbirros del Dictador; se consideró que esta última ciudad podria
servir de base de operaciones y a la vez ser el asiento de un
gobierno provisorio o del que legítimamente debería asumir el Poder,
y del Parlamento Nacional depuesto de sus funciones y suplantado por
los actuales miembros del Poder Legislativo, que ya lo hemos dicho,
es fiel instrumento de los deseos de la Dictadura.
El desconocimiento que existe en las altas esferas oficiales con
respecto a Loreto, se dejó sentir una vez más durante la revolución:
ni los caudillos políticos nacionales en el ostracismo, ni el
gobierno acudieron a tiempo a salvar la situación ni dominarla. Los
primeros no se trasladaron a Iquitos por la vía de Pará, para com su
presencia y prestigio dirigir y buscar otras adhesiones en el país.
Y el segundo, sólo a los 5 meses pudo llegar a Loreto, cuando el
desaliento y la desmoralización, la falta de víveres y el hambre,
por efecto de la clausura del puerto, comenzaban a surtir sus
primeros resultados.
Se debió salir inmediatamente a la sierra y la costa y no
esperar pacientemente la acción bienhechora de los caudillos
políticos?
Se debió salir a la sierra y la costa y no esperar la acción de
la Dictadura para dominar alos rebeldes?
Son la preguntas, éstas, que merecen contestación categórica.
Los caudillos políticos nacionales no debían haber esperado que los
revolucionarios de Loreto salieran a la sierra o la costa, porque ni
la sierra con su frígido clima y su cortado terreno, ni la costa com
su dilatado litoral marítimo ofrecían las excepcionales condiciones
que ofrece el llano amazónico y sus innumerables arterias fluviales
para una obstinada defensa para una acción enérgica y perseverante,
que se habría traducido en el establecimiento, en Iquitos, de un
gobierno nacional. y declarada la dualidad gubernativa en el Perú,
estaba ganada la mitad de la batalla contra la Dictadura.
Y los revolucionarios atendiendo a múltiples circunstancias:
estado del espíritu público del pueblo de Loreto, escasez de cuadros
subalternos para los efectivos, clima diverso de la región donde
posiblemente hubiera actuado el soldado loretano, falta de prendas
de abrigo para la tropa de la región tropical, y falta absoluta de
vías terrestres de comunicación, prefirieron esperar a la Dictadura
en su proprio terreno, teniendo en cuenta que para que ésta llegara
hasta Loreto, tenía que pasar algún tiempo, el preciso para que las
demás regiones se revelaran contra el régimen leguista. A este
respecto cuando tratemos de la acción de los revolucionarios,
daremos mayores demonstraciones.
De otro lado hay que tener presente que se actuaba en un medio
empobrecido y que había que salvarlo. Y solo podía salvarse
proporcionando a todos los elementos que la Dictadura, en su sed
insaciable de oro y su desgobierno, había suprimido: el dinero.

COMO SE CONSIGUIO DINERO Y COMO SE INVIRTIO

Siguiendo el antecedente_ el Capitán Cervantes llamó a la Prefectura


al Gerente de la sucursal del Banco del Perú y Londres y le
manifestó la situación creada en el departamento por la falta de
pago a los empleados públicos, la policía y el ejército.
Y atendiéndose a esa situación, que no podía continuar así por más
tiempo y para evitar mayores daños a la región y al país, era
conveniente hiciera un préstamo al Gobierno por la cantidad que
fuera necesaria para cumplir todas sus obligaciones en Loreto. El
gerente se negó rotundamente a entregar un solo centavo, alegando no
estar facultado para hacer ninguna entrega de dinero.

FALTA (RODAPÉ P. 117)

Claro está que de lo que se trataba era de llenar la fórmula, y que


había que proceder a la fuerza: ninguna revolución há podido ni
puede prescindir de la violencia. A hora, dentro de ésta, hay que
actuar honradamente para aminorar sus efectos y evitar el
descontento que produce. Y se llamó al Presidente del Tribunal de
Justicia, al Tesorero Fiscal, al Administrador de la Aduana, y a dos
Notarios Públicos, para que se presentaran a la oficina del Banco y
certificaran la cantidad de dinero que con cargo al gobierno se iba
a sacar de sus arcas y con el cual se procedería al pago del
funcionalismo, ejército y policía; así se hizo y se sentó una acta
que fué firmada por todos los presentes, entre los que se
encontraba, además, el delegado del Comité Revolucionario. Dicha
acta fué certificada por los Notarios Públicos y firmada en
duplicado.
En las arcas del Banco existían Lp. 26,300, de las cuales quedaron
Lp. 3,000, para las necesidades de esa institución y el resto: Lp.
23,300, pasaron a la Tesorería Fiscal del Departamento, como se
comprueba con el siguiente documento:
“Prefectura del departamento de Loreto – Iquitos, 6 de agosto de
1921.
“Señor Tesorero Fiscal del Departamento.
“En la fecha el despacho de mi cargo há expedido el siguien decreto:
“Habiéndose recogido del Banco del Perú y Londres de este puerto la
cantidad de Lp. 23,300.0.00 (VEINTITRES MIL TRECIENTAS LI9BRAS
PERUANAS) de orden del Jefe Político y Militar del Departamento,
señor Capitán Guillermo Cervantes; - SE RESUELVE: Que la Tesorería
Fiscal proceda a dar ingreso a la cantidad de Lp. 23,300.00,
debiendo proceder para su inversión en la forma que determine este
despacho. – Comuníquese, regístrese y publíquese. – (Firmado)
Guillermo Cervantes”.
Lo que me es grato comunicar a Ud. Para los fines consiguientes. –
Dios Guarde a Ud. – (Firmado) GUILLERMO CERVANTES.
El dinero pasó, pues, a la Tesoraría Fiscal, es decir se le dió
ingreso en una dependencia oficial, que para su inversión debería
proceder de acuerdo con ulteriores determinaciones que fueron
detalladas en el siguiente oficio, el mismo que fué publicado en
todos los diarios locales:
“Prefectura del Departamento de Loreto. – Iquitos, 6 de agosto de
1921.
“Señor Tesorero Fiscal del Departamento.
“En la fecha el despacho a mi cargo há expedido la resolución
siguinte:
“Teniendo en consideración que el día de hoy, llenadas las
formalidades exigidas a fin de que la Sucursal del Banco del Perú y
Londres en este puerto, entregue a la Tesorería Fiscal del
Departamento, la cantidad necesaria para cubrir la enorme deuda
fiscal en el Departamento de loreto, y no habiéndose obtenido de
dicha institución sino la cantidad de Lp. 23,300, es conveniente
proceder con entera equidad en el pago de los servidores públicos,
policía y ejército, consultando, además, las necesidades del futuro;
– Se RESUELVE: – 1º. – La Tesourería Fiscal procederá a abonar a
cada uno de los servidores públicos el importe correspondiente al
haber del mes de julio proximo pasado; – 2º. Los habilitados de los
diferentes servicios procederán a recabar de la Tesorería Fiscal la
cantidad que importan las planillas correspondientes del referido
mes de julio; 3º – Los pagos a los demás servidores que tienen
presupuestos individuales, serán efectuados en la Tesorería Fiscal,
mediante el respectivo libramiento, y en forma personal; 4º. – Los
haberes devengados de la totalidad de los servidores públicos,
quedarán pendientes para ser abonados a medida que se vayan
haciendo las respectivas liquidaciones y obtenidas las cantidades
necesarias para tal objeto; 5º. – La Tesorería Fiscal procederá, en
el día, a efectuar el pago en la forma indicada en el presente
decreto, debiendo presentar diariamente a este despacho la razón
detallada de los egresos efectuados, la misma que será remitida a
los diarios locales para su publicación y llegue a conocimiento
general; 6º. – Los demás pagos referentes a gastos administrativos y
de cualquier otra índole, serán abonados mediante una solicitud
presentada a este despacho. – Registrese, publíquese y comuníquese.
– (Firmado) Guillermo Cervantes”.
“Lo que me es grato comunicar a Ud. Para su cumplimiento; debiendo
Ud. Abonar sólo a las personas cuyas órdenes de pago estén visadas
por el suscrito.
“Dios guarde a Ud. – (Firmado) Guillermo Cervantes”.

SE INICIA EL PAGO A LOS EMPLEADOS PUBLICOS

El día 6 de agosto, fecha en que fueron expedidos los decretos que


hemos trascrito, era Sábado. El dinero había ingresado a la
Tesosería Fiscal a las 5 de la tarde, y por lo mismo, el pago debió
efectuarse el primer día útil es decir, el lunes 8. Pero hubo, sin
embargo, que proceder a pagar el día Domingo 7. La razón fué la que
sigue:
El Comité Revolucionario tuvo la intención de abrir una sumaria
información acerca de cada uno de los actos delictuosos cometidosd
por las autoridades políticas y militares, como medio de disponer de
una completa documentación que le permitiera acusarlos en su
oportunidad, ante quien correspondiera y que se les aplicara la
sanción correspondiente, si resultaren culpables; pero una
infidencia desbarató el plan y hubo necesidad de apartar del medio a
los que podrían ejercer alguna influencia en el pueblo y en la
tropa, para soliviantarlos contra el personal revolucionario, como
se descubrió y se impidió. Las autoridades detenidas en el Casino
Militar, la cárcel pública, y algunas en sus domicilios: el
Comandante de Armas y el Prefecto, en la casa comercial Strassberger
y Cía., hicieron propalar la especie de que el Capitán Cervantes y
los demás militares y civiles, autores del movimiento armado, iban a
fugar precisamente la noche del Sábado 6, llevándose consigo la
cuantiosa suma de Lp. 23,300, que se encontraban en la caja de
fierro de la Tesorería Fiscal. Tal propaganda estuvo a punto de
surtir sus efectos, siendo afortunadamente descubierto el complot,
que consistía en apresar a los revolucionarios y repartirse, los
contrarevolucionarios, el dinero obtenido, del cual o participarían
las autoridades políticas y militares, que dejarían libertad de
acción a los que tal acto practicaran.
Como decimos fué descubierto el complot y tomadas las medidas de
seguridad que aconsejaba la gravedad de la situación, procediéndose
a deportar al Comandante de Armas y a otros militares, así como al
Prefecto Ruiz y Pastor, de quien se obtuvo la declaración categórica
de no actuar en ningún sentido, y embarcarse con rumbo al
extranjero, en el primer vapor que saliera para el Brasil.
Pero mientras tanto la efervescencia popular crecía: todos los ojos
estaban puestos sobre los revolucionarios y sus menores movimientos,
y sobre el dinero depositado en la Tesorería Fiscal. Y es que como
tantas veces se há dicho, la miseria era completa, siendo, por lo
mismo, disculpable tales demostraciones de interés. Aparte de esto,
en un medio donde han habido tan pocos rasgos de honradez y de
desprendimiento, el procedimiento del Capitán Cervantes y de sus
compañeros, ofreciendo pagar a todos los que el gobierno debía, no
era creído; se suponía que los revolucionarios, abusando de la
fuerza, cargarían con todo el dinero, impondrían cupos a los
comerciantes y se mandarían mudar con “el santo y la limosna”. Para
pensar así no tenían que recurrir a grandes esfuerzos de memoria: no
há sido este el procedimiento inveterado de los revolucionarios
peruanos? Procedimiento inveterado de los revolucionarios peruanos?
Tantos individuos que hoy ocupan posición espectante en la política
o en la administración, no han procedido así? En Loreto mismo, no
hay algunas fortunas que datan de épocas revolucionarias?...
Era necesario, entonces, convencer a todo el mundo de la sinceridad
de propósitos y se resolvió pagar el mismo Domingo 7. Y aquí resultó
otro lío: llegaban a la Prefectura centenares de individuos con
libramientos y liquidaciones del Estado, que no correspondían al
tenor del decreto expedido: es decir, que solo se pagaría el mes de
julio vencido, y las cuentas atrazadas, mediante una solicitud, que
como era natural, no podía resolverse inmediatamente. Pero el
público impaciente se apiñaba en la puerta del despacho prefectural,
pugnando por llegar hasta donde el Capitán Cervantes para que
inmediatamente pusiera el PAGUESE A LAS ÓRDENES QUE TENÍAN ENTRE
MANOS. Otros llevaban presupuestos que no tenían partida en el
pliego general, suponiendo que el estado anormal de la situación
creada, impediría la calma necesaria y les permitiría festinar
trámites.
Al haberse determinado que los pagos deberían efectuarse en forma
personal y solo por el mes de julio, se tuvo en cuenta que los
libramientos de meses anteriores se encontraban en su mayoría en
manos de los comerciantes y agiotistas, que si hubieran sido
abonados el beneficio habría sido para éstos y no para los empleados
públicos; y tratándose de formular un presupuesto departamental
económico, en el que sólo se considerarían los gastos absolutamente
indispensables y serían rebajados los haberes, un deber de humanidad
obligaba pagar a los que resultaren cesantes, por lo menos una
mensualidad, que les permitiera satisfacer sus necesidades del
momento.
Este procedimiento equitativo y racional y la no claudicación de las
declaraciones del Capitán Cervantes respecto a la inversión de
dinero, es decir, su tenacidad para sobreponerse a las mil
influencias que de todas partes le acosaban para que efectuara pagos
fuera de la pauta señalada en el decreto de 6 de agosto; así como la
publicación diaria en los periódicos locales de cada uno de los
pagos efectuados y su concepto, provocó la simpatía general y
levantó la moral de los revolucionarios, que demostraron no marcarse
con las tentaciones del dinero. Y es tan evidente lo que decimos y
es tan clara la demostración de la honradez del personal
revolucionario a este respecto, que hasta el diario mercenario de
Iquitos, “La Razón”, – que hemos comprobado recibe subvención de la
Dictadura (véase página 30) – lo declaraba así en su edición de
fecha 6 de febrero de 1922, Nº 2,642, insertando en sus columnas el
siguiente suelto informamtivo:

El Tesorero Fiscal señor Alvis se há ocultado...

Corte y tanteo en las cajas de caudales de la Tesorería

“En la mañana de hoy fuimos sorprendidos con la noticia de que el


señor Ramón N. Alvis, Tesorero Fiscal del Departamento, se había
ocultado remitiendo a la Prefectura una carta, y con su señora
esposa las llaves de la oficina y de las cajas de caudales.
“Para informarnos mejor nos constituímos a la oficina de la
Tesorería y donde nos confirmaron las noticias y pudimos conseguir
algunos datos más.
“El señor Alvis, temeroso de que llegue hasta él, la sanción
correspondiente por su presencia al asalto (!) al Banco del Perú y
Londres y a la continuación de sus delicados servicios durante los
aciagos días de la revuelta há obtado por ocultarse, poniéndose a
buen recaudo.
“Abiertas las cajas de caudales en presencia del señor Prefecto del
Departamento, Mayor Juan P. Santivañez; del adjunto a la
Comandancia, subteniente Juan S. López; de la señora esposa del
señor Alvis, Petronila de Alvis; del señor Carlos Valdivieso,
Auxiliar de la Tesorería; y del Notario Público, señor Benjamín
Pérez Rangel, se procedió a dar el corte de libros y tanteo de arcas
encontrándose la suma de Lp. 2,438.6.78 en dinero efectivo, suma
exacta que debería figurar en caja. También se han hallado
comprobantes de buenas cuentas, adelantos y otros gastos,
ascendentes a la suma de Lp. 341.4.50.
“Dada la honradez y seriedad que siempre há distinguido al señor
Alvis, era insospechable otro procedimiento, resultando hoy una de
las tantas víctimas del movimiento revolucionario”.
Estas palabras en boca del diario pagado para que dijera mentiras y
calumniara al personal revolucionario, es la más concluyente
demostración de la honradez de que se hizo gala. Porque el señor
Ramón N. Alvis actuó al servicio de la revolución, durante todo el
período que duró aquella, y jamás efectuó un pago que no estuviera
arreglado a Ley o salvada su responsabilidad cuando se trataba de
inversiones fuera de presupuesto, como es de ley también; los gastos
para el efectivo revolucionario, por ejemplo, y su movilidad.
Y hay algo más que corrobora lo que decía “La Razón”; el Mayor Juan
P. Santiváñez, que ejerció la Prefectura de Loreto, post revolución,
en un reportaje que le hiciera “El Oriente”, de Iquitos y que
aparece en el mismo diario. “La Razón”, edición correspondiente al 6
de julio de 1922, Nº 2,763 se lee:
“Al llegar a esta localidad y enterado del desarrollo de cinco meses
de revolución, llegué a la conclusión de que todo Iquitos, fijese
bien, con rarísimas excepciones, habían participado del movimiento
revolucionario, desde los hombres más sensatos hasta las mujeres del
pueblo; los comerciantes grandes y pequeños negociaron con el
Capitán Cervantes con dinero legal primero y con los “cheques de
circulación forzosa” después, previa aceptación y beneplácito de
ellos”.
Y continúa, refiriéndose a unas declaraciones del senador señor
Julio C. Arana, “Qué reparos podrá pedir el señor Arana si durante
los cinco meses de revolución desde la alimentación de la tropa
revolucionaria, hasta la última raja de leña, há sido cancelada como
consta en los libros de caja de la Tesorería Fiscal e Intendencia de
Guerra?...

Ës que ni la prensa sobornada por la Dictadura ni las autoridades


que ésta nombró para investigar la actitud de los revolucionarios,
pudo encontrar una sola comprobación de desfalco; porque todas las
inversiones de dinero, como dice el Mayor Santivañez, constan en los
libros de caja de la Tesorería Fiscal del Departamento y en los de
la Sub-Intendencia de Guerra; y algo más, efectuado un corte y
tanteo en la primera oficina se encontró una apreciable cantidad de
dinero efectivo que el Tesorero Fiscal, si hubiera sido un amoral,
podría haber ocultado, sin responsabilidad de especie alguna. Pero
como era y es un hombre honrado, temeroso de las venganzas
personales de los que se pusieron al lado del desgraciado Prefecto
Santiváñez, que fue maniquí de unos cuantos malvados y despechados
prefirió abandonar Iquitos, pero entregando las llaves de la oficina
y de las cajas de caudales con todo su tesoro. Esto hacen los
hombres que les falta dignidad...?

El Capitán Cervantes y el grupo revolucionario totalmente, fué el


más empeñado en dar a la publicidad todos los documentos en que
constaran los pagos efectuados; y diariamente aparecía en los
periódicos locales, la relación o balancete de ingresos y egresos,
para que llegara a conocimiento general. Resultando que los
empeñados en hacer caere en falta a los revolucionarios, llevaban
una cuenta corriente diaria del movimiento de caja y jamás
encontraron algo que pudiera empañar la honorabilidad de los
revolucionarios. Salidos éstos del medio y abandonada la acción
revolucionaria, por motivos que se apuntarán más adelante, esos
mismos convencidos y a espaldas de los primeros, se dedicaron a una
sorda campaña verbalística para denigrarlos, sin recordar que la
verdad siempre se impone y la luz se hace apesar de todas las
vicisitudes.

Los balancetes, que decimos, fueron publicados en los diarios


locales y corresponden a cada uno de los días trascurridos desde el
7 de agosto de 1921 al 30 de diciembre del mismo año. Como
demostración publicamos uno de la Tesorería Fiscal y otro de la Sub-
Intendencia de Guerra, ya que sería materialmente imposible insertar
todos; y al hacerlo los tomamos al azar de los diarios de Iquitos:
Pagos efectuados por la Tesorería Fiscal del
Departamento, en el día de la fecha_
Nº DE ORDEN_NOMBRES_EMPLEOS_MES_HABER_TOTAL___Vienen pagado____Lp.
13,902.0.28__131_Utiles escritorio
Prefec._Prefecto._Agosto_4.2,00___132_Manuel Noriega
a[c_Guardia__3.2.00___133_Víctor
Villagómez__Julio_10.8.00___134_Juan M. Runciman
a[c_Flotilla_Agosto_90.0.00___135_César Goyzueta (Alto A)_Sab.
Pref.__20.0.00___136_A. F. V. da Noriega-Haberes de Arbildo
Noriega_Guardia_Julio_
11.3.80_
139.5.80______Total_Lp. 14,041.6.08__
Iquitos, 16 de agosto de 1921.
(Firmado) Carlos Valdivieso. – Auxiliar de Tesorería. Vo. Bo.
(Firmado) Alvis.

Pagos efectuados por la Sub-intendencia de Guerra, el día 20 del


presente_

Para gastos del aviso “Cahuapanas” Lp. 0.6.70


Id. Id. forrajes para caballos del Regimiento Lp. 1.6.0.00
A la Peruvian Amazon, fletes y viveres para
la guarnición del Putumayo Lp. 20.0.00
A Brandao y Cía. – Reparaciones “Cahuapanas” Lp. 9.0.00
Subteniente José Chaparro (haberes devengados) Lp.
39.0.00
Subteniente Hermógenes Arevalo (Haber) Lp. 15.0.00
Propinas abril de la guarnición de Contamana Lp. 16.6.00
Suman Lp. 101.8.70

SON CIENTO UNA LIBRAS PERUANAS, OCHO SOLES Y SETENTA CENTAVOS

Iquitos, 22 de agosto de 1921.

El Sub-Intendente de Guerra (Firmado) Tente. César A. Velarde.

Esta manera de proceder, por parte de los revolucionarios y que


tendía a demostrar la honradez de sus actos, originó un fenómeno,
nada extraño, desde luego: como diariamente aparecían en los diarios
locales la relación detallada de las personas que recibían
cualquiera cantidad de dinero, todo el mundo sabía que se había
pagado a X, e inmediatamente los cobradores acudían donde el
individuo cuyo nombre había aparecido en la lista de la Tesorería o
Sub-Intendencia, para arreglar cuentas. Aquellos deudores trataron
de ejercitar influencias para impedir la publicación de sus nombres;
pero como no lo consiguieran, desde que de lo que se trataba era
demostrar a la opinión pública que los revolucionarios no se
quedaban con el dinero ni lo ocultaban, dirigieron sus pasos hacia
la Compañía Recaudadora de Impuestos con el fín de que ésta les
abonara haberes u obligaciones del Estado, a lo que esa compañía se
prestó, suponiendo, de otro lado, que los revolucionario s, algún
día, cayeran encima de ella y le tomaran el dinero que guardaba en
sus arca.s El Capitán Cervantes, enterado de esta corruptela y de
que existían en plaza lagunos centenares de libras oro en giros
contra el Tesoro, expedidos por el Prefecto Ruiz y Pastor a cambio
de libramientos de empleados públicos y que eran comprados por
agiotistas y descontados en la Compañia Recaudadora de Impuestos,
dirigió a ésta los oficios que van en seguida:

“Iquitos, 10 de agosto de 1921. – Señor Jefe Departamental de la


Compañia Recaudadora de Impostos.
“Siendo la oficina de su digna jefatura solamente recaudadora de
rentas fiscales y comunales, y estando esas rentas afectas a
determinados servicios, según leyes y resoluciones supremas, que
deben cumplirse, le estimaría se sirviera ordenar la absoluta
prohibición de abonarse por su oficína ningún haber que no sea
afecto al pago por ella, hasta tanto el suscripto no dicto otra
disposición”. – Dios Guarde a Ud. (Firmado) Guillermo Cervantes”.
“Iquitos, 11 de agosto de 1921. – Señor Jefe Departamental de la
Compañía Recaudadora de Impuestos.

‘” Teniendo este despacho conocimiento de la existencia en plaza de


letras a la vista giradas por la Tesorería Fiscal a cargo del Tesoro
Público, y debiendo ser exclusivamente esta oficína la pagadorea,
como es de ley, sírvase Ud. Ordenare la suspensión de los efectos de
dichas letras, que deberán abonarse por la Tesorería Fiscal, tan.
Luego como los ingresos naturales del Depatamento lo pemita. –
Respecto a los demás pagos, solo deben efectuarse los afectos a
leyes y resoluciones supremas pertinentes–. – Dios Guarde a Ud. –
(Firmado) Guillermo Cervantes”.

Posteriormente se ordenó a esta misma oficina que todo el dinero


proveniente de las recaudaciones de rentas fiscales pasaran a la
Tesorería Fiscal, como se verá más adelante.
Actuándose de la manera que hemos indicado, en pocos dias, desde el
inicio del movimiento revolucionario, comenzaron a circular en la
placa algunos millares de libras oro, que le dieron gran animación,
y en todos los semblantes se reflejaba la satisfacción con que se
veían los procedimientos del Comité Revolucionario; los comerciantes
hicieron ventas y transacciones, como mucho tiempo no hacían y las
gentes todas, tuvieron momentos de alegría, llevando a los suyos
alguna manifestación, producto del nuevo estado de cosas.
Y era muy natural esa actividad y esos entusiasmos. En países como
el nuestro, rico, pero empobrecido, sin industrias ni manufacturas y
burocrático por excelencia, el termómetro de la oferta y demanda
está regulado por el cumplimiento de las obligaciones fiscales; si
el gobierno paga, hay comercio y movimiento de dinero; si al
contrario, no lo hace, todo queda paralizado. Y ya hemos dicho que
en Loreto, desde hacían muchos meses el gobierno no daba cuenta de
su persona ni pagaba a nadie un centavo. Lógico era, pues, que en
aquellos días revolucionarios se volviera a la animación comercial
de la pasada época del oro negro y todo el mundo estuviera alegre:
se habían inyectado algunos miles de libras oro...
Más tarde, muchos de los que habían recibido parte de estas libras
oro, analizando el Balance diario de la Tesorería Fiscal y viendo
que en las arcas fiscales quedaban apenas cuatro o cinco mil libras,
de las veintitrés mil obtenidas y que los revolucionarios reservaban
para pago de las tropas de los diferentes sectores, alentaron a la
guarnición de Iquitos para que se apropie de la Tesorería Fiscal y
haga degenerar la santidad de la causa en un vulgar motín, saqueos y
asesinatos. Los revolucionarios, con sagacidad y tino, destruyeron,
una vez más, estas criminales actividades, y mantuvieron la
disciplina de fila enérgicamente, hasta que se retiraron de Iquitos,
sin que se hubiera registrado un solo acto desdoroso para su
dignidad y hombría de bien.
Oportunamente nos ocuparemos de la emisión regional de cheques
forzosos con todos los detalles e incidentes a que dieera lugar.
Pero antes de terminar este capítulo, insertamos a continuación un
decreto de la Dictadura, para analizarlo después; y es el que
sigue:

Resolución suprema sobre el reclamo del pago de Lp. 13,300, tomadas


al Banco del Perú y Londres el 6 de agosto de 1921, por los
revolucionarios de Loreto.

“Lima, 14 de setiembre de 1921. – Visto el expediente Nº 200, Letra


B, en el que el Banco del Perú y Londres reclama el pago de los
fondos que el Capitán Cervantes tomó en el asalto efectuado_ a la
sucursal de esta institución en Iquitos el 6 de agosto último.
“Considerando: – Que la Nación no es responsable de actos cometidos
por rebeldes contra las autoridades legalmente constituídas.
“Que no cabe ni puede establecerse paridad entre este caso del Banco
reclamante y el del depósito colocado en la misma sucursal a orden
de la Junta de Vigilancia de la Emisión de Cheques Circulares,
extraído también en el preindicado asalto, pues en el caso de la
Junta se há tenido en cuenta, entre otros motivos, pasra restituirle
en depósito que el Tesoro, conforme a Ley aprovecha los sobrantes o
soporta las pérdidas de la emisión:
“SE RESUELVE: – No há lucar al pago al Banco del Perú y Londres de
la Lp. 13,000. Que el Capitán Cervantes tomó en el asalto efectuado
a la sucursal de este Banco en Iquitos el 6 de agosto último. –
Regístrese. – Rúbrica del Presidente de la República. – (Firmado)
Rodríguez Dulanto”.

Este decreto es muy de la factura de don Augusto B. Leguía y de su


primo Germán. Paga Lp. 10,000 a la Junta de Vigilancia y no paga al
Banco, “porque no hay paridad entre las reclamaciones”...
Los revolucionarios al tomar el dinero del Banco y el del Gobierno,
lo hicieron por cuenta de éste y para pagar obligaciones del mismo
Gobierno.
No es verdad que los libros de la Tesorería Fiscal comprueban que
los revolucionarios pagaron a los servidores públicos?
Si el Gobierno no quiere pagar al Banco, porqué permite que en los
libros del Ministerio de Hacienda se den por cancelados los pagos
efectuados por los revolucionarios?...
Acepta que el Capitán Cervantes haya pagado Lp. 23,000 a los
servidores y no acepta la obligación emanada de esos pagos. De todos
modos no debió pagar esa suma y no debe pagar mucho mas? Los
revolucioonarios lo único que hicieron es hacer por la fuerza lo que
el Gobierno debió hacer a buenas Cumpliendo su oligación. Y si no
tenía o no tiene con que pagar, porqué no rebajó sueldos o suprimió
empleados?
Analizado con desapasionamiento el procedimiento del Capitán
Cervantes y sus compañeros, tiene mucho de noble y elevado, y ojalá
que la lección sirva de estímulo para el futuro. “Folha do Norte”,
uno de los magníficos diarios que se editan en la capital del Estado
del Pará (Brasil), en conocimiento de los sucesos de Iquitos insertó
en sus columnas el honroso suelto, que a continuación trascribimos,
debido a la pluma de uno de sus principales escritores. Dice así:
“El gesto del Capitán Cervantes, el revolucionario de Iquitos,
publicado ahora por los diarios, se presta a sensatas reflexiones
por parte de nuestros dirigentes.
“También, según se informa, ya tuvimos en la Republica un precusor
de aquel oficial peruano.
“La probidad del revolucionario, señor absoluto de la ciudad y los
haberes, distribuyéndolos equitativamente y atendiendo el atraso de
los servidores de la Nación, al par que dictaba medidas de economía
que luego puso en práctica, todo con gran publicidad para
conocimiento del pueblo, lo recomiendan a la atención de los hombres
de gobierno como un patriota y un administrador poco común. La
enseñanza moral y los gastos necesarios para sofocar la revolución e
indemnizar a los particulares son lecciones bien duras para los
dirigentes peruanos, que, como los nuestros (parece), solo se ocupan
de exterioridades y pompas absolutamente superfluas”. (Firmado)
Farias Gama.
Y es que el procedimiento revolucionario de Loreto no tiene
paralelismo con movimientos armados semejantes, que enlodando todo,
destruyendo todo, llevaron al país a la ruina. Que el Perú necesita
sacudirse de la tiranía que le tiene aprisionado, es evidente; pero
la reacción debe imponerse en el sentido de acabar, una vez por
todas, con la corruptela inmemorial.
Esto es lo que se pretendió hacer en Loreto. La lección há sido
dada.

ACCIÓN CIVIL

MEDIDAS DE CARACTER ADMINISTRATIVO

Resuelto el problema monetario no había tiempo que perder a efecto


de poner en práctica las medidas consideradas como de urgente
necesidad en el orden administrativo e indispensables para el
desarrollo creciente de Loreto. Se trató de hacer lo que el gobierno
central debería haber hecho y , no hay duda, que para conseguirlo,
obtenido o no el triunfo, había que señalar la pauta por seguir al
régimen que imperara. Es decir, se trató, al contrario de todos los
antecedentes, de que no quedaran frustradas, una vez más, las
esperanzas de progreso y bienestar, que invariablemente hacen al
pueblo los que aspiran dirigir sus destinos.
Bien se sabe que el grupo revolucionario no tenía, ni podía tener,
facultades para deshacer leyes y decretos supremos; pero como la
ley, en principio, es el acto de la autoridad soberana que ordena o
permite una cosa, en el caso de la revolución de Loreto, aceptada
unánimemente por el pueblo, que es el que delega su soberanía en los
Poderes del Estado; el grupo revolucionario, representante del
pueblo en armas, se hallaba capacitado para decir al gobierno lo que
es preciso hacer para bien de los intereses del departamento, que
son también los del país. Y, de otro lado, había que acabar con la
corruptela de cambiare hombres por hombres, que, generalmente,
llegados al Poder, olvidan sus programas que escandalosamente
hicieron divulgar: buen ejemplo de lo que decimos nos lo dá D.
Augusto B. Leguía y sus parciales...
Lo que hicieron los revolucionarios con respecto a Loreto fué, llana
y sencillamente, apartarse del camino trillado seguido durante cien
años de vida independiente dictando las medidas que se consideraban,
y siguen considerándose eficaces para alcanzar la finalidad
grandiosa por todos apetecida: honradez en el manejo de los fondos
públicos; legislación proteccionista para el desarrollo de la
industria y de la agricultura; política económica de acuerdo con la
situación actual.
Uno de los primeros actos administrativos del gobierno
revolucionario de Loreto fué decretar la rebaja del presupuesto de
egresos. La Dictadura en su loco afán de pagar servicios políticos
con los dineros fiscales, lo había inflado a tan estupendas
proporciones, que no pudo cubrirlo, pero ni siquiera en un 10%,
porque al mismo tiempo había rebajado o suprimido los renglones de
ingresos, accediendo a influencias igualmente políticas. El Comité
Revolucionario no podía continuar por esta senda: no se trataba de
levantarse en armas por el placer de hacerlo; sino que con las armas
en las manos imponer lo que racionalmente debe ser, y este espíritu
debe primar en todos los hombres que se proponen acabar en su región
con la ineptitud y condescendencia de autoridades y gamonales, amos
y señores de vidas y haciendas y serviles instrumentos de la
Dictadura central.
Al efecto se expidió el siguiente decreto:
“Iquitos, 8 de agosto de 1921.
“Siendo uno de los principales móviles del movimiento regenerarador
del 5 del presente, iniciando por el Regimiento “Cazadores del
Oriente”Nº 17, introducir lá más estricta economia en el Presupuesto
Administrativo del Departamento de Loreto, como medio de normalizar
la aflictiva crisis fiscal que se atraviesa, y – CONSIDERANDO:
“Que en las actuales circustancias el mando político está
encomendado al Jefe del Regimiento “Cazadores del Oriente” Nº 17, Y
EN CONSECUENCIA LA PARTIDA DESTINADA PARA EL PAGO DE UN Prefecto
(Lp. 100.0.00); así como las destinadas a “Gastos menudos”(Lp.
4.0.00); Arrendamiento de casa para el Prefecto (Lp. 20.0.00);
“Gastos de comisión reservada del señor Prefecto”, (Lp. 20.0.00),
están demás, toda vez que el señor Jefe Político y Militar, percibe
sus haberes en el Ajustamiento del mencionado Regimiento, y no
precisa de domicilio especial, por habitar en el local del Casino
Militar;
“Que desempeñando la Secretaría de la Prefectura un oficial del
Regimiento “Cazadores”, también está demás la partida
correspondiente, por la razones del primer considerando; – SE
RESUELVE:
“El Presupuesto de la Prefectura del Departamento de Loreto, a
partir del presente mes de agosto, será el siguiiente:
Un archivero ...........Lp. 15.0.00,
Un amanuense.......... “ 10.0.00
Un porta-pliegos.......” 5.0.00 Lp. 30.0.00

Gastos generales
Para útiles de escritorio....... Lp. 4.2.00
Alumbrado Predctura............ “ 10.0.00
Gastos de imprensa............... “ 5.0.00 Lp. 19.2.00
Suman Lp. 40
2.00

“En vez de Lp. 242.9.50, con que há venido figurando.


“Esta resolución comenzará a surtir sus efectos a partir del día 1º
de agosto. – Regístrese, y publíquese. – (Firmado) Guillermo
Cervantes”.
Por este decreto, como se vé, quedó rebajada la partida de la
Prefectura a Lp. 49.2.00, en razón de que no se señalaba haberes de
Prefecto y Secretario que normalmente deben percibir. Pero salvada
esta contingencia, no hay nada que justifique la ganga de disponer
de Lp. 20, para casa particular del Prefecto, Lp. 20, para gastos de
comisión reservada, ni mucho menos Lp. 4.0.00, para gastos menudos.
Si el Prefecto obtiene un sueldo de lp. 100 mensuales, tiene
suficiente para pagar casa y sus gastos menudos; porque aquellas son
inmoralidades. En Loreto ninguna casa particular paga 20 libras de
arrendamiento; luego la diferencia, que debería, en todo caso, ser a
beneficio del fisco, se la toma el Prefecto; y esto es una
inmoralidad tolerada y admitida...

LA COLUMNA DE POLICIA

Esta institución fué también rebajada en su presupuesto. Porque si


hay un Subprefecto, está demás el Mayor de Guardias, o si hay Mayor
de Guardias está demás el Subprefecto.
El Comité revolucionario adoptó el presupuesto que a continuación
insertamos y en el que se verá que se hizo una economía bastante
considerable. Y es que no hay motivos para mantener una policía
numerosa en una ciudad donde no hay robos (por particulares a
particulares, se entiende); nunca se registra un asesinato, y, en
general, aquella crónica que apavora en las ciudades populosas. El
sostenimiento y aumento de policías en la Guardia Civil de Loreto,
há sido para mantener a unos cuantos soplones de la Prefectura y
hasta a “periodistas” que disponían de una o dos altas supuestas;
pero jamás para el bien público.
He aquí el decreto:
“Iquitos, 8 de agosto de 1921.
“Habiendo desaparecido las razones que motivaron el receso de la
Columna de Policía o Guardia Civil de Loreto, y siendo necesario
reorganizar dicho servicio dentro del plan de economías que aconseja
el momento actual; y
“CONSIDERANDO: – Que el orden público está y debe estar
suficientemente asegurado con las medidasd que se han dictado y las
que se dictarán en caso necesario por la Comandancia del Regimiento
“Cazadores del Oriente” Nº 17; SE RESUELVE:
“Desde la fecha en personal de la Columna de Policía de Loreto
estará formada por el siguiente personal:

Un Inspector de sección...................Lp. 15.0.00


Tres Sub-Inspectores a Lp. 12, c/u.... “ 36.0.00
Seis guardias de 1ª clase a Lp. 10, c/u.” 60.0.00
Treinta guardias de 2ª a Lp. 8, c/u...... “240.0,00
Suman Lp.351.0.00

“En vez de Lp. 905.1.30, con que há venido figurando.


“La Subprefectura e Intendencia de Policía remitirá a este despacho,
para su aprobación, la nómina del personal que debe formar dicha
columna. – Registrese, publíquese y comuníquese. (Firmado) Guillermo
Cervantes”._

SUB-PREFECTURA DEL CERCADO

La misma economía se introdujo en la Sub-prefectura del cercado,


expidiéndose el decreto que sigue:
“Iquitos, 10 de agosto de 1921.
“Siendo necesario proceder en los distintos ramos de la
administración, con entera equidad y de acuerdo con el plan de
economías que se há trasado este despacho, por cuanto los ingresos
fiscales no alcanzan a cubrir el presupuesto que há venido rigiendo;
– SE RESUELVE:
“A partir del 1º de agosto, presente, la Sub-Prefectura e
Intendencia de Policía de Bajo Amazonas, será servida con el
siguiente personal:
Un Sub-prefecto Lp. 22.0.00
Un Amanuense interprete Lp. 15.0.00
Utiles de escritorio Lp. 2.0.00
Suman Lp. 39.0.00
“En vez de Lp. 59.1.76, con que há venido figurando.
“Regístrese, comuníquese y publíquese. – (Firmado) Guillermo
Cervantes”._

las comisarias civiles de los rios

Si existen guarniciones militares en los diversos ríos de la hoya


amazónica con jefes militares que tienen las atribuciones de
comisarios y que son, a la vez gobernadores, jueces de paz,
capitanes de puerto y todo lo que se puede ser en lugares donde no
hay organización, la presencia del Comisario Civil, sin casa y sin
soldados para hacer respetar su autoridad, es una perfecta “Quinta
rueda”, que entorpece la acción del Comisario Militar, que muchas
veces, por cuestiones económicas, originan incidentes lamentables.
El grupo revolucionario expidió el siguinte decreto:
“Iquitos, 8 de agosto de 1921.
“Habiendo la práctica demostrado la ninguna utilidad de las
Comisarías de los ríos del departamento, por cuanto ese servicio se
satisface ampliamente con los Comandantes de las guarniciones
militares, que tiene establecidas la Comandancia de Armas en los
diferentes sectores de vigilancia de la región; y además,
encuadrando la supresión de dichas comisarías en el plan de
economías que se há propuesto este despacho, de acuerdo con la
situación económica actual: SE RESUELVE:
“Quedan suprimidas las Comisarías de los ríos Napo, Putumayo. Alto
Yuruá. Alto Marañón, Amazonas, Leticia, Alto Ucayali, Purus, Tigre,
Unini y Balza-puerto.
“La Guarnición del Alto Purús, subsistirá con el personal actual,
debiendo el Jefe de ella desempeñar las funciones de Comisario.
“Regístrese, comuníquese y publíquese. (Firmado) Guillermo
Cervantes”._
Se tuvo en cuenta la subsistencia del personal de la comisaría del
Alto Purús en antecedentes a que no puede quedar desguarnecida la
frontera con el Brasil, por ese lado, y la imposibilidad de que el
regimiento de Iquitos, destaque una guarnición, que tendría que
pasar por territorio brasileño para llegar a su destino, además de
lo lejano que es el lugar de residencia de la guarnición.

CAPITANIA DEL PUERTO

El más inconsulto decreto del gobierno determinó que las funciones


de Capitán de Puerto de Iquitos y jefe de la Flotilla fluvial de
guerra fueran desempeñados por dos funcionarios de marina,
aumentando los gastos del presupuesto departamental y originando la
iniciación de eternos conflictos entre los marinos que desempeñaban
aquellos cargos. El Comité Revolucionario hizo volver a su primitivo
estado esas dependencias expidiendo la siguinte resolución:
“Iquitos 10 de agosto de 1921.
“Siendo sumamente aflictiva la situación fiscal en el departamento y
siguiéndose el plan de econcomías que es necesario introducir en el
presupuesto departamntal; – SE RESUELVE:
En la Capitania del Puerto de Iquitos regirá el siguiente
presupuesto:
Un Teniente 1º, Capitán de Perto y Jefe de la Flotilla Lp.
24.0.00
Un Teniente 2º, Ayudante. (Asimilado) Lp. 18.0.00
Un Oficial de mar de
2ª............................................... Lp. 10.0.00
Dos cabos de mar de 1ª con racionamiento a Lp. 5.3.11 Lp.
10.6.22
Alquiler de casa, luz y útiles de escritorio Lp. 7.0.00
Suman Lp. 69.6.22
“En vez de Lp. 110.0.00, con que há venido figurando.
“El Oficial de mar hará e servicio de Oficial de Detall de la
Flotilla. – Regístrese, comuníquese y publíquese. (Firmado) Guilermo
Cervantes”._

LA ADUANA

Al tratar de la situación económica del Departamento hemos


demostrado con abundancia de detalles que la importanción y la
exportación por la Aduana de Iquitos decreció de manera notable en
los últimos tiempos. Por lo mismo nada justificaba el sostenimiento
del gran tren de empleados que no precisaban, desde que no había
movimiento aduanero.
A este respecto se expidió el decreto que sigue:
“Iquitos, 10 de agosto de 1921.
“Habiéndose resuelto introducir en la administración del
departamento la más estricta economía, como único medio de
normalizar el estado económico fiscal, cuyas rentas no permiten
sostener un elevado presupuesto; y existiendo en la Aduana Fluvial
de este puerto algunos empleos que no responden a las necesidades de
la actual situación, de escaso movimiento; – SE RESUELVE:
A partir de 1º de agosto, presente, el personal de la Aduana de
Iquitos quedará constituído de la siguiente forma:
Un Administrador Lp. 50.0.00
Un Secretario Lp. 12.0.00
Un portero Lp. 4.0.00
Un Guarda Almacén Lp. 20.0.00
Un Vista Lp. 30.0.00
Un Oficial de Manifiestos Lp. 20.0.00
Un Contador Lp. 25.0.00
Un Comandante del Resguardo Lp. 20.0.00
Cuatro inspectores (Uno para Leticia) a 12.0.00 Lp. 48.0.00
Un Vigilante Lp. 7.0.00
Utiles de escritorio Lp. 8.0.00
Suman Lp. 244.0.00

“en vez de Lp. 513.6.00, con que ha venido figurando.


