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De Jesús a Pablo por Antonio Piñero. Madrid, VI – 2018.

Parte 1
Lo que yo quiero expresar en esta última charla de esta primera jornada es el paso de las
tradiciones orales sobre Jesús (J) hasta los textos escritos y hablar de la misión, ante todo, de
los profetas cristianos en la elaboración de palabras de J y la tarea que tuvo Pablo (P) en esa
transformación. Todo de una forma relativamente breve como panorámica general de tal
modo que en cualquier otra reunión podamos amplificar cualquiera de estos puntos de tal
modo que quede más claro.
Ha habido, respecto a la figura de J, en lo primerísimos momentos de la cristiandad, un cambio
radical en la comprensión de este personaje. Y si no, vamos a verlo haciendo un resumen de lo
que la crítica de los evangelios pueden definirnos como imagen de J, más o menos, y la imagen
que tenemos de J del propio P aproximadamente 20 años más tarde.
La imagen de J son pocos rasgos más o menos seguros –aproximadamente unos 26- y los tiene
ustedes, precisamente, en ese libro recogido por mí de todos los textos de “J y las mujeres”,
que a su vez, es una especie de resumen y puesta al día de los 26 rasgos que sabemos,
probablemente. “Sabemos” como era J de Nazaret (N) publicado por Fernando Bermejo en un
famoso artículo de hace unos años -2005/2006- sobre la división de la investigación sobre J en
los siglos XX y XXI.
Pues bien, a través de la crítica, esos 26 rasgos se pueden resumir todavía más, y sería así:

 J fue un artesano galileo


 Un hombre intensamente religioso
 Preocupado ante todo por el sentido esencial, profundo, lo básico, no por las tonterías,
de la ley de Moisés
 Antiguo discípulo de juan bautista (JB). Es decir. JB no es, como se dice en griego, el
progrom, el precursor y J es la persona grande que viene después, sino que en un
principio JB es el maestro y J es el discípulo.
 Forma un propio grupo y se separa de JB. Por lo tanto, hay un añadido o un plus sobre la
doctrina de J sobre JB, pero siempre –y esto es importante- el marco mental de J es
puramente judío. El marco mental de J es el propio y el recibido de JB sin ninguna
variación sustancial.
 Atrajo a las masas con la proclamación de que el Reino de Dios (RDD o R) era inminente
 Fue un famoso exorcista y sanador
 Probablemente tuvo más fama por sanador que por convencer a la gente de sus ideas
sobre el RDD.
 Fracasa en galilea. No consigue una masa crítica de seguidores que pudieran, de algún
modo, hacer levantar el ánimo del pueblo judío y diera en representar “estamos aquí
decididos a que venga el R y vamos a demostrar a dios que tenemos un interés máximo
de tal modo que él actúe”. Eso no lo consigue J en galilea. Y lo intenta en Jerusalén.
 Allí completa su predicación, aunque no es como lo pintan los evangelistas: que estuvo
solamente una semana.
 Probablemente entra en Jerusalén 6 meses antes de que lo maten, pero tampoco está
en Jerusalén todo el tiempo, sino, basándose en algunos versículos de los Hechos de los
Apóstoles (HDLA), que afirman que J proclamaba por toda Judea, probablemente
debemos pensar que Jerusalén era un sitio provisional donde J hacía algo y luego
desaparecía. Si hubiera estado en Jerusalén actuando como lo hizo durante la
purificación del templo, yo creo que J no hubiera durado ni dos días ni una semana. Es
decir, ese final hay que extenderlo pero no se puede colocar todo en Jerusalén.
 Allí en Jerusalén – ciertamente- perturbó el funcionamiento del templo aunque estaba
totalmente de acuerdo en que era el único lugar para el judaísmo de expiación de los
pecados.
 Predijo – probablemente- que dios lo sustituiría, cuando viniera el R por otro nuevo, que
ejerciera las funciones sin mancha, sin problema alguno.
