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El nacimiento del alma y la iniciación



Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres
 Juan 8:32


Considerando la primera parte de cualquier vida humana que debe adaptarse a su entorno, y
logra más o menos bien, constatamos que su éxito se debe al principio de mímesis: una grad
costosa adaptación a las leyes externas en cuyo seno nace y para lo cual debe aprender fingimientos y abstencio
síes y noes. La obediencia a la autoridad, primero familiar y luego social, así lo exige. En ello no hay, empero,
verdad como simulación, criterio de independencia como sometimiento. Platón escribe Las leyes para todos, pe
banquete para cada uno. De modo parecido, Jesús pronuncia El sermón de la montaña para la comunidad
reserva la parte más profunda de su enseñanza, como la que encierra la cita arriba transcrita, para bien pocos.
La verdad es que nacemos solos y morimos, por lo general, de uno en uno. También de esa manera se accede
sabiduría que nos hace libres, individuo por individuo. De nuestro nacimiento biológico no somos responsables,
del anímico- y hasta cierto punto-sí. En el primer nacimiento importa más la procedencia que la proyección hac
mañana; en el segundo, menos el ayer que el camino que trazamos en las rutas del futuro. En el primero casi no
participación de la voluntad: es automático de parte de la madre y natural la emergencia de la criatura; en el seg
nacimiento, en cambio, la voluntad lo es todo y la decisión de acceder a lo sobrenatural definitiva. Cuando Jesús h
de la verdad comparándola a la libertad parece tener en cuenta que si en el primer nacimiento pasamos del ag
aire, en el segundo es preciso ir del aire al fuego. Constancia de ello deja el pasaje de Juan 3:3 : ´´De cierto , de c
te digo que el no naciere de nuevo ( renatus fuerit , explicita el texto latino ) no puede ver el reino de Dios´´. Y pros
luego: ´´Lo que es nacido de la carne, carne es; pero lo que es nacido del Espíritu espíritu es. No te maravilles de
te dije: os es necesario nacer de nuevo.´´


Circunstancias tan arquetípicas, que no sólo se mencionan en los Evangelios, han dado lugar, aquí y allá,
ritos de paso o las iniciaciones rituales de las distintas culturas mediante las cuales se tienden y construyen pue
entre una edad y otra. A grandes rasgos se distinguen tres grandes categorías o tipos de iniciación en la historia d
religiones: la primera corresponde a los rituales colectivos por los que se efectúa el paso de la infancia
adolescencia, o de ésta a la edad adulta. Ritual obligatorio para todos los miembros de la sociedad en cuestión.
ceremonias-la comunión católica, el bar mitzvá hebreo o la circuncisión musulmana-suelen llevar el apelativo de
de pubertad y presuponen cambios a nivel hormonal, como por ejemplo el despertar incipiente del chakra vis
paralelo al que se da en el centro sexual, es decir que-y por lo menos en el hombre-, el desarrollo de su genitalida
corresponde también con un cambio de voz.


Las demás iniciaciones se distinguen de las de la pubertad por no ser obligatorias para todo
miembros de la sociedad y porque la mayor parte de ellas se lleva a cabo individualmente
pequeños grupos. Por regla general, este tipo de iniciaciones marcan la ´´entrada´´ en al
sociedad secreta u organización religiosa, orden o monasterio. La tercera categoría de inicia
empero-y, otra vez, que Jesús relaciona implícitamente con la libertad a la que nos permite acc
la verdad-, está determinada por la vocación mística. Es el camino del shamán, del sanador psíq
del hechicero de la tribu. En esta categoría interesa, sobre todo, la experiencia personal. El medi
man es, por lo general, ´´un enfermo que se cura´´ y a partir de allí decide ayudar a los demás
los dos primeros casos no puede soslayarse la regla, pero en el tercero cada individuo llamado
destino más elevado sigue las suyas.