“Regístrese, comuníquese y publíquese. – (Firmado) Guillermo
Cervantes”._

LA AUDITORIA DE GUERRA

Cuando el año de 1911 se estableció en Iquitos el Cuartel General de


la V Región de Oriente, consideró en su presupuesto el haber para un
Auditor de Guerra y un Relator. Bien pronto la práctica demonstró la
innecesidad de estos empleos por cuanto ni siquiera podía reunirse
un Consejo de Guerra, por falta de personal, y los juicios
militares, aparte de ser escasos, reducidos a delitos de deserción
simples, la mayor de las veces, tenían que resolverse en Lima. Para
tan escaso movimiento no precisaban, pues, la Auditoría de Guerra ni
la Relatoría y ambas plazas fueron suprimidas encargando las
funciones de Auditor de Guerra al Fiscal de la Corte Superior.
Más tarde, fracasada, una vez más, la candidatura del Dr. Alcibiades
Velazco a la senaduría por Loreto, pensó, éste, que no podía quedar
sin ninguna ventaja de la “Patria Nueva” y trabajó para resucitar el
puesto, recibiendo el nombramiento de Auditor de Guerra, con el
haber y la asimilación de Teniente Coronel, amén de dos raciones,
gratificación de montaña, ordenanza, útiles de escritorio y no
sabemos qué otras clase de regalías, que en las exhaustas arcas
fiscales de Loreto, pensaron más para arrastrarlas a su total
falencia.
Los revolucionarios suprimieron el empelo con este decreto:
“Iquitos, 11 de agosto de 1921.
“Siendo necesario suprimir los mayores gastos del presupuesto del
departamento, cuya finalidad no sea necesaria y urgente; y,
encontrándose en esta condición el cargo de Auditor de Guerra, que
puede ser desempeñado por el señor Fiscal de la Corte Superior del
Distrito Judicial de Loreto y San martín, como hasta el año próximo
pasado estaba dispuesto, por Resolución Suprema; – SE RESUELVE:
Suprímase el cargo de Auditor de Guerra de la Zona Militar de Loreto
y San Martín; debiendo desempeñar dicho cargo el señor Fiscal de la
Corte Superior de este Distrito Judicial. – Regístrese, comuníquese
y publíquese. – (Firmado) Capitán Guillermo Cervantes”._
(falta rodape pag. 135)

RAMO DE INSTRUCCIÓN

Si en las escuelas normales de preceptores de Lima se hubiera tenido


conocimiento de que en Loreto un Director de Centro Escolar percibía
un haber mensual de Lp. 30; que una Dirección de Centro Escolar de
mujeres era rentada con Lp. 24; que los Preceptores Principales de
escuelas elementales de ambos sexos recibían Lp. 20 y que cualquier
auxiliarato de ler. o 2º grado se obtenía con Lp. 18 ó 15 mensuales,
seguramente que los normalistas habrían tratado de conseguir
colocaciones en Iquitos, pues fuera de esta ciudad del Perú, ningún
maestro de escuela primaria há alcanzado tan crecido sueldo.
De otro lado, si los representantes por Loreto hubieran querido bien
a las circunscripciones que representaban, habrian tenido con este
ramo motivo bastante paragrangearse las simpatías de sus mandantes,
proporcionándoles, a lo menos, buenos maestros ya que tan buenos
sueldos podían ofrecer.
Pero ni una ni otra cosa, ni eran normalistas los empleados de
instrucción ni normalistas buscaron los representantes y autoridades
de Loreto, para dichos empleos. Y es que los empleos de instrucción
siempre estuvieron reservados para los hijos de los mayores
contribuyentes que votaban en la respectiva asambléa y para los que
daban una parte de su sueldo a las autoridades escolares para que no
los fastidiaran; por esto y para esto fueron los aumentos
considerables de sueldos, para esto se crearon nuevas escuelas.
Jamás les guió el deseo de hacer el bien a la niñez, sino el de
proteger a los amigos políticos u obtener alguna ventaja.
Solo la dirección del Centro Escolar de Mujeres No. 162 era antes de
la revolución, ocupada por una preceptora normalista; los demás
empleos estaban a cargo de hombres o mujeres, más o menos aptos, que
habían obtenido, o no tenian, un Diploma, otorgado como se otorgan
en el Perú estos certificados de “idoinedad”. Claro está que en este
elemento habían algunos buenos, pero eran la excepción; y dentro de
esta excepción los mejores eran mujeres...
El Presupuesto escolar de la provincia de Bajo Amazonas era en 31 de
julio de 1921 de Lp. 1,453.2.00; y los revolucionarios lo rebajaron
a Lp. 828.5.00, suprimiendo al efecto un centro escolar (el No.
167), que no tenía alumnos de 2º grado; la escuela mixta No. 1,620 y
la escuela de mujeres No. 1,616; con su consiguiente supresión de
pago de arrendamientos y otros gastos naturales; rebaja de sueldos
para los maestros que quedaban en el empleo, al servicio de las
demás escuelas; y, en fin, que organizaron el ramo escolar de la
provincia atendiendo a sus verdaderas necesidades.
Al efecto se expidió el decreto respectivo señalando el número de
escuelas y centros escolares que deberían continuar funcionando; y
quedó nombrado el personal para servirlas, dictándose la resolución
que sigue:
Iquitos, 12 de Agosto de 1921.
“Habiéndose decretado con fecha de ayer, la reorganización de los
Centros Escolares y Escuelas Elementales de la Provincia, de acuerdo
con el plan de economías trazado y las necesidades de la
instrucción, se hace indispensable el nombramiento del personal
docente que debe regentarlo y a la vez señalar el haber que
percibirán los servidores públicos en el Ramo de Instrucción; – SE
RESUELVE:
Nómbrase Director del Centro Escolar de varones de esta Ciudad al
señor... con el haber mensual de Lp. 20.0.00
Primeros Auxiliares del mismo Centro Escolar a los señores Pelayo
E. Herbozo y Oscar A Barco, con el haber mensual de Lp. 18.0.00 c(u”
Lp. 36.0.00
Segundos auxiliares del mismo a los señores Rafael Vidurrizaga y
Antonio Rengifo, con el haber mensual de Lp. 15.0.00 c(u Lp.
30.0.00
Auxiliares del primer grado a los señores Demetrio Rodriguez, Carlos
R. Zubiate y Samuel Zumaeta, con el haber mensual de Lp. 12 c(u
Lp. 36.0.00
Portero del mismo Centro á... con el haber mensual de Lp. 3.0.00
Lp. 3.0.00 Lp. 125.0.00
ESCUELA ELEMENTAL Nº 1601. – Preceptor Principal señor Meneleo Mesa,
con el haber mensual de Lp. 15.0.00
Preceptores auxiliares a los señores Eduardo Noriega y Benedicto
Arevalo, con el haber mensual de lp. 12.0.00
c(u................................................. Lp.
24.0.00
Preceptoras auxiliares, señoritas, Grimanesa Rubio, María Luisa
Rotmand y Ana Maria Pinedo con el haber mensual de Lp. 10.0.00 c(u
Lp. 30.0.00 Lp. 69.0.00
ESCUELA ELEMENTAL Nº 1603. – Preceptor principal, señor Hibrain H.
Vasquez, con el haber de Lp. 15.0.00
Preceptores auxiliares Luis A Velasquez y Enrique Bardales, con el
haber mensual de Lp. 12.0.00 c(u.................................
Lp. 24.0.00
Preceptoras auxiliares Clotilde Arias y Rosa R. de García con el
haber mensual de Lp. 10.0.00 c(u Lp. 20.0.00 Lp. 59.0.00
CENTRO ESCOLAR DE NIÑAS Nº 162. – Precetora Principal, señorita
Teresa Gonzales Pavon, con el haber mensual de .............
Lp. 20.0.00
Primeras auxiliares señoritas Hilda Llosa Beas y María del Pilar
Durand, con el haber mensual de Lp. 15., c(u Lp. 30.0.00
Preceptoras auxiliares señoritas Zenobia Rojas, Edelmira Colazos y
Natividad Vásquez con el haber mensual de Lp. 12.0.00 c(u..........
Lp. 3.0.00
Un Portero: Cirilo Villacorta......... Lp. 3.0.00 89.0.00
ESCUELA ELEMENTAL Nº 1602. – Preceptora Principal señorita Ana
Gonzalez Pavón, con el haber mensual de Lp. 15.0.00
Preceptoras auxiliares señora Lucinda de Martín, señoritas Victoria
Montero, Antonia Raygada, Andréa Villacorta, María Padilla y Carmen
Sánchez, con el haber mensual de Lp. 10.0.00 c(u Lp. 60.0.00
Lp. 75.0.00
ESCUELA ELEMENTAR nº 1604. – Preceptora Principal señorita Vitoria
Velázques, con el haber mensual de Lp. 15.0.00
Preceptoras auxiliares señoritas Rosa V. Macedo Eloisa Garro, Elisa
Llerena, Emma Sánchez, Elena Dávila, Aurora Peixoto, con el haber
mensual de Lp. 10.0.00 c(u Lp. 60.0.00 Lp. 75.0.00
CENTRO ESCOLAR Nº 163. – CABALLO COCHA. – Preceptor Principal señor
Alejandro Velasco, con el haber mensual
de................................................ Lp.
15.0.00
Preceptores auxiliares José del Carmen Vásquez y Lusmila Correa, con
el haber mensual de Lp. 10.0.00 c(u...........................
Lp. 20.0.00 Lp. 35.0.00
CENTRO ESCOLAR Nº 166 – CABALLO-COCHA. – Preceptora Principal
señorita María N. Rojas, con el haber mensual de...............
Lp. 15.0.00
Auxiliares señoritas Mercedes Rojas y Abelina Hernandez, con el
haber mensual de Lp. 10.0.00 c(u Lp. 20.0.00 Lp. 35.0.00
CENTRO ESCOLAR Nº 164 – NAUTA. – Preceptor Principal señor Manuel
Zubiate con el haber mensual de ........................ Lp.
15.0.00
Preceptoras auxiliares señores Humberto Vásquez y Guillermo Oyarse,
el haber mensual de Lp. 10.0.00 c(u Lp. 20.0.00 Lp.
35.0.00
CENTRO ESCOLAR Nº 165. – NAUTA. – Preceptora Principal señorita
Dolores H. Torres, con el haber mensual de........................
Lp. 15.0.00
Preceptoras auxiliares señoritas Mercedes Vergara y Hermelinda
Zumaeta, con el haber mensual de Lp. 10.0.00
c(u....................... Lp. 20.0.00 Lp. 35.0.00
Escuela Mixta Nº 1605. – Punchana. – Preceptora señorita Victoria
Lozano, con el haber mensual de .................................
Lp. 8.0.00
Escuela Mixta de Tamshiyacu Nº 1610. – Preceptora señorita Eloiza
Mathus, con el haber mensual de.. Lp. 8.0.00
Escuela Mixta de Nazareth Nº 1613. – Preceptora señorita Emiliana
Cárdenas, con el haber mensual de Lp. 8.0.00 Lp. 24.0.00
Escuela Mixta de Tapira Nº 1614. – Preceptora señorita Filomena
Tanchiva, con el haber mensual de Lp. 10.0.00
Auxiliar de la misma, señora Rosa A Vda. De Swayne con el haber
mensual de Lp. 8.0.00
Escuela Mixta de San Regis Nº 1617. – Preceptora señora Rosa Kahn
de Rocha, con el haber mensual de Lp. 8.0.00
Escuela Mixta de San Juan Nº 1618. – Preceptora señorita Aurora
Vásquez con el haber mensual de Lp. 8.0.00
Escuela Mixta de Omaguas Nº 1619. – Preceptora señora Petronila de
Amaral con el haber mensual de Lp. 8.0.00
Escuela Mixta de Pevas Nº 1621. – Preceptora señorita Josefa
Hereodia con el haber mensual de Lp. 8.0.00
Escuela Mixta de Leticia Nº 1622. – Preceptora señora Rosa A
Vascárcel, con el haber mensual de Lp. 8.0.00
Escuela Mixta de Castilla Nº 1623. – Preceptora señorita Dolores
Rengrifo, con el haber mensual de Lp. 8.0.00 Lp. 66.0.00
Inspección de Instrucción:
Un Secretario, con el haber mensual de Lp. 15.0.00................
Lp. 15.0.00
Un Porta pliegos Felix Torres, con el haber mensual de Lp.
5.0.00 Lp. 5.0.00
Utiles de escritorio..................... Lp. 5.0.00
Gastos de Imprenta................. Lp. 5.0.00
Agua Potable para las escuelas... Lp. 8.0.00
Gastos de arrendamientos de locales para las escuelas y Centros
Lp. 68.5.00 Lp. 106.5.00
Lp. 828.5.00
En vez de Lp. 1,453.2.00, con que venía figurando.
El cargo de Director del Centro Escolar Nº 161 quedará vacante
mientras se efectué el concurso de aptítudes que determina el
Reglamento de Instrucción Primaria, debiendo asumír las funciones de
Director el primer auxiliar del Centro. Todos los cargos son
internos, hasta que se efectué el concurso de aptitudes.
Los Preceptoras que no estuvieren conforme con las colocaciones que
se les há acordado lo manifesetarán así a la Inspección de
Instrucción.
Regístrese, publíquese, comuníquese y archívese. – (Firmado). –
Guillermo Cervantes._ (falta rodape pag.139)
Por decreto separado se dió creación a la Dirección Regional de
Instrucción de acuerdo con la ley de la materia, por haber el
gobierno determinado que el departamento de Loreto estaba
comprendido en la región del Norte, adonde residia el respectivo
Director. El gobierno creía que desde Piura se podía supervigilar la
instrucción en Loreto...

EL RACIONAMIENTO DE LA TROPA

La provisión del rancho para la tropa de la guarnición de Loreto,


constituyó una especulación realmente inconcebible.
En párrafos anteriores hemos demostrado que la vida en loreto dejó
de ser la carísima de otras épocas, debido a la abundancia de
artículos alimenticios y los de consumo indispensable que se
producen o fabrican en la región.
Pues bien, cuando estos artículos eran importados totalmente del
extranjero el valor de cada ración para los soldados del ejército,
nunca fué mayor a UN SOL PLATA, qué razones existieron, entonces,
para que cuando existía supera bundancia de víveres baratísimos, esa
misa ración fuera contratada a razón de UN SOLY CUARENTAICINCO
CENTAVOS?
O se trataba de una defraudación a los dineros fiscales o se
demostraba una ignorancia supina de las cosas que se tenían entre
manos. Porque los precios de los víveres eran señalados por la
Comisión de Subsistencias del Concejo Provincial, a cuya frente se
debió recurrir para no aceptar tan elevado precio. Así, con un
efectivo considerable de soldaos y un tipo de reación carísimo, la
rentas naturales del departamento no podían cubrir tan dispendioso
derroche o negociado, y tenía que sobrevenir la quiebra: el gobierno
no pagaba el racionamiento, por falta de fondos y el contratista
entregaba los víveres que mejor le venía en gana; y la tropa no
podía comer, pero ni suqiera medianamente regular alentándose el
descontento la murmuración y la indisciplina en sus filas.
Para demostrar el negociado o la ignorancia que representaba el
racionamiento de la tropa de Loreto, insertamos a continuación un
cuadro en el que consta el tipo de la ración, su valor por cada
artículo y su precio al menudeo, según la Lista de la Comisión de
Subsistencias.
Tipo de
Ración_ARTICULOS_Precios
En cts._Precios en plaza en 8_Observacíones__460_Carne
fresca__40_1,00_El kilo__300_Pan fresco_20_0,70_El
kilo__200_Arroz_4_0,20_El kilo__100_Frijol_1,50_0,15_El
kilo__120_Yucas_0,50_0,05_El kilo__80_Verduras_4_0,05_Se
calcula__25_Fideos_2_0,80_El kilo__2_Aceite__0,80_4,00_El
litro__2_Vinagre_0,04_0,40_El litro__30_Sal_0,60_0,15_El
kilo__6_Café erudo (inter)_0,0_1,20_El kilo__2_Thé
(interdiario)_0,80_4,00_El kilo__60_Azúcar_3_0,45_El
kilo__6_Pimienta_..._..._Fracción insignif__300_Plátanos (en vez de
lena)_2_0,40_Racimo de 50__30_Cebollas_1,50_0,80_El kilo__
Sumando las cantidades de la columna “Precios” obtenemos el
resultado: 81.44, es decir, OCHENTAIUN centavos y cuarentaicuatro
centésimos, o sea el precio de venta al menudeo; porque en la
columna “Precios en Plaza” damos su valor por unidad, tomados, según
ya hemos dicho, de la lista de la Comisión de Subsistencias. El
contratista, desde luego, hace sus compras al por mayor; y desde
este punto de vista son sus cálculos; por lo mismo no andamos
desencaminados al rebajarle, equitativamente, un 20%, quedando el
precio de cada ración a 65 centavos y 16 centésimos. Ahora si le
adjudicamos al mismo, un 5% de utilidad (que bastante considerable
dada la cantidad de raciones) tendremos que en el peor de los casos
su valor no puede ser mayor a 68 centavos y cuarentaiún centésimos.
Sin embargo, ya lo hemos dicho, durante el tiempo que el Regimiento
“Cazadores del Oriente” Nº 17, tuvo un efectivo de 700 hombres y 30
oficiales y que la ración valía $ 1.45, el fisco nacional pagó
demás la enorme suma de $ 559,11, diariamente, es decir:
730 raciones a $ 1,45, igual a $ 1,058,50 en vez de:
730 raciones a $ 0.68.41, igual a $ 499,39
Diferencia contra el fisco $ 559,11.
Esta respetable suma dilapidada en el contrato subsistió hasta que
se ordenó el licenciamiento de la mitad del efectivo con ocasión del
conato de motín del mes de abril de 1921; pero continuó con el resto
del efectivo hasta que estallara la revolución del 5 de agosto de
ese año.
Al día siguiente del movimiento armado el grupo revolucionario
contrató el servicio a razón de 90 centavos. Y se admitió este
precio en atención a las circunstancias anormales del mismo
movimiento revolucionario: comenzando a circular dinero, los víveres
subieron de valor como por encanto, y más tarde su adquisición
constituyó un problema por cuanto el puerto de Iquitos fue
clausurado al comercio internacional y quedaron obstruidos los
caminos de Tarapoto y Moyobamba, a parte de que los pobladores de
los ríos abandonaron sus cultivos para enrolarse en las filas de la
revolución; así, naturalmente la escasez de artículos alimenticios
constituyó un problema bastante complejo.
Pero de todos modos quedó sentado el precedente, y entrado el mayor
Santiváñez a Iquitos debió proceder con honradez en este negocio
oficial, consultando los intereses fiscales. Desgraciadamente no
siguió el ejemplo y contrató el mismo servicio a razón de UN SOL Y
CINCUENTA CENTAVOS...! es decir cinco centavos más que antes de la
revolución y con lo cual el fisco fué defraudado hasta hace poco en
cuantiosas sumas.
Una demostración de lo que decimos la tiene el lector en el decreto
expedido por el Ministerio de Guerra_ en el que no se aaprueba el
contrato celebrado por el Mayor Santiváñez y se toman medidas de
carácter extraordinario para impedir que el fraude continúe siendo
patrimonio de unos cuantos individuos, dispuestos a todas las
“combinaciones”.
Los datos que hemos consignado son concluyentes y se encuentran al
alcance del más ignorante; no podrá por lo ismo, alegarse ningún
subterfugio para encubrir el negociado, que al haber habido honradez
há debido rescindirse el contrato inmediatamente.

TESORERIA FISCAL

Esta dependencia también sufrió la intervención revolucionaria como


se desprende del siguiente decreto:
Iquitos, 12 de agosto de 1921.
Siendo el plan de economía trazada para todos los Ramos de la
Administración; – SE RESUELVE:
La Tesorería Fiscal de Loreto continuará llenando las necesidades de
su ministerio con el actual personal, que percibirán sus haberes en
la siguiente proporción:
Tesorero Fiscal Lp. 45.0.00
Tesorero Auxiliar Lp. 25.0.00
Amanuense Lp. 12.0.00
Porta-pliegos Lp. 5.0.00
Utiles de escritorio Lp. 3.0.00
Suman Lp. 90.0.00
Regístrese, comuníquese e publíquese. – (Firmado) – Guillermo
Cervantes.

(FALTA RODAPE P.143)

EL PRESUPUESTO ADMINISTRATIVO

Conocidos los diversos decreteos expedidos suprimiendo empleos,


rabajando haberes y dictándose otras dispiciones de economía, el
presupuesto de Loreto durante el período revolucionario, quedó
confeccionado de la siguiente manera:
Nº DE P_CONCEPTOS_CANT. NECESARIA
EN LP_N. DE P._CONCEPTO_CANTIDAD NECESARIA__1_Guard. Y Comis.
Purús_49.2.00_14_Jefe J. Alto Amazonas_101.6.20__2_Subpref. Bajo
Amason_39.0.00_15_Jefe M. Bajo Amazonas_65.5.00__3_Sub. Alto
Amazonas_31.0.00_16_Jefe M. Alto Amazonas_49.0.00__4_Sub
Ucayali_31.0.00_17_Jefe M. Ucayali_37,5.00__5_Poder
Judicial_1.056.6.20_18_Floti la guerra_707.8.60__6_Guarda
civil_351.0.00_19_Capitania puerto_70.4.22__7_Guard. Y Comis.
Purús_70.0.00_20_Sección Ter. Montaña_52.0.00__8_Aduana y
Resguardo_244.0.00_21_Lazareto Leprosos_30.0.00__9_Instruc. Bajo
Amazon._828.0.00_22_Pensiones guerra_36.7.50__10_Ins. Alt.
Amazonas_272.0.30_23_Pensiones marina_20.0.00__11_Instruc.
Ucayali_365.5.00_24_Prefectura Apostólica_25.0.00__12_Tesorería
Fiscal_90.0.00_25_Montepíos_25.2.54__13_Regimiento
Militar_2.000.0.00_26_Gastos extraordinarios_ 351.7.54______Suman
Lp._7.000.0.00__
La partida Nº 1, para la Prefectura debe considerarse en Lp.
169.2.00, por cuanto hay que consignar el haber del Prefecto – y el
del Secretario – Lp. 20.0.00 – tomando estas cantidades de la
partida para gastos extraordinarios.
La partida Nº 5, considera a la Corte Superior, Agente Fiscal,
Jueces de 1ª Instancia y de Crimen y gastos generales para las tres
provincias.
La partida Nº 9, puede rebajarse a la mitad, disminuyendo haberes
y efectuándose contratos de arrendamientos de locales para eescuelas
en forma menos gravosa para el fisco. En Iquitos, rara es la casa
que gana una merced conductiva mayor a Lp. 10.0.00 mensuales; sin
embargo los locales escolares arrendados al Estado, el que menos
sabona Lp. 15.0.00 y otros Lp. 25.0.00. No se hizo esta rebaja
durante la revolución porque no hubieron locales disponibles.
La partida Nº 12, puede suprimirse. La Tesorería Fiscal es una
dependencia que puede ser servida por la Aduana, como se há hecho
durante algunos años, aún en las épocas de mayor movimiento
aduanero, sin que se resintiera el servicio. No fué suprimida por el
movimiento revolucionario, en atención a las circunstancias.
En la partida Nº 13, está considerado un regimiento de infantería
con 350 hombres de tropa, cuatro jefes, cuatro capitanes, siete
tenientes y siete sub-tenientes; racionamiento a razón de ochenta
centavos por plaza; vestuarios, gastos extraordinarios,
arrendamiento de casa para la comandancia y gratificación para la
banda de músicos. – Durante el período revolucionario el efectivo
fué aumentado, atendiendo a la situación y se gastó menos que en
tiempo normal, como se puede comprobar con los libros de la Sub-
Intendencia de Guerra.
Las partidas Nº 15, 16 y 17, pueden rebajarse colocando al frente de
las jefaturas provinciales a oficiales subalternos de la clase de
Capitán.
Y la partida destinada a la flotilla de guerra, Nº 18, no debe
aplicarse exclusivamente a sostener empleos en ese ramo, sino
ordenarse que las unidades fluviales hagan el trasporte de
correspondencia a puerto Bermúdez y para cuyo efecto solo hay
necesidad de gastar combustible y aceites, que su valor saldría de
los fletes y pasajes, que expidan.
No se há considerado a la Sub-Intendencia de Guerra en el
presupuesto porque es una dependencia entorpecedora de la
administración militar. Como solo se trata de abastecer un
regimiento de infantería; con un Delegado de la Intendencia Genereal
de Guerra estaría demás, y este Delegado puede ser uno de los jefes
del regimiento, ya que cuatro son muchos para permanecer en Iquitos
o en las guarniciones, donde nunca dispondran de un efectivo
superior a una compañía, en el mejor de los casos. Y los pagos a las
Jefaturas provinciales los podría hacer la Tesorería Fiscal,
directamente.
Siguiéndose el procedimiento revolucionario en la administración del
departamento, seguramente, en poco tiempo, la crisis fiscal
desaparecería y Loreto viviría en mejores condiciones que
actualmente.

COMO SE DEBE CUBRIR EL PRESUPUESETO DE LORETO

Para cubrir el presupuesto del departamento de Loreto sin que sea


necesario enviar remesas de dinero desde Lima, débese, en primer
lugar, no admitir por ningún concepto los informes y reclamos de la
Cámara de Comercio y de Agricultura, y procederse a la reforma del
Arancel de Aforos, consultando los intereses populares y los de la
región, pero no los de los comerciantes. Porque el comercio de
Loreto, salvo honrosísimas excepciones, especula de la manera más
grosera con el trabajo del pueblo: compra los productos regionales
siguiendo una política por demás matadora de las energías del
productor. Por intermedio de la Camara de Comercio, o
particularmente cada uno, hacen propaganda para la extracción de
materias de la selva: gomas, balata, guta, chicle, tagua, pegas
oleoginosas, pieles de animales montaraces, plumas de garza, aceites
vegetales y otros; y señala precios alentadores para los
extractores; pero cuando el individuo regresa de la selva con el
producto pedido, se le dice que el precio há bajado en Europa y que
por lo mismo no se le puede pagar la cantidad que se le había
ofrecido. El desgraciado se echa, entonces, a buscar mejores precios
en plaza y en todas las casas comerciales se les contesta
invariablemente en la misma forma.
Con los productos cultivados suecede idéntica cosa. Salen las
lanchas a los diversos ríos anunciando inmejorables precios para
arroz, frijoles, algodón, y cuando llega la época de la cosecha se
les dice a los agricultores que el precio há bajado...
Y como nunca hay dinero para lo que compran, sino mercaderías
centuplicadas en su valor, y que dicho sea de pasada, los derechos
arancelarios han sido rebajados por el gobierno, atendiendo a la
“crisis”, resulta que toda la utilidad queda en manos de unos
cuantos comerciantes extranjeros; muertas las energías para el
trabajo y la consiguiente paralización de todo movimiento.
El pueblo de Loreto ya está muy decepcionado para el trabajo. Desde
hacen muchos años como fruto de él solo vé algunas piezas de
géneros, unas cuantas cajas de fósforos, kerosene, jabón y otras
chucherías, y naturalmente prefiere vegetar a la vera del río, donde
jamás falta la pesca y la caza para vivir, y solo cambía sus
productos por mercaderías cuando necesita de algunos trapos para
cubrir la desnudez de sus hijos...
El gobierno, con una conducta realmente ignorante y siguiendo
dictados de personas interesadas, día a día rebajada los derechos de
importación y exportación, para que sigan enriqueciéndose aquellos
comerciantes y matando de hambre al pueblo, perdiendo, él de otro
lado, ingentes sumas.
Para que se vea el despropósito que encierra el heco de rebajar los
derechos de exportación a los artiículos regionales, insertamos a
continuación un extracto de la ley que rige al respecto en el
Brasil, para los productos que salen por el puerto de Pará,
procedentes de los ríos Acre, Purús, Madera y otros de la región
amazónica brasileña:

Ley Nº 2,164 de 8 de noviembro de 1922_


Modifica la ley Nº. 2,068 de 1º de noviembre de 1921.
“El Congreso Legislativo del Estado del Pará, decretó y sancionó la
siguiente ley:
“Art. 1º – La ly Nº 2,068, de 1º de noviembre de 1921, que dispone
sobre la cobranza de los derechos de exportación, será ejecutada con
las modificaciones que constan en la presente ley.
AD VALOREN. – Jebe fino o entrefino, defumada o coagulada pro
cualquier proceso o en láminas de media pulgada 10%
Sernamby seco y lavado, beneficiado 15%
Sernamby lavado, común 18%
Sernamby fino 22%
Gomas de cualquier otra especie 22%
Balata 15%
Caucho de cualquier especie 12%
Gomas vegetales no especificadas 15%
Cueros de buey, frescos salados y secos salados 16%
Pieles de animales de cualquier especie 15%
Algodón en rama 5%
Algodón desmotado 10%
Y así continúa la tarifa para cada uno de los artículos de
exportación e importación especificando los más insignificantes,
pues en el Brasil ningún artículo extranjero o nacional deja de
pagar al entrar al país o al salir de él; y naturalmente las rentas
públicas alcanzan proporciones considerables.
Entre nosotros las cosas varían de aspecto; basta una solicitud de
la Cámara de Comercio o la influencia de un representante que tiene
intereses en Loreto, o que percibe una comisión de los comerciantes,
para que el gobierno libere de derechos a todos los productos o
permita la internación de los extranjeros en la misma forma.
Los datos que consignamos en seguida demuestran únicamente el valor
de los derechos dejados de cobrar por la duana de Iquitos en el mes
de enero de 1923, según lo hiciera publicar la administración de esa
dependencia fiscal, y que aparecieron en el diario “El Oriente” de 2
de febrero de 1923.

CUADRO que indica únicamente el valor de los derechos dejados de


cobrar a las gomas y demás productos, embarcado y exportados por
vapor “San Luis” en el mes de enero de 1923:

15.401 K. Jebe fino £ 80.0.85


1.209 “ Jebe entrefino “ 5.8.03
4.004 “ Sernamby de caucho “ 12.8.13
1.548 “ Sernamby de jebe fino “ 2.4.77
552 “ Jebe débil “ 0.8.83
593 “ Sernamby de caucho “ 0.9.49
44.456 “ Blocks goma del Putuy “ 32.0.06
61.415 “ Semilla de algodón “ 26.7.00
46.912 “ Tagua con cáscara y pelada ad-va-
loren 2% “ 5.4.62
15.000 “ 10 troncos de cedro y aguanos re-
dondos 2% “ 2.0.00
39.658 “ Algodón semi-aspero desmotado,
áspero blanco desmotado, áspero
manchado, áspero escuro, y áspero
rosado desmotado, 60 y ½ cts.
La libra al 2% “ 112.0.77
1.693 “ Resina Chicle 2% “ 3.6.00
32.224 “ Higuerilla 2% “ 1.5.00
220 “ Guta Percha 2% “ 1.4.40
Suma total Exportación no pagada £ 287.7.95
Y es que el gobierno há rebajado o suprimido los derechos de los
artículos de exportación que se ve en el cuadro anterior. Lo que
quiere decir que nunca, con el actual régimen de desgobierno, Loreto
podrá ponerse a flote y alcanzar el desarrollo que reclama su
riqueza.
El Capitán Cervantes y el grupo revolucionario, así como rebajó
haberes y suprimió empleos inútiles dictó también disposiciones
tendientes a demostrar al Ejectivo lo que se debe hacer en Loreto
para que él por si sólo se baste para sus necesidades fiscales; al
efecto se expidió este decreto:
“Iquitos, 8 de agosto de 1921.
“Siendo aflictiva la situación económica del departamento y siendo
necesario cubrir el presupuesto fiscal de él con las reformas
introducidas y las que en el futuro se dicten, de acuerdo con el
plan de economías que se há propuesto la administración iniciada
después del movimiento regenerador del 5 de agosto del corriente,
llevada a efecto por el Regimiento “Cazadores del Oriente” Nº 17; y
teniendo en consideración: que si es verdad que los productos
regionales de exportación no alcanzan fuertes precios en los
mercados de consumo, siempre dan margen a utilidades, demostrado por
el hecho mismo de que siempre se exportan; aparte de que es de
imperiosa necesidad subsista el concepto de que todos deben
contribuir al sostenimiento del Estado, en forma que no hiera los
intereses generales; SE RESUELVE:
“Desde la fecha la Aduana de este Puerto procederá a cob rar
derechos de exportación en la proporción que se indica a los
siguintes productos:
Tagua o marfil vegetal $ 0,01 el kilo
Piasaba $ 0,01 el kilo
Algodón desmotado $ 0,03 el kilo
Semilla de Algodón $ 0,01 el kilo
Balata $ 0,10 el kilo
Jebe fino $ 0,05 el kilo
Otras gomas $ 0,03 el kilo
Café $ 0,05 el kilo
Cacao $ 0,05 el kilo
Azúcar $ 0,01 el kilo
Otros productos de exportación $ 0,05 el kilo
Maderas: troncos o alfagías $ 0,50 cada tronco
“Regístrese, comuníquese y publíquese. – (Firmado) Guillermo
Cervantes”.
Este decreto revolucionario, lanzado contra el grupo de comerciantes
exportadores, tuvo que sufrir el reparo de la Cámara de Comercio,
presentándose a la Prefectura una comisión de su seno para tratar de
impedir que surtiera sus efectos. La comunicacicón que trascribimos
así lo demuestra como el resultado:
“Iquitos 16 de agosto de 1921.
“Señor Administrador de la Aduana de este Puerto.
“En la conferencia habida entre el suscrito y la comisión que la
Cámara de Comercio de este Puerto envió a este despacho para tratar
de la cuestión derechos de exportación a algunos productos, quedó
acordado que subsista la tarifa indicada en el decreto del día 8 del
actual, cuya trascripción le envié oportunamente; pero en la
respectiva póliza debe hacerse un descuento de 50% de dicha tarifa,
teniéndose en cuenta las razones aducidas por la comisión. – Y para
el futuro la administración de la Aduana, queda encargada de avisar
a este despacho cuando las cotizaciones sobre uno o más productos de
los del referido decreto, no haga necesaria la rebaja que se le
autoriza efectuar en la fecha; para lo cual se servirá Ud. Regirse
de las cotizaciones de la “Rosin y Brothers”. – Dios guarde a Ud.
(Firmado) Guillermo Cervantes”.
Y es que los comerciantes se presentaran con datos e informes, en
los que demostraban no alcanzar utilidades; pero quedó sentado el
antecedente y de que se podía pagar derechos. En ese mes de agosto
de 1921 ingresaron a la Aduana de Iquitos mas de seis mil soles por
solo ese concepto, cantidad que hacía algunos meses no recibía el
fisco, porque todo salía gratis.
Algunos días después, mientras se adquirían los datos
indispensables, se expidió este otro decreto, reformando la tarifa
arancelaria:
“Iquitos, 1º de setiembre de 1921.
“Siendo uno de los principales motivos del movimiento regenerador
del 5 de agosto último, iniciado por el Regimiento Cazadores del
Oriente Nº 17, la necesidad de hacer de Loreto una región productora
en artículos de primera necesidad, prestando a los que se dedican a
la Agricultura, las facilidades y garantías a que tienen derecho
para que sus esfuerzos y energías desplegadas encuentren
compensación equitativa; y CONSIDERANDO:
“Que la depreciación de las gomas há determinado la aguda crisis que
atraviesa la región, lo que hace indispensable y necesario buscar
la fórmula que alivie los efectos de esa crisis; – Que una de las
medidas más eficaces para llegar a aquella conclusión es facilitando
a la clase obrera elementos de trabajo, que debe buscarlos en el
cultivo de la tierra; – Que muchos de los artículos de primera
necesidad y algunos manufacturados de consumo diario se puedem
producir en la región, siendo por lo mismo innecesaria su
importación;– Que así mismo, otros artículos abonan derechos
prohibitivos, restringiéndose la importación y originando serio
malestar para la misma clase trabajadora; – Que iniciada una
política proteccionista se hace indispensable rebajar los derechos
a las maquinarias necesarías para las industrias; SE RESUELVE:
“Desde la fecha la Aduana Fluvial de Iquitos reformará la tarifa
vigente de derechos en la forma siguiente:
“El 75% de rebaja de la actual tarifa: maquinarias en general,
repuestos y herramientas; útiles de pesca y de caza; kerosene,
gasolina e aceites lubrificantes; pólvora y munición de caza,
pólvora para minas y dinamita.
“Con el 50% de rebaja: específicos y drogas, instrumentos de
cirujía, instrumentos de sanidad y de botica; mantequilla, queso y
galletas; cueros para calzado.
“Libre de derechos: motores y calderas; máquinas de escribir y de
coser; fierro y acero; tubería de toda clase; telas metálicas;
alambre liso y con púas; cemento portland, ladrillos y tierras
refractarias; petróleo crudo; filtros para agua; quinina; leche
condensada y alimentos infantiles.
“Harina de trigo, un centavo el kilo; calzado general para hombres y
mujeres, 5 soles el kilo; calzado para niños, hasta el Nº 30, 2
soles el kilo; jabones ordinarios, 20 centavos el kilo
“El triple de la actual tarifa: licores y vinos generosos, excepto
el vino de mesa; muebles; maderas; ropa confeccionada; escobas de
sorgo; pescados en conservar; telas de seda, mezcladas; joyería
falsa y fina.
“Arroz 10 cts. El kilo; azúcar, 20 cts. El kilo; café el doble de
la aitual tarifa; aguas gaseosas, gingerale, el doble de la actual
tarifa; fariña, 10 cls. El kilo; tishelinas, 50 cts. El kilo;
perfumería, 3 soles el kilo; tacones de jebe, el doble de la tarifa;
manteca, 10 cts el kilo.
“La cerveza y tocuyos ordinarios, permanecerán con la tarifa actual
hasta que se implante su fabricación en este puerto.
“La Aduana procederá, en la fecha, a inventariar las existencias de
mercaderías en los Almacenes fiscales, a efecto de exceptuarlas de
este decreto; y señalar las partidas correspondientes al arancel,
que quedan reformadas. – Regístrese, comuníquese y publíquese. –
(Firmado) Guillermo Cervantes”.
Todo el contenido de este decreto revolucionario tiende a proteger
el desarrollo de la industria y la agricultura en el departamento.
Porque todos los artículos, cuya tarifa fué liberada o rebajada
responden a la necesidad de hacer menos costosa la vida en la selva
y crear nuevas fuentes de trabajo con la implantación de industrias;
y los artículos que aparecen aumentados en la tarifa se producen en
Loreto y luchan desvantajosamente con el similar extranjero,
exceptuando desde luego, la joyería, telas de lujo y licores y vinos
generosos; pero éstos pueden soportar un mayor gravamen, desde que
su uso corresponde a personas adineradas.
Las excepcionales condiciones de Loreto con respecto al litoral,
hacen imperioso un régimen distinto al de las otras regiones del
país, y no habrá evidentemente mejor medio para su desarrollo que
proporcionándosele elementos de trabajo. Con esta política
proteccionista, no hay duda Loreto, en poco tiempo, sería un gran
centro industrial, agrícola y comercial, fuera de las industrias
extractivas, que no pueden ni se les debe dejar desaparecer, y el
fisco departamental tendría cómo cubrir sus obligaciones, sin
recurrir al Tesoro Nacional.
Una región como Loreto que dispone de millares de materias primas
precisa de maquinarias para que puedan explotarse y beneficiarse; la
quinina, los filtros, las telas metálicas, la pólvora, la munición,
las escopetas, los útiles de caza, los específicos, son en la selva
artículos de primera necesidad.
La fabricación de calzado, muebles, jabón, ropa confeccionada, aguas
gaseosas, pescado salado, escobas de sorgo, tishelinas, manteca,
fariña de yuca, azúcar, tacones de jebe, constituyen industrias
perfectamente establecidas que precisa de protección del Estado para
su desarrollo, al igual que sus cultivos de arroz, caña de azúcar,
yuca, café, cacao, algodón y otros, que proporcionan trabajo a
millares de individuos, que con la competencia de los similares
extranjeros, luchan terriblemente defraudando todas las espectivas.
No por recaudar unos centenares de libras oro, para pagar sueldos de
unos cuantos zánganos o proteger la “rebusca” se puede permitir la
despoblación y la miseria, precisamente en una región donde todos
los que trabajan pueden acumular riquezas fabulosas. Pero el
gobierno há establecido un principio: a los hombres de buena
voluntad que tengan aquellas aspiraciones, crucificarlos con
impuestos; impedir lleguen hasta él los elementos y maquinarias que
precisa para el desarrollo del ramo que escogen, y alentare la
competencia de los productos regionales con los similares
extranjeros, liberándolos de derechos de importación.
Y así, claro está, es más cómodo pasar las horas del día cazando
pajaritos o emigrar a otras regiones del país... y el Estado,
forzosamente, nunca podrá cubrir sus obligaciones en Loreto, pero ni
siquiera las más elementales y precisas.
El señor Julio C. Arana, senador por el Departamento de Loreto,
tratando del Arancel de Aforos, como miembro de la Comisión de
Comercio de esa rama del Parlamento, presentó un dictamen en
minoría, cuyas conclusiones – que fueron aprobadas con ligeras
modificaciones – no resuelven en problema económico de Loreto y en
cambio ahonda la crisis fiscal, el pueblo no se beneficia y el
gobierno pierde ingentes sumas. Los únicos que ganarán con esa
rebaja arancelaria serán los comerciantes, quedando paralizado el
desarrollo agrícola que hay necesidad de propender.
Sin embargo el proyecto aprobado del señor Arana contiene mucha
similitud con el decreto revolucionario, y sería de apoyarse si no
contuviera la disposición aquella de la rebaja al 50%, por regla
general.
He aquí, el Dictamen del señor Arana:

DICTAMEN EN MINORIA

El suscrito, miembro de la Comisión de Comercio,


teniendo en consideración las excepcionales condiciones del
Departameto de Loreto, circúnsripción territorial que reclama una
atención preferente de los poderes públicos, a fin de evitar que el
encarecimiento de la vida y dificultades económicas con que hoy
lucha por la ruda crisis de sus productos de exportación, agravada
por la carestía inconcebible de los fletes por transportes maritimos
y fluviales se acentúen más por efecto de los derechos aduaneros
sobre la importación que se trata de establecer por la tarifa
arancelaria en proyecto, obligue a los pobladores de Loreto a
emigrar, como ya se viene haciendo, en busca de campo para ejercer
su actividad, toda vez que, el fruto de su trabajo y sacrificios
consiguientes, no les dá ni lo indispensable para hacer frente a los
gastos de su más parca alimentación, aparte de no tener como acudir
a la de sus familias y a las demás necesidades de la vida, lamenta
mucho disentir de la opinión de los señores miembros de la comisión
en mayoría, y, por lo mísmo, se ve en el caso de aceptar las
conclusiones del dictamen que han firmado, con la siguiente adición
que las modifica en cuanto se refiere con el departamento de Loreto:
En la aduana de Iquitos, se despacharán las mercaderías de
importación con el 50 por ciento de rebaja sobre los derechos
fijados en el presente arancel con las siguientes excepciones:
Serán líbres de derechos, además de los artículos enumerados como
tales – los animales vivos, las herramientas para la agricultura y
la explotación de gomas, a saber: Machadinhos (achuelas) para el
corte de los árboles de goma; machetes, llamados sables, para el
mismo uso y de la agricultura; buyones de fierro, para el ahumado
del jebe; hoja de lata, para la confección de tishelinhas, (tasitas
para colectar el latex), baldes, lámparas; bandejas de hierro
estañado para mezclar y juntar el latex, para la operación del
ahumado, tela metálica para preparar cedazos para cortar el latex de
los árboles gomeros, cuchillos amazonia para sangrar los árboles
gomeros; la pólvora para caza en tarrites de lata; la munición para
caza, los fulminantes para escopeta de pistón; escopetas de pistón
de uno o dos cañones y piezas de repuestos para estas; víveres de
todas clases inclusos la carne y pescado en conserva, en aceite o
salmuera; tocuyos, esnaburgo, driles, sempiterno, cotin, tela para
camisas (de algodón), tejidos gruesos para ropa de trabajadores,
gorras ordinarias de algodón, calzado ordinario para tropa y el con
clavos de fierro o tornillos para cazadores y mineros; flejes de
fierro, clavos de fierro esquinados para cajones, aceite impuro para
máquinas, aceite de coltz y para cilindros artículos exclusivamente
navales, frazadas de algodón y borra de algodón; arpones, anzuelos,
soga o c ordón para pescar (de algodón); atarrayas y redes para
pesca, maquinarias para las industrias derivadas de la agricultura y
para la florestal; especificos medicinales, aceite de ricino, sal de
Esen, sales de quinina en frascos o en cápsulas, tintura de yodo, de
árnica, álcali, emulsión de Scot, pectoral de anacahuita, aceite de
bacalao negro e blanco, fierro Quevenne, negro o armarillo,
percloruro de fierro; los cuchillos llamados loberos de más de
quince centimetros de hoja para el beneficio y salasón de pescado;
jeringas de jebe vulcanizado par aplicar enemas, máquinas para
costura de pie o mano; y saco vacios para envasar granos así como el
yute en piezas para empacar algodón.
El kerosene, gasolina, aguarrás, fósforos, velas estearinas, jabón
ordinario para lavanderas, y la manteca de cerdo, solo pagarán el 25
por ciento de derecho fijado en el arancel.
Lima, diciembre 29 de 1922. – J.C. Arana.

las tarifas de la booth

En el libro anterior nos hemos ocupado de la falta de cumplimiento


por parte de la empresa del muelle de Iquitos, Booth y Cía, de las
principales cláusulas del contrato celebrado con el gobierno,
señalando la desatendencia oficial ante aquella violacón. El grupo
revolucionario, desde luego, por por tratarse de una poderosa
empresa, podía dejar pasar por alto su bienhechora intervención,
señalando lo que debe hacerse para que los intereses de la
colectividad no sean defraudados, y expidió el decreto que se ve en
seguida:
“Iquitos, 8 de agosto de 1921.
“Consignándose en el contrato celebrado entre el Supremo Gobierno y
la Compañia Booth London Ltd. Que cada quiquenio debe efectuarse una
rebaja en la tarifa de carga y descarga, que nunca puede ser menor
de 5%; y siendo público y notorio que hasta la fecha dicha compañia
no há efectuado la rebaja a que se hace mención, no obstante haber
trascurrido mas de quince años; – SE RESULVE:
“Que el Administrador de la Aduana de este Puerto proceda en el día
a rebajar el 15% en el cobro de la tarifa del Muelle por concepto de
carga y descarga. – Regístrese, comuníquese y publíquese. –
(Firmado) Guillermo Cervantes”._

el lazareto de leprosos

La lepra o el llamado mal de lázaro asume día a día caracteres


alarmantes en Loreto. En todos los tonos siempre se clamó al poder
central para que dicte alguna disposición tendiente a aislar a los
numerosos pacientes de tan horrible padecimiento, sin lograrse
resultados positivos.
La iniciativa filántropica del señor Teniente Coronel Jorge A
Esponda y el altruismo de algunas damas y caballeros de Iquitos,
reunieron cierta cantidad de dinero por óbolo popular para construir
un local de aislamiento, que hiciera pasar mejores días a los
desgraciados enfermos, obligados a una reclusión forzosa por el
resto de su vida.
Y existiendo ya local, faltaba que el gobierno atendiera al
sostenimiento de los reclusos, pagando oportunamente la subvención
que se tiene señalada para tal fin, Lp. 30.0.00 al mês, para gastos
de alimentación. Es de suponerse que no pagando el gobierno a los
servidores públicos, menos pagaba la subvención a los leprosos, y
por lo mismo que la situación de estos infelices era desesperada,
llegando a abandonar, muchos de ellos, el local de aislamiento, para
buscarse el sustento en la caridad pública...
Ante esta situación el Capitán Cervantes ordenó se entregara a la
Sociedad de Beneficiencia Pública una mensualidad para atender, por
el momento, las mas premiosas necesidades de aquellos infelices,
pues el contratista de rancho suprimió la entrega de raciones por
falta de pago, y expidió el siguiente decreto:

Falta rodapé

“Iquitos, 18 de agosto de 1921.