 Se declaró –muy probablemente, también- al final de sus días, mesías rey de Israel.
 Las autoridades romanas lo prendieron. Los judíos, en todo caso colaboraron. Es decir,
fueron los romanos quienes lo prendieron porque sus acciones y su predicación iban en
contra del orden público entonces vigente en el imperio. “En el RDD no cabe Tiberio, no
cabe poncio Pilatos, no caben los mercaderes griegos y romanos, no caben anas y caifas
y los colaboradores de los sacerdotes.
 Fue condenado a muerte y crucificado al ser considerado reo de un delito de lesa
(dañada) majestad; de haber dañado la majestad suprema de tiberio y, por lo tanto
poncio Pilatos actuó de acuerdo con las leyes imperiales en un juicio que desde el punto
de vista romano fue lo que se llama una cognitio extraordinem, es decir, un juicio rápido
con unos cuantos testigos, que no es necesario que se prolongue y que el prefecto
puede emitir el veredicto rápidamente.
 Fue condenado a muerte por sedicioso contra el imperio y crucificado en una crucifixión
triple al ser considerado reo de ese delito.
Este conjunto delos hechos de J –no he hablado de los dichos- no deformados por la
interpretación, es absolutamente distinto al que nos ha transmitido el mensaje catequético, el
mensaje homilético y, en general, la doctrina que propagan los medios de comunicación que
están en defensa de la doctrina tradicional.
Si comparamos mentalmente esta imagen de un J puramente judío. Esencialmente judío, un
mesías judío, una ética judía, un pensamiento judío, un hombre afín a los fariseos, con el J de P,
que es un J espiritual, trascendente, el revelador, el hijo esencial del padre ontico-físico-real,
alguien que es enviado desde el empirio –desde las alturas- para redimir al ser humano; un
individuo que es resucitado pero que inmediatamente se transforma en un ente divino sentado
a la derecha del padre, esa imagen que tenemos de J 20 años después es radicalmente distinta
a lo que yo acabo de decir ahora. Es decir, la imagen transmitida a través de la lectura de P y la
imagen trasmitida a través de la crítica de los evangelios (E) no coincide. Hubo, pues, un
cambio. Nadie lo duda.
¿Fue este cambio puramente fantasioso? Yo diría que, en líneas generales, no es un cambio
fantasioso. Si hay algún resultado que yo crea verdaderamente pertinente del estudio de
muchos años que yo he llevado sobre P es que transformación de J de Nazaret (N) en el cristo
celestial, no es –como opinan muchos de mis colegas- un acto absolutamente de libre
arbitrariedad. No lo es. Con otras palabras: el J de P, por muy fantasioso que sea, por muy
teológico que sea, por muy irreal que sea, no es el producto de un P mago que es un creador de
mitos porque le da la gana. No es el producto de un mago que saca de su chistera el conejo de
un cristo celestial. O un mago que saca un as de la manga y lo transforma delante de nuestros
ojos, pues yo que sé, en un pañuelo. No es un acto de magia.
