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Introducción
Desarrollo
En líneas generales, una fuente de energía alternativa es aquella que tiene la capacidad de
sustituir las fuentes energéticas que se emplean actualmente, con la diferencia de que no
contaminan (o su efecto contaminante es mucho menor) y tienen una gran posibilidad de
renovación (razón por la cual también se las denomina energías renovables) [1].
Como el modelo económico actual implica una vasta demanda de energía y considerando
que las fuentes de energía tanto fósiles como nucleares son limitadas, es esencial optar por
otros métodos para obtener energía, la cual debe ser alterativa y renovable. De no ser así, en
algún momento el sistema tal como lo conocemos en el presente va a colapsar por completo.
Uno de los aspectos más sobresalientes de las energías alternativas es que se basan en la
naturaleza, es decir, tanto en los flujos como en los ciclos del planeta. Como se regeneran y
son abundantes, pueden perdurar por cientos o miles de años. Un detalle que no es menor
tiene que ver con que el uso responsable de este tipo de energías no perjudican bajo ningún
punto de vista al medio ambiente [2].
Los recursos naturales generados por el sol, el viento, el agua y los residuos agrícolas u
orgánicos son los verdaderos protagonistas en lo que respecta a energías alternativas.
Gracias a ellos es posible engendrar electricidad, calefacción o refrigeración de un modo
conveniente para la naturaleza, ya que se reducen considerablemente las emisiones de
dióxido de carbono.
Además no debemos olvidar que las fuentes alternativas traen consigo otros aspectos
positivos como la generación de empleos y de nuevas líneas de investigación que permiten
el desarrollo personal y social en areas tanto urbanas como rurales
Se estima que el uso de las fuentes de energía renovable se triplicará en los próximos 20
años a nivel global. Además de la Unión Europea, que reafirma su objetivo del 20% de
energía final renovable en 2020, y otras regiones en el mundo con objetivos renovables
específicos, en el mix energético de economías en crecimiento las energías renovables son
una componente fundamental hoy en día, y una alternativa de futuro competitiva y viable.
Este uso generalizado estará liderado por el sector eléctrico, donde la competitividad de las
tecnologías renovables ya ha alcanzado cotas de madurez superiores a las de tecnologías
convencionales. Se espera que el suministro de electricidad renovable a nivel global, se
incremente en más de un 60% entre el 2015 y el 2030 [3].
El rápido crecimiento económico de los países asiáticos, en especial de China e India, será el
responsable de gran parte de ese aumento. Además, se prevé que los países asiáticos
experimenten las tasas de crecimiento en demanda energética más altas del mundo. Para
2030, Asia habrá alcanzado un uso energético más del doble del actual.
Se prevé que las energías renovables respondan a la mayor parte del aumento de la
demanda de energía durante los próximos 20 años. En última instancia, la política será
decisiva a la hora de determinar qué fuentes de energía explotar, y en qué medida, para
satisfacer la demanda mundial.
En este contexto, se están produciendo resultados importantes. México cuenta con más de
1,490 MW de capacidad instalada de generación eólica, Los proyectos en desarrollo en
distintos estados del país, contribuirán a incrementar esta capacidad en los próximos años.
Cabe mencionar que, algunos de estos proyectos aprovechan el Mecanismo de Desarrollo
Limpio, dentro del marco del Protocolo de Kioto,
Los proyectos centrados en el aprovechamiento de la energía eólica nos dicen que en el país
existen reservas de aprovechamiento geotérmico equivalentes a 10,644 MW que se
distribuyen entre reservas probadas y probables y que sumados con los recursos
hidrotermales susceptibles a explotación, según la CFE se identifican como posibles fuentes
de generación de energía con una capacidad de hasta 434.1 MW [4].
Dicha capacidad permitiría también reducir hasta en un 13% las importaciones diarias de gas
natural hacia el 2020 con energía firme, capturar un 14% de las emisiones evitadas de CO2
estimadas para el mismo periodo y generar hasta 36,700 empleos directos e indirectos en los
sectores involucrados de la industria nacional.
Con relación a la capacidad de generación eoloeléctrica para el servicio público, la CFE tuvo
en operación, a finales de 2011, las centrales de La Venta en Oaxaca (84.7 MW), Guerrero
Negro en Baja California Sur (0.6MW) y el generador de la COP 16 (1.5 MW), lo que suma
una capacidad total de generación de 86.8 MW.
Conclusiones
El uso de energías alternativas es una medida de contingencia ambiental real y cada vez
más necesaria, tanto que existen múltiples perspectivas de uso a futuro tanto a nivel nacional
como internacional descritas en proyectos que tienen como intención substituir a las fuentes
convencionales de energía basadas en el aprovechamiento de combustibles fósiles por estas
fuentes alternativas que tienen como principal característica un bajo impacto ambiental y su
condición renovable. Los proyectos de desarrollo se encuentran vigentes y prometen además
de evitar emisiones de contaminantes, impulsar la economía a través de la generación de
empleos.
Referencias
[1] IQPC, “La importancia de las energías alternativas”, disponible en: https://www.iqpc.es/la-
importancia-de-las-energias-alternativas/, abril de 2016.