“Visto el oficio que antecede y considerando: – que no es posible
subsista el estado actual de miseria en que se encuentra el Lazareto
de Leprosos que solo dispone de una renta hipotética del Estado,
que no es cubierta en la oportunidad debida por consecuencia de la
crisis fiscal; – Que por esta consideración se hace necesario crear
una renta propia que pueda cubrir las necesidades de los asilados en
ese local; – y no habiendo por el momento otro medio que gravar con
única módica suma los ingresos brutos de los espectáculos públicos
que se efectúen en la ciudad: – SE RESUELVE:
“Desde la fecha las empresas cinematográficas o de teatros, o los
empresarios de cualquier espectáculo y cancha de gallos, abonarán a
la Sociedad de Beneficiencia Pública de esta ciudad, el 5% de la
entrada bruta de cada espectáculo, que será invertido, en su
totalidad, en el sostenimiento del Lazareto de Leprosos.
“La Sociedad de Beneficiencia Pública de Iquitos, propondrá a este
despacho la forma Cómo debe hacerse efectivo el cobro de este
impuesto. – Regístrese, comuníquese y publíquese. – (Firmado)
Guillermo Cervantes”.
Como quiera que este impuesto no alcanzara a cubrir los gastos del
Lazareto, pocos días después se expidió otro decreto concebido en
los siguientes términos:
“Iquitos, 1º de setiembre de 1921.
“Visto el oficio de la Dirección de la Sociedad de Beneficiencia
Pública de este puerto, en el que manifiesta que la recaudación que
resulte del impuesto a los espectáculos públicos, es sumamente
pequeña que no permitirá el sostenimiento del Lazareto de Leprosos;
y atendiendo a las razones expuestas en la citada comunicación; – SE
RESUELVE:
“La Tesorería de la Sociedad de Beneficiencia Pública de Iquitos,
procederá a cobrar el 10% de los pasajes que expida el ferrocarril
urbano de esta ciudad, y de todos los ingresos de esa empresa,
excepto el de carga. – Dicho porcentaje será cobrada del que se
obsequie al público y se invertirá íntegramente en el sostenimiento
del Lazareto de Leprosos de este puerto. – Regístrese, comuníquese y
publíquese. – (Firmado) Guillermo Cervantes”.
En conocimiento de esta resolución la empresa del ferrocarril, no
tuvo inconveniente en aceptar la enmienda, y con un rasgo de
desinterés y altruismo contestó al oficio del Capitán Cervantes en
que se le comunicaba en los siguientes términos:
“Ferrocarril Urbano. – Iquitos, 2 de setiembre de 1921.
“Señor Capitán Jefe Político y Militar. – Ciudad. – En contestación
a su ofício fecha de ayer y en conociciento del decreto expedido por
el despacho de su cargo, tengo a bien manifestar a Ud. Que:
tratándose de un hecho caritativo, como es el de auxiliar las rentas
para el sustento del “Asilo de Leprosos” de esta localidad; la
empresa de mi dirección dará el 10% del valor de pasajes que expida,
en su servicio de pasajeros sin afectar el 10% ofrecido para el
público concurrente. – Dios guarde a Ud. (Firmado) R. Zumaeta”.
Esta otra lección de lo que se debe hacer en Loreto para evitar la
funesta propagación de la terrible enfermedad, seguramente no há
sido aprovechada, porque en el diario sobornado por la Dictadura
aparece un suelto que así demuestra:_
Es así como hasta los leprosos recluidos de Loreto llegaron a tomar
parte del movimiento revolucionario, porque sólo con él, pudieron
comer tranquilos y rogaban que triunfara la reacción contra la
Dictadura... para seguir comiendo bien!
En la carcel pública hubo necesidad de idéntica intervención por
cuanto el contratista de rancho de los presos se negó a seguir
proporcionando víveres sinó se le pagaba lo que le adeudaban. La
Sub-Intendencia de Guerra contrató ese servicio, corriendo por
cuenta de ella durante todo el período revolucionario.

LA REVOLUCIÓN EN EL MUNICIPIO

El caos administrativo no era solamente en las dependencias


fiscales. La institución comunal de Iquitos, desde que se iniciara
la crisis económica en Loreto venía sufriendo las consecuencias de
la desacertada administración de los concejales, hasta constituir
una pesada carga para los contribuyentes a quienes se les exigía el
pago de contribuciones; pero que no veían en qué se invertían las
rentas comunales.
El Capitán Cervantes oficio a la Alcaldía señalándole diversos
puntos de vista que deberían servir de pauta a la institución
comunal a efecto de reorganizar sus finanzas y llenar las funciones
de su ministerio fuera de complacencias y favoritismos. El Concejo
Provincial, accedió – como no podía ser de otra manera – a las
insinuaciones del grupo revolucionario y procedió a la rebaja de su
presupuesto, a la vez que intervino en la cuestión expendio de
artículos de primera necesidad, dejada de la mano por la
intervención prefectural, cuyo jefe, el señor Ruiz y Pastor, en una
reunión oficial se aventuró a declarar “que no podía exigirse a los
comerciantes la rebaja en los precios de los artículos de primera
necesidad cuyas existencias fueran pequeñas”, – olvidaba o se hacía
el olvidadizo, que precisamente los comerciantes no importaban para
subir los precios – y que el conocimiento que tenía de la región por
su permanencia en élla, de mas de dieciocho años, consideraba que la
leche condensada no era alimentación necesaria para los niños
pobres, que debían alimentarse con harina de plátano. De lo que se
trataba era convencer al público que debía pagar UN SOL VEINTE
CENTAVOS por cada lata de leche condensada!... y así se vendió por
algún tiempo.
Considerado inoficioso trascribir los oficios pertinentes cambiados
entre el Capitán Cervantes y la Alcadía Municipal, nos limitaremos a
señalar uno de los efectos de la beneficiosa intervención
revolucionaria en el cuerpo edilicio de Iquitos.
La Cámara de Comercio había solicitado del Concejo Provincial la
rebaja del 50% en la contribución industrial, es decir el 50% sobre
la tarifa ya rebajada con anterioridad por la extinguida Junta
Departamental de Loreto, alegando como pretexto el manoseado
lloriqueo de la crisis económica.
Este hecho, en conocimiento del Comité Revolucionario, dió lugar a
que el Capitán Cervantes oficiara al Jefe de la Comuna y a la
Compañía Recaudadora de Impuestos, para que en el día se procediera
al cobro de la contribución, íntegramente, y el dinero que se
obtuviera pasara inmediatamente a cubrir las amortizaciones e
intereses del empréstito municipal al Comité Pro Aviación Loreto,
ingresando así las primeras armadas de esa obligación que se
pretendía birlar, con la falta de pago de la contribución cuya renta
estaba afecta a ese inconsulto empréstito, que ya hemos dicho sirvió
para nivelar la Plaza 28 de julio... y la Plaza quedó en el mismo
estado de antes, o peor con el terreno removido.

Más tarde, a solicitud de un numeroso grupo de vecinos de la


localidad se procedió a cambiar al personal del Concejo con uno que
estuviera dispuesto a no entorpecer la acción revolucionaria y de
cuya labor no nos ocupamos, por no haber intervenido en su manejo,
ni actuado en la ejecución de sus disposiciones.

LA COMPAÑIA RECAUDADORA DE IMPUESTOS

Esta Compañía recaudadora de las rentas fiscales y comunales,


mereció del grupo revolucionario, desde que se iniciara el
movimiento armado, la mas grande atención, por ser el blanco de los
comentarios más sabrosos sobre la forma cómo se efectuaba la
recaudación, la inversión que se daba al dinero recaudado y sobre
todo, por la inmoral costumbre de dejar en entera libertad a sus
empleados para que actúen, fuera de la intervención inndispensable y
necesaria de la acción controlizadora de las autoridades
competentes, llamadas a cautelar los intereses fiscales. Con decir
que empleados subalternos que nunca ganaron más de Lp. 20.0.00
mensuales son propietarios de fincas y agiotistas en grande escala,
creemos que queda dicho todo y demuestra la fecundidad de aquellas
veinte libras...!
El grupo revolucionario resolvió dirigirse a esa compañía, cuyo jefe
no se encontraba presente desde hacía un año, más o menos,
conminándola a que acelerara el pago de las contribuciones legales,
que como se há dicho, con el pretexto de la crisis se trataba de
eludir; se ordenó un corte y tanteo de caja y el examen de las
cuentas del mes de agosto; se le ordenó no efectúe pagos de ninguna
especie, ni aún los que debería hacer en las provincias no del
cercado, en virtud de haberse reformado el presupuesto
administrativo; se le ordenó suspenda el pago de los haberes de
director del Colegio Nacional, un señor Vossler, por cuanto este
señor ni había instalado el colegio, ni se encontraba presente en
Iquitos; se le ordenó, por último, y entre otras cosas, que el saldo
diario de la recaudación fiscal, lo remitiera a la Tesorería,
debiendo dar cuenta detalladamente de las operacioones de caja de
cada día, como lo hizo recibiéndose en la Prefectura invariablemente
cada 24 horas un detalle así:

MOVIMIENTO DE LA RECAUDACIÓN DE IMPUESTOS


FISCALES EN 31 DE SETIEMBRE DE 1921

Saldo del día anterior $ 7,84


A Productos: – Alcoholes $ 174,00
Rentas escolares $ 34,02
Tabacos $ 183,32
Espécies valoradas $ 18,50
Rentas departamentales (contribuciones) $ 45,00
Rentas Municipio Iquitos (cotnribución industrial) $
245,00
Total $ 709,18
EGRESOS
Por gastos generales. – Comisiones. – Pagado a los cobradores de
contribuciones 14,50
Por contribución industrial (primer semestre 1921) – Pagado al
Comité Pro-Aviación, complemento de la primeira armada del
empréstito de Lp. 1,200, al Municipio del cercado 480,00
Por entrega a la Tesorería Fiscal del departamento 200,00
Por saldo 14,68
Total $ 709,18
Iquitos, 13 de setiembre de 1921.
Por la Compañía Recaudadora de Impuestos (Firmado) – C.Q.
Colmenares.
Con este detalle diario del movimiento de la oficina Recaudadora de
Impuestos, el personal revolucionario estaba al tanto de la clase de
operaciones que efectuaba la compañía y podía, desde luego, dictar
las disposiciones que considerara acertadas para que llene su
objeto, en relación a la recaudación de las rentas fiscales; y de
otro lado se impedían especulaciones con el dinero proveniente de
esas rentas, cuyas consecuencias eran de completa desmoralización.
Sin aquella intervención prefectural resulta, generalmente, que
deducidos los egresos naturales, siempre queda un saldo que debe
aplicarse al pago de determinadas oligaciones fiscales, según leyes
o resoluciones supremas; pero como no hay control en la inversión de
esos saldos, sino que la acción oficial se limita a aprobar las
cuentas que semestralmente entrega a la Compañía, los saldos diarios
se aplican a objetos distintos a los marcados por la ley, o se dá
preferencia en los pagos, que siempre son odiosos.
Ya lo hemos dicho la desatendencia oficial en el manejo de los
dineros encomendados a la Compañía recaudadora de Impuestos, por
regla general, origina especulaciones que tienden a desmoralizar la
acción de la autoridad, por cuanto ésta llega a no disponer de los
recursos indispensables para atender las obligaciones de la
circunscripción que gobierna, si, como sucede hoy, todos los fondos
son administrados por esa entidad semi-oficial, que necesariamente
precisa del control de las autoridades competentes.
El mismo régimen se estableció para la Aduana Fluvial, es decir que
se ordenó a la Administración de esa dependencia Fiscal entregara a
la Prefectura un balancete diario de las operaciones que efectuara,
prohibiéndosele terminantemente la aceptación de libramientos
cancelados de empleados públicos, como dinero, para el pago de
derechos de importación. Sin embargo y para demostrar que no existía
animaversión contra el comercio, se admitieron documentos
prefecturales y bonos emitidos por la Aduana para pago de sus
empleados, que se encontraban en poder de los comerciantes: pero
quedó resuelto que terminada la cancelación de esas obligaciones
prefecturales y de la Aduana no se volverían a efectuar aquellas
transaciones, que dan margen a especulaciones contra el servidor
público.
La Aduana del Puerto enviaba diariamente a la Prefectura un
balancete en la forma que sigue:
ADUANA FLUVIAL DE IQUITOS. – MOVIMIENTO DE CAJA EN LA FECHA
Saldo anterior Lp. 21.2.89
Ingresos del día Lp. 197.0.51 Lp. 218.3.40
EGRESOS
Dep. Strassberger y Cía. (cancelando) Lp. 129.3.41
Vale a favor id. (Prefectura) Lp. 60.3.10
Bonos empleados Aduana Lp. 7.4.00 Lp. 197.0.51
Saldo en efectivo Lp. 21.2.89
218.3.40
Iquitos, 29 de setiembre de 1921.
Vo. Bo. (Firmado) Heros. El Contador (Firmado) Vega.

el libre cultivo del tabaco

Anhelo hondamente sentido y auspiciado por todos los elementos de la


colectividad loretana há sido, y continúa siéndoto, el libre cultivo
del tabaco en la región amazónica. Porque en los 600,000 kilómetros
cuadrados de superficie que más o menos tiene Loreto, el tabaco se
dá de inmejorable calidad, sin que sea necesaria la importación de
profesionales en el ramos, a que a lo más se dedicarían a señalar la
pauta a seguir para su beneficiamiento.
Pero el gobierno poniendo oídos de mercader judío a todo lo que de
Loreto se trate, jamás há atendido las solicitaciones que por
oficios, informes, cartas particulares, artículos de prensas
periodística, ni ninguna otra forma, se le han hecho para que
permita la libre plantación de la aromática hoja, pretendiendo que
con tal medida – de muy poco criterio e ignorancia – las rentas
fiscales decrecerán en ese renglón.
Sin embargo nada más inexacto. El libre cultivo del tabaco en Loreto
– exensivo al departamento de San Martín – a la vez que sacaría a la
región de la postración económica en que se encuentra, permitiría al
fisco recaudar ingentes sumas por concepto de derechos de
exportación, impuesto de consumo para el tabaco manufacturado y
derecho o prima de plantación; sin que se arguya que tal medida
originaría cuantiosos contrabandos con la costa, pues dadas las
especiales condiciones topográficas de Loreto, la vigilancia que se
ejercitaría para evitar ese negocio ilícito, sería la más fácil de
todas las que se pueden hacer: los ríos caudalosos y la impenetrable
selva, son obstáculos naturales para impedir se tratara de eludir el
pago de legítimos derechos.
Antes de ahora, cuando el Estanco del Tabaco no se había establecido
en el Perú, el departamento de Loreto exportaba grandes cantidades
de ese artículo al Brasil, especialmente, donde se apreciaba el
valor de la hoja peruana. Implantado el Estanco, el cultivo quedó
restringido a las cantidades que buenamente quería conceder la
empresa, hasta que desapareció totalmente, porque nadie estuvo
dispuesto a aceptar las odiosas y exigentes disposiciones de los
personeros del Estanco, que no solo no pagaban bien el valor del
artículo, sino que al hacerlo entregaban vales por mercaderías y
señalaban los precios más insignificantes. Así, la industria
desapareció; y como en Tarapoto se sigue la misma escala
descendente; día llegará en que no se cultive en esa provincia,
cuyos moradores prefieren otras dedicaciones que estare sometidos a
la férula de los inquisidores de la recaudación fiscal.
La consecuencia há sido que la Compañía Recaudadora de Impuestos,
administradora del Estanco de Tabaco, há tenido que recurrir a los
mercados extranjeros para adquirir la hoja, y en el quinquenio de
1913 a 1917, importó tabaco manufacturado en cigarros y cigarrillos
por la suma de Lp. 151,435, y tabaco en hoja, picado o en polvo, Lp.
54,053, o sea en total, durante esos cinco años, la no despreciable
suma de Lp. 205,488, según se vé en el Extracto estadístico del
Ministerio de Fomento (1919). Y como el consumo há aumentado, no es
aventurado afirmar que en el quinquenio 1918-1922, dicha cantidad há
subido a la ya considerable suma de Lp. 616,464, que há salido del
país a enriquecer a agricultores extraños y por un artículo que
puede y debe producirse en el país.
Y no se diga que el Estanco del Tabaco, en Loreto, con el sistema
actual, hace un estupendo negocio; nada de esto, según datos
oficiales de la oficina de Iquitos, el Estanco há producido en
Loreto durante el quinquenio de 1916-1920, la suma de Lp.
33,245.4.99, es decir Lp. 6,54.1.00, en promedio anual, y que
resulta una proporción insignificantemente pequeña para la inmensa
zona productora de Loreto y San Martín, si su cultivo fuera libre.
El solo derecho de exportación sería cuatro veces mayor que esa
suma.
El grupo revolucionario, en su tarea de señalar pautas, hizo un
ensayo de libre plantío, dictando un decreto que tiene muchas
imperfecciones de detalle, pero que refleja el sentir del pueblo de
Loreto, y por lo cual fué publicado por bando.

El decreto es el que sigue:


“CONSIDERANDO: – que siendo clamor público la necesidad de
proporcionar al obrero, trabajo lucrativo e inmediato, y a la vez
intensificar el desarrollo agrícola, industrial y económico del
departamento; y habiéndose demostrado hasta la saciedad que el
Estanco del Tabaco en esta región, lejos de llenar aquella
finalidad, contribuye a la ruina del departamento;

Que así mismo el Congreso Regional del Norte há aprobado una ley que
declara libre el cultivo del tabaco en Loreto y San Martín; y que
solo se espera la sanción del poder Ejecutivo para que comience a
surtir sus efectos;
Y mientras llegue el tenor de dicha ley, – Se resuelve:
1º – Declárase libre el cultivo del tabaco en el Departamento de
Loreto;
2º – Las personas que deseen cultivar tabaco, presentaran una
solicitud a la autoridad política del lugar, indicando el número de
hectareas que van a cultivar;
3º – La solicitud a que se contráe el artículo anterior se
presentará en el papel sellado; del sello tercero; y pasará a la
oficina de la Compañía Recaudadora de Impuestos, para los efectos
del cobro de la prima, con que se grava el cultivo;
4º – Las personas que solicitaren licencia para cultivar tabaco,
abonarán una prima de Lp. 0.5.00, por cada hectárea de terreno ó me
nos. El pago debe hacerse en la Compañía Recaudadora de Impuestos;
5º – La Compañia Recaudadora de Impuestos llevará um registro
especial en el que se anoten las solicitudes de licencia expedidas y
conste que han abonado la prima respectiva;
6º – Todo cultivo de tabaco que no compruebe que há abonado la prima
determinada en el artículo 4º., se considerará clandestino y sujeto
al comiso del producto y cancelación de la licencia debiendo
sujetarse el interesado a lo determinado en el artículo 2º, para
practicar nuevo sembrío;
7º – La Compañía Recaudadora de Impuestos, cobrará a las empresas
industriales manufactureras de tabaco un impuesto al consumo en la
siguiente proporción: por cada 16 cigarrillos o menos un centavo;
por cada cigarro puro un centavo;
8º – Para los efectos del artículo anterior la Compañía Recaudadora
de Impuestos dictará las medidas convenientes a efecto de que se
haga efectivo el impuesto, antes de salir el producto de la fábrica:
9º – Declárase permitida la exportación de tabaco, debiendo abonar
como derecho de exportación 2 centavos por kilo; y
10º – La presente resolución comenzará a surtir sus efectos, a
partir del mes de diciembre, a excepción de los articulos 1º., 2º.,
3º., 4º., 5º., y 6º., que tienen caracter inmediato.

Dado en Iquitos, a los 23 días del mes de agosto de 1921.


Regístrese, comuníquese y publíquese por bando.
El Capitán, Jefe Político y Militar – (Firmado) Guillermo Cervantes.
El Secretario – (Firmado) Samuel Torres Videla.

la explotación de productos de la montaña

Poco antes de que se iniciara el movimiento revolucionario, la


región del río Nanay, cerca de Iquitos, ofrecía el espectáculo
triste de un inmenso campo de batalla en el que el furor de los
cañones hiciera terribles estragos: árboles centenarios yacían en
el suelo, que a su caída habían arastrado a los más pequeños y
débiles, formando un hacinamiento de escombros y desmontes. Y en
medio de esta montaña de palos y de ramas arrancadas de sus
simientes, centenares de hombres, blandiendo el hacha destructora,
en su loco afán de sangrar los palos resinosos de BALATA, trataban
de acaparar el mayor número de árboles caídos, produciéndose, o
repitiéndose las mismas macabras escenas de la pasada época del
caucho: el abuso de la fuerza y el ejercicio de la astucia, que
terminaba con el conflicto inevitable y el crimen...
Sucedía que el comercio había declarado que la Balata tenía buen
precio en Europa, y dándose algunas instrucciones para el
reconocimiento del árbol, se les había remitido a la selva en busca
del codiciado producto expontáneo. Pero tal como se efectuaba la
recolección del latex, en poco tiempo más, desaparecería el árbol
productor, porque ya se vislumbraba el mismo fenómeno de la fiebre
cauchera: la explotación se iniciaba en los alrededores de Iquitos,
para extenderse a toda la región amazónica, y terminaría con la
destrucción del último palo.
El Capitán Cervantes creyó de su deber llamar la atención de la
Cámara de Comercio y Agricultura sobre tan insólito procedimiento,
que tendía a la destrucción de la riqueza, y por separado le adjuntó
unas instrucciones sobre la manera de cómo debería efectuarse el
trabajo balatero. Al efecto dirigió el oficio que sigue:
“Iquitos, 20 de agosto de 1921.
“Señor Presidente de la Cámara de Comercio y Agricultura del
departamento.
“Há llegado a conocimiento de este despacho, que en la extracción de
balata se está siguiendo el mismo procedimiento que el empleado con
las gomas desde tiempo inmemorial, es decir, echando a tierra los
árboles generadores de la riqueza. Como este estado anormal no puede
ni debe subsistir, me dirijo a Ud. A fin de que se sirva recomendar
a los comerciantes y personas que se dedican a la extracción del
producto que procedan de acuerdo con las instruciones técnicas que
por separado le adjunto y que pueden ser ampliadas por esa Cámara,
según los procesos que deben emplearse_: teniéndose entendido que
este despacho, oportunamente, dictará una disposición punitiva para
los extractores de balata que derriben árboles. – Dios guarde a Ud.
– (Firmado) Guillermo Cervantes”.
La Cámara de Comercio se limitó a contestar: que tomaba nota de la
recomendación, pero no dictó ninguna disposición tendiente a evitar
la ruina de la industria que se iniciaba.
Pero el Capitán Cervantes no se conformó con la nota aquella, sino
que a renglón seguido expidió el siguiente decreto:
Iquitos, 24 de agosto de 1921.
Visto el oficio Nº 55 de la Sección de Terrenos y Caminos de
Montaña de esta dependencia por el que manifesta el procedimiento
delictuoso que los actuales explotadores de la montaña observan,
destruyendo la riqueza florestal; y siendo las autoridades las
llamadas a vigilar por el acatamiento de la ley y sus disposiciónes
reglamentarias. – SE RESUELVE: – Ordénase por intermedio de las Sub-
prefecturas de esta dependencia, a las autoridades subalternas de
sus respectivas jurisdicciones, a fin de que se haga saber a todos
los poseedores y explotadores de terrenos de montaña, qu deberán
regularizar sus títulos conforme la ley vigente estando los
comprendidos el la forma de denuncio obligados a presentar el recibo
que comprueba el pago establecido en el artículo 7º de la ley de
tierras de montaña y si carecieran de él, perderán totalmente sus
derechos sobre los terrenos adquiridos, conforme el artículo 8º., da
la misma ley, y el inciso © del artículo 254 del Reglamento citado;
así mismo se ordenará a los propietarios que deben tener los hitos
demarcadores en le mismo punto en que fueron colocados por los
peritos al practicar la respectiva demarcación del terreno, así como
el estricto cumplimiento del artículo 191, de lo contrario, serán
penados con multa de 5 a 50 libras, según la gravedad de la falta, y
procediendose a practicar una remensura por cuenta de los
infractores; prevéngase además que conforme con el reglamento, todos
tienen derecho para denunciar la caducidad de las concesiones ó de
los expedientes que se iniciaron y no han llenado los preceptos
establecidos en cuanto al tiempo para terminarlos ó en lo referente
al destino que se dá a los terrenos, denunciantes que serán
amparados de conformidad con lo dispuesto por el artículo 215 del
reglamento, que prescribe: – “Todo el que denuncia la caducidad de
un terreno de montaña, tiene la preferencia en la adjudicación, una
vez declarada aquella.”– Comuníquese, regístrese, publíquese. – El
Capitán Jefe Político y Militar. – (Firmado) – Cervantes.
Este decreto revolucionario provocó el descontento entre los que se
beneficiaban con la destrucción de la riqueza florestal de Loreto y
dió lugar a polémicas periodísticas. El que estas líneas escribe
publicó un artículo apoyando el decreto revolucionario y en esa
ocasión emitió los conceptos que siguen, estractados de dicho
artículo, que apareció en el Nº 1515 de “LA MAÑANA”, de Iquitos:
“Con el procedimiento adoptado por el grupo revolucionario es fácil
a las autoridades saber el proceso que siguen los titulados dueños
absolutos de la selva, que la talan a su antojo sin más miras que
satisfacer su necesidad momentánea; para éstos no hay más autoridad
que los comerciantes que les hacen comprender que el hecho de
explotar la selva de cualquier forma que sea, es un beneficio que se
hace al Estado y que el Gobierno debería no solo darles gratis los
terrenos como se hizo con las “sumarias informaciones”” en extensas
zonas, sino que aún debe el fisco efectuar por su cuenta la
demarcación... Sólo falta que pidan la construcción de habitaciones
cómodas e higiénicas y el trasporte gratis en las embarcaciones del
Estado, de los productos recogidos en la selva, además de las
herramientas de labranza, que también exigirán del Estado. Todo esto
con exclusivo objeto de beneficiar al comercio exportador.
“El Estado no se há beneficiado con las concesiones que há hecho
del 80% de los títulos ní los concesionarios han fomentado el
cultivo para el porvenir. Se lamentan de la inversión de capitales –
tratándose de los gastos de demarcación – pero ello solo há sido en
canje y adelanto de gomas, consechadas sin esfuerzo alguno de
cultivo, talando y desvastandó sin piedad los bosques, sin hacer
nada en beneficio de la tierra, tan pródiga y ni para el futuro...
“El jebe silvestre del Amazonas vencerá a la larga al de las
plantaciones inglesas por su insuperable calidad y volverá el
entusiasmo para su explotación; pero los árboles sangrados
continuamente, hasta en sus ramas, ya no producirán latex porque la
mayor parte han muerto y no se han hecho plantaciones.
Cosa idéntida sucederá con al balata y con cuanto producto
expontaneo se explote en la selva, sinó se toman las medidas
enérgicas para evitar que los particulares se burlen de las
disposiciones dictadas por las autoridades, en guarda de los
intereses del país”.
Más tarde la acción revolucionaria se extendió a exigir a los
productores y comerciantes, la respectiva guía que determina el
Reglamento de la Ley de Terrenos de Montaña, decomisándose gran
cantidad de balata, clandestinamente explotada.
Y lo mejor del caso fué que terminada la revolución los balateros se
quedaron con su balata o la vendieron mal porque el comercio que
había ofrecido pagare la arroba a 15 soles solo estuvo dispuesto a
abonar cinco, y a este precio se hicieron las transacciones: la
selva quedó destruida, el comercio con la bolsa llena, los
productores muriéndose de necesidad, y el Estado sin tener con qué
pagar a sus empleados de Loreto, porque la Cámara de Comercio se
apersonó solicitando liberación de derechos, “tratándose de proteger
una industria que recién se inicia”.
Pero, terminado el stock existente en Iquitos, se propagó nuevamente
la especie de que la balata valía 15 soles; y salieron nuevamente al
monte los que siguen creyendo en la buena fé de la palabra empeñada;
pero parece que se emplean los mismos procedimienteos porque el
actual Prefecto, señor General Alvarez, há reproducido, con otras
palabras, el decreto del Capitán Cervantes, que a título de
información reproducimos, así como algunos párrafos de la
solicitación de los comerciantes para que dicho decreto no surta sus
efectos. Y lo hacemos para demostrar una vez más, que los
revolucionarios de Iquitos, no fueron ni locos ni idiotas para darse
el placer de reformar todo, por el placer de hacerlo.
He aquí lo que há dicho el General Alvarez:
Iquitos, 17 de febrero de 1923.
Vista la denuncia que antecede, y otras que constantemente presentan
ante este despacho los Peritos Regionales, acerca del procedimiento
delictuoso que observan los explotadores de Balata, Chicle,
Gutapercha, y otras resinas; quienes desvastan la selva, cortando
los árboles de raiz, con el fin de extraer la mayor cantidad de
latex, lo que es un grave peligro para el porvenir de nuestra
riqueza florestal, contraviniendo a las terminantes disposiciones
del Reglamento de Terrenos de Montaña, Capítulo XV;
SE RESUELVE:
1º – Ningún solicitante de terrenos de montaña por denuncio o
explotación, podrá comenzar la explotación de los mismos, mientras
no las haya hecho demarcar, obtenido el título de Amparo Provisional
y efectuado el depósito de 10 centavos por hectárea para garantizar
la explotación racional de sus productos;
2º – Los explotadores clandestinos de terrenos de montaña, sufrirán,
la confiscación de los productos así como los que comercien con los
mismos, y demás penas establecidas para los que introducen
mercaderias de contrabando al territorio de la República.
3º – Los explotadores de balata, se sujetarán a las instrucciones
siguientes: – Hacer incisiones horizontales en forma de escalera, de
un dedo de ancho por cuatro de largo, debiendo existir entre cada
incisión 20 centímetros de separación y en cada escalera 30
centímetros, principiándose estas de un metro de la raiz; y para
evitar la muerte del árbol, tapar anticipadamente las incisiones con
alquitrán, cera o arcilla, pudiendo ser trabajado este mismo árbol,
después de seis meses o un año.
4º – Es absolutamente prohibido la destrucción de los arboles
productores de gomas y resinas, estando los infractores obligados a
plantar cinco árboles por cada uno de los que destruyan sin
perjuicio de pagar una multa de 5 a 50 libras peruanas;
5º – Las autoridades políticas entregarán a los explotadores, una
“Guía”, en que conste la cantidad, calidad y peso o medida de los
productos, el nombre y ubicación del fundo de que hayan sido
extraídos y el propietario del mismo; y principalmente el método
empleado en la extracción de dichos productos;
6º – La Aduana de este puerto se abstendrá de efectuar despacho
alguno de cualquier producto extraído de la montaña, si no está
acompañado de la correspondiente Guía, y una constancia de que el
explotador no adeuda al Fisco derechos por terrenos de montaña; y
7º – Las Subprefecturas ordenarán a los Gobernadores y Tenientes
Gobernadores de su jurisdicción; el estricto cumplimiento de estas
disposiciones.
Regístrese, comuníquese y publíquese. – (Firmado) G. Alvarez.

Y ahora trascribimos algunos parrafos del extenso memorial que


presentó la Cámara de Comercio, pidiendo la no ejecución del decreto
prefectural.
Memorial de los Comerciantes de Iquitos
Memorial de los principales comerciantes
Señor General Prefecto:
Impuestos del tenor del decreto expedido por ese superior despacho
con fecha 17 de febrero último reglamentando con muy acertado tino,
el actual sistema extractivo de la balata, y poniendo, al mismo
tiempo, en vigencia lo que dispone la Ley y Reglamento de Terrenos
de Montaña, respecto de las adquisiciones de terrenos por denuncio,
a fin de que estos no sean explotados, antes de haber llenado en el
expediente respectivo, todas las disposiciones marcadas en la
indicada ley, nos vemos obligados a presentar ante usted este
memorial, a fin de que, teniendo en cuenta las razones que pasamos a
exponer, se digne modificarlo en bien, no sólo de los intereses
comerciales que representamos, sino principalmente, para el
mejoramiento de la renta fiscal.
Cuando se dictó la actual Ley de Terrenos de Montaña, no era
conocido el nuevo producto denominado Balata, y, aun cuando en
aquel, se señalaban penas para los destructores de árboles de Caucho
– similares de los de Balata – jamás se llegó a poner en ejecución
lo ordenado al respecto, por cuanto para poner en práctica la
vigilancia de los trabajos en la selva, hubiera sido necesario tener
un personal numerosísimo, idóneo, consciente e incorruptible, que
llevara a cabo la pesada labor de seguir al trabajador en sus largas
peregrinaciones, en busca de los árboles gomeros. Hoy, señor
Prefecto, las circunstancias son perfectamente idéntica; la Balata
se encuentra diseminada en la selva, el trabajador tiene que
ejecutar grandes recorridos y los personales tienen que establecerse
completamente separados en la mayoría de las veces, a fin de que
cada trabajador tenga una extensión de montaña suficiente para
explorar. El personal fiscal encargado de la vigilancia, tendría que
ser pues, inmenso, y las pequeñas rentas que en la actualidad
percibe el Estado por terrenos de montaña y exportación de los
productos que de ellas extraen, serían insuficientes para
sostenerlo.
Ahora por lo que respecta a la forma como en lo sucesivo debe
llevarse a cabo la extracción de la resina de Balata, llenando los
requisitos pontualizados en la parte tercera del decreto
prefectural, fórmula ideada seguramente en el muy loable fin de
defender la conservación de los árboles gomeros, estamos seguros
que no producirá los resultados apetecidos, y que, lejos de eso, lo
único que se conseguirá, es disminuir enormemente la producción de
resina, y, de consiguiente, las entradas de Aduana. La Balata
blanca que es la que se trabaja en Loreto, con excepción de la
Rosada del río Putumayo, há sido sometida a diversos ensayos, no
solo en la forma indicada en el artículo 3º del decreto mencionado,
y los resultados han sido negativos, por cuanto, después de obtener
una insignificante cantidad de resina, los árboles curados, unos con
alquitrán y otros con arcilla, murieron a los dos meses, lo que no
pasa con algunas calidades de la misma familia de la Balata en el
río Putumayo, igual a la que se exporta por Iquitos, y que para
trabajarla, tienen que derribarla forzosamente.
Pidieron, por último, y en obsequio a la brevedad, un plazo para
que el decreto prefectural surtiera sus efectos... Es decir lo de
siempre, que pase el tiempo y que la riqueza sea destruída. Hoy la
balata blanca vale en Liverpool al rededor de CUATRO CHELINES,
LIBRA, y el comercio la compra a los extractores a UN SOL EL KILO,
... en MERCADERIAS... ! y, claro, qué le importa la región.
Pero no está demás decir para concluir este capítulo, que en la
época revolucionaria se denunciaron terrenos de montaña como nunca
se hizo en Loreto e ingresó a la Tesorería Fiscal muy regular suma
por tal concepto.
GARANTIAS PARA EL EMPLEADO PUBLICO

Fracasado el movimiento revolucionario de Loreto, los que no han


conocido su desarrollo ni la conducta seguida por el que dieron en
llamar “soviet”, en razón de que sus miembros actuaban de común
acuerdo, pretendieron, consiguiéndolo en parte, variar el criterio
público con cargos a ese “soviet”, sin un análisis integral de sus
actos, que fueron invariablemente inspirados en el anhelo ambiente
nacional de renovación de métodos.
Inspirados en esos anhelos se lanzó un Manifesto a los empleados
públicos, sin distinción de colores políticos, conminándoles al
cumplimiento de su deber en el ejercicio del cargo que desempeñaban
y a la vez asegurándoles que triunfante el movimiento, quedarían
libertados de la tutela de individuos inescrupulosos, que han hecho
del empleado público su plataforma política, originando el caos y el
desconcierto en la administración del país y la dilapidación de sus
rentas.
Trascribimos ese Memorial para que el país se dé cuenta de los
ideales que acariciaran el grupo de jóvenes que arrastrando las iras
de la Dictadura, se propusiera enseñar al régimen lo que debe hacer
para lograr el progreso nacional en una de sus más importantes
regiones.