En contra de la idea, muy extendida entre gente que es increyente, pero que no ha estudiado a
fondo el proceso de los orígenes del C; ese J de P, tan radicalmente distinto de J de N está
formado por elementos judíos, a los que le podemos seguir la pista por lo menos desde el siglo
IV ac. Hasta el siglo II dc. Afirmo, pues, para el que quiera estudiar después este apartado1
verán ustedes cómo podemos reconstruir con cierta seguridad el proceso mental que llevó a P a
construir un cristo celestial que poco se parece – relativamente poco- a lo que en el siglo II un
famoso rabino –Esta mañana hablé de uno: Hilel-, otro famoso, quizá el más famoso rabino del
judaísmo de todos los tiempos, que es el rabí Akiva, llevó a que cuando expresó cuál era la
naturaleza del mesías –ahora lo explicaré- fuera inmediatamente excomulgado por sus
compañeros. En el siglo II, cuentan las noticias de la misná y sobretodo del talmud, el rabí Akiva
afirmó que había 2 poderes en cielo. Uno era un trono grande y enorme que era el poder del
dios único, pero a la derecha había un trono del mesías. Cuando oyeron los otros rabinos que a
la derecha del trono de dios había otro trono, aunque fuera pequeñito para el mesías,
inmediatamente le dijeron a Akiva “estás blasfemando, estás proclamando que hay dos
poderes en cielo” Más o menos, como estamos hacia el 130 y ya los rabinos judíos conocen
perfectamente a los judeocristianos y cómo se la gastan los judeocristianos que han elevado a J
en el cuarto E a una entidad de dios preexistente le dicen: “tú eres parecido a éstos” y, como
les digo, lo excomulgan. No debe de tardar mucho el rabí Akiva en reflexionar porque una de las
cualidades, digamos, que tienen los rabinos, es que cuando se reúnen a discutir y se vota, los
rabinos –que están votando una manera de cómo se interpreta la ley- deben aceptar la decisión
de la mayoría. Entonces, rabí Akiva cayó en la cuenta y aceptó la decisión de la mayoría y le fue
eliminada inmediatamente la excomunión y fue integrado otra vez en el seno del judaísmo
hasta hoy y rabí Akiva dijo “esos dos tronos en el cielo no son dos poderes porque uno es el

1
Eso lo tienen en una aclaración de mi libro sobre P, a saber “¿Cuál es la naturaleza del mesías?”
trono del dios santo y el otro más pequeñito es el trono de su misericordia”. Se escapó con eso
y siguió así.
Quiero decir que P sigue en esta especie, desde el punto de vista de muchos hoy, de fabulación
sobre la naturaleza del mesías, de J, y toda la teología cristiana es un principio reflexión sobre la
naturaleza del mesías y lo que hizo el mesías. La cristología2 es la madre del teologái o discurso
sobre dios en general. Realmente, insisto, esto no es un acto arbitrario y que P funcionó con
unas líneas que en el fondo arpan hasta la cábala. Mientras que los C en el siglo II, la manera de
actuar de dios hacia afuera la empiezan a concebir ya desde el evangelio de JUAN, como
encarnado en una persona física, que es J; la cápsula del logos y la sabiduría es J. En el siglo II,
los judíos –con Akiva y otros-, en vez de considerar al logos la sabiduría, la presencia, la fuerza ,
la potencia, la actuación de dios, no es sino un modo, una manera de expresar cómo dios
actuación hacia afuera. Si tu expresas que la acción de dios es un modo, eres absolutamente
monoteísta. Pero si empiezas a pensar que la sabiduría se encarna en J en una capsula humana,
puedes llegar a ser diteísta (dos dioses) o, en todo caso, bimitarista, que es una suerte también
de diteísmo. Y en ese momento los judíos, y el arranque de la cábala está a finales del siglo II,
empiezan a pensar a la divinidad como un ser único que, sin embrago se proyecta hacia afuera
por lo que se llaman que son sus modos o acciones que son los números, los sefirot.
Mientras que toda la teologái C siguiendo la teoría encarnacionista, más de juan que de P, y
siguiendo toda la teología griega, fundamentalmente a partir de orígenes, y luego concilio de
Nicea (325), concilio de Éfeso (381), concilio de calcedonia (451) siguen otra ruta radicalmente
distinta. Cosifican esos modos de dios en personas, lo que se dice técnicamente: lo hipostacían,
hacen hipostasis3. La personificación de un modo de dios es una hipostasis. Siguen los cristianos
por ahí y acaban en el dogma trinitario, mientras que los judíos son estrictamente monoteístas
y acaban en las lucubraciones de la cábala, pero siempre monoteístas. Así que la primera idea
es: hay un inmenso cambio entre la imagen del J judío y la imagen del Jesucristo de P, que es un
producto también judío.