En la mayor parte de las tribus australianas-cuenta Mircea Eliade(1) en su famoso libro sobre el shamanism
separación de las madres se lleva a cabo mediante la contemplación fija del fuego (elemento sin duda masculin
través de una ceremonia que recibe el nombre de ´´tostado´´, y que permite al que va a ser iniciado el pasar d
estado de ignorancia a otro de conocimiento. Entre los kabalistas hebreos se da ese tránsito cuando, en un mom
dado, estudios y experiencia mediante, se produce la iluminación o ha-braká ( hbrqh ), en medio de la cual se pe
el relámpago o barak ( brq ) que conmueve el aliento representado, en este caso, por la doble hei ( h h ). Por el m
motivo, e igualmente en Australia, las iniciaciones van acompañadas de ruidos de tormentas, ulular de vientos
imitación de truenos. Aparato metereológico que, durante unos momentos al menos, desordena las relaciones en
cielo y la tierra, con el fin de que el neófito pueda, más tarde, reorganizarlas por cuenta propia.


Otras tribus y gentes sostienen que la iniciación debe haberse mirando fijamente al cielo (los tibetanos), o bien al f
hasta perder la cabeza. Horas después, o incluso días más tarde, el iniciado recuperará una nueva. Tal camb
cabeza representa, sin duda, de modo simbólico, el acceso a una nueva mentalidad y cosmovisión. Curiosam
entre muchas culturas la iniciación del adulto supone, al mismo tiempo, también una subincisión paralela
circuncisión , pues se trata de recobrar el estado bisexual o andrógino de los orígenes, hasta alcanzar, figuradam
una suerte de conciencia indivisa que el budismo tradicional-que no escapa ni a la fenomenología del relámpago n
de la iluminación psíquica-, denomina no dualidad. En todo caso el quid de la iniciación es hacer de dos, o d
múltiple, uno.


Existe, empero, una tradicional diferencia a destacar entre la iniciación femenina y la masculina: las mujeres
iniciadas individualmente porque para ellas la menstruación es signo de una nueva vida, y puesto que no t
femenino y viceversa. Además, así como en el universo iniciático de los hombres de lo que se trata es de los bi
culturales, el de las mujeres concierne casi en exclusiva a los bienes naturales.


Dado que la iniciación es equiparable a un ´´segundo nacimiento´´, en la India se los llama, a los neófitos
están a punto de acceder a una ´´verdad liberadora´´, dui-ja o dvigas: aquél que ha nacido dos (dui o dvi) veces
posible, también, que la raíz de esa palabra se remonte al concepto sánscrito de divya, que significa celestial, en
caso la universalidad de tal experiencia psicológica se reflejaría también en la teoría paulina de los dos Adanes
como figura en 1 Corintios 45: ´´Fue hecho el primer hombre Adam en ánima viviente; el postrer Adam en es
vivificante. Mas lo espiritual no es lo primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de tierr
segundo. . . del cielo´´.


Entre algunos pueblos la iniciación consiste en subir a un árbol llamado ´´el árbol del mundo´´, o peregrinar hacia
fuente o ciudad mágica; o bien concentrarse, durante años, en un mismo punto hasta adquirir suficiente poder m
como para navegar sutilmente por el espacio y el tiempo. En cualquier caso, toda iniciación supone una muerte
condición previa, al estadio anterior. Muerte que muchas veces viene precedida por un cambio de relaciones huma
una mudanza o un accidente así como por una enfermedad grave. La India llama, además, al estadio previo
iniciación, apakva, verde, crudo, en tanto que el momento de madurez lleva el nombre de pakva. Entre los kaba
judeocristianos ese ´´árbol del mundo´´sería el Arbol de la Vida o Sefirótico.


Por último, así como el alma suele nacer en las fronteras de lo corporal, cuando lo somático ha colmado sus límite
igual modo el espíritu nace cuando el alma llega a la conciencia de su propia finitud.. Tres son también los nutrie
de cada uno de estos niveles de estructuración personal: el cuerpo se alimenta de sólidos, el alma de palabras
espíritu de música y silencio. Rezos, meditación y plegarias. Porque Dios- decía la Madre Teresa de Calcuta-´
escucha en silencio.´´


Mario Satz

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