MANIFIESTO a los empleados públicos del Departamento de Loreto

“La difícil situación económica que atraviesa el mundo, há


repercutido hondamente en la economía general del Perú, cuya
capacidad financiera no há alcanzado, ni mucho menos, el desarrollo
que es menester para que la riqueza pública y privada, pueda
desenvolverse en los momentos actuales de aguda crísis, sin herir
las justas espectativas del servidor público, que vegeta, por falta
de organización solidaria y de equidad desgastando sus energías, sin
ningún provecho para el país ni para su propio bienestar.
“Y el Estado, desconociendo los más elementales principios de
economía política, lejos de proporcionar al servidor público las
ventajas inherentes a su larga foja de servicios, siempre, con el
cambio de régimen, solo há tratado de rodearse de adeptos,
desconociendo el derecho adquirido y la competencia, posponiendo
estas cualidades al favor político, del que há resultado el caos en
la Administración Pública y la pérdida de muchas energías. Y
tratando aún más de corresponder el servicio político, há elevado en
forma desproporcionada los haberes de aquellos a quienes quería
servir, que hecho extensivo a todos los ramos y creado nuevos
empleos há provocado un gran desequilibrio entre los ingresos y los
egresos, no pudiendo, por lo mismo, iniciar ninguna obra de aliento,
que cree las nuevas fuentes de riqueza, que son menester para el
progreso de la nacionalidad; llegando el momento actual, en que un
presupuesto elevado no puede ser cubierto ni en un 50%, originando
el desequilibrio de la familia, primera manifestación de la vida
social, y produciendo el grave estado de la hora presente, en que
todos los servidores públicos son acreedores del Estado; y que el
Estado no puede cumplir sus obligaciones.
“Consecuencia funesta de este estado de cosas es la indisciplinas
que se manifiesta hasta en los más insignificantes cargos públicos.
Primando el favor para la adquisición del puesto y no abonándoseles
en la oportunidad debida, cada cual hace lo que mejor le viene en
gana; y las autoridades respectivas, no pudiendo cumplir las
obligaciones contraídas por el Estado y teniendo en sus ojos el
fantasma de la influencia política, no han podido ejercer ninguna
presión para obligar el cumplimiento del deber.
Pero há llegado el momento de que se inicie la era de resurgimiento
del Perú. El Regimiento “Cazadores del Oriente Nº 17”, levantando la
bandera de la honradez y moralidad administrativas, se há impuesto
el sacrificio de exigir a todos el cumplimiento estricto de sus
deberes. Por los decretos que al respecto se han expedido, se há
dejado en el cargo a las personas que antes del movimiento se
encontraban al frente de ellos, viéndose en la ineludible necesidad
de suprimir algunos que no responden al plan de economías,
indispensable para que la Administración Pública readquiera el
prestigio que precisa y para que su acción a la vez que eficaz, no
entrabe la buena marcha de la oficinas, y a todos se les ha rebajado
el saber, proporcionalmente, aunque no se vea la Administración en
el caso de tener que contraer obligaciones que no puede cumplir. Y
al lado de estos decretos se han expedido otros de carácter
económico, que procuren las rentas que son necesarías para el
sostenimiento del Departamento. A la vez se trata de crear bases
permanentes de riqueza y elementos de trabajo para que la
circulación no quede restringida al dinero Fiscal; y en una palabra,
la revolución, fuera de los caracteres que han tenido las iniciadas
en la República, en diferentes épocas, procura el bienestar
colectivo y el de cada uno, que es al mismo tiempo el de la Patria.
“Precisa, en consecuencia, que los actuales en expleados públicos
confíen en el porvenir y traten de cumplir de la mejor manera el
desempeño de sus cargos. No prima la influencia ni la consideración
personal; sinó la competencia y la contracción al trabajo; y en este
sentido la sanción será efectiva. Los Gobiernos que se sucedan,
tendrán que aprobar el procedimiento empleado por la revolución de
Loreto; porque se le demuestra objetivamente que de ello depende su
estabilidad y su buena Administración; si se aparta de la forma de
conducta seguida, fatalmente tendrá que sufruir las mismas
consecuencias que sufre el de hoy, por seguir una política de
despilfarro y sin ningún control, apartándose en todo de las
verdaderas conveniencias nacionales. I el porvenir es de los hombres
de acción. Adelante! Y el triunfo será del Perú, de la clase mas
oprimida, del empleado público, modesto en su esfera de acción; pero
en realidad el resorte de toda la Administración del país.
La revolución, si triunfa, al reivindicar los derechos de todos, no
puede dejar al empleado público a merced de la vorágine política; el
servidor público debe estar al margen de las luchas partidaristas y
de círculo y concretarse por entero al cumplimiento del deber. Esto
es lo que trataremos de imponer al país, que será la base de la
propiedad del empleo, cuando todos sean fuertes y puedan luchar
contra políticos inescrupulosos, que han hecho del empleado público
el medio para su encumbramiento.
Viva el Perú!
Iquitos; 26 de Agosto de 1921. – (Firmado) El Capitán, Jefe
Político y Militar, Guillermo Cervantes. – El Teniente Secretario,
Samuel Torres Videla”.

libre explotación de la sal en loreto

Una de las mentiras convencionales que el Perú acepta pasivamente es


la Ley que estancara um artículo de tan primera necesidad como es la
Sal de Cocina; pero que estancada y administrada su venta por una
Compañía particular y de capitales extranjeros en su mayoría, su
consumo constituye algo de lujo para las clases pobres, y muy
especialmente en Loreto.
El país acepta esta intromisión fiscal y pacientemente paga el
elevado impuesto porque se há dicho que servirá para el rescate de
nuestras provincias cautivas: Tacna y Arica. Pero si se fuera a
creer en esta afirmación o si se encontrara depositada la cantidad
que el país há pagado para tal rescate, seguramente que ya se podría
comprar inmensos territorios superiores en extensión a los de las
desgraciadas provincias. Tal ley há sido y continúa siendo una
explotación al patriotismo peruano y una defraudación a sus
intereses domésticos.
Referiéndose a Loreto el cobro del impuesto, o el Estanco de la Sal,
es una aberración igual a la del Estanco del Tabaco. Porque la sal
que se consume en Loreto es extranjera, y en Loreto existen
yacimientos de Sal gema para abastecer a todo el Perú!
La Compañía Salinera compra sal en Inglaterra, Portugal o Brasil, y
no explota ni permite explotar las inmensas salinas del río Huallaga
y sus afluentes, y vende la extrangera a razón de SIETE SOLES Y
CINCUENTA CENTAVOS los 50 kilos, es decir a 15 cts el kilo.
Siendo esto así, es de suponerse que la industria de la salazón de
pescado y la de carnes de monte no exista; porque si no que se puede
usar sal para uso doméstico, menos se puede emplear en industrias...
Los indios para suplir la necesidad o contrabandean en las salinas
del Huallaga o ahuman el pescado y la carne para conservarlas.
Los revolucionarios contemplando la aberración que implica el
establecimiento del Estanco de la Sal en Loreto, expidieron un
decreto, que como el del Tabaco mereció la aprobación unánime del
departamento y es el que sigue:
“Considerando: – Que existiendo en esta región oriental peruana
enomates yacimientos de sal gema, que permanecen inexplotados,
debido a las restricciones impuestas por la ley que dió creación al
estanca de la sal;
“Que la existencia de dicho estanco no se opone a la libre
explotación de esos yacimientos, por cuanto la Compañía
administradora, puede continuar importando del extranjero la que
requiera el consumo del departamento y expenderse a los precios que
estime más convenientes;
“Que así mismo es de urgente necesidad propender al abaratamiento de
las subsistencias lo que se conseguirá, en parte, mediante la
intensificación de la industria de salazón de pescado y caza del
monte;
“Y por cuanto, los cónsules del Perú en los puertos del Brasil, se
niegan a despachar las mercaderias de importación con destino a este
puerto, lo cual puede determinar la escasez de la sal, artículo de
primera necesidad;
“Se resuelve: – Desde la fecha los yacimientos de sal que se
encuentran en la región del río Huallaga, son libres, pudiendo
extraerse de ellos la cantidad que se estime más conveniente.
“Solo la sal que se exporte al extranjero abonará un derecho de
medio centavo el kilo.
“Los señores Comandantes de guarnición de frontera exigirán la
presentación de la respectiva póliza, de todos los embarques de sal
que se hagan por los ríos Morona, Pastaza, Tigre, Marañon, Napo,
Curaray y Nashiño, con destino al extranjero.
“El Sub-Prefecto de la Provincia de Alto Amazonas queda autorizado
para dictar las medidas convenientes a efecto de que este decreto no
sufra entorpecimiento alguno en los lugares de producción.
“Registrese, comuníquese y publíquese por bando, transcribiéndose a
las sub-prefecturas de las provincias de este departamento para su
mayor publicidad.
“Dado en la casa Prefectural de Loreto, a los 14 días del mes de
setiembre de mil novecientos veintiuno”.
El Capitán, Jefe Político y Militar, Guillermo Cervantes.
El Teniente Secretario, Samuel Torres Videla.

ATENCIÓN A UN JUSTO RECLAMO

La labor impuesta por el grupo revolucionario era ardua y muy


superior a sus fuerzas; pero no desmayaba en sus propósitos de
demostrar lo que se debía hacer en Loreto para destruir y acabar con
la entronización del fraude, la mentira y el soborno en las
cuestiones de interés general, actuando en todo donde quiera se
precisara su acción moralizadora.
Un día se presentaron a la Prefectura un grupo de mujeres, ancianas
y niñas en su generalidad, solicitando amparo y protección a la
autoridad revolucionaria que tantas pruebas de actividade, honradez
y justicia venía dando. Reclamaban aquellas mujeres sobre la injusta
separación del trabajo donde ganaban su sustento, porque no se
avenían a aceptar la rebaja en sus mezquinos salarios. Las casas
Israel y Cía, Lucien Bernard y Cía y Kanh y Cía, habían resuelto
pagar en la selección de algodón un 25% menos de lo que estaban
pagando; y como sucede en estos casos, los patrones dijeron, “la que
quiera que se quede y la que no que se vaya”.
Pero olvidaban que al frente del departamento se encontraba un
hombre dispuesto a evitar los abusos del comercio y previa
exposición detallada de las labores que efectuaban las mujeres, fué
expedido el siguiente decreto:
“Iquitos, 14 de setiembre de 1921.
“Vista la solicitud verbal presentada por un grupo de mujeres
trabajadoras de las desmotadoras de algodón de los señores Israel y
Cía, de esta plaza, en las que manifiestan que dichos señores, de
manera exabrupta y sin causa que la justifique han rebajado el 25%
del valor de las tareas de separar el algodón con pepa, lo que les
perjudica grandemente, pues en un día no pueden separar cien kilos
del artículo, y por consecuencia el alcance que percibirán será
sumamente reducido, que no les permitirá satisfacer sus necesidades
premiosas, apesar de trabajár más de ocho horas al día;
“Que es público que algunos comerciantes de esta plaza se han puesto
de acuerdo para exaccionar de esta manera a la clase trabajadora, y
de ésta al elemento femenino, más digno de la protección de las
autoridades;
“Que así mismo la determinación de los señores Israel y Cía, de esta
plaza, dará lugar a que se produzcan conflictos sociales, que es
deber de las autoridades evitar: – SE RESUELVE:
“Que el sub-prefecto de la provincia se constituya a la desmotadora
de algodón de los señores Israel y Cía, y previa desocupación del
personal que se encuentre en el local, proceda, con un Notario
Público, que designará, a clausurar el establecimiento, sellando y
lacrando las puertas de dicho local;
“Los señores Israel y Cía, tiene un plazo de cuatro días para
solucionar el conflicto, que no puede ser sino en el sentido de
abonar a las trabajadoras la cantidad de UN SOL PLATA, por cada cien
kilos de algodón que separen; y
“Si en el nencionado plazo no se solucionara el conflicto se
procederá a la clausura total de la negociación Israel y Cía.
“Este decreto servirá de norma para procedimientos análogos:_
“Regístrese, comuníquese y publíquese. – (Firmado) Guillermo
Cervantes.
Un corresponsal oficioso de La Crónica al tratar de la revolución de
Loreto dijo que el anterior decreto había sido muy mal recibido por
el pueblo de Iquitos y le había conquistado la animosidad de los
comerciantes. Esta Segunda parte es cierta; pero no la primera,
porque el decreto fué comentado por todo el mundo como un rasgo de
energía. Ahora, que hubiera herido los intereses de los
comerciantes, es cuestión de última importancia, porque los
comerciantes están acostumbrados a herir no solo los intereses de la
colectividad sino que explotan el hambre del pueblo, como en el caso
que tratamos. Y no es obligación de una autoridad hacerse el ciego y
el sordo ante esto que tan a la vista resalta, en Iquitos,
especialmente.
RESCICIÓN DE UN CONTRATO

Tampoco tienen las autoridades porqué hacerse los ignorantes con lo


que pasa en Loreto respecto a casas para escuelas. En Iquitos, rara
es la casa que gane una merced conductiva mayor a Lp. 10.0.00
mensualmente; y sin embargo casi la totalidad de locales escolares
arrendados al Estado, están contratados por 15,20 y hasta 25 libras
oro. En razón de tiempo el grupo revolucionario al reorganizar el
ramo de instrucción, no pudo declarar nulos los contratos de
arrendamienetos, porque no habían por el momento otros locales para
echar mano; pero como se suprimió el Centro Escolar Nº 167, se
ordenó que la 1603, pasara a ocupar el local que dejaba la anterior,
con lo que obtenía una mejor ubicación y mejor local, pues estas
escuelas se habían creado sin seguirse un plan racional con relación
a la población escolar y su ubicación.
Fué, entonces, que se expidió este decreto:
“Iquitos, 18 de agosto de 1921.
“Visto el oficio de la Direción Regional de Instrucción, comunicando
al Dr. Alcibiades Velazco (2), apoderado de la señorita Griselda
Salinas, que habiéndose dispuesto el traslado de la escuela Nº 1603,
de esta ciudad al local que ocupaba el centro escolar Nº 167,, que
há sido suprimido por razones de economía y no llenaba ningún objeto
dada la escasa matrícula que contenía, el local de propiedad de la
señorita Salinas está demás y en consecuencia há procedido a la
entrega de las llaves;
“Que así mismo, el local en referencia no reune ninguna condición
higiénica ni pedagógica y ni posee la seguridad necesaria para la
conservación del mobiliario escolar, que há venido desapareciendo
paulatinamente por falta de esa seguridad;
“Que igualmente la mencionada Salinas estaba, según el contrato
respectivo, obligada a efectuar algunas reparaciones que dieran al
local las seguridades y servicio higiénico que no dispone, y no há
cucmplido, faltando al tenor de dicho contrato;

falta rodapé

“Que la merced conductiva pactada para un local que puede servir


para cualquier cosa menos para escuela, es en extremo subida,
constituyendo un fraude al que han estado acostumbrados, personas
inescrupulosas, abusando de la influencia que disponen y defraudando
así las rentas fiscales, en cuya condición se encuentra la casa de
la señorita Salinas, cuyo apoderado es el Dr. Alcibiades Velasco; SE
RESUELVE:
“Dar por terminado el contrato de arrendamiento pactado entre la
Inspección de Instrucción y la señorita Griselda Salinas, debiendo
surtir sus efectos esta resolución desde el día 12 de agosto ppdd.
Fecha en que se decretó la reorganizacicón escolare de la
Provincia”._
Regístrese, comuníquese y publíquese. – (Firmado) Guillermo
Cervantes.

EMISIÓN DE CHEQUES PROVISIONALES

Apesar de los esfuerzos y energías desplegadas, atendiéndose a todos


los gastos de la administración, de la policía y el ejército, cuyo
efectivo había sido considerablemente aumentado, por razón misma de
las circunstancias; pagándose todos los servicios puntualmente y en
dinero efectivo, “desde la alimentación de las tropas hasta la
última raja de leña”, para el combustible de las embarcaciones
revolucionarias”, como consta en los libros de caja de la Tesorería
Fiscal y Sub Intendencia de Guerra”_ el dinero disponible en las
arcas revolucionarias escaseaba día a día y no se tenía conocimiento
de que la acción loretana había sido secundada en otras regiones del
país. Por lo mismo había que preveer la circunstancia de que
llegaría el momento en que faltara dinero y entonces la revolución
había terminado. Muy fácil habría sido a los revolucionarios imponer
cupos a las personas y comerciantes adinerados – como era la
opinión de muchos – pero este concepto no se tomó en consideración
atendiendo a que ese es un procedimiento gastado que ofrece y dá
lugar a violencias y arbitrariedades sin cuento.
Y como apesar de las medidas dictadas el comercio exterior quedó
paralizado, pues la Dictadura cerró el puerto a todo movimiento
comercial, evidentemente no había otro recurso a qué apelar eque
lanzando a la circulación una emisión de dinero respaldada con la
garantía del triunfo de la revolución, es decir había que hacer
partícipes del movimiento armado a todos los elementos mediante la
imposición de una moneda cuyos tenedores serían los sostenedores de
la situación creada. Y así se hizo: se decretó una emisión hasta por
la suma de Lp. 50,000, que saldría a la circulación a medida de las
necesidades. El decreto pertinente aclara el concepto en que estuvo
basada, y es el que sigue:

GUILLERMO CERVANTES
Capitán de Infantería de Ejército, Jefe Político y Militar del
Departamento de Loreto

“TENIENDO EN CONSIDERACIÓN: – Que el movimiento regenerador del 5


de Agosto último, tuvo entre sus finalidades la de aliviar el estado
de miseria en que se encuentran reducidos los arancelos por estar
impagos de sus haberes cerca de un año; y que por lo mismo es un
deber urgente, dentro de la nueva situación creada, abonar a los
servidores del Estado sus haberes devengados, en los límites que
marca la ley y en forma que no perjudique la economia general;
“Que igualmente existen muchas obligaciones del Estado pendientes,
cuyo incumplimiento origina serios perjuicios al comercio y al
público; y, – CONSIDERANDO:
“Que el mal estado de las finanzas del Departamento agravado con la
clausura del Puerto de Iquitos, decretado por el Gobierno, dificulta
la realización de los tines patrióticos que se persiguen; y se hace
necesario, por lo mismo, buscar el medio de salvar la situación
crítica, que tal estado origina; pues a pesar de haberse abonado a
los servidores públicos la suma de DIECISIETE MIL LIBRAS ORO
(17,000.0.00), del préstamo al Banco del Perú y Londres de este
Puerto, existe absoluta escasez de circulante, por haber sido
ocultado, dificultándose todas las transacciones; y que los
presupuestos del Estado son obligaciones de pago legal, conforme a
leyes sancionadas por el Congreso Nacional, pudiendo constituir una
garantía efectiva para cualquiera obligación. – DECRETA:
“Emitir, con la garantía de los presupuestos que adeuda el Estado al
Departamento de Loreto, la suma de CINCUENTA MIL LIBRAS ORO
(50,000.0.00), de curso forzoso a partir de la fecha, en billetes
de media libra, una libra y cinco libras.
“ A más de la garantía puntualizada en el acápite anterior, servirán
para el mismo objeto las rentas Fiscales y Departamentales, para
cuyo efecto la Tesorería Fiscal irá retirando de la circulación el
monto de sus ingresos, inutilizando los billetes correspondientes
ante la Junta de Vigilancia, que crea este decreto.
“La emisión se hará a medida de las necesidades que requierean los
servicios públicos y solo se abonará el presupuesto Departamental
correspondiente al mes cumplido – Setiembre – ; y junto con cada mes
cumplido se pagará medio haber de los meses devengados desde Enero;
comenzando por el de Julio último.
“Para el fiel cumplimiento de este decreto créase una Junta de
Vigilancia compuesta por el Capitán Jefe Político y Militar del
Departamento y el Administrador de la Aduana; sirviendo el Tesorero
Fiscal de controlador.
“Siendo el billete de circulación forzosa, las personas o
comerciantes que opusieran resistencia a su aceptación serán
multados con Lp. 10.0.00 a Lp. 5,000.0.00, según la categoría del
establecimiento comercial o persona que se niegue a recibir los
billetes, aparte de otras penas, consistentes en la cancelación de
la licencia, prohibición absoluta de comerciare en el Departamento y
abandono inmediato de la ciudad siendo considerados como personas
poco gratas al progreso del Departamento de Loreto, de la República
del Perú.
“Sufrirán penas de menor cuantía, las personas o comerciantes que
dificulten el cambio de los billetes en monedas fraccionarias, que
estarán también en relación con la importancia de la persona o casa
comercia que se niegue a dar vuelto en moneda fraccionaria.
“Dado en la Casa Prefectural de Loreto a los un día del mes de
Octubre de mil novecientos veintiuno.
“Regístrese, comuníquese y publíquese por bando, fijándose en los
lugares de costumbre para mayor publicidad.
El Capitán, Jefe Político y Militar, - (Firmado) Guillermo
Cervantes.
El Teniente Secretario, – (Firmado) – S. Torres Videla.

La divulgación de este decreto, publicado en forma de bando alarmó


sobremanera a los comerciantes, que consideraron un atentado a sus
intereses, olvidando que en las situaciones de fuerza hay que estar
en las gordas como en las flacas; ningún comerciante dejó de aceptar
el dinero revolucionario antes de la emisión provisional; justo era
pedirle, entonces, alguna facilidad, un préstamo indirecto para
atender las necesidades de los servicios públicos. Pero los
comerciantes no consideraron así la cuestión ni entraron en razón;
al contrario, vieron en la expedición del decreto un medio para
poner término a la situación creada y tomaron sus disposiciones.
Se reunieron en el local de la Cámara de Comercio, comerciantes
mayoristas y minoristas y acordaron clausurar sus establecimientos
hasta que se revocara el decreto de emisión, pretendiendo que los
revolucionarios ipso facto, ese mismo día, lanzarían a la
circulación los billetes provisionales; pero se llevaron buen
fiasco.
Al día siguiente, en efecto, las tiendas comerciales de Iquitos
amanecieron con sus puertas clausuradas, manteniéndolas así hasta
que se les obligó a abrirlas mediante algunas medidas que se
consideraron oportunas y que dieron el resultado apetecido. El
director de la maniobra de los comerciantes, un hombre
“inteligente”, sin duda, supuso que al no abrirse el comercio la
policía, tropa y empleados públicos, pagados con esos billetes no
tendrían donde gastarlos ni donde adquirir lo necesario para el
sustento diario; o si se abrían los establecimientos, no serian
admitidos; pero se equivocaron, medio a medio, porque el soviet
revolucionario ordenó el pago de la polícia y de la tropa con
cheques circulares y oro físico, que aun mantenía en reserva para
las contingencias probables; y aun mantenía en reserva para las
contingencias probables; y solo salieron los billetes provisionales
a la circulación cuando el comercio mayorista estuvo dispuesto a no
impedirla.
Ese día fué memorable para la revolución. Porque los comerciantes
supusieron que ante la imposibilidad del pueblo, para adquirir los
víveres del momento, estallaría una conmoción popular: el comercio
sería asaltado – que eran lo que querían y como se comprobó en los
establecimientos de chinos – y se producirían desórdenes y
atropellos que darían al traste con pueblo y revolucionarios. Pero
se equivocaron muy de veras. Porque no sucedió nada y la cosa pasó
como un incidente...
En el plan de los comerciantes estuvo una protesta colectiva de los
cónsules, que a excepción de los de Brasil y Colombia, todos eran
comerciantes y al efecto, con gran aspaviento, se presentaron a la
Prefectura y entregaron en sobre cerrado y lacrado un documento, que
no vacilamos en trascribirlo, para que el lector se dé cuenta de
cómo fué refutado; y es el siguiente:
“Los Suscritos, Pierre Schuler, Cónsul del Reinado de Bélgica;
Felippe de Mello, Cónsul de los EE. UU del Brasil; Víctor Israel,
Cónsul de la República China; Alfredo Villamil y Fajardo, Cónsul de
la República de Colombia; Sebastián Gendreau, Cónsul de S. M. el Rey
de España; Pierre Schuller, Cónsul de la República de Francia;
Alexandre Macrae, Cónsul de S. M. Británica; Camilo Dellepiani,
Cónsul de S. M. el Rey de Italia; Venancio Pereira, Cónsul de la
República Portugueza; reunidos por invitación del Decano del Cuerpo
Consular de esta Ciudad, señor Alfredo Fajardo, en el local del
Consulado de Colombia, han resuelto, en vista de que el Capitán don
Guillermo Cervantes, quien se há titulado Jefe Político y Militar
del Departamento de Loreto, a virtud del golpe de cuartel del 5 de
agosto ultimo, pretende imponer por la acción de la fuerza al
comercio de esta Plaza que reciba una imisión de cheques a la que le
pretende dar curso forzoso, emisión que por no estar autorizada por
el Supremo Gobierno, es falsa e ilegal, y que con tal fin dictó con
fecha 1 del presente un decreto que fué publicado por bando el día
de ayer, conminando con multas, cancelación de licencias de patente
industrial, prohibición absoluta de comerciar en el departamento y
abandono inmediato de la ciudad a los contraventores de tal decreto:
“ Que el comercio de este puerto en vista del carácter ilegal que
tiene esta emisión en referencia, resolvió, de común acuerdo, en
asamblea de comerciantes cerrar las puertas de sus establecimientos
hasta conseguir la revocatoria del decreto de emisión;
“Que el Capitán Guillermo Cervantes en vista de la actitud asumida
por el comercio ordenó en la fecha de hoy la prisión del señor
Emilio Strassberger, miembro del alto comercio y Encargado
actualmente del Consulado de la República Alemana en este puerto,
acto gravísimo, pues no se han tenido con dicho señor los
miramientos y consideraciones acordadas por el Derecho de Gentes,
para todos los individuos investidos de tal carácter por todas las
naciones del mundo; que así mismo há ordenado la prisión del
Presidente y del Secretario de la Cámara de Comercio, entidad en que
están representados intereses extranjeros de este puerto, y el
aislamiento de los comerciantes al por menor pertenecientes a la
Colonia China, en la playa desierta situada frente a esta ciudad
bajo un sol abrazador, en la estación en que el termómetro marca a
la sombra treinta y cinco grados, lugar aquel donde un individuo no
puede suportar por más de tres horas los rayos solares sin que le
sobrevenga la insolación y la muerte;
“Que según las prácticas de todos los países civilizados es
absolutamente prohibido dar tormento a ningún ser humano,
procedimiento incalificable reprobado por la conciencia pública;
“Que en presencia de estos actos perpetrados en las personas del
Encargado del Consulado de la República Alemana, del Presidente y
Secretario de la Cámara de Comercio y de la criminal conducta
observada con individuos de la colonia china,_ es un deber del
Cuerpo Consular, cuyos miembros están encargados de garantizar los
intereses y derechos de los respectivos países que representan,
PROTESTAR en nombre de los gobiernos de quienes tienen la
Representación Consular, de la Humanidad y de la Civilización contra
estos actos propios unicamente, de la época medioeval._
“RESUELVEN: – En nombre de los gobiernos de Bélgica, de los EE. UU.
Del Brasil, de la República China, de la República Francesa, de S.
M. Británica, de S. M. el Rey de Italia: de la República de
Colombia, de S. M. el Rey de España y de la República Portugueza,
PROTESTAR COMO EN EFECTO PROTESTAN del modo más enérgico contra la
orden de prisión del señor Emilio Strassberger. Encargado del
Consulado Alemán con quien no se han tenido los miramientos ni
consideraciones acordadas por el Derecho de gentes: contra la orden
de prisión del Presidente y Secretario de la Cámara de Comercio, y
contra el incalificable acto de dar tormento, exponiendo a los rayos
del sol abrasador en una playa desierta del río Amazonas a los
comerciantes chinos:
“Enviar por conducto del Decano del Cuerpo Consular, copia de la
presente Protesta al Capitán Guillermo Cervantes, titulado Jefe
Político y Militar del Departamento.
“En fé de lo cual se firman diez ejemplares de un tenor de la
presente Protesta y diez del correspondiente Protocolo de la Junta
para remitir a las respectivas Cancilerías de sus gobiernos, en
Iquitos a los ocho días del mes de octubre de mil novecientos
veintiuno”.
(Siguen las firmas de las personas que inician el acta.)
Esta acta, como ya lo hemos dicho, fué entregada por el Cuerpo
Consular en persona al Capitán Cervantes, no obstante de que en ella
se lee que lo haría el Cónsul colombiano, que sin duda tuvo recelos
y preferió presentarse con sus colegas en traje de rigurosa
etiqueta, como para impresionar a la “fiera” del Capitán, que
recién, a los dos meses largos, se daban cuenta de que se “titulaba
Jefe Político y Militar del Departamento en virtud de un golpe de
cuartel”, olvidando que ellos mismos, los propios cónsules, se
apresuraron a contestar la nota del Jefe revolucionario y el cónsul
colombiano fuera hasta él a solicitar el Vo. Bo. Para un cablegrama
a su gobierno en el que le participaba el movimiento armado y la
aceptacicón que había tenido en el departamento...
Hipócritas e interesados! Que veían al grupo revolucionario sin
dinero y trataban de hacerle daño y dar término a la reacción. Pero
no contaban con la energía de los hombres que dirigían el movimiento
ni supusieron que su nota podría haber sido destruida como se verá
en seguida:
Iquitos, 9 de octubre de 1921.
Sr. Alfredo Villamil y Fajardo, Cónsul de Colombia y Decano del
Cuerpo Consular. – Oficio Nº 9.
En contestación a su nota Nº 133, de fecha de ayer, que se sirvió
Ud. Entregarme en compañia del Cuerpo Consular residente en este
puerto, adjuntando el acta suscrita por los titulados Cónsules
Pierre Schuler, de Bélgica, Sebastian Gendrau, de España, Pierre
Schuler, de Francia, Alexandre Macrae, de Inglaterra, Camilo
Dellepiani, de Italia, Victor Israel, de la China, que son simples
agentes consulares ó Vice-cónsules y de los Cónsules adjunto del
Brasil, Sr. Felipe de Mello, Alfredo Villamil y Fajardo, de
Colombia, y Venancio Pereira, de Portugal, en la que se protesta por
hechos, que se dice producidos, como consecuencia del decreto de
emisión de cheques provisionales y que ello há dado lugar a la
detención del Sr. Agente Consular de Alemania, Sr. Emilio
Strassberger y de los Presidente y Secretario de la Cámara de
Comercio, señores Pablo Zumaeta y Mario Niño, respectivamente, así
como que se há martirizado en la playa situada frente a esta ciudad,
bajo el sol abrazador, en la estación que el termómetro marca a la
sombra 35%, a los comerciantes chinos-sin decir en número –
empleando para ello términos desusados por la cortesía, que es don
de gentes, y olvidando los elementales principios de reciprocidad en
el vocabulario empleado en las comunicaciones de representación,
grato me es contestar su nota y con ella, destruir las antojadizas
apreciaciones que hace, respecto a los móviles de esas detenciones.

falta rodapé

Pero antes de todo, me permitirá Ud. Sr. Cónsul, negarle el derecho


de inmiscuirse en asuntos puramente políticos nacionales, que son
los que se ventilan actualmente y que dieron lugar al movimiente
armado del 5 de agosto. Su calidad de representante Consular de
Colombia su hidalguía, que supongo conserva, y siendo uno de los
móviles de ese movimiento político, que se produjo y se sostiene con
aplauso popular y con ramificaciones en la República, impedir que el
Gobierno central peruano entregue al de Colombia nuestra extensa y
rica Región del Rio Putumayo a su país, mediante una indemnización
de siete millones de soles, (era la voz general en esa época) toda
actuación de parte de Ud. Tiene que ser mirada con prejuicio, y debe
Ud. Tener entendido que su intromisión en el movimiento para
impedirlo o provocarle dificultades tiene que ser mirada con
prevención, produciéndose desde luego un serio conflicto.
No olvidará Ud. Que iniciado en movimiento recibió Ud. Toda clase de
garantías y seguridades de mi parte, las mismas que muy a mi pesar
cesarán si continúa Ud. Por el escabroso camino a que le conducen
sus colegas del cuerpo consular, que bien sabe Ud., pertenecen en su
mayoría al alto comercio de este puerto.
Descartada, pues su intervención en el movimiento, atendiendo a su
delicada situación, há debido Ud. Mantenerse al margen de él no
interviniendo en nada ni mucho menos proteger al saqueo y el
asesinato organizado por los comerciantes de la plaza, que he
impedido, y que puede producirse, si es que antes no reune Ud.
Nuevamente el cuerpo consular y le manifiesta la conveniencia de
variar de rumbos, frente a la clausura de los establecimientos
comerciales, que es conceptuada como criminal.
No escapará a su ilustrado criterio, desapasionado, desde luego, que
la emisión de cheques provisionales, es una necesidad impuesta por
las circunstancias actuales. Lanzado a la circulación el préstamo al
Banco del Perú y Londres, consistente en Lp. 23,000.0.00; y
obtenidos como ingresos naturales del Departamento, en los dos meses
transcurridos, al rededor de Lp. 6,000.0.00, han salido a la
circulación Lp. 24,000.0.00, en moneda de todos los tipos. Y nos
encontramos que al segundo mes há desaparecido todo ese circulante,
dificultándose las transacciones; ydia llegará que lanzada a la
circulación las Lp. 5,000.0.00 que quedan en la Tesorería Fiscal el
Departamento quedará completamente desmonetizado, pues, o se oculta
o vá al extrangero. Ahora bien, no es lógico suponer que el servidor
público o el soldado haya guardado sus haberes – solo se han abonado
haberes y racionamiento de tropas – que dando todo el dinero en
manos de los comerciantes.
Siendo esta la situación y ante la imperiosa necesidad de atender-
los servicios públicos; habiéndosele abonado a todo el mundo, las
obligaciones contraídas, no habiéndose cometido contra ningún
extrangero ni contra sus intereses, ninguna exacción, no
habiéndosele solicitado ningún apoyo pecuniario, la emisión como
medida salvadorae se imponía, solicitada por algunos comerciantes y
con la garantía de la Deuda del Estado, que en todas las épocas y
ante cualquiera situación es solvente, y con las rentas
departamentales y fiscales.
Se lanzó el decreto de emisión haciendo la aclaración de que la
emisión será a medida de las necesidades de los servicios públicos y
se comunicó al Sr. Tesorero Fiscal, el oficio que en copia le
acompaño, dándo-le a saber la forma como debería actuar y enviándole
£ 5,000.0.00, únicamente, que es la suma, más ó menos, precisa para
cubrir el presupuesto Departamental. Quiero, decir, pues, que la
emisión queda, por el decreto mismo, restringida a una cantidad
mínima, en proporción a las necesidades absolutamente
indispensables, y que en el trascurso del mês, volverán a la
Tesorería Fiscal, en concepto de derechos de Aduana, o pago de
impuestos fiscales.
En esta situación y conociéndose los pormenores de la emisión un
grupo de comerciantes solicitó una asamblea de comerciantes, para
tratar de la tantas veces mencionada emisión, y en ella, sin
discusión, se resolvió clausurar la totalidad de esblecimientos
comerciales al por mayor y menor, hecho único en la historia de los
pueblos civilizados, quedando desde ese momento la ciudad sujeta a
un estado difícil, pues el gran pueblo no tuvo donde adquirir los
artículos indispensables para la subsistencia. La botica del señor
Roque Vera, fué clausurada sin que haya donde adquirir las
medicinas para la asistencia médica, y en una palabra, la población
expuesa a los horrores del hambre y en condiciones por su
exaltación, de saquear la existencia de los almacenes minoristas,
que son los que expenden en cantidades ínfimas los artículos
indispensables para la vida.
Yo no podía consentir en la consumación de este atentado. Mi deber
me imponía una solución satisfactoria a la brevedad posible; é
inmediatamente dispuse que se procediéra, por la persuación a
convencer a los comerciantes chinos a la apertura de sus
establecimientos detallistas, pues habían sido víctimas de un
engaño. Y como a la vez existían agentes que bacían labor contraria,
se procedió a recluir en la playa situada frente a esta ciudad, a
los comerciantes chinos que se negaban a abrir sus establecimientos,
y fueron conducidos allá cinco chinos, los mismos que fueron puestos
en libertad, del lugar de aislamiento, cuando se comprometieron a
abrir sus establecimientos.
Y aquí cabe refutar los antojadizos conceptos que emiten los señores
agentes consulares, vice-cónsules y cónsules en el acta a que me
refiero. Es una grosera impostura decir que el día 8 del presente,
fecha de los hechos que se detallan, que la temperatura a la
sombra fuera de 35º. Esta temperatura no ha llegado a producirse en
este puerto, sinó en muy contadas fechas, la anormal es de 32º a la
sombra, que ha sido las veces que han habido fuertes calores. Y
siendo esto una calumnia, impropia de los funcionarios que frman el
acta, es fácil suponer que por todos los medios pretende Ud. Y sus
colegas hacerme pasar como criminal. Ud. Vive en Iquitos y vé
diariamente que esa playa es lugar de distracción y recreo, que las
familias de la localidad se trasladan a élla a pasar momentos de
expansión; que los clubes deportivos la emplean para jugar “foot
ball”, deporte que no puede realizarse en una temperatura elevada. Y
si esto es así, si están en el convencimiento de Ud. Estos hechos,
resulta muy parcial la aseveración de que la playa es un lugar de
tormento de la época medioeval. Protesto de semejante aseveración y
muy altivamente de la calumnia, impropia de funcionarios consulares.
Con relación a la detención del señor Emilio Strassberger, le
manifesté verbalmente que ella había obedecido a cuestiones
puramente comerciales, se refería al aprovisionamiento de rancho
para la tropa a mis órdenes y después de breve entrevista con dicho
caballero se allanó la cuestión, siendo inmediatamente puesto en
liberdad, antes de que Ud. Y sus colegas ingresaran a la sala de la
Prefectura, como no lo negará Ud., apelando a su caballerosidad.
Con relación a la detención de los señores Pablo Zumaeta y Mario
Niño, me permitirá Ud. Proteste por su intromisión en el asunto.
Ambos caballeros son peruanos y no precisan de la intervención de
ningún extranjero para que gocen de las garantías acordadas a todos.
El primero fué detenido para esclarecimientos, relacionados a una
supuesta participación de él en un asunto completamente extraño a
la emisión; y el segundo, por informaciones llegadas a la policía de
encontrarse sugestionando a los comerciantes chinos para que
clausuren sus establecimientos y maten de hambre al pueblo. Ambas
informaciones se aclararon y fueron puestos en libertad.
Destruídos los puntos saltantes del acta, solo me queda hacer
algunas consideraciones sobre la actitud del cuerpo consular y la
responsabilidad futura en los atentados contra la vida y propiedades
de los extranjeros residentes en Iquitos.
La clausura de los establecimienetos comerciales al por menor vá a
originar el saqueo y el asesinato de los súbditos chinos. Como el
pueblo se provee donde ellos en artículos de primera necesidad, al
no tener donde adquirirlos y ver los establecimientos, clausurados
procederá al saqueo, cuyas consecuencias y proyecciones son
dificiles de preveer; y le participaré a Ud. Que cuando se procedió
a la apertura de los establecimientos de asiáticos, se comprobó que
la mayoría de comerciantes chinos habían vaciado sus tiendas,
dejandolas con unas cuentas botellas vacías y unas piezas de
géneros, y las puertas estaban aseguradas con gran cantidad de leña
y paja, lo que demuestra que al primer golpe del pueblo a las
puertas, prederían fuego y se produciría el incendio, organizado por
los comerciantes, que vén en ésto su salvación; pues más tarde se
presentarán ante sus respectivos gobiernos a reclamar una
indemnización abultada, por sucesos que ellos mismos han provocado
y originado.
Nada de extraño tiene que el comercio mayorista que permanece
cerrado, tenga las mismas pretenciones, pues no escapará a Ud. La
dificil situación que atraviesa el comercio y las grandes acreencias
que tienen, siendo por lo mismo un atentado criminal, preparado por
el mismo comercio y del cual protesto.
Los señores cónsules de los países representados en este puerto, a
excepción de algunos de ellos son comerciantes, y por lo mismo
cometen un abuso condenatorio, al escudarse en su representación
consular para proceder en la forma criminal que dejo expuesto más
arriba. Los gobiernos de los diversos países en conocimiento de esos
hechos, desaprobarán su conducta y la luz y la justicia se abrirá
paso; y el gobierno de Ud. Al saber que su actuación v en contra de
los perfectos derechos del pueblo peruano de Iquitos, que se
pretende hacerle perecer de hambre que se organiza el saqueo desde
arriba y que Ud. Patrocina estos atentados, lejos de buscar medios
conciliatorios para la armonía y la cordialidad de las relaciones
con su pueblo, también desaprobará su conducta; llegando por último
por nuestra parte, como peruanos de que su presencia en Iquitos es
odiosa.
Más en armonía a la representación que inviste el cuerpo consular
habría sido protestar por el atentado criminal observado por el
Gobierno peruano, que impotente para sofocar la revolución política
iniciada en el país ha clausurado el puerto de Iquitos,
perjudicando a los intereses comerciales de sus representados, y con
el exclusivo objeto de matar de hambre a la problación no
combatiente más en armonía con esa misma sagrada representación
habría sido protestar por el atentado criminalísimo de dejar sin
víveres a todo un pueblo, para que exasperado saquee y asesine a
granel. Esas actitudes habrían sido dignas y habrían merecido el
aplauso general.
Quiero, señor Cónsul, para terminar, manifestar a Ud. Que desde este
momento, conocida la participación de Ud., y de los demás
cónsules, en el movimiento político, que cualquiera depradación que
se cometa por parte del pueblo en la persona de cualquier
comerciante extranjero o en sus intereses, es de la exclusiva
responsabilidad del cuerpo consular de Iquitos. Mi Despacho,
hasta donde le sea posible, no permitirá como no lo ha permitido
hasta hoy, la exacción; pero tampoco podrá consentir que mueran de
hambre nuestros compatriotas, que es el acuerdo tomado por los
comerciantes en la asamblea del día 8 a la que asistieron los
representantes consulares que tienen comercio en este puerto.
Díos Guarde a usted. – El Capitán Jefe Político y Militar. –
(Firmado) – GUILLERMO CERVANTES.

Oficio comunicando a la Tesorría Fiscal de la forma de proceder en


la emisión de cheques provisionales.

Iquitos, 7 de Octubre de 1921.


Señor Tesorero Fiscal del Departamento. – Of. Nº 78.
Adjunto al presente oficio le remito copia del decreto expedido,
emitiendo la candidad de Lp. 50,000.0.00 – cincuenta mil libras – en
cheques provisionales de cinco libras, una libra y media libra,
con la garantía de los presupuestos devengados del Departamento de
Loreto y las rentas fiscales y departamentales.
La emisión según se vé en el decreto respectivo se hará a medida que
las necesidades del servicio público lo exijan, habiéndose ordenado,
por el momento la impresión de Lp. 5,000.0.00 – cinco mil, – del
tipo de una libra, las mismas que remito a Ud. Para el pago del
presupuestos departamental correspondiente al mes de setiembre
último y las órdenes que se expidan por concepto de haberes
devengados ú otras obligaciones que solo pueden hacerse por
qunicenas y a partir del mes de Junio hasta el de Enero de este
año.
Todas las órdenes de pago irán visadas por el suscrito, sujetas
desde luego, a las observaciones de ley.
Los cheques provisionales que reciba Ud. Serán sellados, en el
momento del pago, con el sello de la Tesorería Fiscal.
Los ingresos fiscales y Departamentales, siendo garantía de la
emisión serán retenidos por su oficina; y a fin de mes, en
presencia del suscrito y del señor Administrador de la Aduana y de
un Notario Público que levantará una acta, serán incinerados,
dándose la mayor publicidad, para conocimiento general.
Quedan por hechas las observaciones de ley.
Dios guarde a Ud. – El Cap. Jefe Político y Militar, – (Firmado) –
Gmo. Cervantes.
Seguramente esta contestación no fué del ageado de los señores
cónsules y suponiendo que habían errado el golpe, decidieron
dirigirse al Capitán Cervantes individualmente, protestando siempre,
de la emisión de cheques provisionales. – La fecha de las
comunicaciones fueron atrazadas.
Entre esas protestas hubo una que por su originalidad la insertamos
y en la que el lector apreciará la moralidad del funcionario
consular colombiano, muy poco recomendable, por cierto, para su
persona, quedado descubierto que procedía en este asunto de mala fé
o era un ignorante. La comunicación referida y la respuesta
pertinente son los documentos que en seguida trascribimos.