Yo no digo que las especulaciones a propósito de la sabiduría a partir del libro de los proverbios
no estén mezcladas de pensamiento griego. Ciertamente lo están. Pero si tú le preguntas a un
judío del siglo I cuando está creyendo, por ejemplo a P mismo que el cristo celeste es una
entidad divina –nunca explica cómo- y que está sentado a la diestra del padre, dirá –y se dejará
matar- que seguro, seguro ese es un pensamiento totalmente judío y de hace muchos siglos. Es
decir, la infusión dentro del pensamiento judío, sobretodo de ámbito farisaico, de un
pensamiento griego vulgarizado que cambia la teología es tan profunda, tan insidiosa en un
aspecto y tan lenta, que los judíos llegan a pensar que ese cambio mental lo han creado ellos
mismos. Si tú le preguntaras a J: “¿usted cae en la cuenta que usted tiene una idea del mundo
futuro y de la retribución y de la justicia divina en el otro mundo y que el alma es inmortal que
se parece a los griegos y que es totalmente distinta a lo que escribe el libro del Eclesiastés en el

2
Cristos (ungido) logía, logos (palabra y tratado de) Cristología: tratado de cómo es el mesías
3
Hipo (lo que está debajo) stasis (estar) Para que alguien esté de pie necesita un sustento debajo.
año 260 ac?”, yo creo que J se rasgará las vestiduras y diría que no, que ese es un pensamiento
profundamente judío. Pues bien, nosotros no lo aceptamos porque sabemos que es un
pensamiento mezclado, híbrido, que mezcla ideas judías, con ideas griegas y no solo eso, con
ideas persas y poco –en contra de lo que opina la gente- de ideas egipcias.
Pues bien, afirmo que ese pensamiento no fue puramente fantasioso porque quienes pensaron
antes der P aquellos que llevó a P 20 años después a formular una teología; es decir, judías, que
después en los HDLP, tas la persecución después de la muerte de esteban se dispersan y se van
a Samaria, al norte, hacia Fenicia, Chipre y Creta y hacia Libia, esos judíos empezaron a pensar
en una serie de ideas que luego recogerá P y que se transforman en el C de hoy pasado el
tiempo.
La idea está en que, en mi opinión, ese cambio se dio entre discípulos y seguidores de j que no
eran en absoluto ignorantes. Si ustedes toman el capítulo 4 de los HDLA, cuando están pedro y
juan delante de Gamaliel el viejo –otro de los grandes rabinos del judaísmo- que los defiende y
también sus amigos defienden a ellos que están predicando la mesianidad de J dicen: “¿Cómo
esta gente está utilizando los textos de los profetas si son iletrados? Estos son agramatoi4, no
han ido a una escuela de rabinos”. Ahí afirma que cuando el autor de los HDLA presenta a los
discípulos como unos iletrados lo está haciendo para recalcar la función del espíritu santo (ES).
Es decir, les hace parecer más tontos de lo que son para luego resalta la tarea del ES que los
lleva hasta el triunfo final, que es el paso de la palabra de dios de Jerusalén hasta roma.
Estos señores, los judíos, estaban tan convencidos al principio de que iba a venir la parusía
(presencia), pero se entiende después en el argot cristiano como la presencia de la segunda
venida de J. Es decir, cuando J deje el cielo, baje, ejecute el juicio final (JF) y establezca el R que,
según P, un R –al menos en su primera fase- en la tierra de Israel desaparece por completo en P
y ese R será únicamente ultramundano.
Pues bien, estos señores están pensando que J vive entre ellos, que ciertamente vendrá
enseguida. La prueba es que se pasaban todo el día, según HDLA 2,44, en el templo rezando y
esperando a que viniera el mesías. Y segunda prueba de que esperaban un R inminente es que
vendieron a la baja, según los capítulos 4 y 5, todas la posesiones que tenían y las repartían,
alegre e irresponsablemente, entre ellos porque estaban convencidos que el dinero que habían
conseguido con la venta de sus bienes les llevaría de sobra hasta que viniera el mesías.
