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Los métodos de estudio de casos comprenden la recopilación y el registro de datos

sobre uno o varios casos, así como la preparación del informe o presentación del
caso. La recopilación de datos en un lugar determinado se denomina «trabajo de
campo», y comprende a su vez los siguientes puntos: (a) por lo general, observación
participante o no participante, y encuestas; (b) la probable recopilación de pruebas
documentales y estadísticas descriptivas, además del suministro de tests o
cuestionarios, y (e) el posible uso de fotografías y películas cinematográficas o de
vídeo.

1. El estudio de casos y el paradigma psicoestadístico.

El paradigma psicoestadísico de la investigación educativa se expresa en


experimentos de campo y delimitaciones sobre muestreo, Se fundamenta en la idea
de que el muestreo hecho, con más azar que criterio, sobre una población, permite el
uso del cálculo de probabilidades para estimar la seguridad y la validez de los
resultados que tal muestreo obtiene. Esto implica la formulación de las
observaciones en índices cuantitativos. El paradigma es atractivo, pero muchos
problemas educativos comprenden, en la práctica, una interacción tan compleja de
variables, que dificultan el uso de técnicas cuantitativas, las cuales reducen la
disparidad de los fenómenos observados a la homogeneidad de rasgos y tipos. Esto
sugiere la necesidad de un análisis basado en la estricta observación.

El estudio de casos puede considerarse como respuesta a esta necesidad de volver a


la estricta observación natural, o como una reacción contra la epistemología
positivista que el paradigma psicoestadístico implica. Los métodos de estudio de
casos suelen ser llamados naturalistas, cualitativos, descriptivos, sensibles,
interpretativos, hermenéuticos o ideográficos, para contrastarlos con el enfoque
abstracto, cuantitativo y normativo de los métodos psicoestadísticos que reducen la
observación a índices. No obstante, los índices cuantitativos se emplean a menudo
en el estudio de casos, aunque de forma descriptiva y como recurso secundario, por
lo general, y parece tener cierto alcance el uso de proyectos experimentales sobre
casos aislados.

2. Formas de los estudios de casos.

2.1 Estudio etnográfico de casos.

La etnografía estudia en profundidad los casos concretos mediante la observación


participante apoyada en las encuestas, a la manera de la antropología social o
cultural, que se centra en la comprensión de las sociedades y culturas humanas,
particularmente mediante la observación y la interpretación de las relaciones
interpersonales en el contexto de la importancia de costumbres e instituciones.

2.2 Estudios evaluadores de casos.

Los estudios evaluadores de casos estudian con profundidad uno o varios casos, con
el fin de aportar educadores y personas con capacidad de decisión (administradores,
profesores, padres, alumnos, etc.) mediante la información que ha de ayudarlos a
juzgar el mérito y el valor de los sistemas, los programas y las instituciones.

2.3. Estudio educativo de casos.


Su propósito es enriquecer el pensamiento y el discurso de los educadores, bien con
el desarrollo de la teoría educativa, bien con el refinamiento de la prudencia mediante
la documentación sistemática y reflexiva de la experiencia.

Parece probable que las propuestas multisituacionales vayan a desempeñar un papel


creciente en el estudio educativo de casos (Stenhouse, 1982).

2.4 El estudio de casos aplicado a la investigación en la acción.

La investigación en la acción se ocupa de contribuir al desarrollo del caso o casos


estudiados mediante una retroacción informativa que pueda guiar la revisión y el
refinamiento de la acción. Dentro de la tendencia curricular, la investigación en la
acción se usó profusamente en los proyectos de investigación y desarrollo para
elaborar materiales y especificaciones curriculares. Si las estrategias de enseñanza
eran importantes para el desarrollo, los profesores se ocuparon considerablemente
de desarrollar su enseñanza mediante el estudio de su propio caso.

3. El profesor investigador.

Un avance significativo en el campo del estudio educativo de casos es la tendencia


de los profesores investigadores. Dentro del estudio evaluador de casos, ésta ha
llevado a que las escuelas se evalúen a sí mismas, en el ámbito del movimiento de
rendición de cuentas. Respecto al estudio educativo de casos, los profesores en
funciones han hecho estudios sobre sus propias clases o escuelas, principalmente en
disertaciones no publicadas de investigaciones doctorales. Tales estudios de casos
presentan sus problemas y ventajas particulares, dado el status que tiene el
observador en tanto que participante responsable.