“Iquitos 8 de octubre de 1921.


“Señor Capitán Guillermo Cervante. – Presente. – Muy señor mío
“Ciudadanos colombianos, radicados desde hace mucho tiempo en el
Departamento de Loreto, dedicados unos a negocios comerciales, y a
honradas tareas agrícolas otros, han pasado a este copnsulado, con
fecha de ayer, la siguiente comunicación:
“Iquitos, 7 de octubre de 1921. – Señor Cónsul de Colombia. –
“Presente. – Señor Cónsul: - Hoy a las 2 de la tarde ha sido
publicado por bando un Decreto, sin número, dictado por el Capitán
Guillermo Cervantes, quien desde el 5 de agosto último ha tomado el
mando Civil y Militar del Departamento de Loreto, a virtud del golpe
de cuartel que, encabezado por él, dió el Regimiento Cazadores del
Oriente N.º 17, ordenado la emisión de la cantidad de cincuenta mil
libras peruanas en billetos de media, una y cinco libras, y en el
que amenaza con multas de Lp. 10 hasta Lp. 5,000, con la cancelación
de la licencia de patente industrial, prohibición absoluta de
comerciar en el Departamento y abandono inmediato de la ciudad, a
los contraventores de tal decreto. – Los suscritos, ciudadanos
colombianos, que en manera alguma queremos quedar bajo la sanción de
las leyes penales de la Republica Peruana, hanciéndonos cómplices de
un grave delito contra la Constitución de la Republica, pues segun
el artículo 11 de la novísima Carta Política de esta Republica , no
puede emitirse moneda fiduciaria de circulación forzosa sino por el
Estado, y únicamente en el caso previsto en tal artículo,
protestamos ante usted, encargado de proteger los intereses de los
ciudadanos colombianos y de asegurarles el uso de los derechos que
como a tales les confiere la Constitución y leyes de la República
Peruana, de la falta de garantías que hoy existe para el libre
ejerciCio de nuestro comercio en el Departamento de Loreto, puesto
que solo los jueces y tribunales pueden imponer penas. A fin de
evitarnos vejamenes que puedan inferirnos por la fuerza, acordamos
clausurar nuestros establecimientos comerciales protestando también
por los perjuicios materiales que tal clausura acarrea a nuestros
negocios”.
“Como bien lo dicen los signatarios del documento cuya parte
pertinente dejo transcrita, entre las responsabilidades más graves
que pesan sobre este Consulado, está, sin duda, la de proteger los
intereses de ciudadanos colombianos, y garantizarles el uso perfecto
de los derechos que como a tales les confiere la Constitución y las
leyes de la República Peruana. En vista de que el Decreto, sin
número, dictado por usted el primero del presente, y publicado
ayer, viola aquellos derechos, el suscrito, en su carácter de Cónsul
de la República de Colombia, PROTESTA del modo más enérgico, de
dicho Decreto, que pretende obligar a ciudadanos colombianos
conminándolos con multas, cancelación de licencia de industria y
abandono inmediato de la ciudad, a recibir y circular – haciéndolos
cómplices, encubridores y auxiliadores de un delito – una emisión
de moneda falsa, a la que usted quiere darle curso forzoso.
Dios guarde a usted. – (Frdo) Alfredo Villamil Fajardo. Cónsul de la
República de Colombia.
Un sello de la Prefectura del Departamento de Loreto.”
“Iquitos, 10 de octubre de 1921. – Pase a la Intendencia de Policía
y Concejo Municipal, para que informen si en la localidad, existen
comerciantes colombianos, indicando el número de la casa y calle
donde existen los establecimientos, a que se contrae la comunicación
del señor Cónsul de Colombia”.
(Firmado) – Guillermo Cervantes.
Un sello de la Subprefectura e Intendencia de Policía del Cercado.
L.C. Nº 47 A 66.”
“Iquitos, 11 de octubre de 1921. – Pásese a la Mayoría de Guardias a
fin de que haciendo las investigaciones del caso, informe en el día,
acerca de los puntos a que se contrae el Decreto Prefectural que
antecede. T.R. (Firmado) Olórtegui V.
Un sello de la Guardia Civil del Departamento de Loreto.”
“Iquitos, 11 de octubre de 1921. – Informe el Oficial Ricardo
Canessa. – (Firmado) Barreto.”
“Señor Mayor de Guardias: – Cumpliendo lo ordenado y efectuadas las
investigaciones del caso, informo a esa mayoría, que en esta ciudad
no existe comerciante colombiano establecido, solo se conoce un
llamado Aurelio Muñoz, que ambula por las calles de esta ciudad con
un garrafón a la espalda vendiendo Guarapo (chicha de caña).
“Es cuanto puedo informar en cumplimiento del decreto que antecede.
“Iquitos, 12 de octubre de 1921. – El oficial comisionado. (Firmado)
Ricardo Canessa.”
“Señor Sub-prefecto: – Con el informe que antecede, el cual
reproduzco en todas sus partes, devuelvo el presente oficio a ese
superior Despacho.
“Iquitos, 13 de octubre de 1921. – (Firmado) Héctor Barreto.”
Un sello de la Sub-prefectura e Intendencia de Policía del Cercado
de la Guardia Civil”.
“Iquitos, 13 de octubre de 1921. – Con lo informado por la ayorïa de
Guardias devuélvese a la Prefectura del Departamento. Anótese. –
(Firmado) Olórtegui V.”
Un sello del Alcalde Municipal de Iquitos 13 de octubre de 1921. –
Razón por Secretaría. – (Firmado) Rocha.
“Señor Presidente de la Junta Comunal. – En el Registro de Licencias
de apertura de establecimientos comerciales, que corre a cargo de
esta oficina, no se encuentra registrada ninguna firma colombiana.
Es cuanto puedo dar razón.” Iquitos, 13 de octubre de 1921. –
(Firmado) D. Arévalo Bernales.
Un sello del Alcalde Municipal. Iquitos, 13 de octubre de 1921.
“Con el respectivo oficio, devuélvase a la Jefatura de su
procedencia.”. – (Firmado) Arturo Rocha.
Iquitos, 13 de octubre de 1921. Señor Consul de Colombia. Oficio Nº
18.
“He recibido su nota Nº 137, de fecha 8 de los corrientes, en la que
me trascribe usted la protesta de ciudadanos colombianos radicados
desde hace mucho tiempo en el Departamento de Loreto, dedicados a
negocios comerciales, que han pasado a usted la referida protesta en
relación a la emisión regional de cheques provisionales de curso
forzoso emitida por la Jefatura Política y Militar del Departamento.
En respuesta adjunto a usted los informes recaídos en nota por la
Intendencia de Policía y Concejo Municipal, en los que verá usted
que no existen en esta ciudad ciudadanos colombianos con
establecimiento abierto y por consecuencia, mal pueden haberse
presentado a su Consulado a protestar, a no ser que sugestionado
usted por elementos extraños haya usted procedido a dar curso a un
documento sin firma, que es el que Ud., se ha servido trascribirme;
o en cambio no tendrá usted registro especial donde se encuentre la
nómina de colombianos y las ocupaciones a que se dedican. En uno ú
otro caso ha procedido usted por malicia o por ignorancia, teniendo
este Despacho que lamentar semejantes hechos y llamarle la atención,
para el caso de que tratara usted de sorprender a su Gobierno, ya
que en ninguna forma, tratara usted de sorprender a su Gobierno, ya
que en ninguna forma, puede haberse producido la protesta desde que
según los informes aludidos que, en copia, le remito, no existen
comerciantes colombianos con establecimento abierto, en este Puerto,
únicos que podían haberse presentado a su Despacho”.
“Dios guarde a Ud. – El Capitán, Jefe Político y Militar. –
(Firmado) Guillermo Cervantes.”
La insólita actitud del Cónsul de Colombia mezclándose en cuestiones
políticas que a los peruanos solo competen en su país, por más que
actuara sugestionado por terceras personas que no tenían el valor
moral de enfrentarse al grupo revolucionario, provocó la ira popular
a tal estremo que el Capitán Cervantes, para evitar algún atropello
a ese funcionario, se vió precisado a dirigir a la autoridad
policial el siguiente oficio:
“Iquitos, 11 de octubre de 1921.
“Señor Sub-prefecto e Intendente de Policía.
“Habiendose publicado una invitación del Alcalde de la ciudad, al
pueblo, para reunirse el día de hoy en el local del Concejo
Provincial, para protestar de la conducta criminal de algunos
comerciantes, que permanecen con sus establecimientos clausurados
para de esta manera matar de hambre al pueblo y obligarlo al saqueo
y el asesinato; mi despacho estima que debe Ud. Tomar todas las
medidas conducentes para impedir cualquier atropello por parte del
pueblo; y como el Cuerpo Consular a iniciativa del señor Cónsul de
Colombia es el que patrocina ese atentado, sírvase Ud. Disponer que
las fuerzas de policía a su mando, se constituyan al rededor de los
locales de los consulados, especialmente en el de Colombia para
impedir cualquiera manifestación contraria a esos funcionarios.
Dios guarde a Ud. – (Firmado) Guillermo Cervantes”.
Afortunadamente no aconteció lo que se preveía, debido a las
atinadas disposiciones del Subprefecto señor Juan Olórtigue V. Que
disuadió a los manifestantes haciéndoles retirar a sus respectivos
domicilios.
Y con esa nota al Consulado colombiano, en la que se demostraba la
farsa de aquel funcionario, que hemos dicho en el libro anterior, es
enemigo del Perú y sirve de espía de su país, los comerciantes se
convencieron que no tenían más remedio que aceptar los cheques
forzosos, comenzando la circulación sin interrupción, hasta que se
produjeron algunos hechos de armas, que los comerciantes creyeron
determinarían la pérdida de la revolución; pero hicieron
transacciones de todo género, vendieron sus mercaderías a los
precios más subidos que pudieron, compraron millares de kilos de
balata y algodón con ese dinero y salieron de él, de la mejor
manera, pudiéndose afirmar que muy pocos de los comerciantes,
terminado el movimiento armado, quedaron con alguna cantidad. Los
billetes cervanteros, como denominaron a los cheques provisionales,
se encontraban en manos del pueblo, y los entregaron al Comercial
Bank en depósito para el caso de que sean abonados.
Mas tarde se emitió cheques del tipo de cincuenta centavos, veinte y
diez, pues todo la moneda fraccionara fué ocultada – labor que
correspondió al señor Juan Olórtigue V. Que quedó al mando del
departamento, mientras el Capitán Cervantes salió a batir a los
gobiernistas en el río Ucayali, y fué evidentemente bastante pesada,
pues el comercio trataba de resistirse y oponía trabas a la
circulación de la moneda, como medio de malquistar al pueblo con los
revolucionarios.
Los cheques provisionales al ser remitidos a la Tesorería Fiscal
iban con un oficio y una acta en la que constaba la cantidad de
cheques que se enviaba, el número de la partida y el tipo; y eran
sellados al salir de la Tesorería Fiscal, en pago de algún servicio
o empleo. Al finalizar el mes, invariablemente, los cheques que
habían ingresado a la Tesorería Fiscal, Compañia Recaudadora de
Impuestos y Aduana, eran incinerados en la Plaza Principal de
Iquitos, en presencia de un Notario Público, que certificaba la
cantidad que se hacía desaparecer y los números correspondientes. En
esto residía la garantía del cheque provisional.
Los enemigos de la revolución, generalmente personas a las que no se
dió participación en ella según sus aspiraciones y conveniencias,
han propalado la especie, después de fracasada, de que los
revolucionarios emitieron cheques por valor de UN MILLON DE SOLES;
pero no han determinado adonde se encuentra tan abultada cantidad de
papeles, ni menos se han detenido para calumnar, en meditar sobre
la imposibilidad material de imprimir en Iquitos tan enorme suma.
Tambien han dicho que los cheques cervanteros eran cambiados por
circulares con un descuento considerable; y que este canje lo
hicieron los revolucionarios. Bueno sería que existiera alguien en
Iquitos – persona de consideración, desde luego, porque ningún
patife hubiera tenido dinero para esa operación – que dijera: “yo
cambié cheques a fulano de tal”, y que ese fulano de tal sea del
grupo revolucionario dirigente. Lo que sucedió y lo evidente fué que
algunos empleados y funcionarios públicos, y comerciantes
minoristas, que recibían esos cheques trataban de canjearlos por
circulares, como medio de ahorrar, una vez satisfechas sus
necesidades, porque no todo lo querían gastar en comer o adquirir
mercaderías. Y siendo esto así hay una diferencia enorme entre lo
sucedido y lo que se imputa al personal revolucionario.
De todos modos, emplazamos a aquellos calumniantes a espaldas de sus
víctimas para que se afirmen en su denuncia; pero citando nombres, y
sólo entonces, si no se produce la rectificación necesaria, podrá
convenirse en esa aseveración.
Precisamente, la honradez del personal revolucionario de Iquitos,
es lo que sacaba de quicio a los que miraban el desarrollo de los
acontecimientos, sin llegar a convencerse de que se pudiera proceder
en esa forma y con tanta publicidad en un medio donde todo ha sido
siempre fraude y mentira y misterio...
Hubieron otros incidentes de más o menos importancia reelacionados a
la emisión, como el de la celeridad, v. G. Que imprimiera ella en
el pago de deudores morosos al Estado y la Comuna, y la rapidez con
que se pagaron las cuentas particulares: todo el mundo se declaró
buen pagador; pero sentimos no consignarlos con detalles en
atención a que es nuestro propósito reunir en un volumem los hechos
más saltantes del movimiento armado, y estimamos que con lo dicho es
suficiente para pasar a otros aspectos del mismo.

LA ACCIÓN MILITAR REVOLUCIONARIA

Si laboriosa y pesada fué la acción administrativa del grupo


revolucionario la militar no lo fué menor. Porque el efectivo de la
Guarnición de Iquitos el día 5 de agosto de 1921, apenas alcanzaba a
150 hombres, que por la deficiente organización actual, su
instrucción militar dejaba mucho que desear. Y con aquella ínfima
cantidad de soldados y nueve oficiales, inclusive el Capitán
Cervantes, se organizó la resistencia contra la posible actitud de
la Dictadura, que sin lugar a duda enviaría desde Lima los
elemenetos necesarios para dominar la situación y reducir a los
rebeldes a su gobierno.
Sin embargo de esta absoluta escasez de soldados y de oficiales en
los primeros momentos, los que no han estado enterados de la
verdadera situación militar de la revolución loretana, y aún muchos
de los que la conocían, fracasado el movimiento, han juzgado dicha
acción sin analizar las verdaderas causales de cada uno de los
procedimientos seguidos, o han prejuzgado por los oficiosos informes
de los militares gobiernistas, sin conocer la realidad y los motivos
que la informaron, deduciendo, al final, una serie de apreciaciones
desprovistas de fundamento lógico y racional, llegando al estremo de
lanzar los epítetos más denigrantes del léxico, con la finalidad
manifiesta de hacerles perder ante el concepto público nacional.
Para destruir aquellos preconceptos y deshacer las leyendas y las
“heroicas” aventuras de los militares del gobierno, – con las que
se podrían imprimir tomitos de cuentos para entretener a las
criaturas, – lanzadas para hacer méritos y conquistar un galón más,
que en el orden profesional estricto, salvo contadísimas
excepciones, jamás podrían alcanzar,_ es que en este capítulo nos
vamos a ocupar, en detalle, de cada una de las disposiciones
militares dictadas y las acciones de armas que se produjeron, para
llegar a esta conclusión: de que el personal dirigente de la
revolución a más de atender a la administración del departamento y
señalar la pauta que debe seguirse en relación a sus necesidades,
tendientes a su progreso y bienestar crecientes, tenía que actuar,
con las armas en la mano, y simultáneamente, en diversos frentes y
en inmensas extensiones, haciendo derroche de actividad y energías
poco comunes aún en los civiles magníficamente rentados en el orden
administrativo, o en el militar, muy superiores a aquellos que lucen
numerosos galones en las bocamangas de sus dollmans.
Hubo que comenzar por hacer soldados – porque no se trataba de
montonera exterminadora de la economía doméstica y destructora de
los campos – atender a su aprovisionamiento, vestuario, movilidad,
reavituallamiento de municiones, conseguir y preparar el personal
para las embarcaciones necesarias, y había que formar cuadros
subalternos, que decididamente solo podína actuar encuadrados dentro
de una organización o mediante instrucciones precisas que fueran
cumplidas al pié de la letra; situación, después de todo, que es el
fruto de la incipiente educación nacional, que restringe toda
iniciativa y que forma caracteres débiles, enfermizos de pobreza
intelectual despampanante.
Tal labor para un puñado de jóvenes militares (nueve) que jamás
actuaron independientemente, y siempre, cuando lo hicieron, con las
restricciones de la mal comprendida y admitida disciplina que se
exige, tuvo evidentemente sus defectos; deficiencias de detalle;
pero juzgada su actuación en conjunto, demuestra una sólida
preparación, que por el momento no se reconoce por el apasionamiento
con que se les trata, lo cual, al desaparecer, tendrá que convenirse
en que la Revolución de Loreto del año de 1921, no tiene
paralelismo con los vulgares motines de cuartel, ni con aquellas
montoneras desenfrenadas, que tanto daño han hecho al Perú en
todo el período republicano.

Rodapé

Iniciado el movimiento se trató de cubrir, por el momento, dos


sectores igualmente distantes, unidos por la vasta red fluvial:
el rio Pachitea que resistiría a las tropas que vinieran de la costa
por el camino del Pichis; y el del río Huallaga-Yurimaguas, para las
que fueran enviadas por la vía Pacasmayo-Cajamarca-Moyobamba.
El sector del Amazonas, es decir la vía marítimo fluvial del Pará
quedaba descartada como posible acción del gobierno; y en todo caso
se contaba con la extraordinario vaciante del río Amazonas que no
hubiera permitido el ingreso hasta Iquitos de ningún barco
nacional de guerra, cuyo calado fuerea superior a 10 pies; y para
el caso de un trasbordo a cualquier barco mercante, se dispuso la
defensa del río en lugar conveniente.
En realidad ninguna de las tres vías ofrecía peligro inmediato,
sabido como es el desconocimiento que en Lima se tiene de la
realidad loretana; y por lo mismo había, antes de nada, que
conseguir las adhesiones de los destacamentos de los ríos, para no
tener enemigos a la espalda o batirlos y aumentar con ellos el
número de fusiles necesarios para una expedición eficiente, cuando
fuera necesario.
De otro lado el mejor convencimiento que se podía hacer al pueblo
de la sinceridad de procedimientos de los revolucionarios erea
proporcionándoles lo que siempre se les había escatimado: honradez
en el manejo de los fondos públicos. Conseguida la confianza popular
se podía llamar al pueblo a engrosar las filas del Regimiento
revolucionario, previa formal declaración de que debía hacer
renunciación a su vida, pues que de lo que se trataba era acabar
con antiguos métodos y propender al engrandecimiento de Loreto,
mediante una acertada administración pública, que se impondría al
régimen que se sucediera en la dirección de la República y había
que combatir contra los dictatoriales. Solo así es que se consiguió
atraer a las filas revolucionarias a los hombres precisos para
cubrir los diferentes sectores de defensa.
La tropa antigua desempeñaría las diversas comisiones contra las
guarniciones de los ríos, convenciéndolas o reduciéndolas por la
fuerza.

el sector del rio pachitea-ucayali

Para comandar este sector y organizar la resistencia contra la


Dictadura fué nombrado el Capitán Manuel Curiel, que debió salir al
lugar de su destino a los tres días de iniciado el movimiento en
Iquitos; pero un accidente fatal se lo impidió retardando su salida
hasta quince días después. Pero antes salió un destacamento al
mando del subteniente Hermógenes Arévalo, con 25 hombres, una
ametralladoras y el aviso de guerra “Iquitos” bajo el comando del
patrón Elías Cohen, pues se recibió un radiograma del Comandante de
la guarnición de Contamana, Subteniente José Chaparro, adihiriéndose
al movimiento.
El Subteniente Arevalo llevó la misión de apoderarse de Masisea, en
la boca del Pachitea, y organizar una resistencia en el lugar hasta
donde fuera posible entraran embarcaciones dee poco calado, debiendo
recibir los voluntarios que quisieran actuar en la revolución e
impedir el pasaje de lanchas, mas allá del lugar declarado de
vigilancia.
El Subteniente Chaparro envió a Iquitos el radiograma que sigue:
Masisea 17 agosto. – Procede de Contamana. – Capitán Cervantes, –
Iquitos.
“Recibí circular por lancha “Libertad” tomo debida nota de ella.
Mayor Vargas Mazen siguió viaje cumpliendo instrucciones. Envíeme
dinero cancelación tropa que adéudaseles seis meses, subprefecto
tres meses y suscrito un año Respondo provincia. Urge remi ión
parque por carecer municioines. Aún no recibo radio que indica
circular, detalles correo.” – Firmado. – Subteniente Chaparro.
Afortunadamente para el subteniente Arévalo se produjo ese motín en
Contamana, pues en caso contrario habría perecido, tal vez, en manos
de un compañero que se retractaba de su palabra. Y una vez que
organizó una expedición con voluntarios de Contamana, continuó su
derrotero hacia el río Pachitea. En un lugar denominado “Chonta
Isla” encontró al vapor “Melita” y lancha “Libertad”, que habían
sido apresadas por el Comisario del Unini, Francisco Rivero de la
Guarda y el Subprefecto de Ucayali; pero que después de breve
tiroteo dejaron al “Melita”, huyendo con la “Libertad”, aguas
arriba, hasta donde el aviso “Iquitos” no pudo entrar por falta de
agua.
El Subteniente Arévalo se estableció más arriba de “Chonta Isla”,
y en este lugar se organizó la resistencia, ya bajo la dirección
del Capitán Manuel Curiel que restablecido se hizo cargo de su
puesto.

el sector del huallaga

El día 16 de agosto salió de Iquitos una expedición al mando del


Teniente Lizardo Luque, con la misión de apoderarse del puerto de
Yurimaguas, al que entró sin dificultad de especie alguna y donde
fué recibido con las mayores manifestaciones de entusiasmo. En la
cárcel de Yurimaguas habían recluidos una veintena de caballeros de
la localidad sindicados por el subprefecto Borgo, de “conspiradores”
y que el Ministro de Gobierno había ordenado los remitieran a Lima.
El Teniente Luque procedió a poner en libertad a los detenidos,
comprobándose, de otro lado que aquellos señores no era ni
conspiradores ni revolucionarios: la mayor parte de ellos ancianos
achacosos.
En cambio fué apresado el Subprefecto y algunas otras personas de su
camarilla instrumentos de la dictadura en Yurimaguas; hasta que se
les remitió a Iquitos y posteriormente al Brasil. Entre estos llegó
el Teniente Leonidas Chariarse que fué apresado en momentos que
trataba de llegar a Yurimaguas huyendo hacia Lima, pues había
abandonado su guarnición.
Con el Teniente Luque salió, a la vez, el ingeniero Ulises Reátegui
Morey, con un cuadro de clases voluntarios y armamento, con la
intención de apoderarse de la provincia de san Martín, organizando,
previamente, en Yurimaguas un grupo de voluntarios. Pocos días
después salía el señor Reátegui Morey hacia Tarapoto enarbolando el
estandarte revolucionario y llegaba a ese pueblo entre delirantes
manifestaciones de júbilo, continuó hacia Moyobamba y llegó a esta
ciudad siendo recibido igualmente con marcadas muestras de
satisfacción.
Las autoridades de la Dictadura se conceptuaban impotentes para
detener el empuje de Reátegui, pues las venció en un lugar
denominado “La Escalera” el día 28 de agosto, y el 14 de setiembre
entraba a Moyobamba, que había sido evacuada por las autoridades.
En Iquitos se atendía al reavituallamiento de los diversos
sectores, se preparaba tropas y se trataba de conocer la actitud de
los diversos jefes de los destacamentos de los ríos, situados muchos
a quince días y un mes de Iquitos.

La acción del gobierno contra los revolucionarios

Conocida en Lima la situación de Loreto, el Ministro Universal, don


Germán Leguía y Martínez, sufrió, sin duda, un ataque de histerismo,
comprobado con el hecho de que impotente para dominarla
inmediatamente, recurriendo al procedimiento de su exclusividad – y
que tan funesto ejemplo dejara para el futuro del país – la
deportación para deshacerse de sus enemigos políticos, arremetió
cual nuevo Quijeto, contra la pluma y el papel, y dirigió al Capitán
Cervantes el radiograma que en seguida trascribimos:

Capitán Cervantes. – Iquitos.


“Despache Subteniente Flores y pague casa Israel con dinero robado
al fisco y banco, absténgase de toda comunicación con gobierno que
reprueba altamente indignado escandaloso atentado perpetrado por
Ud.” (Firmado) – Leguía Martínez.

Porqué si era un robo el que había efectuado el Capitán Cervantes


le pedía el señor Leguía y Martínez que pagara a la casa Israel, la
cuantiosa suma que se le adeudaba, por el racionamiento de la tropa
de Loreto? Es que pagando a la casa Israel ya no era robo? Y porqué
si quería que se procediera según sus instrucciones, se apresuraba a
prevenir que no quería comunicaciones con el Capitán Cervantes?
Es que el señor Leguía y Martínez fué preso de “santa indignación”
al considerarse impotente para acudir a Loreto con los elementos
precisos y acabar con los hombres que tan audazmente desafiaban su
poder...
El Capitán Cervantes, llana y sencillamente, y comprendiendo la
rabiofobia de que estaba poseido “EL TIGRE”, contestó el despacho
en los siguientes términos:
Iquitos, 14 de agosto de 1921.
“Ministro Gobierno Leguía Martínez. – Lima.
“Subteniente Flores no despachado por encontrarse Yurimaguas con
permiso Comandante Escudero. – No se paga Israel porque debe
hacerlo gobierno central con productos conversión e intereses
cheques circulares, que es el mayor estigma y crimen actual régimen.
– Yo no he robado dinero fiscales – que no tiene. – Ud. Y comparsas
se lo han tomado todo, llevando país bancarrota. – Dinero sacado
banco en presencia Presidente Corte Superior, Administrador Aduana,
Tesorero Fiscal y Notarios Públiros Rosell Santolalla y Burga, pasó
Tesorería Fiscal, para abonar sueldos empleados públicos que su
gobierno no ha podido efectuar, precisamente porque todo el dinero
fiscal es poco para satisfacer sus apetites desordenados. – Su
protesta e indignación nada significan ante opinión pública peruana
que reprueba todos sus actos. Mi conciencia y la de los oficiales
del Regimiento está tranquila. – Mi actutud enérgica, altamente
patriótica, defendiendo Constitución, leyes y derechos ciudadanos
ultrajados por gobierno y Ud. principal traidor me ponen al margen
de los que como Ud. han dilapidado las rentas fiscales. Pese a su
talento la desgracia que le humilla!!! (Firmado) Capitán Cervantes”.
Es de imaginarse la cara que pondría EL TIGRE con semejante
radiograma; y por toda contestación ordenó inmediatamente la
clausura del puerto de Iquitos a toda comunicación con la República,
y al comercio exterior. Desde ese día la oficina de “informaciones
de Palacio”, se entretuvo en propalar las más variadas especies
acerca de la revolución de Loreto, tratando de desprestigiar la
causa y provocarle antipatías.
“Jornal do Comercio” de Manaos, consignó el siguiente radiograma:
“Lima, 21 de agosto. – Asalto y robo. – El Capitán Cervantes del
ejército peruano al frente de 100 bandoleros, asaltó el Banco del
Perú y Londres de Iquitos robándose veintitrés mil libras
esterlinas, apresando antes a los respectivos funcionarios y
autoridades locales. Después la horda fuge.
“El heco llevado a conocimiento del Gobierno, ha pedido éste, por
Brasil y Colombia impidan que los asaltantes traspasen las fronteras
y intermedio de su cancillería a la de Río de Janeiro, y Bogotá, que
el se internen de modo que sea imposible su captura. “(!!!)
Aparte del “Jornal do Comercio” de Manaos, otros diarios extranjeros
dieron la “sensacional “noticia, que como se vé no podía ser más
canallesca y calumniosa, porque el señor Leguía y Martínez, desde el
primer momento se dió cuenta y supo el empleo que se daba al
dinero y que se estaba pagando en Iquitos a los empleados públicos,
policía y ejército, que el gobierno les adeudaba, hasta dos años...
La misma noticia circuló entre los diarios “germancistas” de la
República, y durante el período revolucionario, el Capitán
Cervantes, desde las antesalas ministeriales, y con la pluma, fue
“fusilado”, unas veces, otras “apresado” y hasta en una ocasión se
dijo que había sido “linchado” por sus propios amigos. En otra
oportunidad “La Prensa” suplantada de Lima, cuyo director es un
mercenario colombiano, dijo que el Cónsul de Manaos – precisamente
el señor Ruiz y Pastor – había hecho apresar a un agente del Capitán
Crevantes y decomisado la cantidad de 10,000 libras oro, las mismas
que ya habían sido remitidas a Lima...
Esta campaña difamadora, bien a las claras demuestra que la
Dictadura se encontraba impotente para sofocar el movimiento de
Loreto con otras armas que no fueran la calumnia, y que no habían
hombres de prestigio militar que se aventuraran a irrumpir Loreto,
conocedores de las múltiples dificultades que tendría que tropezar
un destacamento para reducir a los rebeldes. Recurrió al fin a dos
civiles, a los señores senador Pizarro, que se titula Coronel de
Caballería y el Diputado Santiago Arévalo, a quienes proporcionó
gruesas sumas de dinero para que levantaran montoneras en
Chachapoyas y se enfrentaran a los revolucionarios. Estas
montoneras, como tales, sin organización ni comando, cometieron todo
género de tropelías por las regiones que atravesaron, robaron y
quemaron a granel y vivieron sobre el terreno, porque nunca vieron
un centavo del dinero que el gobierno entregó para su sostenimiento,
y un buen día, cerca del río Negro, se encontraron con las fuerzas
del ingeniero señor Ulises Reategui, en un lugar denominado “Quilca
Rumi”, cuya posición quiso conquistar Reátegui y organizarse en
espera de tropas de línea que a la fecha ya estarían organizadas en
Iquitos.
El encuentro se inició en las primeras horas de la mañana, débilmene
hasta el medio día en que tomó mayor intensidad y arreciar en la
tarde, en que llegaron a las filas de Pizarro un centenar de
montoneros, abrumando a los de Reátegui con un nutrido fuego de
fusilería. El ingeniero, ante el trance, que lo consideraba
difícil envió a Moyobamba un propio solicitando de la autoridad
revolucionaria de esa ciudad el envió inmediato de refuerzos, y con
los pocos hombres que disponía efectuó un avance decisivo, poniendo
en fuga a los pizarristas, que se declararon en completa derrota; y
llegó la noche. La oscuridad protegió el desbande de los de Pizarro
y lo propio aconteció en las filas de Reátegui: cada uno corrió en
direcciones opuestas. Cuando el ingeniero se dió cuenta de esta
defección, se apresuró a detener a los fugitivos, pero sin
resultado, y llegado que fué a Moyobamba, comprobó que la autoridad
que habia dejado al cuidado de la plaza, también había fugado.
Continuó su marcha, con unos cuantos hombres y llegó a Tarapoto, que
también había sido evacuado y siguiendo hacia Yurimaguas, fue
apresado por el ex-subprefecto de Iquitos, Alcibiades del Aguila,
que se había hecho cargo de la situación, ante el abandono de la
plaza que había hecho la autoridad revolucionaria embarcándose con
destino a Iquitos.
Esta relación parece realmente invereosimil; pero no lo será para
el profesional militar que tiene conciencia de los efectos que
produce en una tropa aun bástante disciplinada, el pánico.
Los de Pizarro llegaron a Chachapoyas y rebasaron la ciudad creyendo
que reátegui Morey los seguía; y los de Reáteguí Morey, llegaron
hasta Yurimaguas con los mismo temores. Pero en honor a la verdad,
el culpable de la catástrofe del lado revolucionario fué el
“propio”, que al llegar a Moyobamba manifestó que el ingeniero había
sido destrozado; que “él había visto su cadáver”, como el de su
segundo un señor Adolfo del Campo, que se portara durante toda la
jornada muy valientemente; y que todo estaba perdido. Con muy buen
acuerdo, desde luego se dieron a la fuga... porque podían perderse
también.

Manifiesto politico

Mientras se producían estos sucesos, en Iquitos, se tenía la


completa seguridad de que el Ingeniero Ulises Reátegui, se había
posesionado en Rio Negro y que bien pronto quedaría organizada la
resistencia en ese lugar estratégico; pero la presencia inesperada
en el puerto del Sub-prefecto de Alto Amazonas, con los detalles
anteriores convenció de la realidad, organizándose inmediatamente
una expedición que salió ese mismo día con destino a Yurimaguas. Era
compuesta de 150 hombres, con una batería de artillería y una
sección de ametralladoras.
Ese destacamento llevó el “Manifisto a la Nación”, con el objeto de
que lo distribuyera en los lugares del tránsito, y cuyo tenor es
como sigue:

Manifiesto a la nación

: “El día 5 de agosto último, un grupo de oficiales del Regimiento


Cazadores de Oriente Nº 17, acompañados de elementos civiles, sin
más lema que el bienestar del país, y herida su suceptibilidad
patriótica, ante el cuadro sombrío y aterrador que presenta la
República, en los primeros cien años de vida independiente;
contemplando el desquiciamiento total de las instituciones públicas;
suplantada y hecha jirones la Carta Fundamental; entronizada la
deportación, como represión política, destruyéndose así la libertad
individual; acallada la voz de la prensa é impedida la libre
exteriorización de la idea; destruída la majestad del Poder Judicial
y dilapidadas las rentas fiscales, colocóndose al país al borde de
la bancarrota; entronizada la influencia política hasta en las más
insignificantes instituciones, imperando el servilismo en la
administración y el favor en la provisión del empleo público; y en
un medio, fiel reflejo del estado caótico de la República, con el
espectro de la miseria en los ojos; el enemigo a las puertas del
primer puerto oriental peruano y con una serie de circunstancias
agravantes que obligaban imperativamente el sacrificio personal en
aras del bien de la República; ese grupo de oficiales se levantó en
armas proclamando la Restauración Nacional, mediante el imperio de
la Constitución del año 60 y de las leyes emanadas de ese Documento
Fundamental, al que juraron respetar y hacer respetar.
“Todo el país es testigo de la forma cómo el Régimen Dictatorial
iniciado el 4 de Julio de 1919, ha dirigido, desde esa fecha, la
marcha del Estado Peruano. Toda la República es testigo de cómo
desde la iniciación del nefasto Régimen, se operó en el Perú una
evolución regresiva, volviendo a imperar los métodos autocráticos en
el gobierno, apartándose del estricto cumplimiento de las leyes y de
la Carta Política, que el propio Régimen se dió. Y todo el país ha
contemplado asombrado y temeroso la imposición de la voluntad de un
solo hombre, secundado por instrumentos serviles desparramados en la
República, con el nombre de autoridades, que encontraron en el
Régimen el medio para su encumbramiento económico, a costas del
Erario Nacional. Y para acallar la voz popular e imperar con
libertad y despifarrar y malversar los dineros de la Nación, se ha
visto explotar el patriotismo nacional, con la promesa del rescate
de nuestras provincias cautivas, adormeciendo el sentimiento
público, mientras se trata de vender una de las más ricas regiones
del Territorio Nacional: el Putumayo peruano, que el Régimen, en su
sed insaciable de oro, ha ofrecido a Colombia, mediante el pago de
una indemnización de siete millones de soles!
“Pobre Patria nuestra y desventurado pueblo peruano!
“Dos años han transcurrido de completa opresión y escarnio. La
tiranía y el despilfarro, el fraude y la mentira han sido el pago a
nuestra pasividad y nobleza de carácter. Durante este tiempo hemos
vivido esforzándonos en creer en vanas promesas de progreso y
bienestar; y solo hemos visto malversación en las rentas públicas,
escarnio en el cumplimiento de la ley, el hambre y la miseria por
doquier; imponiéndose ante esta situación aflictiva y trascendental,
el ineludible deber de salvar a la República cueste lo que costare.
Y el momento es sicológico, la misma Dictadura o ha buscado: ha
colmado la medida de la paciencia ciudadana y hay que aprovecharlo;
porque ya se debate en los estertores de su agonía. Ultimémosla y
habremos cumplido nuestro deber!
“La juventud militar del Perú que con vosotros contempla el cuadro
vergonzoso de la ruína de la nacionalidad os acompaña, tened fé, y
el triunfo será completo, coronándose nuestros esfuerzos. En toda
esa pléyade de jóvenes militares que abrazaron la carrera de las
armas, llevando en su alma el más santo patriotismo, y que lo
conservan invivito, encontraréis un compañero del Ideal. Ya los
militares han deejado de ser el elemento pasivo que instruye tropas
para la guerra; antes que nada son camaradas vuestros, que con el
pueblo, sagrada encarnación de la Patria, quiere ver un Perú grande
y respetado.
“Pueblo peruano! – Levanta tu voz y defiende tus derechos y tu vida,
esgrimiendo el acero redentor, que es el único medio de impedir la
ruina total de nuestra querida Patria. Detesta a los hombres de la
“Patria Nueva”, imponiendo con tu generoso pecho la “Patria Vieja”
con sus errores y sus vicios, pero que no está salpicada del lodo de
las conscupicencias criminales de los Leguía y sus secuaces.
Procede en tu pueblo, como hemos procedido en Loreto: hemos tomado
las riendas de la administración pública deponiendo a las
autoridades impuestas por el nefasto Régimen; y hemos decretado
inmediatamente lo que el Departamento precisa para su bienestar y
progreso, con cargo de imponer cuando se restablezca el imperio de
la Constitución legal del Perú, que es la que dió el gran Mariscal
Castilla, la aprobación de nuestras medidas, porque ellas responden
a las necesidades del pueblo, siempre engañado y siempre
vilipendiado.
“Ya hemos dado el primer paso en esta rica región oriental,
seguidnos y habremos realizado en el Perú la obra más portentosa que
registren los siglos.
“Viva el Perú! Viva la Constitución del 60! Abajo la Dictadura.”
Iquitos, 1º de setiembre de 1921.
El Comité revolucionario: Capitán Guillermo Cervantes, Capitán
Manuel Curiel, Teniente Carlos Hennings, Teniente César A. Velarde,
Teniente Emilio Baes, Teniente Carlos A. Barreda, Teniente Lizardo
Luque, Teniente Luis F. Azcárate, Teniente César A. Goyzueta,
Tenmiente Samuel Torres Videla, Teniente Max Caballero Allaín,
Teniente Héctor F. Barreto; Subteniente Humberto Flores, Subteniente
Eliseo Zamudio, Subteniente César Zereceda, Subteniente Carlos
Freyre, Subteniente Tobías Vásquez, Subteniente Pablo Lozano,
Subteniente Hermógenes Arévalo, Subteniente Oscar Velásquez Chilet,
Subteniente Rafael Pérez, Teniente 1. Juan Rúnciman, ingeniero
Ulises Reátegui Morey, Conrado Sarmiento, ingeniero Adolfo Laínes
Lozada, ingeniero Jorge Arenas Loayza, Juan Olótegui V., Abelardo
Colmenares, Guillermo Barreto.

Combate cerca de leticia – destacamento de Yurimaguas_


Simultáneamente a la salida del Teniente Luque a Yurimaguas, se
envió el relevo a la guarnición de Leticia, Tarapacá y el Encanto y
Yubineto, así como las instrucciones precisas para los comandantes
de esos destacamentos solicitando su opinión sobre la situación
creada. Las de Leticia y Tarapacá se sometieron rápidamente, no así
las de El Encanto y Yubineto y lo que era peor su jefe manifestó el
deseo de bajar por el varadero “Esponda” llegar a Pantoja y con esos
destacamentos y los de Cabo Pantoja y el Nashiño, resistir. Estos
detalles fueron comunicados por telégrafo, por lo que fué preciso
neutralizar la acción de esos elementos, que reunidos ascendían a
la no despreciable suma de 120 hombres.
Al efecto salió para Cabo Pantoja, río Napo, la cañonera “America”
llevando a su bordo una cincuentena de hombres y dos
ametralladoras, con el fin de recoger a las guarniciones de ese río,
la del Curaray y el Nashiño, como se hizo, bajo la dirección del
Teniente Carlos Barreda. La Cañonera llegó a Cabo Pantoja y solicitó
la opinión del Capitán Froilán Espinoza al respecto, recibiendo como
contestación la declaración de que no tomaba parte por ningún lado,
ni a favor del gobierno ni de la revolución, y entregó a la tropa.
Inmediatamente se organizó la vigilancia del río así como la del
Nashiño, con personal suficiente y el sobrante bajó a Iquitos, con
la cañonera. No hubieron mayores incidentes.
El Capitán Espinoza, en presencia del Capitán Cervantes, declaró lo
que había declarado al Teniente Barreda, solicitó un haber de los
que tenía devengados y se mostró llano a firmar una acta cuyo tenor
es como sigue:
“JURAMENTO. – En Iquitos, a los veinte días del mes de setiembro de
mil novecienos veintiuno, reunidos en el despacho prefectural los
señores Capitán Guillermo Cervantes, y los Tenientes: César A.
Velarde, Carlos Barreda, Lizardo Luque, Luis F. Azcárate, Emilio
Baes, Samuel Torres Videla, Max Caballero Allaín, Subtenientes:
Eliseo Zamulio, César Cereceda, Tobías Vásquez, Humberto Flores,
Pablo Lozano, Teniente 1º Juan Runciman, Abelardo Colmenares,
Comandante de la Cañonera, “ América”, Subprefecto de la Provincia
Juan Olórtigue V. Subteniente Carlos Freyre, Mayor de Guardias
Hector Barreto y el señor Capitán Froilán Espinoza;
El señor Capitán Froilán Espinoza manifestó que ofrecía su palabra
de honor de no tomar las armas ni ninguna actitud en contra del
actual estado de cosas establecido en el Departamento de Loreto,
por parte del regimiento “Cazadores de Oriente” Nº 17; que su
intención era separarse de la carrera de las armas, por el largo
tiempo de servicios que tenía prestados a la Nación; y en fé de lo
cual firmó esta acta por duplicado, autorizando a los presentes que
también firman, para que llegada la oportunidad, si traiciona su
palabra, podía ser eliminado.”– Iquitos, 20 de setiembre de 1921. –
(Firmado) Froilán Espinoza. – Siguen las firmas de los mencionados
arriba.
Y quedó en libertad para hacer lo que mejor le pareciera,
embarcándose con destino al Brasil.
Esto sucedía el mismo día que salía para Yurimaguas el
destacamento al mando del Teniente Barreda adonde llegó sin mayor
novedad que un encuentro con el Mayor Miguel Calderón que creyendo
al vapor “Adolfo” de pasajeros le intimó se detuviera; y como de a
bordo le contestaran que iba a encostar el vapor para recogerlo,
cuando la embarcación hacía la maniobra consiguiente se sintió una
descarga de fusilería disparada por los soldados que traía el Mayor,
los mismos que se pusieron a la fuga cuando de a bordo le
contestaron los fuegos. Resultó un soldado muerto y otro herido, por
semejante traición. Eran las seis de la tarde.
El destacamento, después de buscar infructuosamente al Mayor, siguió
su derrotero, llegando a Yurimaguas que había sido evacuado por
Alcibiades del Aguila a su aproximación, llevándose al señor Ulises
Reátegui Morey y a su segundo, señor Del Campo, los que poco tiempo
después, sufriendo toda clase de vejámenes y torturas, fueron
internados a la solitaria isla de Taquila, en el lago Titicaca, y de
donde salieran gracias a la humanitaria intervención del Nuncio de
Su Santidad el Papa, al que llegaron las noticias de los tormentos
inquisitoriales a que se sometía a los enemigos de la Dictadura...
Al mismo tiempo de los sucesos anteriormente narrados, un propio
traía a Iquitos la noticia de que el destacamento del Yubineto se
encontraba en el río Napo y que había apresado a la lancha
“Eloisa” destacada en comisión del servicio. Para apresar estae
guarnición se destacó a la lancha “Cahuapanas”, pero cuando llegó al
río Napo se encontró que el destacamento del Yubineto, había
abandonado la lancha y se había internado a la selva, sin que se
diera con su paradero, dado lo solitario del río. Regresó la
“Cahuapanas”, para salir nuevamente y por nuevo aviso la lancha “San
Miguel”, al mando del Teniente Luis F. Azcárate, que dió alcance a
los del Yubineto a la altura de un lugar denominado Acarí, cerca de
Leticia en el Amazonas, trabándose un combate de algunas horas,
hasta que la tropa del Yubineto se dió a la fuga. A los dos días
se entregó preso el Teniente Vizcarra, que era el jefe de esa
tropa, con sus soldados, y fué puesto en libertad, previa
declaración de que no haría armas contra los revolucionarios. El
Teniente Azcárate, le dió las facilidades necesarias para que pasara
la frontera con el Brasil, y posteriormente le envió de Iquitos su
equipaje, pues manifestó sus deseos de seguir viaje a la Capital de
la República.