Alguien puede decir: ¿entonces por qué este pensamiento sobre J, relativamente cambiado al
principio y muy fuertemente cambiado sobre la esencia del mesías con P, por qué lo
escribieron? No había necesidad alguna de que los C primitivos, ansiosos por la venida de un R
que ocurriría dentro de 10 minutos. ¿Para qué escribir nada sobre J? Entonces, no nos
explicamos por qué. Primero, porque la parusía, de hecho se retrasó. No vino inmediatamente.
Y segundo: porque de algún modo los judíos tienen una mentalidad, tal como lo podemos ver

4
En el texto aparece la palabra Agramatoi. Grama (grafo, escribir, grafía)
estudiando a los esenios, que a pesar de esperar un fin del mundo inminente, se dedicaron a
escribir aquello que les interesaba para gobernar su comunidad –por lo menos la que estaba
alrededor del mar muerto. A escribir una regla de cómo comportarse hasta que llegara el
mesías y se dedicaron a escribir sobre la interpretación de la ley y a recoger libros que no eran
solo de la B sino también libros de profetas que no estaban dentro de lo que creían sagrado
pero que de algún modo le servía para su vida espiritual. En una palabra, quiero decir con esto,
que los esenios nos dan la pista de que a pesar que alguien espere el fin del mundo inminente,
si no ocurre después de 10 minutos, algo pasa en la cabeza y se puede escribir aquello sobre el
mesías a pesar de que sigan creyendo que el fin del mundo es inminente. ¿Y qué es lo que yo
siento que pasó? Se ha descrito y a aquí el hecho de la creencia firme en la resurrección, cómo
las apariciones se fundamentan en el hecho de la no aparición del cadáver, pero eso, que ya lo
hemos explicado, no explica por qué se pusieron a escribir y cómo pensaron que aquel que es el
mesías verdadero había podido tener un fon tan desastroso. Todos los judíos de la época
estaban convencidos de que si aparecía un mesías y no triunfaba5 -es decir, conseguía el RDD-
era un mesías falso. Sin embargo los C estaban convencidos de que su mesías, que
aparentemente había fracasado, no era un mesías falso. Que era el mesías verdadero porque
Dios lo había resucitado6.
Entonces hay que justificar que un mesías que aparentemente muere en la cruz, es el mesías
verdadero. Hay que convencer a todos los judíos y después a otros judíos de otros pueblos de
Israel. ¿Cómo hacerlo? Pues, la única forma de saber cómo este misterio de esta idea nueva de
un mesías sufriente corresponde a un diseño divino tiene que estar en algún sitio. ¿Cuál es la
clave? Pues la clave tiene que estar en la palabra de dios, la biblia hebrea, que se corresponde
más o menos con la biblia que tenemos hoy. Ahí se explica el plan de dios con respecto a J,
diciendo que es el mesías, que es resucitado, que asciende al cielo, que es consagrado señor y
mesías en ese momento y considerado una entidad divina, programando su regreso a juzgar a
vivos y muertos y para completar su tarea mesiánica, que es instaurar el RDD en la tierra. Y
entonces se dedican afanosamente a estudiar la biblia.
Tenemos un texto, que se considera legendario, que es una parte del capítulo 24 de Lucas a
partir del versículo 13, en el que cuenta lo que sucedió a los discípulos de Emaús. En este texto,
que muestra una aparición ideal, Lucas intenta probar que el camino seguido por ellos para
investigar por qué J era el mesías verdadero es el correcto. Y entonces monta una leyenda
bellísima para mostrar que ese proceso de justificación, que acabará en P, en sus cartas, en ña
construcción delos evangelios y de todo el NT al final del siglo II con un canon de escrituras
comienza con una nueva lectura con otros ojos. Lucas dice así: “Y ocurrió que mientras iban los
dos tristes… que muestras discutían el mismo J se les aproximó y caminaba con ellos.”