4. El uso de los estudios de casos.

El uso de los estudios de casos se realiza, por naturaleza, en cuatro pasos: selección
de casos y negociación del acceso, trabajo de campo, organización del registro y
redacción del informe.

4.1 Selección de casos y negociación de acceso.

La mayor parte de estudios que se hacen sobre casos concretos son oportunistas:
consisten en buscarle interés a un caso al que se tiene acceso. No obstante, cada
uno de los casos estudiados se suma al total de casos, siendo lo ideal que la
elección de casos se efectúe considerando su relación con el total de casos
accesibles.

El muestreo sólo es aplicable cuando los estudios de casos que guía el muestreo van
a la par de los métodos cuantitativos desplegados en el paradigma de las
estadísticas psicológicas. Normalmente, la validez externa del estudio de casos
depende del juicio comparativo o de la generación de teorías, antes que de los
cálculos que imponen el azar como premisa.

Una vez seleccionado el caso, es preciso negociar el acceso. En la investigación


educativa, este proceso se ve complicado por la estructura jerárquica de las
responsabilidades. El investigador puede verse obligado a negociar con las
autoridades administrativas antes de tomar contacto con una institución; con el jefe
de la institución antes de tomar contacto con el personal; y con el personal antes de
tomar contacto con los alumnos. En cada uno de estos pasos, existe el peligro de
que, a quien hace el trabajo de campo, se le crea patrocinado por las autoridades
superiores, con los consiguientes riesgos de distorsión en los datos.

4.2 Trabajo de campo.

Trabajo de campo es aquel proceso de cita, recopilación y organización de la


información en el lugar mismo, o muy cerca de él, de los sucesos o fenómenos
sometidos a estudio. Esta definición no sólo quiere cubrir el trabajo efectuado en el
lugar, sino el que se realiza durante las noches y los fines de semana, que son
intermedios en el período del estudio en el lugar.

El trabajo de campo incluye: la recolección y cita de documentos; la observación, y la


cuantificación o recopilación estadística.

a) Recopilación y cita de documentos. Documentos tales como cuadernos de


trabajo, actas y horarios, cartas y memorias, son de valor incalculable a muchos
propósitos de investigación. También son valiosos, a pesar de estar más
sujetos a influencias distorsionadoras, los informes públicos, tales como revistas
escolares o folletos dirigidos a los padres.

Además de estos documentos, también pueden obtenerse pruebas escritas en forma


de diarios, autobiografías, libros de memorias y cartas, aunque éstas son
relativamente poco frecuentes en los estudios educativos de casos. No obstante, el
investigador puede citar estos documentos, pudiéndose, en concreto, pedírselos a los
participantes que lleven un diario o mantengan correspondencia ente sí.

También es posible que haya documentos visuales, tales como planos


arquitectónicos o fotografías de las aulas, o aun películas cinematográficas o cintas
de vídeo sobre instituciones como escuelas o colegios mayores.

En general, los documentos se recopilan rápidamente; no ofrecen problemas de


registro al investigador; no son, por lo común, tan prolíficos en el ámbito educativo
como para que puedan agobiarle, y están sujetos a cánones bien conocidos de
estimación crítica, desarrollados por los historiadores.

b) Observación. Por observación se entiende la percepción de las


apariencias, los sucesos o los comportamientos (incluyendo el oral). El
observador puede participar íntegramente, es decir: ocupar un lugar vacío y a
su alcance en el ámbito social a observar; puede ser aspirante a participar,
esto es: intentar ser aceptado en una posición participante poco usual, como la
de investigador; puede no participar, esto es: intentar minimizar la interacción
participante con los observados; o estar oculto, es decir: escondido de quienes
observa mediante algún dispositivo, como un espejo de ventana.

La observación íntima y meditada de los demás siempre es un rasgo profundo e


importante de la observación participante, siendo un componente importante de ésta
la observación de la expresión oral en su ámbito natural.
Obviamente, la observación exige alguna forma de registro, y el cuaderno de campo
es el medio clásico. Pero no es fácil llevar un buen registro. Tomar notas durante la
observación es forzar las circunstancias, por lo general, por lo que estas notas se
suelen escribir de memoria, lo antes posible, finalizado el suceso. Es bueno indicar
claramente las distinciones entre citas textuales y paráfrasis. A veces, las fotografías
pueden utilizarse como documentos tanto como estímulo para la escritura; la buena
memoria es lo más deseable.

