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PROGRAMA No. 001
Lección 1
Iniciamos hoy, amigo oyente, una nueva ronda, un nuevo recorrido por las páginas de la
Biblia y es nuestra oración que durante este viaje fascinante de cinco años, reciba usted la luz
que el Señor quiere dar a su vida, y que así usted pueda conocerle mejor. Disponga entonces su
atención para recibir todo el consejo que Dios tiene preparado para su paso por esta tierra.
Al comenzar esta serie de transmisiones, naturalmente vamos a empezar con el estudio del
libro de Génesis. Pero antes, quisiéramos darle una breve serie de guías para el estudio de la
Biblia. Nos gustaría hablar sobre la Biblia misma porque este es el Libro que vamos a estudiar.
Sin duda la Biblia es el Libro que ha sufrido más difamación que cualquier otro libro que
haya sido escrito. Ha sido atacado como ningún otro libro ha sido atacado jamás. Sin embargo,
ha provisto y continúa proveyendo verdadero beneficio espiritual a millones de personas por todo
el globo, y viene haciéndolo ya por más de dos mil años. Un Libro de esta naturaleza y con este
impacto tan tremendo sobre la raza humana, ciertamente merece la consideración inteligente de
los hombres y las mujeres.
Ahora, queremos decir solamente unas palabras acerca de lo que intentamos hacer en este
programa A Través de la Biblia. El autor de estos estudios bíblicos el Dr. J. Vernon McGee,
contaba que hace muchos años, en el distrito comercial de la ciudad de Dallas, en el estado de
Texas, Estados Unidos, había una iglesia que tenía un letrero grande que podía ser visto por
todos los que pasaban por allí. Llevaba este mensaje muy impresionante: “La Biblia tal como
es, para los hombres tal como son”. ¡Esta es una declaración tremenda! Permítanos repetirla:
Durante los años en que este programa se ha trasmitido, hemos recorrido la Biblia entera, la
Palabra de Dios en su totalidad, tal como es, y ha sido presentada a los hombres tal como son.
Eso quiere decir, proveyéndola a hombres que están necesitados de Dios, hombres pecaminosos.
Los hombres hoy día necesitan de la salvación. Hay multitudes que ni siquiera creen que
necesitan la salvación, pero sí la necesitan. De modo que ahora estamos comenzando una vez
más este programa de cinco años para ejecutar nuestro plan de presentar ‘la Biblia tal como es,
para los hombres tal como son’.
El estudio completo de toda la Biblia que ya hemos hecho por un período de cinco años cada
vez, no sólo nos ha estimulado a comenzar de nuevo, sino que nos ha hecho ver que la Palabra
total de Dios alcanza a los seres humanos, en cada nivel de nuestra civilización contemporánea, y
en cada estrato de nuestra sociedad. Desde el primer día de su transmisión hasta ahora, hemos
recibido, literalmente, miles y miles de cartas que lo comprueban.
Hay multitudes que se sirven de la enseñanza de este ministerio radial y que piden las Notas y
Bosquejos, oferta de este programa, y las usan. Y nos contentamos por eso. Ahora, nos gustaría
continuar aumentando este ministerio y hacerlo llegar a muchas más personas. Procuramos
enseñar la Palabra de Dios en su totalidad. Creemos que TODA la Biblia es la Palabra de Dios y
que TODA la Biblia debe ser enseñada.
Antes de continuar adelante, amigo oyente, permítanos dejar en claro el hecho de que nuestro
propósito en este programa, es enseñar la Palabra de Dios completa. Como ya dijimos, creeos
que toda la Biblia es la Palabra de Dios y que toda la Biblia, debe ser enseñada. Usted sabe
amigo oyente, que es muy fácil escoger los libros más conocidos de la Biblia para estudiarlos,
pero es nuestro deseo, en esta serie de estudios, hacer un recorrido a través de toda la Biblia,
desde el Génesis, el primer libro, hasta el Apocalipsis, último libro de la Palabra de Dios.