Naturalmente su cuerpo era corporal al igual que su resurrección, dice Lucas, y agrega: ”pero

5
Salmo de Salomón 17 sobre el establecimiento del RDD en la tierra
6
Casi todos los judías de la época que todos los judíos resucitarían cuando llegara el juicio final (Mateo 25 los
cabritos y las ovejas)
sus ojos estaban retenidos7 para que no pudieran reconocerlo” Es decir, se les habían nublado
los ojos. “Y es dijo: ¿de qué vais hablando por el camino? Entristecidos, se detuvieron. Uno,
llamado Cleofás le respondió: ¿eres tú el único en Jerusalén que no sabe lo que ha ocurrido en
estos días? Y les dijo J: ¿Qué cosas? Lo relativo a J el nazareno, que fue un profeta8 poderoso en
obras y palabras ante dios y ante todo el pueblo.” Acá está pintando al J humano, el anterior a
pablo. Y cómo os jefes de los sacerdotes y nuestros dirigentes lo entregaron para que fuese
condenado a muerte, tendencia de Lucas a eliminar la culpa a los romanos y echársela a los
judíos. “Pero nosotros esperábamos que fuera él el que iba liberar a Israel. Y este es el tercer
día desde que esas cosas ocurrieron. Ciertamente, algunas mujeres de las nuestras nos
sobresaltaron tras haber ido en la madrugada al sepulcro y no haber encontrado su cuerpo.
Vinieron diciendo incluso que habían visto una aparición de ángeles que decían que estaba
vivo. Pero fueron también unos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron vacío tal como habían
dicho las mujeres. Y él les dijo: oh, insensatos y lentos de corazón para creer todo lo que dijeron
los profetas –que la muerte y resurrección estaba ya pronosticada-. ¿Acaso no era necesario
que el mesías padeciera estas cosas y entrara en su gloria?” Y dónde están los profetas: en la
biblia. Y ahora viene la clave; esta es la explicación de Lucas: “Y empezado J resucitado por
Moisés y por todos los profetas les fue interpretando lo que había sobre el en todas las
escrituras” Es decir, J, según pinta esta escena ideal, es quien enseñó a la comunidad a
interpretar el misterio de la muerte del mesías a través de una lectura nueva de las escrituras.
“Y Lugo dicen: ¿acaso no ardía en nuestros corazones mientras nos halaba en el camino cuando
nos abría el verdadero sentido de las escrituras? Y volvieron a Jerusalén y hallaron reunidos a
los 11 y a los que estaban con ellos. En verdad el señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón
y ellos le contaron todo lo sucedido.” En una palabra, el nacimiento del C como un fenómeno
ideológico, es decir, como un conjunto de ideas al principio que no cambia en absoluto la
manera de comportarse a los seguidores de J , que siguen siendo judíos, que van al templo y
que cumplen todas las normas judías, pero lo que cambia es el proceso mental. Pues bien, ese
proceso mental se logra como dice clarísimamente como dice Lucas 24 13-26 es un fenómeno
exegético, es decir, el C como ideología comienza como una interpretación de las escrituras que
es una exégesis, el fenómeno que nosotros hacemos ahora. Yo diría, en plan de defender a la
filología y a la historia antigua que el C actúa exactamente igual como nosotros hacemos ahora
interpretando los textos. El JudeoC, la nueva concepción de un mesías sufriente solo nace de la
recta interpretación de las escrituras. Resulta que inmediatamente se lanzan los JC a leer las
escrituras y encuentran muchos pasajes mesiánicos aceptados como tales por los rabinos de su
tiempo y otros que descubren ellos, y uno de los pasajes más importantes son 2 o 3 salmos y los
capítulos 42 al 53 de Isaías, donde se haba del mesías sufriente, el siervo sufriente de Yahvé,
que los rabinos del momento no lo interpretaban como el mesías sino como un rey de Yahvé,
escogido por él, que sufriría por el pueblo y liego vencería o como el pueblo entero de Yahvé –

7
Retenidos por dios, aunque no se nombre. Es un pasivo divino
8
Tanto j como los apóstoles lo consideraban un profeta. Se basan en Deuteronomio 18 15 de Moisés “y esperad