CONSIDERACIONES SOBRE LA SITUACIÓN

De todo lo que hasta este momento llevamos narrado, se deduce que el


personal dirigente de la revolución tenía que atender numerosos
frentes con las armas, habiendo resultado victorioso en donde quiera
que sus actividades llegaban. Y lo que todavía había que hacer era
vastísimo y reclamaba mucha calma para proceder a efecto de no
sufrir fracasos mortales, que afortunadamente no se producían, ya
que el gobierno, o los gobiernistas, caminaban con pies de plomo.
Cuando llegaron las tropas revolucionarias a Yurimaguas al mando
del Teniente Barreda y el Teniente Viscarra había sido desalojado en
Acarí era la primera quincena del mes de octubre, es decir mas de
dos meses de intenso trabajo, y recién la Dictadura daba señales de
vida. Había llegado a Bermúdez, sobre el Pichis, un destacamento de
Infantería con una sección de ametralladoras, que no podía moverse
de ese lugar por falta de embarcaciones a vapor, no teniendo mas
ventaja que la época de vaciante del río que impedía a los
revolucionarios atacarlos en ese puerto.
Los revolucionarios al mando del Capitán Curiel, se encontraban
organizados en un lugar del río Pachitea que se había bautizado con
el nombre de Heligoland donde estaba el grueso, y en la margen
opuesta: Verdun, un destacamento avanzado. Este trecho del río era
perfectamente inexpugnable y de inmejorables condiciones para la
defensa contra infantería. El destacamento estaba situado en una
altura de 50 metros, más o menos, sobre la corriente y los lados de
la posición eran cortados a pico por tres de sus costados, quedando
un cuarto vulnerable por tierra, pero defendido por una quebrada de
veinte metros de ancho y que para atravesarla era preciso un puente.
Siendo este único punto el posible de ser atacado por fuerzas
enemigas desde tierra marchando dentro del tupido bosque quedaba la
posición segura de que difícilmente podría ser arrollada; y si a
ello se agrega que el ancho del río alcanzaba apenas a 70 metros,
teniendo el canal al frente de “Heligoland”, es fácil deducir que
salvo contingencias extraordinarias los soldados del Capitán Curiel,
estaban perfectamente cubiertos para toda eventualidad.
Sin embargo de estas inmejorables condiciones defensivas llegó el
momento en que las tropas gobiernistas pasaron... pero se verá cómo
y porqué, oportunamente.
Por el lado del río Huallaga se tenía conocimiento de que venía un
Regimiento de Infantería, el Nº 5, creencia que subsistió hasta el
último momento por falta de informaciones precisas; pero su
proximidad no era temida por cuanto este regimiento para vencer la
distancia entre Pacasmayo y Moyobamba tenía que salvar grandes
dificultades: pésimos caminos y privaciones sin cuento en un
terreno lleno de accidentes naturales, falta de acémilas para la
conducción del parque y víveres; y entrados a la región de
Moyobamba, la impedimenta y el tren regimentario tenía que
conducirse a la mano y para lo cual precisaban muchos cargueros.
En el caso de que llegara a Moyobamba con la moral excelente,
quedaba por recorrer el camino hasta Balzapuerto o el de Tarapoto,
para llegar a Yurimaguas, y en este puerto, fatalmente, tenía que
hacer alto la expedición, por falta de embarcaciones fluviales, que
todas estaban en poder de los revolucionarios.
Las tropas de Loreto, de otro lado, al salir de la región de los
bosques más allá de Moyobamba, pasaban a la categoría de poco menos
que inservibles. Porque el soldado loretano así como es magnífico
dentro de la selva por su continuada permanencia en ella, que
materialmente vé a través de los corpulentos árboles y no le
molestan ni la lluvia torrencial, ni los insectos, ni la maleza;
en un terreno llano, sin el respaldo de los bosques donde cobijarse,
es hombre perdido. Es lo que le sucedió al Ingeniero señor
Reátegui Morey. Y después de todo, conocido como es el clima
tropical de nuestra región oriental, la salida del loretano al frío
y su permanencia en él lo imposibilita para toda acción.
El grupo revolucionario dirigente contempló estas contingencias
favorables y desfavorables y optó por la racional: aguardar a los
dictatoriales en su propio terreno; y por eso se ordenó al
destacamento del Teniente Carlos Barreda que previa organización
de una marcha en las mejores condiciones, avanzara únicamente hasta
Rio Negro, un poco más allá de Moyobamba, lugar donde debía
organizarse defensivamentee, considerando que aquella posición, de
obstáculos naturales, permite una defensa obstinada sin que
precisen grandes efectivos.
Oportunamente nos ocuparemos del desarrollo de estas operaciones;
cómo actuaron las tropas gobiernistas y cómo las revolucionarias y
el lector quedará convencido de que sólo causas extraordinarias que
nunca se pueden poner como probables en una situación general
militar, determinaron el fracaso de los planes revolucionarios.

El emisario del gobierno


Cuando la situación de las fuerzas revolucionarías y gobiernistas
era la que hemos apuntado, el radio de Orellana notició a Iquitos
la presencia de don Toribio Ramírez, procedente de Lima. El hecho,
para la generalidad, pasó desapercibido; pero nó para el grupo
revolucionario que fué una incógnita por resolver de cómo había
pasado por las líneas del Capitán Curiel el mencionado Ramírez. Y se
esperó su llegada. Y bien pronto se supo el objeto que le traía.
Ramírez, en unión del diputado regional por Ucayali, José Angulo y
un joven Pipo Burga, habían pasado, según ellos, “burlando la
vigilancia” establecida en el río Pachitea. El primero era portador
de un nombramiento, firmado por el Director de Gobierno señor
Espinoza, como Subprefecto e Intendente de Policía de Iquitos, con
la autorización expresa de asumir la Prefectura de Loreto; el
segundo trajo un nombramiento de Sub-Prefecto de la provincia de
Ucayali, para el señor José Angulo, padre del diputado; y el último
debía coadyuvar a los planes de los dos, que consistía en provocar
una reacción popular contra los militares y civiles revolucionarios
y fueran éstos apresados o linchados, en cuyo caso Toribio Ramírez
se haría cargo de la situación asumiendo la Prefectura.
Pero estos emisarios se encontraron con que no pudieron actuar ni
arrastrar a nadie para sus diabólicos planes, convenciéndose de que
estaban expuestos a caer en la trampa que ellos mismos se habían
armado, aceptando semejante encargo.
Y en atención a que Ramírez declaró de plano el objeto de su
llegada a Iquitos, el dinero que había aceptado y las instrucciones
que había recibido, se decidió, aprovechar sus servicios para una
estratagema que consistía, al llevarse a efecto, en ganar tiempo
sobre el Ucayali y Pachitea, impidiendo un choque entre las fuerzas
que comandaba el Capitán Curiel y las del Capitán Matos
respectivamente; y salir de Iquitos, con los mayores elementos e ir
a alcanzar al Regimiento Nº 5 en el lugar donde estuviera,
calculándose que a la fecha ya habría entrado a la región de la
selva.
Ramírez salió de Iquitos con las instrucciones verbales de llegar
lo más rápido posible a Puerto Bermúdez y solicitar una conferencia
radiográfica desde este puerto, con San Cristóbal; ponerse al habla
con don Germán Leguía y Martínez y decirle sencillamente: “qe iba a
Lima con instrucciones reservadas de los revolucionarios”; y
llegado a Lima manifestar que los revolucionarios estaban dispuesos
a entrar en un arreglo con el Gobierno, siempre que él (Toribio
Ramirez) fuera nombrado Delegado para tal objeto, y que impusiera
las condiciones.
Pero cuando Toribio Ramírez se encontrara en Lima, es decir, después
de 35 ó 40 días, mas o menos, ya los revolucionarios estarían en
Moyobamba y la guarnición del Pachitea, por sus excepcionales
condiciones defensivas, habría resistido el empuje de los 120
hombres del Capitán Matos, descansadamente, ordenándose en seguida
su permanencia en ese lugar, o su retirada, según el desarrollo de
los acontecimientos.
Salió, pues, Toribio Ramírez a llenar su cometido; pero cuando
llegó a la boca del Pachitea ya se había empeñado un combate entre
ambas fuerzas y se había producido una defección del lado
revolucionario...

LLEGA EL CORONEL GONZALEZ

A los tres o cuatro días que había salido Toribio Ramírez para el
Ucayali, y se hacían los preparativos para destacar la mayor
cantidad de elementos a Yurimaguas, de acuerdo con el plan trazado,
se presentó a Iquitos el señor Coronel Teobaldo González,
procedente de Guayaquil, como Delegado de un Comité Revolucionario
del Perú.
E ipso facto, los elementos que estaban preparados para
expedicionar sobre Yurimaguas, le fueron proporcionados,
atendiéndose, de otro lado, a la solicitación que él hiciera de
salir inmediatamente a campaña. Y después de breve permanencia en
Iquitos, ultimadas las cuestiones de detalie, quedó resuelta la
partida de la expedición, a la que se agregaría el Capitán Cervantes
y el que escribe este libro, para hacer la presentación del Coronel
González a las fuerzas que actuaban en la “Perla del Huallaga” y
resolver cualquier incidente que retardara por más tiempo la salida
del destacamento que debía rebasar Moyobamba y establecerse en Rio
Negro, hasta ponerse en contacto con otras fuerzas revolucionarias,
que a la fecha (octubre de 1921) debían estar operando en el Norte
de la República.
Pero el mismo día que la expedición de Iquitos se embarcaba con
rumbo a Yurimaguas, se recibió un despacho del Capitán Curiel,
procedente de Masisea, (Boca del Pachitea) anunciando que tenía
conocimiento que las tropas gobiernistas bajaban; y mas tarde otro,
en el que declaraba haberse trabado un combate.
Estas noticias recibidas afortunadamente a tiempo, tres o cuatro
horas antes de que el Capitán Cervantes y el Coronel González
abandonaran Iquitos, determinó que el Capitán Cervantes se
dirigiera con la cañonera “América” y veinticinco hombres (la banda
de músicos) al Ucayali, continuando el Coronel hacia Yurimaguas.

Abandono de heligoland y fuga del capitan curiel

Cuando el Capitán Curiel avisó que las tropas gobiernistas “bajaban”


ya estaban combatiendo en “Heligoland”; y cuando volvió a comunicar
que estaban combatiendo, ya había abandonado Masisea y se retiraba
hacia Iquitos, conduciendo las embarcaciones que tenía a su mando y
las ametralladoras; el cañón había sido abandonado. Fué lo que se
supo posteriormente y en forma por demás concluyente.
Navegaba la cañonera “América” a la altura de la isla “Puninagua”,
la mayor del río Ucayali, siguiendo por la “madre” del río, es
decir, el brazo más ancho, cuando a las 9 de la mañana del tercer
día de navegación, o sea el 5 de noviembre, se avistó una lancha que
bajaba rápidamente: era la “Hamburgo” que llevaba a su bordo una
veintena de soldados y una pieza de ametralladoras al mando de un
sargento. Este sargento informó al Capitán Cervantes, que el Capitán
Curiel estaba bajando por el otro brazo del río y que las fuerzas
revolucionarias de “Heligoland” habían sido arrolladas y dispersadas
y que el Capitán Matos con 200 hombres, una batería de artillería y
una sección de ametralladoras ocupaba Masisea...
Como estos informes, de suyo graves, revelaban una contradicción
entre lo que había dicho siempre el Capitán Curiel de que sus
posiciones eran inexpugnables, y analizando las fechas trascurridas
entre el abandono de Masisea, según lo que decía el sargento y los
partes del Capitán Curiel, se decidió alcanzar a este oficial y
recibir su informe verbal, ya que el mismo hecho del abandono de
las posiciones por el propio jefe indicaba realmente una situación
en extremo delicada. Y volvió la “América” sobre sus pasos, tratando
de dar alcance al Capitán Curiel, sin lograrlo desgraciadamente,
no obstante de que la cañonera navegaba bajo el impulso de la dobie
maquinaria que dispone esta embarcación.
Se trataba, fuera cual fuera el resultado de lo acontecido en el
Pachitea, impedir llegara a Iquitos la noticia del desastre para
evitar la desmoralización consiguiente en el pueblo; pero todo
fué inútil, el Capitán Curiel llegó al puerto a las 2 de las
madrugada, dirigiéndose a su domicilio, sin dar ninguna explicación
a los señores Juan Olórtigue, que había quedado con el mando de la
Prefectura, Teniente César Velarde Jefe militar de la Plaza, y
Teniente Luis F. Azcárate Jefe del regimiento, no obstante de que
solicitaron una entrevista con dicho oficial, pues se encerró en un
mutismo realmentee ínconcebible. A las 10 de la mañana de ese
mismo día llegó el Capitán Cervantes y solo entonces es que se
conoció la razón del abandono de la guarnición de Pachitea: el
Capitán Curiel había bajado a Iquitos a curarse; la tropa
revolucionaria estaba intacta y resistía admirablemente a los
dictatoriales, siendo conveniente enviarles refuerzos, para
cualquiera eventualidade... y ofreció regresar después de sufrir
una intervención quirúrgica.
Ante esta aberración – que como hemos dicho no puede nunca
considerarse en una situación general militar – el Capitán
Cervantes ordenó que se embarcara inmediatamente la guarnición de
Iquitos (50 hombres) y que la cañonera “América”, con una batería
de artillería Krup salieran ese mismo día con destino al Ucayali en
misión de reconocimiento hasta Masisea.
Y el Capitán Cervantes en otra embarcación se dirigió a
Yurimaguas, para, consultando la situación militar del sector del
Huallaga, ver si se podía sacar una parte del efectivo, y encharlo
sobre el Pachitea, para enseguida regresar y expedicionar sobre
Moyobamba, sea cual fuera el resultado de la acción que se
entablaría en Masisea, pues ya había sido perdida la boca del
Pachitea, lugar estratégico por excelencia.
COMO SE DESARROLLO EL PRIMER COMBATE DEL PACHITEA

Cuando la lancha “Elisa” portadora de una batería de artillería


llegó a Masisea, no encontró al Capitán Curiel, que se hallaba en
Iparía (Alto Ucayali) y cuando, al día siguiente, regresó ordenó que
una de las piezas fuera colocada en “Heligoland”, precisamente
cuando se iniciaba el combate con los gobiernistas, que como es
lógico suponer hostilizaron su emplazamiento, siendo abandonada
dicha pieza en medio río. Y el capitán, después de dictar esa orden
dispuso que todos los víveres existentes en Masisea fueran llevados
a “Heligoland”, retirándose con la lancha “San Pablo”, donde se
encontraban las ametralladoras, que fueron insistentemente
solicitadas por el Subteniente Hermógenes Arévalo, sin conseguir le
fueran enviadas. Este oficial, digno por todos conceptos de la
estimación general, por su heroica actitud, fué el alma de la
defensa de la posición, y donde alcanzara la muerte.
Para que el lector se dé cuenta de la forma cómo se desarrolló el
combate insertamos a conntinuación algunos párrafos del reportaje
que “La Prensa” le hiciera en Lima al Teniente Victor Cuyubamba,
actor en ese combate donde recibiera algunas heridas, y que
apareció publicado en la edición de ese diarios correspondiente al
22 de diciembre de 1921.
Así se expresa el Teniente Cuyubamba:

“Los primeros tiros. – Fortaleza de la posición rebelde. – A las


nueve de la mañana una salva de fusilería nos anunciaba que el
combate comenzaba; desplegadas mis líneas de tiradores, ordené el
avance, el cual se efectuó lentamente por lo fuerte de la posición
enemiga situada en una planicie que dominaba tanto los caminos de
acceso por tierra como el río y que constaba de un laberinto de
trincheras, perfectamente organizado y defendido por trochas
abiertas especialmente en la selva con el objecto de enfilar
nuestras tropas cuando ellas avanzaran descuidadamente por ellas, en
el natural afan de librarse de las mortificaciones que el camino por
la selva vírgen trae consigo.
Minutos después de iniciado el combate caía a mi lado el sargento de
mi sección y cuatro soldados y algo después una bala de Manlinger
me rompía la tibía de la pierna derecha, imposibilitandome para el
avance.
“Dificultades de la lucha en el bosque. El santo y seña. – No
puede Ud. Imaginarse las dificultades que trae consigno la lucha en
el bosque; los combates no pueden iniciarse a mas de ochenta o
cien metros y a esta distancia las armas modernas son de una
precision absoluta, además es imposible reconocerse mutuamente a
pocos pasos de distancia y sino hubiera sido por nuestro santo y
seña “Vanguardía”, repetidas veces nos hubiéramos fusilado entre
amigos.
“Prudencia del Capitán Curiel. – Respecto al capitán Curiel no
puedo dejar de reconocerle una muy saludable prudencia, pues
momentos antes del combate llegó a “Maipavo”_ en la lancha “San
Pablo” con un cañón Krupp y algunos hombres, pero se abstuvo de
desembarcar él mandando solamente el cañón a la márgen opuesta de
donde nos encontrábamos y retirandose en la lancha a buena
distancia del combate con el objeto de esperar a los fugitivos que
se salvaran de las balas enemigas y de las asechanzas de la selva.
“El único que hizo una bizarra resistencia fué el alférez Arévalo,
que había recibido este grado del capitán Cervantes y que fué el
verdadero organizador de las tropa de “Maipavo” y el alma de la
defensa, hasta perder la vida en una de las últimas trincheras con
una energía digna indudablemente de mejor causa.”_
Estos parrafos de la descripción que del combate de “Heligoland”
hiciera uno de los actores gobiernistas, demuestra que esa
posición no era fácil ser copada, Pero el secreto de su caída está
en causas que la pluma se resiste a consignar, por haber
desaparecido del escenario de la vida el autor del principio del fin
revolucionario de Loreto, asesinado villanamente en el río Napo, a
un paso de la guarnición peruana de Cabo Pantoja, al lado de 50
soldados que llevaban el mismo uniforme que ese infortunado
compañero, que si tuvo errores y hasta si traicionara la causa
revolucionaria, todo es disculpable ante el salvaje espectáculo de
su muerte, materialmente descuartizado por individuos que
encontraron en el destierro obligado a que se hallaba sometido, el
momento oportuno para vengar pretendidos agravios inferidos a
nombre de la Patria: por la integridad territorial de la República
en su región oriental. Y ya que se presenta la oportunidad, y en
presencia del crimen perpetrado y de la negligencia de la
guarnición de Cabo Pantoja, es necesario que se sepa que el
Capitán Curiel fué uno de los militares peruanos que mayor servicio
prestaron al país en las fronteras orientales. Por impedir el
avance ecuatoriano en Cabo Pantoja y establecer la soberanía del
Perú en frente a la boca del río Aguarico, se conquistó la odiosidad
de los ecuatorianos; y relevado de esa guarnición, a mérito de
solicitud de la cancillería ecuatoriana, pasó a la del Encanto, y en
este lugar, impidió el pasaje clandestino de una embarcación a vapor
que llevaba contrabando de guerra y motores para embarcaciones
menores, con destino a Puerto Asis, conducida por el propio jefe
de la misión colonizadora de los ríos Putumayo y Caquetá, por parte
del gobierno de Colombia.
Falta rodapé

Y cuando este defensor de los intereses patrios y de su soberanía,


precisó en trance difícil el apoyo de sus compañeros de armas, se
le dejó matar, tan solo porque se trataba de un revolucionario...
Y volviendo a nuestro relato, rigurosamente exacto, los propios
soldados y oficiales del lado gobiernista, declararon en Iquitos
que Toribio Ramírez, José Angulo y Pipo Burga, pasaron por el
sector del Pachitea con el permiso del Capitán Matos, que le
entregó al primero pliegos cerrados para el Capitán Curiel, por lo
que éste los dejó pasar, siendo inexacta la aseveración de que
había “burlado” su vigilancia.
Aparte de esto, los soldados revolucionarios notaron – según
declaración de ellos mismos – que desde que pasaron esos señores
para Iquitos, el Capitán se desatendió por completo de la vigilancia
y organización de la defensa del río; y una noche anterior al
combate, se sintió en el campamento un disparo, que naturalmente
alarmó a los soldados, saliendo inmediatamente una patrulla de
reconocimiento, encontrándose con el Capitán Curiel que les dijo que
él había disparado “para ahuyentar un tigre” . Y al día siguiente
despachó una patrulla con el objeto de que se informara de las
actividades contrarias, saliendo la comisión en canoa hasta que se
tropezó con el enemigo que le intimó se rindiera, siendo apresada.
Pero no estuvo en el libro de los gobiernistas que se les escapara
un indio chama, que iba de boga en la canoa, el cual se tiró al agua
ya a nado ganó las posiciones revolucionarias, dando cuenta de lo
que pasaba. Este indio puso sobre aviso a los defensores de
“Heligoland” y cuando se presentaron los gobiernistas, pretendiendo
entrar a la posición como a su casa, guiados por el cabo y
soldados apresados, se encontraron con que fueron recibidos con
albazos de fusilería por demás demostrativos de que no estaban
desprevenidos, cayendo buen número de gobiernistas. Y si los de
“Heligoland” abandonaron las trincheras fué porque el Capitán
Curiel abandonó primero el terreno, situándose, como dice el
Teniente Cuyubamba, a respetable distancia y de allí dirigiéndose
hasta Iquitos...
Los soldados revolucionarios, y sin saber el paradero del
subteniente Arévalo, decidieron, muy lógicamente, bajar en balsas
hacia Masisea, donde se les participó que el Capitán Curiel había
fugado; y lógicamente también siguieron bajando aguas abajo en las
mismas balsa, de las que fueron recogidos por la cañonera
“América”, que surcaba en misión de reconocimiento.
Siendo lo que dejamos expuesto la verdad de lo acontecido en el
Pachitea, estaban demás esos humos de “heroicidad” que los
gobiernistas se atribuyeron, adjudicándose las hazanas más
extraordinarias; porque las posiciones fueron abandonadas cuando su
jefe dejó el terreno; y no hubieron más bajas por parte de los
revolucionarios, que la del Subteniente Arévalo y las de los
soldados guías.
Ya en Masisea el Capitán Matos se apresuró a comunicar al Ministro
de Gobierno el triunfo; y éste le agradecía sus servícios y le
ofrecía recompensas, así como al Comisario del Unini, según se verá
por los despachos que trascribimos:
Capitán Matos – Masisea. – “Recompensa por cierto muy merecida. Mis
felicitaciones para Ud. En particular y mis votos porque Ud. Y los
suyos conquisten las nuevas glorias que redundan tranquilidad
prosperidad nacionales. No falta más que coronar labor extirpación
de raís zizaña corruptora no se alterará hasta completo éxito. (?)
Afectuosos saludos. Abrazos. – (Firmado) Leguía Martínez.”
“Comandante Rivero Guarda. – Masisea. – Agradëscole y felicïtolo
por su actuaciön toma importante plaza. Hoy sale máquina
conduciendo tropa, calzado y dinero, por valor dos presupuestos. –
(Firmado) Leguía Martínez.”
Pero el Capitán Matos no obstante del fracaso que había sufrido
cuando supuso que podía entrar a “Heligoland” a tambor batiente,
despachó en comisión al alto Ucayali, a la única embarcación de que
disponía: “La Libertad”, con el objeto de conseguir víveres; y
cuando el telegrafista de Orellana (otro traidor) le comunicó que
surcaba la cañonera “América” se vió en los más grandes apuros para
reembarcarse e internarse al Pachitea, pues de sobra sabía que al
ser encontrado en Masisea, sería deshecho. Afortunadamente para él
cuando ya había ordenado se embarcara su tropa en canoas y habían
salido remolcados por una pequeña lanchita “La Melinita”, se
presentó la “Libertad”, trasbordándose en ella e internándose lo más
posible en el río Pachitea, hasta donde no pudiera ser alcanzado
por embarcaciones mayores.
Y la plaza importante de Masisea...?

Segundo combate en el rio Pachitea

El Capitán Cervantes, de regreso de Yurimaguas, conduciendo 120


hombres, y con los que se encontraban en la boca del Pachitea
decidió efectuar un reconocimiento ofensivo sobre este río, el mismo
día que llegó y al efecto emprendió marcha aguas arriba en busca
del enemigo. Al día siguiente, de madrugada, la cañonera “América”
avistó la lancha “Melinita” a la que le disparó algunos tiros de
cañón, perdiéndose la embarcación en uno de los recodos del río; e
inmediatamente se ordenó el desembarco para atacar por tierra
debiendo las lanchas hacerlo por agua; y en breves instantes se
inició un combate que duró casi todo el día, siendo el fuego
sostenido por ambas partes con igual intensidad, hasta que los
gobiernistas, mediante un empuje dado por los voluntarios de
Yurimaguas, se dieron a la fuga. Las lanchas no pudieron prestar
ningún auxilio por su mayor calado, muchas de las cuales, inclusive
la cañonera “América”, no podían virar para sus maniobras y el río
se encontraba en vaciante. Y llegada la noche, se ordenó el
repliegue de todos los elementos, para seguir hacia el Huallaga, sin
tiempo que perder, demostrado como había quedado que el Capitán
Matos no se aventuraría a salir del Pachitea a menos que variara la
situación general de la revolución. Y quedó en la boca del río un
destacamento de 100 hombres con una lancha, para mantener en
alarma a los gobiernistas. Esto sucedía el día 28 de noviembre, y
el Capitán Matos solo salió al Ucayali, un mes después cuando
recibió dos piezas de artillería Scheneider, con las que fué bajando
poco a poco, llegando a Iquitos el 18 de enero, es decir cuando ya
había sido abandonada la acción y el destacamento revolucionario
solo hacía una pasiva defensa.
Bien puede decirse, pues, que en el sector del Ucayali no hubo
mala dirección, sino que otros fueron los factores que determinaron
su pérdida, que ya lo hemos dicho, muchas veces, no se pueden
admitir como probables en una acción militar, o mejor dicho, no se
pueden considerar como uno de los factores de la derrota. Porque en
este caso estarían demás las fuerzas organizadas que tienen jefes
responsables.
Otra habría sido la suerte, desde luego, si al frente de la
resistencia del Ucayali y Pachitea se hubiera puesto exclusivamente
al Sub-Teniente Arévalo o a cualquier otro oficial y al señor Adolfo
Laines Lozada, que por su misión política, no tenía que intervenir
en el desarrollo militar de la defensa de dichos ríos.
En el Ucayali hubo traición hasta el último momento, pues el señor
Laines solo pudo ser apresado por esta consideración...
Y con respecto al Capitán Curiel después de dar su palabra de
honor de que se reencargaría de su puesto, hizo como el que se
dirigía al Ucayali en una lanchita; pero llegando a la cabeza de la
isla de Iquitos dirigió la proa de la embarcación aguas abajo,
internándose al río Napo, donde fuera apresado previo tiroteo con la
fuerza que salió en su persecución y de resultas del cual salió
herido.

Combates de Yurimaguas y Lamas

Las tropas que quedaron en Yurimaguas a disposición del Coronel


González en espera de las que había sacado el Capitan Cervantes
para conducirlas al río Ucayali, sumaban, apenas 90 hombres; y como
fuera necesario dispersar a una partida de montoneros que merodeaban
a los alrededores de ese puerto, aquel jefe dispuso que el día 23
de noviembre saliera un pequeño destacamento comandado por el
subteniente César Zereceda, llegando momentos después a orillas del
río Cainarache donde encontró efectivamente la partida entregada a
los más vandálicos atentados contra la propiedad. Después de breve
tiroteo fue dispersada la montonera.
Al día siguiente envió otro destacamento al mando del alférez Oscar
Lecca a dispersar al grueso de esa fuerza colecticia, cuyas
pretenciones eran atacar Yurimaguas, entrando por “Juan del
Monte”; pero no bien tropezaron con los del Nº 17 se dieron a la
fuga dejando en el campo doce muertos y otros tanto heridos. El
número de los montoneros llegaba a 180 hombres. Un tanto rehechos
de la feroz embestida de Lecca trataron de sacar partido del número
muy superior de gente que disponían, pero la misma fuerza con 18
hombres más que estaban bajo el comando del Teniente Bocio los
volvió a derrotar el día 26, en “San Ramón” en que se desbandaron
por completo, cayendo quince hombres presos, y dejando en el campo
una veintena de inndividuos entre muertos y heridos. Ese mismo día
se efectuó otra escaramusa en las cercanías de la hacienda
“Sanango” donde se habían atrincherado unos 60 hombres y otros
tantos en la hacienda “Socorro”, siempre con la intención de tomar
Yurimaguas; pero unos cuantos disparos de cañón dieron por
resultado la dispersión de aquellos elementos que obedecían al
Mayor Miguel Calderón, el cual en su fuga hacia el camino de
Tarapoto dejo algunos muertos y heridos, 20 prisioneros y fusiles
con munición.
Fué entonces que el Coronel González, visto que basta ese momento no
intervenían fuerzas de línea por parte del gobierno, se decidiera
abandonar Yurimaguas, no sabemos si procediendo bien o mal, y
dirigirse a Tarpoto, tanto para hostigar a los dispersos de la
montenera cuyas depradaciones estaban arruinando la región, como
para adelantar los acontecimientos; y efectivamente salió con 70
hombres y una pieza de artillería, sufriendo durante el trayecto
dos bajas de soldados que fueron asesinados por la espalda, y el
día 9 de diciembre entraba el diminuto destacamento a Tarapoto,
donde fuera recibido festivamente por la población civil. En este
pueblo tuvo noticias inciertas sobre la aproximación del
“Regimiento” Nº 5, pero como ese bendito Regimiento había salido de
Lima hacía más de dos meses, el Coronel creería que la tal unidad
no llegaría nunca y que eran versiones para detener el avance de los
revolucionarios, 20 hombres venían a retaguardía conduciendo el
parque y la impedimenta de la columna, aprovechando la vía
fluvial de Shapaja.
En espera de informaciones precisas permaneció el destacamento en
Tarapoto hasta el día 17 en que se aventuró nuevamente a seguir
adelante sin esperar el refuerzo que forzosamente le tenía que
enviar el Capitán Cervante y el 18 llegó al pueblo de Lamas, donde
fué igualmente recibido con marcadas manifestaciones de júbilo y el
pueblo lo aclamara delirantemente. Y como dispuso que al día
siguiente se continuaría la marcha hasta el río Mayo, en el que se
organizarían en espera de las tropas del Ucayali, la columna se
entregó al descanso, que fué fatal. Porque el Mayor Santivañez que
era el jefe de la tropa gobiernista ya había estado en Lamas y
había comprometido a algunos vecinos notables del lugar para que “
banquetearan” al Coronel González y sus oficiales, felonía que fué
fielmente cumplida por aquellos malvados. Mientras tanto colocó
vigías en la copa de los árboles que rodean él pueblo y esperó la
llegada del Coronel.
El Coronel, ante las manifestaciones de simpatía que recibía no
imaginó un instante de que había caído en una emboscada canallesca –
que no es estratagema – y aceptó el convite; y cuando él y sus
oficiales se dirigían al lugar del almuerzo, fueron sorprendidos
con algunos disparos de fusil a las afueras de la población que
más tarde se sintieron dentro de la población misma. Había sucedido
que el Teniente Bocio, jefe de la punta de vanguardia había
descubierto a algunos soldados en los árboles y dado la voz de
alarma.
Repuestos los revolucionarios de la sorpresa y generalizado el
tiroteo, bien pronto el fuego se extendió a los dos partidos con
gran intensidad; es decir se inició la primera parte del programa
tan “brillantemente” ideado por el Mayor Santiváñez, cuyas tropas
apostadas convenientemente dentro de la población se mataban sin
consideración, pereciendo algunos oficiales y muchos soldados por
los fuegos cruzados de los mismos amigos...
Los del Coronel González se replegaron como pudieron y con el apoyo
de un cañón Krup, salieron de la plaza, donde pretendióse
encerrarlos y matarlos despiadadamente en callejón sin salida. Así
el combate duró casi todo el día y en la noche con las mismas
tiniebas que envolviera la acción de “Quilca Rumi” y del que fuera
protagonista el señor Reátegui Morey, se produjo la desaparición de
los hombres que estaban bajo las órdenes del Coronel González. Y
los de Santiváñez, sorprendidos con la enérgica resistencia de los
revolucionarios, que habían desbaratado los “militares” planes de su
jefe, desmoralizados y adoloridos, se entregaron al día siguiente a
enterrar a sus muertos; y solo al tercero día, cuando el Mayor
Santiváñez se dió cuenta exacta de que el terreno estaba libre,
inició la persecución... llegando a Tarapoto, que había sido
rebasado por las tropas del Coronel González.
Dejamos el comentario de estos hechos al militar profesional, y
que juzgue sobre los puntos que hemos señalado, debiendo deducir
adonde se encuentra la razón para aquel alarde de conocimientos y
valentía de que ha hecho gala el Mayor Santiváñez.
Antes de que se produjeran estos acontecimientos y durante ellos, se
despachaba de Iquitos a Yurimaguas 30 hombres el día 1º de
diciembre, que siguieron inmediatamente a Shapaja, conduciendo el
resto del parque; el Teniente Luque llegaba a Yurimaguas con 90
el día 11 y el 19 salió a Balzapuerto con la intención de caer
sobre Moyobamba y colocar a los gobiernistas a dos fuegos; el 20
salía de Iquitos el Teniente Luis F. Azcárate con 100 hombres; y
finalmente el 29 salía el resto de las tropas revolucionarias con
120 hombres al mando del Capitán Cervantes.
Pero sucedió que las desmoralizadas tropas del Coronel González no
trataron de organizarse en ningún punto después de Tarapoto, sino
que siguieron sobre Yurimaguas, puerto que poco después evacuaron
dirigiéndose, el Coronel, con los hombres que quisieron seguirlo al
Alto Marañon, como se desprende de la comunicación que el Capitán
Cervantes recibió un día antes de la boca del río Huallaga,
concebida en los siguientes términos:
Boca del Huallaga, 31 de diciembre de 1921. – Hora: 4. Pm. Señor
Capitán Guillermo Cervante. – Iquitos.
“Mi estimado Capitán y amigo: – Conforme le anuncié a Ud. En mis
anteriores y después de haberlo esperado por espacio de cinco
días, hoy he decidido emprender marcha aún no sé si a Chachapoyas o
Jaén por Bagua-Chica. Me acompañan 125 hombres por su propia y
libre voluntad, pues antes han sido consultados por mí
personalmente. Quedan aquí 114_ hombres al mando de los oficiales
Meléndez, Freyre y Ipiachihua. Para cuidar la retaguardia y ejercer
la vigilancia del río para evitar cualquiera sorpresa. Las razones
que tengo para emprender esta marcha ya se las expresé a Ud. En mis
anteriores y cada vez las encuentro más poderosas.
“En el vapor “Beatriz” que está a disposición de los oficiales que
se quedan está el parque, el cual no puedo llevarlo, porque ya le
expresé a Ud. Necesitamos hacer guerra de sorpresa, en la cual la
facilidad y rapidez de la movilidad es elemento culminante y
definitivo.
Le desea a Ud. todo género de felicidades y ojalá tenga yo buen
éxito en esta expedición, que sería benéfica para la causa que
represento. – Su amigo Teobaldo González”.
La anterior carta gue recibida por el Capitán Cervantes, como
llevamos dicho, un día antes de llegar a la boca del río Huallaga,
de manos del subteniente Freyre, manifestando éste que se había
visto precisado a dejar ese sector en vista de la desmoralización de
la tropa.
Evidentemente lo acontecido al destacamento del Coronel González fué
la desmoralización que se produjo en su filas, por causales que
ignoramos y que seguimos ignorando, pues no hemos tenido oportunidad
de hablar al respecto con ninguno de los oficiales que actuaron en
el combate de Lamas ni con el propio Coronel, a quien le
correspondería, en todo caso, señalarlas; pero siguiendo nuestro
relato, las consecuencias de esa retirada, que se hizo extensiva a
todos los elementos enviados desde Iquitos como refuerzo, y que no
estuvieron en dicho combate, fue que el Capitán Cervantes puso la
comunicación del Coronel en conocimiento de sus oficiales
solicitándoles su opinión, según la cual se debería proceder.
Y se procedió de acuerdo con la opinión de la mayoría: visto que el
destacamento del Coronel González y este mismo jefe declaraba que
pensaba actuar por su propia cuenta, siguiendo un plan por él
concebido y que las fuerzas gobiernistas ocupaban ya la boca del río
Huallaga, a la que habían bajado por medio de balsas y canoas, un
ataque a esas fuerzas, de nada contribuiría al triunfo de la causa
revolucionaria, demostrado como estaba con la presencia de esas
tropas, que no había sido secundada en la República la actitud del
grupo de Loreto, después de cinco meses de tenaz lucha; y que dada
la débil resistencia que podría ejercer el destacamento del Ucayali,
una acción contra las tropas del Mayor Santiváñez podría demorar
algún tiempo hasta desalojarlos completamente, permitiendo la
posibilidad de que el Capitán Matos viniera en su socorro,
encontrándose los revolucionarios entre dos enemigos; y existiendo
absoluta escasez de víveres para la campaña en esa zona y para la
alimentación del pueblo de Iquitos y de las tropas, el mejor
procedimiento era abandonar la acción revolucionaria replegándose el
destacamento Cervantes hacia el río Napo, donde se resolvería la
situación.
La opinión del Capitán Cervantes, sin embargo, y la del que estas
líneas escribe fué rebasar la línea del río Huallaga ocupada por un
destacamento del Mayor Santiváñez y batir al grueso de éste en
Yurimaguas, o en su defecto seguir el mismo camino del Coronel
González.
Pero para los que han actuado alguna vez en esta clase de
movimientos armados no será difícil convenir en que también lo es
convencer a gentes desmoralizadas por cualquiera influencia extraña,
que es lo que había acontecido, primero a las tropas del Coronel
González, y, después, a las que fueron en su socorro, siendo por lo
mismo imposible todo ascendiente moral, que sólo se consigue en un
estado normal de disciplina.
Y se efectuó la retirada hacia al Napo y seguidamente al Ecuador,
‘lidenciándose previamente a la tropa y enviando a Iquitos el
material y parque de guerra íntegro.
El Coronel González – que había declarado seguir por determinada
ruta la revolución – imposibilitado de conseguir víveres y
embarcaciones para continuar adelante fué sorprendido nuevamente en
el Alto Marañón el día 18 de enero y dispersado, ínternándose al río
Santiago por donde continuó al Ecuador.
Tales fueron los hechos relacionados al combate de Lamas y la
retirada de los revolucionarios, que habría sido una salvación para
Loreto, si al frente de las tropas gobiernistas hubiera llegado otro
hombre mas respetuoso de los derechos ciudadanos y mas conciente de
su deber patriótico ante la situación creada. Fatalmente el Mayor
Juan P. Santiváñez cual nuevo Torquemada, sirviendo de maniquí a
unos malvados, aprovechó de todos los martirios y de todos los
suplicios para aplicarlos contra inocentes y pacíficos ciudadanos,
nacionales y extranjeros; jóvenes y ancianos, que su única
participación en la Revolución de Loreto fue vivir en el
departamento, o en la ciudad de Iquitos, en la época que se
desarrolló la revolución; y que a los que no hizo encarcelar y
deportar al extranjero o a Lima, les impuso cuantiosos cupos a
cambio de la libertad y de no molestarlos en sus personas e
intereses; pero de esto nos ocuparemos en capítulo aparte.