Permítanos hacer ahora, algunos comentarios acerca de la importancia que la Biblia ha tenido
para otras personas. Hay un poema que está basado en la declaración que se encuentra allá en el
Quisiéramos ahora compartir con usted las declaraciones que algunos de los grandes hombres
han expresado en cuanto a la Biblia. Este es un libro que ha influenciado a grandes hombres a
través de la historia, quienes a su vez, han ejercido su influencia sobre el mundo. Compartimos
la opinión de que la razón por la cual he examinado toda, es decir, todas las Escrituras, tanto
como mi esfera limitada, mis medios y mi vida activa me lo permiten. Y el resultado es que la
Biblia es el mejor libro del mundo. Contiene más de mi poca filosofía, que todas las bibliotecas
que haya visto; y las partes de ella que no puedo reconciliar con esa poca filosofía, las aplazo
para una futura investigación”. Otro presidente de los Estados Unidos, John Quincy Adams,
dijo: “Hablo como un hombre del mundo, a los hombres del mundo, y les digo: escudriñad las
Escrituras. La Biblia es un libro por encima de todos los demás, para ser leído en todas las edades
y en todas las condiciones de la vida humana. No para leerlo una o dos veces y luego ponerla a
El autor de estos estudios bíblicos, el Dr. J. Vernon McGee, contaba que cuando él era
estudiante en el Seminario, le enviaron a predicar en la primera iglesia Presbiteriana en la ciudad
de Augusta, en el estado de Georgia en los Estados Unidos. Y los hermanos de aquella iglesia,
decía él, estaban pasando por un tiempo de dificultad y quizá pensaron que un estudiante de
Seminario, pues, no podría hacerles demasiado daño. De modo que le enviaron allá y nunca
podrá olvidar decía, aquel día. Contaba él que era un día caluroso de primavera y muy húmedo,
y a pesar de ello, él tenía que vestir una larga toga. Se dio cuenta sin embargo, que si se
desvestía hasta la cintura, y se ponía la vestimenta o sea la toga para luego ir al púlpito, podía
entonces producir una corriente de aire moviendo bastante las manos. Después del servicio,
alguien dijo que nunca había visto a un predicador tan joven, moviendo tanto las manos. Pero el
caso era que así se mantenía fresco. Pues bien, decía el Dr. McGee que mientras predicaba vio
en el primer banco a la izquierda un letrero y al terminar el servicio fue para leerlo. El letrero
decía que el Señor Woodrow Wilson se sentaba en ese banco acompañado de su madre cuando
su padre era pastor de aquella iglesia y el señor Wilson era apenas un muchachito. Ahora, usted
recordará que el señor Woodrow Wilson fue presidente de los Estados Unidos durante los
críticos años de la primera guerra mundial. Su tradición conducía a algún idealismo glorioso,
pero ese gran hombre olvidó la gran verdad de las Escrituras que enseña que el hombre es
pecador y totalmente perverso. El presidente Wilson fue un gran hombre, un hombre
Gregorio el grande, hizo estas declaraciones en cuanto a la Biblia: “Siempre en sus páginas
hay playas donde el cordero puede deleitarse y profundidades donde aun el elefante puede
nadar”. Vamos a estudiar el libro del cual él habló, la Biblia sagrada. Y cuando leemos su
declaración, creemos que lo que deseamos hacer en nuestro estudio, es lo que hace el niñito en la
orilla del mar. Tendremos nuestro baldecito y nuestra palita, pero el océano es inmenso.
Pasaremos cinco años estudiando este gran libro pero siempre habrá más y más que nos quede
por comprender. ¡Qué aventura más gloriosa tenemos por delante, amigo oyente!
Hace años el juez Hale escribió esta declaración a su hijo: “No hay un libro como la Biblia
para obtener una instrucción excelente, sabiduría y aplicación. Es una falta de entendimiento en
aquellos que creen y hablan de otro modo”. Ojalá amigo oyente, que tuviéramos hoy más jueces
como este. Ahora, otro presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson fue deísta y no
sabemos si lo llamaríamos cristiano o no. Y la verdad es que no vamos a discutir este punto, ni
vamos a constituirnos en jueces en cuanto a este gran hombre. Pero esto fue lo que Thomas
Jefferson dijo en cuanto a la Biblia: “Siempre he dicho y seguiré diciendo que la lectura
cuidadosa del sagrado volumen, nos hará ciudadanos, esposos y padres, de los mejores”. Hasta
aquí, la declaración de Thomas Jefferson.
Eso es algo en lo cual podemos pensar hoy en día, cuando hay ciudadanos que están
quemando las ciudades en que vivimos, y el aumento proporcional del divorcio corre a rienda
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suelta. Las estadísticas indican que en algunos países por ejemplo, el aumento proporcional del
divorcio iguala o excede al del matrimonio.
Ahora, el doctor Samuel Johnson quien fue un gran crítico literario y escritor de Inglaterra,
durante su última enfermedad tuvo a un joven que se sentaba a su lado durante la noche. Y esto
es lo que el Dr. Johnson dijo a este joven: “Joven, atiende el consejo de alguien que ha ganado
un cierto grado de fama en el mundo y que pronto aparecerá delante de su Creador; lee la Biblia
todos los días”. Permítanos decirle, amigo oyente, que esta es una declaración tremenda. Y eso
es precisamente, lo que cada uno de nosotros debe hacer.
Ahora, Tomás Carlyle, el filósofo escocés, hizo esta declaración, escuche usted: “Un libro
noble. Un Libro para todos los hombres. Es nuestra primera y más vieja declaración del problema
eterno del destino del hombre y de los tratos de Dios con él acá en la tierra. Y toda en un plan
general que tiene una fluidez tan libre; grande en su sinceridad, en su simplicidad, en su melodía
épica y calma de reconciliación”. Y hasta aquí esta declaración del filósofo escocés Tomás
Carlyle.
Y esto nos trae al final del primer programa de esta serie A Través de la Biblia. Deseamos
aprovechar esta oportunidad para recordarle amigo oyente, que estaremos con usted todos los
días de lunes a viernes a esta misma hora y por esta misma emisora, trayéndole un estudio del
libro de los libros, la Biblia sagrada. Y deseamos que usted nos acompañe mientras hacemos
este recorrido por el libro más importante que jamás haya existido.
En el reencuentro de hoy hemos estado hablando acerca de la Biblia y hemos mencionado las
declaraciones de algunos de los grandes hombres de la historia con respecto a la importancia que
ella tuvo en sus vidas. Habrá una diferencia cuando comencemos nuestro estudio en el libro de
Génesis, mientras lo continuamos durante los próximos cinco años. Entonces, no estaremos ya
hablando acerca de la Biblia, sino que intentaremos enseñar toda la Palabra de Dios. Yo, amigo
oyente, la creo de todo corazón.
Y aquí nos detenemos por hoy. Será entonces, hasta nuestro próximo programa, ¡que Dios
enriquezca su vida con el estudio de Su Palabra, es nuestra ferviente oración!