que al final de los tiempos vendrá un profeta como yo. A ese, escuchadle y aquel que no escuche a ese profeta
definitivo sea exterminado de entre el pueblo”
el pueblo de Israel- que sufre mucho pero al final vencerá es interpretado por los JC como dicho
del mesías sufriente que morirá en la cruz y luego será resucitado. Ahí tenemos un texto
clarísimo. Y así hay una serie de textos. Ejemplo: salmo 2, sobretodo el versículo 7 “tú eres mi
hijo; hoy te he engendrado” Este es un salmo que se entonaba muy antiguamente cada vez que
un rey davídico era subido al trono al mismo tiempo que se le ungía con aceite y se le
proclamaba rey de Israel. Entonces se entonaba este salmo y decía “Hoy te ha engendrado dios
como hijo especial”. Otro salmo es uno que no han visto mucho los rabino, el salmo 110 1,
citado por marcos en 12 35 y es la base de la epístola a los hebreos, de toda la teología sobre la
necesidad y la muerte de J, dice el salmo “Siéntate a mi lado hasta que ponga a tus enemigos en
el escabel bajo mis pies”. El salmo 21 es la descripción de la pasión y ahí está el grito de “¿por
qué me has abandonado?” Pero tengan en cuenta que el salmo 21 termina bien, siendo ese
personaje, abandonado en principio por Yahvé, rescatado.
PARTE 2
Métanse en la cabeza la idea de que el nacimiento del C es un fenómeno de exégesis que lo
hace gente seguidora de J, que no son iletrados y que buscan la solución al problema del mesías
sufriente. Y empieza a partir de ahí a formarse pequeñas colecciones de milagros, de dichos o
grandes colecciones. Hay una tesis que dice que en este momento se empiezan a escribir todos
estos dichos y palabras de J en hojas de pergamino que se podrían doblar y que si eran de
milagros las podía llevar un predicador por ahí fuera para contar los milagros de J. Porque una
nueva religión en el judaísmo y en el C antiguo y en el mediterráneo oriental una nueva religión
se ´recentaba con buenos avales 1 cuando era muy antigua, y el JC no era más que un producto
de la sabiduría de Moisés y todos los judíos desde el siglo II ac estaban proclamando
ufanamente que toda la sabiduría de patón había sido copiada por él meditando
profundamente sobre la ley de Moisés. Lo antiguo es lo bueno. 2 si eso que dice la religión ha
sido predicho antes por los profetas verdaderos y 3 si acompaña a la proclamación un montón
de milagros. ¿Por qué postula la ciencia de que al principio todas estas formas preliterarias –
dichos de J, narraciones de milagros, parábolas, disputas con los fariseos, apotecmas (frases de
J donde él termina venciendo a sus adversarios con quien discute), todo eso entraba en una
hoja de papiro y a lo mejor ocupaba solo la mitad – se ponían por escrito? Porque si es verdad –
y yo estoy convencido- que existe la fuente Q, a pesar de no conservar ningún manuscrito, que
marcos y mateo tuvieron ante sus ojos un documento escrito en griego con más de doscientas
líneas y que mateo y Lucas utilizan y que ese texto no está en griego, no hay nadie que sea
capaz de escribir doscientas líneas de palabras de J si antes no se la ha encontrado escrita en
pequeñas hojas volantes. Ejemplo: el sermón de la montaña ocupa los caps 5 al 7 de mateo. Es
grande y muy pequeñito. ¿Alguno de ustedes es capaz, estudiando toda una tarde, de repetir al
pie de la letra esos tres capítulos de mateo? No, aunque sean individuos dotados de muy buena
memoria. El librito formado hipotéticamente por ese montón de dichos – la fuente Q- no se
explica si antes no se escribieron una serie de papiros volantes que recordaran esos dichos. Y
como la fuente Q es solo de dichos pero tenemos parábolas seguidas como mateo 13 o el
capítulo 8 de marcos y 4 y 5, resulta que debemos deducir que los evangelistas no habían
copiado tantas palabras e memoria como marcos al principio si este no hubiera tenido antes
una serie de hojas volantes. Esto queda claro.