LA REVOLUCIÓN DE LORETO NO FUE COMPRENDIDA NA AUSPICIADA


Aquella ignorancia – hemos dicho en capítulos anteriores – que
existe en las esferas oficiales cuando se trata de cualquier asunto
relacionado con el Departamento de Loreto, existió en los políticos
nacionales de posición espectante, que, perseguidos y desterrados
por la Dictadura, viven en el ostracismo, quizás con la intención
noble de volver a la Patria y desalojar de su sitial al émulo de los
tantos tiranuelos que infectan las repúblicas de este continente
Sudamericano.
El deber de esos políticos – si existe en ellos tales intenciones –
debió ser el de investigar el desarrollo de los acontecimientos que
se producían en Loreto y prestarle ayuda o negársela, y para lo cual
disponían de la única vía libre de entrada y salida al territorio
nacional en cualquiera oportunidad para el caso en que cuadraran o
no los procedimientos que se seguían y eran de acuerdo con las
aspiraciones generales del país. Si no es esa la intención, si se
cree que el Perú se encuentra con el mejor gobierno de su período
republicano, en buena hora su pasividad. Los revolucionarios de
Loreto hicieron bien en levantarse en armas, por las razones
apuntadas en este libro.
Pero estos revolucionarios al levantarse en armas tuvieron en
consideración importantisima – no obstante de no estar de acuerdo
con nadie – no obstante de no estar de acuerdo con nadie – que la
acción armada sería secundada por los hombres públicos peruanos,
proscritos o desterrados; y a dilatar la acción dictatorial
tendieron sus esfuerzos, sentando las bases de una sede para un
gobierno provisorio o para el que legitimamente debe ocupar el poder
que fué arrebatado por el señor Augusto B. Leguía el 4 de julio de
1919; y en todo caso el hombre que hubiera deseado nacerse cargo de
la noble aunque ingrata tarea de restaurar las públicas libertades,
habría encontrado en Iquitos los elementos suficientes para abatir
la Dictadura atacándola en sus propias posiciones y con sus propios
medios. El estabelecimiento de un gobierno dual en Loreto, después
de cinco meses de obstinada resistencia, habría encontrado el apoyo
de las naciones extranjeras y reconocida su beligerancia, según las
prácticas del Derecho Internacional, estricto; el Congreso despojado
de sus funciones en 1919 se habría estabelecido y reintegrada a su
soberano ejercicio la Constitución del año de 1860. Y, por último,
la presencia en Iquitos de los profesionales militares que se
encuentran desterrados en el extranjero, y que indiscutiblemente
gozan de las simpatías del Ejército Nacional, habría sido prenda
segura de completo éxito para reducir a los regimientos que enviara
la Dictadura a sofocar la insurrección de Loreto, sin necesidad de
disparar un tiro, por más mercenarios que fueran los elementos que
los compusieran sabido como es que los caudillos políticos que se
acogen a esta clase de apoyos perecen, fatalmente, crucificados con
sus propias armas.
Con la idea puesta para alcanzar esta finalidad efectivamente
viable, los revolucionarios de Loreto no vacilaron en imponer una
moneda de circulación forzosa en toda la zona sometida a su régimen,
y cuya garantía estaba respaldada por los propios tenedores, que
hacían, o tenían que hacer, de su parte, lo posible para el triunfo
del ideal revolucionario.
Quienes nieguen cada una de las consideraciones anteriores como
factibles y de resultado práctico, las niegan con ignorancia; porque
Loreto antes de ahora, durante la revolución, y hoy mismo, puede
servir de BASE DE OPERACIONES MILITARES y ser sede de un gobierno
dual, por más que la Dictadura, sin hombres de prestigio político,
sin ejército y sin dinero se exforzara para imperdilo: ante los
obstáculos naturales que oferece la inmensa región de los bosques,
sin vías terrestres de comunicación para la costa y la sierra y con
una amplia red fluvial para la defensa interior, un ejército
organizado, es invencible en Loreto y saliendo del departamento por
los numerosos senderos que lo atraviesan, se puede destruir a
cuantos elementos intentaren invadirlo.
Precisamente estas excepcionales condiciones es lo que hace temer a
los peruanos residentes en esa región cuando se trata de solicitar
medios de comunicación rápida con el corazón de la República, porque
toda nuestra selva de un momento para otro, puede ser invadida por
fuerzas extranjeras, y tomadas las embarcaciones fluviales, sería
bastante difícil desalojar al invasor... Por esto es que
consideramos criminal la desatendencia gubernativa en este orden de
las necesidades loretanas de urgente e inaplazable realización: la
construcción de un camino ferrocarrilero.

CONCLUSIÓN
El Mayor Santiváñez festinando los más elementales principios
militares se aventuró a bajar con su tropa, en balsas y canoas,
pudiendo haber sido deshechas, si así lo nubieran deseado los
revolucionarios.
El Coronel González tratando de evitar carnicerías inútiles,
considerando sin duda, que perdida la base de Río Negro, que
pretendió alcanzar, todo esfuerzo resultaría contraproducente por
ese lado, y no habría podido sostener una situación favorable en
atención a la absoluta escasez de recursos de que se podía echar
mano.
El Capitán Cervantes encontrándose al llegar a la boca del río
Huallaga con que el Coronel González había evacuado toda la región
que debía servir de teatro de operaciones en tierra firme, decidió
abandonar la acción pues un sitio al puerto de Yurimaguas no se
habría podido sostener por mucho tiempo. sin correr el riesgo de ser
atacado por la espalda, aparte de que la disgregación de los
elementos, precisamente, cuando debieron estar unidos ofrecía
espectativas nada favorables.
El estado de ambas fuerzas era de absoluta desmoralización. Las del
Mayor Santiváñez por las bajas sufridas en el combate de Lamas, que
fueron considerables y la pesada marcha por caminos intransitables y
el clima contrario; y las revolucionarias por los resultados de
aquel combate y la retirada inoportuna que hicieron las que
combatieron.
El choque de estas dos fuerzas, habría sido perjudicial para la
población no combatiente de Loreto, pues siempre las ventajas
estaban de parte de los revolucionarios y eran superior en número;
pero en cambio nada habría ganado el país ni la región con esta
victoria parcial desde que no se había producido ningún otro
movimiento armado en la República.
Y la desmoralización y el desaliento habían cundido en todos los
espíritus antes alegres y confiados en el triunfo de la causa
revolucionaria, porque el pueblo se convenció de que nadie en el
Perú estaba dispuesto a secundar la protesta de Loreto, vengando los
ultrajes que la Dictadura imperante había inferido a los más
conspicuos elementos de la política, la magistratura y el ejército.
Habían sostenido una situación de fuerza por espacio de cinco meses;
habían abierto la única puerta de entrada al país; y se habían
agenciado los medios para sostener una campaña por mucho tiempo, que
precisaba, sin lugar a duda, la dirección y el prestigio de los
caudillos políticos nacionales en el ostracismo para que sus efectos
hubieran dado los resultados apetecidos.
Pero todo se perdió por la falta de conocimiento que existe respecto
a Loreto y sus inagotables fuentes de recursos.

LA REPRESIÓN

Acción “militar” política del Mayor Juan P. Santiváñez


Consideramos oportuno reprocudir en este capítulo la “Carta Abierta”
que con fecha 20 de febrero de 1923 dirijimos al señor J. Alberto
Franco Echeandía, senador por el departamento de Piura, quien con
una ligereza lamentable emitió conceptos bastante duros para los
revolucionarios de Loreto, tratando de enlodar el nombre del Jefe
Revolucionario y, desde luego, la dignidad de los compañeros de ese
militar que actuaron con él en el movimiento armado.
Lo que en esa oportunidad dijimos lo sostenemos y viene al caso en
que pretendemos hacer una reconstrucción histórica de los luctuosos
acontecimientos de que fué teatro Loreto, por espacio de seis meses,
es decir, el tiempo que el Mayor Juan P. Santiváñez, tuvo en sus
manos la administración de esa importante sección del territorio
nacional.
Esa “Carta Abierta” nos releva de entrar en mayores apreciaciones al
respecto y la insertamos íntegramente. Es la siguiente:

Belém do pará, 20 de febrero de 1923.

Señor J. Alberto Franco Echeandía

Senador por el Departamento de Piura.

Lima – Perú

Muy señor mío:

Cuando precisamente tenía entre manos una serie de documentos,


publicaciones periodisticas e informes oficiales, relacionados a la
conducta observada por el hoy Teniente Coronel Juan P. Santiváñez, y
trataba de ordenarlos para el capítulo “La Represión”, de mi libro
“La Revolución de Iquitos”, que en breve verá la luz pública, llegó
a mi poder el diario “El Tiempo” de esa capital, correspondiente al
día 30 de diciembre del año ppddo. Y en él lei el extracto que de
sesión de la Cámara de Senadores del día anterior se registra,
viendo, con sorpresa, algunos conceptos emitidos por Ud. en relación
a los sucesos de Iquitos, del año de 1921, cuando se discutía en su
Cámara un proyecto de amnistía para los militares y civiles que
tomaron parte en la debelación de la Revolución de Loreto, es decir,
un proyecto de ley para sancionar la serie de atentados contra la
vida y hacienda, perpetrados por esos militares y civiles, que la
Dictadura imperante en el país, envió para sofocar el movimiento
armado que se inició en nuestra región oriental, cansada de soportar
por más tiempo la desatendencia gubernativa y tratando de poner
término al régimen personal actual, cuyas práticas desatentadas
egoistas e inquisitoriales, han desprestigiado grandemente al Perú
en el exterior y provocado la anarquía y la miseria en el interior.
Pero para proceder con método y se dé Ud. cuenta de lo que dijo, voy
a transcribirle integramente la parte pertinente del extracto de la
sensión de 29 de diciembre de 1922, publicada en el mencionado
diario “El Tiempo”, del 30 de diciembre de ese año.

ORDEN DEL DIA


“Se aprobaron varias redacciones de leyes.
“Se puso en debate el proyecto venido en revisión de la
colegisladora, en virtude del cual se manda cortar la secuela de los
juicios instaurados a los militares y civiles que tomaron parte en
la debelación del movimiento revolucionario de Iquitos. También se
puso en debate el dictamen de la comisión respectiva del Senado que
amplía el proyecto anterior haciendo extensivos sus efectos a todas
las autoridades que se hallen en el mismo caso.
“El señor ARANA – Expone la necesidad de hacer extensivos los
beneficios de esta ley a todos los infelices que, bajo la presión de
la autoridad del capitán Cervantes, se vieron obligados a reconecer
a este caudillo sufriendo, por esta causa, hasta el presente, las
graves consecuencias de su actitud, en el destierro las unos y en
las cárceles los más.
“Los militares cuyos juicios van a ser cortados – dice – no han
sufrido quebrantos de clase alguna, pués los más han sido ascendidos
y a todos se les ha pagado sus haberes. No ocurre lo mismo – añade –
con todos los infelices que sin culpa alguna padecen hasta ahora las
desventuras de la prisión y el destierro. Narra luego las
penalidades sufridas por el doctor Irujo y por el señor Morey,
personas bien conceptuadas en Iquitos y sobre quienes no pesaba
ninguna acusación formal. Cita otros nombres de personas que han
muerto en el exilio sin amparo de ninguna clase. Alude al acta que
se hizo firmar en Iquitos y en la que se hacia constar que el
movimiento de Iquitos no era político sino, simplemente destinado a
restabelecer la normalidad administrativa en esa región. Termina
afirmando nuevamente que todos los militares cuyos juicios van a ser
cortados han lucrado con ascensos y propinas, mientras los demás
desgraciados sufren penalidades mil en la prisión. De consiguiente,
se pronuncia en favor del proyecto; pero opina que debe adicionarse
para hacer justicia a las personas a quienes ha mencionado.
“El señor FRANCO – Rechaza la afirmación del señor Arana respecto al
lucro obtenido por los militares que contribuyeron a la debelación
del movimiento de Iquitos. Afirma que Cervantes se levantó en armas
para robarse una gruesa suma del branco y elogia la actitud del
ejército que ha sufrido pacientemente la falta de sus haberes.
Termina manifestando que acompañará al señor Arana en la adición que
se propone presentar para beneficiar a los que resulten inocentes.
“El señor ARANA – Formula algunas rectificaciones a las palabras del
señor Franco. Dice que si es verdad que Cervantes se adueñó de
fondos del Banco del Perú y Londres, también lo es que la inversión
diese dinero se hizo a la luz pública y que todos tuvieron en
Iquitos dinero a partir de esa fecha. Añade que lo expresado no es
una justificación de los actos de Cervantes, sino simplemente, una
expresión de rigurosa verdad que está obligado a producir en honor
de esta misma y para ilsutración de la cámara.
“El señor FRANCO – Hace algunas indicaciones é insiste en que el
señor Arana presente su adición.
“Se dió luego el punto por discutido y puesto al voto el proyecto
venido en revisión fué desechado.
“El seguida se puso en debate el proyecto sustitutorio de la
comisión del Senado en virtud del cual se hace extensiva la amnistía
a todas las autoridades, civiles y militares, que hayan sido
enjuiciados por actos cometidos en defensa del orden público”.
Dice Ud. señor Franco, que el Capitán Cervantes se levantó en armas
para robarse una gruesa suma de dinero del branco, y rechaza la
afirmación del señor Arana, senador por Loreto, respecto al lucro
obtenido por los militares que contribuyeron a la debelación del
movimiento de Iquitos. No es esto lo que dijo Ud.?
Pues yo, actor principal en aquel movimiento, le voy a probar a Ud.
que en ambas afirmaciones está completamente mal informado; algo
más, que ha hablado Ud. con demasiada ignorancia en relación a esa
revolución, sus antecedentes, sus móviles, su desarrollo y su
epílogo. O que si los ha conocido ha procedido de mala fé, haciendo
uso de una tribuna en donde las cuestiones públicas deben ser
llevadas con sinceridad y sin apaxionamientos; sobre todo tratándose
de hacer justicia, o cuando se pretende imponerla, y con altura de
miras.
En mi concepto ha abusado Ud. de su investidura desde el alto sitial
en que le ha colocado don Augusto B. Leguía, denigrando a un modesto
ciudadano, y con él a los que le acompañaron en su campaña contra
los oprobios de la Dictadura que gobierna el país; a modestos
ciudadanos que tuvieron el valor moral de enfrentársele, señalandole
los rumbos que debe seguir en Loreto para que las inconmensurables
riquezas que atesora sean desarrolladas; terminar con las
complacencias y favoritismos políticos y salvar la pavorosa crisis
fiscal y económica que aflige a tan importante región del Perú. Y ha
procedido Ud. así porque todos los actores de ese movimiento se
encuentran en el destierro o en las cárceles y pocilgas adoptadas
para prisión, y no tiene Ud. por el momento a quien temer.
Y no podrá Ud. agúir que ha procedido en la tribuna haciendo uso de
sus inmunidades parlamentarias, porque prácticamente no existen en
el país, suspendidas por el propio jefe del régimen que a Ud. lo
mantiene en ese alto sitial y que si no le sirviera Ud. como él
quiere, como él manda, y como él precisa, no será Ud. el que
estuviera en esa histórica casa difamando a modestos ciudadanos que,
por hoy, tienen que aceptar las imprecaciones de los que como Ud.
hacen gala de sumisión incondicional al desorganizador del Perú. Con
el agregado de que si el Capitán Cervantes y sus compañeros
revolucionarios hubieran sido secundados en el país y obtenídose el
triunfo político que se esperaba, habría sido Ud. uno de los que con
su voto los hubiera declarado merecedores al bien de la Patria,
porque todos los antecedentes así lo demuestran ante el triunfo de
cualquier movimiento armado.
Y, después de todo, ni Ud. ni ningún otro representante a Congreso,
ni mucho menos del actual “Congreso” puede tildar de “ladrones” a
ciudadanos del Perú porque “aparte de uno que otro individuo de
elevación moral, una que otra minoría de sanas intenciones”, en cada
miembro del Poder Legislativo – que hacen el papel de amenos o
turiferarios del Gobierno – hay un enorme parásito con su
innumerable colonia de subparásitos, una especie de animal colectivo
y omnivoro que succiona los jugos vitales de la nación”, como tan
graficamente lo expresara el ilustre Manuel González Prada. Y siendo
así la realidad no tiene Ud. derecho para apostrofar a ningún
ciudadano, que posiblemente se encuentra superiormente colocado por
sus virtudes morales.
El señor Arana al decir que los militares y civiles que habían
contribuído a la debelación del movimiento de Iquitos, habían
lucrado ascensos y propinas dijo la verdad, que es lo que voy a
probarle.
Cuando el Mayor Juan P. Santiváñez llegó a Moyobamba, al mando de
una expedición militar con destino a Loreto leyó. un manifiesto
revolucionario dirijido, precisamente, a los militares que la
Dictadura enviaba a debelar aquel movimiento, y en cuya parte final
se leía lo que segue:
“Camaradas:
“Desde hace algún tiempo, desde que se entronizó la política en el
ejército, los militares hemos venido sirviendo de escalón a
políticos más o menos inescrupulosos. Se han aprovechado de nuestros
servicios y al final nos han favorecido con un ascenso. Esto deb
exterminar. El ascenso debe otorgarse por competencia profesional y
no por acciones de armas políticas. Los cargas públicos y militares
deben ser adquiridos por el mayor conocimiento para impedir el
fraude. Asumamos las riendas de la administración del país, para
desterrar la influencia política, la más funesta de todas las plagas
y laboremos con nuestras propias manos y por nuestra propia
iniciativa el porvenir del Perú. Analizad la administración de
vuestro Regimiento y encontraréis la combinación”. Destruidla, que
ese es vuestro deber; pero no seais nuestros verdugos porque hacéis
un mal a la Patria en el momento sicólogico favorable que el
gobierno ha buscado para la regeneración nacional. Nuestra Patria se
hunde cada día porque sus hombres públicos se debaten en luchas
partidaristas, sin importarles el desarrollo y progreso de la
nacionalidad. A nosotros nos toca normalizar la vida institucional
del país, sin reservas y altivamente. Ya hemos dado el primer paso,
desde esta rica región oriental, secundad nuestros propósitos
patrióticos y habréis realizado la mas grande obra que contemplen
los siglos. Ya el ejército ha dejado de ser el medio para imponer la
voluntad de un pueblo a otro. El ejército formado por todas las
clases sociales de la colectividad nacional, debe directamente
intervenir en el manejo de la cosa pública, nuestra escuela de
cumplimiento al deber, nos impone velar por la Patria, fuera del
medio pasivo de instruir a las tropas para la guerra; toca a los
jóvenes militares, de las últimas clases, no contaminadas ún con las
ambiciones de mando y de poder, laborar en este sentido y haremos
una Patria grande y respetada. La última Gran Guerra así lo ha
demostrado. El ejército ha sido el administrador, y todas las
grandes revoluciones universales de la época presente se hacen de
acuerdo entre soldados y paisanos. Aquí hemos constituído un
gobierno, al mando directo del Capitán Cervantes, pero todos
gobernamis, porque nuestra opinión es tomada en cuenta y tenemos un
comité de civiles que asesora al elemento militar. Así, de común
acuerdo, las disposiciones que dictamos son cumplidas y la
administración marcha como jamás se ha visto en esta tierra de
promisión, de oro a manos llenas, y que hoy se ve abatida y desolada
por la entronización del fraude.
“Camaradas: Viva el Perú! Viva el Ejército Nacional, restaurador del
país.
“Iquitos, 6 de setembro de 1921. – Capitán Guillermo Cervantes”.
(Siguen las firmas).
Este manifiesto sirvió de norma al Mayor Santiváñez para una vez
llegado a Iquitos dirigirse a don Augusto B. Leguía, al Ministro de
Guerra, señor Luna Iglesias, y al Jefe del Estado Mayor General del
Ejército, manifestándoles que de antemano declinaba, con sus
compañeros, un ascenso, por cuanto éste no debe otorgarse por
acciones de armas políticas, sino por el mayor conocimiento
profesional, o por acciones de guerra, contra enemigos extranjeros.
Evidentemente que al proceder así el Mayor Santiváñez lo hacía
honradamente, porque en verdad ningún mérito tenía para él y sus
compañeros el entrar a una plaza desocupada de antemano; y esta
declaración, que el país creyó honrada, dió lugar, entre otras loas,
a que el organo merecenario de la Dictadura “La Prensa” suplantada,
de Lima, dijera en un artículo editorial de los progresos alcanzados
por el Ejército al respecto, y que lo transcribo para que se
recuerde. Es el siguiente:

LA PATRIA NUEVA EN ACCIÓN


Escribimos estas líneas poseídos de honda satisfacción y de
patriótico orgullo, pues vamos a ocuparnos aquí en los marconigramas
del mayor Santiváñez y el capitán Matos, que el lector habrá leido
en la primera página de este número.
Se trata de un grupo de militares jóvenes, hombres de escuela y de
estudio, que han abrazado la carrera de las armas considerándola
como la más noble y la más digna que puede adoptar el ciudadano de
un país constantemente amenazado por la envidia y la codicia de un
vecino brutal y famélico. Este grupo de oficiales recibe de su
superior el encargo de debelar un movimiento faccioso con que unos
cuantos ilusos (mal inspirados por ambiciosos que se quedaban en
lugar seguro en espera del giro de los acontecimientos) creyeron que
minarian en su provecho la existencia del régimen legal.
Este grupo, encabezado por el mayor Santibánez y el capitán Matos,
acepta la comisión que el Gobierno confía a su lealdad, a sus
talentos militares y a su decisión, y se pone en campaña. Es un
puñado de hombres de fé que tienen que hacer un inmenso y difícil
recorrido; van por regiones en que no hay caminos y han de descender
a los valles de caudalosos ríos para cuya navegación solo el enemigo
cuenta con los indispensables vehiculos. Además, desde que entran en
la región de la montaña, a cada paso que dan tienen que ponerse en
contacto con las avanzadas facciosas y para avanzar se hace
indispensable combatir.
Y cumplida esta difícil misión – que a hombres de menos ponderación
espiritual habría envanecido – sus propios autores se apresuran a
poner en conocimiento de sus superiores que no desean ascensos ni
recompensas, que no consideran acciones distinguidas si nos las que
se realizan en combate con el enemigo extranjero y que piden que en
su caso sólo se tenga en cuenta las leyes y reglamentos militares
cuyas disposiciones no quieren ellos ver pretermitidas en su favor,
deseosos como están de contribuir con su obra y con su ejemplo, a la
formación de un ejército leal, disciplinado y eficiente, de un
ejército que responda a las necesidades de la Nación y que sea digno
del Perú.
El pretorianismo ha muerto. Los militares del ejército nacional no
son ya los traficantes en ascensos que hicieron posibles golpes como
el de 4 de febrero de 1913_ sino hombres de honor que no tienen
oídos para las seducciones clandestinas y que, como muy bien lo
acaba de expresar el Ministro de la Guerra, poseen “plena conciencia
del propio valer profesional y del elevado y exacto concepto de su
papel de verdaderos soldados de la patria”.
El pretorianismo ha muerto y con él la última esperanza de los
fabricantes de sediciones. (Editorial de “La Prensa” de Lima de 17
de Enero de 1922).

Y no sabe Ud. cual ha sido el resultado de toda esta verborrea? No


ha visto Ud. que han sido ascendidos a la clase inmediata superior
todos los militares que fueron a Loreto, inclusive el Mayor
Santiváñez? Y ese ascenso no ha sido por acción distinguida? Esto no
es lucrar ascensos?
Y pasemos a otra cosa.
Evacuado Iquitos por las fuerzas revolucionarias, y habiéndose
constituído una Junta de Vecinos Notables, que se hiciera cargo de
la situación, salieron del puerto algunas embarcaciones con
dirección a los ríos Ucayali y Huallaga con la misión de recojer a
las tropas que comandaban los entonces Capitán Matos y Mayor
Santiváñez, llegando este último el día 13 de enero de 1922 a
nuestro primer puerto oriental, al frente de unos cien hombres de
infantería.
El Mayor Santiváñez asumió la Prefectura del Departamento, ante las
manifestaciones entusiastas del pequeño grupo que existe en Iquitos
cuya profesión de fé es la adulación a toda nueva autoridad para
obtener las ventajas que apetecen. Y como no había revolucionarios
que batir sino una dócil población civil, pensó sin duda, que la
mejor manera de hacer méritos y ganar el ascenso que hipócritamente
rechazaba, era declarar revolucionária a toda la problación, es
decir enemiga de la Dictadura; y para tenerlos a todos en la mano,
lanzó el manifiesto que va en seguida:

A LOS HABITANTES DEL DEPARTAMENTO DE LORETO


“Al dirigiros, desde Yurimaguas, el día 31 de diciembre último, la
palabra, en nombre y representación del Supremo Gobierno, lo hice
persuadido de que no era en vano que se apelaba al civismo y buen
tino que siempre os distinguió.
“Habéis soportado, bajo la presión de la fuerza, las funestas
consecuencias de la rebelión de unos cuantos ciudadanos armados, que
olvidando sus deberes y sus juramentos, han causado enorme daño al
país, no obstante que, su mal ejemplo, no ha tenido imitadores – que
no podía tenerlos – en la República, puesto que, la opinión pública,
el sentimiento nacional, son del todo favorables al Gobierno, que
representa la más viva encarnación del deber y el más decidido y
entusiasta anhelo por el bienestar y el progreso de la patria.
“Como os dije, impotente ante las fuerzas legales y el rechazo
unánime de la opinión pública, la revolución llegaba a su término
desde la ocupación de Yurimaguas por las fuerzas del órden, estaba
virtualmente terminada. Ya lo habéis visto: los pocos ilusos que aún
le quedaban han tenido que fugar – con sus jefes – a ocultar su
vergüenza en el extrangero.
“Destruídos por la revolución los elementos representativos del
gobierno en esta capital, el vecindario de Iquitos ha dado una
prueba palpable de su amor al orden, de su respeto profundo al
principio de autoridad y de la confianza más ámplia en el gobierno,
pues, con toda calma y grand serenidad de juicio, con conciencia
clara de sus deberes cívicos, ha organizado una Junta de Notables,
formada por distinguidas personalidades, que, con toda actividad, se
ha puesto en comunicación inmediata con el Gobierno y destacado las
embarcaciones necesarias para la traslación, a este puerto, de las
tropas del orden.
“Tal actitud, que os enaltece, no es si no la resultante lógica de
vuestro patriotismo!
“El Gobierno, el país todo la toman en consideración, y, yó, en su
nombre, la agrandezco y aplaudo.
“Habitantes todos de Loreto:
“Continuad tranquilos en vuestras faenas de progreso, reanudad
vuestras labores, haced florecer la agricultura fuente de la riqueza
regional, el comercio y las industrias en general, tarea en la que,
el Gobierno, otorga todas las garantías y facilidades a que teneis
derecho legalmente y a las que sois acreedores por vuestro civismo
nunca desmentido”.
Iquitos, 13 de enero de 1922. – Juan P. Santiváñez, Comisionado por
el Supremo Gobierno en los Departamentos de Amazonas, San Martin y
Loreto.
“Continuad tranquilos – dijo el Mayor Santiváñez – en vuestras
faenas de progreso, reanudad vuestras labores”; pero tres días
después el apelo que dirigía al pueblo se tradujo en la más
canallezca persecución a todos los elementos de la colectividad
loretana, sin que le importaran la condición de nacionales o
extranjeros, o que fueran ancianos o jóvenes. Para el Mayor
Santiváñez toda la problación de Loreto fué criminal y como a tal la
trató por espacio de seis meses hasta que la Dictadura dando oídos a
los clamores que de todas partes le llegaban para que hiciera cesar
ese estado anormal que llevaba a Loreto a su completa ruina, hiciera
relevar a tan funesto personaje, que jamás tuvo las más elementales
nociones del derecho de gentes ni el más mínimo sentimiento
humanitario.
En princípio, tal vez tendría la intención que dijera en su
“Manifiesto”, con respecto al pueblo; pero más tarde, dando oídos a
elementos malsanos se convirtió en una fiera, pero de las más
arteras, que atacan por la espalda y sobre seguro. Indudablemente
fué un maniquí de unos cuantos malvados.
Entre los que se la dieron de mentor del aciago jefe se encontraba
Benjamín Dublé, que desempeñaba las funciones de Secretario de la
Cámara de Comercio, un individuo que lo mismo le dá Dios o el
diablo, a cualquiera de los dos sirve con tal de que haya dinero
para satisfacer sus necesidades. Durante el período revolucionario –
no obstante su campaña al actual régimen desde las columnas del
diario “El Oriente” – el grupo dirigente no lo tomó en consideración
en antecedentes a su doblez manifiesta y por lo mismo no le dió lo
que pretendía: la Inspección de Instrucción, por cuanto con el mismo
carácter en la Municipalidad Provincial, había cometido todo género
de excesos, como lo podrían certificar sus numerosas víctimas,
aparte de los peculados en el mobiliario escolar que fué un
cuantioso fraude al Estado. Fué por eso que se declaró enemigo de
los revolucionarios y por lo que éstos decidieron embarcarlo con
destino a Yurimaguas a donde llegó declarándose víctima del que
estas líneas escribe y mostrándose llano a contribuir al progreso de
la revolución. Los militares revolucionarios que se encontraban en
Yurimaguas dieron oídos al rastrero individuo y lo aceptaron como
colaborador, para sufrir más tarde el desengaño más cruel.
Llegado el Mayor Santiváñez a Yurimaguas procedió de la misma manera
y con el halago de un “Manifiesto”, que le hiciera y que
profusamente circuló, condenando a los revolucionarios, le ganó su
voluntad y lo tomó a su servicio, hasta su llegada a Iquitos, en que
lo hizo nombrar Administrador de la Aduana, precisamente el cargo
que nunca debe ocupar ese señor, si se quiere percibir íntegramente
los derechos fiscales. En el “bolsillo” de este pernicioso sujeto se
entregó el Mayor Santiváñez, a su campaña de odios y rencores
señalándole a las personas que debían purgar sus “delitos” en la
forma criminal que lo fueron varios centenares de gentes de toda
condición social y nacionalidad; y para mayor ilustración, consigno
algunos nombres a continuación:
Señor Luis F. Morey, acaudalado comerciante de Loreto y una de las
personas de mayor consideración en el departamento, que ha sido su
Senador y goza de gran prestigio social y comercial. Fué enviado a
Lima.
Señor Juan Abelardo Morey, comerciante de Yurimaguas, propietario de
varios fundos agrícolas en la provincia de Alto Amazonas, anciano de
mas de 80 años, y que fuera deportado al Brasil, donde falleció a
consecuencia de los malos tratos que recibió durante un mes de
prisión en la cárcel, o en las bodegas de diferentes embarcaciones.
Señores Manuel y Luis Pinto, apreciables comerciantes de Iquitos,
donde jamás dieron ocasión para que se hablara mal de ellos por su
porte caballeroso. Uno de ellos fué deportado al Brasil, y regresó,
según se asevera, mediante una prima de dinero que entregó al Mayor
Santiváñez.
Dr. Modesto Rodríguez Borja, Médico Militar y jefe del Hospital de
Itaya que no tuvo absolutamente participación en el movimiento,
excepto el ejercicio de su profesión, o sea curar a los heridos. Fué
enviado a Lima.
Dr. Juan José Hidalgo, Juez de Primera Instancia. Fué puesto en
libertad días después.
Dr. Alfredo Borda y señor Jorge Borda, que fueron puestos en
libertad mediante orden del Juez.
Dr. Manuel Irujo, distinguido profesional de larga permanencia en
Loreto donde gozara de la estimación general y que fuera enviado a
Lima, muriendo en el trayeto, a consecuencia de los malos tratos que
recibiera, y que para justificarla se inventara una leyenda: que
había fallecido a consecuencia de un “susto”; contra el relato de
testigos presenciales.
Señor Manuel Rosell Santolalla, Notario Público que había sido
llamado a todos los actos revolucionarios donde se precisaran sus
servicios para que diera fé de los actos que se practicaban y no se
tergiversara más tarde la verdad, especialmente en la cuestión
dinero. Fué encerrado en la cañonera “América” y puesto en libertad
más tarde.
Señor Manuel Burga, Notario Público, por las mismas consideraciones
anteriores.
Señores Eduardo Noriega y Jorge Noriega, maestro de escuela y
Secretario de la Corte Superior respectivamente, ignorando la causa
por las que se les apresó y encerrara en la “America”.
Señores Catalino Salazar y Baltazar Efuren, Escribanos de Estado,
ignoramos porqué se les apresó y fueron encerrados en la “América”.
Señor Manuel Palaes, Alcaide la Cárcel pública, ignoramos el motivo.
Señor Dr. Julio Ramirez del Villar, de gran prestigio profesional y
social, ignoramos los móviles se su detención.
Señor Dr. Julio Montero, Médico; ignoramos el motivo de su prisión.
Señor Ricardo Velezmoro Linch, interventor de Correos, ignoramos la
causa.
Señor Ricardo Polis Conroy, Jefe de la Sección Terrenos de Montaña,
ignoramos la causa de su deportación al Brasil, a no ser el hecho de
que continuara prestando sus servicios durante la revolución; pero
esto no ha sido considerado como un delito.
Señores Isidro Ruiz y Victor Feijó, propietarios de la imprenta “El
Oriente”, fueron deportados al Brasil, sin que se sepa el motivo.
Señor Doroteo Arévalo, Secretario del Concejo Provincial, ignoramos
el motivo.
Señores Amador Llerena (ecuatoriano), Tadeo Alván, concejales; José
Bardinet, Luis Velásquez, Samuel Zunaeta, Julio Vergara, Hector
Barreto, Alberto Burga, Demetrio Rodriguez, N. Useglio, Luis Moral,
Luis Padilla (murió en Remate de Males – Brasil – a consecuencia de
los malos tratos); Carlos Pastor, (murió en Remate de Males – Brasil
– a consecuencia de los malos tratos); Rodolfo Pató, N. Bocanegra,
Elías Zumaeta, Conrado del Aguila, Manuel Chuquipiondo, Pedro E.
Villacorta, Ferrucio Gabrielli, Anacleto del Aguila, José Elias
Aguilar, Antonio Sánchez, Tadeo Alván, Antonio D. Bardales, Emilio
Angulo Rojas, Juan E. Bartra, Arturo Burga Pérez, Alfredo Maril,
Eliseo Macedo, Manuel Reyna, Efraín Ruiz, Federico L. Ruiz,
Francisco Teixeira, Victor Valdivia, Teófilo Vilches, y otros cuyos
nombres no recordamos, empleados públicos, industriales,
comerciantes minoristas, escribanos, preceptores, etc. fueron
encerrados por algunos días en la cañonera “América” y deportados
unos o puestos en liberdad otros.
Aparte de estos fueron puestos en las mismas bodegas de aquella
embarcación los siguientes extranjeros:
Señor Victoriano Gil Ruiz, español, propietario de una oficina de
fotografía, fotograbados y sincografía, miembro distinguido de la
colonia española, casado con peruana y que goza de merecido
prestigio en la sociedade de Iquitos.
Señor Manuel Vásquez Jares, español, proprietario de la Sastrería
“Hispano Americana”, muy vinculado en el alto comercio de Iquitos,
por su seriedad en los negocios, y antiguo proveedor de vestuario y
calzado para la tropa de Loreto; casado con peruana.
Señor José Periz, español, propietário de una factoría para
reparación de embarcaciones a vapor, serrería y fábrica de muebles;
contratista del Estado en Loreto, según resolución suprema, y
bastante estimado en Iquitos, habiendo siempre gozado del aprecio de
las autoridades políticas y militares. Este caballero murió en el
río Amazonas, cuando fué deportado al Brasil, a consecuenica de los
malos tratos que recibiera durante la prisión.
Señor Manuel Rodríguez Lira, ex-alcalde de Bajo Amazonas,
propietario de una fotografía, español, casado con peruana.
Señor Vicente Cunti, propietario de una tintoreía, italiano.
Señor Guilhermo Gaube, austriaco, propietario de una peluquería.
Señor Antonio Ramos, español, propietario de un taller de zapatería.
Señor José Pellegrin, italiano, propietario de un taller de
zapatería.
Señor Manuel Prado, propietario de una panadería, español.
Señor Manuel Sánchez, propietario de la fábrica de cigarrillos
“Atahualpa”, chino.
Señor Carlos Babarcy, alemán, Director propietario de un Colegio de
Instrucción Primaria; murió en Remate de Males – Brasil – a
consecuencia de los malos tratos que sufriera durante la prisión.
Señor Salvador Pacífico, português, propietario de un taller de
mecánica.
Señor Abel Fonseca da Silva, portugués, propietario de un taller de
hojalatería y baúles.
Señor Manuel S. Braga, portugués, propietario de un taller de
zapatería.
Señor Eduardo Brandão de Rocha, propietario de una oficina para la
reparación de embarcaciones, portugués.
Señor Samuel Laredo, español, ex-alcalde de Contamana.
Además de estas prisiones se efectuaron otras muchas, entre las que
podemos mencionar la del señor Teniente Coronel Ignacio Lecca, que
no obstante el grave estado de su salud y apesar del certificado del
propio Medico que llegó con el Mayor Santiváñez, fue encarcelado
primero y después encerrado en la cañonera “América”, de donde salió
ante las insistentes gestiones de la familia; pero fué para morir.
De la lista anterior, unos fueron puestos en libertad mediante pago
de cierta cantidad de dinero en efectivo, otros fueron encarcelados
y conducidos a Lima y otros a Remate de Males (Brasil) donde fueron
arrojados como fardos, especialmente los extranjeros, todos ellos
residentes en Iquitos por mucho tiempo, la mayoría casados con
peruanas y con hijos peruanos; todos con estabelecimentos abiertos
en Iquitos y con capitales, más o menos, respetables según la
importancia del negocio, industria o profesión que ejercían, que
fueron totalmente abandonados y perdidos, desde luego.
Si se analizaran los atentados contra los derechos ciudadanos y se
llevaran a los tribunales de justicia de la República cada uno de
los crímenes perpetrados por ese jefe, decididamente no tardaría en
ocupar el lugar que le corresponde en una prisión. Es decir lo
contrario de lo que Ud. y sus colegas del Congreso, instrumentos
serviles del Dictador, han hecho: cortar la secuela de los juicios
que se le iniciaron, demonstrando una vez más que Ud. y otros
"representantes"están ocupando una curul parlamentaria fuera de los
mandatos de la opinión pública, que jamás puede identificarse con
acciones como por las del Mayor Santiváñez perpetuadas.
Las prisiones y deportaciones se efectuaron sin que se diera una
justificación, la más insignificante. Se habló por ahí con respecto
a los extranjeros – a los nacionales se les declaró revolucionarios
o encubridores, de hecho – que su prisión y deportación obedeció a
haber firmado una acta contra el Perú. Esa famosa acta es la
siguiente:
“En Iquitos a los dieciocho días del mes de agosto de mil novecentos
veintiuno reunidos en el local de la Prefectura del Departamento de
Loreto los abajo suscritos, personeros legales de las instituciones
obreras, clubs sportivos y jefes de taller, citados especialmente
por el Jefe Político v Militar del Departamento, señor Capitán
Guillermo Cervantes, y presentes los señores oficiales del
Regimiento “Cazadores del Oriente” nº 17, iniciadores del movimiento
reaccionario en defensa de los intereses del Departamento, que son
los de la Patria, el Capitán Cervantes expuso el objeto de la
convocatoria, manifestando que deseaba conocer la opinión de los
presentes, verdaderos representantes del pueblo; expuso los
antecedentes del movimiento reinvindicatorio de los derechos
populares y la ninguna finalidad política de él, y terminó
solicitando la declaración solemne de los presentes de hacerse
solidarios al plan de reformas que se había comenzado a introducir
en la administración pública de Loreto, y defender la causa
patriótica que se había iniciado, cuya trascendencia tenía que
repercutir en toda la República como una era de regeneración.
Todos los presentes a viva voz manifestaron su adhesión y firmaron
la presente.
Siguen las firmas.
Como ve Ud., señor Franco, en el acta que he trascrito y que
conservo en mi poder original, no hay una sola declaración que pueda
considerarse atentatoria a la estabilidad del país, y ni siquiera
tiene carácter político. Pero es que el, o los consejeros del
desgraciado Mayor Santiváñez, le informaron “que los extranjeros
habían firmado un documento contra el Perú”, y con solo esta
denuncia se llevó a cabo la más macabra persecución que pueda
imaginarse. Se inició con los pequeños comerciantes e industriales,
para asustar a los mayoristas y obtener: sí el propósito que se
había trazado: conceder libertad o no encarcelar a cambio de una
gruesa suma de dinero, es decir la mas canallesca venta de nuestras
garantías individuales, que la Constitución garantiza a todos. Yo le
aseguro, señor Franco, que si los comerciantes de Iquitos que fueron
víctimas de ese “chantage” tuvieran el valor moral suficiente de
enrostrar al mayor Santiváñez su conducta y el negociado que con
ellos se hizo, la cosa variaría de aspecto y no estuviera hoy
gozando de las prebendas alcanzadas, o mejor dicho, del lucro
obtenido en la “debelación” del movimiento de Iquitos.
Fatalmente los documentos que dispongo al respecto son bien
restringidos, aunque suficientes para que Ud. se forme un concepto
de la conducta observada por ese jefe, y en aserto a mis palabras.
Los propietarios de la imprenta “El Oriente” fueron apresados y
deportados, quedando las oficinas a cargo de la Prefectura. Mas
tarde, no sé debido a qué gestiones volvió a aparecer el diario,
conteniendo una carta dirigida al Mayor Santiváñez, en la que se le
hacía ver que si continuaba por el camino que había adoptado, la
carcel no sería suficiente para contener a toda la problación. Esa
carta no le sentó bien al Mayor y mandó prender al autor de ella. Y
para concederle la libertad le mandó cobrar DIEZ LIBRAS PERUANAS que
fueron abonadas, como se desprende de los documentos que transcribo.