Conforme el trabajo de campo va haciéndose más condensado, se atenúa el papel


del observador participante, y la observación se localiza en un estudio cuyo peso
recae sobre la encuesta. A menudo, la observación sugiere la agenda de entrevistas,
o es consecuencia de los comentarios hechos por un entrevistador. El problema
crucial de estos trabajos de campo es saber si se debe confiar en la observación
antes que en la encuesta, o en la encuesta antes que en la observación.

c) Encuesta. La observación del comportamiento oral se extiende hasta la


encuesta, dado que es el entrevistador quien inicia y guía la operación oral, y
el receptor de lo que se dice.

Conforme el trabajo de campo se va centrando más en la entrevista y menos en la


observación, las entrevistas tienden a hacerse más formales. Por ejemplo, se
conciertan a menudo mediante citas.

El proceso de entrevistar y registrar la entrevista crea un «documento», en el sentido


en el que los historiadores utilizan esta palabra. Considerando sólo la observación
participante, la interpretación hecha en el mismo campo goza de gran aceptación; la
entrevista, en cambio, genera documentos útiles para una interpretación crítica
posterior y relajada.

d) Cuantificación o recopilación de estadísticas. Son muchos los que se han


aplicado al estudio de casos en contra del paradigma psicoestadístico,
considerando cualitativo el estudio de casos. Sin embargo, el contraste no es
el de cualitativo y cuantitativo, sino el de muestra y caso (Stenhouse, 1982).

Así, lo que subrayen las aplicaciones estadísticas debe ser la descripción del caso y
su comparación con otros casos, antes que las conclusiones estadísticas extraídas
de un muestreo.

4.3 Organización del registro.

Como resultado de los procedimientos antes descritos, ha de ser posible imaginarse


al investigador con una sustanciosa colección de documentos, notas de observación,
transcripciones de entrevistas, estadísticas y todo lo demás. Quizás este material se
alargue a mil o más de mil páginas.
El trabajo puede consistir en redactar el caso o en escribir sobre cierto número de
casos de los que éste sólo sea uno. Este incómodo material generado por el caso
podría ser denominado «registro de casos» (Stenhouse, 1982).

4.4 Los informes y su redacción.


La redacción narrativa posee dos grandes cualidades: llaneza y sutileza. La llaneza
viene, en parte, de la familiaridad que los lectores tienen con las convenciones
narrativas y, en parte, porque las formas de la narración impiden que el autor ponga
su propia lógica en contra de la resistencia que a ello opone la historia. La sutileza
reside en su capacidad de comunicar ambigüedad a la causa y el efecto,
seleccionando información que invita al lector a especular con interpretaciones
alternativas.

La redacción de retratos intenta preservar algunas de las cualidades de la narración


en el ámbito de la descripción, que carece de continuidad narrativa. Como sucede en
las películas documentales, los personajes, sus incidentes y la descripción del lugar
en que están, se yuxtaponen para dar un retrato que interpreta el caso en su
conjunto.

La redacción de viñetas tiene el valor de un bosquejo al que se comparase con un


cuadro terminado. Seleccionar el asunto de una viñeta es un acto de interpretación,
dado que la viñeta hace cristalizar determinado aspecto importante de un caso. Por
lo general, las viñetas se usan para concretar un análisis, relacionando incidentes u
ofreciendo la descripción instantánea de una persona o un lugar.

El informe analítico discute explícitamente el asunto del que trata, siempre que sea
posible comprobar las pruebas que aporta. Lo más frecuente es que el sistema
conceptual sea creación del autor y se aproxime a las ciencias sociales. Aunque sea
más imperfecto que el narrativo, es más explícito. Allí donde las palabras de la
redacción narrativa se llenan de connotaciones y consideraciones etimológicas, las
del análisis tienden a ser más estrictas y denotativas, gracias a la claridad de las
definiciones, El análisis contribuye a la busca de precisión teórica y terminológica.

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