Pero hay otra cosa importante. La historiografía confesional mantiene en España al menos que
la iglesia cristiana al principio tenía tres tipos de tradiciones sobre J. 1 una tradición oral muy
libre, 2 una tradición oral semi formalmente controlada y 3 sobretodo una tradición oral
formalmente controlada. Sus argumentos son fundamentalmente 1 que Lucas afirma al
principio de su evangelio que él lo hizo todo con tanto cuidado que tuvo que rehacer todo lo
que habían escrito los anteriores interrogando a todos los testigos visuales que habían estado
presentes en acciones y en la formulación de predicas de J. 2, que en las cartas de pablo hay
muchos textos que son formulaciones –bautismales o la que hemos hablado de 1 cor 1 15 al
principio “pensad que yo ahora les transmito lo que yo recibí –pasión y resurrección.”, es decir,
que había una tradición formalmente controlada que llega hasta pablo, 3 como también se ve
en 1 cor 11 23 “yo recibí del señor lo que les he transmitido”.
Con estos tres argumentos sostiene este profesor había una tradición formalmente controlada
de la iglesia. Mi opinión es que esa tradición formalmente controlada no existió de ningún
modo porque 1 no había ninguna iglesia todavía constituida antes del evangelio de marcos que
pudiera controlar esa tradición sobre J. 2 porque no había escuelas rabínicas dentro del C
primitivo de manera que formara a ciertos JC para que aprendieran de memoria la tradición
sobre J y la controlaran mentalmente. No hay prueba alguna de eso. 3 porque hacia el año 70
no se había formado ninguna regla de fe estricta. La regla de fe aparecerá en todo caso hacia
los años 90 o 100 cuando se escriban las llamadas epístolas pastorales, pero no a lo largo de la
tradición de la que yo estoy hablando ahora, cuando se están recogiendo en hojas volantes
dichos y hechos de J. Y 4 porque los evangelios se contradicen unos a otros y están llenos de
lagunas y de textos que son inexplicables si hubiera habido una tradición formalmente
controlada. Así que al mismo tiempo que digo que se escribieron hojas volantes, que se escribió
la fuente Q, que había colecciones de parábolas y milagros, sin embrago tengo que decir que
ese mito para fundamentar la veracidad histórica de los evangelios formulado por exegetas
confesionales de que existía en la iglesia primitivísima una tradición formalmente controlada
me parece formalmente erróneo. Y por último también me parece que es errónea cuando esos
mismos profesores que hablan de una tradición formalmente controlada, en el fondo no se fían
de nada. Es decir, los exegetas católicos, detrás de los protestantes emplean, para llegar a la
verdad sobre J los mismo métodos críticos que estamos empleando aquellos que sostenemos
que no hubo una tradición sobre J formalmente controlada. Recurren a al critica histórica, a la
crítica literaria o a la crítica de fuentes.
Me pregunto. “si un individuo estuviera convencido de que habría ciertos pasajes para sostener
la veracidad fundamental de los evangelios que reposan sobre una tradición formalmente
controlada, ¿para qué diablos usan los mismo métodos que los que creemos lo contrario?

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