Decreto en la solicitud sobre reintegro de Lp. 10.0.00 cobradas


indebidamente por el Mayor Juan P. Santiváñez
“Un sello de la Prefectura del Departamento de Loreto – Iquitos, 8
de setiembre de 1922. – Informe la Subprefectura e Intendencia de
Polícia del Cercado. – (Firmado) Alvarez. (General Gerardo Alvarez,
actual Prefecto de Loreto).
“Señor prefecto – En este despacho se encuentra un expediente
relativo a la multa de Lp. 10.0.00, impuesta al recurrente por
disposición de esa Prefectura, el cual abonó Lp. 4.0.00 en dinero
efectivo y Lp. 6.0.00 en 500 hojas de papel, avaluadas en esta
cantidad y las que fueron proporcionadas a la Imprenta “La Razón”,
de acuerdo con ese superior despacho, que por decreto de 18 de
febrero, ordenó se hiciera efectivo dicho valor a la mencionada
imprenta, la cual presionada para su pago, entregó un documento a
cargo de la Tesorería Fiscal por igual suma, el mismo que se remitió
a esa Prefectura y lo devolvió ordenando nuevamente el cobro de las
seis libras en dinero efectivo; no nabiendo pedido llevarse a cabo
esta providencia, por la circunstancia de que, el Subprefecto
interino don Aurelio Hora, había otorgado un recibo cancelatorio por
las aludidas seis libras al administrador de “La Razón”, en cambio
de dicho documento que acompaño junto com el expediente en
referencia para su mejor inteligencia.
“Con lo expuesto dejo emitido el informe solicitado por Ud. en el
superior decreto que precede. – Iquitos, 9 de setiembre de 1922. –
(Firmado) Agüero. – Un sello de la Subprefectura e Intendencia de
Polícia de Bajo Amazonas.
“Um sello de la Prefectura del Departamento de Loreto. – Iquitos, 23
de octubre de 1922. – Informe la Tesorería Fiscal si ingresaron las
cuatro libras a que se contrae este expediente – Anótese. –
(Firmado) Alvarez".
“Señor General Prefecto. – En cumplimiento al decreto que antecede
debo manifestar que en la Tesorería de mi cargo no se han recibido
las cuatro libras que se contrae el presente expediente. – Iquitos,
25 de octubre de 1922. – (Firmado) J. Gonzáles Córdova. – Un sello
de la Tesorería Fiscal del Departamento de Loreto. – Iquitos”.
“Iquitos, 26 de octubre de 1922. – Estando al mérito de lo informado
por la Tesorería Fiscal: – Devuélvase al recurrente para los usos
que le convengan. – (Firmado) Alvarez”.
Y el dueño del expediente no los proporcionó para que tuviéramos una
demonstración de cómo había exacionado el Mayor Santiváñez a los
habitantes de Loreto. La multa fué impuesta verbalmente, sin usar
papel de multas, y siguiéndose un trámite por demás desdoroso para
el que intervenía en este saqueo tan demonstrativo de la avidez de
dinero de que hizo gaia. Y así como procedió en este caso con 10
libras, procedió con mayores cantidades, que le permitirán pasar una
saludable y tranquila vejez...
Pero aún le transcribiré la parte principal del expediente:
“Iquitos, 15 de febrero de 1922. – Un sello de la Sub-Prefectura e
Intendencia de Policía de Bajo Amazonas. – Señor Prefecto del
Departamento: – Oficio Nº 84.
“Habiéndose hecho efectiva la multa de DIEZ LIBRAS PERUANAS,
impuesta de orden de ese superior despacho a don Rafael Angel
Vidurrizaga, acompaño al presente CUATRO libras diferencia de la
mencionada multa, por haber entregado anteriormente 500 hojas de
papel de imprenta por la suma de SEIS libras, de cuyo hecho tiene
Ud. conocimiento. – Dios guarde a Ud. – (Firmado) Alcibiades del
Aguilla”.
“Un sello de la Prefectura del Departamento de Loreto. – Iquitos, 15
de mayo de 1922. – Vuelva a la Subprefectura de su procedencia para
que cobre las SEIS libras en dinero efectivo. – (Firmado)
Santiváñez”.
Creo que para muestra con un botón basta Y así como procedió con
estas diez libras, echándoselas al bolsillo, por concepto de una
MULTA sumamente ilegal, procedió con las demás cantidades que impuso
como cupo.
Y no quiero referirme a otras manifestaciones de bandalaje porque
los datos que tengo y que conoce toda la problación de Loreto, no
están debidamente documentados, correspondiendo a las víctimas su
divulgación; pero si me referiré a los martirios que sufrieron
muchas de las desgraciadas personas que cayeron en manos de tan
fatídico personaje, y, previamente la suerte que corrió la imprenta
de “El Oriente” en la que se edita el periódico que lleva el mismo
nombre.
Puesto en la cárcel el encargado de la imprenta, el Mayor Santiváñez
entregó ese local con todos sus enseres y maquinarias al Auditor de
Guerra, Dr. Alcibiades Velazco, es decir al mismo que había emitido
una vista favorable a la confiscación, alegando sabe Diós que
tinterilladas para justificar semejante atentado contra la libertad
de pensar y contra la propiedad. Pero como los dueños de “El
Oriente” no quedaron satisfechos con ese fraude, hicieron sus
gestiones para recuperarla, obteniendo como toda transacción – en
una época de falta de garantías – unos presupuestos de haberes
devengados del Dr. Velazco, correspondientes a meses que no ganó
sueldo, pues desde el mes de marzo de 1921, fueron suprimidos todos
los gastos extraordinarios, en cuya partida estaba el de Auditor de
guerra y que fué la razón por la que no se le pagó a ese señor
durante el período revolucionario, cuando se pagaba a todso los
empleados y funcionarios públicos sus haberes, con el dinero que
dice Ud. se robó el Capitán Cervantes.
Así quedó Velazco como propietario de “El Oriente” de Iquitos, y
entiendo que normalizada la situación, se le sigue un juicio, que
sin duda lo hará comprender en la ley Nº 4,323, de amnistía que Ud.
y sus colegas han expedido para tapar todos estos atropellos. Y como
ha obtenido el puesto de Fiscal interino de la Corte Superior de
Loreto y San Martín, resulta destruir a sus contrarios, y hasta
estudio abierto... Denunciando Ud. estas arbitrariedades es como
ganaría en concepto ante la pública opinión, y no enlodando el
nombre de ciudadanos que jamás, no obstante su condición excepcional
de amos y señores, abusaron de la fuerza que tenían en sus manos.
Y ahora le voy a transcribir algunos artículos de periódicos
nacionales y extranjeros, con conceptos emitidos por personas que
hay que merecerles crédito:
Acápites de una correspondencia de Iquitos, publicada en “La
Crónica”, de Lima, de 27 de marzo de 1922.
Llegadas las tropas al mando del sargento mayor señor J. P.
Santibáñez, se hizo éste cargo del mando de la praza y una de las
primeras medidas fué ordenar la detención de todos los sindicados en
el movimiento revolucionario, desgraciadamente para la ejecución de
esa medida, se procedió al azar, bastando para las detenciones
simples denuncias verbales y aun por anónimos, sin preocuparse de
buscar comprobantes de participación directa o indirecta, trayendo
como consecuencia la detención de multitud de personas, las cuales
encerradas en las bodegas de la cañonera “América”, han sufrido
vejámes y privaciones injustificadas, pues no se ha encontrado cargo
alguno contra gran número de los detenidos.
Sometidos los detenidos de la “América” y otros que se encontraban
en la Intendencia y Cárcel, fueron puestos a disposición del juez
militar, después de 24 horas, y habiéndose inhibido este pasaron al
fuero común, el juez instructor principió a tomar instructiva, y
como no resultaba cargo alguno contra los que la rendian, ordenó su
libertad, en vista de lo cual la “América” por orden superior se
llevó a los presos, sustrayéndolos así de la justiica; después de
quince días regresó la “América” a este puerto, procediendose
entonces a una selección de los detenidos; 11 fueron puestos en
libertad soltándolos a las dos de la mañana; 30 en su totalidad
extranjeros fueron pasados a la cárcel; y 30 más o menos fueron
transladados a la lancha “Clavero”, la cual partió con dirección a
Remate de Males (frontera con el Peru). Asegúrase que los
transbordados a la “Clavero” eran desembarcados en el Yavari, con
orden de abandonar el territorio, demás es que le diga que esa
selección se hizo sin conocimiento del juez instructor, y sin
tomarles instructiva ni determinar el cargo que resultaba contra los
que eran deportados o recluídos en la cárcel.
Después de la célebre división de detenidos, el Agente Fiscal, pidió
al juez instructor, se inhibiera del juicio abierto por Rebelión,
alegando que según ley, ese delito debía ser juzgado por jueces ad
hoc; el juez se inhibió, y hoy los presos no tienen juez y los
deportados sin sentencia ni siquiera habérseles tomado instructiva
ni habérseles manifestado el motivo de su detención, se encuentran
en tierra extranjera, sin dinero ni medios de trabajar, pues no
conocen el idioma del lugar al que han sido deportados (Brasil).
Hasta ahora, hay detenidos inclusive los deportados, 300 personas
entre nacionales y extranjéros, de los cuales apenas e 15 por ciento
han tenido intervención directa, pues los principales autores de la
rebelión se han escapado refugiándose en la frontera ecuatoriana. La
mayor parte de los detenidos son simples comparsas, que acosados por
el hambre, debida en gran parte a la falta de trabajo, encontraron
en la Revolución un medio de ganar la subsistencia; usted bien
conoce la idiosincracia del loretano, todo apatía e indolencia, y
seguramente tomará a risa la idea de separtismo, que parece
atribuyen en Lima al fracasado movimiento.
(F.) Dr. Alfredo E. Borda.

Acápites de un reportaje hecho por “El Tiempo” de Lima, al senador


por Loreto, señor Julio C. Arana – (24 de mayo de 1922)
Lo natural hubiera sido que restabelecido el orden, las nuevas
autoridades enviadas por el gobierno hicieran algo para reparar
daños tan considerables ocasionados por la revolución. No ha sido
así, por desgracia; he podido conocer por comunicaciones recibidas
de Iquitos, que dan a conocer que en esa ciudad se ejercitó en los
primeros momentos de la ocupación local una política de represión
para pacificar la región, como se dice allí pero que en la prática
no solo está encaminhada contra los complicados en la rebelión, que
sería lo licito, sinó contra elementos de provecho y orden
deportados unos al extranjero y presos otros privándose así a Loreto
de elementos, de hombres de trabajo; comerciantes e industriales, a
los que se inculpa el haber firmado una acta en favor de Cervantes;
no obstante el saberse que esto fué el fruto de una coerción militar
irresistible.
Felizmente y tengo la hidalguía de decirlo, el prefecto nombrado
para Loreto es persona que merece la mayor confianza por su
cabellerosidad y versación administrativa y habrá, así lo espero, de
enmendar el rumbo extraviado impreso al gobierno del departamento.
Por las instrucciones que lleva a Iquitos, está en condiciones de
reparar equivocos policiales lamentables y propender a que la
actividad material de la región siga su curso provechoso y
restablezca en fin la normalidad profundamente alterada. Yo creo que
el exceso de celo por parte de los agentes del gobierno es tan
perjudicial como el olvido de los deberes inherentes a la función
pública”.

LOS SUCESOS DE IQUITOS


Una odisea de torturas físicas y morales. – La llegada de los
primeros deportados a nuestra capital

(Traducido del portugués, de “Jornal do Comercio”, de Manaos)


7 de marzo de 1922. – Nº 6,416.
“Con el restabelecimiento de la vida normal en Iquitos después de la
salida del dictador Cervantes, se han producido una serie de hechos
abominables, que hacen evocar escenas de los tiempos
inquisitoriales.
“Es a lo que se infiere de las informaciones que vamos a registrar
cogidas ayer a bordo del “Canutama”, que vino de Remate de Males,
trayendo varios deportados, personas de destaque en la sociedad de
aquel departamento peruano.
“El primer episodio de ese espectáculo siniestro y degradante fué la
ocupación de las tropas legales, bajo el comando del Mayor J. P.
Santiváñez, que, llegando a la ciudad de Iquitos, lanzó un
manifiesto, distribuyéndolo profusamente y prometiendo a los
ciudadanos y clases conservadoras todas las garantías
constitucionales, para después cometer las mayores violencias,
llegando al punto de sembrar el pánico en el espíritu de la
población.
“Es así que el día 17 de enero último, a la madrugada, el mayor
Santiváñez mandó efectuar prisiones outrance, ordenando que sus
soldados, armados hasta los dientes, invadiesen los hogares de
familiares indefensas y de la que sacaron abogados, médicos,
magistrados y otras personas de valer social, siendo arrastradas
violentamente y conducidas para la cañonera “América”, anclada en el
puerto; y todo esto sin la menor indulgencia y consideración, pues
ni se les permitió el derecho de desperdirse de la esposa y de los
hijos, que obraban en presencia de semejante acto salvajismo.
“Entre esas víctimas se encontró el señor Manuel Rodríguez Lira, que
fué Alcalde de Iquitos, y ejerció otros cargos de responsabilidad en
la administración local. Nos dice él, que a las 5 am. de aquel día
cuando abría la puerta de su casa para dar entrada a un sirviente,
fué sorprendido con la presencia de dos soldados que allanaron
violentamente la casa y lo llevaron en trajes menores al presidio
que lo aguardaba.
“Agregó que no obstante el no haber tenido participación alguna en
el movimiento revolucionario encabezado por el Capitán Cervantes fué
considerado como conspirador, por el simple hecho de haberse
mantenido en su cargo después que estalló el movimiento
revolucionario.
“Esas violencias continuaron hasta el día 20 del mismo mes, cuando a
las 2 am. la “América” dejó el puerto, llevando a su bordo a todas
las víctimas, que, señaladas o no como cómplices, fueron encerradas
en la mazorca por la fuerzas legales. La situación fué dolorosa, no
pudiéndose describir la tortura de sus espíritus, que apartados
súbitamente de sus hogares, no sabían el destino que llevaba la
cañonera, ni de la suerte que les habían reservado los autores de
aquel drama de angustia.
“En ese estado de temor e incertidumbre, después de recorrer largo
trecho del inmenso Amazonas, algunos prisioneros inquirieron
aflictivamente sobre su destino, respondiéndoles el comandante de la
nave en estos términos: “Despídanse de Iquitos, porque nunca más lo
volverán a ver”.
“La atmósfera de pavor que reinaba en el ambiente, se hacía mas
tétrica a los ojos de aquella gente, con los aparatos bélicos de la
cañonera, que llevaba a su bordo 60 soldados del Ejército, bajo el
comando del Capitán Matos, teniendo éste como ayudantes a los
tenientes Barbieri y Centeno.
“El día 21 navegando la “América” dióse un caso por demás triste: el
Capitán Matos que estaba en el camarote del Comandante, llamó a su
presencia al señor Luis F. Morey, anciano respetable y acaudalado
comerciante, y con el prurito de molestarlo y perseguirlo, le hizo
las más terribles amenazas, concebibles tan solo en la imaginación
del que goza con el dolor ageno. El caso produjo tan grande
abatimento en el ánimo del venerable anciano, que al salir del
camarote del Comandante, tenía los ojos llorosos y daba muestras de
visible inquietud.
“Después de esa escena, y en previsión de una celada siniestra el
señor Manuel Rodríguez Lira, sirviendo de intermediario de los demás
prisioneros, inquirió humildemente al Capitán Matos sobre el puerto
de destino de la cañonera, recibiendo la siguiente contestación: “La
“América” irá a Chonta Isla y a Cashibo-playa, donde se efectuaron
los últimos combates entre las tropas legales y los revolucionarios
del Capitán Cervantes”.
“– Qué vamos hacer en ese lugar, Capitán? – interrogó Lira.
“– Buena pregunta... La revolución causó prejuicios al país y es
preciso que se lave con sangre esos males... respondió el Capitán.
“En presencia de tan terrible amenaza el señor Lira le observó que
entre los presos se encontraban algunos extranjeros, que como los
nacionales allí presentes, no habían tenido ninguna participación en
el movimiento armado; pero a despecho de esta declaración el Capitán
Matos siguió imperturbable, y la “América” continuó su derrota,
atracando de vez en cuando en los puertos ribereños para tomar leña
y en los que los moradores compadecidos de la suerte de los
prisioneros, les proporcionaban algunos alimentos, ropas usadas y
otros objetos.
“Con la intención de aumnentar la aflictiva situación de los
prisioneros, los soldados que componían la guardia siniestra no se
cansaban de dirigirles los más pesados denuestos. Otros llegaban a
lanzar especies terroristas con el fin de provocar una revuelta a
bordo y justificar de esta manera una proyectada masacre. Pero el
plan no surtió los efectos que esperaban sus autores. Sucedió que a
la altura de la isla Puninahua (rio Ucayali) la cañonera sufrió un
desarreglo en sus máquinas por haber chocado con un palo, que
inutilizó las paletas imposibilitándola a continuar adelante. El
caso produjo serios recelos en el espíritu del Capitán Matos, que
desde luego resolvio regresar a Iquitos, pero con tanta dificuldad
que en el regreso la “América” tuvo que estacionarse en Requena tres
días para repararse.
“Dejando ese lugar la nave de guerra, se encontró con la lancha
“Índia” que surcaba el río conduciendo diez soldados bajo el comando
del Teniente Sambrano además de ropas, alimentos y dinero, remitidos
por las familias de los prisioneros, pero que no les fueron
entregados íntegramente. Muchos de esos objetos fueron robados en el
camino.
“Después del transbordo de aquel contingente para la “América”, en
cuyo intervalo el Teniente Sambrano conferenció secretamente con el
Capitán Matos, la cañonera siguió hasta un puerto denominado
“Esperanza”, donde el propietario de él señor Serapio Zagaceta, hizo
distribuir a los prisioneros alimentos, vestuario, café y tabaco,
aminorándoles así sus amargas privaciones.
“Allí el Capitán Matos se transbordó a la lancha “India” y bajó
hacia Iquitos dejando la cañonera al mando del Teniente Barbieri.
Este oficial dirigió la nave de guerra hacia Tamshisiyacu y alli
permaneció por espacio de cuatro días en espera del Capitán Matos,
que de vuelta a Iquitos en la lancha “Clavero” trajo un nuevo
contingente de fuerzas. Fué en esta ocasión que se dieron nuevas
escenas de gran inquietud. El Capitán Matos penetró a la “América”
de noche haciendo formar a todos los prisioneros maltratando a unos
y separando a otros, entre los maltratados, estuvo el acaudalado
comerciante y anciano señor Juan Abelardo Morey, que siendo un viejo
respetable por su posición y noble conducta fué maltratado
bárbaramente por un soldado.
“Después el referido oficial leyó una lista de nombres y ordenó que
de los prisioneros veinticuatro pasaran a la “Clavero” y el resto
quedara de pié en la cañonera, sin el más mínimo abrigo. Los que
pasaron a la “Clavero” siguieron inmediatamente a Remate de Males
(Brasil) onde fueron arrojados y los otros de la cañonera regresaron
a Iquitos.
“Fué así que quedó efectuado el primner acto de deportación. El
Capitán Matos en el delirio de su venganza, luego que la “América”
regresó a Iquitos ordenó que los prisioneros saltaran a tierra con
su escaso equipaje, y fuesen escoltados a la Prefectura. Practicado
este acto fueron conducidos a la cárcel pública, quedando detenidos
por espacio de diez días en celdas inmundas y sujetos a las más
duras privaciones. Durante este período de sufrimiento, las famílias
de las víctimas, impedidas de visitar a sus arientes, les enviaban
ropas, alimentos y otros recursos; pero nunca llegaban a las manos
de los infelices, porque eran desviadas por las autoridades y los
soldados.
“En la madrugada del día once del mismo mes, la población de Iquitos
fué alarmada por un nuevo y desusado movimiento de tropas. Era el
oficial de día que poniendo en actividad a la soldadezca, mandaba
llevar a su presencia a las víctimas que sufrían las consecuencias
del encarcelamiento. Después de notificados, en lenguaje áspero, los
prisioneros fueron transportados como fardos a una alvarenga, en
cuya bodega, infecta y anegada, tuvieron que hacer el viaje hasta
Nazareth (Rio Yavary). En esa excursión la tortura llegó a su auge
pues la agrupación en que estaban nos les permitía satisfacer sus
necesidades fisiológicas, y muchos quedaron en deplorable estado de
abatimiento físico.
“De Nazareth siguieron a Remate de Males (Brasil) en un motor, donde
la mayor parte quedaron estacionados por falta de recursos, y otros
tomaron pasaje en el vapor “Canutama”, ofrecidos galantemente por el
señor Arturo Reis, o abonados a costa de grandes sacrificios.
“A bordo de esas embarcación, en viaje a esta capital, falleció el
deportado José Periz, cuyo estado de salud se agravó con los
martirios sufridos en Iquitos. Ese infeliz era soltero, natural de
España, siendo su cuerpo inhumado el día 2 de marzo corriente en el
lugar Balieira, del Municipio de Coary, a la margen del lago de su
nombre. Era rico industrial y hacía dieciocho años que residía en
aquella ciudad peruana.
“Entre los deportados que llegaron antes de ayer a nuestra capital a
bordo del “Canutama” pudimos anotar a los siguientes:
Extranjeros. – Manuel Rodríguez Lira, casado, español, fotógrafo,
establecido en Iquitos, desde 1902; Vitoriano Gil Ruiz, casado con
peruana, español, fotógrafo, establecido en Iquitos desde 1911;
Manuel Vásquez Jares, casado con peruana, español, sastre, etc.
(sigue la relación que ya hemos insertado).
“Esos infelices dejaron a sus familias y sus intereses en Iquitos,
llegando a nuestra capital en deplorable estado de indigência.
“– En el “Canutama” llegó también el señor Ramón N. Alvis, huyendo
de la persecucción de las autoridades peruanas. El referido pasajero
ejerció durante veinte años las funciones de Tesorero Fiscal del
departamento de Lorto, habiendo, antes de su partida, entregado las
Naves de los cofres de su oficina a su esposa, que en su ausencia
dió cuenta de los valores allí existentes, siendo encontrado todo
conforme por las autoridades legales.
“– De los deportados estacionados en Remate de Males se encuentran
en grave estado de salud, los siguientes: Carlos Pastor (murió),
Luis A. Moral, Luis Padilla (murió), Tadeo Alván y Ricardo Canesa,
todos naturales del Perú.
“– Por ocasión del embarque de los deportados en Iquitos enloqueció
subitamente en la cárcel pública, quedando allí detenido, el de
nombre Salvador Pacífico.
“– Durante el viaje del “Canutama” el Comandante del barco señor
Antonio D. Couto, y demás oficiales, trataron a los deportados con
las mayores solicitudes, proporcionándoles las necesarias
comodidades.
Estas atrocidades dieron lugar a que uno de los órganos españoles
del Brasil, “La Raza” de Rio de Janeiro de 18 de noviembre de 1922,
insertara en sus columnas, en lugar preferente y con grandes
caracteres lo siguiente:

EL DERECHO DE GENTES CONCULCADO EN EL PERU AMAZÔNICO


Uno de las víctimas escribe a “La Raza”
“Desconocemos el resultado de la reclamación diplomática presentada
por los españoles que residían en Iquitos, y que fueron víctimas de
la represión armada del enviado del gobierno de Lima, como
consecuencia de la revolución por el Capitán Cervantes, movimiento
en el que no habían tomado parte, según está probado.
Afirmando nuestra protesta, publicamos la siguiente carta de uno de
los perjudicados, y sobre ella llamamos la atención de nuestras
autoridades diplomáticas y de la prensa peninsular, para que a esos
españoles se les dé cumplida satisfacción indemnizándoles de los
vejámenes y perjuicios que sufrieron por obra de un feroz militarote
lugar teniente del violento Presidente Leguía.
He aquí la carta:
(No la inserto por su larga extensión, pero puede imaginarse lo que
dirá).
Y podría señor Franco continuar citándole demonstraciones de la
conducta observada por los revolucionarios y por el Mayor
Santiváñez, pero esta via haciéndose extensa y pienso que es
conveniente darle término, recomendándole trate de adquirir el libro
“La Revolución de Iquitos”, que cuando Ud. reciba ésta, ya habrá
visto a lúz pública y estará circulando en el territorio del Norte
del Brasil, hasta donde no puede entrar la censura del Dictador
Peruano, y que contiene una amplia información sobre la revolución
de Loreto; pero antes de terminar le voy a transcribir un balance de
la Tesorería Fiscal de Loreto, correspondiente al día 4 de octubre
de 1921, en el que consta la cantidad pagada publicamente por el
Capitán Cervantes hasta esa fecha, y con esa demonstración,
convencerle de que ni ese señor Capitán ni los demás revolucionarios
usufructuaron de la situación anormal de Iquitos, porque su mente
fué, precisamente, desterrar el fraude entronizado en la región
desde tiempo inmemorial.

Pagos efectuados por La Tesorería Fiscal del departamento el día de


la fecha
(De “La Mañana” de Iquitos, de 5 de octubre de 1921)
Nº de orden_NOMBRES_Empleos_Mes_Ingreso_Egreso___Saldo anterior___L
5,063.9.19____Compañia Recaudadora___30.0.00___132_C.
Pastor_Guardia_setiemb__1.5.00__433_R. Velásque
Iglesias_Comb.___1.6.50__434_Guillermo
Venegas_Guardia___1.5.00__435_Julio Segura____1.0.67__436_Lizardo
Pasquel_Resgu___3.0.00___Balance
Sumas iguales
Saldo______
Iquitos, 4 de octubre de 1921.
Vo. Bo. ALVIS Por el Auxiliar (Firmado) E. Rios.

Demonstrado como ha quedado la veracidad de las afirmaciones del


senador por Loreto, señor Julio C. Arana, es decir, que los
militares y civiles que tomaron parte en la debelación del
movimiento armado de Iquitos, lucraron ascensos y propinas, y en la
forma criminal que queda apuntada, sólo me resta hacerle una
recomendación: que trate de ocupar su actividad parlamentaria contra
los de “arriba”, es decir contra la Dictadura que se ha entronizado
en el país, siquiera para que no sigan los chilenos echando en cara
al Perú aquello de que “los peruanos residentes en Tacna y Arica,
gozan exactamente de las mismas garantías y derechos que conceden a
los chilenos nuestra constitución y nuestros códigos, conjunto de
leyes que el Perú sabe mejor que nadie que no son fórmulas nominales
a merced de las violencias o caprichos de ningún gobernante, sino
principios jurídicos inviolables que constituyen nuestra tradición,
nuestra jurisprudencia y nuestra fuerza, que es nuestro orgullo”,
según lo dijera con tanto énfasis el canciller chileno en nota
cablegráfica dirigida a todas las cancillerías americanas, y que
fatalmente no se puede rebatir, porque las actitudes de don Augusto
B. Leguía y de su Congreso, impiden hacerlo.
Mientras tanto mande Ud. a su atento y SS.

(Firmado) S. Torres Videla.

Con la transcripción de la carta anterior, estimamos suficiente


demonstración de la conducta observada por el Mayor Santiváñez en el
ejercicio de la misión que le fué encomendada, no agregando por
nuestra parte una palabra, desde que los documentos y publicaciones
que hemos insertado nos han relevado de ese trabajo, y puede el
lector juzgar entre el movimiento revolucionario, propiamente, y la
represión, haciendo la declaración categórica, de que durante el
imperio de la fuerza, no fue necesario su uso, como lo podría
demonstrar, por ejemplo, la Corte Superior de Justicia, que en esa
época tuvo garantías, lo que no puede decir en la actualidad ningún
juez de la República, bajo la Dictadura que la tiene dominada. Y así
como se procedió con la Corte Superior, todos los ciudadanos gozaron
de sus derechos y prerrogativas, sin que se hubiera registrado un
solo caso atentatorio a la libertad individual, claro está, siempre
que no se oponían al régimen de orden y honradez, que los
revolucionarios implantaron en Loreto, que fué la ironía del
movimiento armado!
Y en apoyo de nuestras palabras insertamos dos documentos oficiales.
“Iquitos, 16 de enero de 1922.Radiogramas cambiados entre el señor
Presidente de la Corte Superior de Loreto y San Martín.– Presidente
Corte Suprema. – Lima. – Nº 152. en nombre Corte, tengo agrado
expresarle que no obstante imperio de fuerza régimen revolucionario,
Tribunal y jueces no dejaron de funcionar días de ley, no así
juzgado Alto Amazonas, San Martín y Moyobamba, los que sufrieron
mayores dificultades que las pasadas por los de esta capital y
Corte. – (Firmado) Pinillos Rosell. – Presidente Corte. – Noriega
Rengifo. – Secretario”.
“Lima, 31 enero de 1922. – Presidente Corte. – Iquitos. – Corte
Suprema informada con agrado de su radiograma, recomiéndale
restablecimiento despacho Alto Amazonas, San Martín Moyobamba. –
(Firmado) Erausquin. – Presidente Corte Suprema”.
Y el juzgado de Alto Amazonas no funcionó con regularidad,
sincillamente porque al Subprefecto legal se le ocurrió declarar
conspirador al íntegro e inteligente Juez Dr. Terrones Quiroz, uno
de los magistrados que mayores beneficios ha proporcionado a su
provincia, en la administración de Justicia. Los revolucionarios lo
pusieron en libertad, sacándole de la cárcel. En cuanto a los jueces
de las otras províncias, sin duda no funcionarían, por haber estado
en el foco de la actividad de las monteneras gobiernistas, que
infestaban la región.
También insertamos un oficio del Cónsul inglés muy significativo de
los procedimientos revolucionarios:
“British Consulate. – Iquitos. – Perú. – Iquitos, 18 de octubre de
1921.
“Señor Jefe Político y Militar don Guillermo Cervantes.
“S. C. – Me permito expresar a Ud. mis más sinceros agradecimientos
por su buena voluntad y la manera decidida en que Ud. ha accionado
para resolver la situación crítica en que se encontraron los
ciudadanos americanos que solicitaron mis oficios como Cónsul
Británico, dándoles pasaje en el vapor del Estado “Cahuapanas”, que
salió hoy en la tarde con rumbo a la frontera brasileña, paso que
espero sea conducente a hacerles llegar sin novedad a su destino
apetecido. – Al mismo tiempo le manifiesto mis reconocimientos por
el pasaje libre que Ud. ha tenido la bondad de obsequiar a un
marinero súbdito inglés, que se encuentra sin recursos. – Dios
guarde a Ud. – (Firmado) A. Macrae, Acting British Consul”.
Y es que esos norteamericanos habían pasado la pena negra en su
viaje desde el alto Pachitea, que no estaba ocupado, precisamente,
por los revolucionarios y aquellos hombres pensaron: si los
“legales” nos tratan como nos han tratado, qué sufrimientos iremos a
pasar con los revoltosos. Pero éstos se portaron mejor... y el
Cónsul inglés no tuvo menos que reconocerlo.

SEPARACIÓN – REGIONALISMO – FEDERACIÓN


Con premeditada intención nos hemos ocupado de los temas que
encabezan este capítulo, porque hemos querido primero hacer una
demonstración documentada de la realidad acontecida en Loreto, desde
sus antecedentes, su desarrollo y epílogo. Y ahora que hemos
terminado, bien podemos decir que las versiones corridas sobre las
tendencias del grupo revolucionario y del pueblo loretano hacia la
separación de Loreto o al cambio de forma de gobierno, son groseras
y canallezcas imposturas de los que no encontrando en la acción
revolucionaria ninguna sombra que echar a sus autores, han procurado
malquistarlos ante la pública opinión.
Los revolucionarios de Loreto y su pueblo, antes de la revolución,
ni durante ella, tuvieron en mira ninguna de esas antipatrióticas
ideas, como estamos seguros nos las tienen ninguno de los habitantes
de nuestra región oriental. Claro está que nos referimos a la
campaña separatista, que dicen se llevó a efecto; porque tratándose
de federación o regionalismo cada cual en el Perú, y en cualquiera
otro lugar del mundo civilizado, puede profesar las ideas que mejor
cuadren a su leal saber y entender, sin que se pueda considerar
delito de lesa patria, ni mucho menos, semejantes aspiraciones, que
constituyen doctrinas políticas establecidas y aceptadas en
nacionalidades de vigorosa estructura y acabada organización.
La Federación, como sistema de gobierno, ha contribuido en gran
parte al desarrollo de la República Argentina, Brasil y Méjico,
naciones íbero americanas de muy menor importancia al Perú, post
independencia, y a nadie se le puede ocurrir decir que sería un
delito, aspirar para el Perú la misma organización.
Sin embargo estamos convencidos de que ese sistema de gobierno no es
el más apropósito para que el Perú se levante de su postración,
porque no es en nuestra organización donde los peruanos debemos
buscar los males que afligen a la Patria, sino en los hombres que,
prostituyendo todo, se encaraman en el poder para conducir al país
según su personal voluntad, fuera del control indispensable de las
agrupaciones o partidos políticos, y lo que es peor fomentando
remedos de congresos, en los que bien se vé, impera la misma
voluntad omnímoda.
Muy lato sería estenderse en consideraciones sobre la ineficacia del
sistema federal en el Perú, que tiene en contra, en primer lugar, la
incipiente cultura cívica de la mayor población nacional; y la
despoblación del país, cuyo dilatado territorio deja de estar, ni
mucho menos, relativamente poblado; limitándonos a decir a los
enemigos de la Revolución de Loreto que precisamente el actual
Dictador del Perú, don Augusto B. Leguía, dando creación a los
Congresos Regionales, ha dado el primer paso hacia la Federación;
aparte de la autonomía (aunque hipotética) de los municipios, que es
una de las manifestaciones primordiales de la vida colectiva y que
tiende a aquella misma finalidad.
No encontramos, por lo mismo, motivo racional para que a los
revolucionarios de Loreto se les juzgue duramente por “haber
pretendido alterar la forma de gobierno del país” – que no hubo tal
cosa – desde que la misma Dictadura está ensayando el sistema...
El regionalismo tampouco puede tomarse como manifestación delictuosa
en una coletividad. Ser regionalista es ser patriota. Quien
desprecia el lugar donde ha nacido y no procura su engrandecimiento,
puede ser considerado paria, y ciertamente, para ser ciudadano de
una nacionalidad hay que comenzar por amar al terruño, que es un
pedazo de la Patria grande y poderosa.
Y puede considerarse antipatriotas a los loretanos por ser
regionalistas? En este caso habría que considerar como tales a todos
los indivíduos de todos los departamentos nacionales, porque todos
son regionalistas y todos quieren el progreso y bienestar de su
respectiva circunscripción.
En lo que si habría delito es en separatismo. Pero en Loreto nadie
pensó en tal cosa. Despechados como el hoy Director y propietario de
la Imprenta “El Oriene”, Fiscal Interino de la Corte de Loreto y San
Martín, son los que propagaron tan burda especie, como medio de
alentar el odio del Dictador hacia Loreto y que caiga una mancha en
cada uno de los actores revolucionarios. Y si es verdad que fuera de
Loreto, el Dr. Velazco podrá engañar a los que están acostumbrados a
juzgar las cosas sin análisis y sin estudio previo, tambiém es
verdad que el país entero no hace caso a tan malévolas propagandas,
porque Loreto, en todo tiempo, ha sido el departamento que mayores
beneficios a aportado a la República, y aun dispone de
inconmensurables riquezas, que la ignorancia y la pusilaminidad de
nuestros gobernantes mantiene estacionarias.
Aquel improvisado magistrado, fracasada la campaña revolucionaria se
dedicó a ensalzar a la Dictadura mediante el diario suplantado “El
Oriente” que lo adquirió en la forma que ya hemos dicho, y a la vez
se entregó a una terrible campaña contra cada uno de los
revolucionarios, acusándolos de delitos imaginarios, que a toda la
población loretana consta no se efecuaton, consiguiendo en pago de
“sus servicios” el nombramiento de Fiscal Interino de la Corte
Superior de Loreto. Y para que se vea hasta donde llega su audacia y
servilismo, vamos a insertar un editorial de su periódico, publicado
en Iquitos el 10 de febrero de 1923:
“Con motivo de varios proyectos de ley presentados en la Cámara de
senadores, por el representante del Departamento de Loreto señor
Julio C. Arana, el diario “La Crónica” de Lima, se ha ocupado en
artículo de fondo, de la situación de esta importantísima
circunscripción territorial, llamada a ser emporio de riqueza en
porvenir no lejano.
“El artículo a que hacemos alusión, entre varias consideraciones
dignas de ser tomadas en cuenta por lo atinadas, se ha deslizado una
afirmación que no es posible dejar pasar sin rectificarla.
“Nós referimos a lo que se dice respecto de la desorganización
administrativa anterior y posterior al movimiento revolucionario y
separatista que estallara en esta ciudad el 5 de agosto de 1921.
“No puede haberse expresado concepto más falso, más distante de la
verdad.
“Todos los gobiernos, y señaladamente el del señor Augusto B.
Leguía, se han preocupado de toda preferencia no solo de organizar
el Departamento oriental de la mejor manera posible, sino de dotarlo
siempre de las mejores autoridades. (!)...
“En el orden religioso se han favorecido las misiones dotándolas del
mejor personal, y creándose Prefecturas Apostólicas; y últimamente
un obispado para civilizar a las tribus salvajes y mejorar las
costumbres de los pueblos ya civilizados.
“En el orden judicial se tuvo cuidado de que hubiese jueces
competentes para que resolviera las controversias de los
particulares; creándose, por último, la Corte Superior que vino a
satisfacer una necesidad largo tiempo sentida.
“En el orden político, se cuidó de mandar siempre a este
Departamento el personal más selecto de toda la República,
personajes políticos de primera fila, magistrados conocidos en todo
el país, como el doctor Juan José Calle (por 3 dias) Fiscal de la
Corte Suprema, militares de alta graduación, culminando entre éstos
el General don Gerardo Alvarez, quien rige los destinos de esta
sección territorial no solo con notable acierto sino dándole el
prestigio de su nombre esclarecido y de su brillantísima foja de
servicios prestados al país, habiendo desempeñado el mando supremo
del Ejército como Jefe del Estado Mayor y después como Ministro de
la Guerra.
“A la situación creada por el movimiento revolucionario último, no
puede dársele el calificativo de desconcierto administrativo, porque
fué un movimiento eminentemente político y social que tradujo el
descabellado propósito de la mayoría de los habitantes de Loreto que
tradicionalmente han anhelado la independencia, por creerse
suficientemente poderosos para constituir, por si solos, una entidad
soberana e independiente. Y esa situación no es, no puede ser, de la
responsabilidad del Gobierno que puso particular empeño en
restabelecer la normalidad, mandando a uno de los más distinguidos
jefes (?) del ejército regenerador el hoy Comandante Juan P.
Santiváñez, quien no solo sofocó la revolución sino que durante los
pocos meses de su actuación normalizó lo marcha administrativa del
Departamento.(!)
“No hay, pues, tal desconcierto administrativo, sino malestar
económico, al que no se ha sustraído ninguna de las naciones del
planeta. Cuando se estudían los grandes problemas financeros o
administrativos, cuando se procede en cumplimiento del deber por
razón del cargo que se inviste, o cuando se trata de establecer la
verdad de los hechos para que sean conocidos por el Gobierno y la
opinión pública, toda exageración delata en sus autores o ignorancia
o mala fé.
“Así, están fuera de su lugar y de la verdad las afirmaciones de los
diputados Arévalo y Zuñiga al hablar, el primero, del “abandono de
las fronteras” y el segundo, “del estado de las tropas hambrientas
pero armadas que constituyen, segun él, un peligro”.
“El señor General don Gerardo Alvarez, desde su llegada se preocupó
del problema de las fronteras y del bienestar de sus tropas, como
ciudadano lleno de patriotismo y como militar. Levantamos, pues, los
cargos que se han formulado contra el distinguido Jefe y contra el
Supremo Gobierno”.
Cuando leímos el anterior artículo no supimos que calificativo dar a
su autor, porque decir que Loreto ha gozado y goza de la preferencia
de los gobiernos nacionales, y en especial del actual, es
sensillamente una adulación, y seguramente el artículo de marras
iría en sobre bien sellado y lacrado a manos de D. Augusto B.
Leguía, para que se dé cuenta de sus “servicios políticos’ en
Loreto. Y decir qeu el movimiento armado de Loreto “tradujo el
descabellado propósito de la mayoría de los habitantes de Loreto que
TRADICIONALMENTE han anhelado la independencia” y otras imposturas
por el estilo, es proceder con extremada canallada e ingratitud.
Nadie que se considere honrado puede decir de Loreto semejantes
frases que constituyen la más grosera calumnia.
Pero como decimos, el artículo donde aparecieron tan insolentes
conceptos iría a parar al escritorio presidencial, como el tiro de
gracia a los ya numerosos enviados y en los que se decía la misma
cosa; pero en Iquitos, y en el país entero no habrán producido el
efecto apetecido, porque bien a las claras se vé su espíritu
utilitario.
Y no nos ocupamos más de la vil inculpación a los revolucionarios y
pueblo de Loreto, porque es perder el tiempo, pretendiendo convencer
de lo que ni siquiera fué tratado; y ahora que damos a la publicidad
una serie de documentos ese convencimiento será mayor, cayendo el
autor de la calumnia en la mas desgraciada renunciación. Porque ante
la documentación que ofrecemos al país no hay réplicas de especie
alguna.
Loreto por su gran distancia de la Capital precisa de una
legislación especial en relación a sus necesidades, sus recursos,
sus pésimas vías de comunicación, y a sus excepcionales condiciones
de extensión, hoy más que nunca que su principal producción
atraviesa la aguda crisis motivada por falta de esa legislación
adecuada. Y por precisar esto y solicitarlo no se puede tildar a los
loretanos de separatistas.
Y la legislación necesaria para Loreto, que se precisa con
caracteres de imprescindibles, es la que se refiera al libre cultivo
del tabaco, fuera de la Ley del Estanco; la libre explotación de los
yacimientos de sal gema que existen en Loreto y San Martín; la
reforma del Arancel de Aforos, consultando no los intereses del
comerciante, sino los del gobierno y del pueblo, o sea gravando
prohibitivamente los artículos que se introducen al departamento por
su aduana fluvial, cuyos similares se producen o fabrican en la
región; liberando de derechos las maquinarias, herramientas de
labranza y rebajando las partidas de los artículos cuya enumeración
se hizo en el decreto revolucionario; rebajar al mínimun el
presupuesto departamental o sea a una suma no mayor a Lp. 7,000 al
mes; reformar la Ley de Terrenos de Montaña incluyendo una
disposición obligando a cutlivar determinadas plantas gomeras a los
actuales poseedores y no otorgar nuevos amparos sino mediante esa
condición expresa, sean las solicitudes por compra o denuncio;
garantizar la estabilidad del empleado publico, para evitar los
enormes gastos que origina el traslado de los mismos, sin causa que
lo justifique; proporcionar al departamento preceptores de ambos
sexos que dispongan del certificado de idoneidad necesaria,
tratándose de formar una juventud en una colectividad que recién se
inicia; implantar derechos de exportación en forma racional y
equitativa a todos los productos expontáneos de la región, sin que
valgan solicitaciones en contrario de ningún género; autorizar al
Ejecutivo para la emisión de una determinada cantidad de dinero con
carácter de regional, para evitar la ocultación y emigración del
circulante monetario y reducir al mismo tiempo el costo de la
moneda, que teniendo que venir desde tan lejos, cuesta muy cara;
tratar de la colonización de las zonas fronterizas de los rios de la
hoya amazónica, bien bajo la dirección del Ministerio de la Guerra o
de las misiones apostolicas; unir los diversos rios afluentes del
Marañón y Amazonas por su margen izquierda, por líneas “decauville”
para mantener el enlace entre los puestos avanzados de nuestras
guarniciones de frontera; desechar todo pacto o convenio que trate
de la cesión de parte o toda nuestra región del rio Putumayo;
construir un camino entre los riós Napo y Putumayo y Ucayali, Purús
y Yuruá, para librar al Perú de la tutela del Brasil en ese orden,
pues actualmente hay que dirigirse a esos ríos aprovechando el
Amazonas brasileño; y por último dar creación en el Ministerio de
Relaciones Exteriores o en el de Fomento a una Dirección, encargada
exclusivamente de la administración de la región oriental del Perú,
inclusive San Martín y Madre de Dios.
Y por sobre todos estos problemas de urgente necesidad se impone la
construcción del ferrocarril de la costa a uno de los colosos ríos
de nuestra hoya amazónica, sin que se “estudie” tanto la vía que
mejor conviene, sino que se haga la que sea más rápida, que así se
habrá salvado a Loreto y alcanzado para la economía nacional las mas
inconmensurable riqueza que atesora todo el Perú entero.
Siendo estas aspiraciones las del pueblo de Loreto, hay que convenir
en que es mas patriota que muchos de los que se precian de serlo,
que no tienen ninguna aspiración; y de estas aspiraciones a las
prostituidas por el Director de “El Oriente”, de Iquitos,
suplantado, hay una diferencia bastante enorme, que solo pudo
anidarse en los innobles sentimientos del que profesa como artículo
de fé el servilismo, la mentira y la adulación.
Cuán distinto es lo que dice un ilustre extranjero que presenció los
actos dictatoriales del Mayor Santiváñez en Iquitos y se opusiera
alguna vez a que siguiera consumándolos contra pacíficos ciudadanos
nacionales y extranjeros! Por no estar autorizados para insertarlos
nos limitamos a transcribir un acápite de correspondencia particular
que nos dirijiera y que es un apóstrofe y una esperanza, acápite que
hemos reservado para cerrar nuestro libro y que es el siguiente:
“Esta región, que es la más rica del mundo, cuyo pueblo es bueno,
trabajador y resignado en el infortunio, todavia ha de ser lo que
merece, CUANDO LOS RESPONSABLES DE SU DESTINO TENGAN MAYOR
COMPRENSIÓN DE SUS RESPONSABILIDADES...’

FIN DEL SEGUNDO LIBRO

Das könnte Ihnen auch gefallen